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Desarrollo de la crisis socialista latinoamericana (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

En relación a estos hechos Cecilia Revello,
Rodolfo Porrini y Alexis Schol dicen lo siguiente: "Las cartas
ya estaban echadas. La derecha estaba unida en torno a una salida
autoritaria que contaba cada vez más con el apoyo de la
pequeña burguesía. Las Cámaras declaran
ilegitimo al gobierno. Esto, sumado a la activa presión
norteamericana (CIA, ITT, etc.) por terminar con el gobierno de
Allende, da paso a la decisión militar de constituirse en
gobierno. "El gobierno de Salvador Allende fue abatido el 11 de
setiembre de 1973 por las instituciones del estado burgués
capitalista: Congreso Nacional, Poder Judicial,
Contraloría, partidos de oposición y Cuerpos de
Oficiales de las Fuerzas Armadas, a las que respetó
permanentemente." Comienza así el gobierno de la Junta
Militar de Gobierno presidida por Augusto Pinochet, y que procede
con violencia y brutalidad inusuales."

El gran drama del gobierno socialista de Salvador
Allende radico en que fue los dos poderes del Estado
burgués (poder legislativo, poder judicial) y el aparato
represivo (fuerzas armadas, carabineros) de ese mismo Estado que
el gobierno siempre respeto. Los que se opusieron a su gobierno y
a la aplicación de su proyecto político socialista
y apostaron al golpe de Estado fascista de Pinochet. La mano del
imperialismo yanqui estuvo presente no solo en el final abrupto
del gobierno de Allende sino en todo el periodo revolucionario
incluso antes tratando que la Unidad Popular no llegara al
gobierno nacional.

La lección que da la historia de este proceso
revolucionario en Chile que fue vencido por la
contrarrevolución oligárquica e imperialista
yanqui. Nos las da el propio presidente constitucional de Chile
Salvador Allende que en su último mensaje radial a su
pueblo y a los trabajadores chilenos dice lo siguiente: "En
este momento definitivo, el último en que yo pueda
dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el
capital foráneo, el imperialismo, unidos a la
reacción crearon el clima para que las Fuerzas Armadas
rompieran su tradición, la que les enseñara el
general Schneider y reafirmara el comandante Araya, victimas del
mismo sector social que hoy estará esperando con mano
ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus
granjerías y sus privilegios."

La República Argentina desde el año 1955 a
1973 es la Argentina con el movimiento justicialista o peronista
proscripto electoralmente y su máximo líder el
Gral. Juan Domingo Perón se encuentra en el exilio. En el
año 1973 se realizan las elecciones nacionales en la
Argentina. En la que el recién fundado Frente
Justicialista de Liberación (FREJULI) que lleva como
candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la nación
argentina a los Doctores Héctor J. Cámpora y
Vicente S. Lima. La formula electoral del FREJULI se presenta a
las elecciones nacionales con la consigna "Cámpora al
gobierno, Perón al poder".

Dado que el líder justicialista no podía
ir como candidato a la presidencia de la nación por estar
proscripto. Esto es debido a razones "jurídicas"
instauradas por la dictaduravico-militar liderada por
el Gral. Lanusse. El 11 de marzo del año 1973 triunfa
electoralmente la formula del FREJULI con el 49,5% de los votos.
El líder radical Ricardo Balbín había salido
segundo con un 21,3% y como el FREJULI no había llegado al
50% de los votos tenía que realizarse un balotaje entre la
primera y la segunda fuerza política. Sin embargo,
Balbín reconoció la victoria de Cámpora y
renuncio al balotaje. El discurso inaugural del presidente electo
Cámpora ante el congreso nacional argentino se iniciaba de
la siguiente manera: "El pueblo argentino se hallaba postrado
por la injusticia social, la dependencia económica y la
marginalidad política. Un régimen antinacional,
aliado a los imperialismos dominantes, había manejado la
cosa pública con displicencia extranjerizante. Se
desmantela la industria, se estanca la ganadería, se
corrompe el salario. La salud, la educación y la vivienda
se tornan privilegios inalcanzables y, en nombre de la libertad,
son encarcelados miles de argentinos."

Para el presidente electo Càmpora el pueblo
argentino había experimentado bajo la dictadura
cívico-militar del Gral. Lanusse la injusticia social, la
dependencia económica y la falta de soberanía
política siendo esto funcional a los intereses de los
imperialismos particularmente el yanqui. Una realidad
política, económica, social y cultural que era la
negación de lo que el movimiento justicialista
pretendía para la Argentina. La Argentina bajo la
dictadura cívico-militar del Gral. Lanusse en su
situación económica, como social y política
era calamitosa. La herencia en las esferas anteriormente
señaladas que dejaba al flamante nuevo gobierno
democrático del justicialismo eran muy
negativas.

En relación a este punto el presidente
Cámpora sigue diciendo lo siguiente: "Podrá la
dictadura llenar las cárceles y los barcos, podrá
gasear y apalear, torturar y fusilar, pero no conseguirá
doblegar la decisión de un pueblo que quería la paz
pero que empieza a prepararse para la guerra que le imponen. El
pueblo ha de tener conciencia de lo que sucedió en estos
años porque sus consecuencias pesan sobre el país
en ruinas que recibimos como herencia. La Argentina se ha
convertido en un campo de saqueo de los intereses extranjeros.
Mientras avanzaban la concentración de la riqueza, la
desnacionalización de la economía y el
endeudamiento, la participación de los asalariados en el
ingreso nacional disminuía drásticamente. Se
pasó progresivamente a una situación de desempleo.
El 22 por ciento de la población carece de vivienda. La
mortalidad infantil es cuatro veces superior a la de los
países desarrollados. Más de 200.000 niños
no tienen acceso a la escuela, y el índice de
deserción supera el 50 por ciento en el ciclo primario el
57 por ciento en la enseñanza media y alrededor del 70 por
ciento en la Universidad. Hemos perdido nuestra ubicación
entre las naciones más avanzadas y ricas del mundo para
asistir al progreso de otras. En 1950, tomando como indicador la
renta per cápita, la Argentina ocupaba el decimoquinto
lugar y en 1969 habíamos retrocedido al
vigésimo-sexto. Es que en realidad el régimen se ha
sustentado sobre la desgracia material y cultural de nuestro
pueblo. El régimen jugó todas sus cartas. Cuando
pudo proscribir, proscribió. Cuando pudo anular
elecciones, las anuló. Cuando pudo impedirlas, las
impidió. Esta es la verdadera y única razón
de la violencia de los argentinos."

La Argentina de 1973 en sus índices
socio-económicos era un desastre. Como país era
más dependiente de las empresas multinacionales
extranjeras que dominaban su economía y era más
subdesarrollada económicamente. En relación a su
pasado más particularmente a la década de oro del
primer gobierno justicialista (1946-1952) y también a
otros países del mundo desarrollado. Dada esta
situación económico-social que vivía la
Argentina producto de un modelo económico de
inspiración liberal aplicado por una dictadura
cívico-militar.

La hora del pueblo había llegado a la Argentina y
eso era sinónimo de gobierno justicialista. Más
particularmente gobierno del Gral. Perón. Que se
contrapone al gobierno de y para la oligarquía. Es
así que, ya en el año 1952 el Gral. Perón
decía en relación a la hora de los pueblos lo
siguiente: "Es así que las transformaciones
político-sociales se encauzan por los grandes movimientos
populares que llevan a la hora de los pueblos. En la
evolución de la humanidad esa hora llega muy de tanto en
tanto y caracteriza a las grandes revoluciones. El interregno
entre dos de ellas suele ser de calma y evolución. En las
revoluciones los hombres son el instrumento del pueblo y las
oligarquías se destruyen o desaparecen. En las
épocas de calma los pueblos suelen ser instrumentos de los
hombres y las oligarquías proliferan, se fortalecen y
dominan."

En la Argentina desde el año 1946 al año
1955 a través del movimiento justicialista se
manifestó la hora del pueblo argentino. En la cual hubo
transformaciones en el orden político, económico,
social y cultural en el país sudamericano. En ese tiempo
histórico los hombres, como decía Perón,
fueron el instrumento de los pueblos y las oligarquías se
destruyeron o desaparecen al menos momentáneamente del
plano político y social. Después, en la Argentina
fueron tiempos de golpes de Estado cívico-militares y de
gobiernos seudo democráticos. Por que el movimiento
justicialista no podía presentarse a las elecciones por
estar proscripto políticamente por los militares
argentinos.

