Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Fundamentos sociopolíticos del desarrollo sustentable. Estructuras, Dimensiones y Barreras




Enviado por Cruz García Lirios



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

  1. Introducción
  2. Estructuraciones
  3. Dimensiones
  4. Barreras
  5. Educación
  6. Organización
  7. Agua
  8. Referencias

Los efectos del crecimiento económico de las
generaciones actuales sobre el desarrollo económico de las
generaciones futuras han sido moderados por tres entidades: el
Estado, la comunidad y el individuo

La primera entidad moderadora es el Estado y sus
correspondientes políticas públicas ejecutadas por
sus correspondientes instituciones, estudiados principalmente
desde la sociología, la economía y la ciencia
política.

La formación del Estado moderno y sus
políticas económicas permite conocer fundamentos
macro y micro económicos, los cuales son la antesala de
las variables que explican el ambientalismo en primera instancia
y la sustentabilidad en última instancia.

La descripción de la formación del Estado
moderno inicia con los principios iusnaturalistas del Estado
monárquico. El Iusnaturalismo es un conjunto de supuestos
que tratan de justificar la pertinencia de un Estado que ordene
el desorden en que vive la humanidad gobernada por la ley del
más fuerte. Es así como en la humanidad, al estar
en una guerra de todos contra todos causada por deseos que hacen
antisociales a las personas, debe imponerse la voluntad de un
monarca para conservar la seguridad de un grupo desunido por
intereses diferentes. Los individuos pactan un acuerdo para
formar una sociedad estable siendo la renuncia a sus derechos
naturales el principal costo que deben pagar. Una vez formado
este Leviatán debe conservarse con la coerción de
un ejercito lo suficientemente poderoso para calmar a posibles
rebeliones de las masas. La monarquía absoluta considera
que el monarca debe asumir toda la responsabilidad de conciliar a
cualquier precio y con cualquier medio los intereses de los
habitantes. Un poco más tarde, la monarquía mixta
(parlamentaría y constitucional) en la que el monarca no
debía delegar el poder ni siquiera al parlamento, el
único límite que tendría sería la
constitución. Esto indicaba que el poder del monarca se
regulaba mediante un conjunto de leyes estatuidas que
quizá no le permitieron actuar como lo haría el
ente más fuerte en el Iusnaturalismo.

Esta descripción de una humanidad irracional la
cual debe someterse a un orden supremo que lo lleve a buena
convivencia, este orden supremo tendría dos rostros, se
trata de la constitución y la voluntad del
monarca.

Precisamente, surge la necesidad de equilibrios entre
los poderes ejecutivo (monarca), legislativo (parlamento) y
judicial (magistrados). No se concibe un poder mayor a otro,
más bien el poder dividido y a la vez moderado entre estos
tres elementos.

En contraste, al plantearse un contrato social, se
reflexiona sobre la propiedad privada y el peligro que se
corría al vivir en una sociedad donde todos eran
dueños de todo porque sus derechos naturales los
justificaban. Es así como al no haber las garantías
básicas, se plantean tres principios de desigualdad
económica, política y social, siendo la
obtención y reconocimiento de una propiedad el primer
indicador de diferencia en la humanidad. La segunda desigualdad
humana sería la política que no le asistía a
los súbditos sólo al monarca. Es así como en
un Estado despótico las garantías de propiedad al
ser exclusivas de la familia monárquica, constituyen la
tercera desigualdad de la humanidad: la libertad cuando menos
económica.

Se necesitaba un contrato social para evitar esas tres
desigualdades como ahora se necesita otro para la sustentabilidad
(Elizalde, 2003).

Dicho contrato social fue el bosquejo de un Estado
democrático y la supresión del despotismo en
Francia. Los acuerdos y las coincidencias como la
expresión de las voluntades individuales fueron el
contenido de este contrato. De esta forma, la soberanía
popular tuvo tres características; unicidad,
indivisibilidad, e inalienabilidad.

Sin embargo, si a lo irracional le correspondía
la naturaleza humana entonces a lo racional, la
civilización humana. En consecuencia, la suma de
racionalidades individuales devendría en una racionalidad
objetiva: el Estado monárquico representado por un
individuo racional y representante de los individuos racionales.
La irracionalidad quedo excluida del poder político,
después económico y se adentro en la cultura para
después resurgir como estructura recuperable en la
comprensión de los procesos comunitarios que se
contraponen a la racionalidad económica o al homus
economicus que tomaba las decisiones a partir de un
cálculo de probabilidades consecuentes.

