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El Seguro, 37 siglos de Historia. Los origenes del sistema de transferencia del riesgo




Enviado por Eliezer Portal



Partes: 1, 2

  1. El préstamo
    a la gruesa
  2. Grecia
  3. Fenicia
  4. Roma
  5. El
    islam
  6. El
    renacimiento
  7. El seguro en
    España
  8. El seguro en
    Inglaterra
  9. El café de
    Lloyd´s
  10. El seguro y la
    iglesia católica
  11. El gran incendio
    de Londres
  12. El seguro en
    américa
  13. El seguro en
    estados unidos
  14. El seguro llega al
    Perú
  15. Ambiente social,
    político y económico del Perú a mediados
    del siglo XIX
  16. El gobierno de
    Nicolás de Piérola
  17. Formación
    de las compañías de seguros en el
    Perú
  18. Base legal del
    sistema de seguros
  19. El
    reasegurador
  20. La empresa de
    seguros
  21. El corredor de
    seguros
  22. El auxiliar de
    seguros
  23. El corredor de
    reaseguros

Los que han rastreado el origen de las civilizaciones
concluyen en que hace unos cuatro mil años, en una extensa
región del Asia, que abarcaba los territorios
bañados por los ríos Éufrates, Tigris, Nilo
e Indo, un conjunto de pueblos decidió, más o menos
al mismo tiempo, reunirse bajo intereses comunes, dando origen a
civilizaciones que marcaron el final del largo período de
nomadismo que había caracterizado el desarrollo del hombre
desde sus orígenes.

Esas civilizaciones se desarrollaron de forma organizada
y se convirtieron en potencias gracias al comercio, por entonces
una alternativa al trueque de productos agrícolas entre
familias, tribus y comunidades vecinas.

Gracias a los restos de tabletas y cilindros de arcilla
encontrados en excavaciones en el territorio asiático que
estudiamos en esta parte del curso, se conoce que el efecto
multiplicador del intercambio de mercancías estuvo
sometido a peligros de distinto origen en las rutas y ciudades
por las que pasaban.

Las primeras respuestas a esos peligros fue la
reunión de mayores volúmenes que los transportados
por una familia o un clan, dando origen a las
caravanas.

Una medida adicional fue la organización de
acompañantes armados para la defensa de los
expedicionarios. Verdaderos ejércitos preparados para la
lucha fueron comunes acompañando a cientos de asnos y
caballos, personas y mercancías, formaban las columnas del
comercio cuando las caravanas llegaron a su esplendor, en el
reinado de Darío.

Las rutas se extendieron a través de todo el
continente asiático llegando hasta China, el Japón
y las Islas del archipiélago de Indonesia. Las caravanas
fueron siempre acechadas por bandidos, que las asaltaban en ruta
o saqueaban sus pertenencias cuando acampaban cerca de las
ciudades. Fueron igualmente objeto de despojo por las autoridades
en las satrapías (territorios asignados a un funcionario
designado por la nación dominante) por las que
pasaban.

EL PRESTAMO A LA
GRUESA

Desde el principio del comercio, hubo gente adinerada
que financiaba las operaciones de envío o retorno de las
caravanas con mercaderías y esclavos. Esos adinerados
comerciantes imponían altos intereses sobre sus
préstamos. El retorno del dinero estaba garantizado por
leyes que los favorecían. En caso de pérdida de la
expedición, el financista estaba autorizado a vender como
esclavos tanto al prestatario como a su familia y bienes, hasta
por el monto total incluyendo los intereses.

Este sistema fue acercando el comercio al nivel en que
no era posible desarrollarlo sin el concurso del préstamo,
que desde entonces se conocería como "Préstamo a la
Gruesa", porque se incluía en él tanto el valor de
la mercadería, el costo de los animales que la
transportaban como el total del dinero necesario para los gastos
en la ruta, más el interés.

Estuvo vigente hasta la caída de Roma, en el
siglo V de nuestra Era. Aún existe como referencia en el
Código de Comercio de 1902, todavía vigente en
nuestro país

Según parece, la necesidad se encargó de
proveer de facilidades mecánicas para el avance del
comercio y una de esas facilidades fue la rueda, inventada por
los sumerios, que fueron los más avanzados de su tiempo,
porque no se limitaron al invento que permitió mover cosas
de un lugar a otro sino que también inventaron la
escritura cuneiforme (por su forma de cuña), los canales
de regadío y las leyes escritas sobre piedra.

Una de esas piedras, de diorita negra de 2,25 Mts. de
altura y 1.65 Mts. de diámetro, conocida como la Piedra de
Susa, actual Irán, donde fue encontrada en 1902, tiene
inscripciones sobre mandatos del rey Hammurabi, que vivió
y reinó en Babilonia unos 1,700 años antes de
Cristo.

Es en esa piedra que se descubre que el préstamo
no sólo se hacía para los negocios sino
también para inversiones locales y que los castigos eran
drásticos y contundentes. Cuando no era la muerte o la
mutilación, era la esclavitud para los
transgresores.

También se le conoce como la "Ley del
Talión".
Estuvo en vigencia hasta la caída de
Roma, cuando el castigo físico fue remplazado por la multa
y la cárcel a un tiempo determinado.