Estos fueron los tiempos de las oligarquías que a
través de las fuerzas armadas argentinas dominaron el
escenario político nacional. Es entonces que en el
año 1973 se concreta históricamente una nueva hora
del pueblo argentino. Pero, había una gran diferencia en
la situación nacional e internacional en lo
económico entre la Argentina del año 1946 y la
Argentina del año 1973. Esas diferencias se centraban en
la realidad económica y social que experimentaba el
país como tal. En relación a este punto el profesor
inglés Richard Gillespie nos dice lo siguiente: "La
vitalidad económica de la Argentina a finales de los
años cuarenta, que había permitido al primer
gobierno peronista la concesión de beneficios a ambos
polos del espectro industrial, ya no existía. Fue la
crisis económica y no la prosperidad lo que saludó
al peronismo, cuando, en 1973, volvió al poder: se
encontró con la herencia de un importante déficit
presupuestario y una tasa de inflación del 6,5% mensual
(datos sobre cinco meses hasta marzo de 1973). Además, el
país pronto sufrió los efectos de la
decisión –tomada en julio de 1974 por la Comunidad
Económica Europea- de cerrar sus puertas a la carne
argentina, que afectó al 70% del comercio nacional de
exportación de carne y, consiguientemente, a la balanza
comercial: y de la subida de los precios mundiales del
petróleo, que perjudicó a la Argentina tanto
directamente, en tanto que importadora de crudos (aunque no en
gran escala), como indirectamente, por la repercusión de
tal aumento en sus importaciones industriales. En tales
condiciones el plan de desarrollo económico peronista y la
propia alianza gubernamental empezaron a desintegrarse muy
pronto. Durante los treinta y cuatro meses que el peronismo
estuvo en el poder, recurrió a seis ministros de
Economía, lo que no pudo impedir el declinar
económico ni satisfacer a la vez a los patronos y a los
trabajadores inicialmente simpatizantes del régimen.
Aquellos meses fueron no sólo testigos de la primera
huelga general contra un gobierno peronista, sino también
de la primera huelga de patronos de la historia de la Argentina;
ambas demostraciones debilitaron en gran manera la
pretensión histórica del peronismo de armonizar los
intereses del capital y de la clase obrera."

A diferencia de la Argentina de afines de la
década de los cuarenta cuando había una coyuntura
económica internacional favorable a que los mercados de
las metrópolis capitalistas estuviesen abiertas a comprar
con buen precio los productos primarios (carnes, cereales)
argentinos. La coyuntura internacional en términos
económicos en el año 1973 era desfavorable para los
productos exportables al mercado mundial. El mercado europeo
occidental más particularmente el de la Comunidad
Económica Europea (CEE) había tomado la
decisión de cerrar su mercado a las carnes argentinas. A
esto se añade el alza de los precios del petróleo a
nivel internacional. Dada esa realidad económica
internacional que repercutió internamente en la
economía argentina. Es llevo a que la política del
gobierno justicialista del presidente Cámpora fracasara.
Es decir, la intensión de conciliar los intereses del
capital con los intereses del trabajo no se pudo concretar. La
conflictividad social aumento, la lucha de clases en el terreno
económico fundamentalmente se hizo presente en el panorama
nacional.

Esto se daba de patadas con la intensión del
gobierno de Cámpora de establecer un pacto social entre
trabajadores y empresarios. En relación el escritor
argentino Miguel Bonasso nos dice lo siguiente: "A
través del Acta de Compromiso Nacional, popularmente
conocida como Pacto Social, los sindicatos concedían una
tregua reivindicativa de dos años, a cambio de un aumento
salarial inmediato, pero modesto, y una congelación de
precios. El Poder Ejecutivo se comprometía a enviar al
Congreso un paquete de diecinueve proyectos de ley de reforma
económica, entre los que se destacaban: el impuesto a la
renta potencial de la tierra; la nacionalización del
comercio exterior; un programa de viviendas de interés
social, la nacionalización de los depósitos
bancarios; la creación de una Corporación de
Empresas del Estado, la penalización del fraude fiscal, y
la eliminación de las compañías financieras
para bancarias. El Pacto Social, una creación del General
y de Gelbard, apuntaba a un desarrollo capitalista
autónomo. Cámpora –que era totalmente ajeno a
su elaboración- lo avaló ante el Congreso
admitiendo, sin embargo, el modesto alcance de los beneficios que
recibirían los trabajadores. En su télex vespertino
a Madrid le escribió al General: "Considero que como
medida de primer tiempo encontró eco
favorable"."

La alegría duro poco dado que el pacto social se
hizo trizas por la situación económica
internacional de crisis que repercutía en la
economía domestica argentina. A diferencia del primer
gobierno peronista de a fines de la década del cuarenta a
1952. Donde la coyuntura internacional era favorable al
crecimiento de la economía argentina generando así
divisas que hacía que en lo interno se podía
aplicar desde el Estado una política de
conciliación de clases. Es decir, satisfacer los intereses
sociales de obreros industriales y empresarios. En 1973 la
situación económica era otra y la plata no daba
para concretar una política de conciliación de
clases entre trabajadores y empresarios. El pacto social fracaso
rotundamente.

El gobierno de Cámpora en lo que respecta a su
composición en los ministerios del poder ejecutivo
reflejaba la variedad de tendencias que conformaban el movimiento
justicialista. Es así que, en relación a esto
Richard Gillespie dice lo siguiente: "En realidad, el
movimiento, aunque sólo por algún tiempo, les
permitió a los Montoneros adquirir fama y fortuna y les
ayudó a convertirse, indiscutiblemente, en la mayor fuerza
radical de la Argentina. Durante la breve presidencia de cuarenta
y nueve días de Cámpora, antes de que dimitiese
para permitir que Perón tomara personalmente el
timón, la composición política del gobierno
reflejó de manera relativamente precisa la diversidad del
Movimiento Peronista. En cuanto a los cargos más
importantes, José Ber Gelbard, uno de los principales
representantes del sector monopolista de la burguesía
nacional, tomó las riendas del Ministerio de
Economía; el de Trabajo fue otorgado a Ricardo Otero, de
la Unión Obrera Metalúrgica; y la ultraderecha, en
la siniestra figura de José López Rega, secretario
particular de Perón, estableció una base al frente
del Ministerio de Bienestar Social. Por su parte, la izquierda
peronista adquirió cierto grado de influencia durante algo
más de un mes en el Ministerio de Relaciones Exteriores,
donde el ministro correspondiente, Juan Carlos Puig, y su
secretario, Jorge Alberto Vázquez, facilitaron el
establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba,
Vietnam del Norte y Corea del Norte; en el Ministerio de
Educación, con Jorge Taiana en el cargo, durante un tiempo
considerable mayor; y sobre todo, en el Ministerio del
Interior."

De lo citado se desprende deque no es correcto calificar
al gobierno de Cámpora de izquierdista o donde
había una hegemonía montonera. La izquierda
peronista expresado en el movimiento político montoneros
tubo un desigual peso en tres Ministerios (Relaciones Exteriores,
Educación e Interior) en el gobierno de Cámpora. En
este sentido la izquierda peronista tenía que compartir el
gobierno nacional con tendencias de derecha (José
López Rega) y burguesas nacionales (José Gelbard).
No era absolutamente mayoritaria.

En otros poderes de la Nación como el Congreso
Nacional, en la administración provinciales y en las
universidades. El peso político e ideológico de la
izquierda peronista expresada en montoneros fue también
desigual. Es así que, siguiendo con el mismo punto
Gillespie dice lo siguiente: "Fuera del Gobierno Federal, la
influencia montonera se dejó sentir en el Congreso
Nacional, en las administraciones provinciales y en las
universidades. Sólo hubo ocho diputados montoneros en el
grupo del FREJULI, formado por 145 representantes en la
Cámara de Diputado: Armando Croatto, Santiago Díaz
Ortiz, Jorge Glellel, Aníbal Iturrieta, Carlos Kunkel,
Diego Muñiz Barreto, Roberto Vidaña y Rodolfo
Vittar. Todos ellos pronunciaron discursos radicales e impulsaron
la investigación de los casos de tortura y de las
actividades para policiales, pero no pudieron conseguir la puesta
en práctica de las promesas electorales del FREJULI
respecto a la reforma agraria, la socialización y la
participación de los trabajadores, al quedar reducida la
eficacia de los ocho por su aceptación de la disciplina
del grupo."

Es así que, en el Congreso Nacional, en las
administraciones provinciales y en las universidades se
manifestó de forma clara la influencia montonera.
Además, del Gobierno Federal. En el Congreso Nacional los
montoneros contaban con solo ocho diputados. En el grupo del
FREJULI formado por 145 representantes en la Cámara de
Diputados. Una gran minoría. Esto pauto que sus propuestas
electorales del FREJULI, como, por ejemplo, la reforma agraria,
la socialización y la participación de los
trabajadores, y otras medidas quedaran en los hechos en los
papeles.

El ex presidente argentino Gral. Juan Perón
regresó a su país el 20 de junio de 1973. En un
hecho conocido como la masacre de Ezeiza, la izquierda peronista
(montoneros) y el aparato de la derecha sindical de la CGT se
enfrentaron por el control del palco de honor con un saldo de 13
muertos y 365 heridos. En relación a la masacre de Ezeiza
Miguel Bonasso dice lo siguiente: "¿Qué
había pasado? ¿Era provocación subversiva,
como aseguraría la Comisión? ¿Un
enfrentamiento entre fuerzas parejas, como reportaron no pocos
periodistas? La verdad quedaría reflejada, con terrible
simplicidad, en los informes posteriores de la Policía
Federal, la Policía de la Provincia y el jefe de la
custodia presidencial: los hombres reclutados por Osinde
habían disparado a mansalva sobre la Columna Sur de la
Juventud Peronista, cuando este enorme brazo de multitud,
compuesto por más de 60.000 personas (entre las que
había mujeres, ancianos y niños), salió de
la ruta 205 e intentó rodear, por detrás, el puente
del Trébol, para situarse frente al proscenio junto a las
otras agrupaciones de la Tendencia."

Así que siguiendo con los testimonios de lo
ocurrido en Ezeiza el ex guerrillero de izquierda no peronista
Enrique Gorriarán Merlo se refiere al hecho de la
siguiente forma: "Estábamos en eso cuando el 20 de
junio se produjo la vuelta de Perón, Ezeiza, otra masacre.
Y quizás hoy parezca un análisis
esquemático, pero esto fue lo que pensamos entonces: si la
derecha empieza a actuar matando a los propios peronistas, que no
va pasar si nosotros asomamos la cabeza. Vimos que,
independientemente de la voluntad de Càmpora y de todos
los sectores progresistas del gobierno y del Congreso, Ezeiza no
iba a ser un hecho aislado."

