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Realidad tras un mundo de fantasía (página 3)




Enviado por Maria Angelica Loeber



Partes: 1, 2, 3, 4

Después de algunos percances, lograron reunirse
los cuatro en las Tumbas y continuar con su viaje. Pero antes
Aravis les contó todo lo que había escuchado en la
habitación del Tisroc, lo que los apresuró a llegar
lo antes posible a Narnia, para dar aviso del ataque. Comenzaron
a andar en la dirección que Shasta había marcado.
El viaje por el desierto se dio entre trotando y caminando, y en
los momentos de andar, los niños también lo
hacían al lado de los caballos. Al llegar el amanecer, ya
habían dejado a Tashbaan muy atrás. A medida que
pasaba el día, habíamos y más calor, y hubo
un punto en el cual Shasta no pudo caminar más pues estaba
descalzo y la arena le quemaba los pies. Por fin, aquella noche
encontraron el paso que buscaban. Aunque al principio era algo
tosco, lograron llegar a un valle con pastos blandos y
agradables, y con un riachuelo. Todos tomaron agua, se
refrescaron, y sin pensarlo, se durmieron. A la mañana
siguiente despertaron, como al mediodía, muy afanados y
preocupados, pues debían llegar a Archenland a dar aviso
del ataque. Aunque sin importar el afán, Bree se tomo su
tiempo para comer, pues consideraba que no podía seguir
sin hacerlo, sin importar lo que dijeran sus compañeros.
Cuando terminaron siguieron con el viaje, por varias horas por el
valle, y comenzaron a ver paisajes verdes, y un gran río,
y sus ánimos mejoraron. Finalmente llegaron a Archenland,
país vecino de Narnia, después de cruzar el
río Flecha Sinuosa. Todos se encontraban maravillados con
el paisaje y el lugar, cuando Shasta vio por detrás de
ellos al ejército de Harbadas. De nuevo tuvieron que
correr con todas sus fuerzas, para llegar primero y tener tiempo
suficiente de alistar la defensa. "La carrera fue agotadora para
los caballos. Cada vez que coronaban una elevación
encontraban otro valle y otra cadena montañosa al otro
lado"[64]. El ejército de Rabadash se
encontraba en el Río. En ese momento, hubo un sonido que
alarmo a todos: un rugido. Tras ellos venía un
León, Bree aceleró mucho más, y dejaron a
Hwin atrás. Al frente había una pared verde, con
una puerta abierta en el centro, y un hombre en ella. Shasta
volvió a mirar atrás, el león había
casi alcanzado a Hwin, quien corría lo más
rápido que podía. El niño le dijo a Bree que
debían regresar a ayudarlas, pero el caballo siguió
adelante. Shasta se lanza del caballo y va a ayudar a Aravis y
Hwin, sin saber muy bien que hacer. Antes de alcanzarlas, el
león hiere a Aravis en la espalda. Al ver esto Shasta se
lanza sobre el animal, sin ningún tipo de arma, y
después de gritar "¡Vete a
casa!"[65], sorpresivamente el león se
detuvo y salió huyendo. Los cuatro entraron por la puerta,
y el hombre la cerró detrás de ellos. Ayudó
a Aravis a bajar de Hwin. Shasta pregunta si es el Rey Lune, a lo
cuál el responde que no, que es el ermitaño del
Linde Meridional, pero que no hay más tiempo. Debe correr
sin parar hasta donde esta el Rey Lune y ponerlos bajo alerta,
pues Rabadash ya había encontrado por donde cruzar el
río. Aunque a Shasta no le gustó la noticia y le
pareció injusto, pregunta donde esta el Rey y sale en su
busca. El ermitaño se encargó de cuidar de los
caballos y de Aravis, curó sus heridas, que no eran
profundas, y les dio de comer a todos. A la mañana
siguiente Bree se encontraba deprimido, se sentía
humillado por no haber sido capaz de regresar por los
demás en lugar de salvarse el mismo, mientras que Shasta
lo hizo, pero el Ermitaño se limitó a decirle que
solo perdió su vanidad, y por eso no debería
entristecerse.

Shasta había corrido todo lo que pudo, y
finalmente, logró encontrar un grupo de personas que
estaba de caza, con el Rey Lune entre ellos, tras una
pequeña confusión momentánea con Corin,
Shasta dio el mensaje que iba a dar, y todos salieron hacia
Anvard, para resguardarse, dando un caballo a Shasta, el problema
es que el nunca había dirigido a Bree por lo que no
sabía usar las riendas, ni hacer que el caballo le hiciera
caso, por esta razón después de un tiempo se quedo
del grupo, y tomó otro camino, además que todo se
encontraba nublado. En un momento llega a una bifurcación
en el camino, y fuera de eso, Rabadash lo alcanza, motivo que lo
lleva a tomar el camino que no siguió el ejército
de Rabadash, esperando llegar a alguna parte. En medio de la
neblina comenzó a sentir una presencia, y después
de mucho tiempo se atrevió a preguntar quien estaba
allí. La voz que respondió era sonora y profunda.
Shasta pensó que podía ser un gigante o un
fantasma, pero luego desecho la idea. Dijo que era la persona
más desdichada en el mundo, y comenzó a contar sus
desdichas. No conoció a sus padres, y había sido
criado severamente, la persecución en la playa por los
leones, los inconvenientes en Tashbaan, la noche en las Tumbas,
el viaje en el desierto, las heridas de Aravis, y que no
tenía que comer[66]Después de esto
la Voz dijo que no era desdichado, y que solo se había
encontrado con un león, a lo que Shasta preguntó
que como lo sabía, y recibió una respuesta
inesperada:"Yo era el león"[67]. Le explica
que el ha sido el león que siempre ha estado con
él, incluyendo el gato en las Tumbas de los Reyes,
asegurándose de que estuviera a salvo y que lograra
cumplir con su función. Shasta volvió a preguntar
quien era, a lo que recibió una sola respuesta:"Yo mismo",
la neblina comenzó a disiparse, y cuando se fue, pudo ver
a su lado al León, del cual procedía una luz
dorada. Saltó de la silla y se quedó allí en
silencio, después la neblina se mezcló con la luz,
y Shasta quedo solo con el caballo, en una ladera verde. Al lado
había quedado una huella que le proveyó agua y
frescura. Ahora se encontraba en Narnia.

Mientras exploraba el paisaje se encontró con un
erizo que lo saludo, al cuál le contó que
había un ejército atacando Anvard, luego
apareció otro narniano, a quien le contaron la historia, y
así sucesivamente se iban uniendo más y más
criaturas, sin hacer nada, hasta que aparecieron una cierva y un
enano, la primera fue con el mensaje a los reyes de Narnia, y el
segundo se encargo, con sus hermanos de alimentar a Shasta, quien
después de comer cayó profundamente dormido. Al
otro día apareció el ejército de Narnia, con
el Rey Edmund, la Reina Lucy y Corin, entre muchos otros animales
y criaturas. Pararon a tomar un bocado, y Corin aprovecho para
acercarse a Shasta y saludarlo, además de presentarlo.
Corin hizo que un enano saliera herido, de modo que hizo que
Shasta se pusiera su armadura y usara su pony, y así
podría participar en la batalla, idea que no le
agradó mucho a este último. Por fin los narnianos
se pusieron en marcha hacia Anvard, y cuando llegaron allí
fueron de gran ayuda. Las puertas de Anvard se encontraban
cerradas, y los calormenos tratando de abrirlas. Los narnianos
atacaron haciendo que estos se encargaran de combatir, y luego
los de Anvard salieron también a la pelea. Después
de algún tiempo de lucha, en el cual Shasta no hizo mucho,
los calormenos son derrotados, y los vencedores celebran,
mientras Shasta se incorpora, después de haber estado en
el suelo todo el tiempo. Los calormenos o habían muerto, o
huido, o estaban prisioneros, con Rabadash en este último
grupo. Shasta se encontró con Corin, quien lo llevó
ante su padre. El rey Lune lo abrazó y luego todos
comenzaron a aclamarlos a él y a Corin. Durante todo ese
tiempo, Bree, Hwin y Aravis estuvieron en el hogar del
ermitaño, donde recibieron la visita de Aslan, el Gran
León, quien le explicó a Aravis que cada una de las
heridas en su espalda era idéntica a cada una de las de la
esclava que ella durmió para huir, y que había sido
castigada. Después de esta visita, llegó otra. Era
Shasta, aunque ahora con ropa real, y su verdadero nombre era
Cor. Era hijo del rey Lune, y hermano gemelo de Corin. Al nacer
se había hecho una profecía que algún
día él "salvaría a Archenland del peor
peligro que correrá jamás"[68], por
lo que enemigos del rey lo habían raptado, y lo
querían hacer desaparecer. Aunque después de todo
había salvado a Archenland de Rabadash. Llevo a Aravis a
vivir con él en el castillo de Anvard, mientras que Bree y
Hwin fueron a Narnia. En cuanto a Rabadash, Aslan lo
castigó por su orgullo, convirtiéndolo en asno,
aunque con cura, y bajo la condición de no acercarse a las
tierras del norte más de lo necesario. Cor y Aravis se
casarón cuando fueron adultos y reinaron en Archenland de
manera justa y equitativa.

El Príncipe Caspian

Este relato comienza en Londres, cuando los hermanos
Pevensie se disponen a volver al colegio después de
vacaciones. Ha transcurrido un año desde su aventura en
Narnia, y desean volver. Mientras esperan el tren, comienzan a
sentir que los halan por atrás, y después todo a su
alrededor desaparece y terminan parados en una playa, blanca y
cristalina. Todos entienden que fue magia, pero no saben donde se
encuentran. Después de refrescarse un rato en el mar,
deciden explorar el territorio, y después de horas de
caminar se dan cuenta que están en una isla. Se adentran
en el bosque para conseguir algo de comer, y encuentran algunos
árboles frutales, y después unas ruinas cubiertas
por plantas. Después de muchas coincidencias y
situaciones, se dan cuenta que se encuentran en Narnia, y en su
antiguo castillo de Cair Paravel, solo que ahora se encuentra
completamente abandonado, situación que logran entender
después de mucho pensarlo, al recordar que el tiempo
narniano es diferente al nuestro, por lo que pueden haber pasado
cientos de años, desde su última visita a Narnia.
En cuanto entienden que están en su antiguo hogar, deciden
buscar sus regalos, unos que habían recibido en una
navidad muy especial, el escudo y la espada de Peter, la daga y
el líquido sanador de Lucy, y la aljaba con flechas de
Susan. Solo faltaba el cuerno para pedir ayuda.

