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Personalidades femeninas: su importancia en el patrimonio cienfueguero



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Resultados
  4. Clotilde Antonia
    del Carmen Rodríguez López ("La Hija del
    Damují")
  5. Ana Josefa Antonia
    Fernández Velazco (Pedagoga, patriota y
    benefactora)
  6. María de las
    Mercedes Dolores Leandra Matamoros del Valle ("Ofelia")
    (Poetisa)
  7. Luisa
    Martínez Casado (Actriz)
  8. Rita Suárez
    del Villar ("La Cubanita")
  9. Ana Carlota de la
    Cruz Aguado Andreu ("La calandria
    cienfueguera")
  10. Raimunda Paula
    Peña Álvarez (Paulina Álvarez "la
    emperatriz del danzonete")
  11. María de
    Lourdes y Cristina Giral Andreu (Revolucionarias y
    mártires de la tiranía
    batistiana)
  12. Anexos
  13. Conclusiones
  14. Referencias
    bibliográficas

Resumen

La presente investigación tiene como objetivo
fundamental abordar la presencia de importantes personalidades
femeninas que conforman parte de la memoria histórica del
patrimonio cienfueguero, materializado en documentos, tarjas,
esculturas o edificaciones, cuya preservación permite su
reconocimiento sociocultural, necesario para que estudiantes,
investigadores y población en general, puedan identificar
su valioso legado. Con ello, nuestra historia local adquiere un
verdadero sentido de pertenencia de nuestra identidad.

La metodología utilizada fue la
inventarización de las evidencias físicas
existentes a escala urbana, en archivos y bibliotecas,
entrevistas abiertas a profesores de centros educacionales,
directores y especialistas de museos, así como
guías turísticos y revisión
bibliográfica relacionada con el patrimonio
local.

Los métodos empleados permitieron comprobar la
carencia de información sobre la temática
estudiada, así como la existencia de pocas acciones de
revalorización y conocimiento de las personalidades
estudiadas, por parte de las entidades encargadas de su
promoción y divulgación, con fines educaciones,
turísticos y como elementos identitarios significativos
para la población en general.

Introducción

Un aspecto relevante en la historia de cualquier
comunidad lo constituyen aquellas personas que por la
significación de sus actividades, devienen en
personalidades que marcan el período histórico en
que se desarrollaron.

Estas notables figuras dejan su impronta a lo largo del
tiempo y conforman la memoria histórica del patrimonio
local, ya sea en documentos bibliográficos o en tarjas,
esculturas o edificaciones que resultan de vital importancia para
la preservación y difusión de la vida y obra de
aquellos que nos antecedieron e identifican hoy los valores
patrimoniales de nuestra Patria Chica.

Trabajar para la conservación de las evidencias
existentes sobre dichas personalidades es tarea primordial de la
Oficina del Conservador de la Ciudad y el Centro Provincial de
Patrimonio, como vía idónea de lograr su
reconocimiento sociocultural.

Con tales propósitos, el objetivo esencial de la
presente investigación es abordar la presencia de
importantes personalidades femeninas a partir de la
valoración de sus acciones, materializadas hoy en diversas
modalidades expresivas, necesarias para que estudiantes,
guías de turismo, investigadores y población en
general, puedan identificar su valioso legado. Con ello, nuestra
historia local adquiere un verdadero sentido de pertenencia de
nuestra identidad.

Como premisa, se parte de la siguiente situación
problémica: ¿Cómo contribuir al fomento de
acciones que permitan el reconocimiento de las personalidades
femeninas cienfuegueras, cuyo legado enorgullece la historia y la
cultura locales, a fin de potenciarlas como elementos
identitarios que requieren de reconocimiento entre visitantes y
cienfuegueros en general.

Desde el punto de vista teórico, la
investigación constituye un material de apoyo,
válido para la docencia en los diferentes niveles de
enseñanza del territorio, la capacitación
sociocultural del capital humano del sector turístico y
con posibilidades de ser publicada total o parcialmente en
diferentes medios.

Referido al tema abordado, fueron consultadas las
planillas de inventario existentes en la Oficina del Conservador
de la Ciudad, muchas de las cuales fueron completadas en su
información, documentos existentes en la misma y el Centro
provincial de Patrimonio, investigaciones anteriores de las
autoras, el Arq. MSc. Irán Millán Cuétara y
el MSc. David Solewr Marchán, relacionadas con la historia
y el patrimonio cienfueguero, así como publicaciones
periódicas locales y páginas web.

La elaboración de un material único, que
resuma el quehacer de las personalidades femeninas investigadas,
resulta novedoso, en tanto sólo existe información
dispersa en diversas fuentes documentales, accesibles en la
mayoría de los casos solamente a investigadores
acreditados.