Tomando ahora otro testimonio sobre lo sucedido en
Ezeiza citados la visión que sustenta el periodista
argentino Horacio Verbitsky: "La masacre de Ezeiza cierra un
ciclo de la historia argentina y prefigura los años por
venir. Es la gran representación del peronismo, el
estallido de sus contradicciones de treinta años. Es
también uno de los momentos estelares de una tentativa
inteligente y osada para aislar a las organizaciones
revolucionarias del conjunto del pueblo, neutralizar al peronismo
por medio de la confusión ideológica y el terror, y
destruir toda forma de organización política de la
clase obrera. Ezeiza contiene en germen el gobierno de Isabel y
López Rega, la AAA, el genocidio ejercido a partir del
nuevo golpe militar de 1976, el eje militar-sindical en que el
gran capital confía para el control de la
Argentina."

Siguiendo en la misma línea analítica
Verbitsky sigue diciendo: "Lo sucedido en Ezeiza el 20 de
junio se resume así en la grase del discurso pronunciado
por Perón la noche del 21: "Somos lo que dicen las 20
Verdades Justicialistas y nada más que eso". En ellas no
cabía el programa socializante que el peronismo se dio en
la oposición cuando la soledad de la derrota lo redujo a
paco más que su componente obrero."
Verbitsky sigue
diciendo: "En torno de la masacre de Ezeiza y de sus
consecuencias comenzó a manifestarse la alianza entre la
derecha peronista y la derecha no peronista, que tan clara se
hizo durante el gobierno militar 1976-1983 y en los comienzos de
la restauración constitucional."

Para finalizar con el testimonio de Verbitsky dice lo
siguiente: "Que la masacre fue premeditada para desplazar a
Cámpora y copar el poder. Que mientras unos montaron un
operativo de guerra con miles de armas largas y
automáticas, los otros marcharon con los palos de sus
carteles, algunas cadenas, unos pocos revólveres y una
sola ametralladora que no utilizaron. Que el grueso de la
víctimas se originó en este segundo
grupo."

De todos los testimonios citados sobre la masacre de
Ezeiza se puede deducir que, en primer lugar, fue un producto del
enfrentamiento de la derecha peronista que contaba con armas de
todo tipo y la izquierda peronista (montoneros) que iba
escasamente armada y con muya gente a su alrededor. Que este
enfrentamiento es producto de las contradicciones
políticas e ideológicas que traía en su seno
el movimiento justicialista desde que fue desplazado del poder
por un golpe de Estado oligárquico imperialista en el
año 1955. Más particularmente cuando surgió
la izquierda peronista o más particularmente cuando
apareció en la escena política argentina la
organización armada Montoneros a inicios de la
década de los setenta del siglo XX. Que esta
contradicción entre la derecha y la izquierda peronista se
acentuó cada vez más cuando el movimiento
justicialista y su líder el Gral. Perón
tenían más posibilidades históricas de
regresar al gobierno en la Argentina.

Que el Gral. Perón ante esta contradicción
que experimentaba desde punto de vista político e
ideológico su movimiento político opto por una
posición ortodoxa de lo que era el peronismo desde el
punto de vista doctrinario. Esto conducía apoyar a la
derecha peronista en su manera de sentir el peronismo. Que
sintetizaba en la consigna de que "Ni yanquis ni marxistas somos
peronistas". Además, el accionar de la derecha peronista
en Ezeiza era para desplazar al gobierno de Cámpora que
para los primeros tenía un tinte político e
ideológico de izquierda. Es decir, zurdo en el lenguaje de
la derecha peronista. En segundo lugar, las consecuencias de la
masacre de Ezeiza fueron que ahí se puso la semilla de los
que fue el surgimiento de la organización terrorista y
para-policial llamada Alianza Anticomunista Argentina (AAA). Que
practico el terrorismo de Estado durante el tercer gobierno del
Gral. Perón y bajo el gobierno de la presidenta Isabel
Martínez de Perón. Que instaura la alianza de la
derecha peronista y la derecha no peronista en la Argentina. Que
tenían de común que eran anti-izquierdistas y
golpistas. Que se consolida bajo la dictadura
cívico-militar en la Argentina en el año 1976 y
sigue después bajo la transición democrática
generando desestabilización política.

Cámpora renuncia a la presidencia de la
República Argentina el 13 de julio de 1973. Es decir,
había terminado un ciclo o una etapa política de la
vida argentina que había comenzado bajo la esperanza de
iniciar un proceso de liberación nacional en el
país. Esa esperanza estaba encarnada en lo que
podía hacer Cámpora en el gobierno aplicando un
programa de liberación nacional. La izquierda peronista
fue la que más apoyo y se movilizo (fundamentalmente la
juventud) a favor de ese gobierno calificado de popular. Pero, el
gobierno de Cámpora termino rápidamente y no pudo
cumplir con las expectativas depositadas por las fuerzas
juveniles de izquierda peronista. Con la terminación del
gobierno de Cámpora la izquierda peronista perdía
una cuota importante de poder en los poderes del Estado
Nacional.

En tanto, la derecha peronista se fortalecía cada
vez más de punto de vista de espacios de poder ganados en
los puestos claves del Estado Nacional. La salida que se produjo
con la terminación del gobierno de Cámpora fue una
salida por la derecha. Es decir, la derecha peronista
salía beneficiada ganando cada vez más espacios de
poder en el Estado Nacional. En relación a esto
Gorriarán Merlo dice lo siguiente: "Cámpora
terminó su periplo el 13 de julio, reemplazado por
Lastiri, yerno de López Rega. Sin embargo, aún no
era vox populi que, junto con Osinde y Villar, López Rega
habían creado ese terrible engendro que fueron las Tres A,
las que habían hecho su debut –pero sin firmar- en
Ezeiza."

Lastiri yerno de López Rega asumía
transitoriamente la presidencia de la República Argentina.
Un individuo carente de carisma político y de trayectoria
política profunda. Pero, lo más importante era que
su asunción a la presidencia de la república
generaba una derechización del gobierno justicialista. En
relación a esto vuelvo al testimonio de Gorriarán
Merlo que dice lo siguiente: "El gobierno iba hacía una
derechización mayor. Incluso Alfonsín había
definido el ascenso de Lastiri como un golpe de derecha. Nosotros
habíamos publicado un documento en el que lo
calificábamos como "autogolpe" y como avance fuerte de la
derecha. También hacíamos una critica a
Cámpora por el silencio que había mantenido por los
sucesos de Ezeiza, que indudablemente había sido un
silencio impuesto, seguramente no lo dejaron hablar. No obstante
esa crítica a Cámpora, que fue muy suave,
éramos conscientes –y después lo fuimos
más – de que sus cincuenta días habían
sido los únicos democráticos en aquella
época."

Esta claro que la asunción de Lastiri como dije
más arriba significaría una derechización
del gobierno justicialista. Este hecho político es un
golpe de derecha como lo define el político radical
Alfonsin. Esto significaba que las libertades publicas para
ciertas opiniones políticas e ideológicas
particularmente de izquierda van hacer perseguidas y silenciadas.
Por la derecha peronista consolidada en el gobierno nacional. La
llamada primavera camporista había pasado a la historia.
En los hechos se entraba en un territorio muy peligroso para la
izquierda peronista. Por más que en ese momento la
izquierda peronista no lo viera así.

El 12 de octubre el Gral. Perón asume como
presidente de la Argentina por tercera vez siendo su
vicepresidenta su esposa Isabel Martínez de Perón.
Este hecho fue festejado por la izquierda peronista que no
había tomado conciencia plena que el Gral. Perón
había optado por el ala derecha de su movimiento
repudiando así a la izquierda. En relación a esto
Gillespie dice lo siguiente: "Cuando el 12 de octubre
Perón tomó posesión del cargo de presidente,
los Montoneros celebraron el acontecimiento anunciando su
fusión con las FAR. Llenos de optimismo, declararon
alegremente: "Perón hoy es Argentina. Es Soberanía.
Es Patria." Al mismo tiempo, mediante un incrédulo
editorial en su semanario El Descamisado, titulado "Y esto,
¿qué es?", pretendían que Perón no
tenia nada que ver con un "Documento Reservado" de la jefatura
peronista, publicado después del asesinato de José
Rucci, secretario general de la CGT, verdadera declaración
de guerra contra los "grupos marxistas terroristas y subversivos
supuestamente "infiltrados" en el Movimiento. Sin embargo,
¡fue Perón quien anuncio públicamente el
documento, y su firma la que figuraba al pie del mismo! La
incredulidad ante el hecho de que Perón estuviera
defendiendo a la derecha peronista y a los líderes
sindicales paralizó la iniciativa de los Montoneros por
espacio de varias semanas, mientras asimilaban estoicamente el
castigo verbal que él les infligió. Después
del discurso pronunciado por Perón el 8 de noviembre en la
cede de la CGT, en el que equiparó a los llamados
"infiltrados" con "gérmenes" que estuvieran contaminado al
Movimiento, los Montoneros llegaron incluso a obedecer su orden
no criticar a los ministros del gobierno, aceptando así el
principio peronista del "verticalismo", o disciplina y autoridad
de arriba abajo."

