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La Vida está Formada de Cuentos (página 2)



Partes: 1, 2, 3

¡Pues vaya que se han vuelto muy exigentes, pero
toda la culpa la tiene Jaime, que es el Supervisor de
Producción! … yo únicamente pongo por escrito las
especificaciones que desean nuestros clientes y ya lo
demás corre a cargo del Departamento de Producción,
que es el encargado de construir la Calidad del
Producto.

-¡Mira, Enrique, mejor cállate!

No tienes ni idea, de lo que es la Calidad.

¿Sabes quién es Juran?…
¿No?

¿Conoces lo que es el Control Estadístico
del proceso?

¿Sabes aplicar el Diagrama de Ishikawa?…
¿Tampoco?… ¡Pues por eso estamos tan mal en
Calidad!

Porque no todos tenemos una cultura de calidad…
¡La Calidad somos TODOS!

No sólo Producción… dependemos de la
Calidad de nuestros proveedores, de hacer bien las cosas desde la
primera vez TODOS, y además de que debemos contar con las
máquinas y los equipos adecuados…

De…

-¡Ya…Ya… si quieres me cambio a
Producción y tú encárgate de
Calidad!

-¡Silencio! – Pidió el Gerente
General-

Para poner en práctica un Plan de Calidad,
primero necesitamos hacer un diagnóstico,

¡Tú, Jaime! -Le dijo al Supervisor de
producción-

Parece que sí, sabes de Calidad, consigue un
Auditor Externo de Calidad, que venga a ver los ataúdes
que fabricamos, que los examine, que los use si es posible y que
compare la Calidad de nuestro producto con otras marcas y que nos
diga en qué componentes necesitamos mejorar, y con esos
datos precisos, quiero un buen sistema que asegure la calidad en
nuestra fábrica.

¡Quiero buenos resultados!

De lo contrario, a dos o tres de ustedes se les
pondrá al frente del negocio… O sea en la calle y con
las pompas fúnebres se irán a otra
parte.

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"El mimo"

¡Que me traigan un Doitor!

Siento como que quiero y no puedo… o como que puedo y
no quiero.

"Tengo ganas de echarme una pestañita"

¡Lo siento no puedo hacer nada!

No hay que ser Doitorcito… ¡Hágale la
lucha!

Apenas la ven dura… y se hacen a un lado

Que yo no sé, que yo no fui,… ¡No hay
derecho!

Pero bien que hacen sus carros último modelo, y
sus casitas en Cuernavaca… ¡Eso sí pueden!…
¿Verdad?… ¡No, chato!

Ya de perdido que me traigan unos "chiqueadores", como
los que usaba mi abuelita… y mire usted, ¡Se murió
muy viejita!

¡Y ahora, de dónde salió tanta
gente!

¡No me hagan bola… no me hagan bola!

¿Qué me miran?… ¡Pelados,
estos!

Apenas lo ven a uno decentemente acostado y un poco
pálido y creen que uno se muere,… ¡Pero no
señor… no señor!

¡Total, ya que me van cargando… me dan una
vueltecita por la Rotonda de los Hombre ilustres!

¡Ah, caray… hora sí me
mandé!

Bueno… tan siquiera, denme un pequeño paseo por
"El Toreo"

¡Ábranla que voy vestido de
luces!

¡Óle!… ¡Óle!…
¡Óle!

Y que siga Oliendo…

No lloren "Chulitas"… no lloren

Si no me pagan para hacerlas llorar, sino para hacerlas
reír…

¡Sí, ya sé que me van a
extrañar…!

¡A mí, también me extraña que
les extrañe!

¡Uhhh… Cuántas flores!

No se hubieran molestado, aunque mejor me hubieran
traído los centavitos para los huerfanitos, entre los
cuales estoy yo… no se les olvide.

¡Otra vez la lloradera!… ¿Bueno… pues
no les digo?

¡Con dinero o sin dinero… Pero sigo siendo el
rey!

¡Hey!

Oiga SEÑOR DIRECTOR…

¡Pss… Pss… Sí, allá
arriba!

¿Ya se acabó la
película?

¿O resucito?… ¿En cuál
acto?

¡Sí!… ¡Voy a resucitar!

¡Cácaroooo!….

¡Corte, empezamos otra vez!

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La
carrera

Se escuchó en todo el estadio, por los
altoparlantes… ¡Al podium de triunfadores, los ganadores
de la carrera de cinco mil metros planos!

Allí, estaban mis rivales en atletismo de
Pista…

En primer lugar, el atleta inglés… demasiado
delgado y aristocrático.

El segundo lugar correspondió al
norteamericano…

Y el tercer lugar para mí…

Se escucharon las "fanfarrias" hasta fuera del estadio y
ya estábamos los tres corredores sobre el podium para
recibir nuestras medallas que pronto lucirían en nuestros
respectivos cuellos, todavía sudorosos por el esfuerzo
realizado.

¡Cómo me dio lata el gringo!… me
codeó durante la competencia y en la penúltima
vuelta me hizo perder el paso que llevaba, sino creo que la
medalla de plata hubiera sido para mí!

Aunque ahora que lo pienso bien… ¡creo que hasta
la medalla de oro hubiese sido mía!… Ya que el
inglés, sólo nos venía cazando… Y
aprovechó, el pleito en que nos envolvimos el gringo y yo
… ¡Y en la última vuelta nos
pasó!

Y si no, me pongo listo en el "Sprint final"

Hasta hubiera perdido la medalla de bronce, pues el
atleta francés, me venía pisando los talones, cerca
de la meta final… a la cual llegué animado por mi
público, que frenético gritaba…
¡México!… ¡México!…
¡México!

Después, vinieron las entrevistas en la prensa,
la radio y la televisión… Y las

Ofertas de los comerciantes para anunciar las marcas de
sus productos.

Cuando por fin me colgaron mi medalla de
bronce.

Se escucharon las porras de los Mexicanos…

¡Chiquitibum… a la bin bon baaa!

¡Chiquitibum a la bin bon baaa!

¡Pepe!… ¡Pepe! … ¡Ra!…
¡Ra!… ¡Ra!

¡Y me parece que hasta escucho la voz de mi
mamá!… ¡Sí. Es la voz de
mamá!

-¡Pepe!… ¡Pepe!

¡Ya, levántate!

¡Ya, son las 6:30 AM! ¡

¡Ya vete a entrenar!

-¡Ah… caray!

¡Qué bueno, que era un
sueño!

¡No, Señor!

¡Voy por el Oro! – Grité fuerte-

Y escuché… escaleras abajo, la voz, picarona de
mi mamá…

-¡Para qué quiero otro loro… contigo,
basta!

-¡No bromees mamá…!

¡Me siento fuerte como el bronce, pero voy por el
oro!

¡Sé, Puedo y Quiero!

¡Regresaré pronto
mamá…!

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El
luchador

¡Llegó el enmascarado!… ¡El
técnico!

Hizo su entrada al ring y traía una toalla blanca
rodeando su cuello y con ambas puntas cayéndole hacia el
pecho y bajo la máscara se veía su sonrisa,
saludando amigablemente a un público
heterogéneo.

En el público, algunos le silbaban… otros le
aplaudían y desde el cuadrilátero el luchador
saludaba levantando sus brazos, y volteando con todo su cuerpo,
hacia sus fanáticos y esto lo hacía, caminando
atléticamente, mostrando su musculatura con diferentes
poses muy bien estudiadas, posando para los reporteros de La
prensa y La Tv.

Después, caminó hasta su esquina
señalada por el réferi, el cual vestía,
pantalón negro, camisa muy blanca y almidonada, corbata de
moñito. Muy profesional.

El enmascarado, escuchaba los gritos… el murmullo de
tanta gente, la música estridente y machacona de los
barrios.

También estaba recordando a su rival de esta
noche y venía a su mente la lucha anterior. ¡Caray,
se le pasó la mano con los piquetes de ojos!… Sí,
también con el uso de la corcholata sobre mi espalda, y
abusó con las patadas voladoras.

Pero ahora que lo pienso… yo también me
excedí en aplicación de "La rana" y de "La
quebradora".

Y luego dicen que "están arregladas las
luchas"… Pues, sí… Pero hay que tener una excelente
condición física y hacer mucho ejercicio para
aguantar las caídas, con "los látigos", los
costalazos fuera del

Ring, "los topes" y los manazos y las
patadas.

Por eso vienen las torceduras, y las

Peligrosas lesiones que sufrimos los luchadores… y
luego las operaciones quirúrgicas… ¿Y
quién las paga?

Lo sacó de sus pensamientos, una "rechifla" del
público recibiendo "al malo"… "al rudo"… Y
contempló las "marometas" y los ademanes groseros con los
cuales saludaba al público.

Y pensó: caray, creo que ese no es mi rival, en
realidad me pagan por aguantar y luchar con ese público,
que viene a desahogarse de sus miserias, gritando
histéricamente… ¡Quiero ver sangre!…
¡Acábalo!… ¡Quítale la
máscara!

En ese momento respiró profundamente, pero casi
enseguida tuvo que expirar el aire cargado con olor de orines, de
sudor y con fuerte olor a pies sudorosos…
¡Guácatelas! Y el deprimente aspecto de tantos
papeles de envoltura de alimentos y golosinas arrojados por los
pasillos de toda la arena.

Pudo observar también como movían las
mandíbulas, comiendo "alimento chatarra" como: Frituras
con chile, refrescos, chicles, tortas, chocolates, palomitas,
semillas de calabaza, tostadas, sándwich es… ¡Y
olor de los cigarrillos y hasta el de la cerveza!