Al día siguiente, mientras piensan como hacer
para salir de la isla, aparece un pequeño bote que se
acerca desde la costa más cercana. A bordo hay dos
soldados con un bulto que se mueve, es un enano. Cuando se
disponían a lanzarlo al agua, Susan dispara una flecha a
uno de ellos, para asustarlos, acción que da resultado y
ambos salen huyendo, dejando el bote y al enano en él.
Peter y Susan rescatan el bote de la deriva, y con el al enano, a
quien desatan inmediatamente, y lo primero que este dice
es:"Bueno, digan lo que digan, desde luego no parecéis
fantasmas"[69].Y explica que desde siempre han
corrido rumores de que en esas tierras habitan fantasmas, por lo
que los soldados llevaban a los enemigos allí, aunque el
enano nunca creyó en los fantasmas, los soldados
sí, explicando así porque salieron huyendo. Van con
el bote al otro lado de la isla, para evitar ser vistos, y
allí pescan un poco con unos aparejos que había en
el bote. Después de preparar el desayuno, y mientras se
dedican a comer, el enano cuenta su historia, Lo primero que dice
es que es un mensajero del Rey Caspian X, o quien "debería
ser rey de Narnia, y confiamos en que algún día lo
sea. En la actualidad sólo es rey de todos nosotros, los
viejos narnianos…"[70]. Al notar la
confusión en sus oyentes, comenzó a contar la
Historia de Caspian.

Caspian era un príncipe telmarino, una
civilización que había invadido Narnia años
atrás. Sus padres habían muerto, y lo criaba su
tío Miraz, pero a la persona que Caspian más
quería era a su aya, quien le contaba fantásticas
historias sobre Narnia, antes que de que fuera conquistada, sobre
los "Viejos Tiempos", sobre grandes seres fantásticos y
mágicos, además de animales parlantes y dioses de
los bosques y mares, y de los mismos Reyes Antiguos (niños
Pevensie) y hasta del mismísimo Aslan.. Estas historias
siempre habían fascinado al príncipe. Aunque nunca
sintió especial afecto por sus tíos, dos veces a la
semana hablaba con Miraz, aunque un día menciona a la
Vieja Narnia, situación que no le gusta a su tío
quien dice que todas aquellas historias son inventadas e
irreales, a lo cuál Caspian contesta que las ha dicho su
aya. Al día siguiente descubre que han echado al aya del
castillo y que iba a tener un tutor, situación que hace
que piense mucho más en la Antigua Narnia. Su nuevo tutor
fue el Doctor Cornelius, una persona pequeña y agradable.
En medio de sus clases se enteró que su familia no era
originaria de Narnia, sino de Telmar, y Caspian I había
ido el conquistador de aquellas tierras. El príncipe quiso
saber más de la historia de Narnia antes de la conquista y
a quien había conquistado, de lo cual su tutor le da una
pista que no fue a hombres, pero no responde la pregunta, solo
dice "¿Acaso no sabes que a tu aya la echaron por hablarte
de la Vieja Narnia? Al rey no le gusta"[71]. Pero
Caspian guardaba la esperanza de que el Doctor le contaría
más sobre el tema, lo cuál sucedió una
noche, en la cual, bajo el pretexto de observar los planetas,
ambos van a la torre más alta, sin que nadie los vea o
escuche, y allí Cornelius comienza a hablar de la Antigua
Narnia. Le cuenta que todo lo había escuchado era cierto,
pero que los telmarinos se habían encargado de expulsar a
los seres fantásticos de las tierras, y a desaparecer a
los espíritus del agua y los árboles, silenciaron a
los animales, y buscan esconder esa historia, sin embargo muchos
de ellos, al igual que Caspian, deseaban no haber hecho nada de
eso. En medio de la conversación también sale a
relucir, que el Doctor Cornelius es un medio enano, mas no un
humano. Le confiesa que extraña y recuerda toda la antigua
historia de Narnia, y que le cuenta todo eso para que les ayude,
en vista que se va a convertir en rey, idea que Caspian recibe
con regocijo. Por último, le explica que lo telmarinos le
temen al mar, en vista que en todos los relatos Aslan viene del
otro lado de este, por lo que dejaron crecer los bosque en las
costas, para no acercarse a ellos, pero también temen a
los bosques, pues se han enemistado con los árboles.
Así es como nacen las historias de fantasmas, en vista del
temor a estos lugares. Finalmente vuelven al castillo.

Se llevaron a cabo muchas otras reuniones en aquella
torre, cada vez caspian aprendía más de Narnia, sin
embargo su tiempo se vio ocupado en todo tipo de estudios,
además de descubrir que su rey era un hombre cruel, que
imponía leyes injustas Pasaron varios años, pero
una noche la reina dio a luz a un varón, por lo que
Caspian, aconsejado y ayudado por su tutor, escapó del
castillo, pues ahora Miraz tenía un heredero propio y no
necesitaba a Caspian, sin contar que él era el verdadero
heredero al trono, de modo que lo más probable era que lo
hiciera desaparecer como había hecho con todos lo fieles
al padre de Caspian, después de asesinarlo; Miraz se
quedó con el poder. Antes de huir Cornelius le
entregó una pequeña bolsa de oro, el cuerno de la
reina Susan, que traería ayuda tan pronto se hiciera
sonar. Luego de salir del castillo cada uno tomó su
camino. Caspian cabalgó toda la noche y hasta el otro
día, aunque cuando amaneció se encontraba en
tierras completamente desconocidas. Continuó su viaje,
pero comenzó una tormenta cuando estaba e medio de un
bosque, caían rayos por todas partes, también
árboles, y él caballo en medio de su desespero
comenzó una loca carrera, hasta que algo golpeo a Caspian
en la cabeza, y este perdió el conocimiento. Al despertar
se encontraba en una madriguera acompañado de dos enanos y
un tejón parlante. Ellos lo habían encontrado y
rescatado, y ahora cuidaban de él, aunque uno de los
enanos, llamado Nikabrik, insistía en acabar con
él, pues los delataría. Caspian había
encontrado a los viejos narnianos. Después de algunos
días Caspian se recuperó y les relato su historia a
las criaturas. Tras escucharla y un pequeño desacuerdo,
todos se ponen a disposición de Caspian,
declarándolo como verdadero Rey de Narnia, y acordaron
presentarles al resto de ellos. En algunos días Caspian
conoció a todo tipo de criaturas, y se estableció
un lugar de encuentro para tomar decisiones sobre la
situación. Este lugar fue el Prado Bailarín. Antes
de esta reunión el tejón, los enanos y Caspian se
encontraron con Borrasca de las Cañadas, un centauro,
astrólogo y profeta, que les hizo caer en cuenta que una
guerra se venía encima y que la reunión del Prado
Danzarín, debía ser un consejo de guerra,
afirmación que hizo que todos adoptaran una actitud
más seria y preocupada.

Por fin llega la noche del Gran Consejo en el prado.
Muchas criaturas asistieron y de todo tipo, animales parlantes,
enanos, faunos, gigantes y centauros entre muchos otros. Cuando
el consejo iba a dar comienzo, sintieron un humano cerca, quien
resultó ser el Doctor Cornelius, con malas noticias. El
caballo de Caspian había vuelto al castillo dando a
conocer la fuga del príncipe, por lo que Miraz
había puesto a todos sus soldados en movimiento, y
buscando a la Vieja Narnia, quien no estaba tan muerta como
él desearía[72]Ya se encontraba muy
cerca, y el grupo en el prado debía movilizarse si no
quería ser atrapado. Cornelius propone desplazarse al
Altozano de Aslan, un lugar mágico, con espacio para
todos, y que se encuentra en lo grandes bosques,
acercándose a Cair Paravel, un lugar donde lo telmarinos
dudaran en llegar en vista de su temor a los bosques. Todos
acceden, y antes del amanecer se encuentran allí.
Lamentablemente los exploradores del rey Miraz, los localizan
pronto y comenzó la guerra, con batallas casi todos los
días, llevando el ejército de Caspian siempre la
peor parte. Después de muchas batallas perdidas, y de
perder casi la esperanza, en un consejo realizado por Caspian, el
tejón, los enanos y el doctor Cornelius, deciden que es
hora de usar el cuerno de Susan y pedir ayuda. En vista que no
saben de que tipo de ayuda están hablando, mandan
mensajeros tanto al Erial del Farol, como a las ruinas de Cair
Paravel, lugares, que al igual que el Altozano de Aslan, donde se
encontraban, eran de gran importancia para la historia de Narnia,
y era posible que llegara la ayuda requerida. Trumpkin, uno de
los enanos que encontró a Caspian, es quien es enviado a
Cair Paravel, pero en el camino es atrapado por los telmarinos,
quienes deciden llevarlo cerca de las ruinas, para ahogarlo
allá. Así termino el relato del enano, o de
Trumpkin, quien era a quien los niños habían
rescatado. Los Pevensie se dan cuenta que la magia que los ha
vuelto a llevar a Narnia es la del cuerno. El enano decide volver
con Caspian a avisar que no ha llegado ayuda, pues considera que
cuatro niños no son la ayuda que necesitan, sin embargo,
después de conseguir algunas armaduras y demostrarle al
enano que son tan diestros con las armas como cualquier soldado
del ejército de Caspian, además de demostrar que en
realidad eran los Antiguos Reyes de Narnia. Por fin,
después de algunos acuerdos se ponen en marcha, llevando
manzanas como comida, y usando el bote para llegar hasta la
costa, pero por un cabo que quedaba más escondido, y que
les acercaba al Altozano de Aslan. Al anochecer llegaron a su
destino de aquel día, todos con el ánimo
decaído, y tras una pequeña comida, todos, excepto
Lucy, se durmieron. La pequeña no estaba tan cansada,
así que se levantó, observo las estrellas, y se
introdujo en el bosque. "Una gran añoranza de los tiempos
en que los árboles podían hablar en Narnia se
apodero de ella"[73]. Intento despertar a los
árboles, "Árboles, árboles, árboles.
¡Despertad, despertad, despertad árboles! ¿No
os acordáis de mí? ¿No os acordáis de
mí?, Dríadas y náyades, salid, venid a
mí"[74]. Por un momento pensó que
iba a tener éxito, pero luego todo pasó, aunque
Lucy sabía que casi lograba despertarlos. Se sintió
muy cansada y volvió con sus hermanos, A la mañana
siguiente todos se dieron cuanta que no conocían el
camino, sin embargo, se las idearon para avanzar en lo que
creían era la dirección correcta. En el bosque
encontraban y desaparecían senderos, pero, finalmente
llegaron a un pequeño precipicio con él que no
contaban, y donde Lucy vio a Aslan, quien le indicaba que
debían seguirlo. No obstante todos los demás,
excepto Edmund, decidieron que sería mejor seguir otro
camino, cuesta abajo. Al ir por este, se encontraron con bosques
muy espesos que hacían que tuvieran que rodearlos y perder
tiempo, y después se toparon con enemigos que los
obligaron a retroceder, haciendo que tuvieran que volver a
desplazarse colina arriba. Así después de volver a
subir, hicieron la comida y se durmieron. En medio de la noche
Lucy se despertó, pues alguien la llamaba. Cuando se
levantó fue hacia el bosque, que parecía estuviera
haciendo una danza, al mirar los árboles no se
distinguía si eran árboles o personas. "En un
momento dado parecían ser las amistosas y encantadoras
figuras gigantes que la comunidad de árboles adoptaba
cuando una magia buena les infundía vida, y al siguiente,
todos volvían a parecer
árboles"[75]. Lucy atravesó como
pudo el bosque que danzaba, y al llegar al otro lado,
encontró a Aslan.