Resultados

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Aunque envueltas en la magia de nuestras leyendas
locales, existen dos esculturas alusivas a figuras femeninas que
hoy se reconocen como identitarias de la historia y la cultura
cienfuegueras. Estas son: la escultura de la india Guanaroca y la
denominada Bella durmiente.La primera, ubicada en lo que
conocemos como la rotonda (calle 37 y avenida 0) fue realizada
por proyecto constructivo del Arq. Irán Millán
Cuétara y la afamada escultora cubana Rita Longa
Aróstegui. Está inspirada en una de las más
hermosas leyendas del período prehispánico,
relacionada con el surgimiento de la vida en la región,
así como la formación de la laguna de Guanaroca y
los cayos del interior de nuestra hermosa y fortificada
bahía de Jagua. Los materiales que se emplearon en su
ejecución fueron bloques, piedra

y estuco para el estanque y latón y bronce para
la representación de la india. Su emplazamiento se
llevó a cabo el 10 de julio de 1988 y con este conjunto
escultórico de grandes valores artísticos y
ambientales se ha logrado una elegante perspectiva espacial para
esta importante zona citadina y un incentivo para el conocimiento
de nuestras hermosas leyendas precolombinas.

La escultura reconocida como "la bella durmiente" en el
decir popular, también ha devenido en legendaria imagen
del Cementerio de Reina, Monumento Nacional desde el 30 enero de
1990, por ser el único de su tipo en el país que
conserva sus paredes en forma de nichos verticales, como se
realizaban las exhumaciones durante nuestro siglo XIX.

Clotilde Antonia
del Carmen Rodríguez López ("La Hija del
Damují")

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Esta destacada personalidad cienfueguera nació en
esta ciudad el 3 de junio de 1829. Fue la primera poetisa
reconocida por su talento artístico en Cienfuegos.
También se destacó como pedagoga, faceta en la que
su mayor mérito consistió en enseñar
gratuitamente la instrucción primaria a niños
pobres.

A pesar de no pertenecer a una familia adinerada,
Clotilde del Carmen Rodríguez poseía una vasta
cultura. Dominaba los idiomas inglés y francés y su
casa era punto de reunión para los amantes de las letras.
Según refieren los historiadores locales Pablo Rousseau y
Pablo Díaz de Villegas, el libro que recogía los
versos de esta poetisa apareció publicado sin su
consentimiento. (1). Esta recopilación, realizada por
Antonio González Curquejo, contiene los poemas "La Tarde",
"La lluvia", "A la niña Anita Buigas, remitiéndole
un ramo de flores", "Pensamientos", "Colón y Las Casas" y
"Noches de Cuba", mientras que en el documento mecanografiado que
se conserva en la Biblioteca Provincial "Roberto García
Valdés" aparecen algunos otros que responden a los
siguientes títulos: "A orillas del río Jabacoa",
"Un socorro tardío", "A orillas del mar",
"Melancolía al morir la tarde" y "Las nubes".

En este mínimo conjunto de once poemas
predominan, desde el punto de vista formal, las composiciones en
versos de arte mayor, endecasílabos sobre todo. Incluso en
la titulada "Pensamientos" se utilizan alejandrinos y
versículos. También aparecen algunos en que la
autora emplea una estructura que semeja la de la oda o la silva,
si se atiende a la métrica, ya que en ellas se combinan
endecasílabos con heptasílabos, pero si se examina
la rima, esta prácticamente está ausente o cuando
más son consonantes en una estrofa solamente los versos
pares, mientras en otros sitios se trata de introducir una cierta
asonancia que para nada tiene que ver con la identidad de la
estrofa. (2) Las temáticas abordadas en su poesía
pueden catalogarse en líricas o sentimentales y civiles o
históricas. (Ver Anexo 1)

También se destacó como dramaturga.
Escribió varias comedias en prosa y en verso y un drama
titulado "César". Entre las primeras producciones, o sean
las comedias, merecen especial mención las tituladas "Fe,
Esperanza y Caridad", en dos actos y tres cuadros, y "Aprieta
pero no ahoga", en dos actos. Su mejor producción de este
género parece ser la comedia de costumbres cubanas y de
marcado sabor local intitulada "Una noche en el campo", o "El
velorio de la Caridad", considerada por los críticos como
una filigrana literaria. Esta alusión a la crítica
nos hace suponer que las mencionadas obras fueron representadas,
pero consideramos que en tan temprana fecha del desarrollo de la
localidad, las representaciones se realizaran por artistas
aficionados al arte, también mencionados por los
historiadores citados.

No obstante los incuestionables valores
señalados, que de hecho constituyen sobrados
méritos para su reconocimiento, consideramos que su mayor
aporte al territorio fue el diseño y confección de
la bandera de Cienfuegos y este hecho sirve para aludir a otra de
sus más significativas virtudes: su patriotismo e
independentismo.

Nuestra bandera, inspirada en los colores de la bandera
francesa, símbolo desde 1789 de los ideales de Libertad,
Igualdad y Fraternidad, fue elaborada por esta patriota para que
sirviera de estandarte a las tropas cienfuegueras que se
alzarían en armas el 7 de febrero de 1969, durante nuestra
primera campaña independentista de la metrópoli
hispana. En manos del también revolucionario cienfueguero
German Barrios Houard, quien alcanzara el grado militar de
Teniente Coronel y Jefe del

Estado Mayor del General Adolfo Fernández Cabada,
la bandera expresó el sentir de los más dignos
ideales de emancipación de esta región.

Sobre fondo tricolor, la bandera tiene símbolos
identitarios que se refieren a elementos representativos de la
época: en la franja azul, una cruz equilátera
blanca que recuerda la religión cristiana; en la blanca,
el escudo local y en la derecha aparecen tres triángulos
rojos con una estrella blanca en el centro, en alusión a
la bandera cubana.