Y todavía me falta el olor a axilas del rudo,
cuando me abrace el rudo y nos pongamos de acuerdo para las
caídas y las actuaciones… ¡Caramba! …
¿Por qué no se bañan los rudos, ni les gusta
usar desodorante o siquiera un perfumito corriente?

Ha de ser por eso, por malos… por rudos… ¡Ni
en su casa los quieren!

En fin, creo que después de esta lucha, me
seleccionarán para luchar por el

Campeonato Welter… (Suspiró fuerte)… Y ya
como campeón, subiré de categoría… E
iré a luchar a mejores arenas, con mejor paga…
Cambiaré de auto… Firmaré
autógrafos

Espero, que no se le haya olvidado al rudo que la
última vez que nos enfrentamos, lo dejé ganar… Y
que ahora me toca a mí ser el vencedor… ¿Porque,
si… no?

¡De pronto suena un fuerte "gong de campana"… y
se acercan los luchadores al centro del ring!

¡Lucharán a tres caídas, sin
límite de tiempo!

¡En esta esquinaaaaa!

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El
Taquero

¡Hay tacooos!…. ¡Tacoooosss!

Apenas el taquero, acababa de llegar a la esquina y la
gente lo rodeaba.

¡Tres de chorizo y tres al pastor… con poquita
cebolla!… ¿Ehé?

¡Yo quiero cinco de tripitas para
llevar!

-Se oyen las voces de unos taxistas, que
comentan-

¡Caramba, mano!… ¿Te fijas?…
¡Qué suerte tiene este pelado!

¿Pelado?… ¡Ya quisieras!… Le va muy
bien… ¿Sí, no? …! Mira la camionetota nueva!
… Dicen que es o Licenciado o creo que Ingeniero, pero que le
iba muy mal trabajando como empleado… Que cambia de giro…
¡Y que le pega!

Es más, tiene cinco carritos como este en lugares
bien localizados dentro de la ciudad… ¡Y llenos de
clientela como este!

¡Sí, mano!… Para mí, que desde
pequeño, en lugar de decirle a su mamá… ¡Te
quiero!… Le decía… ¡Ta quero mamá, Ta
quero! – Y se escuchan las risas de los dos taxistas, mientras
esperan sus tacos.

¡Tengo hambre, mamá! … El taquero, mira y
oye al niño, saca una paleta de dulce y se la entrega al
pequeño consolándolo y diciéndole…
¡Enseguida despacho los que pidió tu
mamá!

La mamá del niño, complacida por un
servicio no esperado, dice a su hijo… ¿Ya ves?… Espera
un poco, es que hay otras personas antes que nosotros.

¿Cuántos quiere usted
Señor?

¡Este… sólo dos de
"Bistec"…!

¡Humm… piensa el taquero… ha de ser maestro
por los libros que trae!… O más bien yo creo que le hace
al cuento, en fin…

Pobre, le voy a poner un poco más de carne a sus
tacos, con los de los taxistas me emparejo…

¡Aquí los tiene!

-Nuevamente los taxistas-

¿Cuántos tacos pediste, mano?

¿Yo?… ¡Diez, la traigo
atrasada!

¿Y tú?

¡Ocho!

¡Oye, pues no cantas mal las
rancheras…!

¿Dijiste que te llamabas Zenón?

¿Y tú, dijiste que eras Senador,…
No?

¡Al fin llegan nuestros tacos! …
¡Al ataque!

¡Te doy dos de ventaja… Y el que
acabe al último paga!… ¿Sale?

¡Huuu! … Se me hace que no te gano, ni aunque me
des cuatro de ventaja, mejor cada quien paga los suyos, "ahorita,
están bien amoladas las vueltas".

Y el taquero, observa sonriendo… que sus clientes,
casi obstruyen el paso en la acera al abrirse como "Charritos",
cuando se toman sus refrescos, cuando casi se atragantan
comiéndose sus ricos tacos.

¡Órale! … dijo el repartidor de
refrescos…

¡Ya llegó por quien lloraba, jefe – dice
mirando, pícaramente al taquero-

¡No sea pesado… lo va a oír!

-le dice tímidamente el taquero-

¡Eh,… No se haga…. No se haga!

Todos los clientes alrededor del carrito, le hacen campo
a una linda muchacha…

¡Es ella,… la Señorita Jeinny!…
(Exclama para sí, el joven taquero)

La voz cantarina de su princesa, lo saca de sus
sueños y le dice tiernamente…

¿Joven… me da dos de trompita y dos de
lengüita?…

¡Claro que sí!…

¡Con mucho gusto!

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El espejo

Recuerdo que, cuando era pequeña, mi mayor anhelo
del día, era bañarme, ponerme bonita y correr a
contemplarme en el espejo de la habitación de mi
abuela.

¡Qué lozana, la piel de mi
rostro!

¡Qué encendidas mejillas!

¡Qué cabello, tan sedoso y tan lleno de
cuerpo!

¡Qué ojos más hermosos y
brillantes!

¡Qué boca tan rosada y chiquita… como la
de una muñequita!

¡Qué guapa, te estás
poniendo!

Me parecía que el querido espejo me
decía… ¡Y, era verdad!

Porque las mismas frases, me las decían los
familiares y las amistades.

Por tres décadas, me pareció encantador
aquel espejo, tan bien pulido y enmarcado en madera de cedro con
pequeños adornos de plata, aunque sencillos.

Luego vino, la vida ajetreada… las carreras… los
hijos… el trabajo… la escuela y los quehaceres
domésticos.

¡Y también el descuido, en el aseo
personal, la gula y la pereza!

Ahora,… cansada, con paso lento me dirijo a darme una
miradita, al espejo que me heredó mi abuela…

¡Qué gorda!

¡Qué canas!

¡Esas arrugas!

¡Qué seca mi mirada!

¡Qué demacrada!

¡Qué boca tan marchita!

¡Qué bigotes… Qué barbas… En
fin, Qué vieja y ajada toda tú figura!

-Asombrada ante el espejo… con ira
respondí-

¡Mientes, maldito espejo!

Yo no soy así, eres un espejo rancio, viejo y
distorsionas a las personas que en ti, se reflejan.

la mujer corrió por un martillo… y clavando
las uñas de él, en el cuadro del espejo, fijado en
la pared, lo desprendió y lo arrojó al
recién pulido piso –

¡Lola!

Recoge esa basura tirada en el cuarto de mi abuela… y
desde mañana me acompañas a caminar, quiero ver si
bajo un poco de peso.

¡Date prisa, que alguien se puede
cortar!

¡Mañana, voy a comprar un espejo
nuevo!

La criada, fue barriendo con la escoba los pedacitos del
espejo, juntándolos y apretujándolos unos contra
otros en el recogedor…

¡Sus cristales, pulidos aún reflejaban, las
tenues imágenes… de dos generaciones, más
allá de la abuela!

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El cierre de la
empresa

Los trabajadores, ya veían venir el cierre.
Presentían que faltaba poco para que su empresa, se fuera
al fondo. Como un barco que poco a poco se hunde por la proa en
el océano.

Había "robos hormiga" de herramientas y otros
materiales, por operarios deshonestos que, argumentaban que lo
hacían "porque su trabajo, no estaba muy bien
remunerado".

Los empleados de confianza, cometían
pequeños fraudes, alterando notas y facturas…
Había "aviadores" o sea supuestos operarios y empleados,
que cobraban en nómina confidencial por convenio de la
empresa con algunas autoridades del gobierno, para "Dejarla
trabajar en paz"… Había demasiadas incapacidades y
ausencias del personal… Algunas personas se presentaban a
trabajar en estado de ebriedad… y hasta drogadas, a las cuales
protegía el Sindicato.

En fin, había desperdicio de todos los recursos.
De tiempo, de material, de mano de obra… Y todavía se
generaban otros costos por la mala calidad en los productos y los
servicios.

Era realmente, un círculo vicioso, la empresa no
podía pagar más, debido a todos los males arriba
señalados… Y el personal, no quería trabajar
más, ni ser productivo, ni ocuparse en mejorar la calidad
porque no le pagaban más…

¡Y sucedió lo inevitable!…

La empresa, se fue a la quiebra, se pagó a
proveedores, se vendieron los equipos y la maquinaria, así
como instalaciones y propiedades para liquidar conforme a la ley
a todo su personal.

Algún tiempo después…

En la plaza principal de la ciudad, se podía
observar y hasta escuchar los diálogos como los
siguientes, de los trabajadores que habían laborado en la
empresa por diez, veinte y hasta treinta años:

-¡Caray, Don Claudio!

¿Cómo fue cerrando nuestra empresa, si
éramos más de mil trabajadores?

Hay otras empresas del mismo ramo, que siguen trabajando
y tienen buen reparto de utilidades y ni tienen tan buena
maquinaria como la que nosotros teníamos…

-¡La de malas, Don Toño!

Y lo malo para nosotros, es que parece que todas las
empresas de la localidad, se pusieron de acuerdo y no quisieron
darnos trabajo a ninguno de los que habíamos laborado en
nuestra empresa.

Otro diálogo:

-¡Don Matías!… ¿Cómo
está?

¡Pues, estoy, Don Pancho… Y eso ya es
ganancia!

Muchos de nuestros excompañeros de trabajo ya se
murieron… ¡Y creo que, de tristeza y hasta de
aburrimiento!

-Ahora que lo menciona, Don Matías… Yo
también extraño mucho mi trabajo, hubiese preferido
no haber recibido mi liquidación y seguir
trabajando.

-Tiene razón, Don Pancho… realmente, fueron muy
pocos, los que emprendieron un pequeño negocio con lo de
su respectiva liquidación… Y los que verdaderamente
supieron ver el cambio, se salieron antes… Y están
trabajando con buenos sueldos, en otras empresas.