Es claro que en los hechos el presidente Perón
había optado claramente por declararle la guerra a la
llamada izquierda peronista. Es decir, a los Montoneros. Que los
calificaba de "infiltrados" y de "grupos marxistas terroristas"
ajenos totalmente a la doctrina y a la práctica que
sustentaba el movimiento justicialista. Esto llevaba que el Gral.
Perón se sustentara a la hora de la conducción
política del país en el ala derecha del
justicialismo. Los Montoneros como representantes máximos
de la izquierda peronista seguían teniendo la
visión de que Perón era un revolucionario y un
socialista nacional. Así lo catalogaban al presidente
argentino. Pero, en los hechos en la realidad concreta pautaban
una cosa muy distinta a la visión del Perón que
ellos sustentaban. Para los Montoneros Perón no
había hecho una más que alianza con el ala derecha
de su movimiento político que él lideraba. Es por
eso que acataban en silencio las posturas políticas que
adoptaba el presidente argentino.

Los Montoneros en vez de cuestionar directamente las
posturas políticas que adoptaba el presidente Perón
pensaron que el mal o el error radicaban que el presidente
argentino estaba rodeado de una camarilla de derechistas,
burócratas y agentes del imperialismo. Que hacían
que el presidente Perón lo mantuvieran aislado de las
masas, de su pueblo querido. El Perón que se habían
hecho en su pensamiento los Montoneros era un Perón que
parecía una especie de Fidel Castro o un Salvador Allende
argentino que quería realizar la revolución
socialista en la Argentina. Esta visión del líder
justicialista que sustentaba la izquierda peronista no se
ajustaba a la realidad histórica. De que era Perón
en términos político e
ideológico.

En relación a esto último, el historiador
argentino Jorge Abelardo Ramos dice lo siguiente: "Es un
revolucionario burgués. Enfrento a la vieja estructura
política de los terratenientes sin tocar su base
social."
Abelardo Ramos sigue diciendo: "Eso puede
asombrar a quienes creen que Perón es socialista y sobre
la base de esa convicción errónea son peronistas.
Pero si descubrieran que Perón es, en realidad, un
nacionalista popular burgués que se propuso desarrollar el
capitalismo argentino."
Para finalizar su testimonio Abelardo
Ramos dice: "No creo que Perón haya cambiado en modo
alguno su sistema de ideas y su doctrina, que es nacionalista
popular."

De lo que dice el historiador argentino Jorge Abelardo
Ramos se desprende que el Gral. Perón no es en lo
político e ideológico un revolucionario socialista
ni nada que se le parezca. No lo fue durante el período
histórico que va desde el año 1946 a 1955 ni
tampoco durante la etapa de exilio político. Por
más que haya tenido coyunturalmente o en términos
tácticos algunas declaraciones que pueden se calificadas
de izquierda. Cuando surgió por ejemplo en el seno del
movimiento justicialista la izquierda peronista. Más
particularmente los Montoneros. O cuando se produzco la
revolución cubana en el año 1959 y la
revolución cultura en la República Popular
China.

Pero, en los hechos y a través del tiempo
Perón en términos político e
ideológico como dice Abelardo Ramos siempre fue un
revolucionario burgués y un nacionalista popular
burgués. Que su proyecto político para la Argentina
era desarrollar un capitalismo nacional. En su escrito llamado
"Hacía el universalismo" del año 1974 Perón
aclara lo que es doctrinariamente el justicialismo y dice lo
siguiente: "El justicialismo comprende lo económico
como naturalmente emanado de un proyecto
histórico-político de espíritu
intrínsicamente nacional, social y cristiano."
Queda
sumamente claro que Perón y su movimiento justicialista
nada tiene que ver en lo político e ideológico con
concepciones socialistas y mucho menos comunistas de raíz
marxistas.

Pero, los Montoneros como máximos representantes
de la izquierda peronista que parece no haber leído los
escritos de Perón seguían pensando que el
líder justicialista era un revolucionario socialista y que
su proyecto político para la Argentina era concretar "la
patria socialista". Esta contradicción entre la
visión que tenían los Montoneros de Perón y
el Perón de verdad de carne y hueso de a poco se hizo cada
vez más manifiesta. En relación a esa
contradicción Richard Gillespie dice lo siguiente:
"Durante el mismo mes los Montoneros hicieron algunas
críticas suaves, según empezaban a descubrir que
tenían diferencias políticas con Perón. Al
dirigirse a los asistentes de una jornada de formación
política de la Juventud Peronista, Mario Firmenich
reconoció que antes del retorno de Perón los
Montoneros habían "hecho nuestro propio Perón,
más allá de lo que es realmente. Hoy que esta
Perón aquí, Perón es Perón y no lo
que nosotros queremos". Admitió que Perón
permanecía fiel a su tradicional Tercera Posición y
que, para él, el "socialismo nacional" es el
Justicialismo", algo que propugna la alianza de clases en vez de
impulsar la lucha entre ellas. El descubrimiento de una brecha
ideológica entre Perón y los líderes
montoneros no condujo, sin embargo, a una retirada de su apoyo,
porque los Montoneros aún se sentían estrechamente
unidos a él: seguían de acuerdo con la
postulación de Perón de una alianza interclasista
nacional, aunque, mientras que Perón veía un fin en
la conciliación de las clases, ellos creían que tal
alianza, poniendo en práctica medidas antiimperialistas,
iniciaría inevitablemente el proceso hacia el
socialismo."

El Perón de carne y hueso además de seguir
sosteniendo en términos de ideas la llamada tercera
posición entendía por socialismo nacional no
socialismo científico de raíz marxista sino lo que
conformaba la doctrina justicialista. Es decir, independencia
económica, soberanía política, justicia
social e integración latinoamericana. La doctrina
justicialista propugna la conciliación de clases (pacto
entre obreros y empresarios) en la sociedad capitalista y no la
lucha de clases y mucho menos la guerra civil. Para Perón
la conciliación de clases particularmente entre
proletarios y burgueses era un fin en si mismo. En tanto para los
Montoneros la veían como un medio dado que adoptando
políticas antiimperialistas llevarían el proceso
político y económico en la Argentina al socialismo.
Pero, los Montoneros a pesar de esa diferencia con Perón
seguían vinculados a él. En el sentido que eran
ante todo nacionalistas.

Pero, ese vínculo se haría más
conflictivo al pasar el tiempo dado que las políticas que
demandaban del gobierno de Perón los Montoneros en los
hechos eran negadas por el propio Perón desde el poder
ejecutivo. El vínculo entre Perón y los Montoneros
se rompería del todo. Esto ocurrió en un acto en
Plaza de Mayo festejando un primero de Mayo. La izquierda
peronista había movilizado gran cantidad de personas
haciendo una demostración de fuerza ante el máximo
líder justicialista y la derecha peronista. Los Montoneros
en los hechos rompieron con todo el plan establecido para que
funcionara el acto de masas según al gusto de
Perón. En lo que se refiere a las banderas, las consignas,
los cánticos en la Plaza de Mayo levantados por los
Montoneros no eran los oficiales. Esto no gusta al presidente
Perón que esperaba otra cosa.

En relación a este hecho histórico
Gillespie dice lo siguiente: "Perón estaba furioso. Y
más se enfureció cuando, en el momento en que se
acercaba al micrófono, fue recibido con la persistente
pregunta montonera, proferido a gritos: "¿Qué pasa,
qué pasa, que pasa, general, que esta lleno de gorilas el
gobierno popular?" Perdido el dominio de sí,
renunció a su discurso de unidad nacional y soltó
contra la izquierda peronista un ataque que equivalió a
una declaración de guerra. Después de sólo
cincuenta segundos de elogios a la calidad del sindicalismo
argentino, mientras se oían consignas gritadas contra los
líderes sindicales, hizo su primera referencia a "estos
estúpidos que gritan"; sin embargo, de momento, la
Tendencia no reacciono. Perón prosiguió:
"Decía que a través de estos veinte años,
las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y
hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más
méritos que los que lucharon durante veinte años".
Poco después, tras haber oído las consignas
recordatorias de dos de los líderes obreros asesinados
("Rucci traidor, saludos a Vandor"), Perón se
refirió amenazadoramente a compañeros "que han
visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que todavía
haya sonado el escarmiento". Respondió con dureza a los
miembros de la Tendencia Revolucionaria llamándoles
"infiltrados que trabajan adentro y que traidoramente son
más peligrosos que los que trabajan de afuera, sin contar
que la mayoría de ellos son mercenarios que trabajan al
servicio de dinero extranjero"; e invocó la necesidad de
recurrir a una guerra interna "si los malvados no cejan". Pero lo
"malvados" ya no estaban allí: hartos de aquella diatriba,
se habían retirado de la plaza de manera bastante
ordenada, voceando a coro: "Aserrín, aserrán, es el
pueblo el que se va" y "Si esto no es el pueblo, el pueblo
¿dónde está?", y dejando atrás a
Perón y sus gritos. Dos tercios de la plaza quedaron
vacíos."

Es claro según el relato de Gillespie que los
Montoneros con sus cánticos le reclamaban a Perón
que Perón se comportase políticamente como los
Montoneros quisiesen que se comportase como un revolucionario
socialista. Pero, en los hechos el Perón de carne y hueso
se comporto tal como era. Un nacionalista burgués que se
apoyaba en la derecha peronista para hacer funcionar su gobierno
nacional. Que alababa al sindicalismo oficialista, verticalista
de la CGT y despreciaba con insultos a la izquierda peronista. A
los Montoneros no los hecho Perón sino que se fueron ellos
cantando sus consignas y dejando la plaza medio vacía. El
vínculo se había roto definitivamente esto
repercutió en la visión de los Montoneros
seguían teniendo de Perón. Además demostraba
el desprecio que tenía el presidente argentino y se puede
decir había tenido siempre no solo por la izquierda
peronista sino por la izquierda en general.