De este modo se justifica una desigualdad humana: la
razón no es para todos, su ausencia les deslegitima todo
sistema político alterno. Sólo la libertad se
garantiza en un Estado racional. Lo racional legitima el poder
sea político y económico. Esto implica un paradigma
precursor que orientó a la humanidad hasta el contexto
actual en el que deviene un paradigma alternativo orientador de
un proyecto que a la humanidad le permitirá crear las
instituciones necesarias para moderar el efecto del crecimiento
económico reflejado tanto en la extinción de los
recursos naturales energéticos como en el bienestar
subjetivo. Dicho proceso implica la concepción de un
proyecto favorable a la humanidad y a su entorno: El Desarrollo
Sustentable (Harto, 2006).

Antes bien, las relaciones y los modos de
producción, son los fundamentos sociohistóricos
para develar el proceso de acumulación del capital como
proceso contradictorio en el que una burguesía acumulaba
la riqueza usurpando el trabajo de los proletarios y deteriorando
el medio ambiente. En consecuencia, la supresión del
Estado como moderador de los efectos del sistema económico
sobre el comportamiento humano y su entorno. Esto es un error
porque los sistemas al configurarse por una relación
indirecta de elementos exógenos sobre endógenos
requiere de elementos moderadores que les permitan dicha
relación. Es decir, un modo de producción requiere
de una entidad reguladora de las relaciones de producción.
Un modo de producción no se impone directamente, se
legitima indirectamente a través de leyes, creencias,
conflictos y negociaciones. Esto significa un proceso en el que
una racionalidad económica se confronta con una
irracionalidad afectiva en un escenario que se ha estado
desgastando.

Tres vertientes se contraponen a los principios
expuestos:

Instrumentalistas. Conciben al Estado como un
anexo de la burguesía en el que las políticas
económicas públicas favorecen el crecimiento
económico e impiden el Desarrollo Sustentable. Sin
embargo, los organismos financieros tales como el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial
de Comercio al condicionar el préstamo de dinero
solicitando cambios estructurales que permitan la libre
circulación, especulación, fuga y
acumulación del capital, determinan dicho crecimiento
económico. Son estos organismos internacionales y no los
Estados nacionales los moderadores.

Ideologistas. Estudian cómo está
representado el Estado por las personas. Sugieren que se ha
mistificado en demasía la función del Estado sea
como promotor y como conciliador de un crecimiento
económico. Esta vertiente en demasía es interesante
porque se adentra en los aspectos psicológicos que
fundamentarían por qué las personas prefieren
crecer económicamente aunque esto sea sólo
exclusivo de grupos económicos que tienen el control
financiero.

Estructuralistas. Analizan las funciones del
Estado como moderador (promotor) del crecimiento
económico. Dicha promoción se inicia reformando los
estatutos constitucionales y su adecuación para garantizar
la venta de paraestatales, la inversión extranjera en la
extracción, sobreexplotación y distribución
de recursos energéticos. Esto implica, un crecimiento de
la propiedad privada, consecuente monopolización, la
competencia de capitales en sectores claves de la
economía, la mano de obra liberada, abundante, barata y
disponible, y el deterioro de los recursos naturales inherentes a
los recursos energéticos.

El Estado al ser moderador de los efectos del
crecimiento económico sobre el comportamiento humano y su
entorno se encuentra ante dos opciones: propone reformar la
constitución o pospone dichos cambios, permite el libre
fluir financiero o lo regula, maximiza el desempleo y el
subempleo o lo abate, coadyuva el empobrecimiento o lo extiende a
las clases medias, tolera la extinción de los recursos
naturales o lo retarda.

En efecto, es tanto el sistema capitalista como el
Estado moderno quienes promueven un comportamiento conservador de
la estructura de poder económica, política y
social. El Estado ante una crisis económica, mediante la
perecuación de la tasa de ganancia, la devaluación
de la moneda y la inversión estatal, ha favorecido a dos
sectores: financiero y energético.

Consecuentemente, los países de América
Latina, al retomar los fundamentos del Estado moderno permitieron
la sobreexplotación, contaminación,
destrucción, escasez y extinción de los recursos
naturales (principalmente agua, petróleo, gas y
electricidad), así como la desocupación, el
desempleo, el subempleo, la abismal diferencia en el ingreso
entre ricos y pobres, el aumento de la deuda tanto externa como
interna, sus correspondientes altas tasas de intereses y la
inflación permanente (Díaz, 2004).