El valor del Código está en que se prueba
que el conocimiento de la responsabilidad cívica ya
existía como principio, hace casi cuatro mil años,
porque en uno de sus mandatos está el hecho que se hace
responsable a la ciudad y a su gobernante de las pérdidas
que se originaran durante el paso de la caravana por su
territorio. Esa fue una respuesta a las obligaciones que luego
devendrían en naturales para las autoridades de una ciudad
respecto de sus ciudadanos.

GRECIA

El progreso de las grandes civilizaciones
mesopotámicas siguió con el tiempo y así
llegó la civilización griega y con ella el comercio
alcanzó nuevos niveles cuando, en el siglo VIII a.C, se
inventó la moneda, y el trueque dio paso al intercambio
comercial.

Grecia alcanzó cumbres de desarrollo intelectual
en ciudades como Atenas, la histórica capital, mientras
que en distantes lugares del archipiélago que compone el
territorio donde la gran civilización se
desarrolló, individuos que pasarían a formar parte
del aporte más importante para la humanidad y las
civilizaciones posteriores, desarrollaron pensamientos sobre
música, poesía, astronomía y ciencias
matemáticas, en una libertad no conocida en esos tiempos,
signados, por otro lado, por el uso intensivo de mano de obra
esclava.

Muchos de esos hombres aportarán los
conocimientos que el mundo requerirá para entender a la
naturaleza -y especialmente al Universo– sin las vinculaciones de
creencias religiosas, sino con la explicación de hechos
que serían comprobados solamente al cabo de dos mil
quinientos años, cuando la difusión de la
filosofía se convirtiera en ciencia y se expandiera en las
formas que ahora conocemos.

FENICIA

Los fenicios son mucho más conocidos por sus
aportes al comercio, a la banca y las finanzas que por sus
aportes al Seguro; fueron ellos, sin embargo, quienes le dieron
forma definitiva a los contratos de préstamos con que sus
barcos, y los de otras naciones, se arriesgaron a la conquista
del por entonces desconocido Mediterráneo.

Tuvieron la desgracia de ser vecinos de Egipto, que los
invadió muchas veces, en cada una de esas invasiones se
las arreglaron para soportarlas y superarlas en base al ingenio,
la tole-rancia con el invasor y la enseñanza y aprendizaje
mutuos.

El comercio fenicio produjo importantes aportes al
Préstamo a la Gruesa y a las reglas de lo que sería
el Seguro en Europa. Es en Fenicia que se empieza a cobrar por
adelantado una suma a cuenta del riesgo asumido, que se convierte
en el siglo XV, en el Renacimiento, en la "prima", o sea la parte
que el asegurado paga por el riesgo que acepta el
asegurador.

ROMA

Cuando Roma crece en importancia como potencia militar y
extiende sus dominios hacia las provincias del Oriente Medio, es
de Fenicia de donde obtiene las herramientas para el
funcionamiento del Seguro en una etapa más
organizada.

La marcha de Roma en todas direcciones del desarrollo de
entonces, la llevó a la conquista de un territorio
superior a los cinco millones de kilómetros cuadrados, con
lo que sus líneas de control sobre tales territorios
habrían de extenderse igualmente a través de
agentes comerciales viajando y viviendo junto a los
administradores políticos y militares de Roma.

Fueron los romanos quienes le agregaron otras funciones
al seguro primitivo, a través de organizaciones mutuales
en las que los miembros suscribían un contrato mediante el
cual pagaban una suma determinada de la que, a su vez, se pagaba
el entierro de quienes fallecían. Se llamaban Collegia y
se organizaron de acuerdo con las distintas actividades u oficios
dispensados en Roma y sus provincias. Aquellas de nuestro ejemplo
para el entierro de sus asociados fueron llamadas "Collegia
Funeratricia".

Muchos las consideran antecedentes del Seguro de Vida,
por la forma mutual de obtener fondos y pagar las prestaciones
acordadas entre todos. Otros, simplemente, creen que fueron los
antecedentes de las "Tontinas", que se desarrollaron en Francia y
en Inglaterra una vez empeza-do el Renacimiento.

Así fue como las reglas del comercio respaldadas
por el Préstamo a la Gruesa no solo fueron copiadas sino
que el Imperio les dio fuerza de ley, con nombre
propio.

Es desde Roma que el préstamo pasa a ser el
"Foenus Nauticum" y con este nombre estuvo vigente hasta
el año 1234, cuando el Papa Gregorio IX consideró
que era pecado hacer negocio con la necesidad ajena y lo
prohibió con la "Ley Canónica"

Cuando el Imperio romano declina definitivamente, en el
siglo V de nuestra Era como ya está dicho, Europa ingresa
en un período de abandono de aquellas fuentes culturales,
comerciales, políticas y sociales, que había
recibido de Roma, y se pierde entre las nubes oscuras del temor,
la barbarie, el desconocimiento de las leyes de la naturaleza que
habían sostenido a Roma y se dedica a la
contemplación de la ira divina, el castigo al pecado y la
obediencia ciega a los mandatos de la religión.

Ese período durará mil años y la
historia lo denominará Oscurantismo.

