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Muerte violenta causa conocida



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Parámetros
    introductivos
  3. Tabla
    de contenido
  4. Metodología usada en el trabajo de
    investigación
  5. Conclusión
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía

Introducción

No cabe duda, que los avances en genética y
biología molecular están revolucionando la
práctica de la medicina legal y forense, una disciplina
que permite aplicar los conocimientos médicos a la
investigación y el esclarecimiento de las muertes
presuntamente violentas o sospechosas de criminalidad, y en la
búsqueda e identificación del agresor.

Hoy por hoy, las huellas genéticas, constituyen
una auténtica revolución en lo que se conoce como
criminalística biológica, o sea, el estudio de los
vestigios exclusivamente orgánicos, como pelos, manchas de
sangre, semen, saliva y pelos dejados por el agresor en el lugar
del delito y que permiten reconocerle.

Muerte violenta, es debida a causas externas, que
generan fallecimientos de las personas. Se debe a un mecanismo
suicida, accidental u homicida, exógeno al sujeto. La
muerte se debe a mecanismos traumáticos o a fuerzas
extrañas que irrumpen violentamente en el
organismo.

CAPITULO I.

Parámetros
introductivos

1.1.- SELECION Y DELIMITACION DEL
TEMA.

Muerte Violenta por Causa
Conocida.

1.2.-PLANTEAMIENTO DEL
PROBLEMA.

Investigar una muerte violenta, es un proceso complejo,
que depende de numerosos factores, e incluso de datos aportados
por profesionales disímiles, incluso hay casos en los que
no se puede determinar con claridad, ni con la muy de moda
Autopsia Psicológica, por todo lo antes expuesto, en
psiquiatría forense lo primero que se debe desarrollar al
hablar de suicidio es el diagnostico del mismo.

Existen diferentes problemáticas para el
diagnostico de Suicidio. En primer lugar en psiquiatría
forense no existe un seguimiento a priori de los casos, se parte
en la mayoría de las veces de un hecho consumado, se tiene
que evaluar clínicamente a un individuo que no ha sido su
paciente, segundo no toda muerte suicida sigue una
evolución rectilínea, con un proceso previo de
enfermedad o dificultades que conllevan a crisis que culminan
coherentemente con la auto agresión, En muchos casos esta
conducta aparece en forma explosiva en personas en las cuales no
existen antecedentes biográficos, ni médicos de
problemas o trastornos psiquiátricos.

PROPOSITOS.

1.3.- PROPOSITO GENERAL.

1.- Determinar los diferentes elementos,
que intervienen en una Muerte Violenta por Causa
Conocida.

1.4.- PROPOSITOS
ESPEFCIFICOS.

1.- Aplicar los métodos inductivos y
deductivos, en el hecho de muerte violenta por causa
conocida.

2.- Analizar los diferentes tipos de Muerte
Violenta por Causa Conocida.

3.- Conocer las características
médicos jurídicas de la consecuencias de la Muerte
Violenta por Causa Conocida.

1.5.- JUSTIFICACION.

Las muertes violentas, se dividen en tres grandes
grupos; muertes homicidas, Muertes suicidas y Muertes
accidentales.

No siempre existen elementos indicadores, también
pueden existir elementos distorsionadores, consistente en la
intervención de terceras personas a posteriori de los
hechos, esto se observa sobre todo ante la necesidad de ocultar
el suicidio, para los sobrevivientes evitar ser juzgados o
cuestionados en dependencia de su religión o
legislación,

CAPITULO II.

Tabla de
contenido

MUERTE VIOLENTA POR CAUSA
CONOCIDA.

2.1.- MUERTE VIOLENTA.

El concepto de muerte violenta, se debe entender en un
sentido amplio del término e incluye cualquier
fallecimiento que tenga su origen en un factor externo al
individuo, ya sea de origen accidental o voluntario. El suicidio
o auto eliminarse, la intoxicación, por ejemplo,
según expertos, se incluye evidentemente en este concepto
de muerte violenta por lo que, cuando un paciente ingresa
cadáver en un servicio de urgencias o fallece en el mismo,
y se sospecha o se tiene la certeza de que una
intoxicación es la causa de la muerte, hay la
obligación de comunicarlo a la fiscalía o autoridad
competente, para proceder a la autopsia
médico-legal.

SUBITA.- Se presenta en individuos con un estado
aparente de salud, también se le conoce como muerte de
cuna. Esta puede estar dada por un infarto masivo del miocardio o
por un reflejo vagal.

REAL.- Es secundaria a una patología en
fase terminal.

APARENTE.- O mejor conocida como catatonia, es un
episodio psicótico, en el que el paciente aparenta estar
muerto. Anteriormente se le conocía como catalepsia y para
los fines medico legales no tiene valides, ya que compete a la
psiquiatría. Aunque desde el punto de vista legal, la
muerte aparente puede tener repercusiones en el medico, ya que si
este certifica una defunción en un caso como
este.

2.2. LAS MUERTES VIOLENTAS

Las muertes violentas representan un capítulo
abierto al estudio desde todos los ángulos profesionales.
En su génesis, producción y consecuencias
participan causas médicas, sociales, económicas,
culturales, emocionales y otras que, en conjunto, trazan un
cuadro sumamente complejo.