Después de un cálido y emotivo saludo,
Aslan le da instrucciones a Lucy de despertar a los otros y
seguirlo, pues ese día habían perdido mucho tiempo
al negarse a ir con él, la primera vez que Lucy lo vio. La
niña se encuentra preocupada, pues sabe que los otros
niños no van a creerle como ya había sucedido, pero
finalmente lo hizo. Se tardo en despertarlos a todos pero lo
logro. Al decirles que Aslan se encontraba allí y
quería que se pusieran todos en marcha, primero recibe una
negativa de todos, (exceptuando a Edmund, quien había
aprendido su lección en la primera aventura en Narnia),
pues ninguno podía ver al León, pero finalmente,
después de una larga deliberación, se ponen todos
en marcha, aunque molestos con la pequeña. Lucy lideraba
al grupo, en vista que era la única que veía a
Aslan, y a medida que avanzaban, Edmund también
logró verlo, luego Peter, y casi cuando llegaron, Susan,
la cuál se arrepentía de no haber querido creer en
las palabras de Lucy. El león los guió por un
sendero que bajaba por la garganta que intentaban rodear de
día, y luego volvía a subir, llegando por fin al
Altozano de Aslan. Allí, Aslan por primera vez le dirige
la palabra a los otros, saludando a Peter, felicitando a Edmund y
alentando a Susan, además de presentarse a Trumpkin, quien
no creía en leones ni en el mismo Aslan. Mandó a
los dos niños (ahora con más aspecto de reyes, que
de niños o de cansancio), y al enano a encontrarse con
Caspian. Aslan rugió, sonido que se expande por toda
Narnia. Las ninfas salieron de las aguas, los animales se
estremecieron y los árboles despertaron, y fueron
corriendo donde Aslan y las niñas desde todas direcciones.
También llegó Baco, con Sileno, y todo se
convirtió en una gran fiesta y un juego. Nacieron
viñedos por doquier, y todo genera un ambiente de
regocijo. Por otra parte, los niños y el enano llegaron a
la habitación central, donde se llevaba a cabo un consejo,
y deciden escuchar lo que sucede. En el interior se encontraban
Caspian, Cornelius, Buscatrufas (el tejón) y Nikabrik,
junto con otros dos personajes, que después se enteran que
es una bruja y un hombre lobo. Nikabrik esta desesperado con la
situación de las tropas y en el campamento (sin comida y
cada vez pierden más guerreros) buscaba alguna forma de
defenderse de las tropas de Miraz, y en vista de que el cuerno de
Susan, al parecer, no había traído ayuda,
había convocado a esas dos criaturas. Las voces que se
escuchaban sonaban enojadas, y se encontraban en una gran
discusión, Caspian, Cornelius y Buscatrufas siguen
esperando la ayuda, mientras Nikabrik propone invocar a la Bruja
Blanca, en vista que al parecer era más poderosa que el
mismo Aslan. Esta oposición de ideas generó una
pelea dentro del mismo consejo. Cuando los niños y
Trumpkin entraron a la habitación solo vieron a la bruja,
el hombre lobo y a Nikabrik, saltar sobre los otros tres.
Trumpkin logró matar a la bruja, pero después todo
queda a oscuras. Cuando acabó el enfrentamiento y pudieron
encender una vela encontraron que Nikabrik y el hombre lobo
también habían muerto. Rápidamente Peter y
Caspian se presentan, y después de desayunar, Peter se
pone a cargo de la guerra. Ya que no se tenia suficiente fuerza
para un combate campal, Peter mandó un desafío
cuerpo a cuerpo a Miraz, con la esperanza de que este sea
aceptado. Edmund, junto con un centauro y un gigante van a
entregar el desafío. En el castillo, Glozelle y Sopespian,
dos nobles del ejército de Miraz, al ver a Edmund llegar,
comienzan sus propios planes. Al saber que se ha propuesto un
desafío, hacen todo lo que pueden para que Miraz lo
acepte, pues si gana, ganan la guerra, y si lo matan,
fácilmente ellos pueden ganar y quedan sin monarca, por lo
que podrían gobernar como quisieran. Consiguen que Miraz
acepté el desafío y todo se prepara. Después
del almuerzo se llevara a cabo el evento.

Comenzó el duelo, uno muy parejo. Miraz sabe muy
bien lo que hace y se aprovecha de su estatura y peso. Peter sale
lastimado de la muñeca izquierda, la del escudo
dificultando su uso. Se tiene un pequeño descanso, en el
que se busca mejorar la situación y sigue el
enfrentamiento, parece que Miraz va a triunfar, pero Peter logra
defenderse. A medida que el enfrentamiento se desarrolla todos
los espectadores se encuentran completamente concentrados, pues
en cualquier momento, cualquiera de los dos podía vencer.
Miraz cae, y Peter retrocede para que se incorpore, pero los
nobles de Miraz, comienzan a gritar que hubo traición. En
cuanto Peter comprende lo que sucede también grita
"¡A las armas, Narnia!
¡Traición!"[76]. Glozelle, antes de
atacar a Peter se detiene para apuñalar a su propio rey.
Ambos bandos avanzaron y se dio una batalla campal. Sin embargo,
antes de tener una gran pelea, los telmarinos comienzan a
retroceder. El bosque avanzaba contra ellos. Los telmarinos
huyeron hacia el puente de Beruna, par poder defenderse tras las
murallas, no obstante, no encontraron puente, situación
que los obligo a rendirse. El puente había sido derrumbado
en las primeras horas de la mañana por Baco, por orden de
Aslan. Todas las otras personas que seguían en un estado
de regocijo, junto con las niñas, cruzaron al otro lado y
llegaron a Beruna. Allí, mientras la gran mayoría
de personas huían, habían otras que se unían
a la diversión, y que se libraban de situaciones impuestas
por el reinado de Miraz. Una de las personas que, después
de que Aslan la salvara de la muerte, se unió al grupo,
era una anciana que, después de tomar un vaso de vino,
recupero sus fuerzas y vitalidad, y subió al lomo de
Aslan. "Así, finalmente, entre saltos, bailes y canciones,
(…) todos llegaron al lugar donde estaba el
ejército de Miraz, que arrojaba ya sus armas al suelo y
alzaba las manos, rodeado por el ejército de
Peter"[77]. La anciana bajo del lomo de Aslan,
corriendo hacia Caspian, pues era su antigua aya. Para finalizar
el relato, esa noche se tiene una gran celebración, y al
día siguiente Caspian es coronado rey de Narnia,
además, los telmarinos son enviados a una isla en nuestro
mundo, mediante un portal abierto por Aslan. Los niños
también regresan a su hogar, después que Aslan les
dice a Peter y Susan que no podrán volver, pues ya son muy
grandes.

La Travesía del Viajero del Alba

En esta ocasión los dos Pevensie mayores no van a
Narnia, solo entran los menores, junto con su primo Eustace,
quien recibe una gran lección de vida durante su aventura.
Lewis pensó que este seria el último libro de la
serie.

Este relato comienza cuando Edmund y Lucy tienen que
quedarse durante el verano en casa de sus tíos, en vista
que sus padres viajaron a Estados Unidos con Susan, y Peter se
encuentra en la universidad. Aunque su tía es muy amable,
lo que no les gustaba de ir allí, era tener que lidiar con
su primo Eustace. El era un niño caprichoso y malicioso,
que disfrutaba mientras molestaba, y lo que más le gustaba
a Eustace era molestar a sus primos con las historias de Narnia,
pues, por supuesto, no creía en ellas. Un día Lucy
y Edmund se encontraban mirando un cuadro de un barco que
había en la habitación de invitados, donde
dormía Lucy. Estaban sorprendidos por su gran parecido con
las naves narnianas, y estaban hablando de esto, cuando Eustace
entró en la habitación burlándose de ellos.
Mientras ponía en ridículo cada cosa que sus primos
decían, comenzó a sentirse un fuerte viento, que al
parecer provenía del cuadro, además de un sonido de
olas y el olor a mar. Sin entender que sucedía, el cuadro
comenzó a crecer y moverse, además los niños
se sentían atraídos hacia él, y
después de unos segundos se encontraban en medio del mar,
muy cerca a la nave que habían observado. Los Pevensie se
las arreglaron para nadar, pero Eustace no sabía hacerlo.
Finalmente, después de alguna lucha contra el mar y de
recibir la ayuda de alguien del barco, se encuentran todos sanos
y a salvo abordo de este. Una vez en él, descubren que
quien los ha ayudado, y el capitán de la nave es Caspian,
quien reina hace tres años, y a quien los Pevensie
habían ayudado a recuperar su trono. Les explicaron en que
consistía su empresa y les ofrecieron ropa seca y lugar
donde dormir.