EL
ISLAM

Poco antes de que Roma cayera en la profunda crisis que
determinó su desaparición definitiva, la ruta de
las caravanas estaba recorrida por comerciantes árabes, o
de vinculación con ellos. Los romanos eran los
dueños de los camellos, de los caballos y de los asnos que
transportaban las mercaderías, pero los conductores ya no
eran romanos sino los habitantes del desierto.

Las antiguas rutas, que llegaban a los territorios de
Sumeria, Asiria, Babilonia, luego a las de Grecia, Persia y
Egipto terminando en Fenicia, habían alterado sus destinos
finales, para llegar hasta el Mediterráneo, tocando la
parte Sur y el centro de lo que ahora es Arabia Saudita, en la
Península Arábiga. En toda la ruta el negocio de
las caravanas había creado fuentes de riqueza para
comerciantes emprendedores y con un conocimiento avanzado del
valor de las mercancías.

Uno de esos negocios de comercio era manejado por una
hermosa mujer, viuda, en la ciudad de Medina. Su nombre fue
Khadijah. Ella tendría en su belleza y talento la suerte
del mundo, hasta ahora.

Su negocio estaba compuesto de varias casas de compra y
venta de las especias que venían del Oriente lejano, y
para ello ocupaba a un empleado muy eficiente, nacido en la misma
ciudad y según parece capaz de dominar las operaciones
matemáticas complicadas que exigía el negocio de
entonces. Su nombre fue Abu Al Qasim Muhammad ibn Ala ibn Abd Al
Muttalib ibn Hashim, aunque el mundo lo conocería por uno
más corto: Mahoma.

Con Mahoma se inicia una revolución cultural,
política y especialmente religiosa, que dividirá al
mundo hasta la actualidad.

La llegada del Islam termina por enterrar la influencia
de Roma en los antiguos territorios de su dominio, dejando las
rutas de las caravanas, camellos, asnos y caballos, además
de conductores y esclavos, en poder de los
árabes.

El negocio prosperó en tierras de dominio
islámico, mientras Europa se hundía en la pobreza y
el temor al castigo divino. No sólo progresó el
negocio. El Islam propició la interpretación de las
leyes de la naturaleza y de la filosofía, heredadas de las
antiguas culturas, agregándole los conocimientos de sus
propios "ulemas", los doctores de la religión, con lo que
las matemáticas y las artes alcanzaron una gran
importancia en el avance de las ciencias y la cultura.

Bautizaron en su idioma las definiciones más
comunes del Seguro: la palabra "Avería", por ejemplo, es
árabe.

EL
RENACIMIENTO

El seguro pasa luego a Europa, a las ciudades el
Renacimiento, Génova, Florencia, Venecia, etc. cuando
termina el Milenio del Oscurantismo; y es desde Italia que se
extenderá al resto de Europa, gracias a los lombardos,
habitantes del Norte de Italia, conocidos por su
dedicación al negocio, al extremo que fueron bautizados
como los "fenicios del norte de Italia".

Los lombardos, se cree, fueron quienes mejor se
vincularon con los negocios que los turcos, que habían
conquistado la capital del Cristianismo en Oriente,
Constantinopla, en 1534, y empezado por el norte de Italia a
negociar con los ricos estados del sur de la
península.

Los lombardos adquirieron de sus socios de Oriente los
conocimientos de la transferencia del riesgo, con el respaldo del
préstamo a la gruesa, y se encargaron de
transmitírselo a sus socios del Sur, Venecia, Florencia,
Génova, etc., ciudades que, por sí mismas,
habían adquirido las características que hicieron
posible el desarrollo del comercio en la antigua Grecia y en la,
para entonces, desaparecida Roma.

Eran ciudades-estado, con sus propias leyes y gobiernos,
independientes y autosuficientes, a las que se agregaba la
condición de ser manejadas -administrativa y socialmente-
por funcionarios designados por mercaderes ricos y negociantes
reconocidos.

Con el tiempo, el poder que los lombardos adquirieron
gracias a sus conocimientos del negocio, se convirtió en
un peligro para el dominio del norte de la península, y
por ello fueron combatidos por siglos, hasta que, finalmente,
bajo el reinado de Carlomagno, fueron expulsados de su
territorio.

Serán esos comerciantes los que, luego del
peregrinaje por distintos territorios de la Europa de entonces,
encontrarán un lugar para asentarse finalmente, en
Inglaterra, en un barrio de la City, de Londres, a inicios del
siglo XVI, en una calle a la que se conocerá, hasta la
actualidad, como Lombard Street, o calle de los
lombardos.

Tendrá una importancia fundamental en el
nacimiento del seguro moderno.

EL SEGURO EN
ESPAÑA

Quien mandaba en Europa era España, un reino que
se había enriquecido gracias a la conquista de los
inmensos territorios del nuevo continente:
América.

En esa condición España explota los
recursos de sus colonias y mantiene en constante crecimiento su
riqueza, con los intereses que cobra por los préstamos que
hace a casi todas las casas de Europa. Sus vínculos
comerciales se unen a los financieros para producir no
sólo el adelanto en las ciencias (la primera
operación de cataratas en Europa se lleva a cabo en 1590,
en Alicante, aunque la técnica se conocía desde
siglos antes), las letras, la geografía y la
mecánica sino, y especialmente, en las matemáticas
que les fueran heredadas por los 800 años de la
ocupación musulmana de su territorio.