Se incluyen en este importante grupo:

Accidentes.

-Suicidio y lesiones autoinfligidas.

Homicidio y lesiones provocadas intencionalmente por
otras personas.

Suicidio y homicidio son muertes violentas voluntarias.
La única diferencia es que la intención
aniquiladora se dirige contra otro o contra el mismo sujeto. En
una y otra determinación parecen tener profundo peso los
factores culturales, emocionales y ambientales en su más
amplia acepción.

2.3. CONCEPTO MEDICO DE MUERTE.

Fenómeno biológico, que se desarrolla de
manera individual en el ser vivo y que conduce la cesación
de la vida, considerando como vida un conjunto de procesos
biológicos, que se mantienen en equilibrio constante. La
muerte según sea la naturaleza y la intensidad de la causa
que la provoca tiene una duración distinta y esta se va
rompiendo el equilibrio integrado del organismo.

2.4. FASES DE LA MUERTE SEGÚN, GISBERT
CALABUIG.

1ª fase: MUERTE APARENTE.

Es aquella en que desaparecen aparentemente los
fenómenos vitales. Disminuye los latidos cardiacos, la
respiración, la tensión, hasta llegar a estar
inconsciente. El sistema nervioso, esta en menor densidad y con
menos reflejos.

2ª fase: MUERTE RELATIVA.

Prolongación de la agonía, se suspenden de
forma efectiva y duradera las funciones nerviosas, circulatorias,
respiración y siendo posible todavía mediante
maniobras de reanimación, la recuperación en
algunos casos.

3ª fase: MUERTE INTERMEDIA.

Se produce una extinción/desaparición
progresiva e irreversible de la actividad biológica de los
diferentes órganos y tejidos.

4ª fases: MUERTE ABSOLUTA.

Desaparición total / absoluta de cualquier
actividad biológica del organismo.

2.5. PRUEBAS INSTRUMENTALES.

A partir de este momento, se pasa al diagnostico de
muerte. El cual se determina mediante la objetivación o
determinación de una serie de fenómenos que puede
comprobarse mediante instrumentos. Signos que se originan por
cese de las funciones vitales o signos que aparecen al
establecerse los fenómenos cadavéricos.

2.6. SIGNOS DE LA MUERTE
VIOLENTA.

 SIGNOS CADAVÉRICOS DE LA MUERTE
VIOLENTA.

Temperatura.

El descenso de la temperatura corporal es uno de los
primeros síntomas de la muerte. El ritmo del enfriamiento
depende de múltiples factores: clase de vestido, tiempo
atmosférico, complexión física, causa de la
muerte, etcétera. Existen dos métodos para
calcularlo.

a) Durante las cuatro primeras horas, la temperatura
desciende medio grado cada hora; entre cuatro y doce horas
después de la muerte, la temperatura baja un grado cada
hora, y a partir de las doce horas, oscila entre diversos valores
hasta equipararse con la temperatura ambiente.

b) El segundo método se basa en la fórmula
de Glaister, cuyo fundamento consiste en medir la temperatura del
recto, pues las zonas del cuerpo expuetas al medio ambiente
sufren antes el descenso de la temperatura, y restar ese valor de
la temperatura media del recto en un sujeto con vida: 37,2
grados.

ACIDEZ.

El grado medio entre acidez y basicidad es de 7. El
cuerpo humano es ligeramente alcalino (Ph 7.3), si bien el Ph del
estómago es menor debido al ácido
clorhídrico necesario par digerir las
proteínas.

Tras la muerte, el Ph o factor reactivo de la sangre
desciende hasta 7. Pero en el supuesto de no disponer del
instrumento idóneo para medir dicha variación, la
prueba ha de realizarse con papel tornasol aplicado en el
interior del párpado de abajo. Si el color rojizo del
papel tornasol se vuelve de color azul, el Ph es alcalino, no
ácido, y es síntoma de vida en el individuo
examinado. En los recién nacidos no es posible efectuar
esta prueba porque el ojo humano no produce lágrimas hasta
transcurrido un mes desde el alumbramiento. Tampoco es
válido este método cuando la persona sufre
conjuntivitis.

DESHIDRATACIÓN.

La pérdida de agua es otro signo definitivo del
óbito. Si la muerte ha sobrevenido no mucho después
de la herida, la epidermis se cuartea dejando al descubierto la
capa más profunda de la piel, conocida como dermis, cuyo
plasma se volatiliza. Este fenómeno provoca un
acartonamiento de la piel. Cuando la muerte no ha ocurrido de
forma casi inmediata, la sangre coagulada forma una costra
más suave sobre la herida.

Otro de los efectos de la deshidratación
cadavérica se produce en el ojo, de aspecto vidrioso, sin
brillo ni transparencia en la córnea. Con los ojos
cerrados, la sequedad se retrasa. En el caso de los ahorcados, la
lengua se deshidrata y ennegrece.

LIVIDEZ.

Las livideces son manchas de color rojo, de tono vino o
violáceo, asentadas en el decúbito del muerto tras
dejar el corazón de bombear la sangre. La falta de
oxígeno en las zonas antes irrigadas por el sistema
circulatorio provoca la destrucción del tejido epitelial,
su palidez tan característica en la cara.

