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Te comiste mi cuy (Reciprocidad) (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4

Y se fue Daniel golpeando fuertemente la
puerta.

-Mamita, ¿qué le pasó
a mi papá? ¿Por qué se fue tan
furioso?

-No te preocupes mi amor. Ya le
pasará…ya le pasará

Mientras transcurría el tiempo, toda
la familia esperaba con ansias la noche buena, precisamente ese
día, su hija mayor contraería nupcias. Su primera
hija bautizaría a uno de sus sobrinos queridos de la
familia, escogieron esa fecha para celebrarles las bodas de plata
a sus suegros de Daniel, lo cual muchos acontecimientos se
juntaron para una sola fecha y los preparativos se acentuaban
cada día más y más. Los familiares
corrían de un lado para otro, arreglando la casa,
colocando los regalos y revisando la lista de los invitados. Era
un laberinto social en la casa de Daniel. Pero lo contrario
sucedía con el jefe de la casa, Daniel, cada vez que se
acercaba esa fecha se sentía ofuscado, nerviosos, hasta en
algunas oportunidades con un mal carácter.

 Faltaba un día para la Noche
Buena. Los de la familia dieron las últimas repasadas a
todo, tenían listos los vestidos, los invitados, la comida
y todos esos detalles. 

En la mañana del veinticuatro de
diciembre, Daniel se levantó muy temprano y tomando de la
mano a su esposa Patty le habló:

-¡Mira! ¡Mira Patty…! La
verdad es que yo no voy a estar esta noche, tampoco mañana
con ustedes. Como te he venido repitiendo durante estos
años que no me gustan estas fiestecitas. No me gustan, te
lo dije muchas veces, por eso no estaré con ustedes esta
noche ni mañana.

-¡Tú no puedes hacer esto!
Mira, nuestra hija se va a casar, la fiesta esta ya preparada
¿Cómo se te ocurre que nos vas a dejar plantados en
un acontecimiento de esta naturaleza?

-Lo lamento mucho y, si es preciso, me voy
de la casa para siempre…

Diciéndole estas palabras
salió Daniel todo nervioso. 

Susy, al oír el llanto de su madre,
entró al dormitorio de sus padres.

-¡Mamita! ¿Qué pasa?
¿Por qué lloras?

-Tu padre no quiere estar en tu boda y
mucho menos en estas fiestas navideñas, no pude
convencerlo, salió furioso diciendo que de ser preciso se
iría de de la casa si le exigimos participar con nosotras
en esta fiesta.

-Yo comprendo mamá, desde que tengo
uso de razón, siempre fue así, mi papá
sacaba alguna disculpa para no pasar con nosotras esta Noche
Buena, siempre decía que tenía que trabajar o que
estaba enfermo, pero ahora no lo veo enfermo. Estos
últimos días se portó como malhumorado,
aburrido y muy callado, quizás no le gusta la idea de que
yo me case y los dejemos a ustedes solos, pero tienen a mi
hermanito Omar y es la alegría de la casa.

-¡No! ¡No! No es lo que
tú piensas hija mía, muy por el contrario,
él está contento que tú hayas elegido por
esposo a Ricardo, lo que pasa es que tu papá le tiene
fobia a estas fiestas navideñas, el motivo nunca me lo
contó. En estas fechas lo que hace tu padre es caminar
como loco, sin rumbo. En algunas ocasiones se refugiaba adentro
de su cuarto y hasta lloraba. Hace más de cuatro
años le sorprendí llorando como un niño,
pero no sé cuál será el motivo de todo
esto.

-¿En dónde lo encuentro ahora
mamá? ¿Por dónde se fue?

-El debe estar sentado en el parque frente
a la playa, allí es donde se refugia siempre que llegan
estas fiestas.

 Salió corriendo la hija de
Daniel, la que en breve se casaría y formaría una
familia. Susy fue al encuentro de su padre. En su mente
sólo cabía una idea: "¿Por qué no le
gustan estas fiestas?". Luego de buscarlo con la vista por
espacio de unos treinta minutos allá lejos vio a su padre
sentado en un banco de madera, con la mirada perdida en el mar.
Se le acercó lentamente y con suaves palabras le
dijo:

-Papito lindo, cuando me levanté, te
busqué para darte el beso de los buenos días como
hace diecisiete años lo hacía, pero me dio la
sorpresa de no encontrarte en tu dormitorio y vine a buscarte
hasta aquí para dártelos.