En relación a esto último, el propio
Gillespie dice lo siguiente: "Como podía predecirse, la
autopsia montonera, después de los acontecimientos del
Primero de Mayo, reveló que "Algo se rompió
después de 30 años". Aquel "algo" eran las
mágicas relaciones revolucionarias que ellos crían
prevalentes entre Perón y las masas, y que habían
esperado percibir en la Plaza de Mayo. Lejos de comprometerse en
un diálogo, Perón había intentado pronunciar
un monólogo, un monólogo que puso al descubierto el
desprecio y aversión que sentía por la izquierda.
Evidentemente, nada podía ya esperarse de un Perón
que, una semana después, protegido por mil soldados,
daría personalmente la bienvenida en la base aérea
de Morón, al visitante chileno general Pinochet y
declaró que "nuestras relaciones con Chile son
excelentes". Hacía sólo ocho meses del sangriento
golpe de Estado de septiembre de 1973."

En el recibimiento con bombos y platillos al general
fascista Augusto Pinochet que había encabezado el golpe de
Estado exitoso contra el gobierno constitucional del socialista
Salvador Allende el 11 de setiembre de 1973 quedaba de manifiesto
en los hechos la posición de derecha que adoptaba el
presidente de la Argentina Gral. Perón. La juventud
radicalizada política e ideológicamente de inicios
de los setenta encarnada dentro del movimiento justicialista en
Montoneros. Para Perón pasaron de ser la "juventud
maravillosa" de la Argentina a ser catalogados por el
líder justicialista de "infiltrados".

Era claro que Perón estando en el exilio
político utilizo tácticamente a la izquierda
peronista para llegar al gobierno nacional y cuando lo logro y
esa izquierda le reclamo una conducta socialista y
revolucionaría la despreció totalmente. No quiso
integrarla al movimiento que él conducía
política e ideológicamente. En este sentido el
escritor argentino Miguel Bonasso dice lo siguiente: "En los
treinta y tres meses que separan la renuncia de Cámpora de
su accidentado asilo en la embajada de México, el
país perdió hombres, famas y utopías, hasta
caer sin defensas en la noche de los lobos de la dictadura
militar. Perón no solo se murió físicamente
en ese período; también dejó de ser el
estandarte de las rebeldías y las esperanzas que
habían forjado el exilio y la Resistencia. Lanusse,
derrotado tácticamente por el General, la JP y el
Delegado, logró una victoria definitiva en el plano
estratégico. El general de la oligarquía
acertó en su pronóstico: una vez en el país
y sometido a los fuegos cruzados de su propio Movimiento, el Mito
tuvo que descender a la carnadura del hombre. En el peor momento
del hombre: cuando la enfermedad y la vejez lo acosaban, hasta
embotar el instinto político que había
poseído en grado sumo el joven coronel de los años
cuarenta. Porque el mismo líder que en el 45
incorporó a los obreros y alas mujeres a la escena
política, no supo (o no quiso) abrir un espacio para la
juventud revolucionaria de los años
setenta."

La tercera presidencia de Perón significo que el
vínculo con la joven generación
revolucionaría de inicios de los setenta que conformara la
izquierda peronista en Montoneros pasara del romance por parte de
los Montoneros por Perón al rompimiento absoluto en
términos políticos. El problema no era la juventud
en sí. No era un problema generacional. Sino que la cosa
era ideológica o doctrinaria y metodológica. La
juventud de clase media o clase media alta que conformaban
Montoneros no solo tenía a Eva Perón hecha o
interpretada a su propio paladar político. Las consignas
"¡Si Evita viviera, sería montonera!" o
"¡Perón, Evita la patria socialista!" lo dicen todo.
Como referente político e ideológico sino que
habían muchos más. Esos otros referentes eran el
Che Guevara y Fidel Castro. Es decir, el castro comunismo. El
otro problema, era el metodológico. Es decir la
metodología de lucha para llegar al poder político.
El culto a la lucha armada como forma de hacer
política.

Esto visto como un camino estratégico. La
soberbia armada según lo denominara el periodista
argentino Pablo Guissani. Estas dos cosas, las diferencias
ideológicas y metodológicas de lucha
política hicieron que Perón los rechazara
estratégicamente. Es decir, estaban en
contradicción con lo que era verdaderamente en las esferas
doctrinarias y metodológicas el movimiento justicialista
desde su etapa fundacional. No es que Perón no tuvo o le
falló el instinto político que tenía en el
periodo 1946 a 1955. La cuestión es que los rechazo por
las razones ya dichas.

Es así que, volviendo a lo ideológico que
esta vinculado al proyecto de país que proponían
tanto el Perón de carne y hueso los Montoneros. En lo que
se refiere a Perón en su discurso como presidente de la
nación argentina ante el Congreso Nacional el 1º de
mayo de 1974 denominado "Modelo argentino para el proyecto
nacional". El presidente Perón propone un capitalismo
nacional basado en la conciliación de clases. Es decir, un
capitalismo de Estado. Pero nada de construir una sociedad
socialista basada en la lucha de clases. La contradicción
pueblo o oligarquía no esta presente en el discurso de
Perón.

Puede que en el discurso solamente este presente la
contradicción dependencia o liberación. Entendiendo
por liberación el control por parte de la Nación de
los recursos vitales de la política, economía, lo
socio-cultural, lo científico-tecnológico, lo
ecológico. Las fuerzas motrices para llevar a cabo este
proyecto de país es una amplia alianza de clases que van
de los trabajadores y empresarios. Además, del aporte
generacional de los jóvenes argentinos e institucional de
las Fuerzas Armadas.

Por otra parte en lo que hace a los Montoneros los
mismos aclararon su visión de que proyecto de país
querían en un documento de julio de 1973 redactado
conjuntamente con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
titulado "Construir el poder popular". En ese documento se
presentaba como central la contradicción dependencia o
liberación. Estando en el campo de la liberación el
pueblo peronista y sus aliados. Es decir, una alianza de clases
populares que tiene como sujeto central a la clase obrera
argentina. Estos se enfrentan al imperialismo y sus aliados
internos.

La oligarquía en sus diferentes fracciones. El
Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) era el
instrumento político para concretar la etapa de
Liberación Nacional y Reconstrucción Nacional
tendiente a ir a la construcción de un Socialismo
Nacional. Los aspectos centrales y radicales del programa
económico y social eran luchar contra los monopolios
extranjeros, redistribuir la riqueza y nacionalizar y socializar
la economía. En el cual el status-rol del Gral.
Perón como líder obrero era central en el transito
de la etapa de Liberación Nacional y Reconstrucción
Nacional al Socialismo Nacional. Por que Perón como dije
anteriormente para los Montoneros era un líder
revolucionario que optaba por el camino de construir en la
Argentina el Socialismo Nacional.

Es claro entonces que los proyectos de país que
proponían el Perón del "Modelo argentino para el
proyecto nacional" y los Montoneros del "Construir el poder
popular" eran en los hechos muy antagónicos. En cuanto a
los fines que perseguían cada uno de los dos. Uno era
construir un capitalismo de Estado. El otro un Socialismo
Nacional. Entre uno y otro proyecto político el status-rol
de Perón era diferente. El primero, era un Perón
nacionalista burgués, el segundo, un Perón
revolucionario socialista. Los hechos demostraron que el proyecto
político de los Montoneros y el status-rol que le
adjudicaban a Perón no se ajustaba al Perón de
carne y hueso y a su proyecto político que proponía
a la Argentina de inicios de la década de los setenta del
siglo XX.

El presidente Perón fallece el 1º de julio
de 1974 y su esposa la vicepresidenta de la nación
argentina María Estela Martínez de Perón
asume la primera magistratura. El balance que se puede hacer de
la tercera presidencia inconclusa del Gral. Perón es que
fracaso en tratar de sacar a la Argentina de la dependencia del
imperialismo yanqui y del subdesarrollo económico en que
se encontraba. La dependencia triunfó sobre la
liberación. Además, el conflicto entre la izquierda
peronista (Montoneros) y la derecha peronista aumento
notablemente. Esto afecto a la incipiente democracia Argentina.
El surgimiento desde los aparatos del Estado nacional de la
organización de ultra derecha llamada Alianza
Anticomunista Argentina (AAA) que dirigía el ministro del
gobierno de Perón llamado López Rega.

Que mataba no solo a los integrantes de la izquierda
peronista sino a personas de izquierda en general. En el debate
esta el status-rol de Perón como presidente de la
Argentina en lo que hacia a su vínculo con la triple A. En
relación a esto Gorriarán Merlo dice lo siguiente:
"Nosotros creíamos entonces que Perón alentaba
el accionar armado de la ultraderecha, ahora lo creo más.
Pero no sólo lo digo yo; Miguel Bonasso, en su libro sobre
Cámpora – El presidente que no fue- , relata
cómo Perón estaba considerando imitar un modelo
para- policial – el Somatén- extraído del
franquismo en España para aplicar en Argentina; desde
antes del 25 de mayo de 1973. Yo creo que Perón pensaba
realmente eso, crear una organización para-policial y dar
la idea de que sus actos no eran consecuencia de la
represión estatal, sino de un enfrentamiento entre derecha
e izquierda con prescindencia del gobierno. El dato proporcionado
por Bonasso indica que, antes de asumir, Perón ya estaba
dispuesto a impulsar lo que fueron las Tres A."