Este fenómeno se inicia nada más
sobrevenir la muerte. Si la persona murió boca arriba,
antes de media hora ya se observa la lividez en la nuca. De forma
general, la lividez es visible entre las dos horas y seis
después de la muerte. Durante las primeras doce horas, la
lividez es móvil; es decir, si un individuo muere en
posición decúbito prono, cuyas manchas están
localizadas inicialmente en el tórax, abdomen y delantera
de los muslos, la lividez se traslada de lugar según sea
la nueva situación del cuerpo.

Sin embargo, cuando ha transcurrido más de doce
horas desde la muerte, la lividez antigua ya no desaparece, si
bien mengua en intensidad debido a la nueva distribución
de la sangre. Después de veinticuatro horas, la lividez es
inmóvil sea cual sea la posición del cadáver
por haber coagulado la sangre. Este signo cadavérico es de
gran importancia a la hora de investigar un asesinato, cuyo autor
pretenda confundir a los detectives elaborando una
trampa.

HIPÓSTASIS.

Se denomina así la lividez observada en las
vísceras (cerebro, pulmones, hígado, intestinos,
riñones), provocada por la misma causa de la lividez del
tejido cutáneo.

RIGOR MORTIS.

Tras el fallecimiento, los músculos del organismo
se relajan durante cierto tiempo. Después sobreviene la
rigidez cadavérica por la coagulación de la
miosina, una proteína capaz de contraer los
músculos durante la vida de las personas. El progresivo
endurecimiento de los músculos del cadáver sigue un
curso descendente: cara, boca, cuello, tronco, extremidades y
pies. Según Niderkorn, la rigidez se denomina precoz
cuando aparece antes de tres horas; normal cuando sucede entre
tres horas y seis; tardía cuando el plazo abarca hasta las
nueve horas después de la muerte y muy tardía
cuando es preciso dejar transcurrir más de nueve horas.
Los cadáveres cuyos ojos y boca no hayan sido cerrados
antes de aparecer la rigidez postmortem, ya no
podrán ser manipulados hasta después de cuarenta y
ocho horas.

Es importante hacer hincapié en dos de los
efectos más conocidos en tanatología. El primero es
la frecuente eyaculación de los ahorcados, debido a la
contracción de las vesículas seminales, y el
segundo es cierto eructo provocado por un escape del aire
contenido en el estómago, tras las presiones abdominales
como consecuencia de la contracción del diafragma y la
expansión de los pulmones. Nada de salir corriendo en
ambos supuestos.

Entre las circunstancias modificativas de la rigidez
cadavérica, cabe destacar: la edad (aparece antes en
niños y ancianos); la causa de la muerte (aparece antes en
homicidios, accidentes de tráfico, suicidios con cianuro y
enfermedades de cáncer, tuberculosis, etcétera); la
musculatura (aparece antes cuanto menos musculosa sea la
complexión del cadáver) y la ropa y el clima
(aparece antes cuanto más frío sea el medio
ambiente).

ESPASMO.

El espasmo cadavérico se diferencia del rigor
mortis porque siempre se produce antes o durante la violenta
muerte súbita: suicidio con arma de fuego, ahorcamiento,
intoxicación con salfumán, infarto de miocardio,
etcétera. La señal del espasmo se localiza en la
posición del cuerpo o en la región facial (rictus
de dolor, angustia, miedo).

2.7. SIGNOS FISIOLÓGICOS DE LA MUERTE
VIOLENTA

FUNCIÓN NERVIOSA.

La función nerviosa revela la actividad del
cerebro, cuya importancia ocupa el primer escalón en la
observación tanatológica. En el mundo hay pacientes
con respiración asistida y con válvulas
artificiales, pero aún la ciencia no ha llegado a fabricar
un remedio para el cerebro roto. Cinco minutos sin oxígeno
en la corteza cerebral provoca la pérdida irreversible de
la conciencia; quince minutos basta para dañar
definitivamente la función motora de los núcleos.
Media hora sin riego sanguíneo en el bulbo raquídeo
arrastra al individuo a la muerte cerebral, cuyo
diagnóstico se realiza mediante un
electroencefalograma.

Desde el punto de vista jurídico, la muerte
cerebral se considera definitiva cuando el encefalograma plano
tiene una duración de treinta minutos.

FUNCIÓN RESPIRATORIA.

Cuando cesa la función respiratoria, la sangre no
recibe oxígeno y las células del cerebro y del
corazón mueren. Esto sucede después de una
intoxicación con curare, estricnina, etcétera, o de
un traumatismo muy grave.

El diagnóstico del paro respiratorio se obtiene
colocando un espejo en la boca de la persona; intentando
oír la respiración o efectuando sucesivas
radiografías del tórax.

FUNCIÓN CIRCULATORIA.

Sin sangre no es posible vivir. Es un elemento necesario
para transportar oxígeno y nutrientes al tejido celular.
La sangre del sistema venoso es sometida a un proceso de
regeneración en los riñones antes de regresar al
corazón, donde es bombeada de nuevo hasta el rincón
más alejado del organismo humano. Cuando este ciclo ha
sido impedido por una herida o enfermedad, la vida entra en
bancarrota amenazando con la muerte más o menos
inmediata.