Acercándose abrazó a su padre
y lo besó en la frente. Susy, al separarse de su
papá, se dio cuenta que estaba llorando.

-Papito lindo, no llores…no llores,
yo no te voy a dejar nunca porque tú eres mi mejor amigo,
tú me enseñaste lo que era lo bueno y lo malo,
tú me diste amor, tú me enseñaste a valorar
la vida, ¿cómo crees que te voy a dejar? ¡No
papito! ¡Eso no!… ¿Te acuerdas que me
decías que cuando estuviera caída debía
sacar fuerzas de flaquezas? ¡Si! ¡Tú me
enseñaste a tomar la vida con sentido! Tú me
alentabas cuando las cosas no salían bien ¿Te
acuerdas?

En ese momento llegó su esposa
Patty, ella también lo tomó por los brazos y le
repetía que lo amaba:

-¡Te amo mi amor!…Está bien,
si no quieres participar con nosotras en estas fiestas.
¡Pero tan sólo dinos qué es lo que tienes
contra estas fiestas! ¿Por qué no te gustan? Esta
aquí tu hija que vino a buscarte y yo tu esposa que te
hemos acompañando por más de veinte años, y
en el trayecto de estos años siempre lo mismo y nunca nos
dijiste. ¿Por qué no te gustan estas fiestas
navideñas?

EL AVIÓN DE CUATRO
MOTORES

 Daniel secándose las
lágrimas y abrazando a su esposa e hija, con palabras
entrecortadas, le decía:

"…En cada Navidad, llega a mi mente
el recuerdo de mi niñez del tremendo desencanto que tuve
del regalo que nunca llegó. Lo esperé por mucho
tiempo, mas ese regalo de Navidad, nunca llegó
–Daniel hablaba entre llantos –lo verdadero, lo mejor
que tengo son ustedes. Pero…pero esta noche buena, la
música, los arbolitos, las luces, todas esas cosas me
parecen falsas, llenas de mentiras –lloraba Daniel
–desde hace muchos años llevo conmigo esta carga
dentro de mi, que cada Navidad se hace más gigante a tal
punto que no lo puedo contener, hasta he llegado a intentar
quitarme la vida, solamente cuando veo los rostros de ustedes, me
detengo, parecen que me vuelven en mí y me doy cuenta que
he quedado solo, sin familia, sin nadie, y solamente los tengo a
ustedes… cuando tenía seis o siete años,
como en todas parte en el lugar donde nací, llegó
el mes de diciembre y, con ello, los preparativos para las
fiestas navideñas. Cuando fui a la peluquería del
barrio, entre las revistas nuevas que llegaban al pueblo, vi por
primera vez un avión, pero este avión no era
común, era distinto, tenía cuatro motores y se
veía grande, hermoso, e imponente, sin que se diera cuenta
el dueño del lugar rompí la página que
contenía el avión de cuatro motores, era bello,
nunca había visto un ejemplar así, lo tenía
en mis bolsillos, era la joya más preciada que
había obtenido. En algunas ocasiones, cuando estaba solo,
jugaba con ese avioncito fotografiado en un papel de revista por
el uso un tanto descolorido. Los niños del pueblo
comentaban: "ya viene Navidad" "ya tengo el regalo que le
pediré a papá Noel" "yo me porté bien este
año y saqué buenas notas y le pediré una
bicicleta" "yo unos patines"…yo sólo me quedaba
callado. En mis sueños el avión de cuatro motores
tomaba vida. Yo me montaba en ella y visitaba otras regiones,
realizaba batallas donde yo era el héroe y cuando me
despertaba sólo tenía en mi cabecera esa hoja de
revista descolorida, casi ya no se podía distinguir la
fotografía del avión que añoraba.