España registra las primeras Ordenanzas del
Seguro Marítimo en Barcelona, en 1435, es decir 17
años antes de que naciera Colón, sentando
así las bases sobre las que se edificó luego el
Derecho Marítimo. En 1537 le siguieron las de Burgos y
algunas más, entre las que se destacan las de Sevilla, de
1556, y las de Bilbao, de 1737.

En Francia se aprobó el Guidón de la Mer,
recién en 1556, y las Ordonnance de la Marine, alrededor
de 1681, dos códigos que contenían todas las
disposiciones que permitieron al Seguro Marítimo
funcionar.

EL SEGURO EN
INGLATERRA

A finales del siglo XVI Inglaterra había
completado el largo período de inestabilidad que
caracteriza a las sociedades europeas que se desligaron de la
influencia del Medioevo y empezaron un camino distinto, con la
obligatoria tarea de darle unidad a la nación.

Londres, la capital, era por entonces poco más
que una ciudad de mediano tamaño, envuelta en problemas
sin resolver debido a una conocida falta de fondos.

Aún en pleno surgimiento de Inglaterra como
potencia, Charles Dickens describirá una sociedad dividida
entre quienes lo poseían todo, y el resto de los
habitantes, viviendo miserablemente en casas semi destruidas, sin
servicios de ninguna clase y permanentemente acosados por las
enfermedades, el clima y el hambre. Inglaterra no era en ese
tiempo la potencia europea que sería a finales del
siguiente siglo.

EL CAFÉ DE
LLOYD´S

Para finales de 1600, Londres ya era una nueva y gran
ciudad, con hermosas edificaciones.

El centro amurallado de la antigua ciudad había
dado paso a construcciones de ladrillo, calles con aceras para
protegerse de la lluvia, un sistema de desagüe planificado y
muchos establecimientos comerciales, y de mercancías
venidas de los más lejanos lugares bajo dominio de la
corona.

Salpicando tales facilidades estaban los
establecimientos dedicados a servir el café, un brebaje
que habían importado los italianos, venidos con la oleada
de refugiados de todas partes de Europa en busca de trabajo en
Inglaterra.

Uno de esos cafés era el del Sr. Edward
Lloyd.

Estuvo originalmente ubicado cerca del Puente de la
Torre (Tower Bridge Street) pero luego se
trasladó a donde más negocios había: Lombard
Street, la calle de los lombardos.

Es ahí donde empieza el Seguro moderno
según muchos tratadistas, porque el café de Lloyd"s
sirve a los propósitos de los aseguradores del riesgo
marítimo como ningún otro establecimiento, al
extremo que la mayoría de negocios se lleva a cabo en sus
salones, mientras se discute las tasas a pagar por un embarque,
por la eventual pérdida de una nave, el flete o las
propiedades de la tripulación.

En sus salas se ha decidido muchos de los condicionados
del seguro y el reaseguro desde hace más de 300
años.

Es un negocio de grandes conocedores del seguro, y de
personas con un gran sentido de la oportunidad para los negocios,
dentro del seguro y fuera de él.

La mayoría de los originales inversores en
Lloyd"s, como John Locke, el padre del liberalismo, Daniel Defoe,
el autor de Robinson Crusoe o el mismo Isaac Newton, habrá
estado, en algún momento de sus vida, involucrado en el
negocio de la trata de esclavos, mientras que otros habrán
hecho fortuna con los negocios que la corona les permitía
en ultramar bajo condiciones favorables.

Todos ellos eran nobles y ostentaban alguno de los
muchos títulos nobiliarios que los reyes de siempre
inventan para pagar favores a quienes les sirven.

Lloyd"s era el punto de encuentro con el negocio del
Seguro, que impulsaba, y aún lo hace, los negocios
bancario y el financiero.

EL SEGURO Y LA
IGLESIA CATOLICA

El proceso de la industrialización y de la
producción en serie, que devendrá en el siglo XVIII
en la Revolución Industrial, tendrá al seguro como
la garantía principal de la inversión, puesto que
las facultades de la institución del seguro habían
demostrado ya su valía en muchas oportunidades. Sin
embargo de ello, el más conocido de los seguros actuales,
el de Incendio, estaba prohibido de colocarse en
Inglaterra.

La Iglesia Católica se oponía, con el
mismo argumento que había usado antes para prohibirlo en
otras partes y tiempos: no se debe hacer negocio con las
desgracias con que Dios decide castigar a los
pecadores.

Este argumento estuvo, sin cuestionarse, en vigencia por
cientos de años, pues, para entonces, la Iglesia
Católica gobernaba decisiones políticas y hasta de
negocios en Inglaterra, como lo hacía en otras partes de
Europa.

Tendría un final dramático.

EL GRAN INCENDIO
DE LONDRES

Del 2 al 5 de septiembre de 1666, se produjo lo que se
conoce históricamente como el Gran Incendio de Londres. Se
quemó la Catedral de San Pablo y muchas iglesias, la
mayoría de edificios públicos, 13 mil casas y las
dos terceras partes del centro de la City. Justo cuando la
Iglesia había ratificado su prohibición contra el
Seguro de Incendio.