El diagnóstico del paro circulatorio se hace con
el auxilio de un fonendoscopio o mediante un electrocardiograma.
Un ECG EEG plano representa la muerte, si bien es importante
resaltar la siguiente eventualidad: la muerte cerebral provoca la
paralización del corazón, pero éste puede
ser activado mediante ventilación mecánica. Son los
casos de supervivencia vegetativa a través de la
respiración artificial.

SIGNOS DE LA AGONÍA

Toda muerte violenta puede ocurrir de forma
rápida o no. En uno y otro supuesto, los signos se conocen
como docimasia de la agonía, cuyo estudio es de gran
interés a la hora de analizar las circunstancias
envolventes del suceso.

DOCIMACIA HEPÁTICA.

Si alguien ha muerto de forma rápida, dicha
eventualidad se confirma por la presencia en el hígado de
gran cantidad de glucógeno. Sólo en los casos de
muerte lenta, el glucógeno almacenado como reserva de
energía es utilizado durante la agonía, y por lo
tanto, en la autopsia apenas se descubre una pequeña
cantidad en el hígado.

DOCIMASIA SUPRARRENAL.

En las muertes rápidas existe adrenalina
depositada en la glándula suprarrenal por tratarse de una
hormona de gran importancia en las situaciones de miedo, angustia
y excitación.

Si la muerte ha sido lenta, la glándula
suprarrenal se halla vacía porque la adrenalina sirve para
metabolizar el glucógeno durante la
agonía.

DOCIMASIA PERICÁRDICA.

Cuando la muerte sobreviene por agonía, en el
saco pericárdico existe mayor cantidad de líquido;
más de 15 centímetros cúbicos.

DOCIMASIA PULMONAR.

Cualquier gestante sólo puede respirar
después del parto, nunca en el claustro materno. La
docimasia pulmonar consiste en determinar si la criatura muerta
nació sin vida o falleció después. La
existencia de oxígeno en los pulmones es una evidencia de
la respiración. La manera de saberlo es introduciendo los
pulmones en un recipiente lleno de agua. Si dichos órganos
no flotan, será un signo inequívoco de la muerte
intrauterina.

2.8. PROCESOS DE DESTRUCCIÓN DEL
CADÁVER.

En tanatología es de interés fundamental
conocer los procesos de autolisis y putrefacción,
respectivamente.

El proceso de autolisis o destrucción por
sí mismo del cadáver se caracteriza por la
pérdida de las células tras sobrevenir la anoxia,
la acidez, la desnutrición, el descenso de la temperatura,
etcétera. Es un fenómeno producido en el citoplasma
celular tras la destrucción de la membrana de los
lisosomas y posterior liberación de lisozima. El
frío contribuye a retardar los efectos de la
autolisis.

El proceso de putrefacción se caracteriza por la
decidida intervención de los gérmenes del cuerpo
humano, si bien también participan otros procedentes del
exterior. En el primer caso, los microbios endémicos del
intestino y bronquios, fundamentalmente, cuya existencia
permanece más o menos controlada durante la vida de las
personas, adquieren una gran virulencia y proliferación
segregando una sustancia capaz de destruir los tejidos gracias a
la detención de los mecanismos
inmunológicos.

El proceso de putrefacción consta de cuatro
fases, cuyo desarrollo no sucede necesariamente de forma
consecutiva, sino de manera superpuesta en muchas ocasiones
porque no todo el organismo se descompone
uniformemente.

FASE CROMÁTICA.

Aproximadamente al cabo de veinticuatro horas del
fallecimiento, aparece en el cadáver la denominada mancha
verde abdominal, concretamente en la fosa ilíaca derecha,
a la altura del ciego. Se trata de la sulfohemoglobina o mezcla
del ácido sulfhídrico de la flora bacteriana y la
sangre. Según sean las condiciones del medio ambiente, la
irrupción de la mancha abdominal puede retrasarse; en
invierno, desde luego.

La mancha abdominal no debe confundirse con la mancha
verde del esternón, característica de la muerte por
ahogamiento. Tanto en los ahogados como en los recién
nacidos, la coloración verdosa se presenta antes en la
cara y en la cabeza.

FASE DE HINCHAZÓN.

El cuerpo humano aumenta de tamaño debido a la
producción de gases por la acción de los microbios.
Los gérmenes aerobios agotan el oxígeno del
cadáver y ceden paso a los microbios anaerobios,
productores de gases como ácido carbónico,
amoníaco, ácido sulfúrico e
hidrógeno, inflamables durante los primeros días.
Durante ese período, el cadáver desprende un olor
fétido. La cara se hincha y se vuelve de color negro,
hasta el punto de hacer irreconocible en muchos casos a la
persona fallecida. La denominada "red vascular de
putrefacción", constituida por los vasos sanguíneos
y linfáticos, cubre por completo de azul todo el cuerpo,
desde los cabellos hasta las uñas de los pies.

Los gases microbianos hacen más perceptible el
aumento de tamaño en los testículos y en las mamas.
En los órganos internos producen vesículas y en la
piel forman ampollas.

