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La -solución final- al problema de la deuda




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

  1. Confesiones de un
    "cautivo" inflacionario (víctima de malos
    pensamientos)
  2. Semana de
    Pasión (del 28 de marzo al 4 de abril de 2010): Tal
    vez por ello…
  3. Casi la mitad de
    los estadounidenses vive al día (Libertad Digital –
    26/5/11)
  4. The Bernanke"s
    Gamble: El golpe inflacionario (datos objetivos y
    perspectivas)
  5. ¿Inflación o deflación?
    (Project Syndicate – 23/6/10)
  6. El
    "vademécum" de Bernie (del latín "vade", anda,
    ven, y "mecum", conmigo)
  7. ¿Cómo
    se supone que funciona el estímulo monetario? (la
    ilusión de Bernanke)
  8. … Pero
    Bernanke les contesta con su teoría de los
    "círculos virtuales"
  9. La
    argentinización de Europa (el BCE permite a Irlanda
    imprimir euros extra)
  10. Repartiendo
    inflación por todo el mundo
  11. Conclusiones
  12. Apocalypse Now
    (por lo que se lee, no soy el único que tiene
    pesadillas)
  13. Memorias de
    África (a verlas venir)
  14. ¿Le
    compraría un auto usado a Bernie? Así y
    todo… dirige la Fed (ex cathedra)
  15. La opinión
    de los que apoyan la monetización de la deuda (La
    inflación buena)
  16. ¿Trampa de
    la liquidez o malas inversiones? (Libertad Digital –
    5/7/10)
  17. ¿Una
    época de esperanzas reducidas? (Project Sindicate –
    3/8/10)
  18. La Gran
    Depresión en el recuerdo económico (Project
    Syndicate – 31/8/10)
  19. ¿Por
    qué no funciona la recuperación de Estados
    Unidos? (Project Syndicate – 1/9/10)
  20. Un
    helicóptero de dinero (El Economista –
    8/9/10)
  21. Política
    fiscal de EEUU: ¿Un "choque de trenes" a la vista? (El
    Economista – 29/10/10)
  22. Disparates
    fiscales (Project Syndicate – 13/12/10)
  23. Aprendiendo de
    Argentina: Shiller propone que EEUU emita deuda ligada al PIB
    (El Economista – 17/2/11)
  24. Desequilibrios
    globales sin lágrimas (Project Syndicate –
    1/3/11)
  25. La opinión
    de los que critican la monetización de la deuda (La
    inflación mala)
  26. Hipótesis
    ideal
  27. La "Segunda
    Revolución Americana"
  28. Especulación y fraude a gran escala
    (Libertad Digital – 18/11/10)
  29. Los errores de la
    política monetaria expansiva (Libertad Digital –
    23/2/11)
  30. Carta abierta a
    Ron Paul (Libertad Digital – 13/4/11)
  31. Adiós a la
    "economía vudú": las medidas clásicas no
    sirven (El Economista – 23/4/11)
  32. Endeudamiento
    mórbido (Libertad Digital –
    28/4/11)
  33. Simon Johnson
    critica la "arrogancia y autoritarismo" de los bancos
    centrales (El Economista – 13/5/11)

Confesiones de un
"cautivo" inflacionario (víctima de malos
pensamientos)

Como un judío sobreviviente del holocausto, como
un soldado que ha vuelto del frente de combate (Vietnam, Irak,
Afganistán…), o si quieren darle menos dramatismo,
como un viejo corresponsal de guerra; aunque para darle una mayor
semejanza, tal vez, como un alemán que padeció el
derrumbe social provocado por la hiperinflación de 1923,
asisto "demudado" (atónito, preocupado, angustiado,
alarmado…) a la lamentable repetición de la
historia. Un "ritornello" macabro, siniestro,
surrealista…

La "pesadilla", en este caso, tiene su origen en el
intento de licuación de las deudas, públicas o
privadas, por la vía inflacionaria; antes, en mi
país de origen -Argentina-, (tantas veces "padecido", que
cuesta registrar pausas), ahora, en mi región de
adopciónEuropa– (exilio ¿dorado?), vuelvo a
revivir el engaño; aunque, todo hay que decirlo, el huevo
de la serpiente ha sido puesto por los Estados Unidos. De alivio
cuantitativo (QE1), en alivio cuantitativo (QE Lite,
QE2…), hasta la "hiperinflación" final.

(No sé por qué, "alivio" me suena a
"deposición"… "evacuación de vientre",
vamos… y "cuantitativo"… a mucho, mucho, "laxante".
O sea.)

En mi Ensayo (noviembre 2009) – La
"argentinización" de la economía
mundial

Lecciones de la historia: Un amargo
despertar

(El único modelo económico que
transformó a un país rico en uno pobre
),
escribí:

Rendición (Tango cósmico, en dos actos – I
-)

En mis épocas de Argentina (hace más de 20
años) se decía que había tres tipos de
países en el mundo: los países desarrollados, los
países subdesarrollados y la Argentina.

Un caso único, paradigmático, que
sorprendía (por su enigma) a los investigadores y
catedráticos de economía de las universidades
más prestigiosas del mundo.

