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Violencia familiar en el Perú



Partes: 1, 2, 3

  1. Violencia en las
    etapas de la vida
  2. Tipos de
    maltrato
  3. Violencia sexual,
    un asunto de derechos humanos
  4. Violencia familiar,
    mecanismos legales de protección
  5. Violencia familiar
    en el Perú
  6. Normatividad contra
    la violencia familiar en el Perú
  7. La mujer, victima
    de malos tratos físicos y
    psicológicos
  8. Análisis
    comparado de la legislación sobre la violencia
    familiar en la región andina
  9. Marco conceptual y
    causas de la violencia familiar
  10. Visión
    comparada de la legislación sobre violencia familiar
    en la región andina

 

En estos últimos años se ha venido dando
una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del
niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el
bienestar?, ¿acaso estos programas y leyes bastarán
para cesar los maltratos físicos y psicológicos que
se producen día a día contra ellos?

Es necesaria una protección legal, pero es
urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores
hábitos de crianza y convivencia. Aún en la
posibilidad de parecer alarmista, es menester una
reeducación en cuanto al trato familiar, el que
lamentablemente para muchos está caracterizado por la
violencia, el rechazo y la indiferencia.

Para lograr el cambio de esta situación se
requiere, en un inicio, el replanteamiento de los papeles del
padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que
éstos últimos en el futuro respondan a las
expectativas de sus progenitores. Debemos ir, entonces, en
búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente
familiar hostil y que, consecuentemente, producen una
educación errónea en nuestros
niños.

El reconocimiento de los distintos géneros de
violencia ejercida contra las mujeres ha facilitado que
éstas identifiquen las situaciones de abuso y conozcan sus
derechos.

La Declaración de la Asamblea General de las
Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, elaborada el 20 de diciembre de 1993, define
este tipo de agresiones "como todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de
tales actos, la coacción o privación arbitraria de
la libertad, tanto si se producen en la vida pública como
privada".

Es decir, la mujer maltratada es aquélla mayor de
edad que se ve sometida repetidamente a abusos por parte de un
varón con el que mantiene o ha mantenido una
relación íntima, bien sea de hecho o de derecho.
Estas agresiones van desde amenazas e insultos verbales hasta
golpes y actos homicidas.

Las campañas de concienciación han
permitido conocer que el maltrato es la mayor causa de lesiones a
las mujeres y prevalece sobre la violación callejera,
asaltos o accidentes automovilísticos.

Durante el año 2005 cerca de 23.000 mujeres
presentaron denuncias por los malos tratos recibidos de sus
compañeros y más de 42 fallecieron como
consecuencia del maltrato recibido de sus cónyuges. Estas
cifras revelan la necesidad de abordar desde un punto de vista
preventivo y educacional este problema de convivencia que, como
evidencian los datos, llega a tener consecuencias
fatales.

Violencia en las
etapas de la vida

La violencia tiene un efecto profundo sobre la mujer.
Empieza antes del nacimiento, en algunos países, con
abortos selectivos según el sexo. O al nacer, cuando los
padres desesperados por tener un hijo varón pueden matar a
sus bebés del sexo femenino. Y sigue afectando a la mujer
a lo largo de su vida. Todos los años, millones de
niñas son sometidas a la mutilación de sus
genitales. Las niñas tienen mayor probabilidad que sus
hermanos de ser violadas o agredidas sexualmente por miembros de
su familia, por personas en posiciones de poder o confianza, o
por personas ajenas. En algunos países, cuando una mujer
soltera o adolescente es violada, puede ser obligada a contraer
matrimonio con su agresor, o ser encarcelada por haber cometido
un acto "delictivo". La mujer que queda embarazada antes del
matrimonio puede ser golpeada, condenada al ostracismo o
asesinada por sus familiares, aunque el embarazo sea producto de
una violación.

Después del matrimonio, el riesgo mayor de
violencia para la mujer sigue habitando en su propio hogar, donde
su esposo y, a veces la familia política, puede agredirla,
violarla o matarla. Cuando la mujer queda embarazada, envejece o
padece discapacidad mental o física, es más
vulnerable al ataque.