 

En la escuela cada niño tenía
su ilusión para la navidad, y yo tenía la
mía, me preguntaban que qué le pediría a
papá Noél, y antes de que les contestara, otros
niños contestaban por mí, me alejaba del tumulto y,
a escondidas, sacaba mi papelito descolorido y contemplaba el
avión de cuatro motores por mucho tiempo. Entre los
niños escuché que sí se portaban bien y que
papá Noé los premiaría con el juguete que
ellos quisieran. Entonces yo me porté bien, lo mejor que
pude e intenté averiguar cómo podría
comunicarme con él, pero me encontré con la barrera
que papá Noé vivía en el polo Norte. En
alguna oportunidad traté de sugerirle a mi padre si
él podría regalarme un avión de cuatro
motores y me dijo que él nunca había visto un
avión de cuatro motores, sin darme respuesta, mi madre se
alejaba del lugar de conversación.

 Un día estaba tentado por
mostrárselo, según como se acercaban las fiestas
navideñas, más y más crecía la
ilusión de tener ese juguete añorado. Un
día, cerca de las fiestas navideñas, mi madre me
preguntó que qué juguete me gustaría tener,
muy por dentro de mí dije que hasta que alguien se
interesa por mis gustos, le dije que me gustaría tener un
avión de cuatro motores, igual me dijo que ella nunca
había visto un avión de cuatro motores, "sí
mamá, un avión de cuatro motores, es hermoso, de
esos que se utilizan para pelear en las guerras…yo lo vi
en una revista allá en la peluquería" y me dijo que
buscaría a ese avión de cuatro motores. Y se
alejó repitiendo: "avión de cuatro
motores…avión de cuatro motores…". Entonces
creció más mi esperanza, pero aún no estaba
seguro si mi madre había entendido cómo yo lo
quería. Y para asegurarme, seguí averiguando
cómo llegar a comunicarme con papá Noé, me
acerqué a mis hermanas mayores y les pregunté a
ellas, pero en tono de burla me dijeron: "donde veas la
fotografíade papá Noé, allí
podrás depositar una carta, pero eso sí, tienes que
hacerlo sin que nadie te vea o de lo contrario, el deseo que le
pides no se cumplirá". Casi por espacio de un mes, anduve
averiguando dónde habría una fotografía de
papá Noé, y me decían que esa
fotografía aparecería un día, pero que
estuviera atento porque nadie sabía dónde. Dentro
de mí existían ansias gigantes de presumir cuando
tuviera mi avión de cuatro motores ya que nadie
sabía cómo era. Sólo yo porque tenía
esa fotografía en un papel descolorido. Un día
sorprendí a mis padres que hacían un listado de los
regalos que darían a mis hermanos, mi mamá le dijo
a mi padre que yo quería un avión de cuatro
motores, y mi papá le contestaba que dónde
conseguirían un avión de cuatro motores, que
qué se me había metido en la cabeza, que haber
qué me compraban. Me retiré del lugar sin que se
dieran cuenta mis padres. Pensaba dentro de mi
¿Será que no me estoy portando bien?, pensaba que
mis padres quizá no me quería. ¿Será
difícil conseguir ese avión? En la noche, antes de
acostarme a dormir, como nunca antes me arrodillé y me
encomendé a la virgencita y le pedía que me
regalara ese avioncito de cuatro motores y así cansado y
pensando me quedó dormido. En mi sueño, lo
tenía en mis manos, jugaba, corría, era la
admiración de mis amiguitos, todos ellos admiraban
cómo había obtenido un juguete de esa naturaleza y
yo me sentía orgulloso, era maravilloso ese sueño,
pero cuando desperté sólo tenía en un
puño ese papelito descolorido y otra vez las
interrogantes: "¿Papá Noé me regalará
ese avión? Papá Noé tarda mucho en
aparecer". Contaba los días, las horas y no llegaba.
Llegó diciembre. Cuando me dirigía a la escuela, en
un mural gigante a colores estaba, no lo podía creer.
¡Qué alegría, ahí está la foto
que tanto esperé! ¡Ahí estaba en una
fotografía papá Noé! Un hombre vestido de
rojo, con una sonrisa amigable como diciendo que fuera a
él, que él tenía mi regalo, tenía
unos lentes bonitos y cargando un saco de juguetes que le
salían por la boca del costal. El saco era impresionante,
y yo decía que allí dentro del saco estaba mi
avión de cuatro motores, yo sé, pero era de
día y había mucha gente, además, no
tenía la carta con el pedido. Llegué a la escuela
más contento que nunca, me reuní con mis
compañeros como nunca antes y me metí a la
conversación, les dije con mucho orgullo mi gran secreto
en estas navidades, que papá Noé me
regalaría un avión de cuatro motores y que aquel
que realmente fuera mi amigo jugaría conmigo.