Un humorista argentino muy popular (Enrique Pinti)
relataba en uno de sus monólogos teatrales (Salsa Criolla)
que un estudioso norteamericano se había pasado un largo
período en Buenos Aires intentando descubrir el misterio
de la decadencia nacional. Frustrado, con más dudas que
certezas, finalmente le preguntaba al actor: "¿Cómo
han llegado ustedes hasta aquí?", a lo que Pinti
contestaba: "Y… de a poquito"…

De a poquito, esos argentinos que se creían
franceses que hablaban en inglés, un día
descubrieron que eran italianos que hablaban en
español

De a poquito, esos argentinos que creían vivir en
un país rico -entre París y Londres o, como
mínimo, Nueva York-, un día descubrieron que
vivían en "Villas Miseria" (chabolas) o rodeados de
ellas…

Rendición (Tango cósmico, en dos actos – y
II -)

Luego de más de 20 años en el exilio
(voluntario) y de haber apostado por vivir (supuestamente) en una
parte del mundo más predecible, transparente, sostenible y
ética… vengo a descubrir (tarde y mal) que al
fin… nada es cierto.

¿Amargura? No, pena.

De un país de fracasos desmesurados he pasado al
descalabro global del sistema económico capitalista (esta
vez, sin escapatoria planetaria). La sumatoria de desaciertos,
intentos fallidos, inventos mesiánicos, dogmas
desatinados, torpezas o dislates, que han caracterizado la
historia económica argentina, se ha propagado por el mundo
en una globalización siniestra del descalabro y la
decepción.

Si Argentina pudiera cobrar "derechos de autor" por sus
diversos y desastrosos modelos económicos, a tantos
"usuarios" internacionales, tal vez hoy, podría ser un
país "fracaso-dólar", resolver su problema de la
deuda "eterna" y sobrarle para hacer inversión extranjera
directa (mira tú por dónde…). Un "Fondo
Soberano" del absurdo.

En uno de sus pocos aciertos (tal vez el único)
la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner
(Ms. Botox, la Virreina del Plata), dijo que Obama era como
Perón, pero que aún no se había dado
cuenta… (todo se andará, cuestión de
tiempo).

Por buscar paralelos personales podríamos
asemejar a Berlusconi con Menem (basta ver sus escándalos
matrimoniales y de faldas o rastrear entre sus frivolidades y
bufonadas).

Otro parecido interesante podría darse entre
Rodríguez Zapatero y De la Rúa (incapacidad,
impotencia, falsedad, majadería y memez). Personajes entre
Peter Pan y Alicia en el País de las Maravillas. Bobos
solemnes. Errores democráticos.

En el archivo de "sexo, mentiras y cintas de video" no
puedo dejar de destacar (otros que merecerían el DNI
argentino) a Sarkozy, Brown o a Gyurcsany (no me olvido de Blair,
que se nos fue, pero aún me
guía…)

Si de la política pasamos a la economía,
cómo no equiparar a Martínez de Hoz con "burbujita"
Greenspan o a Cavallo con "helicóptero" Bernanke. Grandes
"desreguladores"… grandes "empapeladores"…
("profetas" de fracasos anunciados).

También encuentro correlación entre Lucio
García del Solar (licuación de las deudas) y
Paulson o entre Pedro Pou (tratado de asociación monetaria
con EEUU) y Geithner.

Entre la inepcia y la idiocia. La lista podría
continuar…

En mi Paper (15/8/10) – Se ha descubierto la
inflación "buena": la teoría de la
"deaudaflación" (Fondo Monetario Internacional – El arte
de la rotación: de la inquebrantable fe en los mercados a
un eructo intelectual de los arbitristas económicos,
demasiado contraintuitivo
), escribí:

Semana de
Pasión (del 28 de marzo al 4 de abril de 2010): Tal vez
por ello…

A cualquier persona que haya vivido, o estudiado la
experiencia hiperinflacionaria de Alemania (1923), Argentina
(1989) o Zimbabue (2009), por citar algunos de los ejemplos
más extremos, le debe haber quedado tal miedo en el cuerpo
como para huir de la inflación más que de "la
mismísima parca". Mencionar la inflación a un
alemán (todavía), a un argentino (siempre) o a un
zimbabuense (recientemente) es como mentarle a "la
bicha".

El ADN argentino y una larga convivencia con las "purgas
de caballo" recetadas por el Fondo Monetario Internacional
(pueden llamarla la "doctrina del ajuste estructural", si quieren
ser "políticamente correctos"), para alcanzar el
equilibrio fiscal, reducir el endeudamiento público,
conseguir el superávit primario necesario para atender los
servicios de la deuda externa, reducir la monetización de
la economía, concretar la apertura financiera, procurar la
liberalización del comercio, y un largo etcétera de
"abstinencias" y "sacrificios" en aras de un dios menor…
dejan secuelas persistentes, pesadillas reiterativas y una
memoria histórica imborrable. Todo sacrificio resultaba
poco para aplacar las iras del demonio inflacionario. El FMI
presidía el ritual del exorcismo. El FMI expulsaba los
"espíritus malignos" de la
inflación…

Como europeo de adopción (desde 1989) sorprende
(por decirlo suave) que de ese FMI ortodoxo, monetarista,
liberal, riguroso, crudo, duro, implacable, severo, inflexible e
intransigente, cuando se trataba de aplicar el "recetario" a los
países subdesarrollados (pueden llamarlos "en vías
de desarrollo", si desean ser políticamente correctos),
frente a la crisis de la deuda externa (por citar uno de los
ejemplos más sangrantes), se pueda haber llegado a un FMI
tan pragmático, estructuralista, keynesiano, tolerante,
clemente, suave, benevolente, blando, maleable e impreciso,
cuando se trata de aplicar la "fórmula" (paños
tibios) a los países desarrollados (pueden llamarlos "ex
ricos", si intentan ser rigurosos). Hemos pasado de la
"abstinencia total" a la "barra libre", en beneficio de la crisis
financiera (léase crisis bancaria, primero de liquidez y
finalmente de solvencia, por exceso de especulación y
subestimación del riesgo -animal spirits-, que es de lo
que se trata). No todo puede ser consecuencia de un proceso de
autocrítica por los errores del pasado. Tiene que haber
algo más… ¿Será que ahora se trata de
los países ricos (mejor dicho, ex ricos)?
¿Será por interés más que por
ideología?