  • Violencia Doméstica.- La violencia
    psicológica y física con el cónyuge, el
    maltrato infantil y el abuso de los niños. La
    violencia doméstica es un mal social que deriva en
    gran parte de los mitos que rodean a los roles femenino y
    masculino aprendidos desde la infancia: El hombre es el
    fuerte, el que domina, el jefe de familia, el que no llora ni
    muestra sus emociones. La mujer es atenta, obediente,
    sacrificada, da todo por los demás, sigue a su marido
    "hasta que la muerte los separe".

La Violencia Doméstica es la práctica de
una serie de tácticas coercitivas que los abusadores usan
para obtener y mantener control y el poder sobre su pareja.
Según las indicaciones del Estatuto de la Florida 741.28,
violencia doméstica se refiere a cualquier ataque, ataque
agravado, agresión agravada, agresión sexual,
acechar y seguir, asechamiento agravado, secuestro y
encarcelamiento falso, o cualquier ofensa criminal que resulte en
daño físico o muerte de una persona de la familia o
de una persona que resida con la familia, por otra persona que
también reside o residía en la misma casa
particular. Esto incluye hechos como: Abuso físico
(Empujar, dar bofetadas, patear, dar puñetazos, tratar de
estrangular, y pegar); Abuso verbal y emocional (Amenazas,
intimidación verbal, acechar el paso, actuar sin
controlarse la rabia).

  • Violencia Cotidiana.- Es la que venimos
    sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por
    el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato
    en el transporte público, la larga espera para ser
    atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes
    al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y
    accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha
    cuyo escenario se convierte en una selva urbana. Existen, de
    acuerdo con J. Alemán y, además de un mecanismo
    económico, otros de carácter biológico
    psicológico y cultural que caracterizan la violencia
    cotidiana en el marco del sistema neoliberal
    actual.

  • A. El llamado mecanismo biológico,
    consiste en la deshumanización, que cataloga al "otro"
    como un "no ser humano". El objetivo es que "El otro", como
    persona integral deje de ser importante para mí como
    ya lo es para el sistema económico. Y es que,
    parodiando a Primo Levy "un ser deshumanizado y un sistema
    inhumano difunden y extienden su inhumanidad en todas
    direcciones y especialmente hacia abajo" (cfr. Primo Levy:
    los hundidos y los salvados). De esta manera se construye un
    individuo des-actualizado, des-relacionado. Des-referenciado.
    Martín Buber escribía en su célebre
    "yo-tu" que los seres verdaderos son vividos en la
    actualidad, mientras los objetos lo son en el pasado, la
    "actualidad" implica siempre relación y esa es la
    manera de encontrarse. La deshumanización implica por
    el contrario des-actualización con el otro "mi
    próximo" y por tanto su "objetualización". Una
    vez que he objetualizado al otro, que lo he deshumanizado, se
    abre la veda para la violencia;

  • B. Un mecanismo psicológico referido a
    la incapacidad para procesar adecuadamente la capacidad de
    amar y valer, bien por exceso, bien por defecto. Tanto en un
    caso como en otro caso se genera violencia. Los referentes de
    persona triunfadora que presenta el modelo actual, favorecen
    un individualismo hobbesiano, y una competitividad feroz que
    acaba destruyendo redes afectivas, generando
    frustración y ansiedad permanentes y convirtiendo a
    los vecinos en desconocidos, y a compañeros de trabajo
    en contrincantes.

  • Violencia Política.- Es aquella que
    surge de los grupos organizados ya sea que estén en el
    poder o no. El estilo tradicional del ejercicio
    político, la indiferencia del ciudadano común
    ante los acontecimientos del país, la no
    participación en las decisiones, así como la
    existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas
    instituciones y las prácticas de Nepotismo
    institucional. También la violencia producida por la
    respuesta de los grupos alzados en armas.

No se puede entender el problema de la violencia
política sin conceptuar a la política como la
organización y aplicación sistemática de
determinadas relaciones de poder, como la articulación de
un conjunto de medios para la consecución y la
preservación de éste. La política organiza
el poder, le otorga forma estatal y viabiliza un proyecto
socio-económico de clase. En este marco, la violencia es
parte activa de la estructura social, no es sólo un
instrumento o medio de lucha, sino sobre todo un modo de
conflicto.