Por lo tanto, un recorrido socio histórico
económico y político de las problemáticas
(crisis económicas por efectos dominó y fuga de
capitales, consecuente desequilibrio en la balanza comercial,
subsiguiente desempleo, subempleo, desocupación,
consiguiente deterioro en la calidad de vida que se manifiestan
de 1960 a la actualidad, demuestra la moderación del
Estado en el impacto del crecimiento económico sobre la
naturaleza y la humanidad. Se evidencia la necesidad de una
política económica ajustada a una racionalidad
ambiental para conservar la estructura de poder económica,
política y social. Se hace imprescindible la necesidad de
innovar, modelar, analizar y predecir un comportamiento que
gestione una política económica para garantizar
satisfactores básicos tales como salud, empleo y
educación, la explotación estratégica de los
recursos naturales, la transferencia de tecnología a las
comunidades y a las generaciones venideras (Gudynas y Villalva,
2006).

La historia de la formación de dicho Estado
moderno, tiene dos vertientes: la primera indica que el Estado ha
sido una entidad que regula y hace compatibles los intereses
humanos, la segunda vertiente denuncia que el Estado ha sido un
instrumento para ejercer el poder político y
económico. El ejercicio de dicho poder se ha centrado en
la explotación, deterioro y extinción tanto de los
recursos naturales como de los recursos humanos. En tal sentido,
El Estado ha sido lo suficientemente conciliatorio para retardar
la extinción de la biodiversidad y con ella la muerte de
la humanidad como la conocemos hasta hoy (Torres,
2004).

Debido a la racionalidad orientada al progreso, en
América Latina, la sobreexplotación,
contaminación, destrucción, escasez y
extinción de los recursos naturales (agua,
petróleo, gas y electricidad), así como la
desocupación, el desempleo, el subempleo, la abismal
diferencia en el ingreso entre ricos y pobres, el aumento de la
deuda tanto externa como interna, sus correspondientes altas
tasas de intereses y la inflación permanente, son
resultantes de cinco modalidades de política
económica; estabilizadora, conciliadora, ortodoxa,
heterodoxa y neoliberal determinadas por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la
Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL)
(Fernández, Güemes y Vigil 2006).

Los supuestos teóricos del monetarismo y el
intervencionismo son los principales argumentos de la
política económica en América Latina
(Huerta, 2005).

Los monetaristas plantean que el libre juego de las
fuerzas del mercado establece una economía próxima
al pleno empleo y la intervención del Estado se debe
reducir a lo mínimo posible: en esencia, a controlar
estrictamente la cantidad de dinero. Es decir, las
economías tienden a largo plazo hacia el pleno empleo de
los recursos productivos y el gasto público debe limitarse
en lo posible para equilibrar el presupuesto público
anualmente. En contraste, los Intervencionistas sostienen que el
Estado mediante una política fiscal debe estabilizar la
economía, ante una recesión motivada por una
demanda agregada insuficiente. El sector público debe
intervenir manipulando los gastos y los impuestos. Por lo tanto,
el presupuesto se debe equilibrar cíclicamente.

En este sentido, la política económica
estabilizadora ha sido definida como la interpretación del
desarrollo (apertura al comercio exterior, valuación
adecuada de la moneda, incentivos al ahorro interno,
estimulación de la inversión extranjera y
compensación de la balanza de pagos) a partir de programas
e instrumentos de estabilidad fundamentados por la teoría
monetarista y la practica tecnócrata que favorecen un
oligopolio en el financiamiento, producción y
comercialización (Murillo, 2004).

Dichos programas, son a nivel:

Monetario. Plantea el proceso inflacionario
como el efecto de una demanda neutralizada mediante restricciones
monetarias, emisión y circulación mínima de
dinero, regulación del crédito, eliminación
de déficit fiscal, supresión de subvenciones,
eliminación de déficit paraestatal y ajuste de los
salarios en función de la productividad.

Comercial externo. Implica al Banco Central
como corrector de desniveles entre precios nacionales e
internacionales, control de la inflación y desajustes en
la balanza de pagos (diferencial entre importaciones y
exportaciones) mediante un tipo de cambio fijo o
fluctuante.

Social. Se considera como ineludible y
transitoria la sobre explotación de los recursos
naturales, el límite al empleo, la insuficiencia de oferta
y el alza de precios (Alfie, 2003).

Estos programas incluyen seis instrumentos (Dussel,
2004).