El viaje tenia el motivo de buscar a los siete lores que
habían sido fieles a su padre y habían
desaparecido, pues su tío Miraz los había enviado a
buscar nuevas tierras, más allá de de las fronteras
de Narnia. En el barco conocieron a muchos narnianos, todos muy
amables y leales a Caspian. También se reencontraron con
Reepicheep, el pequeño ratón, quien desde el
comienzo tuvo una relación tensa con Eustace, quien
disfrutaba molestando y enfureciendo al ratón Reepicheep,
además de unirse a la tripulación por la aventura
misma, también esperaba encontrar el país de Aslan,
y cumplir con una profecía que le habían
hecho:

"Donde el cielo y el agua se
unen,

donde las olas dulces se
vuelven,

Reepicheep,

si algo buscas, no lo
dudes,

la respuesta hallarás en el
este
"[78].

El viaje ya llevaba 30 días y su destino eran Las
islas solitarias, último territorio narniano hacia el
este. Eustace, al no estar acostumbrado a la marea, se encontraba
muy mareado, situación que resolvieron con una gota del
líquido especial de Lucy. Durante los días de
navegación Eustace se dedica a s r infeliz y juzgar todo
lo que hay a su alrededor, y quejándose siempre sin
importar lo agradable que fueran las personas o el viaje.
Después de pocos días más en el mar llegan a
las Islas Solitarias. Allí para descansar del movimiento
del barco deciden bajar por el costado más cercano de las
islas, para caminar y atravesarla, mientras el barco da la
vuelta. Lamentablemente, en la isla, se encuentran con unos
tratantes de personas, quien los captura uniéndolos a su
mercancía. En el camino hacia el barco, un hombre de edad
sale a su encuentro, es una persona amable y caritativa. Compra a
Caspian, sin saber quien es, para ponerlo a salvo. El es uno de
los lores de su padre."Te compré debido a tu rostro, pues
me recuerda a alguien (…) Me recuerdas a mi Señor, el
Rey Caspian. Caspian decidió arriesgarlo
todo"[79]. Le dice que el es el hijo de aquel rey,
y tras probarlo, comienzan planes para recuperar la
soberanía del Rey de Narnia, y salvar a sus amigos.
Gumpas, el gobernador de las Islas, admitía el gobierno de
Narnia, pero no lo respetaba de todo, además había
permitido que el comercio de esclavos creciera y se
asentara.

Caspian y Bern decidieron hacer creer que el rey de
Narnia iba a las islas con todo su ejército y
poderío. Mandaron señas, e hicieron todo tipo de
maniobras, de modo que, cuando el rey llegó donde Gumpas,
este acepto todas las condiciones que le pusieron. Lord Bern se
convirtió en el nuevo gobernador. Luego Caspian
salió con todos lo suyos hacia el mercado, donde
encontró a sus compañeros, sanos y salvos, y
arruinaron el negocio del comerciante. Celebraron un banquete, y
Caspian intento averiguar todo lo que pudo sobre los lores
perdidos, y las tierras más allá de las Islas
Solitarias. Tres semanas después continuaron con el viaje,
y cuando ya llevaban algunos días en el mar,
comenzó una gran tormenta, una tormenta que duro varios
días. La tormenta termino después de 13
días, y le siguieron días terribles, sin viento y
con escasez de agua, situación que desespera a todos a
bordo, especialmente a Eustace, quien es el único
intolerante y egoísta a bordo.

Este estado se estaba volviendo muy difícil de
sobrellevar, pero por fin divisaron tierra. Al llegar a esta,
cada persona se ocupa de una labor, unos a conseguir agua, otros
el campamento y otros a explorar. Eustace para no hacer nada
decide alejarse del grupo, se queda dormido, y al despertar no es
capaz de encontrar el camino de vuelta. En vez de encontrar el
campamento narniano, se encontró con un dragón
moribundo, y, al ver que comenzaba a llover fuertemente, se
refugió en el hogar de este último, y se
durmió en medio de riquezas, con deseos codiciosos,
haciendo que el niño se convierta en dragón. Este
cambio produjo en él un cambio en su forma de actuar y
pensar. Comenzó a ayudar y colaborar más en lo que
podía, y en vista de su nueva forma fue muy útil a
la hora de hacer grandes trabajos, o refugiar y calentar a los
demás. Sin embargo a la hora de continuar la aventura, no
sabían como harían para llevar al dragón o
alimentarlo. La noche antes de zarpar Eustace se encuentra con
Aslan, quien lo lleva a un pozo, en el cuál le dice que se
bañe, después de desvestirse, lo cuál
él intenta hacer quitándose las escamas, pero solo
para encontrar otra piel debajo de esta, y lo mismo sucede 3
veces, hasta que Aslan le dice "Tendrás que permitir que
te desvista yo"[80]. Después de que Aslan
lo hizo, entró al pozo y al salir era un humano de nuevo.
Luego de esta transformación, Eustace, con algunas
dificultades, consiguió transformarse en una mejor persona
más solidaria y trabajadora. Después de salir de la
isla del Dragón, donde encontraron el brazalete de uno de
los lores, y les hizo creer que había muerto allí,
se encontraron con una criatura marina dispuesta a destruir el
barco, pero gracias a la valentía de Eustace y las
rápidas acciones de la tripulación, la derrotaron.
En medio de la travesía también llegaron a otra
isla, con maravillosas playas y vegetación, pero
sobretodo, aguas cristalinas; aunque con un secreto, cualquier
cosa que entrara en contacto con las ellas se convertía en
oro. En esta agua encontraron a otro de los lores perdidos, y, en
el mismo instante en que Caspian descubrió las propiedades
del río, ordenó abandonar la isla. A
continuación, llegaron a una nueva isla, pero que, a
diferencia de todas las demás, estaba habitada. En esta
había unos curiosos seres invisibles, que no permitieron
que se marcharan hasta que cumplieran con una condición,
de lo contrario se limitarían a la guerra.

"Todos juramos que a los primeros extranjeros que
desembarcaran en esta isla (que llevaran una gentil niña
(…)) no los dejaríamos marchar con vida hasta que
hubieran hecho lo que necesitábamos"[81].
Dijeron tras contar lo que necesitaban. Ellos servían a un
gran mago, que un día les pidió que hicieran algo y
ellos no quisieron, de modo que, para castigarlos les dio una
forma diferente a la que tenían, la cuál les
pareció horrible, y mandaron a una niña a buscar un
hechizo que lo deshiciera, pero al no encontrarlo, la hicieron
recitar uno que los volviera invisibles, así no
tendrían que verse más. Con lo que no contaban era
que el mago también se volvería invisible, cosa que
los torturaba pues no sabía donde podía estar.
Él único que podía deshacer el hechizo era
el mago o una gentil niña, y en esta ocasión
había desembarcado en la isla Lucy, por lo que le pidieron
que lo hiciera, y ella accede. Pasan la noche allá, y a la
mañana siguiente Lucy se dispone a subir al segundo piso,
buscar el libro y encontrar algo que deshaga el hechizo. Mientras
hojeaba el libro del mago, encontró varios hechizos
interesantes, y después de recitar uno, de lo que se
arrepintió después, encontró el que
necesitaba, lo dijo, y al dar la vuelta encontró a Aslan,
quien la reprendió por haber aplicado el otro, y le
presento al dueño de la casa. En realidad era una
estrella, pero ya muy anciana para alumbrara, por lo que Aslan la
había mandado a esa isla a cuidar de los otros seres. En
realidad era una persona muy amable, y nada aterradora como lo
habían hecho creer las voces. Después de desayunar,
encontraron las voces, pertenecían a Farfallones, un tipo
de enanos, pero que ahora solo poseían una pierna, y un
solo pies muy grande. Eran seres muy graciosos e interesantes.
Finalmente, el mago hace in mapa con las nuevas tierras conocidas
y repara la nave de los daños ocasionados por la criatura
marina, así, el Viajero del Alba, nombre de la nave,
vuelve a zarpar hacia el sur y un poco hacia el este, por 12
días. El día número 13, divisan una especie
de montaña oscura que se levanta sobre ellos. Al acercarse
se dan cuenta que no es una montaña, simplemente es la
oscuridad misma. Se estaba tomando la determinación de
evitarla, hasta que Reepicheep habla y dice que como es posible
que huyan a una aventura de tal magnitud, por lo que el Viajero
del Alba entra en la oscuridad, con toda la tripulación
armada y lista, en caso de peligro. Al entrar cada vez
oscurecía más, y hacia más frío.
Repentinamente apareció una voz, suplicando por ayuda, y
subieron la persona a bordo, quien en seguida les suplico que
huyeran. Era la isla donde los sueños se volvían
realidad; los sueños, no las ilusiones. En seguida todos
recordaron sus peores pesadillas, y comenzaron a buscar la
salida, no obstante, ya se estaban demorando demasiado en
encontrarla, y comenzaron a perder las esperanzas. Lucy pide
ayuda a Aslan, quien después de una pequeña espera,
y reconfortarla, envía un albatros que los guía a
la luz. Al salir de aquella oscuridad, esta se disipa, y todos se
reúnen junto al recién llegado quien resulta ser
otro de los fieles al padre de Caspian. Después de varios
días de buen viento, alcanzan una nueva isla, donde
encuentran una especie de ruinas, "un espacio amplio y oblongo,
enlosado con piedras lisas, y rodeado de pilares grises pero sin
techo. Una mesa muy larga lo recorría de un extremo al
otro, cubierta con un mantel de un rojo vivo, que
descendía casi hasta el suelo. A cada lado de ella
había muchas sillas de piedra, magníficamente
talladas y con cojines de seda en los asientos, y en la mesa
misma había un banquete como no se había visto
nunca"[82]. En uno de los extremos de la mesa,
había tres seres, tres hombres, profundamente dormidos.
Tras intentar despertarlos, uno dijo "No iré más al
este. Fuera los remos por Narnia."[83], lo cual
les dio la señal de que eran los últimos tres
lores, comprobado al revisar sus anillos. Apenas comenzó a
oscurecer, toda la tripulación volvió al barco y
Reepicheep, Lucy Edmund, Eustace y Caspian, se quedaron junto a
la mesa, sin atreverse a probar bocado por miedo a que estuviera
hechizado. Pasaron tres horas, y al final de estas,
apareció una hermosa dama, de una colina, la cuál
les invito a comer, pues los durmientes no se encontraban en ese
estado por la comida, sino porque en medio de una disputa, sobre
si volver a Narnia o seguir con el viaje, se habían
apoderado de un cuchillo de piedra encantado, que los
sumió en aquel hechizo. Comieron y bebieron, y
apareció el padre de la dama (llamado Ramandú),
quien después de un pequeño ritual al amanecer, y
de que aves dejaran la mesa completamente vacía, les dijo
a los viajeros como romper el hechizo: deben llegar lo más
cerca posible del fin del mundo, y allí dejar a uno de los
tripulantes. Decidieron ir hasta allí, pero la
tripulación no podía ir engañada, por lo que
debieron llevarlos a la mesa y exponerles la situación,
Caspian prometió tierras y riquezas a quienes se
atrevieran a ir, además del titulo de Viajero del Alba, y
que no cualquier marinero podría ir. Esto surtió
efecto y los marineros uno a uno decidieron ir. Al final solo se
quedo uno, quien al ver que se quedaba solo en la isla
decidió acompañarlos, pero no se lo
permitieron.