FASE COLICUATIVA.

Se produce cuando la piel se desprende
espontáneamente y el plasma sanguíneo aflora al
exterior. Este mecanismo se inicia entre una y dos semanas
después de la muerte.

FASE ESQUELÉTICA.

Comienza más tarde de la fase colicuativa o al
mismo tiempo. Consiste en la destrucción de los tejidos
blandos hasta dejar al descubierto los huesos, cuya
pulverización es irremediable.

COADYUVANTES DE LA
PUTREFACCIÓN.

Además de los microbios endémicos del
cuerpo humano, en la putrefacción del cadáver
pueden coadyuvar otros insectos y animales. Son los
siguientes:

INSECTOS

Son conocidos como "escuadrones de la muerte" o
ejércitos de moscas, hormigas, escarabajos, arañas,
etcétera.

ANIMALES.

Las ratas y otros roedores también pueden devorar
cadáveres. Los perros asimismo son capaces de hincar el
diente a sus dueños fallecidos. Suelen comenzar por la
boca. La hiena es otro conocido carroñero. En el mar, en
los ríos y en las costas, los tiburones, las barracudas,
las morenas, los salmonetes, los cangrejos, entre otros, pueden
devorar cualquier cadáver. Finalmente, son numerosas las
aves capaces de comer carne humana putrefacta. Los buitres son
los más conocidos. En Colombia, los gallinazos (aves
carroñeras), se han puesto las botas en más de una
ocasión con los cadáveres abandonados por el hampa
o la narcoguerrilla.

2.9. OTROS FACTORES CONDICIONANTES.

En el proceso de putrefacción influyen el medio
ambiente, la complexión de la persona fallecida y las
causas de la muerte.

a) En ambientes polares, la putrefacción se
detiene por completo, y en ambiente menos frío o muy
cálido y sin humedad, puede sobrevenir la
momificación.

b) Las personas delgadas y las mujeres tardan más
en pudrirse.

c) Los fallecidos por tuberculosis, cáncer o
accidentes son proclives a retardar el proceso de
putrefacción. Cuando los enfermos han sido tratados con
antibióticos, sulfamidas, etcétera, la
putrefacción se demora como resultado de la acción
antimicrobiana de dichos agentes.

2.10. MUERTE POR ARMA BLANCA

En los casos de fallecimiento por heridas de arma
blanca, se determinarán las circunstancias de los hechos
para esclarecer si hubo homicidio o suicidio.

INDICIOS DE SUICIDIO.

a) No se usan elementos punzantes, sino cortantes o
cortopunzantes.

b) Con instrumentos cortantes es habitual la
sección de las venas de la cara anterior de los brazos. Si
el suicida es diestro el brazo afectado será el izquierdo
y viceversa. Las lesiones en la muñeca suelen ser varias y
en paralelo. Pueden afectar al tendón.

c) En los suicidios por degüello se perciben cortes
a modo de prueba o tentativa. El suicida acostumbra a colocarse
delante de un espejo para fijar convenientemente la zona del
corte. El espejo aparece salpicado de sangre debido a la elevada
presión de la arteria carótida. Es un sistema
empleado raramente.

e) Los instrumentos cortopunzantes aparecen clavados en
la región precordial con la intención de perforar
el corazón. En Japón, la forma corriente de
suicidio entre los miembros de la Yakusa (sociedad secreta del
crimen organizado), consiste en el harakiri o
perforación del abdomen con un sable de un lado a
otro.

INDICIOS DE HOMICIDIO.

a) Las heridas se hallan en cualquier parte (cabeza,
tronco o extremidades).

b) Las heridas situadas en los dedos, manos, brazos y
antebrazos de la víctima suelen ser heridas de
autodefensa.

c) En los accidentes de tráfico, los ocupantes
delanteros del vehículo siniestrado pueden tener heridas
cortantes en la cara y en el cuello, causadas por los fragmentos
del parabrisas roto.

2.11. MUERTE POR INCENDIO.

Las personas muertas como resultado de una quemadura de
tercer grado, cuyo esqueleto, vísceras y tejido
cutáneo han quedado carbonizados, presentan las siguientes
características generales, sin perjuicio de otros indicios
propios de los diferentes tipos de quemaduras:

a) Menor volumen del cuerpo por la completa
carbonización de los cartílagos y algunos huesos
frágiles.

b) Aspecto rejuvenecido cuando no existe un gran
deterioro del cuerpo.

c) Tacto muy duro.

d) Lesiones externas, similares a las ocasionadas por
arma blanca tras resquebrajar la piel.

e) Color negro.

f) Encogimiento de las piernas y brazos, en la
denominada "posición del boxeador", debido a la
carbonización de los músculos flexores y
extensores. Los músculos esqueléticos contienen dos
tipos de fibras nerviosas, cuya función por separado es la
de contraerlos o distenderlos. La primera función es
más potente, y definitiva por la lesión
irreversible del cerebro como encargado de limitar la
acción del músculo.

g) Existencia de monóxido de carbono en el
ventrículo o en el tejido miocárdico (en las
muertes por incendio).

h) Signos de quemadura en la tráquea y bronquios
(en las muertes por incendio).

i) Partículas de ceniza en el estómago (en
las muertes por incendio).

j) Traumatismo craneal (incendio con derrumbamiento del
techo).

k) Desaparición de los órganos genitales
externos en el hombre (en la mujer se conserva el
útero).