Durante las décadas de los 40`s hasta los 60`s
ambas modalidades estuvieron en discordancia, la
producción agrícola disminuyó, la industria
se estancó y hubo escasa exportación manufacturera
y la balanza de pagos se desequilibró. Debido a que se
financió el fracaso de la industrialización del
mercado interno con deuda externa, su amortización
propició un nuevo endeudamiento. En consecuencia,
América Latina no sólo se endeudo, sino
además su integración regional se
obstaculizó.

Finalmente, tanto la política económica
ortodoxa como la heterodoxa se definen y fundamentan a partir de
la inflación inercial (hiperinflación).

En la primera modalidad, la hiperinflación se
genera por un desequilibrio fiscal (se gasta más de lo que
se recauda) y plantea su abatimiento mediante la apertura a la
inversión extranjera y la liberación del sector
financiero a partir de un reajuste en la estructura y finanzas
públicas.

En la segunda modalidad, se plantean dos tipos de
mercados: fijo y fluctuante. En el primero, el Estado controla el
tipo de cambio, el incremento salarial y el aumento de productos
agrícolas. En el segundo, deja fluctuar a la alza los
productos no agrícolas. Sin embargo, la
descoordinación del Estado en el mercado fijo y los
sectores productivos en el segundo, propiciaron más
hiperinflación.

Estas cuatro modalidades de política
económica, estabilizadora, conciliadora, ortodoxa y
heterodoxa, sus programas y mecanismos antecedieron a la
modalidad neoliberal definida por las aperturas a la
inversión extranjera directa en bancos, casas de bolsa,
las transferencias financieras internacionales y la
supresión de controles en las tasas de interés
(Fernández, 2006). Durante la década de los 90`s
esta modalidad y la globalización definida como la
consolidación de mega empresas líderes en
tecnología y la maximización de la
producción en un mercado mundial simultáneo,
facilitan los efectos dominó definidos como los choques
bursátiles de un mercado accionario con otro en
economías emergentes como las de Asía (efecto
dragón), Brasil (efecto zamba), México (efecto
tequila), Argentina (efecto tango) y Rusia (efecto vodka)
(Franco, 2006).

Estos efectos se han explicado desde cuatro
teorías:

Rezago Informativo. Plantea la diferencia de
uso horario que explica por qué las operaciones de los
mercados accionarios poderosos influyen en las operaciones de los
demás.

Precio del arbitraje. Establece la convergencia
de la misma cotización de activos en todos los mercados.
Por lo tanto, se genera el entrelazamiento constante de las
acciones a largo plazo de dos o más
economías.

Choques exógenos. Conocido como fuga de
capitales especulativos (retiro de activos financieros con altos
rendimientos) por parte de bancos, casas de bolsa, fondos de
inversión, fondos de pensiones y tesorerías de las
empresas.

Movimientos comunes. Identifica los flujos de
capital a corto plazo que responden al balance fiscal en cuenta
corriente, tasa de inflación y tamaño de la deuda
externa.

De esta forma, las dos últimas teorías
explican que el efecto dominó es atribuible a choques
exógenos inevitables que afectan simultáneamente a
varios mercados. Con las estadísticas de los
Índices de Precios y Cotizaciones (IPC) de México,
Dow Jones (DOW) de Estados Unidos, Xetla Dax (DAX) de Alemania,
Nikkei (Nikkei) de Japón y FTSE (FTSE) se demostraron los
choques bursátiles originados en Wall Stret con efectos
dominó asimétricos (influyen más en unas que
otras) en las economías emergentes. En consecuencia el
capital financiero norteamericano a través la banca
centraliza el capital y desvaloriza (utilizando un tipo de cambio
que devaluó la monada y aumentó las tazas de
interés) el nivel de la tasa de ganancia para no
garantizar el crecimiento sostenible a ningún
plazo.

América Latina ha resultado afectada directa,
negativa y significativamente (incesante desvalorización
de la moneda, bajos precios internacionales de las materias
primas, supeditación en el funcionamiento de los sistemas
financieros nacionales, descapitalización y desequilibrios
intersectoriales) por este proceso de centralización y
desvalorización.

En tal sentido, la política económica ha
oscilado entre la prevención, evitación y auspicio
de la estabilidad de precios y el crecimiento económico,
la conservación de una estructura económica,
política y social mediante el ejercicio, regulación
y control del poder, así como la comprensión y
explicación de los determinantes sociales. La
política económica se ha planteado como centro y
mecanismo de decisión para destinatarios sociales con
objetivos determinados (Arditi, 2004).