 Mis amiguitos se preguntaban unos a
otros que se me había soltado la lengua, que yo nunca
hablaba así. Yo les respondía que ahora
había llegado la oportunidad de mostrarles mi más
caro tesoro, y les enseñé la hoja. Me decían
que era un avión cualquiera, yo les decía que era
de cuatro motores. Ellos se acercaron más y decían
que sí tenía cuatro motores, que era diferente a
los demás aviones y que era bonito…"yo sí
soy tu amigo porque nunca me burlé de ti"
"sí… sí, tú eres mi amigo y cuando me
den mi avión te llevaré a jugar
conmigo".

CARTA A PAPÁ
NOÉL 

Antes de salir de la escuela mi
preocupación más grande era que yo no podía
escribir la carta porque no sabía escribir,
¿Quién me ayudará? Llegué a mi casa
pensativo, casi no quería comer, y mis hermanas
burlonamente me decían que yo estaba triste porque no
encontré a papá Noé. A escondidas de mis
padres y hermanas ensayé la mejor forma de escribirle una
carta a papá Noé, hice varias veces y las
rompía. Intenté una y otra vez, hasta que lo
logré. Era la primera carta que redactaba en mi vida. Como
pude logré escribirle: "Querido papá
Noé… te mando esta carta, con muchas ansias, no
sabes cuánto esperé esta fecha para escribirte. Los
mayores dicen que tú eres bueno y bondadoso y que regalas
juguetes a todos los que se portan bien todo el año y
traen buenas calificaciones, y yo, Danielito, traté de
portarme bien y saqué buenas notas en la escuela,
inclusive recé todas las noches sin fallar, por ello
papá Noé, te ruego que me regales este juguete que
tanto añoro…un avión de cuatro motores,
desde que lo ví en la revista de la peluquería del
barrio me enamoré de ese juguete, no hice más que
pensar todas las noches en ese juguete, por favor, te suplico que
me regales mi avioncito. A cambio de ello te prometo portarme
bien el año que viene y seguir sacando buenas
calificaciones, seré obediente con mis padres…hasta
te mando este tesoro que me acompañó durante mucho
tiempo, la fotografía del avión de cuatro motores,
lo cual nunca se separó de mí, como te vuelvo a
decir, esta fotografía es la joya más preciada y es
la prueba de que sí existe un avión de cuatro
motores, te lo entrego a ti, porque estoy seguro que me
cumplirás con ese juguete. También te cuento que ya
les dije a mis amiguitos que tú me regalarás mi
avioncito. Esperando el regalo, se despide de ti Danielito". Lo
metí en su sobre junto con la fotografía
descolorida que arranqué hace más de un año
en la única peluquería del pueblo, y me
encaminé a la calle donde se encontraba la
fotografía gigante de papá Noé, era casi de
noche, sin que nadie me viera, trepé hasta lo más
alto del mural de papá Noé y logré pegarlo.
Para que no se olvidara de mi precioso regalo, tomé unos
minutos más y me hinqué para rezar y recordarle que
no se olvidara de mi regalo, del precioso avión de cuatro
motores. Regresaba con dirección a mi casa. Por el camino
me encontré con uno de mi s amigos, me pidió que le
mostrara mi avión, que en la escuela no pudo apreciarlo
bien y que por lo visto era mi joya más grande, me
prometió que no lo estropearía. Yo le dije que ya
no lo tenía, porque acababa de mandárselo a
papá Noé como muestra porque yo quería uno
igualito a la fotografía. "bueno, en cuanto lo tengas nos
lo muestras, ya que todos nuestros amiguitos se enteraron de tu
avión de cuatro motores". En cuanto yo recibiera el
avión se los mostraría para que todos juguemos con
él. 