Los "amigos de la banca" no son ningunos "mindundis" de
países del tercer mundo para lapidarlos y aunque hayan
dejado al Primer Mundo más cerca de África que del
Paraíso, todo esfuerzo es poco para "restablecer" la
tranquilidad de los mercados (o sea, de los mismos especuladores
que han causado la crisis). Si el FMI tiene que cambiar su
filosofía, se cambia; si debe mudar de piel, se muda; si
donde dije digo, debo decir Diego, no pasa nada. Para eso
están los "modelos" y el papel, que lo aguantan
todo.

Ahora el Fondo Monetario Internacional nos viene a decir
(tarde y mal) que han descubierto la "inflación buena",
aquella que puede "ayudar a licuar" los pasivos (tanto de las
entidades financieras como de los Estados que han tenido que
endeudarse para socorrer a sus bancos). Que un poco de
inflación puede venir bien, que los bancos centrales no
deberían ser tan rigurosos a la hora de plantear las metas
inflacionarias, que del 2% anual de inflación se
podría pasar al 4% (¿y por qué no al 6% u
8%, ya puestos…?), que las proyecciones
macroeconómicas dicen que un "chute" inflacionario es
conveniente y necesario para ir resolviendo la crisis de la
deuda. Cómo cambia la cosa cuando se trata de rescatar a
los bancos. ¡Bienvenida inflación! ¡Viva la
deudaflación!… Todo sea por la paz de los
"mercados".

Alguna vez "burbujita" Greenspan dijo: que fluya el
dinero, ya veremos después como lo recogemos (eso fue en
la burbuja anterior)… luego vino "helicóptero"
Bernanke y lanzó los billetes desde el aire (en la burbuja
reciente)… y últimamente (al fin, nada es cierto)
los "burócratas" del FMI nos "iluminan" con la
dilución de los pasivos por la vía inflacionaria.
Demasiados candidatos al Premio Nobel de Economía. Alguno
tendrá que resignarse a aceptar el Nobel de la Paz
(bastante devaluado después de Obama).

Los desordenes financieros (esta vez de los
países ricos) han comprometido (pueden decir "obligado",
sin sonrojarse) al FMI a modificar el orden monetario. Y en eso
están.

Los "cínicos" de diseño dirán que
estas turbulencias financieras requieren nuevas formas de
dirección de los mercados por parte de las autoridades
monetarias. "Dichas turbulencias reflejan sobre todo un avance de
la globalización que demanda reforzar, en vez de
debilitar, el enfoque multilateral" (sic)… "Sin una
acción pública urgente, la huida generalizada de
los agentes privados puede conducir a un hundimiento completo de
los mercados" (sic)… Y se quedarán tan frescos,
borrando con el codo lo que escribieron con la
mano…

Casi un año después (15/6/11),
sólo puedo, lamentablemente, "ratificar lo dicho" (el
contribuyente, una vez más, desempeña el papel de
agente socializador de duelos y quebrantos)

1 – del reparto de la mierda financiera (sin eufemismos)
mediante la "titulización",

2 – al auxilio masivo a los bancos quebrados mediante la
"socialización" de las pérdidas,

3- con final: licuación de la deuda (sector
financiero y gobierno) por "vía inflacionaria".

El pirómano Bernanke no puede (quiere) hacer otra
cosa que seguir jugando con fuego. Continuar cebando el "riesgo
moral", con el perverso recurso de "joder a los
jodidos".

Entre el "bear-flattering" y el "bull-flattering",
sólo queda una codicia autodestructiva. El "big hole" de
la deuda lo "titulizarán" (¿remember?) con el "big
bang" inflacionario.

De los bancos demasiado grandes para quebrar, hemos
pasado a los países demasiado grandes para fracasar, y
como "no queda nadie más en los camarines",
volverán, otra vez, a "expoliar" a los contribuyentes que
(mira tú por dónde), resultan
"sistémicamente" poco importantes, tanto para los bancos,
como para los gobiernos.

Del "efecto dominó" (crisis sobre crisis) a la
"caja de Pandora" (el huevo de la serpiente inflacionaria).
"Chorros" de inflación (dicho, con doble sentido), para
saturar (diluir, inundar, sepultar…) el agujero negro de
la deuda. Del riesgo moral al contagio inmoral.

En busca de los efectos de "tercera ronda": la burbuja
de las burbujas, "implosionando" sobre los más
desprotegidos de la sociedad. Repartiendo sida financiero puerta
a puerta.

Después de haber "globalizado" la crisis,
"globalizarán" la inflación… Después
de haber "titulizado" las "cagadas de elefante" por el mundo
mundial, pagarán, a los "tontos mayores", con "cagarrutas
de ratón" (por obra y gracia de la
inflación).

El "American Idol" (de Wall Street) y la "Marcha de
las Putas" (de Main Street)

(Que en este caso podrían representar a las
víctimas de la violencia inflacionaria)

Casualmente su lema es: "No significa no". "Tú me
puedes llamar puta (slut walk) pero eso tampoco te da derecho a
abusar de mí".