Por sus grandes aportes a la historia y la cultura de
Cienfuegos a Clotilde del Carmen Rodríguez, identificada
como "la Hija del Damují", le fue erigido el 24 de febrero
de 1921, un busto de mármol blanco, en la esquina suroeste
del parque José Martí (avenida 54 y calle 25) por
iniciativa de Pedro Modesto Hernández, prestigioso
promotor de la vida sociocultural cienfueguera. En el pedestal se
aprecia la siguiente inscripción:

A Clotilde del Carmen Rodríguez

Su ciudad natal.

"La Hija del Damují", poetisa, modelo de virtudes
cristianas y ferviente patriota.

También fue ubicada en 1950 una tarja en el lugar
donde nació en Calle 31 entre las avenidas 50 y 52, en la
fachada lateral de lo que años después fuera el
Centro Mercantil. El texto de la tarja dice:

Clotilde A. del Carmen Rodríguez

La Hija del Damují

Exquisita poetisa y patriota cienfueguera

Abrió sus ojos al mundo en este lugar

El 3 de junio de 1829

Y los cerró para siempre el 15 de abril de
1881

Las sacerdotisas del Hogar

"La Hija del Damují No. 23

Orden Caballero de la Luz, INC.

Perpetúa este recuerdo a tan

Destacada Heroína

Cienfuegos 3 de junio de 1950

Evidencias patrimoniales existentes:

Bandera de Cienfuegos, escultura en la esquina suroeste
del parque José Martí (avenida 54 y calle 25) y
tarja en su casa natal (Calle 31 entre las avenidas 50 y
52)

Ana Josefa
Antonia Fernández Velazco (Pedagoga, patriota y
benefactora)

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Aunque nacida en Santa Clara el 8 de marzo de 1848,
realizó su labor pedagógica y de beneficencia en
Cienfuegos y fue conocida como Anita Fernández. Su primera
maestra fue Nicolasa Pedraza y Bonachea que supo preparar a la
generación que en 1869 secundó el levantamiento
independentista en "El Cafetal", antiguo barrio de Manicaragua.
El 7 de junio de 1865 recibe Diploma de Socia Facultativa de la
sección de Literatura" concedido por la "Sociedad
Filarmónica de Villaclara".

De familia patriota, al producirse el alzamiento de Yara
el 10 de octubre de 1868, se incorpora a la lucha, bordando los
escarpelos para los primeros revolucionarios
villaclareños. Su casa sirve de sede a las reuniones de la
Junta Revolucionaria de Villaclara. Un apunte de la propia Anita
Fernández señala: "Tuvimos que emigrar a la ciudad
de Cienfuegos, pues teníamos siempre al Capitán
Zurbano rondándonos la casa donde incesantemente estaban
llegando del campo insurrecto, en el cual estaban todos los
hombres de mi familia". (4) Se traslada a Cienfuegos y pronto se
reconocen su talento, cultura y buenas costumbres y varios padres
le solicitan la educación de sus hijas,
aclarándoles que ella no tenía el título de
maestra. Florece su carisma de educadora, lo cual le permite el
sostenimiento de su familia y alcanza el título de
profesora en el año 1874. Su pedagogía,
correspondiente a su época, se fundamentó en
valores evangélicos: confraternidad entre todas las
compañeras, enseñándolas a prestarse mutuo
apoyo, igualdad entre todas las niñas, aboliendo los
privilegios de castas y jerarquías. Impartía
Aritmética, Geografía e Historia de Cuba, que
enseñó a través de su propio ejemplo al
haber laborado por la causa de la independencia con valor,
tenacidad y constancia. En 1879 la Junta Local de
Instrucción Pública premia su labor
educativa.

Al producirse el alzamiento de 1895 se incorpora al Club
revolucionario de Cienfuegos y al decir de su presidente Lino
Hernández: "Anita con sus prédicas constantes nos
animaba y daba alientos" (5) Ella misma apunta: "en la Guerra de
Independencia para poder enviar los anteriores auxilios, tuve que
vender mis prendas y cristales pues yo sólo tenía
mi trabajo". (6) Hace referencias al avituallamiento de ropas,
medicinas, comida y otros a los necesitados durante la
contienda.

Cuando se desata la bochornosa acción conocida
como la "reconcentración" acometida por Valeriano Weyler
en 1896, Anita proyecta fundar el "Asilo Huérfanos de la
Patria", el que se funda el 1 de enero de 1899 en las calles de
Santa Elena y Hourruitiner, en una vivienda ofrecida por Pedro
Modesto Hernández. Anita preside el Comité
Organizador. Este asilo se traslada sucesivamente para la calle
San Carlos, luego para el Paseo de Vives y, finalmente, para el
Cuartel de Infantería en Santa Cruz y
Tacón.

El 9 de septiembre de 1901 El "Asilo Huérfanos de
la Patria" dejó de funcionar gracias a las influencias que
se movieron cerca del gobernador militar. Los niños fueron
confiados a sus familiares, personas caritativas y, en algunos
casos, llevados a La Habana a la Escuela de Artes y Oficios o la
Casa de Beneficencia, esta última a cargo de las "Hijas de
La Caridad de San Vicente de Paul", quienes a partir de 1926, por
solicitud de Monseñor Valentín Zubizarreta,
atenderían el nuevo Asilo fundado con el nombre " Anita
Fernández", bajo la asistencia espiritual de los
sacerdotes jesuitas.

