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El colapso de las creencias



  1. Nuestro mundo es
    simbólico
  2. Fundamentalistas y
    revolucionarios
  3. Objetivismo y
    constructivismo
  4. Construcción
    social de la realidad
  5. Colapso de
    creencias
  6. Estrategias
  7. Teatralidad
    política
  8. Procesos de
    transición social
  9. Sociedades
    premodernas
  10. Forzados a ser
    libres
  11. Ruptura de
    antiguas formas de creencias
  12. Consumidores de
    realidades
  13. Fuente

Walter Truett Anderson (1930 – ),
científico político y futurista estadounidense, y
autor de libros numerosos.

Nuestro mundo es
simbólico

Símbolo es una representación convencional
de algo. Símbolos son nuestras palabras e imágenes.
Los seres humanos estamos inmersos en un mar de
símbolos.

A través de símbolos reconocemos nuestros
amores y odios, éxitos y fracasos, estatus e identidad y
nuestra orientación hacia el mundo. A través de
ideas, imágenes y palabras acuñadas por la cultura
canalizamos nuestros impulsos primarios, como el sexo.

A pesar de la etapa avanzada de la evolución en
que nos encontramos, las personas ignoramos mucho de este medio
simbólico. Todavía no hemos aprendido a
desenvolvernos ni reconocemos estar inmersos en él. En
forma reiterada creamos sistemas de significados
simbólicos como religiones, ideologías,
políticas y teorías científicas, pero luego
olvidamos que fuimos nosotros quienes los creamos y los
confundimos con la misteriosa realidad no humana que intentaban
explicar.

Construimos nuestro interior y alrededor con
símbolos, pero luego somos incapaces de reconocer el
límite entre símbolo y realidad humana. Hacemos el
mapa y luego lo confundimos con el territorio. Durante siglos
muchos de los científicos más capaces han intentado
comprender la naturaleza de este mundo simbólico y
concientizarnos de que vivimos dentro de él, de mostrarnos
sus límites y posibilidades.

Fundamentalistas
y revolucionarios

Hasta hace apenas dos siglos, las sociedades
increíblemente solo reconocían una única
realidad oficial y destruían todo lo que se opusiera a
ellas. Cualquiera que sugiriera, que podía existir otra
versión de la realidad, distinta de la oficial, era
condenado a muerte. Hoy en día los fundamentalistas de
todo tipo aún no aceptan postulados alternativos a los que
profesan. Afirman que aquellos ponen en peligro la sociedad.
Creen que no pueden existir orden social, si todos los
integrantes de la sociedad no aceptan algunas cosa como ciertas
por mandato divino. Sin embargo no se han puesto de acuerdo sobre
cuáles son esas verdades que podrían salvar sus
sistemas tambaleantes de valores y creencias, y
desafortunadamente les resulta casi imposible llegar a este
consenso.

Entre los pensadores contemporáneos hay a la vez
conservadores y revolucionarios. Sin embargo los antiguos
sistemas conservadores yacen en ruinas a nuestro alrededor. A los
revolucionarios apenas podemos llamarlos de esta manera, porque
la vieja teoría que equiparaba las creencias humanas con
la realidad cósmica ha perdido casi toda su vigencia. La
realidad social ha cambiado de rumbo y mucha gente está
haciendo algo al respecto. La noticia ha ganado las calles pero
la importancia del cambio aún no ha logrado imponerse en
la conciencia pública.

Objetivismo y
constructivismo

Aunque la mayor parte de los occidentales oscilamos
entre las ideas de estos movimientos filosóficos, algunos
no sabemos con claridad lo que ellos significan.

Nuestra experiencia cotidiana suele ser objetivista, es
decir, regida por lo que los filósofos llaman realismo
ingenuo, o sea, creer que el mundo es tal como lo percibimos.
Pero al reflexionar, nuestro punto de vista se vuelve
constructivista y afirmamos entonces que todo es relativo, que el
tiempo, el espacio, y la identidad personal son ideas subjetivas,
o sea, personales.

Objetivo es lo relativo a lo objeto, al mundo externo.
Subjetivo es relativo al sujeto, a la persona
pensante.

Objetivistas son quienes consideran que la mente humana
refleja con cierta precisión la realidad
externa.