Al otro día abandonaron tierra. Sentían
que no querían hablar, ni tenían necesidad de comer
o dormir. Las aguas eran totalmente transparentes, tanto que Lucy
pudo ver sirenas y tritones y todo su reino, al igual que
Reepicheep, quien se lanzo al agua al pensar que lo retaban, pero
en cuanto lo sacaron del mar estaba emocionado por otra cosa: el
agua era dulce. Todos tomaron de esta y se sintieron
revigorizados. Cada día tomaban más agua
("más parecida a luz que a otra cosa"[84]),
y se mantenían más callados, a través de la
corriente por la que navegaban. Finalmente divisaron una blancura
por delante, al llegar a esta salieron de la corriente, midieron
la profundidad, y descubrieron que los blanco eran lirios, o algo
parecido. Tras navegar algunos días más llegaron a
un punto en el que el barco no podía avanzar más.
Caspian estaba dejando todo en orden para ir al fin del Mundo
junto con el ratón, pero la tripulación no se lo
dejó, y después de un momento de frustración
e ira, fue a su camarote donde se le apareció Aslan, quien
le dio la orden de dejar que los tres niños y el
ratón se fueran, y él regresara a Narnia con la
tripulación. Tras días de andar por la corriente en
la pequeña barca, encontraron una ola muy alta, eterna e
inmóvil, y más allá, detrás del sol,
vieron el país de Aslan. El bote encallo, Reepicheep,
siguió por su cuenta, en un pequeño bote hecho para
él, y los niños caminaron hacía el sur,
hasta encontrar un tipo de tierra, donde el cielo se unía
con la tierra, en un tipo de cristal. Pero antes de este
encontraron una oveja, que les dio alimento, y resulto ser Aslan.
Les dijo que a su país había un camino desde todos
los mundos, y también que Lucy y Edmund no podrían
volver a Narnia. Sintieron gran Nostalgia al escuchar esto, pues
no volverían a ver a Aslan, a lo cual él les
responde que si lo verán, "pero allí tengo otro
nombre. Tenéis que aprender a conocerme por ese
nombre"[85], y por esto los había llevado a
Narnia. Entonces desgarro, de cierta forma, el cielo, y tras
sentir el contacto con la melena de Aslan, y un beso, volvieron a
la alcoba en casa de la tía de los niños. El cambio
de actitud de Eustace sorprendió a todos al volver a
nuestro mundo, y en cuanto a Narnia, Caspian se caso con la hija
de Ramandú y todos, incluidos los lores, volvieron a
Narnia.

La Silla de Plata

En este libro encontramos algunos nuevos personajes,
entre ellos a Jill Pole, una niña que estudia en la misma
escuela de Eustace. En esta escuela existe un grupo de
niños que disfrutan haciendo sufrir a los otros, y que se
sienten muy importantes, por el hecho de infundir miedo en los
demás. Jill es una de las niñas a las cuales
molestan, y Eustace, desafortunadamente había pertenecido
al otro grupo, antes de su primera aventura en Narnia, en la cual
aprendió una lección. Pero antes de cambiar su
forma de ser ya había adquirido cierta fama y
reputación, aunque todos en la escuela se habían
dado cuenta de su cambio, pero a veces era difícil confiar
en él. Un día Eustace encontró a Jill,
detrás del gimnasio llorando, y tratando de consolarla le
habla de la tierra de Narnia y de lo grandiosa que es. Aunque
Jill al principio duda de él, termina por creerle, y ambos
comienzan a pedirle a Aslan que los lleve allí, pero
escuchan a los "otros" que los están buscando, por lo que
antes de terminar de pedirlo, les toca escabullirse. Comienzan a
gatear hasta una puerta en la parte de atrás del colegio,
que por lo general esta cerrada, aunque en este caso al llegar a
ella la encontraron abierta, y al pasar por ella, se encontraron
en un lugar diferente. Habían entrado a Narnia. Se
encontraban en un bosque, y después de este había
un precipicio. Jill para hacerse la valiente se acerco demasiado
al borde, y cuando Eustace intento alejarla, tras un
forcejeó entre ambos, el niño cayó al
abismo. Enseguida Jill vio al lado de ella una criatura grande,
que soplaba y comenzó a ver un punto negro en el
acantilado que subía y se alejaba, la criatura era un
león. Después de mandar el objeto muy lejos, se dio
la vuelta y volvió al bosque, sin determinar a la
niña. Jill se encontró sola y asustada, y no pudo
evitar llorar al recordar la caída de Eustace. Cuando dejo
de hacerlo escucho el sonido de agua, y fue a buscarla, pues
tenía mucha sed. "El bosque estaba tan silencioso que no
fue difícil decidir de donde provenía el
sonido"[86], pero en cuanto encontró su
origen, también encontró al león de nuevo,
entre ella y el arroyo. Jill se quedó quieta pues no
sabía que hacer. Estuvo inmóvil por mucho tiempo,
hasta que finalmente una voz dijo "Si tienes sed, puedes
beber"[87], tras algunos minutos entendió
que era el león quien hablaba. Buscó todo tipo de
salida, para evitar acercarse al león, pero finalmente,
decidió ir al arroyo y tomar, en cuanto lo hizo, el
león y ella siguieron hablando sobre lo sucedido en el
acantilado, y luego él le explico a ella cuál era
su tarea y porque los había sacado de su mundo. La
misión era buscar al hijo perdido del rey de Narnia, hasta
encontrarlo, morir, o volver a nuestro mundo. Le dio cuatro
instrucciones clave que hizo que repitiera hasta aprenderlas:
primero, Eustace se encontrara con un viejo amigo al cual deben
saludar, y recibirán ayuda; segundo, deben viajar hacia el
norte hasta llegar a la ciudad en ruinas de los gigantes,
tercero, deben hacer lo que diga una piedra en aquellas ruinas; y
cuarto, el príncipe perdido será la primera persona
que pida algo en el nombre de Aslan. Después de que la
niña aprendió las instrucciones, y haber recibido
la advertencia de no olvidarlas y repetirlas siempre, Aslan (que
era el león) la envió a Narnia con su aliento. Este
viaje duro varias horas, y cuando estaba llegando a Narnia, por
primera vez escucho ruido y comenzó a descender. Al llegar
a tierra lo primero que vio fue a Scrubb (Eustace). Ambos se
veían completamente desarreglados, pero esto se
debía al esplendor que los rodeaba, un mundo colorido,
vivo y alegre. Cerca de donde estaban había un muelle con
un barco y muchas personas en él. Un rey estaba hablando
con sus súbditos, antes de abordar la nave. Hablaba con un
enano, anciano como él pero de talante más fuerte.
En la multitud también había seres de
mitología, y diferentes tipos de animales, que podan
hablar y pensar como humanos. De repente Jill recordó las
instrucciones de Aslan, y le dijo a Scrubb si veía a
algún conocido, pues tenía que hablar con
él. Eustace se encontraba enojado con ella, y no le
respondió nada. Ambos vieron como el monarca subía
al barco, como este zarpaba. Tan pronto como esto sucedió,
un búho llegó junto a ellos, les dijo que el rey
que acababa de marcharse era Caspian Décimo, mientras
ellos le contaron a él que Aslan los había enviado
para recatar a un príncipe perdido. El búho los
condujo con el Lord Regente, el enano, pero les dice que no
mencionen nada del príncipe. El enano les provee posada,
comida y cuidados.