En 1902, Manuel Felipe Ledón, director del
Instituto de segunda Enseñanza de Santa Clara, escribe en
la publicación periódica "El Villareño":
"… que se diafanice más y más la historia
inmaculada de esta villareña de las primeras de nuestro
profesorado, de las primerísimas en el ideal
revolucionario separatista… Porque ella redactó las
primeras comunicaciones de la "Junta Revolucionaria
Villaclareña", presidida por Miguel Jerónimo
Gutiérrez…" (7)

El 7 de agosto de 1912 por suscripción popular se
le otorga la escritura pública de la casa de
Argüelles # 268; posteriormente se traslada para Cristina #
75, casa que ofrece para que allí se instale la escuela de
Marsillán y presta así un nuevo servicio a la causa
de la educación popular. Entonces se muda a San Luis # 35
y finalmente fue a vivir en San Fernando # 286 entre Cid y
O'Donell, hoy Avenida 54 # 4514.

Fallece el 22 de enero de 1922, víctima de una
larga enfermedad. Sus restos mortales fueron depositados en la
Bóveda # 13 del Primer Patio del Cementerio Municipal de
Reina.

El 22 de mayo de 1926 se devela un monumento suyo en el
asilo que llevaba su nombre en el reparto Tulipán, primero
ocupado por el internado de enseñanza especial "Octavio
García Hernández" y donde hoy radica la Escuela de
Instructores de Arte, de igual nombre, inaugurada por Fidel el 28
de septiembre del 2001.

Evidencias patrimoniales existentes:

Escultura en la Escuela de Instructores de Arte "Octavio
García"

María de
las Mercedes Dolores Leandra Matamoros del Valle ("Ofelia")
(Poetisa)

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Nacida en Cienfuegos el 13 de marzo de 1851, está
considerada como la precursora de la poesía intimista
femenina y una de las figuras claves del modernismo
hispanoamericano, al nivel de la uruguaya Juana de Ibarburu y
Alfonsina Storni de Argentina. Utilizó el seudónimo
de Ofelia y también recibió el epíteto de
"La alondra ciega". Huérfana de madre desde los tres
años, su padre fue su primer mentor; con él
aprendió inglés y francés

e inició sus lecturas literarias. Su vida estuvo
marcada por sacrificios personales y penurias económicas.
Según el escritor cubano José Lezama Lima: en sus
versos es "donde la mujer expresa la más secreta voz de
sus instintos, renunciamientos, apetencias,
frustraciones.

En esa dimensión su colección de sonetos
El último amor de Safo, abunda en esas condiciones que le
dan su calidad de precursora de una poesía apasionada, en
el núcleo de los instintos. Buscó en los amores
mitológicos los símbolos donde su pasión
podía cumplirse cabalmente sin disimulos ni limitaciones".
(8)

Radicada en Guanabacoa, Ciudad de La Habana, en 1867 dio
a conocer sus primeros artículos de costumbres en las
publicaciones periódicas El Siglo y El Occidente.
Más tarde colaboró en La Opinión (1868). De
1878 a 1880 colaboró en El Triunfo. Publicó en El
Almendares y además en la Revista de Cuba de 1880 a 1883.
A partir de 1884 graves problemas familiares la aíslan de
las letras, se dedica al magisterio particular y labora en el
colegio María Luisa Dolz.

Poseedora de una vasta cultura y el dominio de varios
idiomas, tradujo al español obras de grandes poetas
ingleses, irlandeses, franceses y alemanes. Tradujo a Byron,
Longfellow, Chaucer, Tennyson y Thomas Moore, del inglés;
del francés, a André Chenier y a Vigny, y del
alemán a Goethe y a Schiller. (9) Hacia 1879 su
poesía alcanza gran reflejo en la prensa cubana y es
también incluida en revistas de Europa y
Sudamérica.

Su vida se desarrolló durante la segunda mitad
del siglo XIX, etapa de consolidación de la cultura y la
identidad nacionales, y de las guerras por la independencia de la
Patria. Fue contemporánea de Julián del Casal,
Juana y Dulce María Borrero, Enrique José Varona, y
del Héroe Nacional José Martí, quien
escribió sobre un abanico de la poetisa hermosos versos,
dedicados a ella:

A Mercedes Matamoros: "Como las plegarias, pura; / como
la cólera, altiva; / como tus sueños, triste; /
como la inocencia, tímida; / tú, la doncella
garbosa / en cuyos ojos anidan / blandas miradas de
tórtola, / trágicas luces sombrías./
¡Mercedes! Bien nos las hizo / quien dio encomienda a las
brisas / de que bordaran tu cuna / del Almendar en la orilla /
con hojas de nuestras cañas / y flor de nuestras
campiñas." José Martí. (10)