El surgimiento de la violencia política
está estrechamente vinculado al desarrollo de la propiedad
privada, y es sólo en el transcurso de la
consolidación histórica de ésta, que la
violencia se transforma en manifestación específica
de poder social. En otras palabras, posee una base material
concreta y no es una constante histórica, por lo tanto es
factible su desaparición en una fase superior del
desarrollo humano, cuando sea eliminado todo tipo de
explotación pues -como señalara Engels- "el poder,
la violencia, no es más que el medio, mientras que la
ventaja económica es el fin".

Cuando la ventaja económica, la ganancia, deje de
ser la principal motivación de la producción
material, cuando el fin de la actividad económica sea la
satisfacción de las necesidades del hombre, y no el mero
lucro, allí se crearán las condiciones
básicas para la extinción definitiva de la
violencia política.

  • Violencia Socio-económica.- Que es
    reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes
    grupos de la población: desempleo, subempleo,
    informalidad; todo esto básicamente reflejado en la
    falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la
    educación y la salud. Además está la
    violencia "socio-económica o estructural", que
    constantemente provoca violencia en quienes la padecen y la
    desahogan sobre las personas vulnerables más cercanas,
    física y emocionalmente, como las esposas e hijos.
    Esta violencia es generada por el desempleo, el alto costo de
    la manutención y la vivienda familiar; la angustia por
    la creciente inseguridad, agresión y temor de la
    delincuencia; los insoportables niveles de ruido,
    insalubridad y contaminación ecológica, etc.
    Violencia socio-económica que es reforzada con las
    formas burdas y sutiles de machismo, violencia y sexismo
    frenético, que constantemente trasmiten los medios
    audiovisuales. En una sociedad así, que genera y
    cohonesta tanta violencia, ¿pueden sus miembros ser no
    violentos? Ante ello, urge difundir programas eficaces de
    cooperación entre el Estado y sectores privados, que
    ataquen la violencia por todos los flancos.

  • Violencia Cultural.- La existencia de un
    Perú oficial y un Perú profundo (comunidades
    nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de
    identidad nacional y facilitan estilos de vida poco
    saludables. Llegados aquí cabe preguntarse qué
    es lo que hace que la pobreza se mantenga e incluso se
    acepte. Hay razones de funcionalidad -sirve para mantener los
    sistemas sociales en que se da- y estructurales -forma parte
    de la estructura de poder que se autorreproduce-, pero
    también ideológicas o culturales. De hecho,
    todas las sociedades producen explicaciones de la existencia
    de la pobreza que guardan relación directa con (o
    incluso forman parte de) las diferentes formas que adopta la
    violencia cultural.

  • Violencia Delincuencial.- Robo, estafa,
    narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios
    ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma
    de conducta individual u organizada que rompe las reglas
    sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no
    ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el
    modelo que les vende la sociedad, el éxito
    fácil. Pero ser un profesional idóneo o un
    técnico calificado requiere de esfuerzo y
    preparación. Requiere desarrollar recursos internos y
    metas. Los jóvenes de nuestro país tienen
    oportunidades de orientación y canalización de
    sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la
    escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos.
    Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin
    horizontes pueden cambiar.

En la actual situación de violencia
delincuencial, en Perú, lo relevante no es el incremento
de las tasas sino el aumento de la letalidad de las agresiones.
Lo cual se expresa en el aumento de los homicidios y de los robos
a mano armada. Tal reforzamiento del contenido violento de la
delincuencia se produce en un contexto en el cual el Estado
muestra su mayor ineficiencia; tanto en lo atinente al aparato
policial (incapacidad para atender las denuncias, procesarlas y
capturar a los delincuentes), como al sistema judicial (lentitud
y negligencia en la imposición de las penas).

La impunidad propicia que la sociedad se llene de miedo
y que la percepción del peligro condicione la vida
cotidiana. El estado anímico provocado conduce a la
privatización e informalización de la
protección, a través de la utilización de
diferentes estrategias, entre las cuales destacan el cierre de
los espacios residenciales – amurallamiento –, la
contratación de vigilantes y, en el caso extremo, la
afiliación a organizaciones ilegales que ofrecen seguridad
de personas y bienes.

Estas modalidades de protección no pueden ser
estudiadas dentro de la concepción clásica del
control social; porque no están referidas a una
política que toma la prevención en función
del ejercicio de un control socializador, en el cual el individuo
desviado es considerado como el objetivo principal de la
intervención. Más bien, se refieren a la
expectativa de la disminución del riesgo de que
situaciones relacionadas con la violencia delincuencial afecten
la vida privada.