Seguí caminando hacia mi casa, en mi
mente cabía una sola idea: "muy pronto tendré en
mis manos el juguete que tanto tiempo esperé con ansias",
yo estaba seguro de que papá Noé no me
fallaría, después de haber sido un niño
ejemplar, tener además los primeros puestos en diferentes
materias en la escuela… 

Pasaron los días. El pueblo en
general se preparaba para recibir la tan anhelada fecha. Las
tiendas comerciales se llenaron de adornos, las calles de luces,
en los mercados no dejaban de sonar las canciones alusivas y la
Noche Buena. Las personas mayores corrían de un lado a
otro para comprar los regalos y repartirlos en esa fecha. Yo
especialmente contaba los días, las horas para que llegara
la gran Noche Buena. A las doce de la noche tendremos que abrir
los regalos y yo sabía que dentro de esos paquetes estaba
mi avioncito de cuatro motores. Según como pasaban los
días, el árbol de Navidad que papá
había puesto en nuestra sala, junto a la chimenea, se
llenaba de paquetes con regalos. Cada día aumentaban
más y más, y todo momento que pasaba y miraba y
decía: "¿Cuál de ellos será mi regalo
que mandó papá Noé?"

 

EL REGALO QUE NUNCA
LLEGÓ 

"Que emoción, mañana es noche
buena, ¡Claro! Mañana es el gran día, el gran
día tan esperado por grandes y chicos, la familia dio los
últimos toques a todo: los regalos, la comida, la bebida y
todo… esa noche, papá nos ordenó que todos
nos fuéramos temprano a la cama y así lo hicimos,
pero cuando ya me prestaba a dormir me arrodillé frente a
una pequeña fotografía de papá Noé
que lo conseguí a través de mi hermana y le
imploré con devoción que me cumpliera con el regalo
que tanto soñé y por otro lado también, si
no tuviera ese regalo en mis manos ¿Qué le
diría a mis amiguitos? ¡No…no! Me niego a
creer, estoy seguro de que papá Noé me
cumplirá ¿y si no cumpliera?…al pensar negativo,
todo mi cuerpo sentía un frío que me bajaba hasta
la punta de los pies. ¡No! ¡No! ¡No! ¡Yo
sé que papá Noé me va a cumplir! Pensando y
pensando me quedé dormido. Me despertaron los gritos de mi
hermana mayor, y como pude me puso los zapatos y salí
corriendo. Cuando me encontraba en la escalera decía: "mi
avioncito de cuatro motores…mi avioncito de cuatro
motores" y fui el último que llegó a la
reunión. Cuando me vieron mis padres y algunos parientes
que se encontraban allí, se empezaron a reír y me
preguntaron que qué me pasaba, se dieron cuenta de que los
zapatos me los había puesto al revés porque me
había levantado tan rápido. A mi eso no me
importó, lo único que me importaba era mi avioncito
de cuatro motores que le había encargado a papá
Noé. "¿Dónde está mi regalo?" y todos
apuntaban diciendo: "ahí, ahí". Corrí como
pude, levanté la caja…tal fue mi sorpresa,
ocurrió lo más desagradable…allí
estaba una pistola de agua con algunos soldaditos y otras cosas
que no pude terminar de ver. "¿Este es el regalo que
papá Noé me mandó?", le pregunté a
mis padres, "si…si", me contestaron. "pero yo le
pedí otra cosa, se habrá equivocado…
"¿Por qué me hizo esto? Busqué en otro
paquete y no encontré lo que buscaba… ¡No lo
podía creer! Salí de la sala corriendo envuelto en
lágrimas, no quería ver a nadie. El resto de las
horas que quedaban para amanecer, no pude
dormir…" 

Mis padres entraron a mi habitación
a consolarme y me decían: "lo que pasa es que papá
Noé no encontró ese juguete que esperabas,
quizá para el año siguiente te lo
mandará…no llores". Yo no podía entender
cuál era la razón por la que papá Noé
me había fallado, si me porté bien, lo mejor que
pude, y durante el año saqué las mejores
calificaciones, me lavé los dientes todas las noches y
además recé mucho todo el tiempo…
¿Qué paso? ¿Qué paso? ¿Por
qué no me cumplió? ¿Qué hice para que
no me diera ese regalo que esperé con tantas
ansias?