En consecuencia, las modalidades de políticas
económicas develan que los Estados Latinoamericanos
adquieren formas (Sepúlveda, 2003), tales como;

Absolutos. Representación
autónoma abstracta y general de la sociedad, sus procesos
económicos y valores.

Autónomos mínimos.
Representación de intereses concretos y una imagen
mínima de libertad en el ejercicio del poder.

Autónomos relativos.
Representación indirecta de los intereses particulares,
conciliación e intervención en disputas a favor de
un sector financiero energético.

De esta forma, se han consolidado tres tipos de Estados
a través de la historia: equilibrio estable con
autonomía plena, equilibrio inestable con autonomía
relativa y autonomía mínima con desequilibrio
permanente (Mella, 2006).

La segunda entidad moderadora del impacto del
crecimiento económico de las generaciones actuales sobre
las generaciones futuras son las comunidades y su correspondiente
innovación, autogestión y transferencia de
información, estudiados desde las ciencias de la salud, la
antropología, la sociología y la
psicología.

La comunidad plantea la construcción social de la
identidad hacia un barrio y el apropiamiento de un espacio como
las calles, los parques y las plazas (Montenegro,
2004).

Los procesos colectivos que modulan y transmiten el
impacto del crecimiento económico sobre las entidades
comunitarias se han soslayado. En principio, el Estado al ser un
instrumento de poder, lleva a cabo una política
económica que beneficia a un grupo tanto financiero como
energético y desfavorece las necesidades comunitarias. De
este modo, los estudios se avocan a las políticas
públicas y los procesos psicológicos desatendiendo
las estrategias que la comunidad ha sentido, ha innovado, ha
gestionado y ha transferido de una generación antecedente
a otra generación consecuente.

En consecuencia, la función moderadora de la
comunidad ante el impacto del crecimiento económico en
dichos ámbitos locales es explicada desde los paradigmas
(principalmente el paradigma crítico con el
constructivista) a partir de la contingencia de una
problemática. Es decir, el proceso
conceptuación–método–intervención
se establece ontológica y epistemológicamente
sólo si la naturaleza de la problemática permite la
concatenación de los paradigmas en la parte intermedia del
proceso.

Su énfasis en los procesos comunitarios soslaya
los procesos institucionales. Su esencia interventora es derivada
de un enfoque en el que se plantea que a las comunidades no hay
que conceptuarlas y después probar dichas inferencias sino
más bien hay que involucrarse con ellas, en la
consecución de sus demandas y luchas, lo cual implica la
aprensión de estrategias, observación y
cuestionamientos que llevan al investigador a sensibilizarse con
las necesidades comunitarias y a través de ellas a
enriquecer las técnicas de recopilación y
análisis de información (Manero y Soto,
2005).

El investigador se convierte en elemento integrante del
objeto que eligió estudiar de tal forma que adquiere
conocimientos con la comunidad y los construye vía una
interpretación compartida (Musito, 2004).

El contexto socio histórico, incluye necesidades
que están representadas en símbolos, significados y
sentidos trasladados del pasado al presente en marcos de
recuerdos compartidos que al significarse dan forma a una
vertebración de afectos delimitados a espacio generados y
difundidos desde el interior de la comunidad.

Es así como las necesidades comunitarias de las
minorías se diferencian de las necesidades institucionales
de las clases medias. Con base en dicha diferenciación
surge un conflicto expresado en una influencia social
inconsciente y consciente al interior de las entidades
comunitarias en el que se ejerce un poder económico y
político para legitimar el dominio de las instituciones y
la desligitimación consecuente de las comunidades. Dicho
conflicto tendría cinco indicadores: la competencia, la
evitación, el ajuste, el compromiso y la
colaboración determinadas por los valores, las necesidades
y las preferencias comunitarias (Laca, 2005)

Ambas, legitimidad y deslegitimidad se han estado
guardando como recuerdos en la gente para auto representarse como
diferentes respecto de otras comunidades en el transcurrir de la
historia de los pueblos (Barrenetxea, 2006). Y para solucionar el
conflicto, es menester la formación de una identidad de
grupo y su innovación para solucionar las necesidades y su
posterior difusión y transferencia en las generaciones
consecuentes.

Finalmente, la tercera entidad moderadora del impacto
del crecimiento económico de las generaciones actuales
sobre las generaciones futuras son los individuos y sus
correspondientes percepciones, valores, creencias, motivos,
conocimientos, actitudes, habilidades, competencias, conductas y
participación estudiados desde la psicología y la
economía (Farr, 2005).