Tipos de
maltrato

La violencia existe, esto es una verdad innegable, el
ser humano tiene dentro de sí el impulso que lo lleva a
desear el poder y el control de su medio ambiente social y
natural. Cuando ambas tendencias se conjugan el hombre y la mujer
actúan imponiendo la ley del más fuerte. Esto nos
ha llevado al exterminio de animales, plantas, medio ambientes y
civilizaciones humanas completas.

Sin embargo cuando es capaz de sublimar estos impulsos,
los logros son espectaculares, la violencia se torna en un
impulso creador capaz de inventarlo todo, y el deseo de poder y
control en una capacidad de inventiva.

Dentro del núcleo familiar, base de la sociedad,
se dan estos mismos fenómenos en torno a las relaciones
interpersonales, tanto entre los diferentes estratos de edades
como entre los sexuales, dependientes de la familia de origen,
etc. Una de las tareas fundamentales de la familia es la
educación y crianza de los hijos. La forma en la que se ha
dado esta educación y en la que se aplica la disciplina ha
variado enormemente a lo largo de la historia humana, no es
difícil imaginar al hombre prehistórico golpeando o
mordiendo a su hijo, tal y como lo hace el lobo con su
cría cuando le enseña una
lección.

Conforme evoluciona la civilización, la
conceptualización de la disciplina y la educación
se mueven con ella, los ejemplos son extremos, en la antigua
Roma, cuna de las leyes y de la civilización occidental se
consideraba a los niños propiedad absoluta de los padres
pudiendo estos disponer incluso de sus vidas; contrastemos esto
con la actual legislación Sueca donde el golpear a un
niño conlleva consecuencias jurídicas. Desde luego
en ambos ejemplos y en todas las sociedades la manera de aplicar
la disciplina varia de familia en familia, e incluso entre padre
y madre.

Definamos pues el maltrato, físico primero,
emocional después y finalmente la disciplina.

La característica fundamental del maltrato
físico es el uso de la violencia, propositiva, repetitiva
y cuya finalidad es causar dolor, generalmente producida como
consecuencia de una conducta negativa, real o imaginaria, que ha
cometido un niño, y que tiene como finalidad ultima la
modificación de la conducta que el adulto considera nociva
y perjudicial, ya sea para el niño, el adulto o la
sociedad.

El maltrato emocional es más sutil, pero no menos
doloroso, su característica principal es provocar malestar
(dolor) emocional, existen dos modalidades fundamentales, la
activa, que humilla y degrada al niño produciéndole
sentimientos de desesperanza, inseguridad, y pobre autoestima,
esta se manifiesta por insultos o apodos desagradables,
nuevamente en la mayoría de los casos la finalidad
manifiesta es "motivar" al niño a que modifique una
conducta indeseable.

La segunda modalidad es la pasiva, es el desamor, la
indiferencia el desinterés por el niño, esta, aun
que poco reconocida como maltrato, puede, en los primeros
días de vida provocar hasta la muerte por una
patología llamada depresión
analítica.

La disciplina se conceptualizara como las reglas y
normas, así como las consecuencias que tendrá la
violación de estas, estas varían de familia en
familia y en lo general están impuestas por la sociedad en
donde está inserta esta familia, el fin último de
la disciplina es formar seres humanos adaptados, funcionales y
felices, capaces de enfrentarse con éxito a la vida y a la
sociedad que le rodea; este fin es evidentemente incompatible con
el maltrato físico y emocional, por lo tanto podemos
concluir que la disciplina es incompatible con el
maltrato.

Maltrato Físico

Se ejerce mediante la fuerza física en forma de
golpes, empujones, patadas y lesiones provocadas con diversos
objetos o armas. Puede ser cotidiana o cíclica, en la que
se combinan momentos de violencia física con periodos de
tranquilidad. En ocasiones suele terminar en suicidio u
homicidio. El maltrato físico se detecta por la presencia
de magulladuras, heridas, quemaduras, moratones, fracturas,
dislocaciones, cortes, pinchazos, lesiones internas, asfixia o
ahogamientos.

  • Lesiones físicas graves: fracturas de huesos,
    hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento,
    hematomas subdurales, etc.