El Seguro de Incendio fue, entonces, autorizado, ya sin
la prohibición religiosa. Desde entonces progresó,
extendiéndose en todo el reino y sus dominios.

Lloyd"s de Londres es una marca conocida a nivel
mundial, no solamente por la calidad de sus suscriptores sino por
la fortaleza financiera y económica que respaldan las
operaciones de seguros y reaseguros en que está
vinculado.

Es también un prestigioso centro de inteligencia
y control del negocio marítimo a nivel mundial. Mantiene
vigilancia a través de una red de agentes en todo el
mundo, sobre cada nave, en cualquier punto del globo.

EL SEGURO EN
AMERICA

La llegada del seguro a las costas del continente
americano tuvo dos fases: la primera en su arribo a los dominios
de la corona española, como veremos en el siguiente
capítulo, y la segunda, en los territorios del Norte de
América, que fueron originalmente explorados por
holandeses y franceses, pero conquistados de forma terminante por
el Imperio Británico.

A medida que los habitantes de las trece colonias se
asentaron en lo que iba a ser su tierra por generaciones
venideras, el negocio se impuso como parte del traslado de vidas
de uno a otro continente.

El seguro respaldó desde el inicio todas las
operaciones de comercio entre la metrópoli inglesa y las
colonias en Norteamérica, especialmente en las regiones al
norte de Nueva York, conocida como Nueva Inglaterra, cuya capital
era, y es, la ciudad de Boston.

Es en Boston donde se inicia la lucha por liberarse del
dominio inglés, con un acto de rebeldía que tuvo
que ver con el Seguro: un grupo de ciudadanos de Boston, entre
los cuales estaba John Hancok, el primer firmante de la
Declaración de Independencia de Estados Unidos,
disfrazados de indios, capturó tres bergantines surtos en
la bahía, y arrojó al mar cientos de bultos
conteniendo té, la bebida inglesa que había sido
impuesta en las colonias como parte de las obligaciones de compra
para los colonos.

Ese acto, que es conocido como la "Boston Tea Party", la
Fiesta del Té de Boston, es aceptado como el inicio de las
acciones que desembocaron en la lucha por la independencia,
alcanzada finalmente en 1776.

La vinculación con el Seguro está en que
ese cargamento de té estaba asegurado en Lloyd"s, en 18
mil libras esterlinas, que Lloyd"s pagó
puntualmente.

EL SEGURO EN
ESTADOS UNIDOS

Las primeras operaciones de empresas de seguros se
inician casi con la Independencia, y hay en ellas un personaje,
principal en la Historia de Estados Unidos, Benjamín
Franklin, quien dispondrá del conocimiento y la
experiencia para poner en marcha una compañía de
seguros en su ciudad natal: Filadelfia.

El seguro se desarrolla entonces al amparo de los
recursos que consigue con la industrialización y el
comercio, que empiezan la serie de reformas a imponer una vez que
se hace con los extensos territorios al Oeste de los ríos
Missouri y Mississippi.

Eso resulta particularmente claro luego de 1866, o sea,
al término de la Guerra de Secesión, cuando el
norte industrial impone las nuevas leyes con que se favorece el
desarrollo del país.

En el Siglo XX, y gracias al Seguro, es que la sociedad
que emerge en Estados Unidos a finales de la I Guerra Mundial, en
1918, alcanza una importancia internacional, alejada de la
imposición militar que había precedido los
anteriores dominios, incluso el de Inglaterra.

Los ingentes recursos que requirió la
importación de todo lo que su acelerada
industrialización requería, estuvieron respaldados
por las operaciones del Seguro. Con ello la importancia y la
dimensión de las compañías de seguros
estadounidenses se triplican cada 25 años. A fines de los
cincuenta ya suscribía casi la mitad de primas del
mundo.

Hoy, a pesar de la crisis financiera, generada desde
septiembre de 2008, las primas que genera el seguro en Estados
Unidos representan más del 40% del total
mundial.

Es, por otro lado, el país donde se registra la
mayor cifra por siniestros pagados en la historia. En cada caso
ha levantado la barrera a niveles que no son posibles registrar
en otra nación desarrollada.

El mayor monto pagado hasta la fecha por daños
amparados por el seguros son los producidos por el huracán
Katrina; antes de ese, el siniestro más grande
había sido el ataque a las torres gemelas del 11 de
septiembre del 2001.

Hay quienes sostienen que el terremoto, seguido del
tsunami, de Japón resultará en varios tramos mucho
más costoso que el atentado del 11 de septiembre, pero en
esa evaluación no entra la forma como el seguro protege
las propiedades en ambos países: en Estados Unidos no hay
subsidio para el seguro. En Japón el Estado subsidia el
costo de asegurar las propiedades inmobiliarias en ciudades de
menor población.

I. EL SEGURO
LLEGA AL PERU

El mecanismo de la transferencia del riesgo llegó
a nuestras costas con los conquistadores, porque en Europa las
actividades del seguro y del reaseguro eran parte de las
sociedades de entonces desde el Renacimiento.