2.12. MUERTE POR ELECTROCUCIÓN.

La electricidad como causa de accidente se debe a la
corriente doméstica, a la catenaria de los ferrocarriles y
metro, a los motores eléctricos, a los rayos,
etcétera. En ciertos países, como EEUU, algunos
condenados mueren por descargas eléctricas.

Cuando la electricidad penetra en el cuerpo, cada
órgano presenta una resistencia diferente: máxima
en los huesos y mínima en la sangre y nervios. Entre las
dos clases de corriente eléctrica, alterna y continua, la
primera es más peligrosa por cuanto puede originar
contracciones tetánicas y graves lesiones óseas y
musculares. El corazón es muy sensible a la corriente
alterna de 60 ciclos.

Las quemaduras eléctricas provocan sendas
úlceras de color negro, una en la herida de la entrada y
otra en la de salida. No sangran apenas. El calor de una descarga
eléctrica se halla en función de la intensidad de
la corriente (se mide en amperios); la resistencia (cuanto menos
sea, más rápida será la electrocución
sin quemadura) y la duración. Cuando la corriente es de
alto voltaje, la misma puede ocasionar incrustaciones procedentes
del conductor metálico. Cuando la descarga
eléctrica no provoca la muerte, sí puede producir
una trombosis con infarto primero y gangrena después.
También son afectados los músculos, el
riñón y los ojos. Las cataratas son un
fenómeno tardío, pero irremediable.

ENTRE LAS CAUSAS DE LA MUERTE POR
ELECTROCUCIÓN
. destacamos las siguientes:

a) Lesión del sistema nervioso cesando la
respiración, la circulación y la presión
arterial.

b) Interferencia del ritmo cardíaco.

c) Contractura de los músculos torácicos y
asfixia.

2.13. MUERTE POR FULGURACIÓN.

El rayo es otra de las causas relacionadas con la muerte
por quemadura. Presenta las siguientes
características:

a) Chamuscamiento del pelo.

b) Quemadura local no muy importante por la escasa
resistencia eléctrica del cuerpo mojado. El rayo lo cruza
rápidamente.

c) Parálisis de los vasos capilares en la
trayectoria del rayo porque la sangre es buena conducta de la
electricidad. La red vascular semeja un helecho.

d) Proyección de la víctima a varios
metros de distancia. Generalmente, hay traumatismos óseos,
etcétera.

e) Aumento brusco de la temperatura hasta unos 300
grados. El efecto consiste en provocar la rotura del vestido y en
incrustar en el cuerpo cadenas, relojes, pulseras, anillos y
cualquier objeto fundible.

f) Predisposición a la muerte por
fulguración de las personas desnutridas, fatigadas y
amorfas. La gente nerviosa y en estado de alerta consigue
sobrevivir en determinados casos.

2.14. MUERTE POR ASFIXIA.

Desde el punto de vista médico forense, la muerte
por asfixia engloba diversos traumatismos: inhibición,
ahorcamiento, estrangulación, sofocación,
sumersión, bien por entrada de líquido en las
vías aéreas o bien por la falta de oxígeno
en las células.

Los principales signos de la muerte por asfixia
son:

a) Isquemia cerebral.

b) Petequias en diversas zonas del cuerpo.

c) Cianosis, fundamentalmente en la cara, labios, orejas
y uñas.

d) Equimosis subconjuntival.

e) Piqueteado hemorrágico en cuello, cara, nuca y
espalda.

2.14. MUERTE POR INHIBICIÓN.

Se produce como resultado de un traumatismo
físico o una alteración emocional (tensión
en espectáculos o situación de riesgo). Los
niños y ancianos son los grupos más vulnerables
porque en ellos predomina el sistema parasimpático. Son
individuos vagotónicos, con ritmo cardíaco lento.
Los nervios vagotónicos actúan sobre todo por la
mañana y después de comer. De ahí la
prohibición de bañarse tras ingerir alimentos para
evitar el contraste entre la temperatura del cuerpo y el agua
más fría. En el bando contrario, los adultos
nerviosos e hipertensos corren menos peligro de morir por
inhibición.

ANATOMÍA DE LA
INHIBICIÓN.

a) Zona de la laringe, dotada de muchos nervios
vegetativos, cuya estimulación produce una
impresión primaria o normovolémica. Por eso es
necesario el uso de anestesia antes de proceder a la
colocación de un tubo para la respiración
artificial.

b) Región epigástrica o plexo solar,
situada tras el estómago, entre el hígado y el
páncreas.

c) Órganos genitales. Las contusiones causadas en
el cuello uterino útero durante un aborto.

d) Área perianal. La dilatación anal
brusca puede ocasionar una impresión repentina. De
ahí la administración de anestesia antes del
tratamiento proctológico.

2.16. MUERTE POR AHORCAMIENTO.

La muerte se produce por la presión de un lazo en
el cuello hasta comprimir totalmente las venas yugulares, la
arteria aorta, la tráquea, el esófago y la
médula espinal como resultado de la rotura de las
vértebras. Cesan las funciones vitales del sistema
nervioso, corazón y pulmones.