  • Lesiones físicas menores o sin lesiones: No
    requieren atención médica y no ponen en peligro
    la salud física del menor.

Maltrato Emocional

Los factores que influyen en el abuso psicológico
son muy variados: emocionales, económicos, sociales, etc.
La mujer se ve dominada por el varón, quien la humilla en
la intimidad y públicamente, limita su libertad de
movimiento y la disposición de los bienes comunes. Resulta
complicado detectar este tipo de abuso, aunque se evidencia a
largo plazo en las secuelas psicológicas. En este caso la
violencia se ejerce mediante insultos, vejaciones, crueldad
mental, gritos, desprecio, intolerancia, humillación en
público, castigos o amenazas de abandono. Conduce
sistemáticamente a la depresión y, en ocasiones, al
suicidio.

La gravedad de estos abusos varía en virtud del
grado de violencia ejercida sobre la mujer y normalmente se
combinan varios tipos de abuso, ya que dentro del maltrato
físico siempre hay un maltrato psicológico.
Según indica la psicóloga Alejandra Favieres, del
Servicio de Atención a la Mujer en Crisis, de los
Servicios Sociales de la Mancomunidad de los Pinares, en Madrid,
el maltrato psicológico es peor que el maltrato
físico.

"Evidentemente, el maltrato físico severo puede
dejar secuelas muy graves, como rotura de bazo o pérdida
de audición, pero las secuelas psicológicas son las
que más perduran. Es difícil que la mujer
identifique el maltrato psicológico cuando éste es
muy sutil", explica Favieres.

  • Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres
    rechazan las expresiones espontáneas del niño,
    sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no
    lo incluyen en las actividades familiares.

  • Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo
    extremo o con un siniestro, creando en él una
    sensación de constante amenaza.

  • Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de
    los padres para con el niño. El padre está
    preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a
    las conductas del niño.

  • Aislar al menor: Privar al niño de las
    oportunidades para establecer relaciones sociales.

  • Someter al niño a un medio donde prevalece la
    corrupción: Impedir la normal integración del
    niño, reforzando pautas de conductas
    antisociales.

Maltrato por Negligencia

Este maltrato supone la no atención de las
necesidades básicas del niño, como podría
ser: alimentación, higiene, seguridad física,
aprendizaje del lenguaje y desarrollo de la locomoción,
entre otros.

Se priva al niño de los cuidados básicos,
aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación,
alimentación, protección, etc. Es privar a los
niños o niñas de los elementos básicos
necesarios para garantizar su desarrollo armónico e
integral: es decir, de alimentación, educación,
salud, cuidado, afecto, entre otros.

Violencia sexual,
un asunto de derechos humanos

La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida
de miles de niños y niñas en el Perú, siendo
la violación y el abuso sexual que se cometen contra este
vulnerable sector de la población, una de sus
manifestaciones más dramáticas y extremas. La
violación y el abuso sexual afectan una pluralidad de
derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la
integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su
dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de
las víctimas.

Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han
sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su
trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un
problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas
percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de
segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo
políticamente y tolerándolo; de modo que la
mayoría de violaciones se mantienen en la
impunidad.

Asimismo, los distintos sectores sociales en el
Perú, al abordar el problema de los derechos humanos, no
conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que
afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como
un asunto de naturaleza puramente sexual. Se diferencian
así de la comunidad internacional, para lo cual la
violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y
constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y
es un obstáculo para el desarrollo.

Son múltiples los factores que contribuyen a
producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro
juicio, la socialización, que forma individuos con roles
diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en
posiciones de subordinación a las mujeres y de
dominación a los varones, adjudicándoles valores
distintos.

Al respecto, David Finkelhor sostiene que la
victimización sexual probablemente es tan común en
nuestras sociedades debido al grado de supremacía
masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo
de calidad dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para
mantener este control, los hombres necesitan un vehículo
por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden
y socializada dentro de una categoría subordinada. La
victimización sexual y su amenaza son útiles para
mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso
comienza en la infancia con la victimización de la
niña.

Factor importante que actúa en la
reproducción social de este fenómeno es
también el derecho legitimado que los padres y tutores
tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual
como medio eficaz de control y socialización. Se produce
así una internalización y aprendizaje de estas
conductas, las cuales se repetirán más adelante,
garantizándose su permanencia. Otro elemento, no menos
significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida
por los medios de comunicación, que difunden
imágenes y mensajes cargados de sexo,
discriminación y muerte, invadiendo y agobiando
permanentemente a personas de todos los sectores
sociales.