Sin embargo, la afectividad indicada por
símbolos, significados y sentidos configura entidades
colectivas contrapuestas a las organizaciones. Es decir, los
discursos estéticos contrastan con los discursos
dominantes que individualizan, legitiman y sustentan el poder
principalmente político económico
(Fernández, 2004).

En este sentido, los procesos sustentables se han
explicado a partir de dos psicologías: una afectiva y otra
cognitiva en las que se establece la relación entre las
emociones, los valores, las percepciones, las creencias, las
actitudes, los motivos, las habilidades, la creatividad, las
competencias, las intenciones y los comportamientos deliberados
(observar la tabla 1 en el anexo) (Ibáñez,
2004).

De este modo, las variables cognitivas explican la
relación entre los determinantes de un proceso sustentable
deliberado. En contraste, los factores afectivos describen los
procesos sustentables improvisados.

Ambos procesos, serían esenciales para llevar a
cabo más un desarrollo que un crecimiento
sustentable.

El desarrollo sustentable implicó afectos que
activaron cogniciones. Los individuos, los grupos, las sociedades
y las culturas exploraron, comprendieron y construyeron
descripciones de si mismas como parte de un entorno omnipotente.
Son entidades que conservaron el equilibrio entre sus necesidades
y la disponibilidad de los recursos naturales.

En contraste, el crecimiento sustentable se lleva a cabo
a partir de la necesidad de controlar los procesos naturales que
afectan directa o indirecta, negativa o positiva y
significativamente al comportamiento humano. Es así como
la explicación, la predicción y la
intervención en el entorno, son esenciales para la
humanidad actual y futura. Este tipo de ciencia explicativa
predictiva y tecnología interventora es la suma de
cogniciones: razonamientos y planificaciones sistemáticas
(Piña, 2005).

En efecto, la humanidad es parte de un entorno, ha
explicado más que explorado, y ha modificado más
que conservado, los efectos de lo natural sobre lo
humano.

En consecuencia, el 27.7 de la población infantil
en México es extremadamente pobre (UNICEF, 2005) y
está concentrada en 4 millones en el Estado de
México los cuales contrastan con los 8 millones de
personas entre 15 y 64 años. Ambos grupos coexisten en la
zona con mayor densidad poblacional aproximada de 12 472 648 de
habitantes.

Ahora bien, el 56.3 de la población masculina y
el 48.3 de la femenina entre 15 y 64 años trabajan entre
35 y 48 horas a la semana para sostener sus hogares con ingresos
máximos de dos salarios mínimos.

En tal sentido, la relación entre las actuales y
las futuras generaciones implica intereses más divergentes
que convergentes. Ambas son esenciales tanto para el crecimiento
económico como para el desarrollo sustentable de la
humanidad. A partir de las situaciones derivadas por el cambio
climático, se ha planteado un sistema de desarrollo
equilibrado entre lo que en la naturaleza se encuentra disponible
para el consumo humano y lo que la humanidad esta dispuesta a
consumir. Es en este sentido, que la alianza entre las
generaciones actuales y futuras es indispensable para vislumbrar
nuevas formas de desarrollo: valores, creencias, actitudes,
motivos, habilidades, conocimientos, intenciones, creatividad y
comportamientos. Así como nuevas formas de crecimiento:
investigación, explotación, transformación,
distribución, venta, promoción y consumo de
productos y servicios.

El Desarrollo Sustentable implica la convergencia de los
intereses de las actuales y las futuras generaciones para la
exploración, descripción, explicación y
predicción de un nuevo sistema competitivo y en equilibrio
con la disponibilidad de los recursos naturales.

En consecuencia, la explosión demográfica
y la densidad poblacional son las causas principales de la
probable extinción de la humanidad como especie. La
escasez, desabasto e insalubridad del agua que se espera para el
2025 puede ser la problemática que acelere dicha
extinción (Breña, 2004).

Monografias.com

A partir de la carrera armamentista, las
catástrofes nucleares, meteorológicas y
sismológicas, el informe Burtland, el club de Roma, la
cumbre de Rio y los movimientos ambientalistas, el Desarrollo
Sustentable ha sido difundido como el gran proyecto de la
humanidad para garantizar la convivencia perdurable de los
individuos con otras especies animales y vegetales.

La sustentabilidad ha sido referida como un
desarrollo que garantiza las capacidades y los derechos de
generaciones futuras para utilizar los recursos en función
de su disponibilidad
. La sustentabilidad, puede analizarse a
partir de siete conceptos para evidenciar sus alcances y
límites considerando sus similitudes y diferencias sobre
la racionalidad que emerge como factor entre la naturaleza y la
sociedad.