Se deduce de lo dicho por Gorriarán Merlo y por
Bonasso citado por el primero que Perón es el autor
intelectual y real fundador de las tres A y López Rega su
instrumento práctico para llevar adelante los fines de la
organización terrorista. El terrorismo de Estado
empezó con la tercera presidencia de Perón y no
cuando este murió. Es entonces salvo la primera camporista
el terrorismo de Estado por parte de las Tres A era moneda
corriente bajo la tercera presidencia de Perón. El
secuestro, el asesinato y la desaparición de ciudadanos
pertenecientes a la izquierda era cosa de todos los días y
esta violencia planificada venía o partía desde los
aparatos del Estado nacional argentino. Perón hacía
que no sabía o no se enteraba pero en los hechos
tenía plena conciencia de lo que estaba
pasando.

El gobierno de Isabel Martínez de Perón
fue más de derecha de lo había sido el de su
difunto marido. En lo que se refiere a la lucha contra la
izquierda peronista y la izquierda en general en la cual la
practica del terrorismo de Estado mediante las Tres A aumentaba
cada vez más. Se puede afirmar que fue total y absoluta.
La siniestra figura de López Rega apodado "El brujo" fue
en aumento e influencia en seno del gobierno de la presidenta
argentina. En el plano económico se quiso superar la
crisis que experimentaba la Argentina con medidas de corte
neoliberal. Los trabajadores protestaron contra la puesta en
práctica de esas medidas económicas. Esto llevo a
que los trabajadores argentinos produjeran lo que fue llamado el
"rodrigazo". En mención al ministro de economía del
gobierno de la presidenta Isabel.

El 24 de marzo de 1976 el gobierno de Isabel
Martínez de Perón fue derrocado por un golpe
cívico-militar de derecha y neoliberal en lo
económico. Asumía una junta militar encabezada por
el Gral. Videla. Haciendo una síntesis del retorno del
peronismo al gobierno nacional en la Argentina. El historiador
uruguayo Vivián Trías dice lo siguiente: "El
fracaso del peronismo en su segundo ciclo, es la clave de la
actual crisis argentina. La muerte del caudillo es un factor del
mismo, pero no de lo más determinantes. Nunca,
ningún gobierno argentino gozó de tanto apoyo
popular, ni acumulo tanto poder en sus manos. ¿Por
qué fracaso? Porque careció del programa de
soluciones profundas estructurales que la Argentina reclamaba.
Sus ambiguas referencias al "socialismo nacional", no bastaban.
Defraudó a las juventudes, desconcertó a la clase
obrera y en su última fase, bajo la débil
conducción de Isabel Perón, no atino sino a
aferrarse al neoliberalismo con que sus adversarios se hundieron
una y otra vez. Sobrevino el caos y las Fuerzas Armadas volvieron
al poder en marzo de 1976."

Después de haber realizado el análisis del
marco histórico de fines de los sesenta y principios de
los setentas en América Latina en la cual surgió la
crítica a la sociología crítica o
comprometida. Pasaré a hora a centrar mi estudio en las
críticas a la corriente sociológica más
arriba señalada. Los cuestionamientos realizados
hacía esta corriente sociológica: A) En lo que
respecta a la forma de vehículizar su metodología
de análisis. Sobre este punto se criticaría a esta
corriente sociológica por profesar en forma excesiva el
análisis ensayístico, si bien tal género de
expresión literaria permite desarrollar toda una serie de
hipótesis y visiones generales. Pero por otro lado carece
de una sistemáticidad científica que lo puede
vincular a la realidad empírica como forma de demostrar lo
válido y lo erróneo de los planteos
elaborados.

B) Ala teoría de la dependencia en sí. En
este sentido se criticaría a esta teoría por ser,
economicista, por estar ausente en el análisis la lucha de
clases, por contener y llevar posturas nacionalistas en lo
ideológico, por reducir los problemas económicos de
América Latina a factores de carácter
exógeno, por inspirar a movimientos de carácter
guerrilleros en nuestro continente. A estas críticas se
les pueden sumar otras más que agranda el espectro. En
relación a este punto Heraldo Muñoz dice lo
siguiente: "El enfoque de la dependencia ha sido,
particularmente en años recientes, objeto de
múltiples criticas y críticos, coinciden, hemos
estimado conveniente – para propósitos de
análisis – agruparlas en nueve principales puntos o
problemas: a) el término dependencia carece de la
necesaria especificidad como para ser operacional, b) los
teóricos de la dependencia conceptualizan y estudian la
dependencia bajo el capitalismo, pero no discuten la dependencia
en sistemas socialistas, c) los escritos sobre la dependencia
tienden a presentar esquemas mecánicos en que factores
"externos" en vez de "internos" son los determinantes, d) los
teóricos de la dependencia ignoran las clases sociales y
la lucha de clases, e) la teoría de la dependencia
pretende reemplazar las concepciones marxistas y leninistas del
imperialismo, f) la teoría de la dependencia es de
carácter nacionalista y propone un desarrollo capitalista
autónomo en vez de estrategias para llegar al socialismo,
g) algunos analistas presentan a las estructuras de la
dependencia como estáticas y persistentes en vez de
dinámicas, h) algunos estudiosos de la dependencia
confunden los conceptos marxistas de "proceso de
circulación" con "proceso de producción", e) la
teoría de la dependencia carece de "objetividad"
académica y es de naturaleza
ideológica."

Lo que señala Muñoz repite lo que indique
y agrega críticas nuevas a la teoría de la
dependencia. Es hora de pasar a encarar una por una las
críticas señaladas. La primera, es que el
término dependencia carece de un contenido
específico como para ser operacional. Es relación a
esto que Munoz dice lo siguiente: "Esta critica ha sido
formulada especialmente por académicos de los
países avanzados algunos de los cuales –incluyendo a
Philip O" Brien, David Ray, y Robert Packenham – argumentan
que existe una falta de precisión, de claridad conceptual
en las prioridades o relaciones especificas que caracterizan el
término "dependencia". Algunos académicos, a manera
de solución, han procedido a cuantificar y "probar" la
teoría de la dependencia, como si solo el medir constituye
la condición necesaria y suficiente para el logro de
precisión conceptual."

Esta crítica al termino dependencia parte del
hecho de que la misma para ser valedera en términos
científicos tiene que ser cuantificable. Es decir, tiene
que haber exclusivamente una aproximación cuantitativa al
fenómeno estudiado. En este sentido reducen los estudios
sobre la dependencia a que el mismo sólo es un nuevo
concepto y que no esta enmarcado en un marco teórico mas
macro. Es decir, vinculado críticamente a la teoría
marxista del imperialismo. La segunda, que los teóricos de
la dependencia conceptualizan y estudian la dependencia bajo el
capitalismo pero no discuten la dependencia bajo el
socialismo.

En relación a este segundo cuestionamiento
Muñoz dice lo siguiente: "Académicos tales como
Ray, Packenham y otros, han hecho precisamente eso al definir la
dependencia principalmente en términos de poder y
restricciones a la autonomía nacional, y al concentrarse
en indicadores tales como flujos de comercio, inversión de
capital extranjero, ayuda exterior, etc., para determinar
cuantitativamente el "grado de dependencia" que experimenta una
determinada nación. Evidentemente, después que el
concepto de dependencia es depurado de toda relación con
análisis de clases y de modos de producción, es
lógico que pueda ser aplicado a las relaciones entre
estados socialistas. Por supuesto, esta variación no es lo
que los teóricos de la nueva dependencia entienden por el
término "dependencia". Es todo caso, algunos comentaristas
de la dependencia piensan, por ejemplo que Cuba debería
ser incluido en la lista de países dependientes debido a
su "manifiesta y profunda dependencia frente a la URSS". Este
argumento, se apoya en datos sobre transferencia de armamentos y
asistencia económica soviética a Cuba, fuera de
cifras sobre el gran volumen de intercambio comercial que existe
ente los dos países."

La definición que hacen algunos académicos
como Ray, Packenham de la dependencia circunscrita en
términos de poder y restricciones a la autonomía
nacional, y al concentrarse en indicadores, como flujos de
capital, inversión de capital extranjero, ayuda exterior.
Para determinar cuantitativamente el "grado de dependencia" que
experimenta una determinada nación. Es lógico que
pueda ser aplicado a las relaciones de estados socialistas. Como
el caso del vínculo entre Cuba con la URSS. Esta
concepción de la dependencia esta depurada de toda
relación de análisis de clases y de modos de
producción. Es bajo esta perspectiva que se puede aplicar
o estudiar la dependencia entre estados socialistas. De lo
contrario se haría muy problemático el asunto. Dado
que la dependencia como situación que mantienen dos
países tienen muchos componentes. Es decir, muchas
dimensiones a tener en cuenta a la hora de hacer el
análisis concreto,

El tercer cuestionamiento, es que los escritos sobre la
dependencia tienden a presentar esquemas mecánicos en que
aspectos "externos" en vez de "internos" son determinantes.
Algunos académicos han criticado el análisis que se
hace de la dependencia diciendo que la causa del subdesarrollo de
ciertos países es producto de factores externos. No
teniendo en cuenta los elementos internos. En relación a
esto Muñoz dice lo siguiente: "José Luis de Imaz
ha criticado el enfoque de la dependencia argumentando
–entre otras cosas- que el concepto de dependencia pretende
explicar demasiado, asignando la mayor parte de la culpa por el
subdesarrollo latinoamericano a factores "externos".
Sorprendentemente, a pesar de la evidencia masiva de la
literatura sobre la nueva dependencia que demuestra todo lo
contrario, este punto de vista está muy difundido entre
algunos críticos de la dependencia. Por ejemplo, Arnold
Van Niekerk, Guy Erb y otros apoyan la idea de que los que han
contribuido al desarrollo de la teoría de la dependencia,
consideran que la dependencia es un problema de carácter
"externo". Por el contrario sin embargo, los teóricos de
la dependencia visualizan la dependencia desde una perspectiva
histórica-estructural que sobrepasa la distinción
analítica entre factores internos y externos que tiende a
ocultar la unidad estructural que existe entre ellos. La
concepción dialéctica de la dependencia, por lo
tanto, supera las dicotomías "externo-interno",
"desarrollo-subdesarrollo", relacionándolas en una sola
estructura mundial: el sistema capitalista
internacional."