Y así, se pasaban diariamente el tiempo, los
antiguos trabajadores de esa empresa cerrada… Sólo
recordando… lo que pudieron haber hecho y no lo hicieron… lo
hermoso que era su trabajo.

Y lamentándose de no haber actuado con una
actitud diferente para salvar a su empresa.

Se despedían amablemente, pero con tristeza… Y
siempre como al tiempo de "la hora de comer"… Con la promesa de
verse al día siguiente para continuar la misma rutinaria
plática.

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Estudiantes
inadaptados

La maestra, se puso de pie, a un lado de su escritorio,
miró sonriente a sus alumnos y les dijo: Les
encargué que investigaran el tema de la Estación
Espacial… y si lo hicieron, van a ver como "es bueno aprender a
aprender".

La maestra, lo pensó dos veces, antes de
preguntarle a Tomás, uno de los estudiantes más
violentos, en su clase de 3r. Año de Secundaria, cuyas
edades fluctuaban entre los 12 y los 15 años de edad. La
última vez, le había llamado la atención por
su hablar injurioso y por el maltrato físico contra sus
compañeros.

Respiró profundamente… y dijo pausadamente…
¿Tomás, sí buscaste el tema en
Internet?

-¡No maestra… no tuve tiempo!

-¿Cómo dices?… ayer te observé
jugando en las maquinitas, lo cual significa que sí tienes
tiempo… anda platícanos algo sobre el tema…
¡Todos, podemos aprender de todos!

-¡Pues ya le dije que no estudié nada!
-Dijo con fastidio-

¡Pregúntele a Pedro!

-Y guiñándole un ojo a su
compañero, dijo con sorna… ¡Parece que él,
sí leyó el tema!

-¿Es cierto, Pedro?… ¡Bien, te
escuchamos!

-¡No me fastidien!- contestó el aludido,
quien sacando una pistola escuadra, apunto con el arma a uno de
los estudiantes.

-¡Guarda eso!-Dijo con horror la
maestra.

-¡No quiero! … Que conteste "el sabio de la
clase" que se burla de mí y Tomás, de nuestro
cabello largo y hasta de nuestra manera de vestir…

¡Y disparó, al alumno
más brillante de la clase, el cual quedó sin vida,
reclinado en su pupitre, sobre el cual se formó
de

Inmediato un charco de sangre juvenil que
escurría de su pecho!

Tomás, también sacó un
revólver y apuntó a una chica, diciendo con burla
al disparar sobre ella… ¡Tú también muere,
Jessica, ya que me rehuías cuando te encontrabas conmigo,
como si estuviera apestado!

-Y cayó, la hermosa muchacha, todavía con
tristeza en su mirada.

-¡Pues yo mato a Carlos, el deportista, quien se
burló de mí, diciendo que sólo soy bueno
para los videojuegos!

Y entre gritos, confusiones y empujones de los
aterrorizados estudiantes, Tomás, disparó sobre la
maestra… Que se fue doblando lentamente, sin poder creer lo que
estaba pasando.

Afuera del salón, se escucharon carreras,
llantos, gritos y el sonar lúgubre de ambulancias y
patrullas de policía.

-¿Estás listo Pedro?-Preguntó,
Tomás-

-¡Claro que sí!-Contestó,
Pedro-

Y los estudiantes vieron con pánico como ambos
muchachos inadaptados, se apuntaron a la cabeza, con respectivas
pistolas y dispararon…

Y se derrumbaron los asesinos y suicidas… sin vida…
sin dignidad, como unos muñecos de trapo
grotescos.

-¡Abran!… ¡Somos la Policía
Preventiva!

Y los muchachos de Secundaria, abrieron con temblor…
suavemente la puerta

Vista
desperdiciada

¡Hoy todo lo veo con buenos ojos!

¿Por qué digo esto?… Porque
anteriormente, sólo miraba defectos en las personas,
mientras que ahora sólo me fijo en sus
cualidades.

Antes mis miradas eran de ira, de desconfianza, mientras
que hoy son de ternura y amor para mis amigos y familiares…
¡Lo veo y no lo creo!

En el pasado, mis pupilas se desgastaban con mala
literatura y con programas televisivos de pésima gusto y
de baja cultura…

Mientras que hoy… Se recrea mi vista, mirando a los
músicos integrantes de una Orquesta Sinfónica y les
digo a mis compañeros oídos…
¡Deléitense, con esta música
eterna!

¡Cuánto había desperdiciado, el
maravilloso sentido de la vista!

Ahora… ¡Qué hermosos, me parecen los
amaneceres de todos los días, cuando

Apenas los rayos del alba despiertan las niñas de
mis ojos ¡

¡Qué maravillas de colores, en los
árboles, en todas las plantas y flores… aún en un
mismo color hay mil tonalidades!

¡Qué hermosa me parece la sonrisa dibujada
en los rostros de los niños!

¡Y qué grandiosa la mirada tierna y
amorosa… de la amada!

¡Qué atardeceres sobre el horizonte de las
playas!

¡Cómo resplandece el oro del Sol,
derramándose sobre la cumbre de las
montañas!

Y al llegar la noche… ¡Cómo es majestuoso
el brillar de las estrellas, en lo profundo del
Universo!

¡Veo… entonces vivo!

¡Gracias al Diseñador, que derramó
polvo de luceros en los ojos humanos!

Les quiero decir a todos los ojos del mundo que… si
los obligan a ver la maldad… ¡Luchen con el cuerpo en que
están, para obligarlo a mirar sólo cosas
bellas!

Y si perezosos se posan vuestro ojos en lecturas
profanas… ¡Busquen por todos los países, las
lecturas sublimes de los autores clásicos!

Protejan sus ojos, pues son las ventanas del alma, por
medio de las cuales, el cerebro eslabona con billones de
fotografías oculares, el ensamble del recuerdo en la
memoria.

En fin… Hoy contemplo, también el Universo de
las buenas letras, y mis ojos se recrean con las letras,
sílabas, palabras, párrafos, capítulos y
libros en la inmensidad de tesoros incalculables de la Biblia, y
curiosos mis ojos se detienen en la epístola de Pablo a
los Efesios: "Habiendo sido iluminados los ojos del
corazón…"

¡Claro!… Los ojos hacen ver a todo el cuerpo, le
ayudan a sentir la verdadera vida, que no puede ver la vista que
se queda en la oscuridad.

Por casi más de la mitad de la vida, me
había perdido de leer esas letras eternas y divinamente
inspiradas.

Todo eso platicaron mis ojos, que ya no estaban en mi
antiguo cuerpo, el cual habían enterrado unos años
atrás…

Y estos ojos que creí… que no volverían
a ver… fueron trasplantados… Y están estrenando un
cuerpo nuevo.

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Un puño de
tierra

Un niño, jugando en el patio de su casa,
agarró con su mano… un puñito de
tierra,

¡Mira, mamá!

¡Iván, no te ensucies las manos… esa
tierra, no vale la pena!

Creció el niño y cuando ahora, sostiene en
su mano un puño de tierra… pregunta a sus alumnos:
¿Qué es esto?

Sus discípulos le contestan… ¡Un
puño de tierra!

Entonces el Biólogo sonríe y explica a sus
alumnos, separando cuidadosamente los componentes:

Esta pequeña semilla, apenas más grande
que la punta de un lápiz, es un hermoso pino, de color
verde claro. Si sembramos esta semilla, crecerá un
árbol de 20 metros de altura, las aves vendrán y
anidarán en sus ramas y su madera servirá, para
construir casas, cunas y féretros.

Un alumno se atreve a señalar en la palma del
maestro… ¿Y esta pequeñísima
semilla?

El Biólogo, la toma, y la aplasta con un gesto de
desprecio.

No vale la pena que viva, si se siembra, la planta,
sólo causaría dolores a quien la
comiera.

¿Y esta otra?

¡También hay que desecharla… Produce una
planta que altera el sistema nervioso!

¡Miren esta es una partícula de bronce, y
esta es… una de níquel!

Finalmente, los alumnos vieron que el científico
desecho el resto… lo que parecía sólo
tierra.

¡Pero ahora… viene el puño de
DIOS!

Y unos dedos grandiosos manipulaban… casi acariciaban
las partículas de la tierra

Por el científico desechada.

Y le decía a su hijo…

-¡Mira bien!… Estos átomos de polvo, son
hombres que fueron buenos sobre la Tierra… Te los doy…
consérvalos.

¡Van a volver a vivir! … Y también
darán excelente simiente.

Estas otras partículas de tierra… fueron
hombres inicuos. Si volvieran a vivir…

¡Causarían nuevamente daño y
aún su simiente no los superaría sino en
maldad.

No vale la pena revivirlos!

¡Cuántas lecciones, encierra tan
sólo un puño de tierra!

Por eso, si te crees poderoso, si todo lo avasallas, o
si piensas que eres muy inteligente y a los demás
humillas, o si confías sólo en tus riquezas
materiales y desprecias las espirituales…

¡Recuerda, que un día llegarás a
estar en el puño de tierra… del Creador de todo el
Universo!

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Las promesas
vacías

¡Qué señor tan guapo!

Pensaba una jovencita, de tan sólo de
dieciséis años de edad, mientras le despachaba un
jugo de naranja e imaginaba que ese varón
tendría… sí como unos treinta años… y
que con toda seguridad estaría casado.

¡Pero de qué manera tan tierna la
miraba!

Ella era morena, de mediana estatura, no mal formada…
y él era blanco… sus ojos claros la cautivaban… y era
más alto que ella.