El asunto (y su metáfora, para el asunto que nos
ocupa) tiene menos que ver con el sexo y más con las
relaciones de poder… con la gente que abusa porque tiene
el poder o la fuerza, y luego se justifica cobardemente diciendo
que la víctima lo provocó.

El "gran saltimbanqui" de las finanzas (Bernanke)
continúa subsidiando a los irresponsables que causaron la
crisis (sector financiero y bolsa). Ahora, en un salto mortal
(sin eufemismos) les diluirá las deudas en una tercera
ronda por la vía inflacionaria. El "American Idol"
recupera "bancos malos" con "inflación buena"
(?).

Primero les dio auxilio directo (ilimitado), luego les
facilito negocios "reparadores" (prestándoles a tasa
negativa para que adquirieran bonos del tesoro, especularan en
bolsa e hicieran apuestas con materias primas), y de
últimas (por eso, lo de tercera ronda) les ayuda a sanear
sus balances (vulnerabilidades) monetizando la deuda.

La Fed ha pasado de prestamista de última
instancia a falsificador por imperativo sistémico
(léase, bancario o financiero). Pero que Bernanke no diga
"gimnasia" (demanda) cuando sabe que tiene que decir "magnesia"
(deuda). De su mano, vamos de derrota (QE1) en derrota (QE2)
hasta la derrota final (inflación desorbitada).

La "solución final" de la Fed al problema de la
deuda (privada y pública) es generar inflación.
Bernie ha pasado de cochero de Drácula a Rey del caos.
Primero por ti, después por mí. El riesgo que
Bernanke no quiere (o puede) ver: la
hiperinflación.

En un caso límite de "obesidad económica"
(mórbida) "todo el gobierno (de los EEUU) es una trama
Ponzi" (no lo digo yo, que lo suscribo), lo dice Madoff, que de
esquemas Ponzi sabe un montón. ¿Estaremos ante el
"último tango" de la era del dominio mundial de los
Estados Unidos? ¿Será el "complejo de
Sansón"?. "Muera yo con los filisteos".

La arrogancia, la emoción y la ignorancia siempre
pueden vencer a la razón y al cálculo. Sólo
quienes han vivido el drama inflacionario pueden darnos una idea
aproximada de lo que ello significa para una nación
civilizada.

Si hubieran vivido en la Argentina (nación poco
civilizada) sabrían que la inflación nunca duerme.
Es la única guerra sin armas (aunque a veces…).
Parafraseando a Mafalda (otra argentina), podríamos decir
que: es el acabose del terminose.

Los apóstatas de Keynes (se justifican
diciendo que la víctima lo provocó)

Como viejo keynesiano (desde la época en que, los
pocos que "habíamos", éramos considerados unos
"apestados" de la ciencia económica), me sorprende
(repugna, resulta un término más ajustado), que
haya tantos "filisteos" falsificando (jurando en vano), la
"Teoría general de la ocupación, el interés
y el dinero".

Una leyenda urbana sostiene que los niños y los
viejos son los únicos que dicen los que piensan… De ser
cierta la fábula, creo que los niños tienen la
ventaja que les otorga el tiempo, para rectificar sus errores,
cosa que los viejos no tienen…

Por lo cual, a mis 66 años, con las disculpas del
caso, y sin tiempo para rectificar mis errores, me animo a retar
a los grandes bonetes de la economía (luego podrán
leer algunas de sus opiniones), que alientan la expansión
monetaria ilimitada (que fluya el dinero, después veremos
cómo se recoge…), en nombre de la demanda,
travestidos de keynesianismo. Grandes simuladores: nos mean la
cabeza y los diarios dicen "llueve".

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren
decir sexo?, era el título de una película, que me
sirve para encabezar mi crítica: ¿Por qué
hablan de incentivar la demanda (consumidor) cuando quieren decir
socorrer a los deudores (banca y gobierno)?

Por qué fingen… por qué son tan
hipócritas… por qué después de tantos
años de monetarismo (dogma con el empobrecieron a
generaciones enteras de trabajadores), ahora se disfrazan de
keynesianos (aparentando alentar la ocupación y la
demanda).

Pero como antes se coge al mentiroso que al cojo, no
sólo juran en vano (filisteos), sino que falsifican los
postulados del keynesianismo. Para justificar el exceso de gasto
público (que en este caso está directamente
vinculado al salvataje del sector financiero), se amparan en el
desempleo y la demanda, pero sin resolver lo uno, ni alentar lo
otro.

Para la teoría keynesiana, el empleo total
depende de la demanda total y el paro es el resultado de una
falta de demanda total. La demanda efectiva se manifiesta en el
gasto de la renta, si aumenta la renta de una comunidad
también aumentará su consumo, pero éste
menos que aquella. Por lo tanto, para que haya una demanda
suficiente para mantener el nivel de empleo, se debe verificar un
nivel de inversión equivalente a la diferencia entre la
renta y el consumo. Por ello podemos decir que la inflexibilidad
de salarios no es el único factor que desencadena el
desempleo, aún cuando exista competencia perfecta en los
mercados y todos los precios milagrosamente se ajustaran
instantáneamente, las decisiones de los inversores
influirán sobre la demanda efectiva y por último en
el nivel de empleo.

Keynes recomendó la intervención del
estado para impedir la caída de la demanda, aumentando el
gasto público o reduciendo impuestos a las empresas y las
familias.