Constructivistas son quienes sostienen que el mundo real
es una creación social en permanente cambio. Aseguran: Que
es imposible ver la realidad como la vería cualquier dios,
cosa que nunca podremos hacer. Que vivimos en un mundo
simbólico, una realidad social construida por muchas
personas en forma conjunta, pero que lo experimentamos como un
mundo real. Que grupos de personas distintas construyen historias
e idiomas distintos, o sea formas distintas de experimentar la
realidad. Que la tierra no es un mundo simbólico, sino
otro de realidades múltiples, y que por lo tanto las
personas tienen opiniones políticas, creencias religiosas
e ideas diferentes sobre cuestiones básicas como la
identidad personal, el tiempo y el espacio.

Que estas diferencias: Influyen sobre casi todas las
disciplinas y órdenes de nuestra vida. Que se presentan
como un fenómeno que ha invadido la vida cultural e
intelectual, y se refleja en oposiciones o contrastes entre
opuestos como: objetivismo y relativismo, racionalidad e
irracionalidad, objetividad y subjetividad, realismo y
antirealismo, absolutismo y relativismo.

La controversia generada por estos opuestos ha sido muy
conveniente y se ha definido como la oposición cultural
más importante de nuestra época. El malestar que
generan las oposiciones y controversias contribuye a explicar las
diferencias que hay entre las concepciones de los mundos del
pasado, del presente y del futuro.

Construcción social de la
realidad

Para poder ser consecuentes con la construcción
social de la realidad debemos respondernos las siguientes
preguntas: ¿Cómo crearon las sociedades las
realidades y cómo las mantuvieron vivas en el pasado?.
¿Cómo funcionan los mecanismos de creación
de una realidad?. ¿Cómo crean nuevas realidades las
escenas políticas y culturales?. ¿Cuáles son
los hechos salientes de la historia de la construcción
social de realidades en las civilizaciones occidental y
oriental?. ¿Qué aportan a la construcción
social de una realidad: La sociología del conocimiento, la
ciencia cognitiva y la teoría crítica como conjunto
de reflexiones?. ¿Los científicos cognitivos
exploradores del cerebro y de la mente los científicos
constructivistas?.

Colapso de
creencias

En el mundo actual contamos aún con sistemas de
creencias de mundos anteriores, pero aceptamos de forma creciente
que todos estos sistemas y también las ideas sobre la
realidad humana han sido construidos por la sociedad. Esta
historia de historias y creencias de creencias se
convertirá para la mayoría de las personas,
después de un tiempo muy corto, en uno de los ejes
centrales de la concepción del mundo, en el núcleo
de la civilización universal.

Por ahora es una semilla de descontento que tiñe
nuestra vida cotidiana de zozobra y ansiedad. Nos hace
vulnerables a tiranos y cultos. Sacude nuestra fe religiosa.
Divide a las sociedades en grupos que luchan entre sí.
Protagoniza un tipo de conflicto ideológico extraño
y poco familiar. No es un conflicto entre creencias, sino un
conflicto sobre la misma creencia.

El sostén de la política había sido
la construcción y el mantenimiento de una realidad social.
Las cuestiones profundas que involucra la naturaleza humana se
dejaban en manos de los filósofos. La mayoría de
conflictos surgían entre creencias diferentes, donde cada
una decía, poseer la verdad. Cada creencia presumía
poseer la verdad, una verdad establecida mas allá de las
conjeturas humanas. Una fe contra otra, capitalismo contra
comunismo, ciencia contra religión.

Hemos pasado de un mundo con sistemas de creencias
múltiples y conflictivas a otro en que grupos distintos
discuten acerca de la misma creencia. Asistimos al nacimiento
doloroso de una cultura basada en un sentido de la realidad
social diferente. Aceptamos: Que a los niños se les debe
enseñar a razonar, y no a aceptar sin cuestionamientos
algunos valores y creencias. Que debemos abandonar principios
políticos tradicionales a favor de una mayor flexibilidad.
Reconocemos como opositoras a las personas que no están
abiertas al dialogo. Los fundamentalistas se asustan ante el
desgaste que ha sufrido la vieja visión de la realidad,
ante la creencia, cada vez más generalizada, de que la
verdad es relativa.

La mayoría de las personas en la sociedad
occidental tienen una visión de una realidad más
relativista. Sin embargo algunos deambulan por un liberalismo
bonachón, no tienen un concepto claro de la verdad y
piensan que todos los problemas del mundo se desvanecerán
con un poco de tolerancia. Además la nueva visión
del mundo no está del todo formada, no reconoce aún
sus puntos débiles y fuertes. No sabemos cómo vivir
en un mundo de realidades socialmente construidas, y se nos hace
cada vez más difícil vivir en cualquier otro
mundo.