Muchos estudiosos están de acuerdo en que fue
gracias a la existencia del seguro que los emprendimientos de
exploración y conquista en que estuvieron empeñadas
las entonces potencias marítimas, España y
Portugal, desde el Siglo XIV y antes, alcanzaron el nivel de
éxito que ahora se les reconoce.

Como hemos visto anteriormente el seguro como meca-nismo
de transferencia del riesgo ya tenía varios siglos de
funcionamiento, y Europa lo había desarrollado tanto que,
por ejemplo, las primeras ordenanzas sobre el Seguro
Marítimo en la península datan de mucho antes del
nacimiento de Colón* y los aseguradores emitían
pólizas para cubrir riesgos de transportes e incendio, en
Italia, mucho antes que Dante Alighieri** dotara a su tierra de
una lengua común.

Con la conquista de los territorios de América,
España extendió los beneficios que ya
existían en la Península a quienes empezaron su
vida comercial en el Nuevo Mundo.

Para ello tuvo leyes específicas, con las que
permitió los embarques tanto desde España como
desde América.

Esos embarques fueron asegurados en distintas instancias
durante el tiempo que españoles y portugueses
permanecieron como dueños del sub continente.

Cuando el proceso de liberación se concreta, con
la independencia del Perú, en la Batalla de Ayacucho del 8
de diciembre de 1824, el seguro español deja de actuar
paulatinamente en América y produce un
vacío.

Ese vacío se llena cuando Inglaterra se fija en
el extenso territorio que se había li-berado de su enemigo
tradicional y empieza asegurar los riesgos de transportes entre
Europa y los países independizados
recientemente.

Por otro lado, la independencia Estados Unidos despierta
intereses de vinculación comercial y política,
además de diplomática, con el resto de
América; y es cuando el seguro norteamericano hace sus
primeras incursiones en Centro América y el Caribe. La
competencia con Inglaterra continuaba.

Empieza, entonces, a fines del siglo XVII, una
competencia entre aseguradores provenientes de Estados Unidos y
del Reino Unido, por posesionarse en plazas como Perú,
Colombia, México, Argentina o Brasil, para entonces, en
ese orden, los países más conocidos por los
aseguradores en ambos lados del Atlántico.

El desarrollo del seguro en nuestro país se
define en favor de las aseguradoras inglesas sobre las
norteamericanas debido a la vinculación comercial entre
nuestro país e Inglaterra, para entonces ya entronizada
como primera potencia comercial, militar y económica del
mundo.

II. AMBIENTE
SOCIAL, POLITICO Y ECONÓMICO DEL PERÚ A MEDIADOS
DEL SIGLO XIX

El tránsito entre la Emancipación y la
República en el Perú está lleno de hechos
protagonizados por personajes singulares. Héroes y
villanos que ejercen su influencia en determinadas regiones del
país y en conocidos acontecimientos.

El gobierno del país será ejercido sin
tener claros los objetivos en su formación como
nación independiente, sino siguiendo lo que se
acostumbraba hacer en tiempos de la Colonia.

Las nacientes instituciones republicanas actúan
como si España aún tuviera que fiscalizar sus
actividades; y las leyes que se dictan tienen mucho de
declarativas, pero su obediencia sigue en cuestión hasta
finales del siglo XIX.

Así, cincuenta años de independencia no
producen una clase política dirigente sino caudillos
-militares y civiles- dedicado a imponer sus ideas como las
"salvadoras de la patria".

Muchos de esos caudillos tuvieron gestos de altura en
sus acciones pero ninguno tuvo la visión del futuro que
las riquezas del suelo y la laboriosidad de la gente
hacían prever como provechosas para los entonces cuatro
millones de peruanos.

La consecuencia de esta cortedad de visión
tendría su desenlace en el Guerra del Pacífico de
1879, que perdimos por no entender la sociedad que
debíamos haber creado. Chile ganó la guerra porque
tuvo una clase dirigente y una visión del futuro de la que
el Perú carecía.

Entre el final de la Guerra del Pacífico y la
etapa de la recuperación del Perú hay un
período sobre el que deberíamos centrarnos para
entender el emprendimiento que se requería para iniciar en
nuestro territorio una aventura audaz y de difícil
pronóstico: formar una compañía de seguros
peruana para competir contra las coberturas y fortaleza
financiera que caracterizaba a las empresas
extranjeras.

El conocimiento del Seguro y de sus vinculaciones
financieras y patrimoniales era casi un secreto entre los
representantes de las compañías. Había
agentes de compañías canadienses, estadounidenses y
hasta neozelandesas, pero sus operaciones de seguros estaban
limitadas a carteras pequeñas, aquellas vinculadas con las
inversiones de origen común y por ello no podían
competir con las inglesas, que re-presentaban nada menos que a la
cuna del capitalismo mundial, tanto que contaban, desde 1744, con
una ley específica para fortalecer la actividad
aseguradora como respaldo de sus propias inversiones en ultramar,
la "Gambling Act".

III. EL GOBIERNO
DE NICOLÁS DE PIÉROLA

Uno de aquellos caudillos de que tratamos antes de esta
parte de la Historia fue Nicolás de
Piérola.