El término estructura entendido como un
conjunto de normas, valores y creencias que permiten la
relación naturaleza-sociedad, sociedad-individuo,
recursos-necesidades, disponibilidades-racionalidades,
seres-conciencias,
puede ser empleado para analizar la
racionalidad individual en función del Desarrollo
Sustentable.

En tal sentido, se revisaron los presupuestos de siete
autores que directamente se avocaron a analizar la
estructuración de la sociedad, pero que a partir de dicho
trabajo, se puede analizar la estructuración del balance
naturaleza-sociedad conocida como sustentabilidad.

Anthony Giddens introdujo el término
estructuración para referir al proceso de
interacción entre la sociedad y el individuo que
trasciende el individualismo y el colectivismo, la acción
y la estructura, la agencia y la
institucionalización.
Dicho principio puede ser
utilizado para analizar la interrelación entre la
estructura de sustentabilidad y las acciones de ahorro y
dispendio.

Si se integran ambos conceptos, estructuración y
sustentabilidad, es posible definir la estructuración de
la sustentabilidad como el proceso normativo, prescriptivo y
valorativo que determina las decisiones y acciones de consumo en
referencia al balance equitativo de la disponibilidad de recursos
y las necesidades humanas.

De este modo, el Desarrollo Sustentable, puede ser
interpretado como la estructuración de la
sustentabilidad.

A partir de esta acepción:

  • ¿Cuáles son los conceptos que permiten
    develar la estructuración de la
    sustentabilidad?

  • ¿Cuáles de las relaciones entre dichos
    conceptos permiten explorar la estructuración de la
    sustentabilidad?

  • ¿Cuáles son los alcances y los
    límites de dichos conceptos?

A partir de esta conceptuación:

  • ¿Es posible vislumbrar los alcances y
    límites de la sustentabilidad?

  • ¿Es posible esbozar propuestas de
    estructuración de la sustentabilidad?

  • ¿Es posible intuir estrategias de
    intervención para promover la estructuración de
    la sustentabilidad?

Dasein el ser en sí (estar
ahí)

Martín Heidegger (2006 / 1889) planteó el
termino dasein (el ser = sein y estar = da) para referir
la ontología del hombre y analizarlo desde dos
categorías: tiempo y espacio, más concretamente el
ser siendo en el tiempo y el ser estando en el
espacio
. A decir de Heidegger la ontología se refiere
a los momentos sustraídos en el presente que facilitan la
constitución del ser tanto en el tiempo como en el espacio
y que pueden ser recuperados una y otra vez pero en cada
ocasión con un nuevo rostro, principalmente, con un nuevo
sentido del ser. Heidegger propone una nueva concepción de
la constitución del hombre superando la dualidad que lo
tiene anclado a su acción voluntaria y a su acción
determinada.

En este sentido, dasein sería un
fundamento de la estructuración si se considera que el ser
se apropia de un momento para innovarse, renovarse y perpetuarse.
Los seres que estructuran la realidad social son precisamente,
aquellos que capturan un momento para eternizarse a través
de acciones.

Sin embargo dasein es un término
todavía no vinculado con las necesidades individuales que
en tanto intrascendentes por efímeras, sólo buscan
la satisfacción y los placeres inmediatos soslayando la
eternización del ser y reduciéndola a su más
simple expresión: la estructuración de la vida
cotidiana o la vida mundana.

Sería Max Weber (1997 / 1922) quien
introduciría el concepto de tipo ideal para
comprender el dasein considerando:

"La acentuación unidimensional de uno o
más puntos de vista (…) de fenómenos
concretos difusos (…) los cuales se colocan (…) en una
construcción analítica unificada"
(p.11).

El tipo ideal weberiano alude a una
racionalidad instrumental que se gestaba en las
organizaciones industriales, las cuales habían degradado
al ser eternizado de Heidegger a una simple
función productiva.

La racionalidad instrumental

Los individuos que actúan a partir de sus
convicciones olvidan sus responsabilidades (Weber, 1919 / 1986).
Este principio individual es extensivo en el ámbito
organizacional. Es decir, una gran parte de la población
es empleada por micros, pequeñas y medianas empresas pero
sólo unas cuantas mipymes sobreviven en sus primeros
años por seguir sus objetivos y utilizar los medios
consecuentes sin considerar la contingencia del mercado y las
relaciones entre las organizaciones. Una organización con
principios de burocratización estandarizados en sus
relaciones productivas supuso acciones instrumentales que
garantizarían su perpetuidad. Se trató de la
consecución de objetivos y el empleo de medios o recursos
consecuentes a partir de información
antecedente.