Dimensiones de la violencia sexual contra
niños y niñas

Las características de las agresiones sexuales
perpetradas contra los niños hacen prácticamente
imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro
lado, no existen investigaciones científicas oficiales que
permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen registros
rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que
proporcionen información cuantitativa adecuada.

Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los
obstáculos que se presentan en la administración de
justicia contra quienes deciden denunciar la legislación
inapropiada que no recoge las distintas modalidades de
agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden
acercarnos a una dimensión más realista de este
fenómeno social.

Los casos registrados, que corresponden sólo a
algunos denunciados, significarían apenas la punta del
iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y
todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y
niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que
la mayoría de violaciones no se pone en conocimiento de
las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad
oculta.

Consecuencias de la violación y el abuso
sexual

En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a
nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales
perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo
interno, destructivos en la vida de la niña o niño.
Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la
víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas,
problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e
irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la
muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren
intervención profesional inmediata.

Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para
el Estudio de la Violencia Familiar de la Universidad de New
Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una
muestra de 796 estudiantes de colegio, encontró problemas
de sexualidad y bajos niveles de autoestima en aquellos
participantes que habían sido victimizados sexualmente
durante su niñez.

El Dr. Nahman Greenberg, psiquiatra e investigador de la
Escuela de Medicina de Illinois y Director de la Unidad de
Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La
epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la
existencia de un alto riesgo de trauma mental para las
niñas y los niños que han sido envueltos por
adultos en actividades sexuales.

En la práctica clínica con jóvenes
y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su
niñez, se han encontrado:

  • Dosis internas de emociones, como desesperanza,
    minusvalía, vergüenza, culpa e ira,
    acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas.
    La víctima siente terror al identificarla y en algunos
    casos invierte dosis inmensas de energía en
    reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa,
    los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos
    con otras personas, mientras que las mujeres tienden a
    dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose
    frecuentemente en comportamientos autodestructivos,
    mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y
    realizando intentos de suicidio.

  • Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece
    grandemente el proceso de terapia.

  • Poca habilidad para establecer relaciones con
    pares.

  • Desbalance en las relaciones que se establece, en
    las que tiende a ocupar una posición inferior. Es
    común que la mujer abusada sexualmente en su
    niñez se convierta en esposa maltratada.

Violencia
familiar, mecanismos legales de
protección

La conveniencia de regular jurídicamente la
violencia familiar se fundamenta en la necesidad de encontrar
mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los
integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos,
insultos, humillaciones y agresiones sexuales que se producen en
el ámbito de las relaciones familiares.

Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia
familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son
éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con
mayor frecuencia. De este modo, la casa constituye un espacio de
alto riesgo para la integridad de mujeres y niños,
derivándose de ahí precisamente la
denominación de violencia doméstica o
familiar.

La violencia en la familia no es igual a la que se
presenta en la calle ni entre personas desconocidas. Ocurre en
donde debería ser el lugar más seguro: nuestra
propia casa. Esta violencia se ha convertido en un problema
social.

La violencia familiar sucede cuando alguno de sus
integrantes abusa de su autoridad, su fuerza o su poder. Maltrata
a las personas más cercanas: esposa, esposo, hijos, hijas,
padres, madres, ancianos, u otras personas que formen parte de la
familia. Es una forma de cobardía.

Esta violencia se manifiesta en diferentes grados que
pueden ir desde coscorrones, pellizcos, gritos, golpes,
humillaciones, burlas, castigos y silencios, hasta abusos
sexuales, violaciones, privación de la libertad y, en los
casos más extremos, lesiones mortales.

El maltrato se puede presentar entre los distintos
integrantes de la familia, y en ningún caso se justifica.
La violencia más común es contra las mujeres, los
menores, los ancianos y las personas con alguna discapacidad. El
que una persona dependa económica, moral y emocionalmente
de otra en ocasiones facilita que esta última abuse de su
autoridad.