De lo citado se desprende, que la critica que hacen
algunos académicos (José Luis de Imaz, Arnold Van
Niekerk y Guy Erb) en resumidas cuentas es que el concepto de
dependencia a la hora de aplicarlo le asigna la mayor parte de la
culpa al subdesarrollo latinoamericano a factores externos. Es
decir, que la dependencia es un problema de carácter
externo. Pero, por el otro lado, los teóricos de la
dependencia visualizan la dependencia desde otro ángulo de
análisis. Es decir, desde una perspectiva
histórica-estructural que sobrepasa la distinción
analítica entre factores internos y externos que tiende a
ocultar la unidad estructural que existe entre ellos. Es una
concepción dialéctica de la dependencia que supera
las falsas dicotomías "externo-interno",
"desarrollo-subdesarrollo", relacionándolas en una sola
estructura mundial: el sistema capitalista
internacional.

El cuarto cuestionamiento radica en que las
teorías de la dependencia ignoran las clases sociales y
los conflictos de clase. En relación a este
cuestionamiento Muñoz dice lo siguiente: "Esta
crítica, dirigida especialmente a Gunder Frank, ha surgido
predominantemente de sectores de izquierda que afirman que los
principales análisis de la dependencia han descuidado, e
incluso omitido, el estudio de problemas de clase tanto en los
países subdesarrollados como en los desarrollados.
Según Agustín Cueva, por ejemplo, "estos autores
reemplazan explotación y lucha de clases por un sistema
indeterminado de contradicciones nacionales y regionales que
presenta serios problemas desde un punto de vista teórico.
En general, es el análisis de clases y conflicto de clases
que constituye el Talón de Aquiles de la teoría de
la dependencia." Por otro lado, Fernández y Ocampo, en un
artículo en que defienden la aplicación de la tesis
Maoista de la "nueva democracia" a la realidad latinoamericana,
acusan a los analistas de la dependencia de enfatizar
excesivamente el problema de la lucha de clases en vez de la
cuestión del imperialismo: "La creencia en el predominio
del capital industrial le permite a los dependentistas considerar
la lucha contra el imperialismo como secundaria a la lucha de
clases y la batalla contra el capitalismo." Aunque Frank ha
admitido un cierto descuido de interrogantes de clase en su
análisis del "desarrollo del subdesarrollo",
parecería que la mayor parte de los teóricos de la
dependencia –incluyendo al mismo Frank- consideran el
conflicto de clases y el análisis de clase como un
componente vital de la llamada "teoría de la
dependencia"."

Los ataques que venidos de diferentes académicos
contra le teoría de la dependencia más
específicamente contra la interpretación y
aplicación que hace de esta teoría Gunder Frank
apunta a que no tienen en cuenta a la hora del análisis la
explotación y la lucha de clases. La no aplicación
de estos conceptos o categorías de análisis es
sustituido por un sistema indeterminado de contradicciones
nacionales y regionales cuestionables desde un punto de vista
teórico. Gunder Frank además de aceptar cierto
descuido de interrogantes de clase en su análisis del
"desarrollo del subdesarrollo" manifiesta con otros
teóricos de la dependencia de que consideran el conflicto
de clases y el análisis de clase como un elemento central
de la llamada teoría de la dependencia.

A continuación Gunder Frank visualiza el problema
de la siguiente manera: "El esfuerzo por describir la
estructura colonial metrópolis-satélite y el
desarrollo del capitalismo, me ha conducido a dedicar poca
atención especifica a su estructura de clase y desarrollo.
Esto no significa que este análisis colonial pretenda
sustituir al análisis de clase. Por el contrario, el
análisis colonial pretende complementar el análisis
de clase y descubrir y enfatizar aspectos de la estructura de
clases en estos países subdesarrollados que muchas veces
han quedado poco claros."

Gunder Frank profundizo sus análisis sobre el
problema de clase y sobre otros temas, en un ensayo de respuesta
a sus críticos titulado en forma muy simbólica, "La
dependencia está Muerta, viva La Dependencia y la Lucha de
Clases", en su libro Lumpenburguesía: Lunpendesarrollo
donde afirmaba que: "…es más importante definir
y entender el subdesarrollo en términos de
clase…Sin embargo… el subdesarrollo en una
región dependiente como América Latina no puede ser
entendida excepto como el producto de una política
burguesa formulada en respuesta a intereses de clase y conflictos
de clase que son a su vez determinados por la dependencia del
satélite latinoamericano con respecto a la
metrópolis colonialista e imperialista."

Es claro que en ciertos teóricos de la
dependencia como Gunder Frank el análisis de clase juega
un rol critico en la perspectiva teórica de la
dependencia. El quinto cuestionamiento se centra, en que la
teoría de la dependencia pretende reemplazar a la
teoría marxista-leninista del imperialismo. En
relación a esto Muñoz dice lo siguiente: "Esta
critica, proveniente principalmente de sectores de izquierda, se
relaciona en cierto modo con la critica anterior sobre el
conflicto de clases, y ha sido dirigida primordialmente a Frank y
a Cardoso. Según Fernández y Ocampo, por ejemplo,
la teoría de la dependencia es, primero, "una
revisión del Marxismo", segundo, "no explica la naturaleza
y persistencia del subdesarrollo en América Latina" y,
finalmente, "ignora la teoría del imperialismo como
guía para la revolución en los países
atrasados de América Latina". José F. Ocampo, en
otro trabajo, acusó específicamente a Frank de
afirmar que "el imperialismo no existe y que las alianzas no
constituyen un principio básico en la política
marxista."

Hay cierto número de académicos que
contraponen de una manera antagónica la teoría de
la dependencia con la teoría marxista-leninista del
imperialismo. Es decir, que se da la espalda la una a la otra.
Pero, hay otras opiniones al respecto sobre este tema. Es
así que, Muñoz dice lo siguiente: "Sin embargo,
con el desarrollo de la discusión sobre la dependencia y a
la luz de las criticas, los teóricos de la nueva
dependencia clarificaron o modificaron sus afirmaciones
teóricas, declarando que la teoría de la
dependencia se basaba en la metodología dialéctica
y solo podía ser entendida en términos de la
teoría del imperialismo."

En base a las criticas que radican en el antagonismo
entre las dos teorías mencionadas. Los teóricos de
la nueva dependencia clarificaron o modificaron sus afirmaciones
teóricas, declarando que la teoría de la
dependencia se basaba en la metodología dialéctica,
y sólo podía ser entendida en términos de la
teoría del imperialismo. En otras palabras, que no
había tal contradicción antagónica entre una
y otra teoría sino que mantenían un fuerte
vínculo de entendimiento. Es en relación con esto
último que Munoz dice lo siguiente: "De cualquier
manera, un examen cuidadoso de la literatura sobre la dependencia
leva a la conclusión que, según lo allí
expresado, el imperialismo y la dependencia están
mutuamente, íntimamente y lógicamente relacionados.
Cardoso, por ejemplo, en su trabajo "Notas Sobre el Estado Actual
de los Estudios de la Dependencia", vincula muy
explícitamente a la teoría de la dependencia con la
metodología dialéctica en general y, más
específicamente, con la teoría del imperialismo. En
las palabras de Cardoso mismo, la teoría de la dependencia
"no es una alternativa a la teoría del imperialismo sino
un complemento de ésta"."

De lo citado, se desprende que los conceptos
imperialismo y dependencia están mutuamente,
íntimamente y lógicamente relacionados. Es decir,
uno y otro se complementa. Por último, en relación
a esto Muñoz dice lo siguiente: "Finalmente, la
conexión orgánica imperialismo-dependencia ha sido
destacada por varios otros académicos incluyendo a dos
Santos, Quijano, Marini, e Ianni (quién a menudo habla de
la "dialéctica imperialismo-dependencia"). En resumen,
Cardoso parece haber estado en lo correcto cuando afirmó
que los teóricos de la dependencia nunca pensaron en
"substituir, criticar como no relevante, etc, la teoría
del imperialismo ya sea en términos teóricos o en
su análisis general"."