Estrategias

Las estrategias conservadoras de reconstruir el consenso
y reimplantar en la mente de las personas un núcleo de
valores y creencias estandarizado está fracasado. Las
campañas destinadas a que la gente elija un sistema de
valores y creencias particular, suele tener un efecto contrario,
subversivo, al hacerles ver que tienen la libertad de elegir
diferentes sistemas. Con frecuencia los cursos de
adoctrinamiento, aunque se refieran a principios tradicionales,
se convierten en cursos de apertura a nuevas
alternativas.

En contraposición se ofrecen algunas otras
alternativas: Restaurar la civilización occidental
clásica, regresar a raíces culturales menos
individualistas, a tomar como base la comunidad, buscar un rumbo
más actual a la vida en base a posibilidades y aperturas,
a la movilidad social, a la disposición para encarar un
nuevo trabajo, a cambiar de ciudad, a comenzar todo de nuevo, a
aprender una lista de cosas para estar culturalmente
alfabetizados, a crear nuevo valores basados por ejemplo en el
feminismo y la ecología y a unirnos alrededor de ellos.
Cada una de estas propuestas parece buena a ciertos grupos,
particularmente a aquellos que comparten los valores y creencias
propuestos. Pero en verdad la mayoría de personas no
conocen ninguna de estas propuestas.

Los debates políticos sobre libertades y
problemas religiosos tienen resonancia mundial que se manifiesta
en: Los esfuerzos de las iglesias al usar formas absolutamente
nuevas para acercarse a sus posibles fieles. La forma explosiva
con que se desinflan doctrinas marxistas y neoliberales. La
proliferación mundial de cultos espirituales y
sicológicos, que dicen ofrecer nuevas certezas a las
personas que abandonan las anteriores, o han sido abandonadas por
ellas.

Teatralidad
política

También podemos ver una teatralidad en aumento,
la elaboración de guiones y puestas en escena, en el campo
de la política, del consumo masivo y de los sucesos. Los
grupos y personas luchan por obtener roles protagónicos en
los escenarios de la vida. Esto se debe a que la gente empieza a
entender que la realidad es una construcción social de
hechos, fenómenos y cosas que en verdad existen y que no
son solo imaginados o revelados.

Los más emprendedores se dan cuenta de que tienen
mucho por ganar al construir y vender al público una
determinada realidad. Construir realidades se ha convertido en un
nuevo arte y negocio. Un buen negocio que mueve mucho dinero en
publicidad, relaciones públicas y campañas
políticas. Estos son indicadores del mundo actual que
trata de definirse no por lo que es, sino porque ha dejado de
ser.

Procesos de
transición social

Hay tres procesos principales que están dando
forma a la actual transición social:

El primero consiste en la ruptura de las antiguas formas
de creencias. El resultado es una especie de mercado de creencias
sin regulaciones, donde se ofrece toda clase de sistemas de
creencias para consumo público.

El segundo es el surgimiento de una nueva
polarización acerca de la naturaleza de la verdad social,
en base a conflictos de clases, razas y nacionalidades. Esta
polarización es evidente en la controversia
política, en las batallas sobre educación y en la
aparición de nuevas disciplinas intelectuales.

El tercero trata del nacimiento de una cultura global,
con una concepción del mundo verdaderamente
mundial.

La globalización proporciona un nuevo escenario
donde todos los sistemas de creencias se observan y toman
conciencia de sí mismos y de los otros. Donde cada persona
lucha por averiguar quiénes y por qué es
así.

La especie humana al desarrollar estos procesos
tenderá en el futuro próximo a construir una nueva
civilización basada en un nuevo sentido de realidad
social.

Sociedades
premodernas

En las sociedades premodernas las construcciones
sociales de la realidad se llevaron a cabo de manera lenta y
silenciosa y los mundos simbólicos que las
entretejían, eran aditamentos permanentes. Una vez
acordadas estas concepciones oficiales del mundo, autoridades
religiosas y civiles se encargaban de intentar mantenerlas,
presionando a las personas a ajustarse a ellas.

En estas sociedades en general, no existía la
idea de que pudiera a ver alguna contradicción entre lo
que creían, y el sistema externo de creencias. Mucho menos
imaginaban que en el mismo espacio social pudieran coexistir
sociedades con concepciones del mundo distintas o concepciones
diferentes sobre una misma concepción.

En las sociedades posteriores surgidas de la movilidad
física y social las personas comenzaron a aceptar que
existían diferentes realidades posibles, e individual o
grupalmente empezaron a incorporar estas nuevas opciones. Esto
ocasiono la aparición de fenómenos como:
inquisiciones, revoluciones, nuevas ideas explosivas, como los
derechos humanos y la separación de iglesia y
estado.