¿Cuánto de esto han hecho los
apóstatas del keynesianismo? ¿Ha crecido el empleo?
¿Ha aumentado la demanda? Sólo han utilizado el
dinero público (recursos y endeudamiento) para tapar los
agujeros de la banca e incentivar la especulación
bursátil.

¿Exageración?
¿Interpretación conspirativa de la historia? Por
favor, tomen nota:

Casi la mitad de
los estadounidenses vive al día (
Libertad Digital –
26/5/11)

(Por Toni Mascaró)

Sólo el 24,9% de los
norteamericanos podrían conseguir 2.000 dólares en
30 días, según un estudio publicado por el National
Bureau of Economic Research. Annamaria Lusardi de la George
Washington School of Business, Daniel J. Schneider de Princeton
University y Peter Tufano de la Harvard Business School
preguntaron: "¿Cuánto confía usted en que
podría conseguir 2.000 dólares si surgiese una
necesidad inesperada durante el mes que viene?" Un 24,9%
afirmó estar seguro de que podría, un 25,1% dijo
que probablemente podría, un 22,2% dijo que probablemente
no y un 27,9% que seguro que no.

Los investigadores puntualizan que preguntaron
específicamente "si podrían conseguir" los fondos
en vez de peguntar si disponían de esa cantidad en forma
de ahorros, "pues los individuos puede que no recurran
sólo a los ahorros para enfrentarse a los
imprevistos".

La conclusión del estudio es clara: "La capacidad
de los americanos para enfrentarse a imprevistos es
sorprendentemente limitada", ya que "si consideramos a los que
responden que están seguros o que probablemente no
podrían hacer frente con un imprevisto financiero
ordinario de esta magnitud, encontramos que casi la mitad de los
americanos son financieramente frágiles".

Monografias.com

La cifra de 2.000 dólares "refleja el orden de
magnitud del coste de una reparación de coche inesperada,
un copago grande en gasto médico, gastos legales o una
reparación del hogar", según los autores, es decir,
gastos no previstos pero que pueden darse perfectamente en la
vida de cualquier ciudadano común.

Los resultados concuerdan con otros estudios anteriores.
A la pregunta de si habían "guardado fondos de emergencia
para cubrir gastos durante tres meses, en caso de enfermedad,
pérdida del trabajo, problemas económicos u otras
emergencias" sólo el 49% dijo que sí.

Cabe tener en cuenta que el estudio se ha realizado
sobre datos correspondientes al año 2009 y que, desde
entonces, Estados Unidos ha experimentado cierta mejora. Pero no
hay motivos para suponer que esta leve mejora haya sido
suficiente para variar significativamente esta preocupante
fragilidad.

La clase media en apuros

Posiblemente, uno de los hallazgos
más sorprendentes del estudio es que una parte importante
de la clase media norteamericana también se considera
frágil. Según los autores, "resulta algo
increíble que casi una cuarta parte de los hogares que
ingresan entre 100.000 y 150.000 dólares afirmen no ser
capaces de conseguir 2.000 dólares en un mes, pero este
hecho puede resultar menos chocante cuando uno considera los
costes de vida en las zonas urbanas, costes de vivienda y cuidado
infantil, el sustancioso servicio de la deuda y otros
factores".

Monografias.com

Los investigadores preguntaron, a continuación,
cómo conseguirían los fondos, ofreciendo 14
opciones agrupadas en 6 categorías:

•Ahorros: (1) retirar ahorros, (2) liquidar o
vender inversiones, (3) liquidar inversiones de jubilación
aunque suponga pagar una penalización, (4) tomar presta
contra mis ahorros de jubilación en mi lugar de
trabajo.

Familia o amigos: (5) tomar prestado o pedir ayuda
a mi familia, (6) tomar prestado o pedir ayuda a mis amigos (no
miembros de mi familia).

Crédito típico: (7) usar tarjetas de
créditos, (8) abrir o usar una línea de
crédito o hacer una segunda hipoteca, (9) pedir un
préstamo.

•Crédito alternativo: (10) conseguir que me
adelanten la paga, (11) empeñar un activo que
poseo.

•Trabajar más: (12) trabajar horas extras,
conseguir un segundo empleo o que lo haga un miembro de mi
hogar.

•Vender posesiones: (13) vender cosas que poseo,
excepto mi hogar, (14) vender mi hogar.

Un 18,6% del total contestó que
para conseguir el dinero tendría que empeñar o
vender algo, o bien recurrir a algún préstamo.
"Añadido al 27,9% que considera que seguro que no
podría hacer frente a la emergencia, esto sugiere que
aproximadamente un 46,5% de los encuestados están viviendo
muy cerca del borde financiero".

Comparativa de ocho países

Los investigadores dirigieron la misma
pregunta a ciudadanos de otros países. En el Reino Unido
los resultados fueron muy similares. En Canadá los que
respondieron que seguro que podrían fueron un 44,3%. En
Holanda, un 57,7%, el mejor resultado de los ocho países
del estudio.

Monografias.com

Es interesante observar que los que más
confían en poder hacer frente al gasto inesperado son
también los que más recurrirían para ello al
ahorro. Destacan en este sentido los holandeses que no son
sólo los que más recurrirían al ahorro sino
que, además, disponiendo de 6 respuestas alternativas
entre las que elegir son el único país que
considera también "otros" métodos. No acaban
ahí las particularidades de los holandeses, pues son
también los que menos recurrirían a trabajar
más o vender posesiones para conseguir los 2.000
dólares.