Hay varios tipos de ahorcamiento, según halla
sido la suspensión del cuerpo: completo, incompleto,
simétrico, blando, etcétera.

FASES DEL AHORCAMIENTO.

a) Período de inicio: Se caracteriza por una
sensación sofocante en la cabeza, destellos luminosos y
zumbidos en los oídos. Las piernas cuelgan pesadamente,
sin dolor ni disnea. Sobreviene la desaparición de las
sensaciones y la pérdida del conocimiento aproximadamente
diez segundos más tarde.

b) Período intermedio: Se producen convulsiones
en las extremidades y muecas de agonía.

c) Período final: Culmina entre ocho y doce
minutos después del ahorcamiento. En esta fase aparecen
los signos de la muerte; cesan las funciones respiratoria y
circulatoria y se relajan los esfínteres.

SIGNOS EXTERNOS DEL AHORCAMIENTO.

a) Surco del lazo.

b) Estiramiento del cuello.

c) Inclinación de la cabeza hacia el lado
contrario del nudo.

d) Ojos desorbitados y derrame
sanguíneo.

e) Congestión del rostro.

f) Otorragia.

g) Palidez en la cara.

h) Lengua sobresaliente.

i) Emisión de heces fecales.

j) Livideces en las extremidades inferiores.

k) Heridas menos graves en codos, manos, rodillas,
piernas y pies, debido a los golpes originados por los espasmos
contra las paredes u otros objetos cercanos.

l) Erección y eyaculación por la
contracción de las vesículas seminales.

m) Micción.

SIGNOS INTERNOS DEL AHORCAMIENTO.

a) Manchas de hemorragia en el cerebro, típicas
en las muertes por asfixia.

b) Enfisema o infiltración gaseosa
subpleural.

c) Mucosidad sanguinolenta en los conductos bronquiales,
en la tráquea y en la faringe nasal.

d) Equimosis o moratones en el tejido
prevertebral.

e) Desgarro en la túnica interna de las arterias
carótidas.

f) Rotura de la laringe.

g) Congestión del estómago e intestinos,
cuyas mucosas están cubiertas de sangre.

h) Cerebro congestionado.

i) Sección de la médula
espinal.

2.17. MUERTE POR
ESTRANGULACIÓN.

Desde el punto de vista del procedimiento
mecánico, el estrangulamiento es la constricción
externa del cuello por cualquier sistema diferente al utilizado
en la suspensión del cuerpo.

Si bien algunos signos de la estrangulación y
ahorcamiento son similares, la maniobra, situación y
condiciones del estrangulamiento tienen sus propias
características, detectables en la inspección
ocular.

MECANISMOS DEL ESTRANGULAMIENTO.

a) Oclusión de las vías
respiratorias.

b) Cierre de los vasos sanguíneos.

c) Lesiones nerviosas.

SIGNOS EXTERNOS DE LA MUERTE.

a) Excoriaciones o heridas en forma de media luna en el
cuello de la víctima, provocadas por los dedos del
agresor.

b) Marca del surco generado por un agente constrictor
(soga, cinturón, toalla enrollada, cable,
etcétera). La señal tiene forma horizontal y se
halla en el nivel de la laringe. El grosor del surco es
indicativo del tipo de agente utilizado.

c) Inyección sanguínea de las
células conjuntivas.

d) Coloración azulada e hinchazón del
rostro por congestión de la sangre.

SIGNOS INTERNOS DE LA MUERTE.

a) Presencia de fluido sanguinolento en las fosas
nasales y en la boca.

b) Desplazamiento de la lengua.

c) Restos de sangre en las glándulas
salivales.

d) Luxación o fractura de los
cartílagos.

e) Rotura de la túnica interna de la arteria
carótida.

f) Espuma en abundancia en laringe, tráquea y
bronquios.

g) Enfisema pulmonar por congestión de las
vías respiratorias.

h) Mancha lívida en la faringe.

i) Insuficiente aporte de sangre al cerebro.

j) Dislocación o fractura de las vértebras
cervicales.

OTRAS SEÑALES EN EL
ESTRANGULAMIENTO.

a) Desgarro en la ropa y heridas en la víctima
como signo de lucha y resistencia (en caso contrario se ha de
analizar si las vísceras conservan restos de droga,
medicamento u otro producto adormecedor).

b) Restos de semen en el caso de mujeres y niños
estrangulados, para determinar si también hubo
violación.

2.18. MUERTE POR SOFOCACIÓN.

Este tipo de muerte se produce cuando la imposibilidad
de arribar el aire a los pulmones no tiene como causa la
constricción del cuello ni la penetración de
ningún líquido en la tráquea y bronquios.
Por lo tanto, no tiene ninguna relación con el
ahorcamiento, estrangulación y sumersión. La
sofocación se produce por la mera falta de oxígeno.
Entre los mecanismos capaces de impedir tal circunstancia, cabe
destacar los siguientes:

a) Confinamiento en recintos herméticamente
cerrados.

b) Enterramiento.

c) Taponamiento de la nariz y la boca.

d) Oclusión de los conductos aéreos por
atragantamiento.

e) Compresión del tórax.