El sexto cuestionamiento se centra en que la
teoría de la dependencia es de carácter
ideológico nacionalista y propone un desarrollo
capitalista autónomo en lugar de estrategias para
construir el socialismo. En relación a esto, Muñoz
dice lo siguiente: "Este cargo, proveniente por lo general de
círculos académicos de izquierda, ha sido dirigido
principalmente a Cardoso y a analistas ortodoxos de la
dependencia tales como Helio Jaguaribe. Agustín Cueva ha
sido claro y categórico en su critica, afirmando que "los
exponentes de la teoría de la dependencia revelan un
anhelo nostálgico por un desarrollo capitalista
autónomo frustrado, que es precisamente lo que hace a la
teoría de la dependencia tan nacionalista en su
ideología." La afirmación de Cuevas es claramente
injustificada cuando se refiere a la mayoría de los
tóricos de la dependencia, incluso si uno considera la
tesis de Cardoso sobre el "desarrollo
dependiente-asociado."

De lo citado se desprende que desde ciertos
círculos académicos de izquierda han lanzado
críticas personalizadas en Cardoso o Helio Jaguaribe. En
la cual se centran en calificar a la teoría de la
dependencia de manifestar un anhelo nostálgico por un
desarrollo capitalista autónomo frustrado lo que
hacía a dicha teoría tan nacionalista en su
ideología. Esta crítica parte de Agustín
Cueva y tiene valides si se toma en cuenta la tesis de Cardoso
sobre el "desarrollo dependiente-asociado". Es así que
tomando Brasil como un estudio de caso, Cardoso observa que:
"Actualmente, para la General Motors, Volkswagen, General
Electric, o Sears Roebuck, el mercado latinoamericano sino el
mercado particular de cada país donde esas
compañías producen en America Latina, es la meta
inmediata en términos de ganancia. Por lo tanto, al menos
hasta cierto punto, un cierto tipo de inversión extranjera
necesita alguna clase de prosperidad interna."

La internacionalización del marcado domestico, ha
sugerido Cardoso, creará las condiciones para la continua
prosperidad de una porción creciente de la sociedad
brasileña. En relación a su manera de concebir la
dependencia que se contrapone a otros académicos que son
abanderados de dicha teoría. El propio Muñoz dice
lo siguiente: "Cardoso ha declarado claramente que su tesis
del "desarrollo dependiente-asociado" se contrapone con la tesis
de Gunder Frank sobre el "desarrollo del subdesarrollo" ya que, a
pesar de la dependencia, postula un tipo de desarrollo compatible
con los intereses de las corporaciones transnacionales que
podría extenderse en America Latina. La conclusión
que se desprende de la tesis de Cardoso es que una
transformación socialista no es la única respuesta
o alternativa al subdesarrollo latinoamericano, ya que puede
ocurrir un "tipo de desarrollo capitalista dependiente en
sectores del Tercer Mundo integrados a nuevas formas de
expansión monopólica"."

La tesis de Cardoso de "desarrollo dependiente-asociado"
es antagónica con la tesis Gunder Frank sobre el
"desarrollo del subdesarrollo" ya que a pesar de la dependencia,
postula un tipo de desarrollo compatible con los intereses de las
corporaciones transnacionales que podría extenderse en
America Latina. La conclusión que se desprende de la tesis
de Cardoso es que una transformación socialista no es el
único camino o alternativa al subdesarrollo
latinoamericano. Ya que puede ocurrir un tipo de desarrollo
capitalista dependiente en sectores del Tercer Mundo integrados a
nuevas formas de expansión monopólica.

Es así que, dicha alternativa mantiene la
dependencia de los países del Tercer Mundo hacía
las metrópolis capitalistas. Además, de tener un
costo social muy alto para los sectores que conforman el pueblo.
En relación, a esto Muñoz dice lo siguiente: "Es
necesario reconocer que Cardoso admite que, "a pesar del
desarrollo económico interno, países vinculados al
capitalismo internacional por este tipo de lazos siguen
económicamente dependientes, en la medida en que la
producción de bienes de producción
(tecnología) esté concentrada en la
economías capitalistas avanzadas (principalmente en
EE.UU)". Además, Cardoso ha señalado que este tipo
de desarrollo dependiente implica un sinnúmero de serios
costos sociales a los sectores populares."

El hecho que haya desarrollo económico interno,
países vinculados al capitalismo internacional por este
tipo de relaciones siguen siendo, para Cardoso,
económicamente dependientes. En la medida en que la
producción de bienes de producción
(tecnologías) este concentrada en las economías
capitalistas avanzadas (fundamentalmente EE.UU.). Además,
Cardoso admite que este tipo de desarrollo dependiente implica
una variedad de costos sociales a los sectores populares. Por el
otro lado, André Gunder Frank y otros son de la
opinión que: "Ningún país que ha estado
firmemente vinculado a la metrópolis como satélite
a través de su incorporación en el sistema
capitalista mundial ha adquirido el rango de país
económicamente desarrollado, excepto haciendo abandono del
sistema capitalista."

En la posición contraria a Cardoso, Gunder Frank
sostiene fundamentalmente la idea de que para que un país
sea económicamente desarrollado tiene que ser abandono del
sistema capitalista. Este es el camino de los países que
conforman el Tercer Mundo. Que en la mayoría de los casos
son colonias de las metrópolis capitalistas. Per, para
ciertos académicos que son teóricos ortodoxos de la
dependencia como Helio Jaguaribe el socialismo no es la
única solución a la dependencia, su alternativa que
elige es la llamado "desarrollismo nacional". Es una estrategia
basada fundamentalmente es un capitalismo de Estado nacional. En
relación a esto Muñoz dice lo siguiente:
"Quizás las criticas a Cardoso pueden ser aplicadas
más fácilmente a teóricos ortodoxos de la
dependencia como Helio Jaguaribe, quien concibe dos caminos
hacía la autonomía y la independencia: uno
reformista y el otro revolucionario. Ya que para Jaguaribe el
socialismo no es la única solución a la
dependencia, su alternativa predilecta es lo que él
denomina "desarrollismo nacional", una estrategia basada en
"diversas combinaciones de capitalismo nacional y capitalismo
estatal."

La séptima critica, radica en que algunos
analistas presentan a las estructuras de la dependencia como
estáticas persistentes en lugar de dinámicas. Es
así que, Muñoz dice lo siguiente: "Esta
crítica ha sido dirigida principalmente a Gunder Frank por
otros teóricos de la dependencia tales como Theotonio Dos
Santos. Según Dos Santos, parte del problema de Frank es
su concepción errónea de la contradicción y
la dialéctica que ignora la continuidad y universalidad
del cambio: "De ahí se deriva el carácter
estático en el sistema de Gunder Frank. Las
contradicciones de America Latina son, para él, las mismas
desde su descubrimiento hasta hoy. Los cambios que han existido,
y el mismo Frank admite que son importantes, en su
análisis aparecen como "irracionales" o mejor, como
resultado de factores aleatorios. Pero, si la estructura de
nuestros países es la misma y ha permanecido igual en todo
este periodo. ¿Cómo se explican estos cambios que
se han producido en America Latina?"."

De lo citado, se desprende que la critica de presentar a
las estructuras de la dependencia como estáticas no
dinámicas. Están dirigidas fundamentalmente contra
Gunder Frank. Por parte de otro teórico de la dependencia
como Dos Santos. Que citado por Muñoz en la cual dice que
Gunder Frank que tiene una visión estática de las
contradicciones que experimenta America Latina. Que son las
mismas desde la etapa del descubrimiento del continente hasta el
siglo XX. Los cambios que han existido y el mismo Gunder Frank
admite que son importantes en su análisis aparecen como
"irracionales" o mejor como resultado de factores
aleatorios.

De modo similar Fernando H. Cardoso ha escrito que:
…la presunción de una "falta de dinamismo"
estructural en las economías dependientes debido al
imperialismo, malinterpreta las verdaderas formas de imperialismo
económico y presenta un entendimiento político
equivocado de la situación. Doy por contado que existe
diferentes variedades de dependencia en America Latina, y que en
algunas de ellas el desarrollo produce un cambio en las
relaciones de poder internas, desplazando los viejos grupos de
poder oligárquicos y reforzando tipos más
"modernos" de control político."

Para Cardoso hay diferentes variedades de dependencia en
America Latina, y que en algunas de ellas el desarrollo produce
un cambio en las resoluciones de poder internas, desplazando los
viejos grupos de poder oligárquicos y reforzando tipos
más "modernos" de control político. Además,
para el sociólogo brasileño la presunción de
una "falta de dinamismo" estructural en las economías
dependientes debido al imperialismo, malinterpreta las verdaderas
formas de imperialismo económico y presenta un
entendimiento político equivocado de la
situación.

En lo que se refiere a Dos Santos la
interpretación sobre la dependencia es dinámica y
de carácter histórico. En así que,
Muñoz dice lo siguiente: La interpretación misma
de Dos Santos sobre la dependencia es dinámica y de
carácter histórico. En su opinión, existen
varios tipos de dependencia que pueden ser asociados con
diferentes fases históricas: la dependencia colonial, la
dependencia financiera –industrial y la dependencia
tecnológico-industrial o nueva dependencia. En los
periodos caracterizados por las dos primeras variantes de la
dependencia, la producción en las regiones
subdesarrolladas se orientaba hacía la exportación
de bienes (oro, plata y productos tropicales durante la etapa
"colonial"; minerales y bienes agrícolas en la fase
"financiero industrial"). En otras palabras, la
orientación de la producción estaba condicionada
por la demanda que se originaba en los centros
hegemónicos. En contraste, -sostiene Dos Santos – en
el tercer periodo de "nueva dependencia", que evolucionó
después de la Segunda Guerra Mundial, -basado en la
inversión por parte de empresas multinacionales-, la
producción industrial comienza a ser condicionada de
varias maneras por las exigencias del mercado internacional de
bienes y capitales."

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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