-¡Gracias!- Le dijo el hombre, recibiendo el jugo
y rozando su tibia mano de tímida doncella-

-¡Voy a mi trabajo!… ¿Sabe?

Estoy casado, pero mi matrimonio no funciona bien y casi
siempre salgo sin desayunar.

-Pensó, la muchacha –

¡Pobre!… Cómo hay esposas ingratas, que
puedan mandar a sus esposos a trabajar, sin prepararles sus
alimentos… ¡Yo no lo haría!…

Y se ve que este señor gana bien, pues siempre me
paga con "billetes grandes" que tengo que feriar en la tienda de
la esquina para devolverle su cambio.

Y pasaron los días. Ya con más confianza
el señor la invitó al cine, a cenar, a bailar…
¡Y siempre tan atento!

Hasta que un día le propuso que se fuera con
él hacer vida de amor libre, pero prometiéndole Que
no le faltaría nada…

Y que siempre contaría con su amor.

La jovencita, realmente sólo lo pensó
un

Poco.

Trabajaba todo el día.

En su familia… ¡había muchos
problemas!

¡Además… el señor le
gustaba!

Total, planearon que un cierto día, él
pasaría por ella a recogerla en una esquina de la calle,
cerca de su casa.

Y se llevó su ropa y sus escasas pertenencias…
¡Y se fue a vivir con el príncipe de sus
sueños!

La trató bien, hasta que tuvo su primer hijo, el
cual llevó el nombre de él para demostrarle cuanto
lo amaba.

Pero después vinieron los golpes, los malos
tratos, la falta de ropa para ella y el niño…
¡ah!… y… los encierros por celos.

Los billetes grandes… ya no los vio más. A
veces "ni morralla" le daba… ¡Pero por supuesto, llegaron
otros dos hijos!

¿Su Familia?… Casi no la visitaban, pues si lo
hacían, "su esposo" los maltrataba.

Hasta que un día, ella dijo: "Ya no
aguantó más"… sacó del humilde
departamento alquilado, otra vez lo más indispensable y se
fue a vivir con uno de sus hermanos casados.

Al poco tiempo, vino su rey, haciéndole nuevas
promesas: "Que te extraño a ti y a los niños"…
"Que te amo y ya voy a cambiar"… En fin, le prometió las
estrellas de los cielos.

Y regresó con él a otro departamento…Las
promesas pronto se le olvidaron… se vaciaron de contenido en la
práctica de la vida diaria… Y llegaron otros tres
hijos… con más trabajo, sudor y
lágrimas.

¡Hasta que finalmente ya no le
creyó!

Ahora tendría que trabajar duro… y por supuesto
que sus hijos también… ¡Para salir adelante… con
la vida a cuestas!

Y, sí… pudo sobrevivir… con muchísimo
trabajo… con privaciones y poca escuela para sus seis
hijos.

En la actualidad, cuatro de sus hijos, ya se le
casaron… apenas cumplían los dieciséis
años… ¡Y casi volaban!

Sólo le quedan dos varoncitos, uno de ocho y otro
de diez años. Ella tiene, casi los cuarenta
años.

Y todavía… más de dos señores que
la han conocido le han dicho… ¡Ya no sufra, guapa… si
usted quiere nos juntamos…Ande… Me hago cargo de los
niños!

Monografias.com

El hijo
descarriado

Cuando mi padre estaba muriendo, me dijo con
ternura:

-Luis… es necesario que cambies tu actitud, cuida a tu
mamá, eres el mayor, por lo tanto es tu deber guiar a tu
hermano…

¡Sí, papá… juro que lo
haré!

Y nos quedamos sin padre… Yo, apenas con diecisiete
años y mi hermano de catorce.

¿Pero, cómo cumplir mi promesa?

Estaba mal educado. Sinceramente, no era culpa de mis
padres… Ellos habían hecho todo lo posible…

¡No es el hombre, malo cuando nace, se va haciendo
malo con la influencia del medio!

Mi hermano, Santiago, se comportaba medianamente bien,
trabajaba y le daba algo de dinero a mamá… Pero dentro
de sus defectos, tenía fama de "tranza", ya que aunque
prometía pagar "mañana" a quien pedía
prestado, era raro cuando cumplía y casi a todos los
familiares y amigos, les debía, pero realmente eran pocas
cantidades de dinero a cada uno… ¡Pero ya juntos… ni
para qué soñar que les pagaría!

En cambio, yo… ¡Hasta a la familia le
robaba!

Fueron varias las veces que mamá dejó
algún billete sobre los muebles, mientras hacía
otra cosa y cuando lo buscaba ya no lo encontraba.

Además, me hice vago… Llegaba tarde a casa. A
veces ni llegaba… Me iba con los

Cuates a los bailes y llegaba hasta otro día. Mi
madre, sólo me decía, ¡Mira cómo
vienes Gustavo!

Otros familiares se quejaban con
mamá…

-Tía, Gustavo, me robó la plancha,
decía alguna de mis primas casadas…

-Tía, Gustavo, me robó mi bicicleta y supe
que la empeñó, gritaba alguno de mis
primos…

-Otro tío, decía: Gustavo, golpeó a
mi hijo…

Y cosas así, por el estilo.

Le hago a la "grifa" y para conseguirla, tengo que
robarme cosas y venderlas.

Por eso, nadie me da trabajo, todos los que me conocen
dan malas referencias.

En mi barrio, casi nadie me tiene confianza… hasta mis
cuates se cuidan de mi.

¡Hasta que llegó una fatídica
ocasión!… Estaba en mi casa, muy a gusto descansando-
¿De qué?- cuando escuché gritos en la calle,
así como los ruidos clásicos de tubos y
cadenas…

¡Era mi banda peleando con otra rival, de otra
colonia, la cual nos hacía una visita en nuestro
territorio…

Me metí a la cocina… agarré un cuchillo
y me dirigí hacia la puerta de la entrada…

-¡No Gustavo, no!… gritó mi madre
angustiada… ¡No salgas, por favor!

-¡Hágase a un lado y no se meta que esto es
cosa de hombres!

Total, que afuera se armó un relajo…
Maldiciones, gritos desaforados, muchos golpeados, algunos
heridos… ¡Y claro, llegó la
policía!

Estaba, en la cárcel… ¿Quién iba
a visitarme?… ¡Nadie!

Ya tenía una semana en la "Peni", cuando supe que
mi mamá había muerto, el día

Del pleito de las bandas de pandilleros…

¡Ni siquiera pude ir a su entierro!

Los vecinos de mi barrio hasta me acusaban de"que yo la
había matado"… ¡Pues es era mi mala fama de hijo
descarriado!

Comentaban, que yo era un mantenido… "el mal hijo de
la buena de Doña Eufrasia"… que mi madre, lavaba y
planchaba para poder pagar los gastos de la casa.

Finalmente, todo se aclaró… El Doctor que
llegó a atender aquel día fatídico a
mamá, certificó que la muerte se debió a un
para cardiaco.

Para acabarla de "amolar", una muchacha, me
visitó en la cárcel y llevaba un recién
nacido y me decía que era mío… yo ni la quise
recibir… ¿Drogado?… ¿Borracho? …

¡Yo no recordaba, nada!

Total, que salí de la "Peni"… Santiago ya
estaba casado…

¡Y ahora mi hermano menor era el que me
aconsejaba!… "Que ya ni la amuelas"… "Que ya estás
grande"…Que…

Yo simplemente le dije con mi más dulce gesto:
Sí, hermano, no te preocupes… Tú trata de ser
feliz…

¡Yo, ya voy a cambiar…!

Monografias.com

La compra de robots y
computadoras

Estábamos en una junta de Academia…
había gritos y murmullos de profesores… (Platón,
de seguro se reiría de nosotros).

-Hasta que una voz con acento académico
sobresalió sobre todos-

¡Definamos el problema!

El problema es: que estamos desfasados… rebasados por
el medio… nos está ganando la competencia en este mundo
globalizado.

Las prácticas de laboratorio que ofrecemos a los
alumnos, son obsoletas, son manuales en comparación con
las de otras escuelas, que tienen equipos modernos, muy
automáticos y computarizados.

Bueno, y ahora… ¿Cuál es la
propuesta?

Dejar de impartir materias que no son necesarias como la
Ética y la Lógica

O como la orientación vocacional… ¿Para
qué la queremos?

Total, la propuesta es que mandemos al Director y al
consejo administrativo y académico… ¡Un proyecto,
bien soportado para adquirir robots y computadoras, para los
talleres y laboratorios de la escuela!

¡Bueno, vamos a votar!

Casi todo el grupo colegiado, levantamos con temor
nuestro índice (Sin que se escuchara un pensamiento
unánime, "De que no siempre la mayoría tiene la
razón").

En el fondo, sabíamos que esa compra
significaría, sacrificio de recursos en otras áreas
de la escuela y que incluso, tendríamos menos café,
azúcar y galletas

Para las próximas reuniones de la Academia…
Pero, todo sea "por no

Quedarnos atrás. También para obtener
puntos para la "Carrera Magisterial", o para los programas de
"becas"a maestros, pero sobretodo, (suspiramos) lo hacemos y lo
aprobamos en beneficio de nuestros educandos.

Llegó el equipo… y pasaron sólo unos
cuantos años.

Ahora los estudiantes eran muy maleducados, descuidaban
sus arreglos personales, mal hablados, pleitistas.

Bajaron en el promedio de sus calificaciones.

No respetaban los estacionamientos… Hasta se
encontraban botellas de licor vacías dentro de las
instalaciones de la escuela. Se escuchaba el rumor de que
consumían drogas.

¡Sí, los muchachos sabían usar los
robots, las celdas de control numérico y eran
hábiles utilizando sus computadoras!