Manifestaciones más frecuentes de violencia
intrafamiliar

  • 1. El maltrato físico. Su
    explicación es obvia; se refiere a todas aquellas
    acciones violentas que dañan la integridad
    física de las personas. Por lo general, es un maltrato
    visible. Puede afirmarse que fue el tipo de maltrato que
    propició todo este proceso de búsqueda de
    respuestas legales, por tratarse de la agresión
    más evidente.

  • 2. El maltrato psicológico. Que se
    refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen por
    objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la
    dignidad de cualquier persona. Esta es una
    manifestación de violencia mucho más
    difícil de demostrar, sobre todo en los casos en que
    se produce en el interior de un grupo familiar.

  • 3. La violencia sexual. Que es toda
    manifestación de abuso de poder en la esfera de la
    vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no
    como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas
    manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra
    legislación penal. Pueden ir desde imposiciones al
    nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos
    últimos supuestos son considerados por nuestra ley
    como delitos de violación.

Contra la Violencia Familiar

A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que
establece la política de Estado y de la sociedad frente a
la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso
complementario al Código de los Niños y
Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los
de maltrato físico y psicológico entre
cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado
hijos en común, aunque no convivan, y de padres o tutores
a menores de edad bajo su responsabilidad.

Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida
básicamente como una ley de protección a las
mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances
protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son
afectados por estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y
a las niñas y niños.

En este sentido, constituye un recurso que creemos puede
ser utilizado y redimensionado para proteger a los niños y
niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene
como objetivo fundamental comprometer al Estado en la
erradicación de la violencia familiar. Está
destinada a prevenir y proteger a las personas que son
víctimas de violencia en el ámbito de sus
relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas
en diversos niveles, siendo las más urgentes de
atención:

  • 1. Las acciones educativo-preventivas:
    Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar y
    extraescolar en la enseñanza de valores éticos
    y humanos, de relaciones humanas igualitarias para,
    precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las
    relaciones de jerarquía que ubican a unas personas en
    desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante
    de la violencia en el interior de la familia.

  • 2. Las acciones organizativas: La Ley
    26260 se plantea entre sus objetivos promover la
    participación de la comunidad en la prevención
    y denuncia de maltratos producidos dentro de la familia. La
    idea es que la organización comunal pueda participar
    en el control y seguimiento de las medidas que los jueces
    adopten frente a casos de violencia familiar.

  • 3. Instalación de servicios: Esta
    Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios
    especializados. En ellos se ubican las delegaciones
    policiales para menores, las delegaciones para mujeres, e
    igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que
    existen con personal especializado para atender problemas de
    violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de
    crear hogares temporales de refugio para víctimas de
    violencia a nivel de los gobiernos locales. Un aspecto
    importante que ofrece esta Ley, y que antes no había
    sido considerado en ninguna otra norma, es que se puedan
    diseñar programas de tratamiento a los agresores para
    evitar, precisamente, que el maltrato continúe y se
    multiplique.

  • 4. Acciones de capacitación:
    Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen
    uno de los componentes del sistema jurídico:
    policías, jueces y fiscales.

  • 5. Acciones legales: Esta Ley ofrece
    mecanismos de carácter sumarísimo. Esto
    significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto
    directo de la autoridad con la víctima. Es un
    procedimiento, en principio, que no debería ser
    obstaculizado por ningún tipo de formalismos.
    Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este
    aspecto con el componente cultural señalado
    originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han
    estado acostumbrados a aplicarse este tipo de
    legislación.

Violencia
familiar en el Perú

"Según la ley sobre la política del Estado
Peruano, constituyen manifestaciones de violencia familiar los
actos de maltrato físico y psicológico, entre
cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado
hijos en común, aunque no convivan y, de padres o tutores
a menores bajo su responsabilidad".

La violencia familiar, como agresión
física y psicológica lleva
implícita   una elaboración dentro de una
estructura de poder que se refleja en las relaciones
interpersonales de los miembros; es una práctica
consciente, orientada, elaborada, aprendida y legitimada por
quienes se sienten con más poder que otras, con más
derechos que otros de intimidar y controlar. En suma, es un
patrón aprendido de generación en
generación.

Toda violencia familiar constituye violación a
los Derechos humanos y libertades individuales y colectivas y por
consiguiente un obstáculo para el desarrollo de sus
integrantes y del grupo familiar. Existen 2 niveles desde los
cuales se configura la violencia familiar: Producida desde
espacios externos a la familia y a partir del espacio interior de
los mismos.