El búho, llamado Plumabrillante, los llevo al
interior del castillo, y allí les dieron los cuidados
necesarios. Cuando volvieron a reunirse, Eustace le dijo a Jill,
que en su anterior viaje había conocido a Caspian, pero
que era mucho más joven, por lo que no lo
reconoció, frente a lo cuál la niña responde
de forma negativa, pues habían perdido la primera
señal. Entonces Jill le explico toda la
conversación con Aslan, y lo referente a las cuatro
señales. Al terminar, y antes de pelear, son llamados a
comer, y luego van a dormir. Pero esto no lo logran como esperan.
En el preciso momento en que la niña disponía a
acostarse, un golpe en la ventana se lo impidió.
Plumabrillante se encontraba allí, y llevo a Jill y a
Eustace a un consejo de búhos. Les contaron la historia de
Rilian, el hijo de Caspian. Un día había salio a
cabalgar con su madre, y otros nobles de la corte, se detuvieron
cerca de un arroyo, y la reina se durmió, mientras los
demás se dedicaban a contar historias y reír, por
lo que se habían alejado de ella para no despertarla. Pero
al transcurrir algún tiempo, escucharon a la reina gritar,
y al llegar a su lado, Rilian vio una enorme serpiente venenosa
que se alejaba. La reina murió ese día, y Rilian
salía a cabalgar todos los días en busca del
reptil, sin éxito, Un mes había pasado, y en esta
búsqueda encontró una hermosa mujer, que le hizo
olvidarse de la Serpiente, una semana después salió
a cabalgar, y nunca volvió. Muchos narnianos valientes
habían ido en su busca, pero sin ningún
éxito, y tampoco regresaron, por lo que ya no se
permitía a nadie ir en busca del príncipe, y
razón que llevo a que los búhos recomendaran a los
niños total discreción con su misión. Al
finalizar el consejo acordaron llevar a los niños con un
Meneo de la Marisma, una criatura de pantano, para que él
los acompañara al Norte (fuera del territorio de Narnia),
tal como lo había indicado Aslan. Charcosombrío, el
Meneo de la Marisma, era una criatura pesimista, y de aspecto
verdoso, una mezcla entre rana y ramas de árbol, y muy
amable. A la mañana siguiente, conocen mejor a
Charcosombrío, y confirman que los acompañara en el
viaje. Deciden comenzar a viajar por el norte, por el
Páramo de Ettin, tierra llena de gigantes. Aquel
día estuvieron ocupados haciendo los preparativos para
salir temprano la mañana siguiente. Temprano en la
mañana ya se encontraban cruzando el río Shribble,
límite entre las tierras de Narnia, y las salvajes tierras
del norte. "El inmenso y solitario páramo se
extendía ante ellos hasta donde alcanzaba la
vista"[88]. Comenzaron a avanzar, y después
de algunos descansos, se acercaron a una garganta, donde Jill
observó unas rocas muy curiosas, que resultaron ser
verdaderos gigantes. Estos comienzan a lanzar piedras, pero no a
los niños, sino jugando tiro al blanco. Lamentablemente
los gigantes tienen una puntería pésima, por lo que
nuestros aventureros corrieron gran peligro, pero salieron ilesos
de allí. Pasaron varios días viajando por el
páramo, y aproximadamente en el décimo día
llegaron a un precipicio, que creyeron no podrían cruzar,
afortunadamente encontraron un puente, echo para gigantes, lo que
les dio un indicio de que estaban en el camino correcto hacia la
ciudad en ruinas. Al llegar al otro lado del puente se
encontraron con dos viajeros: un caballero de negra armadura, que
no menciono ni una palabra; y una hermosa dama, en un vestido
verde, que tenía una voz melodiosa, y era muy amable. Ella
les indica que sigan por ese camino hasta el castillo de Harfang,
donde encontraran gigantes bondadosos, que les brindaran posada
con excelente comida y deliciosos baños. "Limitaos a decir
les que la Dama de la Saya Verde los saluda a través de
vosotros, y que les envía a dos hermosos niños del
sur para el Banquete de Otoño"[89],
así los dejaran entrar. Dicho esto, se alejó con el
silencioso caballero. El meneo no le cree nada a la dama y
desconfía de ella, pensando que no deben ir a aquel
castillo, pero los niños desean llagar allá lo
más pronto posible, pensando en las comodidades y en lo
mucho que lo disfrutarían, haciendo que se creen una pelea
en el grupo, aunque al final acuerdan ir al castillo, sin
mencionar palabra sobre Narnia o Rilian. De ahí en
adelante el viaje se volvió más difícil y
tortuoso, pues el terreno era más escarpado, y los
niños solo se sentía, cada vez, más
desdichados al pensar en cuando llegarían a
Harfang.

Finalmente divisaron en el horizonte el castillo, ahora
solo era cuestión de alcanzarlo, aunque ya era muy tarde
por lo que tuvieron que esperar al próximo día. Fue
un día oscuro, nublado y con un viento muy fuerte, pasado
cierto tiempo comenzó a nevar fuertemente, evitando que
pudieran ver fácilmente o una gran distancia frente a
ellos. Entre ellos y el castillo encontraron un valle con
desniveles y colinas muy irregulares. Tuvieron que escalar muchas
colinas u obstáculos, de aspecto muy recto. "Jill
distinguía fugaces imágenes de otras cosas raras en
aquella horrible meseta; cosas a su derecha que tenían un
vaho parecido a chimeneas de fábricas, y, a su izquierda,
un enorme risco, más recto que ningún otro. Pero no
le interesaba así que no hizo caso"[90]. De
repente Jill resbaló cayendo a una especie de zanja, con
bordes muy rectos y que tenía muchos caminos cerrados. Al
descubrir esto, Charcosombrío los saco de la zanja, Pues
Eustace se había deslizado detrás, sin dificultad,
e intento decirles a los niños algo sobre aquella meseta,
pero estos no le pusieron atención, y mucho menos
después de ver las luces de Harfang mucho más
cerca. Tras vadear algunos obstáculos más lograron
llegar a este. La puerta se abrió y los dejaron pasar en
cuanto dijeron lo que la Dama les sugirió que mencionaran.
Los llevaron ante los reyes del lugar, quienes después de
presentarse, y ver que Jill se encontraba desesperada, les dieron
habitaciones y todos los cuidados posibles. Esa noche Jill
soñó con Aslan, quien le pedía que repitiera
las señales, y ella descubrió que no lograba
recordarlas, estaba sumida en su llanto, y el León le
mostró un mensaje por la ventana, decía DEBAJO
DE MÍ.
Al otro día no recordaba el
sueño. Se reunió con Scrubb y Charcosmbrío,
y al asomarse por la ventana para ver el hermoso día que
estaba haciendo, descubrieron que la meseta por la que
habían viajado eran ruinas de una ciudad gigante, con el
mensaje del sueño de Jill en el suelo. Los tres comenzaron
a disculparse por ni haber hecho lo posible por seguir las
señales de Aslan, pero después comenzaron a planear
como salir de allí para cumplir con la tercera
señal, hacer lo que la inscripción decía.
Decidieron mostrarse ingenuos e interesados en el banquete,
mientras conseguían como salir de aquel lugar. Jill se
enteró que existía una pequeña ventana en la
cocina, que daba al exterior de la muralla, y al día
siguiente salieron por allí, después de descubrir
que iban a ser la cena del Banquete, y esperar por mucho tiempo a
que la única gigante en la cocina se durmiera. Al
encontrarse en el exterior, se les dificultó el llegar
hasta las ruinas, "quedaban a la vista de todas las ventanas que
daban de ese lado, (…) su número se acercaba
más a cincuenta que a cinco. También advirtieron
entonces que la calzada por la que andaban, y a decir verdad todo
el terreno entre ellos y las ruinas, no ofrecía refugio ni
para ocultar un zorro; sólo había hierba
áspera, guijarros y piedras planas"[91].
Sin contar que los niños llevaban ropas muy coloridas. Sin
embargo avanzaron. De repente sonó un cuerno de caza, los
gigantes que se encontraban fuera, ahora regresaban. Siguieron
caminando para disimular, en cuanto los vieron, corrieron. Al
divisar una hendidura en las ruinas y entraron por ella. Taparon
la entrada con piedras, y quedo todo en completo silencio. Al
intentar ir más adentro, cayeron por una ladera, por una
pendiente muy pronunciada, y a gran velocidad. Llegaron al fondo
y más tarde sonó otra voz, una monótona y
tenebrosa. Esta era del Guardián de los Lindes de la
Tierra, quien los llevó con la soberana de las
profundidades. Vieron centenares de seres en cuanto encendieron
una luz, todos con una expresión de tristeza incomparable.
Encontraban lugares más oscuros y pequeños, y
descendían más y más. Llegaron a una cueva
llena de murciélagos y dragones dormidos, y con una
extraña vegetación. Pasaron a otra cueva, donde
estaba el padre tiempo, y después llegaron a otro lugar,
una especie de playa, donde había un barco sin
mástil ni velas, los hicieron subir, y los terranos (los
seres de las profundidades), hicieron mover la
embarcación. Solo se veían aguas lisas y oscuridad
adelante. Jill se encontraba desesperada, pero
Charcosombrío le dio ánimos diciendo que se
encontraban bajo la ciudad en ruinas, por lo que seguían
las señales de nuevo. No se sabe cuanto tiempo estuvieron
en aquel mar, pero parecía que hubiera sido siempre, hasta
que llegaron a una ciudad, una ciudad en penumbras y en
silencio.