Al día siguiente no quise bajar a
desayunar. Me llamaron mis hermanas y no quería bajar,
vino mi mamá y me convenció que desayunara con
ellos, cuando me asomé por la ventana todos mis amiguitos
del barrio jugaban en las calles con sus respectivos juguetes,
entre ellos se encontraba mi mejor amigo, en la mano tenía
el regalo que él pidió y venía a
mostrármelo y al verlo me escondí en el baño
y no quise recibirlo. Ahí solo…lloraba
desconsoladamente y preguntaba siempre: "¿Por qué
papá Noé no me cumplió pese a todos mis
sacrificios que hice?" y desde ese momento casi no salía
de mi casa, no quería jugar con nadie, apenas me asomaba
por la ventana y veía a mis amiguitos de escuela jugando
con sus juguetes y yo me sentía muy mal. 

Perdí peso, ya no me interesaba
nada. Un día llegó mi papá con un perrito
blanco y un tanto crespo (pelo ensortijado) y me dijo:
"¡Danielito! ¡Danielito! ¡Mira qué
hermoso perrito, es para ti!" .Miré con mucha
atención al perrito y me pareció que el perrito
estaba bonito, pero cuando me mencionó que el regalo
venía de papá Noé, inmediatamente le dije a
mi padre que no lo quería… "pero hijo, es un
perrito muy fino y está bonito ¡Míralo!"
indiferente lo miré y le respondí una vez
más: "¡No lo quiero papá!". Mis padres se
sorprendieron, y me preguntaban: ¿Qué te pasa
Danielito? Me volví un niño solitario. No
tenía amiguitos. En reiteradas oportunidades mi
papá me ofreció juguetes y otras cosas, siempre le
respondía: "gracias, está bonito", sólo por
cortesía, pero nunca con la emoción que ellos
esperaban. Ese año, saqué bajas calificaciones,
casi pierdo el año, me volví un niño
incrédulo, de vez en cuando volvía a la
última escena de la última Navidad, lo cual mis
sueños se hicieron pedazos por el regalo que tato
esperé con ansias y que nunca
llegó…" 

-¿Ahora ya sabes por qué no
me gustan estas fiestas? –Reclamaba Daniel a su esposa y a
su hija –esa es la razón por la que todos
años pasados me refugiaba en el silencio y desde entonces
no he podido superarlos.

-papá, ya pasaron mucho años,
que bueno que nos contestaste. Así, con la ayuda de Dios,
te olvidarás de todo porque Dios es bueno y sana el alma
si tú le permites que Él te cure.

RECONCILIACION

El panorama que enmarcaba a esta familia
pareciera estar de acuerdo. El cielo azul, el viento que
acariciaba a la familia se convirtieron en cómplices para
un reencuentro con el presente.

-¡Daniel! ¡Daniel!
Míranos…todo ya pasó, vuelve al presente por
favor, tienes una familia linda que te adora, tienes todo el
respaldo de tu esposa que se dedicó a ti con ahínco
desde que nos casamos. Te suplico que olvides esas cosas. Trata
de sanar esas heridas… 

Se abrazaron los tres y entre labios
murmuraban una oración: "¡Dios
bendito…ayúdanos a cerrar las heridas de mi
papá", así decía la hija de Daniel al
momento de abrazar a su papá. 

Los tres, tomados de la mano, regresaron al
hogar limpiándose o secándose las lágrimas y
trataron de cambiar el tema una vez estando en casa. La hora
esperada por toda la familia se acercaba, mientras Daniel en su
habitación sudaba copiosamente. Su esposa, al momento de
limpiarle los sudores le decía: "acércate,
refúgiate en mi pecho". Lo atrajo hacia sí. Se
arrodillaron y rezaron con fuerza y dedicación. En ese
momento Daniel sintió algo que no pudo expresar. Le
entró al cuerpo una descarga eléctrica suavemente y
luego vino una tranquilidad y paz que lo único que dijo
fue: 

-¡Patty! ¡Patty! No sé
qué pasó, pero me siento como si estuviera pisando
algodón y ya no tengo ese recuerdo ¡Mira!
¡Mira! ¡Qué alegría siento
ahora!

-¿Qué pasó mi amor?
Dime, ¿qué pasó?

Se abrazaron los dos y lloraron de
alegría.