PERO no respetaban a sus maestros, mucho menos a sus
compañeros y a las alumnas, eran indisciplinados, rayaban
con graffiti los baños, pizarrones y pupitres.

Sobretodo se elevó el número de alumnas
embarazadas y por ende la deserción escolar
aumentó.

Cuando barrían las aulas, los intendentes
encontraban, condones usados…

¡Claro que no los utilizaban los
robots!

ACADEMIA URGENTE:

¿Y ahora, cuál es el problema?

Necesitamos incrementar la honestidad, la justicia, el
respeto, la disciplina y la paz dentro de la escuela.

En pocas palabras, se requieren VALORES

Bueno… pero, ¿Dónde se venden los
Valores?

¿Cuál es la propuesta?

Monografias.com

¿Cuáles
me pongo?

Cuando uno tiene más de lo que merece, todo se
complica.

Lo que antes nos parecía sencillo, sin normas de
urbanidad complicadas…

Pero cuando uno trata de "escalar" en la sociedad, de
convivir con otras esferas en el Universo, ¡Eso, ya es otra
cosa!

Primero, tienes que vestir y calzar marcas conocidas (de
"high life") en zapatos, camisas, pantalones, perfumes, reloj,
computadora, etc.,…! Y además te identifican si no las
usas originales!

¡Ah!… Y enseguida es muy importante, la
combinación de los colores, que si la corbata con el
traje, los calcetines con el color del pantalón o la
camisa con el pantalón, hasta los estilos y
cortes.

Las tiendas de autoservicio que frecuentas, los clubes,
en fin…

Porque si no te miran como bicho raro.

Pero, no hay otra, o le entras o no le
entras.

Pero realmente hay muchas esferas y los que pueden se
elevan más y más.

Por mi parte, antes sólo tenía dos pares
de zapatos, pero ahora tuve que comprar una docena de pares…
¡Jamás en mi vida pensé que fueran necesarios
tantos!

A mí, anteriormente me parecía que tener
muchos zapatos era un desperdicio de recursos, de espacio en el
clóset, hasta un desperdicio de tiempo.

Total, hoy ya me había puesto mi traje nuevo,
color azul marino, camisa azul cielo, corbata azul marino,
calcetines azul cielo,…

Bueno dicen que en gustos se rompen géneros, pero
me veía en el espejo… ¡Y yo solo me
aprobaba!

Pero, no podía ponerme de acuerdo conmigo mismo,
en el color de los zapatos.

¿Unos azul marino…?… ¡No, ya era
demasiado color azul!

¿Color negro? ¡Tampoco!

¿Beige? ¿Gris? ¿Y si, de otro
estilo?

Y me calzaba unos, me los quitaba… me ponía
otros… y, así… ¡Sólo eso me
faltaba!

Al fin, tuve que decidirme, porque ya era tiempo de ir a
ver a la princesa de mis sueños, la cual vivía en
una colonia de más categoría y tendría que
apresurarme a tomar el metro que afortunadamente no estaba muy
lejos de mi casa.

Finalmente, me aplique mi perfume francés
(poquito para que me dure)… disfruté por un momento mi
delicioso aroma varonil…Y me dije ¡estás
listo!

Salí optimista a la calle, con pasos seguros y no
muy aprisa, para no descomponer la figura.

Yo observaba que las personas, me miraban con disimulo;
pero con simpatía y respeto… Y yo, pensaba "Sin ropa,
todos somos iguales"… ¿Cómo es posible que un
simple arreglo en el vestir haga las diferencias?

En fin…

Antes de bajar al Metro, me encontré con dos
guapas muchachas… y escuché que murmuraban: ¿Te
fijaste…?… ¡Qué tipo!

Y también les escuche dos alegres
carcajadas…

Pensé… ¡Claro que soy un tipo!

Antes las mujeres, ni siquiera me miraban, pero ahora…
¡Qué

Diferencia!…

Con mi traje nuevo, buen perfume, zapatos de excelente
marca… ¡Ah!… Y pronto compraré un
automóvil… bueno no precisamente un último
modelo, pero…

Y sonreí optimista para mis
adentros…

Y abordé mi Metro, que me conduciría cerca
de la casa de mi novia….

Y todavía soñando despierto… me
abrí paso hacia los pocos asientos
vacíos…

Me senté… me miré mis
zapatos…

Y sentí como subía mi sangre desde los
pies hasta mi cara…

¡Qué vergüenza! ¡Llevaba un
zapato de uno y otro de otro!

Y…

¿?

Monografias.com

El
desierto

René, realmente admiraba a Ricardo, el cual,
recientemente había regresado de Estados Unidos, donde
trabajó de bracero, el año pasado, en la
recolección de frutas y legumbres.

Ricardo, había venido a pasar el invierno a su
pueblo, ya que no podía aguantar el frío en el
vecino país del norte y ahora ya a comienzos de febrero,
todos en el pueblo comentaban que regresaría otra vez a
USA, donde le había ido muy bien, pues había
traído "hartos" dólares y ya hasta había
comprado una camioneta para su papá, la cual le
ayudaría para levantar la cosecha de maíz y frijol
y para poder ir a la ciudad a vender estos productos
agrícolas y así ganar más.

También sabían que Ricardo estaba fincando
una casa para casarse a fin de este mismo año. Bueno, si
todo iba bien.

René, había estado pensando… si fuera
posible que Ricardo se lo quisiera llevar con él a
trabajar a dicho país.

Todos en el pueblo sabían que Ricardo, era muy
aguzado para cruzar la frontera y que mientras a otros del pueblo
los regresaba la Migra, él, en cambio ya tenía
varios años yéndose para el otro lado.

También decían que Ricardo conocía
un camino secreto por el desierto, pero muy peligroso y que por
eso le gustaba irse solo.

Total, René, se decidió y fue a verlo,
diciéndole:

-¿Qué onda mi Richar?…

Llévame contigo a "Los Estaites Naites", Te
prometo, que no te estorbaré…

¡Me llevo mi alimento y mi agua y algunos
dólares por si se ofrece algo!

-Ricardo, le contestó: ¿Por qué
no?

¡Está bueno!… Nos vamos el viernes en la
mañana para llegar por la tarde a la frontera, dormimos
unas cuatro horas y estaremos cruzando parte del desierto el
Sábado, ya amaneciendo y seguimos todo ese día y
parte del Domingo, porque en éste mismo día ya
terminando la tarde, espero estar llegando "seguro al otro lado"
para presentarme con mi patrón…
¿Juega?

¡No te me vayas "a rajar" por el
camino!

-¡Cómo crees mi Richar!

Y empezaron a caminar por el desierto, el Sábado
todavía muy de madrugada, como habían planeado para
avanzar lo más que pudieran.

René, iba lleno de ilusiones, pero también
se había provisto de una mochila donde llevaba su
alimento, calzaba unas botas vaqueras, usadas y cómodas
para caminar por el desierto, su pantalón de mezclilla y
un "paliacate colorado" al cuello enredado… Además de
una cachucha para protegerse del Sol.

Como a las 11:00 AM, empezó a sentirse muy
cansado y con mucha sed, pero Ricardo le había dicho que
tenía que aguantar lo más que pudiera la sed para
no terminar con el agua.

Así, que imitaba a su compañero, el cual
sólo daba pequeños, sorbos del vital líquido
cuando se dirigía la cantimplora a la boca.

Como a las 15:00 PM… de plano iba ya desfallecido…
¡Renegando consigo mismo y arrepintiéndose de
haberse aventurado a "ir al otro lado"!

¡Maldito desierto, no pensé que fuera tan
duro caminar en tus terrenos!

No veo para cuando llegar y Ricardo dice que llegaremos
hasta mañana…

Se me hace que no voy a aguantar… ¡Pero ni modo
de regresarme!

Me duele horriblemente la cabeza… creo
que…

-¡Cuidado!… le advirtió
Ricardo.

René casi había pisado a una víbora
de cascabel, la cual también por poco lo muerde,
afortunadamente con el grito de su compañero, René
había tenido tiempo de dar un salto y hacerse a un lado…
¿Sí,..No?

El habitante natural del desierto se había
asustado con el grito de Ricardo y al no conseguir su objetivo de
morder su presa, rápida como una centella se había
escabullido en un hoyo del árido suelo.

Y siguieron su marcha los viajeros, con un bracero
primerizo muy espantado.

-René, será mejor que no comas mucho
tasajo de carne, eso te dará más sed…

Y recuerda que sólo tenemos agua para alcanzar a
llegar ya te lo haya si te la acabas, yo no te daré de la
mía… ¿Eh?

Como pudo, René terminó la jornada del
sábado… ¡Y ahora sentiría el frío
del desierto en la noche… pero a eso no le tenía tanto
miedo como al calor!…. ¡Y Ricardo, le dijo que
sólo descansarían unas cuatro o cinco horas, porque
tendrían que aprovechar lo fresco de la madrugada del
Domingo para avanzar todo lo que se pudiera…!

René, tuvo hasta pesadillas, debido a la fiebre
por la insolación, que le había dado el día
anterior.

Ricardo, tuvo que despertarlo el domingo, y casi enojado
le dijo:

-¡Vamos, René… no te desanimes porque me
contagias!

¡Aguanta,… Hoy en la tarde,
llegaremos!

Haciendo un rictus de dolor… se levantó
René… y pensaba…

¡Por lo pronto falta casi todo el
día!

¡Tengo que llegar!… y se daba
ánimos…

¡Sí, llegaré bien… y
trabajaré duro… ahorraré lo más que
pueda… tengo que desquitarme, de lo que me está haciendo
este cruce por el desierto!