La mejor de las obras de Mercedes Matamoros es el
poemario El último amor de Safo. Lo componen veinte
sonetos que consagran a la autora entre los grandes cultivadores
de este género poético. Sus versos son
fáciles, armoniosos y rotundos. Cada soneto dentro del
poema encierra un pensamiento completo y se enlaza con los
anteriores y con los siguientes solamente por el estado
anímico que representa dentro del proceso de la
pasión sentida por la protagonista de la obra. Algunos son
verdaderas joyas labradas para lucimiento de antologías si
no se supiera que la autora, enemiga del artificio se negó
a introducir en ellos modificaciones de forma que críticos
amigos le aconsejaron después de leer por primera vez los
poemas. Si se quiere dar una impresión completa de su obra
poética es imprescindible referirnos a la poesía
patriótica, inspirada por un vehemente amor por Cuba que
ella condensó en la contestación que diera a una
encuesta hecha por «El Fígaro»:
«-¿Si usted no fuera cubana, en dónde
quería haber nacido?» «-Si yo no hubiera
nacido en Cuba, quisiera haber nacido en Cuba.» Esto en
cuanto a su amor por Cuba, que en cuanto a su idea de lo que es
la Patria la encontramos definida en una estrofa de la Sensitiva
XX:

Bastarán una flor, una armonía,

para acordarte de la ausente Patria,

Ella es tu madre, y por la madre siempre

derrama el hombre sus mejores lágrimas.
(11)

Mercedes Matamoros también expresó su
patriotismo cuando se presentó con el pelo suelto y un
lazo azul en la cabeza, en el teatro Villanueva, la noche del 22
de enero de 1869, cuando los cubanos allí presentes
hicieron sentir su apoyo a la lucha independentista que se
libraba en la Isla desde el 10 de octubre de 1868. Existen
testimonios de que, durante los diez años que duró
la guerra no publicó nada, para no hacerlo en medios
favorables a la metrópoli. Y, en la triste hora de la
muerte de Martí en Dos Ríos, fue de las primeras en
rendir lírico tributo al Apóstol. En sus rimas
también late el drama de los aborígenes barridos
por la colonización; y el del cimarrón asesinado,
para quien no desea la resurrección si es para que vuelva
a ser esclavo. Significativamente dedicó sus Siemprevivas
a los ocho estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre
de 1871. (Ver Anexo 2)

Es notable la discrepancia que existe en cuanto a la
ubicación de Mercedes en las escuelas literarias: Aniceto
Valdivia, por ejemplo, dice que "en la poesía cubana ella
representa el clasicismo en toda su fuerza", Chacón y
Calvo y Rafael Esténger la sitúan en el
romanticismo, Hortensia Pichardo en el premodernismo y
José Lezama Lima y Fina García Marruz la encasillan
en el modernismo. Nosotros opinamos que su obra fue de un
romanticismo algo mitigado hasta fines de la década del 70
del siglo XIX, pero a partir de 1878, cuando fueron
enriqueciéndose sus dotes naturales con el trato personal
de Martí, fue derivando hacia un premodernismo que salta a
la vista en algunos de sus poemas.

En uno de ellos, el titulado "A una joven cantora" llega
a combinar octosílabos y endecasílabos en una misma
estrofa, que es antirrítmica según los
preceptistas, opinión que compartimos, salvo cuando los
versos están constituidos por pies dactílicos
acentuales. El único antecedente que conocemos de esta
combinación de metros musicalmente antagónicos es
el de los poemas "Baile" y "Guantes Azules" de Martí, lo
que prueba, a nuestro juicio, que él influyó
directamente en ella, al menos en la
versificación.Mercedes Matamoros falleció en
Guanabacoa, Ciudad de La Habana, el 25 de agosto de 1906. A
raíz de su muerte, Antonio González Curquejo
afirmó que "era la más genial de las poetisas
cubanas contemporáneas" y cierra su nota
necrológica con estas palabras: "Descanse en paz la
insigne poetisa cuyo nombre fulgurará siempre con luz
intensa en el Parnaso cubano". (12)

En el paseo del Prado cienfueguero, (calle 37 entre las
avenidas 52 y 54), en la patriótica fecha del 10 de
octubre de 1921 y por iniciativa de Pedro Modesto
Hernández, se erigió en su memoria un busto de
mármol blanco de Carrara, de 3.00 ms. de altura, de gran
valor artístico, ejecutado por el escultor E.
Baralta.

El texto que aparece en el pedestal del busto
dice:

Mercedes Matamoros

(Ofelia))

1858-1907

la desventurada cantora del dolor

su ciudad natal

Evidencias patrimoniales existentes:

Escultura en el paseo del Prado cienfueguero, (calle 37
entre las avenidas 52 y 54).

Luisa
Martínez Casado (Actriz)

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Nace en Cienfuegos, el 28 de agosto de 1860. Se inicia
en el teatro Avellaneda, fundado por su padre, Luis
Martínez, a los tres años de edad. A los nueve
recibe su primer elogio en la prensa local. A los 15 años
fue contratada como Dama joven, estrenando la obra "O locura o
santidad". En junio de 1878 se trasladó a España
para estudiar declamación en el Conservatorio de Madrid
donde obtuvo el primer premio en el concurso público
celebrado a la terminación del curso.