Nacido en Arequipa pero afincado en Lima desde temprana
edad, Piérola es una figura sobre la que se ha tejido una
trama de admiración y de odio, de leyenda y desencanto. Su
vida misma fue controvertida en grado sumo y no corresponde a
este curso un análisis de ella.

Es durante el primer año del gobierno de
Nicolás de Piérola, en noviembre de 1895, que se
dicta la primera ley sobre la actividad aseguradora en nuestro
país.

Para entonces ya se había fundado, el 25 de julio
de aquel mismo año, la Compañía
Internacional de Seguros del Perú.

IV. FORMACION DE
LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS EN EL
PERÚ

En los registros de fundación de la primera
compañía de seguros organizada por inversionistas
peruanos en su mayoría (uno de sus socios era cubano) no
existe mayor información sobre la forma cómo se
organizó ni cuál era su estrategia para oponerse a
la competencia con aseguradoras premunidas de técnica
aseguradora depurada, capitales inalcanzables en la
situación fiscal por la que atravesaba el Perú
luego de la Guerra del Pacífico, y larga tradición
de estadía en el país con importantes lazos
comerciales.

Resulta por eso interesante saber que la primera
póliza de Incendio emitida por la naciente
compañía fue para cubrir a la casa de don
José Payán, ciudadano de origen cubano, que
había lanzado la idea de reconstruir las capacidades
financieras del país, a través de operaciones
comerciales cruzadas y era a la sazón vice-presidente de
la misma compañía de seguros.

Al amparo de la ley dictada en noviembre de 1895, se
crearon dos compañías de seguros el año
1896: la "Rímac" y la "Italia" que mantuvo ese nombre
hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando cambió
su denominación por la de "Atlas".

Estos acontecimientos propiciaron el retiro de los
agentes de compañías de seguros extranjeras, que
protestaron en avisos pagados en El Comercio de aquella
época por la dación de la ley que consideraron
"abusiva". Muchas de esas compañías partieron para
no regresar.

A finales de los años veinte el seguro peruano ya
tenía capacidades importantes de cobertura y de
cúmulos para reasegurar directamente.

Cuando se produce la II Guerra Mundial el país es
requerido para vender productos que las acciones bélicas
en Europa requerían con urgencia, y ese impulso de
ingresos permite que nuevas aseguradoras se instalen en vista de
la estabilidad de la moneda y de la política, porque, a
pesar de los movimientos militares contra los gobiernos elegidos
democráticamente, las políticas de desarrollo de
las inversiones extranjeras protegidas por leyes dirigidas fue la
norma.

Una vez terminada la II Guerra Mundial decrece el
interés extranjero por la compra de minerales y otras
materias primas, que eran las exportaciones tradicionales del
Perú; pero, en 1956, y al término del gobierno de
General Manuel A. Odría, un joven empresario, venido de
Tacna a la cálida ciudad de Trujillo, emprendería
una tarea de titanes para desarrollar una industria que
llevaría por varios años a nuestro país de
nuevo a la escena mundial de las necesidades no
cubiertas.

Su nombre fue Luis Banchero Rossi y la industria que
impulsó fue la de la harina de pescado.

Esa industria será la impulsora de nuevos
bríos en el mercado de seguros, porque las exportaciones
de la harina de pescado en cantidades nunca antes registradas por
las estadísticas oficiales, fueron posibles gracias al
constante incremento de la flota pesquera en manos privadas, y de
las facilidades en instalaciones costosas en distintos lugares
del litoral.

Todo ese movimiento industrial significó un salto
cualitativo en la técnica que requirió la
suscripción de coberturas que se experimentaron primero
aquí y se impusieron luego en el mundo.

La primera póliza para embarcaciones pesqueras
fue redactada entre aseguradores peruanos, entre los que se
cuenta a don René Corpancho, Carlos Raúl Vidal,
Dante Di Liberto, Ricardo Mulánovich y otros nombres
valiosos.

Ese condicionado estuvo vigente, fue copiado por
Lloyd"s, e impuesto en las coberturas que aceptaba hasta bien
entrados los años 80"s.

El Sr. Banchero invirtió en todas las ramas de la
industria, el comercio, la prensa y en la banca. Lo hizo
también en el negocio del Seguro comprando la
Compañía de Seguros Panamericana, que había
sido organizada por la Singer Sewing Machinery, para respaldar
sus actividades mercantiles de venta de máquinas de coser
en nuestro país.

V. BASE LEGAL DEL
SISTEMA DE SEGUROS

Como cualquier actividad en que la intervención
del Estado es obligatoria en interés de la sociedad, la
aseguradora tiene leyes específicas y generales con que se
regula sus ingresos, se controla sus operaciones y se fiscaliza
sus inversiones.

El organismo que representa al Estado en el conjunto de
operaciones que requiere la ciudadanía para actuar e
interactuar con las funciones que la Constitución
determina y ordena al Gobierno mantener, es la Superintendencia
de Banca y Seguros. Es la encargada de establecer el respeto a
las leyes dadas en las operaciones autorizadas mediante la
licencia de operación, que solicitan los organizadores de
las empresas vinculadas con la actividad aseguradora, y de los
fondos que recaudan del público en razón de los
negocios en que intervienen.