Monografias.com

Quiz show (el dilema): mentiras con
importancia

Si el QE1, QE Lite, QE2 (y los que están por
venir), hubieran realmente incentivado el empleo ¿ustedes
creen que únicamente el 24,9% de los norteamericanos
podrían conseguir 2.000 dólares en 30
días?

Antes Bush (con Paulson), ahora Obama (con Geithner) y
siempre Bernanke, han hecho todo lo posible para transformar a
los Estados Unidos en un país del Tercer mundo. Y lo han
logrado, vaya si lo han logrado. Eso sí, en el nombre de
Keynes. Que hipócritas.

"Restablecer los equilibrios financieros a expensas de
los equilibrios sociales no es un planteamiento creíble a
largo plazo"…

"El "acerto" de que la falta de ocupación que
caracteriza una depresión se debe a la negativa de los
obreros a aceptar una rebaja en el salario nominal, no se apoya
en hechos"…

"El que la mano de obra esté dispuesta a aceptar
menores salarios no es, por fuerza, un remedio a la
desocupación"…

Estos son algunos de los postulados de Keynes…
"falsarios saltimbanquis", a ver como los conjugan. Entre tanto,
si se animan, pueden irnos explicando, cuándo y
cómo la expansión monetaria ilimitada
logrará recuperar el empleo (y con ello la demanda
proclamada). Les dejo algunas preguntas (sin respuesta,
aún) como guía para iniciados:

1. ¿Ha culminado la destrucción de
empleo?

2. ¿Cuál es el techo de la tasa de
paro?

3. ¿Cuándo se empezará a crear
empleo?

4. ¿Qué pueden aportar los distintos
sectores económicos?

5. ¿Qué tipo de empleo se va a
crear?

6. ¿Qué salida tienen los
jóvenes?

7. ¿Cómo y cuándo se
resolverá la situación de los hogares más
endeudados?

8. ¿Cuál será el futuro de la
protección social?

9. ¿Cuándo y cómo se
restablecerán las líneas de crédito para la
inversión empresaria?

Mientras espero (esperamos) respuesta de parte de estos
tahúres de la geometría variable, o, al menos, que
comience a funcionar el desatascador de la crisis (QE1, QE Lita,
QE2…), sin esperanza y con miedo, observo a los
líderes del G-8 (mayo 2011) reuniéndose con…
Mark Zuckerberg (el niño multimillonario que invento el
"anestésico virtual" conocido como Facebook). ¿Por
favor Zuck, cuéntanos, dinos qué va a
pasar?

Esperando a Godot (cerebros adolecentes: con
acelerador pero sin frenos)

Que en estos momentos de zozobra, a los principales
"iluminados" del mundo mundial no se les ocurra mejor idea que
llamar en consulta al "titiritero" de la red social, no deja de
tener cierto grado de surrealismo. ¿Muy lejos de
Nerón y sus juegos de circo?

Es como si al final de la segunda guerra mundial los
aliados hubieran llamado a Walt Disney para que les dijera como
seguir la película. Fachadas Potemkin, tapando la
nada.

Han malversado a Smith y ahora falsifican a Keynes.
Acatan las leyes económicas del mercado cuando les
conviene, pero eluden el cumplimiento de las mismas leyes cuando
no les viene bien. En definitiva, unos "falsos Judas" (no una vez
-con Smith- o dos -con Keynes-, sino las que sean necesarias),
obsesionados por mantener la obesidad económica, la
expansión excesiva, perpetuando la era de la
especulación desenfrenada.

Ironías de la historia, vulgaridad y anacronismo,
la talla de los líderes (políticos,
económicos y empresarios) se define sola en el muro, en la
red social, en la nube… lo importante es estar
"conectado". ¿Qué interesa el desempleo o la
inflación, mientras nos quede Facebook, Twitter, las
tablets, el fútbol y los reality shows? Franca
decadencia.

Mientras "esperan a Godot" (o a Lady Gaga), para que
vean que no hablo por hablar, pasen y lean, algunas
"instantáneas basura". Como dice mi admirado Cesar Vidal:
"sin intención de agotar el tema, los hechos son los
siguientes"…

The Bernanke"s
Gamble: El golpe inflacionario (datos
objetivos y
perspectivas)

"Destacados economistas reunidos el pasado fin de
semana en Nueva York advirtieron de que la deuda pública
occidental sólo podrá ser financiada mediante la
impresión de dinero a gran escala, lo que
desencadenará una oleada inflacionaria que causará
revueltas sociales, proteccionismo económico y
guerras"…
¿Y si colapsa la deuda pública?
"Hiperinflación, ley marcial y guerras" (Libertad Digital
28/5/10)

"Compre oro y márchese a vivir a una casa en el
campo, donde no van a caer bombas". Ésta es la
recomendación de Marc Faber, el inversor que
anticipó tanto la crisis actual como la de 1987, cuando
avisó a sus clientes de que vendieran las acciones de Wall
Street días antes del Lunes Negro. "Los Gobiernos
están al borde de la bancarrota y harán cualquier
cosa para sobrevivir: primero imprimirán dinero, y cuando
esto no funcione recurrirán a la guerra".

Así decía Faber, autor del boletín
mensual The Boom, Gloom and Doom Report, y conocido
también como Doctor Doom (muerte, fatalidad) por sus
lúgubres predicciones, en mayo de 2010, en el foro
económico Mises Circle, organizado por el Instituto Ludwig
von Mises en Nueva York para analizar la situación de los
mercados financieros y la responsabilidad de los bancos centrales
en la actual crisis económica.