Trabajó en los teatros Español, Jovellanos
y Apolo, de Madrid; y en los principales de España,
así como en casi todos los de Cuba y en los de Colombia,
Méjico, Venezuela, Santo Domingo y Puerto Rico, entre
otros. Obtuvo el 29 de noviembre de 1889 un gran éxito en
el teatro Principal de Granada, con la comedia en tres actos
Divorciémonos. En México durante una función
a su beneficio, arrebatado el publico por el entusiasmo, le
arrojó a la escena mil doscientos ochenta bouquet, ciento
diecisiete coronas y más de mil doscientos ramilletes de
rosas, la prensa mexicana la obsequió con una valiosa
corona de oro, con la dedicatoria siguiente: La Prensa de
Méjico a Luisa Martínez Casado. (13)

Contrajo matrimonio con Isaac de Puga, el 1 de enero de
1891.

Cuando se celebró en Cienfuegos un plebiscito
para saber el nombre que debía ponerse al teatro
construido en la esquina de Prado y Santa Clara, triunfó
el nombre de Luisa Martínez Casado, como reconocimiento
del pueblo cienfueguero a tan insigne actriz.

Casi todas las reseñas de sus actuaciones son
elogiosas. Su único descalabro parece haber sido el Hamlet
que hace con el actor Burón, según reseña el
periódico Diario de La Marina. (14) Dio crédito a
los traductores de las obras que representaba; algo no usual en
la época, entre ellos a Ventura de la Vega, que tradujo a
Scribe y José Echegaray, traductor de "María Rosa",
de Guimerá.

Creó su propia compañía teatral que
alcanzó gran éxito en España, pero
eligió "hacer las Américas" en lugar de continuar
allí una vida de éxito y seguridad. Falleció
en esta el 28 de septiembre de 1925.

Existen valiosos exponentes relacionados con esta
eminente figura del "arte de las tablas". En el Museo
Histórico Provincial se muestran pertenencias y documentos
que permiten apreciar su significación.

Evidencias patrimoniales existentes:

Documentos, fotos, accesorios de actuación,
corona de laureles, en el Museo Histórico Provincial y
cine-teatro "Luisa" en el Paseo del prado.

Rita
Suárez del Villar ("La Cubanita")

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Hija de una acaudalada familia del centro sur de la
Isla, Rita Suárez del Villar nació el 22 de marzo
de 1865 en la ciudad de Cienfuegos. En singular
combinación de fragilidad física y fortaleza de
espíritu, muy pronto comienza a vincularse con
jóvenes que a pese a su pertenencia a familias de regio
linaje, reconocían los desmanes de la metrópoli
española y abrigaban ideas independentistas. Así,
el 13 de mayo 1896, fundó en Cienfuegos el primer Club
Revolucionario, integrado por damas distinguidas del territorio y
bautizado como ella misma, Cubanita, con la siguiente directiva:
presidenta, Rita Suárez del Villar; vicepresidenta,
Antonia Clark; secretaria, Martina Torralbas, y vocales, Caridad
García, Amalia González, Josefa Trujillo, Natividad
Hernández, Ana García y Elvira Reyes de
Cárdenas. La organización constituyó una
muestra de la labor patriótica femenina en apoyo a la
contienda bélica que se desarrollaba en los campos de Cuba
y sirvió de inspiración para la creación de
otras con los mismos fines. Como presidenta, Rita exponía
constantemente su vida, almacenando en su casa medicinas,
provisiones, ropas, pertrechos de guerra y todos los materiales
de auxilio que las patriotas cienfuegueras, integrantes de
aquella directiva, lograban reunir, auxiliadas por mujeres y
hombres de la ciudad.

Las informaciones respecto a la composición del
ejército español, que Rita le hizo le hizo llegar a
Máximo Gómez, devinieron factor importante para la
estrategia del Generalísimo y de Antonio Maceo en el
combate, y propició un saldo positivo para las tropas
independentistas cubanas.

El propio Gómez reconoció que el Club
fundado por Rita "había prestado muchos y muy valiosos
servicios a la causa de Cuba durante la última guerra de
independencia y que por medio del mismo se trasmitía con
frecuencia la correspondencia oficial y particular al campo de la
contienda y viceversa". (15)

Culminada la epopeya libertadora, la Cubanita
continúa integrándose a organizaciones
revolucionarias y antiimperialistas, como demostración de
su inconformidad con la vuelta que la historia le había
dado a la independencia de Cuba, que pasó de colonia de
España a neocolonia de Estados Unidos. Tales son los casos
del Comité Pro-Homenaje a Bayamo y del Comité de
Damas, este último con el objetivo de construir en el
Paseo de Vives y Zaldo, por suscripción popular, el
Monumento a los mártires de la Independencia fusilados en
la Playa de Marsillán.

Recibió múltiples condecoraciones y
homenajes populares por los servicios prestados a la causa como
insigne activista de la clandestinidad en los duros y
difíciles días de la guerra.

Durante el gobierno del dictador Fulgencio Batista, se
intentó manipular el nombre de Rita a favor de intereses
del régimen, pero la patriota demostró siempre su
desacuerdo y se retiró a vivir de su pensión en su
casa alejada del centro de Cienfuegos, en el reparto La
Juanita.