Como a las tres de la tarde, ya no le quedaba agua y le
dijo a su compañero…

-Ricardo, véndeme un traguito de agua… Ya no
aguanto la sed.

Ricardo, vio que René tenía los labios
amoratados y partidos por la falta de líquido… ¡Se
le veía derrotado con sus botas vaqueras ya rotas y
más gastadas de tanto caminar por el desierto!

Ricardo, pensó… ¿Pos no que no me ibas a
estorbar?… Estuvo a punto de recriminárselo, pero
sintió lástima y sólo le dijo: "Te
advertí que no te fueras a acabar el agua y… ¿ya
viste lo que hiciste?…Todavía nos faltan unas cuantas
horas para llegar…Aguántate otro rato!"

Caminaron otras tres horas más y ahora a ambos ya
se les veía cansados, sudorosos, sentían que las
ropas casi les quemaban la piel,… ¿pero cómo
quitárselas?

Realmente sentían los rayos de Sol caerles a
plomo sobre las espaldas… Y en toda su humanidad
agotada.

René, puso las rodillas en la tierra caliente y a
pesar del suelo ardiente no se levantaba. Sintió que
moría. Y miraba, angustiado a su compañero:
-¡Agua,…Ricardo por favor… Agua!

Ricardo lo miró conmovido, con un movimiento de
laxitud, destapó su cantimplora… Primero bebió
él…

Y calculando que ya había tomado la mitad de la
que hace unos momentos le quedaba, le dio a beber a
René,…muy despacio…

René, a pesar de que sus labios le sangraban por
las llagas…Sintió el agua como el más delicioso
manjar que alguna vez hubiese probado…

-¡Gracias… mi Richar!

Y ya sin agua emprendieron la marcha, para completar la
última jornada…

Allá en lontananza se veía ya el condado
donde Ricardo trabajaba año con año.

Ricardo, calculó que les faltaría
todavía una dos largas horas… ¡Y ya también
sin alimento!

Ricardo, casi tuvo que cargar a René

Para llegar cerca de un cacto del desierto y con una
piedra le destrozaron uno de sus brazos… Para calmar un poco la
sed y el hambre.

¡Caramba! … pensó Ricardo…creo que es
cierto el dicho de que más vale sólo que mal
acompañado… ¡Nunca me había costado tanto
trabajo venir al otro lado!

Y ya en la noche del domingo,

Gritó, Ricardo a su amigo…

-¡Llegamos, René… Llegamos!

¡Creí que no lo
lograríamos!

René, ya no pudo soportar más las botas
vaqueras, con dolor en sus pies se las quitó, las
aventó al desierto diciendo con un gesto de dolor:
¡Te doy mis botas, desierto, quédate con ellas, me
voy a comprar unas botas texanas, o hasta unas de
charol!

¡ Ja, ja, ja, ja, ja !-Se escuchó la
carcajada de Ricardo-

-¡No me hagas reír, que yo también
traigo los labios partidos, aunque menos que
tú!

Y con pasos descalzos casi sangrantes y vacilantes…
dejando huellas de sangre, en la ya fría y silenciosa
noche del desierto, René fue caminando siguiendo los pasos
de su compañero…

Y….

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¡Ah qué
travesuras de chiquillos!

¡Vi reflejada mi cara en el agua clara del
profundo pozo!

Y pensé, que si yo me cayera, me quedaría
acurrucado bajo el agua y que permanecería
pequeño… ¡Ah, no… Mejor no!…

-Si no me arrojo en el pozo, entonces seré
grande…

Cambié de pensamiento al observar como del
redondo pozo, recubierto en sus paredes por rajuelas de piedra de
cantera, estaba recubierto de musgo verde con una tonalidad como
los aretes de esmeraldas de una de mis tías.

Escuchaba el ruido que hacían los pajarillos
alimentando a sus críos en los tejidos nidos que se
veían como a la mitad del pozo. Salían volando en
espiral a buscar alimento y regresaban con alguna lombriz o
nixtamal en sus picos y los observaba como regresaban jubilosos
para alimentar a su pequeños que abriendo sus tiernos
picos recibían su ración alimenticia
instintivamente distribuida con sabiduría…Mientras
hacían una algaraza de estrambóticos conciertos…
¿Cómo aprende el canto, el agua clara?…
¡No, lo sé! … Pero el eco del pozo reverbera las
notas, permeando la luz en los espejos del agua…

Alrededor del pozo y cerca de mí, jugueteaban
unas gallinas, unas blancas como el alma, coloradas otras como
las enaguas de mi prima Lola o búlicas como… ¡Esta
gallina que tengo atrapada entre mis manos!

Yo quería saber, si la gallina podría
volar hacia el fondo del pozo, beber agua, sacudir su cabeza como
lo hacían los pájaros y

Después regresar volando nuevamente hasta mis
manos.

¡A la una… a las dos…y… a las
tres!

Y… la gallina sí se fue volando en espiral
hasta el fondo del pozo, la vi aletear desesperadamente y
después desaparecer bajo el agua.

Al escuchar el grito asustado de las demás
gallinas- no sé como se comunican –

Mi mamá salió corriendo de la
cocina diciendo: ¡Jesús! … ¿Qué
pasa? -Yo no me llamo Jesús pensé-

-¿Qué has hecho?

¡Mamá! – dije con los labios
casi temblando-

¡Yo no quería que muriera!
¡De veras!

Las mamás actúan con justicia… Y me
pegó con una soga mojada que allí mismo estaba
cerca del pozo ahora nefasto para mi, pero del cual bebía
su fresca agua…

Todavía, recuerdo el olor del ixtle impregnado
con olor a grasa de la garrucha por donde se deslizaba el cubo
para el agua que subía y bajaba a tirón de
manos.

Mi abuelito salió en defensa de su nieto malo y
dijo: "Déjalo… no son diabluras… son travesuras de
chiquillos"

-¡De verdad mamá… no lo hice adrede,
mamá!…

Y sentía en mi espalda el ardor de la soga
mojada.

¡Total, mamá sacó a la gallina color
búlica del pozo con el mismo cubo de sacar
agua!

Y… después, estuvo bueno el caldo de gallina
ahogada.

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¡Vamos a
limpiar la Tierra!

Hoy llegaron otros novatos a mi Estación Espacial
No. 3.

Se quedaron maravillados con la forma en como me
desplazo,-pese a la ingravidez del interior de la
Estación- de un lado a otro, dentro de nuestro hogar en el
espacio, y me hago el disimulado, pero en el fondo me gustan sus
halagos.

Debo decirles que, nací in Vitro en la
Estación Espacial No. 1 y que mi apariencia parece ser
como la de un ser humano normal, solo que no tengo huesos en las
extremidades, me parece que soy como un muñeco de
plástico con los que hace muchos años se
divertían las niñas en la Tierra (Personalmente no
he estado en ese Planeta).

Mis padres los cosmonautas Man45 y Woman12, murieron a
la edad de 230 años, en la estación Espacial No. 1
y a pesar de que ya había Cementerio Espacial, se
sintieron nostálgicos de su azul planeta y quisieron ser
transportados allí para ser enterrados- Yo no sé
para qué, porque nadie los conocía ya, pues todos
los que habían sido sus familiares y amigos o los que
alguna vez supieron que ellos estaban aquí en el espacio
sideral, ya hacía casi dos siglos que habían
muerto.

La longevidad de la vida es aquí cuatro veces
más grande que en la Tierra, debido a que se producen
medicinas de altísima calidad aquí en el
laboratorio espacial, que inhiben las enfermedades que hace dos
siglos eran temibles como el cáncer o el Sida. Así
que casi la totalidad de las enfermedades han sido erradicadas de
la Tierra, como la diabetes, la osteoporosis

Y… de las gripes comunes… ¡Ahora hasta las
extrañan… Ya que realmente se mueren de
viejos!

Contamos con robot-astronautas, que hacen todas las
maniobras de reparaciones en la parte exterior de nuestras
Estaciones Espaciales. Así que son ellos los que tienen
que aguantar las temperaturas extremas de 150 Grados
Centígrados o los 150 Grados bajo cero.

En cambio los ciudadanos de primera clase que vivimos en
estos lugares, disfrutamos de agradables temperaturas de 21
Grados Centígrados.

Tengo un PO5, que es una maravilla de Robot –
Computadora y es del tamaño de una pelota mediana como la
que utilizaban los niños antiguamente en la Tierra.
Normalmente se sitúa a la altura de mi cabeza para poder
comunicarse mejor -según él -.

Toda la información que yo quisiera y aún
la que yo no requiriera, pero que el robot en caso de problemas
de seguridad está programado para proporcionarla, en base
todas las experiencias acumuladas y de las superteorías de
los científicos de otras épocas y las
actuales.

Esa información la puedo obtener si lo deseo, en
tercera o cuarta dimensión ya sea hablada con
imágenes virtuales o escrita.

Y como hay otros robots similares en la Estación
espacial No. 3, puedo decir que este PO5 es
mío.

Les voy a platicar un entretenimiento que hago
diariamente y que heredé de mi abuelo desde la primera
Estación Espacial: Consiste en todos los días,
vierto un poco de H2O desde un vaso que tenga en mi mano y como
inmediatamente se forma una esfera líquida, el chiste
está en que me "coma esa esfera o pelota de
agua"

Volando y utilizando sólo la boca, en la
ingravidez de la Estación Espacial.

También quiero decirles que, debido a tantos
viajes espaciales hacia fuera de la atmósfera de la
Tierra, se ha generado, demasiado desperdicio espacial y cada
cierto tiempo, tengo que hacer una limpieza alrededor de la
Tierra para despejarla de esos desperdicios con los cuales en los
laboratorios de Ciencia y Tecnología se elaboran
súper materiales, los cuales son enviados a la tierra para
ser utilizados en varias industrias para la fabricación de
más componentes espaciales.