Con un alto costo de coraje y sangre mucha gente gano la
libertad de tomar sus propias decisiones y acepto como realidad
algunas de las construcciones sociales presentes. Los
consumidores tuvieron libertad de elegir distintos valores,
creencias y formas de conducta.

Forzados a ser
libres

Hoy estamos forzados a vivir del modo en que Rousseau
imaginó, en forma negativa, cuando acuñó
esta frase "forzados a ser libres". Tenemos que elegir dentro de
una serie de historias diferentes: ¿Cómo es el
universo? ¿Quiénes son los chicos buenos y los
chicos malos? ¿Quiénes somos nosotros?.
Además tenemos que elegir, cómo elegir.

Esta conciencia social que se está formando,
comienza a tener un lugar en cada uno de nosotros y todos vivimos
nuestros sistemas de creencias de forma totalmente diferente.
Podemos elegir cualquier sistema de creencias, aunque nos
aterrorice y hagamos todo lo posible por reprimirlo entre
nosotros y los demás.

Quienes eligen el fundamentalismo viven con el temor de
perder su fe. Los liberales libre pensadores con el temor de
cansarse de la libertad y abrazar cualquier otro sistema de
creencias que les ofrezca, desde el islamismo hasta la
cienciología, una estructura sólida y respuestas
claramente establecidas.

Los líderes de sistemas de creencias recuerdan a
sus feligreses de manera permanente que pueblos distintos, poseen
conceptos diferentes de cómo es el mundo. Quienes
entienden esto y aceptan y reconocen que las entidades sociales
son creaciones humanas, saben también que la identidad
personal es diferente en cada sociedad distinta. Además
estas personas ya no ven las verdades religiosas como
representaciones eternas y perfectas de la realidad
cósmica, sino como ciertos tipos de verdad. Ven
también el trabajo de la ciencia como otra forma de
construcción de la realidad y no como técnicas
secretas, por ejemplo, para tomar fotografías
telescópicas del universo.

Ruptura de
antiguas formas de creencias

Los viejos sistemas de creencias se están
derrumbando dentro de millones de mentes. Pero afortunadamente
todos poseemos notables capacidades para manejar esta
transición interna. Algunos trucos sicológicos nos
ayudan a permanecer cuerdos, convencionales socialmente y a
ocultar la transcendencia de lo que está sucediendo en el
mundo.

Por lo tanto el colapso de las antiguas formas de
creencias, no implica por lo menos a corto plazo necesariamente,
un colapso en los antiguos sistemas de creencias. Para salvar
apariencias nos arropamos con antiguos sistemas de creencias, que
no siempre nos sientan bien y continuamos nuestro
camino.

En la actualidad no somos creyentes practicantes sino
poseedores de creencias. Las conversiones se producen
fácilmente y con frecuencia. El buscador de una fe
religiosa prueba en varias religiones. Los intelectuales
conservadores las ostentan con orgullo, como también su
marcado antimarxismo. Se utiliza un sin número de
métodos para hacer que las personas se involucren
más en una creencia, o la abandonen y se adhieran a otra.
Entre estos métodos se encuentran desde el lavado de
cerebro hasta el adoctrinamiento de pueblos enteros.

Consumidores de
realidades

Las realidades también son artículos de
consumo, aunque en otra forma y con distinto poder adquisitivo.
Todos nos hemos convertido en consumidores de realidades. Otros
se han convertido además en creadores y comerciantes de
realidades. La temporada para la construcción de nuevas
realidades comienza cuando la fe en lo absoluto de las personas,
se desvanece y no les preocupa mostrarse dentro de modelos
religiosos nuevos.

En épocas primitivas, la invención de
nuevas formas culturales o creación de nuevas realidades
estaba envuelta en misterios, hoy se ha democratizado. Las
personas fácilmente se sienten libres para crear y adoptar
nuevos ideales y los empresarios de estas realidades se divierten
creando nuevas historias, nuevas realidades, nuevas
políticas o nuevas teorías científicas. Los
medios de comunicación masiva facilitan la creación
y distribución de las nuevas estructuras de las
realidades. No necesitan convertir a toda una sociedad, les basta
una porción del mercado, un determinado número de
compradores, o un auditorio suficiente para llenar un
teatro.

Fuente

La Realidad Emergente de Walter Truett
Anderson

 

 

Autor:

Rafael Bolívar
Grimaldos

 

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