-¡Mamá! ¡Papá! Ya
llegaron los compadres, casi todos están en la casa
esperándolos. Vamos a saludarlos rápido que ya
faltan minutos para la media noche. 

Salieron de la habitación y en la
sala los esperaban toda la familia y los invitados. "¡Mira!
¡Daniel parece otro! ¡Se ven tan bien los dos!",
decían los compadres". 

Faltaban treinta segundos para la media
noche, sirvieron el champagne, la mesa estaba servida, los
regalos estaban a la espera de sus dueños. Todos esperaban
silenciosamente la última campanada de las doce de la
noche…… ¡Por fin sonó la última
campanada de la media noche! 

Levantaron las copas y alguien
sugirió que Daniel diera algunas palabras
¡Qué hable Daniel! ¡Qué diga algo!…
Daniel tomó aliento, alzó su copa y
dijo:

-¡Gracias! Gracias por estar
aquí esta noche, hace muchos años que no
sentía esta algarabía, esta sensación
navideña, pero esta noche es distinta, hace muchos
años que no veía que las flores navideñas
eran tan hermosas y que la comida guisada por mi esposa era
deliciosa y, aún mejor, que tengo una bella y hermosa
familia…¡Gracias! ¡Gracias por compartir esta
noche con nosotros, brindo por el amor…por la familia, por
la abnegada labor maternal de mi esposa, el amor incondicional de
mis hijos, por el calor de la amistad, por ese amor que no
alcanza la mente humana…el amor divino…que lo puede
todo y por último, brindo por el cambio que sentí
en mi vida a partir de este momento, salud por la Noche Buena y
por estas fiestas Navideñas,
¡Salud…salud!

A partir de ese momento, Daniel se
despojó de la carga pesada que llevaba desde su
niñez y él era el primero en prepararse para las
fiestas Navideñas en los años próximos.
Así la familia vivió muy feliz, y con su hija y su
hijo le dieron ocho nietos…

GLOSARIO

ARPA HUAHANA: Un arpa llorando o llora un
arpa

AYHUAILLA: Ya me estoy yendo o la
despedida

CAJAMARQUILLA: Nombre de un pueblo andino,
cerca del asiento minero de Chicrin y Atacocha en el departamento
de Pasco, Perú.

CARRO MIXTO O EL MIXTO: Un camión
adaptado para llevar pasajeros y carga a la vez, mitad
camión y mitad bus

CUY: Roedor de tamaño pequeño
que crían cerca de piedras alimentados con pasto o
alfalfa

CALICHE: Bebida elaborada a base de hierbas
aromáticas juntamente con jugo de caña o
aguardiente.

CHICHA: Bebida incaica hecha a base de
maíz, jora o de molle y luego fermentado debajo de la
tierra por espacio de un año o seis meses.

HUAJACULLAY: La llorona o estoy
llorando

HUAYLASH: Danza de ritmo alegre oriunda de
la ciudad de Huancayo o del valle del Mantaro, departamento de
Junín, Perú.

HUAYTAPALLANA: Huayta, flores y pallana
recoger. Donde se recogen flores o recogiendo flores. Nombre de
un nevado en el valle de Mantaro.

HILA: Amuleto que sirve para la suerte de
los criaderos de cuy. Ganado lanar vacuno, etc.

LEON COCHA: Lago llamado
León.

MAMA PACHA: Dialecto quechua que denomina
el nombre de la madre tierra.

MOLLE: Planta silvestre que sirve para
preparar la bebida llamada chichi de molle

PAPACHA: Nombre de respeto puesto a los
ancianos o terratenientes

PORONGO: Envase hecha de barro cocido que
sirve para guardar la chicha.

PITUCOS: Calificativo en jerga a las
personas de alta sociedad o con dinero.

TAYTA SHANTY: Papá Santiago,
patrón de las pastoras o cuidadoras de ovejas.

YACU CHUPE: Comida incaica hecha a base de
papa, queso y leche condimentada con yerbas de Los
Andes.

TINYA: Instrumento incaico hecho con totora
y piel de oveja que sirve para marcar el compás musical o
tamborcito.

 

 

Autor:

Franklin V Sovero
Hinostroza

Partes: 1, 2, 3, 4
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