SIGNOS DE LA MUERTE POR CONFINAMIENTO.

a) Elevado grado de humedad desprendida por el
asfixiado.

b) Amoratamiento de la cara de la
víctima.

c) Uñas rotas por haber intentado abrir un
agujero en la puerta, ventanas o paredes del recinto
herméticamente cerrado (armario, baúl, submarino,
mina, etcétera).

d) Ojos inyectados en sangre.

e) Hemorragias nasales.

f) Sangre de color rojo oscuro, por falta de
oxígeno.

g) Manchas en el pericardio, pleuras y cuero cabelludo
interno.

h) Enfisema pulmonar.

SIGNOS DE LA MUERTE POR ENTERRAMIENTO.

a) Equimosis por la sufusión de la
sangre.

b) Heridas abiertas por el impacto de los materiales
(escombros, montaña de arena, basura, lodo, cargas de
cereales o harina, etcétera).

c) Signos genéricos de la asfixia. Ver Muerte
por asfixia
.

d) Restos del material causante en las vías
respiratorias (de no hallarse tal presencia cabe suponer la
simulación de la muerte por sepultamiento).

SIGNOS DE LA MUERTE POR OCLUSIÓN DE LAS
VÍAS RESPIRATORIAS.

a) Huellas de lucha cuando la sofocación ha sido
provocada por la mano de un criminal.

b) Presencia de una tira de esparadrapo, bolsa de
plástico, almohada, cadena de joyería,
etcétera, tanto en homicidios como en accidentes de
niños, ancianos o personas borrachas o drogadas, sin
control suficiente para contrarrestar una eventual
negligencia.

SIGNOS DE LA MUERTE POR
ATRAGANTAMIENTO.

a) Rasguños en el cuello, producidos por la
víctima en su afán de librarse del objeto causante
(bolo alimenticio, espinas, huesos, monedas, chupetes, dentaduras
postizas, etcétera).

b) Lesiones en la boca por el intento de sacar el objeto
con las manos.

c) Máscara equimótica.

d) Enrojecimiento de la membrana conjutival.

SIGNOS DE LA MUERTE POR
COMPRESIÓN DEL TÓRAX.

a) Presencia del agente causante (escombros, vigas,
árboles, sacos cargados y cualquier otro elemento que
impida el movimiento de inspiración y espiración de
los pulmones).

b) Congestión de varias zonas del
cuerpo.

c) Cianosis.

d) Edema pulmonar.

f) Dilatación del corazón.

g) Bajo contenido de oxígeno en la sangre
arterial.

2.19. MUERTE POR SUMERSIÓN.

Esta clase de muerte se produce por la
penetración de un elemento líquido en las
vías respiratorias. La sumersión puede ser
intencionada (asesinato y suicidio) o accidental (nadadores
negligentes, borrachos, gente desvalida, etcétera). En el
caso de una persona que no sabe nadar, el mero impacto contra el
agua es suficiente para originar la muerte por inhibición
si no es socorrida de inmediato. Cuando el agua invade los
pulmones tras provocar la explosión de los alveolos, no
hay salvación posible.

SIGNOS DE LA MUERTE POR AHOGAMIENTO.

a) Cuerpo mojado (si no ha transcurrido mucho
tiempo).

b) Temperatura fría del
cadáver.

c) Contracción de los músculos erectores
del pelo, escroto y pezones.

d) Piel blanca y arrugada en la palma de las
manos.

e) Livideces sonrosadas (no rojas), debido a la mezcla
de sangre y agua.

f) Fenómeno de saponificación. Ver el
capítulo de Tanatología.

g) Lesiones provocadas por animales marinos, escolleras,
arrecifes, etcétera (si las heridas fueron ocasionadas en
vida, las mismas aparecerán coaguladas).

h) Presencia de espuma dentro de los bronquios (visible
en la boca y fosas nasales entre doce y veinticuatro horas
después de la muerte por la presión de los gases
del intestino y subsiguiente expansión del
diafragma).

i) Existencia de microorganismos en la
sangre.

j) Embolia cerebral.

2.20. INVESTIGAR LA CAUSA DE LA
MUERTE.

Las causas de la muerte con que puede
encontrarse un médico legista en su investigación
pueden ser:

  • Patológicas: En ellas intervienen factores de
    orden médico como enfermedades, anómalas
    fetales, accidentes obstétricos, compresión
    craneana, etc. Pueden ser consecuencia de ineficacia o
    tratamientos médicos ya sea por la formación
    técnica carente de una base real y concreta o por el
    escaso interés por las enfermedades fetales o casos
    obstétricos.

  • Culposas: Estas tienen un interés
    médico legal más directo. Se trata de casos de
    imprudencia o negligencia de la madre a consecuencia de lo
    cual se produjo el fallecimiento. La hemorragia umbilical es
    la más importante (pérdida sanguínea por
    los vasos del cordón luego de cortarlo). Estas causas
    recaen directamente sobre la madre del recién nacido y
    se deben fundamentalmente a razones de orden económico
    y social, la negligencia no es sino consecuencia de una
    falta, deficiencia u orientación maternal.

  • Partes: 1, 2

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