A propósito, oigan la voz de mi PO5 que me dice:
"Atención Amo Pierre ST1, vamos a limpiar la
Tierra".

Y yo le contesto imitando su metálica voz humana:
"Vamos, ciudadano PO5, estoy listo para pescar chatarra en este
lugar del Universo"- además pienso que me conviene, porque
de lo contrario no miraría el color azul de ese
maravilloso Planeta de aquí desde el espacio-

Y agrego para mis adentros…

¡Con razón Jehová Dios, dice que la
Tierra la creó para los hombres, pero que el cielo lo
había reservado solo para Él….!

¡En qué hemos convertido una de tus
más hermosas creaciones en el Universo!

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El hombre que todo
quería comprar

-¡Billy!- gritó la mamá de este
niño, desde dentro de la casa-

-¿Qué quieres mamá?-dijo el
niño, mirándola tiernamente-

Toma este billete y me compras dos Kgs. de manzanas en
la frutería de la esquina y luego vas a la tienda de la
otra esquina y me compras un rompope para ponerle a las gelatinas
del desayuno de mañana.

-¡Sí, mamá!… ¿Me
pagarás este mandado?

-¡Anda, ve primero y luego ya veremos!

-Señora quiero dos Kgs. de aquellas manzanas
amarillas que se ven allá, las quiero de buena calidad,
¿porque si no?… ¡Se las regreso! Mire traigo con
qué pagarle.

La frutera, quien no había vendido mucho ese
día, le sonríe al niño y le dice…
-¡Enseguida señor!

El niño se siente gente muy importante con ese
reconocimiento y corrobora que el dinero hace felices a las
personas y que las doblega ante la persona que lo
posee.

Corre luego a la tienda, pidió el rompope y "Don
Santiaguito" – dueño de la tienda de abarrotes- le dijo
amablemente de cuál marca le convenía más,
el sabor más delicioso y hasta la forma del envase que
más le convenía para que la utilizase
después de terminado el contenido.

Todavía se la envolvió bien para que no se
le fuera a romper y le hizo algunas recomendaciones para que no
se hiciera daño, en caso de que se le rompiera en el
camino. Todo con muchísima amabilidad y en atención
al niño como si realmente estuviera platicando con un
adulto.

Billy, pensó: "Efectivamente, el tener dinero
hace funcionar al mundo muy bien"

Con el tiempo dejaron de decirle Billy, ahora le
llamaban Don Guillermo porque tenía mucho dinero… y vaya
que lo había perseguido como un fin.

Cuando iba al teatro, compraba todos los lugares
delanteros para que nadie le estorbara, naturalmente eso
disgustaba a algunos otros ricos, pero menos que él…
Bueno también a algunos actores pues no contaban con otros
espectadores que admiraran sus talentos en primera
fila.

Si quería viajar en carretera, tenía un
autobús panorámico.

Si manejaba en la ciudad, pagaba a dos motociclistas
oficiales, para que fueran despejando el tránsito a su
limousine, delante de él y todavía cuidando su
retaguardia otro auto de su propiedad, con chofer y dos
guardaespaldas.

Ni qué decir, de que todos sus empleados le
sonreían y algunos hasta casi le besaban la mano -Don
Guillermo pensaba que deberían sonreír porque les
pagaba bien-

Si viajaba en avión, compraba varios pasajes de
los asientos cercanos a él, para que donde él
estuviera, nadie lo pudiese perturbar con preguntas o con
impertinencias de acomodar sus equipajes de mano o con
niños que le dieran lata.

Esto, quizá fuera buena venta para la
aerolínea, mas para las azafatas era molesto, pues
habían estudiado para comunicarse y ser amables con un
buen número de personas, pero cuando se dirigían
con Don Guillermo…. Francamente se desanimaban.

Si había un buen concierto con Orquesta
sinfónica, a veces, hasta

Se las arreglaba Don Guillermo, para cambiar al Director
anunciado… O sea a uno que a él le gustara… Pero con
gran disgusto del público que ya había comprado sus
entradas con el arreglo anterior… ¡Y ni qué decir
de los músicos!

Si llegaba a un hotel, alquilaba todo el piso donde
estaba el cuarto que él había escogido y los
elevadores tenían que parar forzosamente en su piso al
descender o ascender… Naturalmente eso era buen negocio para el
dueño del hotel, pero acarreaba serios disgustos a otros
distinguidos huéspedes.

Total que se casó. Su bella esposa, al principio
fue feliz, pero pronto se cansó de toda esa
demostración de poder económico que quería
mostrar su esposo.

Don Guillermo, le dijo: ¿Qué te
pasa?…

¿Quieres joyas…?…. ¿Anhelas ir a
algún otro lugar de la Tierra?

¡Sonríe, me casé contigo para
lucirte y pagué mucho dinero para conseguir tu
amor!

La hermosa esposa, sintió un gran vacío en
su corazón y le contestó:

-¿Sí?…

¡Pues el divorcio lo pagaré yo!

Salió de esa vida llena de lujos donde no
había amor…

Y…

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El mejor de los
danzantes

¡Tam… Tam… tam… tam… tam!

Al ritmo de estas sencillas notas musicales, ejecutadas
por el director que llevaba el ritmo de un grupo de danzantes,
lucía majestuoso entre todos, un danzante vestido a la
usanza azteca con un penacho de plumas de colores y haciendo
juego con el color de sus demás atuendos de ropa, y con
unos brazaletes de cobre artísticamente labrados en las
muñecas de sus manos.

-Ni qué decir que me identifiqué con
él y creyendo que él era yo, me sentí
también como guerrero azteca-

Enseguida mis pupilas se recrearon con las bellas
mujeres aztecas, vistiendo sus Huipillis (faldas largas) y
moviendo sus ayacachtli (sonajas) en su mano derecha y que a
intervalos de la danza que ejecutaban cambiaban a su mano
izquierda, como siguiendo las circunvalaciones de la
música que se enredaban en sus cuerpos.

Muy serias, pero danzando con

Cadencia y con gran dedicación… y girando como
princesas reales delante del rey Moctezuma Hihuilcamina, formando
pequeños círculos en tlanahuaya (bailando con los
brazos enlazados).

Mas, observé, que cuando ese gran danzante, las
miraba, afloraba en las doncellas y mujeres, una sonrisa que
mostraba sus dientes de maíz tierno.

Y… sí, se diría que ese soberbio
danzante, marcaba con su rítmicos pasos, tiempos lentos,
mediano movimiento y rápidos de todos los
danzantes.

Se podía verlo danzar, lentamente primero, como
organizando los pasos de todo el grupo, después aceleraba
su baile

Y sus movimientos… Y finalmente balanceaba su
bronceado cuerpo y desbordando su energía, llevaba a sus
compañeros de baile a un frenético ritmo de danza
azteca como queriendo mover las estrellas en el cielo de la
noche, en el tiempo y en el espacio.

Enseguida de un lapso de tiempo musical, cambiaba a un
ritmo ligero, hasta ser casi como plástica figura, posando
para un artista…

Y cuando sentía y veía que todo su grupo
bailaba parejo, el final era o un golpe fuerte en el piso con su
pie derecho.

O con unos pasos fuertes muy marcados y luego los iba
disminuyendo en fuerza, hasta casi lograr en el último
instante de la danza, un contacto ligero entre la suela de sus
huaraches y el suelo, con una delgada capa de aire reteniendo el
impacto… de la Tierra, contra el polvo cósmico, a
más de ciento catorce mil kilómetros por hora,
bailando en el Universo y amortiguando los últimos sonidos
de los cascabeles de plata, en los tobillos de las princesas, que
orgullosas lucían también sus matacaxtli (pulseras)
de oro, ahora en sus manos reales , posando en sus caderas de
vírgenes aztecas.

Aprovechando un cambio de danza, mientras los
guitarristas y mandolinistas afinaban sus instrumentos y las
princesas se arreglaban sus tocados y los caballeros
águila arreglaban sus penachos de plumas.

Le pregunta, el majestuoso danzante- que lucía
como un verdadero quauhpétlatl (caballero águila)
-a uno de sus danzantes compañeros: ¿Cómo
osas denigrar mi danza calzando "tenis" en lugar del tradicional
huarache de danza?

-¿Huaraches yo?….
¡Jamás!

Soy maestro de escuela, pero debido a tanta competencia
tengo que completar mi gasto combinando la danza.

-¿Maestro?… Pues razón de más
para que no se rompa la disciplina en el grupo, piense que
tenemos que conservar nuestra cultura autóctona, lo
más pura posible sin aculturación.

-¡Lo siento!… pero no voy a usar huaraches, no
estoy acostumbrado y no quiero acostumbrarme, además no
deseo que se me partan los pies con tanto polvo que levantan los
danzantes.

Y usted, aunque sea el mejor de los
danzantes, no me va a obligar a usarlos… ¡Y si lo hace me
quejaré con el sindicato!

-¡Hummm!… Con su Sindicato, creo
que pronto todos los del grupo, utilizarán tenis, y en
lugar de penachos de plumas, usarán cachuchas
beisboleras.

¡Renuncio!… Dijo el mejor de los
danzantes… ¡A propósito maestro, le queda mejor el
puesto de viejo de la danza!

Y se alejó majestuosamente, con su
ruido de cascabeles, en unos pies que al pisar el pavimento
levantaban siluetas de guerreros aztecas, bailando jubilosos por
todo el Universo.

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¿Me dejas ir a
jugar?