Llegaron a un castillo, pero la soberana no se
encontraba, y antes de que los encerraran, una voz humana
exigió que los llevaran hacia él. Cuando llegaron
ante él, vieron que era un joven apuesto, rubio y amable,
con el que se habían encontrado en el Páramo de
Ettin, pues era el mismo caballero de armadura negra. Jill le
dijo porque se encontraban allí, y el dijo que no
sabía nada sobre Narnia o Rilian, ni siquiera que
existían, todo entre carcajadas y un tono un tanto
ridículo. Les ofreció comida, y les contó
que no sabía como había llegado al mundo
subterráneo, pero que la reina, de origen divino,
había sido muy amable con él, y lo había
cuidado de muchos hechizos, aunque aún prevalecía
uno. "Cada noche llega una hora en que mi mente se ve
terriblemente perturbada y, tras mi mente, mi
cuerpo."[92]En este tiempo, le dicen se transforma
en serpiente, y se vuelve muy violento, por lo que lo atan a una
silla de plata, pero el hechizo se romperá cunado se
vuelve rey de alguna tierra en la superficie, que ya fue elegida
y esta lista la excavación para llegar. Al terminar de
contar la historia, les dijo que se escondieran, pues se acercaba
la hora del hechizo, y no les permitirían quedarse con
él, a lo cual todos obedecieron. Luego de lavarse,
decidieron volver, para ver si conseguían alguna
información, entraron en la habitación y
encontraron al joven amarrado a la silla, y este les hizo
prometer que no lo desatarían, sin importar lo que dijera.
Pero en cuanto comenzó el "ataque", el les imploro que lo
destaran, sin lograr nada, hasta que se los pidió en
nombre de Aslan, lo cuál los puso a dudar por un momento,
y lleva a que lo desaten, pues no podían estropear la
última señal. En cuanto lo liberan, este rompe la
silla que mantiene el hechizo, les dice que es Rilian, el mismo
hijo de Caspian, quien bajo un encantamiento no podía
recordar nada el resto del tiempo, sobre Narnia, Aslan, o el
mismo. Entonces llego la Dama de la Saya Verde, quien se inquieto
al ver tres desconocidos, al príncipe desatado y la silla
de plata destrozada. Intenta actuar como si nada, echa un polvo
verde al fuego, que desprende un aroma delicioso y embriagador, y
comienza a tocar una melodía que lleva a que todos olviden
todo lo referente a Narnia, y a cualquier realidad que no fuera
el mundo sombrío, aunque lucharon con el hechizo, se iba
apoderando de ellos. Cuando estaban casi perdidos,
Charcosombrío hizo algo muy valeroso, tomo todas sus
fuerzas, y metió uno de sus pies en el fuego, haciendo que
el aroma se perdiera, y que los otros tres recuperen sus ideas,
al meneo, por el dolor, también había roto el
hechizo, y la bruja había tomado una actitud de ira, y
hablado en un tono potente y terrible. Todos estaban celebrando
la hazaña de Charcosombrío, cuando la bruja se
convirtió en serpiente. Comenzó a enroscarse en el
príncipe con la intención de asfixiarlo, pero el
príncipe se defiende. Eustace y el meneo habían
desenvainado sus espadas, y van en su ayuda. Los tres golpearon
al tiempo a la serpiente, haciendo que perdiera fuerza, pero sin
acabar con ella. Por fin, después de muchos golpes, logran
matar a la serpiente. Mientras hacen planes para salir, se dan
cuenta que aquel mundo silencioso ha encontrado la forma de
hablar, y que se están escondiendo. Además el nivel
del mar esta subiendo, y por otro lado fuego del centro de la
tierra se abre paso. La bruja había hecho conjuros, para
que en caso de morir, el que la matara, también quedara
sin vida. Los cuatro se dispusieron a huir, y más
después de ver que los terranos querían atacar el
castillo. Lograron llegar hasta los caballos, montarlos y salir
del castillo. Una vez fuera, seguían una senda para rodear
el fuego. Rilian se veía muy emocionado y divertido, los
otros estaban muy preocupados, los terranos los rodeaban y
querían cortarles el paso. Entonces el meneo se
escondió en la oscuridad, y atrapo a uno. Este se
encontraba lleno de nervios, pero al enterarse que la bruja
había muerto, y que Rilian lo había hecho, se
calmo, y contó a Rilian la historia. Se llamaba Golg, y
explicó que todos estaban hechizados, y en cuanto se
escucho un ruido, recordaron quienes eran. Entonces todos estaban
bajando por la abertura (lo que parecía fuego hacia su
país, de Bism, mucho más profundo. Se estaban
preparando para atacar, pues pensaron que ellos cuatro estaban
con la bruja, pero ya que sabían que no era así,
solo volverían a su tierra. También les
mostró el camino hacia la superficie, entró a Bism,
poco antes de que la entrada se cerrara. Los niños, Rilian
y el meneo cabalgaron por la calzada, luchando porque el agua no
los alcanzara. Llegaron a un punto en el que tuvieron que
descabalgar, pues el techo ya se encontraba muy bajo, y
después de cierto tiempo las luces se apagaron y quedaron
en absoluta oscuridad. Avanzaron un poco más y Eustace vio
algo de luz. Jill subió a los hombros del meneo para poder
ver de qué se trataba. Era un agujero, pero antes de decir
mucho, la niña desapareció por él. Lo que
sucedió con Jill fue que encontró un mundo con una
luz pálida y cosas blancas volando. Debido a la falta de
luz, no distinguió mucho, pero después lo
logró. Eran faunos y dríades, danzando en un bosque
de Narnia, con bolas de nieve. La niña comenzó a
gritar para que la sacaran de allí, y los narnianos
acudieron apenas supieron de donde procedía la voz. En
cuanto Jill estuvo afuera, les pidió ir a desenterrar a
los demás, que estaban en la colina, comentando que el
mismo príncipe estaba allí. Los enanos corrieron
por sus herramientas, y llamaron a los topos. Todos se pusieron a
cavar, y poco tiempo después habían librado a
Charcosombrío y al Rilian con los dos caballos. Aclamaron
al príncipe, cenaron, y los niños quedaron
profundamente dormidos. A la mañana siguiente, Jill y
Eustace fueron llevados a Cair Paravel, por dos centauros a
reunirse con Rilian, quien ya se había ido, pues su padre
estaba por volver. Al llegar al palacio, vieron la nave llegar,
pero el rey estaba acostado, y lo bajaban entre cuatro
caballeros. Alcanzo a bendecir a Rilian, y después de esto
murió., lo que causó una atmósfera de
tristeza. En ese momento apreció Aslan, que llevó a
los niños al precipicio de nuevo, y allí en el
arroyo estaba Caspian, Sobre el cual Aslan hizo caer una gota de
su sangre, y lo trajo a la vida de nuevo. Hubo un caluroso saludo
de reencuentro, y después Aslan los llevo hacia el muro de
la escuela, el cual tumbó con un rugido. Todos los
niños de la banda estaban allí, pero solo se
llenaron de terror al ver a un león gigante y a tres
personas con armas. Fueron a buscar a la directora, a quien le
dio un ataque de histeria, y llamó a la policía,
pero para cuando esta llego, todo se encontraba igual, así
que pensaron que la directora estaba loca, investigaron la
escuela, descubriendo todo tipo de cosas, y al final esta cambio
mucho y para bien. Por otro lado Rilian gobernó Narnia, y
fue un buen rey.

La Última Batalla

Este es el último relata, y la última
aventura en Narnia, además de ser el último volumen
escrito por Lewis, y el de mayor reconocimiento. En 1957
recibió el Carnegie Medal, premio entregado anualmente al
libro infantil o juvenil más destacado, se entrega una
medalla con 500 libras donados en forma de libros a
bibliotecas.[93]

"La Última Batalla" comienza con dos personajes,
un simio y un burro, supuestamente amigos, aunque en realidad el
asno es el sirviente del chimpancé. Un día
encuentran una piel de león en un río, y al sacarla
el chimpancé, llamado Triquiñuela, hace con ella un
traje para el burro, llamado Puzzle, y comienza a tramar una
forma de dominar Narnia, que es haciendo creer a todos que Puzzle
es Aslan, y así lograr que le hagan caso. El asno cae en
su juego sin querer, pues Triquiñuela lo tenía con
la mentalidad que el inteligente era él, y que Puzzle, no
debía pensar. Unas semanas después se encontraba
Tirian, el rey de Narnia, en su palacio con Perla, su unicornio,
y gran amigo con quien había combatido en todas sus
guerras. Hablaban sobre los rumores del regreso de Aslan a
Narnia, después de una larga ausencia, cuando llego un
centauro para avisar sobre el gran peligro que había sobre
Narnia, y que Aslan no había llegado, pues las estrellas
no lo anunciaban. Mientras discutían sobre esta
cuestión apareció una dama, una ninfa, que les
decía que estaban cortando los árboles y bosques.
Pero después cayó y desapareció. Su
árbol había sido cortado. El rey y Perla se
dispusieron a ir a pelear, y enviaron al centauro por un
ejército que los apoyara. Pasaron el río y
allí encontraron una rata de agua que les dijo que Aslan
había ordenado talar los árboles. Al llegar al
bosque encontraron calormenos que talaban los bosques, pero su
ira termino de encenderse al ver que los caballos que usaban para
mover los troncos, eran caballos parlantes de Narnia, lo que iba
en contra de toda ley y honor. Tirian mató a un calormeno,
y Perla a otro. Al hablar con el caballo este dijo que todo
había sido orden de Aslan, pero antes de averiguar
más., ya otros calormenos y animales se lanzaban sobre
ellos. Sobre la huida, decidieron regresar y entregarse, pues
habían matado dos hombres desarmados, y habían
perdido su honor. "Yo que era rey de Narnia y ahora soy un
caballero deshonrado me entregó a la justicia de Aslan.
Llevadme ante él."[94]

Después de amarrarlos los llevaron a un claro
donde había una cabaña de paja, y el mono, vestido
con muchas joyas y ropas extravagantes, estaba frente a ella.
Presentaron a los prisioneros frente a "Lord Triquiñuela,
portavoz de Aslan"[95], pero el prefirió
tratar otros problemas primero, diciendo que no era un mono, sino
un hombre muy anciano y muy sabio, por lo que Aslan solo
hablaría con él. También que desde ese
momento Aslan iba a ser muy firme con ellos, pues había
sido muy blando, y que solo aparecería por poco tiempo en
las noches, y que todos los animales que pudieran trabajar lo
harían, serian enviados a Calormen a trabajar, mientras
las riquezas serian enviadas a Aslan para mejorar Narnia. Todos
los animales se lamentaron, pues no era lo que querían.
Por último surgió una pregunta en el pueblo. Una
oveja pregunto que como era posible que Aslan fuera amigo de
Tash, el dios calormeno, que era todo lo contrario al Gran
León. A lo cual Triquiñuela respondió que
Aslan y Tash eran el mismo ser, que solo era otro nombre. En este
punto Tirian, no soporto más y declaró que el mono
mentía, pero no pudo decir mucho más, pues lo
golpearon y mandaron a atar a un árbol lejos de la
multitud. Desde allá escuchaba algo, pero no
comprendía, después la multitud se disperso, y
anocheció. Algunos animales fueron donde el rey y le
dieron vino y comida. Paso algún tiempo después de
que los animales se retiraron, y se encendió una hoguera
en la colina, y bajo el humo de esta apareció una figura
en cuatro patas, que podía ser Aslan, o no. Instantes
después la criatura volvió al establo, la hoguera
se apago, y Tirian comenzó a pensar en los reyes antiguos,
como habían recibido ayuda de amigos de más
allá del mundo, y se sintió muy desdichado, pero
intento llamar a Aslan, al ver que no pasaba nada, comenzó
a llamar a los niños, y se vio en un sueño, o una
realidad, donde veía a siete personas en una
habitación, dos ancianos, uno apenas adulto y otros cuatro
más jóvenes. Se dio cuenta que podían verlo,
y tras cierta sorpresa, por parte de esta, el adulto le dijo que
se presentara, pues el era Peter, el Sumo Monarca, pero en este
punto todo comenzó a desvanecerse. Al parecer,
despertó del sueño, y se dio cuenta que estaba
amaneciendo. Pero unos minutos después escuchó un
golpe y dos niños aparecieron frente a él. Se dio
cuenta que eran los dos más jóvenes de su
sueño, y se dedicaban a desatarlo.