Tuvo una larga vida que alcanzó la segunda mitad
del pasado siglo. Murió el 24 de octubre de 1961. Sus
libretas de apuntes, documentos personales y un epistolario
aparecen recogidos en el libro Aún crecen las
siemprevivas, vida de Rita Suárez del Villar, de Doris Era
González y José Díaz Roque, publicado por la
Editorial Mecenas y que al decir de sus autores tiene el
propósito de "salvar la historia de una figura no
suficientemente divulgada". (16)

Al conocer de su muerte, el Generalísimo
Máximo Gómez Báez expresó: "en su
tumba siempre debería haber un ramo de siemprevivas,
porque La Cubanita, amiga incondicional y proverbial cienfueguera
consagrada a la Patria debe estar eternamente brillando con luz
propia". (17)

Su actividad revolucionaria la relaciona con la
construcción del Arco de los Obreros, única
construcción conmemorativa de este tipo que se encuentra
en el Parque José Martí. En una de las reuniones
del Club patriótico que llevaba su nombre, el maestro de
obras Antonio Ferrer propuso erigir el arco en la entonces Plaza
de Armas, que perpetuara la memoria de los obreros que se
habían ofrecido a construirlo de manera gratuita y en
homenaje a la República.

Gran parte de su correspondencia con el General
Máximo Gómez puede apreciarse en la
publicación Cartas desconocidas de Máximo
Gómez y Rita Suárez del Villar, de los
investigadores cienfuegueros Doris Era González y
José Díaz Roque, publicada en 1992 por la Editorial
Mecenas del Instituto Cubano del Libro.

En su honor, el Archivo Histórico Provincial de
Cienfuegos, lleva su nombre y atesora valiosos documentos
relacionados con la insigne patriota.

Evidencias patrimoniales existentes:

Documentos en el Archivo Histórico Provincial que
lleva su nombre, tarja en fachada de su casa natal en Calle 37
entre las avenidas 54 y 56 (actual tienda TRD)

Ana Carlota de la
Cruz Aguado Andreu ("La calandria
cienfueguera")

Monografias.com

Nació en Cienfuegos el 3 de mayo de 1866. Se
educó en Colegio "Santísima Trinidad" dirigido por
Rafaela González de Mendoza, y recibió sus primeras
lecciones de solfeo de la autora de sus días. A los 10
años de edad se trasladó con su familia a Galicia,
donde pudo desarrollar mejor sus condiciones para el canto y la
música, recibiendo lecciones de piano del notable profesor
Casas y de canto del Presbítero Antonio Díaz. En la
Coruña hizo sus primeros ensayos públicos, tanto en
el piano como en el canto, haciendo brillar su habilidad.
Regresó a Cienfuegos en 1883 y trató de levantar el
espíritu artístico de su ciudad natal.

Rodeada de los músicos Tomás Tomás,
Manuel Jiménez (Lico) y de Sebastián Guell,
organizó una sección de declamación en la
Sociedad de Artesanos donde obtuvo grandes triunfos y desde esa
fecha fue conocida por "la calandria cienfueguera". Puso su voz
al servicio de tertulias y actos artísticos,
principalmente en el Centro de Artesanos, en el cual se
congregaba la mejor sociedad local. Con piezas de zarzuelas
españolas y arias del género operístico, la
Aguado triunfó desde aquel escenario con su voz de soprano
dramática, caracterizada por una gran extensión y
la belleza de su timbre.

No faltaron tampoco en su repertorio, prestigiosos
autores cubanos, como Laureano Fuentes, a quien en 1899
estrenaría la ópera Seida. Este año citado
la llamada "calandria cienfueguera" marchó a Nueva York,
donde continuó recibiendo lecciones de canto y
música con el profesor Emilio Agramonte.

Desde 1897 había iniciado relaciones
sentimentales con el también músico cienfueguero
Guillermo Tomás, director de orquesta y banda,
musicólogo, profesor y compositor. Unidos asimismo por la
vocación artística, el 19 de mayo de 1890 se
celebró la boda en la barriada de Brooklyn, donde fijaron
su residencia. En plena luna de miel recibió el
requerimiento de nuestro Apóstol José Martí,
para que uniera a los felices momentos de su vida, el inefable
goce de cooperación en la causa de la independencia
cubana. De inmediato tomo parte activa en la velada celebrada en
el "Hardman Hall" el día 16 de Junio de 1890, contestando
a las ovaciones del público, que sabía para que
eran destinados los fondos de aquella función: -"Para
disponerse a morir es necesario oír antes una voz de mujer
que canta por su Patria". (18)

Desde ese momento, no cesó "la calandria
cienfueguera" de cantar para Cuba, de ayudar a sus hermanos con
colectas y ayudas materiales de medicinas, armas, ropas,
alimentos y cuantas cosas juzgara necesarias a los insurrectos.
La prensa norteamericana celebró su actuación en
variadas ocasiones y los cubanos bendijeron a distancia a quien
de manera tan decidida y variada cooperaba en la causa de la
independencia.

Desde su presentación en el "Hardman Hall", la
Aguado resultó familiar a los emigrados cubanos que
ovacionaban su arte, a la par que ella multiplicaba sus tareas
patrióticas. Por aquel entonces estaba en el apogeo de su
talento y de sus energías.