-¡Mamá, ya hice mi tarea!

¿Puedo ir a jugar a la casa de
Panchito?

-¡Bueno, pero ten cuidado!

Apenas tienes cinco años de edad y no quiero que
vayas a sufrir un accidente… ¿Eh?

Panchito, tenía una pequeña
huerta.

En cuanto llegó Pepillo, fueron a jugar a los
árboles frutales.

Se subieron a los árboles, arrancaron peras,
duraznos, higos, granadas, membrillos y chabacanos.

Realmente más de lo que podían comer y
solo por la aventura de la travesura y de la gula.

-¡Ven, Pepillo!, vamos a jugar en el pozo…
¡está bien padre!

-¡Mira!- dijo Panchito-

Tú te metes en el cubo de sacar agua y te
descuelgo hasta el fondo hasta que toques el agua, ¡pero te
agarras fuerte del lazo atado al cubo!… ¿Eh?

¡Y después me toca a mí!…
¿Sale?

-¡Órale!-dijo, Pepillo-

Realmente, fue una experiencia muy grande para Pepillo
al ir descendiendo por la pared redonda de aquel
pozo…

Iba observando algunos nidos de los pajarillos llamados
"nixtamaleros" , los cuales asustados piaban para ahuyentar al
intruso… Le deleitó ver como había musgo verde en
algunos segmentos de la pared

Del pozo. Con una mano se agarraba de la soga y con la
otra iba tocando los nidos,

Los musgos y las paredes del pozo…

-¡Ya mero llego, Panchito!… Está un poco
oscuro, pero llegan los rayos del Sol hasta el fondo del agua y
puedo ver que en el fondo del pozo hay un zapato, una
muñeca, y unas canicas de colores que brillan bien padre
bajo el agua clara…

-¡Sí, yo arrojé esos
objetos!…

¡No le vayas a decir a mamá,
Pepillo!

Y cuando, el cubo tocó el agua, Pepillo, se
sintió como si anduviera en un barco, en la superficie del
mar, como lo había visto y aprendido en sus libros de la
escuela.

Ahora podía meter una de sus manos en el agua,
tomó un poco de agua clara en el pequeño cuenco de
su mano… La bebió muy despacio y exclamó…
¡Está rica!

-¡Ya te voy a sacar, Pepillo!… Escuchó
como de muy lejos la voz de su amigo.

-¡Bueno!

Y empezó ahora el ascenso, sintiendo los tirones
que a intervalos de brazadas se conjugaban en el cubo de agua.
Soga, y Polea del viejo pozo.

-¿Qué te pareció,
Pepillo?

-¡Fabuloso! … Mejor que un elevador

-¡Bueno, yo sigo!

No me vayas a soltar, Pepillo… despacito…
¿Eh?

Una vez, terminado el juego del pozo…
Panchito, propuso ir a montar el becerro de la vaca
pinta.

-¿Y si me tumba?-Dijo, Pepillo-

-¡No seas gallina… ¡Está muy
fácil!

Mira, le amarro una cuerda entre la panza y el lomo y de
ahí, nos agarramos muy fuerte… ¿Qué no has
visto a los vaqueros en la Tele?

-¡Sí, los he visto, pero mi mamá me
ha dicho que no trate de imitar lo que sale en la
televisión… ¡Mejor, tú primero!

Y Pepillo… se desternillaba de risa, cuando vio
jinetear a Panchito, sobre el pequeño becerro.

-Mira, le dijo el vaquero… Cuando no brinca el
becerro, es cuando uno aprovecha para bajarse…
¡Así!

Pepillo, tuvo que aplaudir la gran
demostración de "jineteo de becerros salvajes" que
realizara Panchito… Se animó y exclamó…
¡Bueno, ahora me toca a mí!

Y con un poco de miedo, se subió al
becerro, mientras Panchito, detenía el animal salvaje que
mugía demostrando su casta brava.

-¿Listo, Pepillo…?…. ¡A la
Una, A las dos… y… A las tres!

Y… el becerro salió corriendo y reparando
alrededor de la vaca pinta… Y todo ese ajetreo le ponía
a Pepillo, los pelos de punta.

Y… Ahora, era Panchito, el que se carcajeaba del miedo
que se reflejaba en el rostro de Pepillo.

-¡Vas a ser un buen jinete!… ¡Ja, ja, ja,
ja, ja!

-¿De verdad? … Lo que creo que va a ser
difícil es la bajada de este animal… ¡Está
muy alto!

Aunque, realmente no tuvo que pensarlo mucho, ya que el
becerro, dando un gran reparo, lo arrojó de cabeza sobre
la tierra … Y salió disparado el becerro, dando alegres
mugidos como alegrándose de haberse liberado del vaquero
novato.

-¡Ya, Pepillo no es nada! … Sana…. Sana …
colita de rana.

Y… Panchito le sobaba la cabeza empolvada.

-No, no me dolió mucho, ni me sale sangre, pero
dice mi mamá que de los golpes en la cabeza resultan
problemas cuando uno es grande… ¡Pero ya ni
modo!

¡Canijo becerro… me tumbó
fuerte!

Y… rieron ambos de buena gana.

-¡Ya me voy, Panchito!

Ya es muy tarde y mi mamá me dijo que regresara a
la hora de comer para no abusar de la hospitalidad de tu
casa.

¡Adiós, Pepillo… Nos vemos, mañana
en la escuela!

-¡Ya vine mamá… y tengo mucha
hambre!

¿Me sirves por favor?

-¡Mira como vienes de empolvado… primero te me
bañas!

-¡Claro que sí, mamá!

-¿No hiciste travesuras?

¿No te caíste?

-¡Cómo crees,
mamá!

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El
reencuentro

-¡Creo que allí viene…
Francisco!

¡Sí, es él… Igualito…
panzón… chimuelo!

¡Caramba!… Recuerdo, que de verdad me echaba una
mano siempre, con las máquinas que estaban bajo mi
responsabilidad en la fábrica donde fui supervisor de
producción.

Apenas, le llevaba la orden de reparación… Y
hasta parece que sabía lo que le pasaba a la
máquina…

En dos por tres, cambiaba los engranes, bandas, piezas,
componentes eléctricos y electrónicos… ¡Y
listo!

¡Ah!… pero lo que más recuerdo fue aquel
brazo de robot que fabricamos para que cargara el metal caliente
hacia la Inyectora de aluminio:

Ya se nos había muerto un operario, en esa
operación de fundición de aluminio… resulta que
hubo una fuga de aceite que al reaccionar con el metal caliente,
explotó… Y el aluminio fundido se incrustó en el
cuerpo del obrero… El cual ya no alcanzó a llegar al
hospital… ¡Y falleció!

¡Pobre… era tan joven y dejó a su esposa
con dos pequeños!

¡Pero, ni modo!… hay mucho peligro siempre en
las factorías.

Todavía no había robots en el
país… Y los de importación salían muy
caros.

Así que nos propusimos armar nuestro propio brazo
de robot para esa sección de la planta.

¡Es muy bueno trabajar en equipo!…

Y… dimos ideas, de cómo tenía que
moverse el brazo, calculamos las distancias, del crisol hacia la
máquina, se

Calcularon tensiones y esfuerzos, resistencia de
materiales. Opinamos cuáles

Serían los componentes más apropiados que
lo moverían, como "limiswitchs, timers, microswitch",
válvulas, etc.

¡Pero el que realmente, llevó a la
práctica toda la teoría, fue Francisco!

¡Y… que funciona!

Ahora el operario, sólo tenía que oprimir
unos botones del control del robot… El rojo para carga de
aluminio, el amarrillo para que el robot metiera el efector final
dentro del crisol… Y el verde para mover el metal caliente
hasta el molde … Y el blanco para inyectar… ¡Y
listo!

Salían cuatro hermosas piezas
fundidas,

Listas para ser llevadas a la siguiente
operación.

Sin riesgo para el operario, el cual ya no tenía
que estar cerca de la máquina inyectora, ni del crisol,
sino a una cierta distancia de seguridad.

¡Hasta el operario… Se sentía realmente
orgulloso de tener un ayudante cibernético!

Y… recuerdo que hasta el Director de Planta nos
invitó a cenar a un restaurante para celebrar el buen
resultado.

-¡Que tal Francisco!… ¡Soy
Pepe!

Le extendí la mano y lo saludé.

Pero Francisco, extrañado… sólo me
miraba.

¿No me reconoces?… ¡Pero si
trabajé en la misma fábrica que
tú!

Ahora le hago al maestro… ¿Sabes?

¿Y… Tú?

Francisco, sólo habría los ojos… Y me
dijo…

-¡Este… llevo prisa… otro día nos
veremos… Adiós!

Y se fue casi corriendo.

¡Caray!… creo que ni me
reconoció.

Pero pensándolo bien… ¡Creo que no era
él!

Pero se parece tanto a Francisco.

Y con un poco de pena por haberme equivocado,
seguí caminando.

¡Caramba!… Me parece que aquella que viene
allá es Concha…

Y…

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El pollo
descabezado

El comandante Roberts, jefe de a bordo de un
transbordador espacial, recordaba las situaciones de peligro por
las que había pasado siendo niño, pero realmente no
le habían causado miedo, solamente le habían
originado una impresión de reflexión, de
análisis y de síntesis para la próxima
acción.

Era tal vez por esas características que siempre
había calificado para sus sueños de ser
astronauta.

La acción de la semana pasada, había sido
salir a 14 000 Kms. Por hora, disparado hacia arriba, para salir
de la atmósfera terrestre, en un cohete espacial que le
servía de impulsor a su nave, que lo llevaría hasta
la Estación Espacial.

Partes: 1, 2, 3
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