"Entre 2000 y 2007, Greenspan y Bernanke aumentaron el
crédito en Estados Unidos cinco veces por encima de lo que
creció el PIB, una expansión mayor que la que
precedió a la Gran Depresión de 1929",
explicó Faber. "La Reserva Federal ya nunca volverá
a políticas restrictivas porque para esta economía
adicta al crédito eso sería un veneno, así
que van a mantener los tipos al 0% durante mucho
tiempo".

Monografias.com

Esta política expansiva, sumada a la lista de
obligaciones asumidas por el Gobierno Federal para las que no
existen recursos (Seguridad Social, Medicaid, Medicare, rescates
bancarios, etc.), llevará al país a la
hiperinflación.

Y es que, "si se cuentan esas obligaciones la deuda del
país supone el 800% de su PIB. Los Gobiernos occidentales
han crecido como un cáncer y no pueden pagar, pero antes
de reconocerlo oficialmente imprimirán dinero de forma
masiva porque es lo más fácil. Así se aplaza
el problema para el que llegue después, y al final se crea
una crisis todavía mayor. En el 2008 cayeron los mercados
financieros; el próximo episodio será la
caída de los Gobiernos".

Monografias.com

Fuente: previsiones oficiales del Gobierno Federal (en
ausencia de reformas)

Según Faber, cuando eso suceda
iremos a la guerra: "Y si usted vive en una ciudad, en la
próxima guerra le envenenarán el agua, le
cortarán la electricidad y su tarjeta de crédito y
su transporte no funcionarán. Ni siquiera podrá
volver a casa. Así que váyanse a vivir al campo, en
el medio de la nada, lejos del peligro", aconseja. No todos los
participantes en el Mises Circle fueron tan pesimistas, pero la
convicción de que la inflación está a la
vuelta de la esquina fue unánime.

El inversor Christopher Whalen, editor del
boletín The Institutional Risk Analysis, cree que
llegará tras el rescate de los estados europeos: "La
Reserva Federal ha reanudado su programa para proveer de liquidez
a la UE (con el objetivo de) rescatarla de un colapso
deflacionario, pero la dimensión de su endeudamiento hace
ese rescate inviable. Los políticos han utilizado la deuda
para evitar subir impuestos y reducir gastos; ahora los Gobiernos
europeos están arruinados y el momento de la verdad se
acerca".

Sólo quedan dos opciones, según Whalen:
"Aplicar las recetas necesarias, que traerán una fuerte
contracción económica y muchos conflictos, o
imprimir dinero. Lo primero no lo quiere hacer nadie, ni en
Estados Unidos ni en Europa, porque es muy doloroso".

El escenario que prevé el autor
del Institutional Risk Analysis es el de una inflación
alta, "de dos dígitos", que se prolongará varios
años, cortará de raíz cualquier amago de
crecimiento económico y resucitará el
proteccionismo: "La era de la globalización y el libre
comercio está llegando a su fin. Con la caída del
dólar otros países asumirán nuevos
beneficios y responsabilidades y darán prioridad a sus
mercados nacionales. Tendremos más impuestos y nuevas
tarifas a la importación".

¿Cuánto tardaremos en verlo? No
habrá que esperar mucho: "El proceso comenzará este
mismo año (2010) en EEUU con el impuesto nacional a las
ventas (IVA) con el que Obama planea reducir el déficit",
dice Whalen. Su recomendación es invertir en activos sin
conexión con la economía financiera: "Oro,
propiedades inmobiliarias y cobre, cosas reales que no
están ligadas al dinero fiat".

Precisamente, es el dinero fiat, es decir, creado por
decreto y sin respaldo de riqueza real, lo que está en la
base del desbarajuste que atraviesa la economía
internacional. "El sistema está a punto de colapsar porque
desde que se desligó el dólar del oro (en 1971) no
existe un mecanismo auto-regulatorio de mercado", afirmó
en su intervención Lawrence Parks, director de la
Fundación para el Avance de la Educación Monetaria
(FAME).

Monografias.com

"El dinero fiat no es real, es una
ilusión. Se impuso mediante la fuerza, se mantiene
mediante el fraude y puede desaparecer en cualquier momento".
Parks apeló al pasado para predecir el futuro: "El valor
del dinero fiat siempre ha terminado por caer hacia su coste de
producción: cero. Históricamente no existen
excepciones al respecto, y las actuales monedas tampoco lo
serán".

¿Qué consecuencias tendrá el fin
del dólar?

Parks coincide con Faber en el
pronóstico sobre la guerra y añade otro no menos
inquietante: "La hiperinflación es inevitable, y para
combatir las revueltas sociales que se sucederán el
Gobierno preparó hace tiempo la legislación que
permite declarar la Ley Marcial". Parks se refiere a una serie de
medidas aprobadas en los años 30, 50 y 70, al parecer
todavía en vigor, que permiten al presidente, en caso de
emergencia, confiscar cualquier propiedad, intervenir las
comunicaciones y transportes y dirigir todos los aspectos
públicos y privados de la economía.

Junto a la denuncia del dinero "falso", en el Mises
Circle se atacó la teoría de que la causa de la
crisis fue una insuficiente regulación. Kevin Duffy,
fundador de Bearing Asset Management, uno de los fondos
más exitosos desde su creación en el año
2002, recordó que fueron precisamente las instituciones
más reguladas, como los bancos, y no otras áreas
con menor regulación como los hedge funds, las que
estuvieron en el centro de la crisis.