  • i. En el Perú, la violencia familiar
    desde espacios externos se explica desde su herencia colonial
    e histórica irresuelta, que se viene arrastrando pese
    a que la sociedad ha cambiado enormemente. "Es sobre este
    piso sobre el cual tenemos que leer la dramaticidad del
    problema de la violencia, la omnipresencia de la violencia en
    el Perú."

Nuestra sociedad peruana está estructurada sobre
violencia que la historia ha registrado constantemente, por
ejemplo: La violencia política creada por el Estado
(ejército) de una parte y los grupos alzados en armas por
otro que dejaron no apenas poblaciones enteras en riesgo de
seguridad, agudizando la situación de pobreza, dado que
los costos sociales que generaron todavía son, en pleno
2000, difícil de superar.  

De manera que la violencia familiar desde espacios
externos, se vincula de lo micro social (vida cotidiana) con el
terreno de lo macro (violencia estructural); cumpliendo la
familia un rol protagónico como núcleo productor de
la violencia interviniendo en la gestación, reforzamiento
y acumulación de formas diversificadas de ésta. No
se puede decir sin embargo, que la violencia familiar se origina
exclusivamente en la familia o únicamente en la sociedad,
sino que es un proceso de mutua generación e
interrelación.

  • ii. La violencia familiar que se desarrolla en
    el espacio interior de la familia, comprende una
    dinámica de 3 etapas, constituyéndose en un
    círculo vicioso:

  • a) Se va creando tensiones entre víctima
    y victimario. Empieza por el abuso psicológico; en la
    medida que los insultos o los desprecios van creciendo, luego
    viene la explosión de rabia y la víctima es
    golpeada. La primera fase es un abuso psicológico que
    termina en una explosión de abuso físico:
    Heridas y golpes.

  • b) El periodo de reconciliación, el
    agresor(a) pedirá perdón. Se disculpa, hace
    todo lo que puede para convencerlo, le dirá que le ama
    verdaderamente, etc. Esta conducta "cariñosa" completa
    la victimización.

  • c) Etapa de ambivalencia. La víctima no
    sabe qué hacer, se dice a sí mismo: "Sí,
    me golpeó, pero por otra parte es cariñoso…
    pasa el tiempo y da la vuelta a la primera fase; completando
    la figura del círculo.

En nuestro país, la población infantil y
del adulto mayor, aún es víctima frecuente de
violencia por no ser considerados como protagonistas activos de
la vida familiar.

Los adolescentes en el Perú también son
víctimas de violencia entre otras causas, porque esta
etapa todavía es difícil de afrontar por la familia
y por la misma naturaleza de ésta. Para tener idea de las
causas principales de la violencia familiar en el Perú
son:

  • Raíces culturales e
    históricas.

  • Medios de comunicación.

  • Consumo de drogas.

  • Incompatibilidad de caracteres.

  • Ausencia de comunicación asertiva, y
    precarias relaciones humanas.

  • Dependencia económica de la víctima,
    etc.

No es apenas la mujer, los niños los adolescentes
y del adulto mayor víctimas de violencia, también
lo son, en buena medida, los varones que por factores ampliamente
conocidas (estructura patriarcal) no se dan a conocer, asimismo
no existen estudios que den cuenta de la dimensión de la
misma.

"Frecuentemente, la política social en el
Perú toma una postura de LAISSEZ FAIRE, en relación
con las organizaciones sociales preexistentes. Esto es visible
especialmente en ámbitos tales como la familia y la
comunidad local, donde el Estado se contenta la mayor parte de
veces con dejar que cada una de estas instancias cuide de los
suyos". Así que las reinterpretaciones, desde la
cotidianeidad de los beneficiarios no necesariamente son tomadas
en cuenta en el proceso de definición de las
Políticas Sociales.

"Frente a las manifestaciones de violencia, la respuesta
que ofrece nuestro sistema legal resulta bastante limitado. A lo
largo de nuestra historia legislativa, la reacción estatal
a este problema se ha focalizado en el agravamiento de pena para
el agresor". No obstante, de la década de los 90s para
adelante se vienen realizando esfuerzos importantes de parte de
parte del Estado y de la sociedad civil por enfrentar el problema
de la violencia familiar.

Partes: 1, 2, 3

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