Después de avanzar por aproximadamente hora y
media, y poner tierra entre ellos y el enemigo, Tirian se
presentó, y les explicó la situación. Luego,
los niños procedieron a contar su historia. Era Eustace y
Jill, quienes liberaron al príncipe Rilian, y se
habían reunido en casa del profesor Kirke, pues
necesitaban hablar de Narnia. Tras la aparición de Tirian
en la cena, todos buscaron formas de llegar a Narnia, pues
sabían que necesitaban ayuda, así que
después de muchas conversaciones, Digory propuso usar los
anillos con los que él y Polly habían entrado a
Narnia, en el principio de su historia. Peter y Edmund fueron a
Londres a sacarlos, y al siguiente día se reunirían
con los otros cinco en una estación de tren para
entregarlos a los niños, pues ningún otro
podía volver. Cuando estaban llegando se produjo un sonido
muy fuerte y una sacudida, y los dos amigos se encontraron en
Narnia, sin necesidad de los anillos.

Finalmente llegaron a una torre, donde había
comida y armaduras. Antes de recoger leña buscaron con que
protegerse, encontrando algunas cotas calormenas, de modo que se
disfrazaron de tarkaanes y calormenos. Planearon volver a la
colina para rescatar a Perla, y comenzaron el viaje de vuelta en
plena noche, terminando Jill liderando al grupo, y con una gran
capacidad para escabullirse silenciosamente. Al cabo de un rato
llegaron a la ladera de la colina, y vieron frente al establo un
centinela, del cuál Tirian se encargo de inmediato, y lo
obligo a decirle donde estaba el unicornio. Lo desato, y amarro
al soldado, y Perla y el rey fueron a reunirse con los
niños, sin embargo, antes de irse, se dieron cuanta que
Jill no estaba con ellos. Pocos momentos después
escucharon unos cascos, y apareció la niña, con el
falso Aslan. También escucharon unos tambores enanos.
Puzzle explicó lo sucedido, que el mono lo había
usado y manipulado, pero que él no quería que nada
de eso pasara, y que estaba muy arrepentido. Tirian le perdono la
vida, y comenzaron a pensar en otro tema; el de los enanos. Tras
pensarlo un rato, Tirian fue al encuentro de ellos con el resto.
Encontraron treinta enanos, custodiados por calormenos, pues los
enanos iban camino a Calormen para trabajar en las minas.
Entonces Tirian comenzó a preguntar a los enanos porque lo
hacían si el Tisroc no los había conquistado, y
cuando los calormenos se dieron cuenta que Tirian no era de su
bando se alistaron para atacar, saliendo vencidos. Los
niños y el rey muestran el burro a los enanos, los cuales
al darse cuanta del engaño, en lugar de unirse al rey,
deciden irse por su lado, para no dejarse embaucar más.
"Ya nos han embaucado una vez y ahora esperas que nos volvamos a
dejar embaucar. No vamos a aguantar ningún cuanto sobre
Aslan."[96]Esto fue un golpe duro para el
pequeño grupo del monarca, sin embargo, cuando todos los
enanos se fueron, uno se quedo. Este se llamaba Poggin, y
aún creía en Aslan, así que los
acompaño a la torre, donde llegaron en las últimas
horas de la noche. Al día siguiente, el enano preparo el
desayuno, y todos ayudaron en algo. Tras comer, Poggin
contó todo lo que sabía. El complot se aprovecho de
la desaparición del rey para decir que Aslan lo
había castigado, y devorado, por maldecirlo, haciendo que
los narnianos temieran más. Por otro lado, un gato llamado
Pelirrojo ahora era una de las cabezas del complot, y entre
él y el capitán calormeno, llamado Rishda,
manejaban a Triquiñuela. Mientras el enano contaba su
historia, el día soleado se nublo, y llego un olor
nauseabundo, y todos vieron a que se debía todo, con una
expresión de total
consternación.[97]Frente a ellos
tenían a Tash, el dios calormeno, que al parecer
había sido invocado, y había acudido. Pasó
corriendo cerca de ellos, como si quisiera tener a Narnia entre
sus brazos. En cuanto pasó, el sol volvió a salir y
todo volvió a la normalidad. Comenzaron a hablar de
planes, y decidieron reunirse con el centauro y el
ejército que él hubiera reunido. Ya se encontraban
en marcha, y sintiéndose muy reconfortados, Perla hablaba
con Jill de los buenos momentos, pero de repente se vieron
detenidos. Un águila les tenia un mensaje, había
visto dos sucesos, el primero Cair Paravel había sido
invadido por Calormen, y ahora la bandera de este ondeaba en el
aire; el segundo, el centauro con quien iban a reunirse
había muerto con una flecha en el costado. "Narnia ha
dejado de existir."[98]

Después de estas desconsoladoras noticias
cambiaron los planes. Ahora se dirigirían a la colina,
mostrarían a Puzzle, y esperarían lo mejor.
Combatirían hasta triunfar o morir. Tirian quería
poner a los niños a salvo, diciéndoles que
volvieran a su mundo, pero ellos le dijeron que no podían
pues no habían hecho todo lo que debían hacer, y
además no contaban con la magia para hacerlo. Finalmente
los niños fueron con Tirian, aunque no sabían que
esperar en caso de morir. Así todos se dirigieron a la
colina, y se ocultaron cerca de la parte trasera del establo.
Cuando anocheció se movieron hasta este, dejaron a Puzzle
escondido y ellos observaron lo que sucedía. El mono, el
gato y los calormenos ya habían ideado un plan, dijeron
que unos narnianos disfrazaron un asno de Aslan para
engañar a todos, y que eso había ofendido a Tashlan
(Aslan) de tal forma que ya no saldría a la multitud, sin
embargo permitiría que los que quisieran verle entraran al
establo, bajo su propio riesgo. El primero que aceptó
entrar fue el gato, pues ya se tenia un plan ideado, para que
él entrara y saliera ileso, y después los
demás se atrevieran a entras. No obstante, en cuanto
Pelirrojo entro, produjo un sonido aterrorizado y salió
corriendo lo más rápido posible, volviéndose
un gato normal y corriente, sin ser una Bestia Parlante. Al
instante todos recordaron que siempre les habían
enseñado que Aslan había advertido que aquellas
bestias parlantes que se comportaran incorrectamente
volverían a su estado original, y tuvieron más
temor. Al ver que ningún otro animal quiso entrar al
establo, un calormeno, de nombre Emeth, lo quiso hacer, pues
quería ver a Tash, quien, se decía, era el mismo
Aslan. Tras algunas suplicas e interrogantes, de porque el
capitán de los solados no lo dejaba pasar, logró
entrar al establo, y unos minutos más tarde salió
un soldado calormenos herido, y murió, pero este era uno
diferente. A continuación, el mono intento meter a un
jabalí al establo, y cuanto Tirian vio que él se
disponía a pelear, dio la señal de ataque, y los
siete que se encontraban atrás del establo salieron.
Tirian pidió apoyo a las criaturas que se encontraban en
la reunión, Rishda Tarkaan se alejó hacia la
multitud, pero el rey pudo agarrar al mono, echándolo en
el establo, después de lo cuál se produjo un sonido
horrible, y las bestias siguieron atemorizadas. Los perros
parlantes de la reunión se unieron al bando del monarca,
al igual que el jabalí, un oso y varios animales
pequeños. Tirian mando a los ratones a liberar a los
caballos parlantes que estaban atados en la ladera de la colina,
solo si estaban dispuestos a ayudar. Tuvo lugar el primer ataque
calormeno, y ellos organizados como pudieron, lograron
resistirlo, aunque con algunas perdidas. Los enanos se mofaron de
los calormenos, pero no apoyaron a los narnianos. Y el tarkaan ya
pedía refuerzos cercanos. Los caballos parlantes hicieron
su aparición, pero antes de llegar a unirse a Tirian, los
enanos los había matado a todos. "No queremos que
ganéis, igual que tampoco queremos que gane el otro bando.
No podéis embaucarnos. Los enanos son para los
enanos."[99] Rishda ya preparaba su ataque, y el
bando de Tirian intento alejarse lo que más pudiera del
establo, pues allí era donde los querían meter.
Volvieron a atacar, esta vez derrotaron a muchos calormenos, pero
cada vez parecía que había más, en vez de
disminuir el número. Llegaban refuerzos, y los narnianos
solo podían retirarse, aunque Eustace cayó en manos
enemigas, y fue lanzado por la puerta del establo. Entonces los
enanos comenzaron a lanzar flechas de nuevo, pero esta vez a los
calormenos, aunque, lamentablemente estos los atacaron, y once de
los enanos fueron a parar al establo. Por fin se desato la
última batalla en Narnia. Perla y el jabalí
murieron, Jill fue lanzada al establo, y solo quedaba el Rey, a
quien habían ido conduciendo hasta el umbral del establo,
y peleaba con el Tarkaan. Todo estaba listo, para que tan pronto
como él entrara por la puerta, esta se cerrara, pero
entonces Tirian tiro su espada y entró al establo con el
tarkaan. Volvió a darse un sonido estrepitoso. El rey vio
que el interior del establo no era oscuro, sino que estaba muy
iluminado, y cuando dio vuelta para ver a su enemigo, notó
que este no lo miraba, sino que con terror observaba algo
más. El mismo Tash se encontraba allí, y tomo a
Rishda en sus brazos, y miraba a Tirian fijamente, hasta que una
voz sonó detrás de este: "Fuera de aquí,
monstruo, y llévate a tu presa legitima a tu propio reino:
en nombre de Aslan."[100]

Partes: 1, 2, 3, 4
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