Marc Faber resumió las conclusiones y el estado
de ánimo del Mises Circle de la siguiente forma: "Es un
tremendo sofisma económico la idea de que imprimiendo
dinero y emitiendo deuda se puede conseguir prosperidad. Si fuese
así, el país más rico del mundo sería
Zimbabue". Y, para deleite de su auditorio, añadió:
"Por cierto, un país gobernado por Robert Mugabe, el
mentor económico de Ben Bernanke".

Aunque algún "gran bonete" intente negar la
evidencia…

¿Inflación o deflación?
(Project Syndicate – 23/6/10)

(Por Martin Feldstein)

CAMBRIDGE – Los inversores con los que hablo en
estos días no saben si preocuparse más por la
inflación futura en los Estados Unidos o por la
deflación futura. La buena noticia es la de que la
respuesta -al menos durante los próximos años- es
la de que los inversores no deben preocuparse por "ninguna de las
dos".

La alta tasa de desempleo de los Estados Unidos y las
bajas tasas de utilización de la capacidad entrañan
poca presión en los salarios y los precios de ese
país y la reciente apreciación del dólar
respecto del euro y la libra esterlina contribuye a la
reducción de los costos de las importaciones.

Quienes insisten en el riesgo de inflación
señalan con frecuencia al enorme déficit
presupuestario de los Estados Unidos. Según la
proyección de la Oficina Presupuestaria del Congreso, el
déficit fiscal del país ascenderá al cinco
por ciento del PIB, por término medio, durante el resto de
este decenio, lo que aumentará la deuda gubernamental al
90 por ciento del PIB, frente a menos del 60 por ciento del PIB
en 2009. Aunque esos dos grandes déficits serán un
problema importante para la economía de los EEUU, si no se
hace nada para reducirlos, no tienen por qué ser
inflacionarios.

Los déficits presupuestarios sostenidos desplazan
la inversión privada, hacen subir los tipos de
interés reales a largo plazo y aumentan la carga que recae
sobre los contribuyentes futuros, pero no causan
inflación, excepto si propician un exceso de demanda de
bienes y mano de obra. La última vez en que los EEUU
afrontaron grandes déficits presupuestarios, a comienzos
del decenio de 1980, la inflación se redujo en gran medida
a causa de una política monetaria rigurosa. Ahora Europa y
el Japón tienen grandes déficits fiscales y escasa
inflación.

Los pesimistas respecto de la inflación se
preocupan por que el Gobierno opte, en realidad, por una
política de rápido aumento de los precios para
reducir el valor real de la deuda gubernamental, pero esa
estrategia sólo puede dar resultado en países en
los que la duración de la deuda estatal es larga y el tipo
de interés de dicha deuda es fijo. Se debe a que un
aumento de la tasa de inflación hace que los intereses de
la deuda nueva aumenten en la misma medida. Los mayores pagos por
intereses resultantes incrementan la deuda nacional, al compensar
la erosión del valor real de la deuda existente causada
por una inflación mayor.

En la situación actual, los EEUU no pueden
reducir en gran medida el valor real de su deuda gubernamental
permitiéndose un período de inflación,
porque el vencimiento medio de la deuda existente es muy corto
-tan sólo unos cuatro años- y, en vista de los
déficits fiscales proyectados, la deuda suplementaria que
se emitirá durante el próximo decenio será
tanta como el total de la deuda actual. Por esa razón,
aumentando la inflación no se cura la deuda gubernamental
actual ni los déficits futuros.

Quienes se preocupan por la deflación observan
que el índice de precios al consumo de los EEUU no ha
aumentado nada en los tres últimos meses. ¿Por
qué no habría de seguir siendo ésa la
tónica y seguir alimentándose a sí misma
-como ha ocurrido en el Japón-, mientras los consumidores
aplacen el gasto al prever precios aún más bajos en
el futuro. ¿Y acaso la persistente deflación del
Japón desde comienzos del decenio de 1990 no revela
también que, una vez que comienza, no se puede invertir la
deflación mediante una política de dinero
fácil o de déficits fiscales?

Pero la reciente debilidad de los precios en los EEUU es
muy diferente de la situación que se da en el
Japón. El de la inflación nula durante los tres
últimos meses ha sido un acontecimiento esporádico
impulsado por la disminución de los precios de la
energía. Los otros amplios componentes del índice
de precios al consumo han aumentado en los últimos meses y
este último índice ha aumentado unos dos puntos
porcentuales en los doce últimos meses.

Además, las encuestas de opinión de los
consumidores revelan que las familias de los EEUU esperan que los
precios aumenten más del dos por ciento tanto en el
próximo año como en el futuro más distante.
Esa tasa de inflación esperada es coherente con la
diferencia de tasas de interés entre los bonos
gubernamentales normales de los EEUU y los valores del tesoro
protegidos contra la inflación. Con esas perspectivas, los
consumidores no tienen razones para aplazar las
compras.

Una segunda razón para la inflación
relativamente baja de los últimos años ha sido una
reducción temporal del costo de la producción. Al
deshacerse de trabajadores las empresas durante la
contracción económica, la producción se
redujo más despacio. El resultante aumento de la
producción por trabajador, junto con el lento aumento de
los salarios, redujo los costos laborales unitarios. Ese proceso
está tocando ahora a su fin, al aumentar el
empleo.

De modo que la buena noticia es la de
que la posibilidad de una inflación o deflación
importante durante los próximos años no ocupa un
lugar elevado en la lista de los riesgos económicos que
afrontan la economía y los inversores financieros de los
EEUU.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

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