El propio Guillermo Tomás narraría una de
las más emotivas páginas escritas por su esposa en
aquellos días: "Acababa de vacar la plaza de soprano
solista de la famosa iglesia San Francisco Javier. La capilla de
ese templo tenía mucha fama y el mérito alto de sus
interpretaciones de los grandes maestros como Bach, Haydn,
Mozart, Beethoven, Weber y Schubert, convertía el santo
lugar en el punto de cita de artistas y aficionados no
sólo de la localidad sino también en los barrios
extremos. Ana Aguado, aun no poseyendo entonces suficientemente
el inglés para hacerse entender, no titubeó en
acudir a la inscripción de aspirante, cabiéndome el
placer de acompañarla y de servirle de intérprete
Saludó a los cantantes y al organista de la capilla con
aquella gracia y aquel donaire suyos, sometiéndose acto
seguido risueña y solícita a la tremenda prueba. La
obra elegida por el tribunal era la "misa en fa", de Schubert,
peligrosa y dura de leer y la cual positivamente ella no
había visto jamás. Allá va el "kirie" sin un
tropiezo, luego sigue el "gloria", a cuya conclusión los
demás cantantes la felicitan y cuando el organista
está a mitad del "credo" una voz del tribunal dice:
–Basta. Sigue la pieza de libre elección.
¿Cuál es? El "Ave María" de Bach y Gounod
¡Cómo la cantó! Las mujeres de la capilla la
abrazaron, el organista le vaticinó su triunfo, mientras
yo, en un rincón del coro y bañado en
lágrimas, me sentía desfallecer. (19)

Así la modesta calandria cienfueguera
triunfó gloriosamente de sus veintidós aguerridas
contrincantes." Tras aquel triunfo en la iglesia San Francisco
Javier, de Nueva York, así como en otros escenarios y
fiestas organizadas en esa urbe, Ana Aguado prosigue en sus
labores patrióticas.

Atraía y conciliaba a indiferentes a la lucha por
la independencia de Cuba, alentaba a los indecisos y
añadía fuego al fervor de los más
devotos.

Su encanto personal y su diligencia intervenían
en la en la organización de festejos tendentes a obtener
fondos para la causa emancipadora de la nación antillana,
ya fuera vendiendo billetes en las calles, entrenando a grupos de
aficionados en el arte escénico para incorporarlos a sus
espectáculos y responsabilizándose siempre con la
mayor parte del programa.

La prensa cubana de Nueva York recogería en sus
columnas los ecos de tales actividades de "la calandria
cienfueguera". En 1897 vino al mundo su hijo Enrique. Absorbida
por las atenciones al niño renunció a su puesto en
la Iglesia de San Francisco Javier para consagrarse a su papel
como madre. En aquella etapa ella y Guillermo Tomás
recibieron la noticia del triunfo de los cubanos en armas y
determinarían regresar a La Habana. Desde el primer
momento en tierra cubana, la Aguado intentó revalidar sus
laureles ante el público habanero y dejó escuchar
su voz en el Salón López ante un numeroso
auditorio.

Una afección bronquial conspiró contra
aquella maravillosa garganta. Su voz, salvo transitorios momentos
de retorno a la salud, nunca más alcanzó su antigua
fuerza. Durante esas circunstancias adversas de su vida, se
afanó en la pedagogía para la cual poseyó
extraordinarias aptitudes.

Llegó a ocupar la subdirección y la
enseñanza del canto en la Escuela Municipal de
Música, fundada por su esposo. Entre 1908 y 1913
cantó en los teatros Nacional y Payret en famosos
conciertos organizados y dirigidos por su cónyuge, ya en
funciones de director de la Banda Municipal de La
Habana.

Serafín Pro, Hubert de Blanck, Serafín
Ramírez y Blanche Baralt la consagraban en sus
crónicas.

El 6 de mayo de 1921 puso fin a la existencia de Ana
Aguado. En su honor, en la década de 1990, se
construyó el parque que lleva su nombre en Calle 37, entre
las avenidas 18 y 20, Punta Gorda, Cienfuegos. Fue realizado por
proyecto de los arquitectos Irán Millán y Eduardo
Mustelier Carrizo. El medallón es obra de los artistas de
la plástica Pura Carrizo (diseño) y William
Pérez (ejecución).

Evidencias patrimoniales existentes:

Parque y monumento conmemorativo La Calandria en Calle
37, entre las avenidas 18 y 20, Reparto Punta Gorda

Raimunda Paula
Peña Álvarez (Paulina Álvarez "la emperatriz
del danzonete")

Monografias.com

La emperatriz del danzonete", inicia su trayectoria
musical a los 9 años y con sólo 15 es considerada
una buena cantante. Es la primera voz femenina que registra la
historia del danzonete, cuando surge este género en 1929.
Según el musicólogo Ezequiel Rodríguez,
poseyó una voz privilegiada, buen gusto y un original
estilo que supo imprimir a cada una de sus interpretaciones. Hizo
gala del dominio de las más complejas configuraciones
rítmicas, cualidades que la convierten en una de las
preferidas por el público nacional.

Integró en 1931 la orquesta "Elegante" con la que
interpretó números como "Campanitas de cristal",
"Capullito de alelí", "En un bazar", "Junto al
cañaveral", "Mírame más" y "Margot". En 1934
canta con la orquesta de "Neno" González y en 1935 es
artista exclusiva de la emisora CMQ, donde populariza
números como "Lágrimas negras" y "Échale
salsita".

Partes: 1, 2

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