En otras palabras, la SBS representa al Estado en las
negociaciones en que existe la autorización para que las
empresas de seguros recauden fondos con los que forman reservas y
cúmulos basados en cálculos matemáticos y
estadísticos especializados, para proteger las
actividades, las vidas y las enfermedades de quienes se sienten
en la capacidad de pagar por esa protección.

En la actualidad la ley 26702 del 6 de diciembre de 2006
es la norma que rige las actividades del seguro y el reaseguro en
nuestro país.

VI. EL
REASEGURADOR

A medida que las operaciones del seguro cubren riesgos
de alta incidencia en siniestros o de sumas que exceden las
normales capacidades financieras y patrimoniales de una
aseguradora, se hace indispensable contar con el apoyo de
empresas con capacidades superiores, no solamente en cuanto al
poder económico sino en la capacidad para difundir las
posibilidades de pérdida en volúmenes de rango
superior gracias a sus vinculaciones a nivel global.

Servirá como ejemplo a los efectos de
ilustración de este curso saber que las dimensiones del
reaseguro suscrito por algunas de las más grandes empresas
dedicadas a esta actividad superan por muchas veces el PBI de la
mayor parte de naciones de economía emergente.

De hecho, la más conocida de esas gigantes, la
Munchener Ruckversicherungs Gessellschaft AG, conocida
simplemente como Munich Re, supera en promedio anual de
suscripción en primas recibidas al PBI de casi toda
África.

AIG, considerada en Estados Unidos como la más
grande compañía de seguros del mundo (no lo era en
realidad porque AXXA fue -y sigue siendo- la más grande),
en la práctica quebró, luego de las operaciones de
suscripción de riesgos sobre préstamos de hipotecas
de su sucursal en Londres, que significaron una pérdida
del orden de los 800 mil millones de dólares.

Ahora tiene como su mayor accionista al gobierno de
Estados Unidos. En otras palabras, es una empresa estatal
mientras no devuelva el dinero que le prestó el gobierno
para evitar su cierre definitivo.

Ninguna compañía de reaseguros importante
ha quebrado como consecuencia de la crisis financiera
internacional.

ALGUNOS DATOS DE INTERES RESPECTO DEL
REASEGURO

El primer contrato de reaseguros se registra en 1370*,
para cubrir un viaje entre Génova y Slyus, en el que el
propio asegurador directo se quedó con la mayor parte del
riesgo y la prima correspondiente y cedió, a otro
asegurador, la prima y el riesgo por la parte más
escabrosa del viaje, entre el puerto de Cádiz, en
España, y Slyus. Clases de contratos de
reaseguro

Existen dos grupos de contratos, entre cedente y
reasegurador, según la forma de transferencia,

Proporcionales

En este tipo de contratos tanto la cedente como el
reasegurador comparten en "proporción" pactada la
suscripción del tratado. El reasegurador responde por el
monto de los siniestros en la misma proporción de la prima
que recibe de la cedente.

Exceso de pérdida

Funciona como lo hace el deducible en un seguro de
automóviles. La primera parte de un siniestro es asumida
por la cedente. El reasegurador responde solo por la parte que
excede de una cantidad previamente fijada.

En los contratos proporcionales se distingue, a su vez,
dos grupos de contratos:

A.- Facultativos

Contratos que requieren de gran manejo administrativo
por ambas partes porque se cede y acepta póliza por
póliza. Son debidos a ello caros, en comparación
con los automáticos.

Dada cuenta sus características de póliza
por póliza se usan generalmente para cubrir las
res-ponsabilidades de las cedentes en riesgos muy grandes, como
los de las mineras, empresas y actividades de la industria
petroquímica, riesgos industriales de volumen, barcos,
aviones y operaciones bancarias en que las posibilidades de
fraude y deshonestidad de funcionarios y empleados pueden causar
grandes pérdidas.

B.- Tratados Proporcionales
Automáticos

Fueron la consecuencia del gran trabajo administrativo
que generan los tratados facultativos. En este tipo de contratos
el reasegurador se compromete a pagar una parte de todos los
siniestros suscritos por la cedente por ramos, durante un
período establecido, generalmente un
año.

En los tratados proporcionales automáticos
también se distingue dos tipos, o combinaciones de ellos,
de contratos:

b.1 Cuota parte

Es un contrato que se verifica según el
porcentaje que asume la cedente como retención propia de
acuerdo con su experiencia y capacidad operativas y financieras.
Se mantiene invariable en los porcentajes a lo largo de su
vigencia y por ello algunos los consideran inconvenientes, porque
obligan a la cedente a entregar parte de sus primas de riesgos
pequeños, que podrían entrar en sus capacidades de
retención propia. Lamentablemente a veces es lo
único que se encuentra en el mercado internacional del
reaseguro.

b.2 Excedente

En este tipo de tratado la cedente retiene por su cuenta
hasta una cantidad determinada -que puede ser variable de acuerdo
con su clasificación de riesgos- de cada caso. El
reasegurador asume el excedente.

C. Exceso de pérdida

Partes: 1, 2

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