Sin embargo: ¿Si el análisis de la
información se da a partir de las necesidades y
expectativas individuales, cómo se lograrían los
objetivos de explotar y emplear los recursos para la
estructuración sustentable de la sociedad?

En este sentido, Simon (1957) propuso una
racionalidad acotada para designar un proceso de toma de
decisiones con base en los límites de información
que pueden ser de orden espacio temporal, pero esencialmente
racional. En tal sentido, los costos de obtener la
información debían estar acordes a los
beneficios.

La racionalidad limitada

Debido a que los seres humanos no pueden aspirar a
conocer la información en torno al inicio y al final de un
proceso sustentable por su transición, debido a que ha
sido imposible acertar al momento coyuntural a partir del cual la
humanidad pueda desarrollarse sostenidamente, debido a que la
humanidad no busca su trascendencia como generación
antecedente para garantizar las capacidades de las generaciones
subsecuentes a través de la optimización de
recursos, las situaciones ambientales y los estilos de vida con
sus correspondientes expectativas, necesidades, decisiones,
intenciones y acciones son limitados.

A decir de Simon (1957) la humanidad, principalmente los
individuos pretendidamente racionales, no pueden establecer
intervalos espacio-temporales a partir de los cuales calculen las
probabilidades de utilidad. En su mayoría, los individuos
emplean heurísticos en los que prefieren bajas
probabilidades de éxito frente a altas probabilidades de
fracaso.

Se trata de decisiones que estructuran las acciones
individuales y se amplifican a los grupos para terminar
estructurando a sociedades. A decir de Giddens (1979) son
acciones prácticas las que invierten el proceso weberiano
y simoniano de racionalidad instrumental limitada. A diferencia
de Weber y Simon, Giddens especula con la posibilidad de que las
personas están influidas por una conciencia social que
orienta sus procesos heurísticos.

La conciencia
práctica
.

A diferencia de la ontología Heideggeriana que
propone la interpretación del hombre a partir de la
eternización de su espacio-tiempo, la ontología
Giddensiana plantea la conciencia práctica como
acción racional. Se refiere a una práctica
conveniente regulada por las instituciones (Giddens, 1991:
p.204).

Anthony Giddens (1979) reconoce la influencia de
Heidegger en su Teoría de la Estructuración.
Señala que su planteamiento se deriva de la
ontología de Heidegger. Incluso está de acuerdo con
la superación de la dualidad: voluntarismo vs
determinismo. Esta trascendencia de la dualidad no sería
para encumbrar al ser en su eternidad espacio-temporal sino para
anclarlo en una vida cotidiana de intención más que
de reflexión, de decisión más que de
sedición, de acción más que de
trascendencia.

La conciencia practica vinculada a la racionalidad
institucional es el fundamento gidennsiano de la
estructuración social. Se trata de mecanismos de
pensamiento y acción favorables a los intereses de los
individuos en relación a la seguridad e incertidumbre de
las instituciones y con ellas, los estados. A decir de Giddens
tanto las instituciones como los individuos son la vía
más práctica de vincular las iniciativas
públicas con las necesidades personales.

Sin embargo, la conciencia practica esta sustentada en
intenciones y decisiones poco deliberadas, planificadas y
sistematizadas. Se trata de acciones que buscan resultados
convenientes al individuo y convincentes al grupo al que
pertenece o quiere pertenecer. En este sentido, la acción
práctica es eficaz pero inefectiva. Es decir, la
conciencia instrumental permite la consecución de
objetivos que sólo benefician al individuo pero que no le
garantizan su bienestar perene. La conciencia práctica es
un espejismo cotidiano en el que los individuos se miran para
afianzar sus intenciones, decisiones y acciones de bienestar.
Tales límites de la conciencia práctica impiden la
estructuración de la sustentabilidad al ser excluyentes
con el mismo grupo al que se pertenece y por ende no
contemplativo de las necesidades de grupos generaciones
posteriores.

Ante los límites de las situaciones, decisiones y
acciones personales, Habermans (1987) propondrá un nuevo
fundamento de la estructuración social: la racionalidad
comunicativa. Se trata de un ámbito simbólico en el
que la acción deja su lugar a los símbolos,
significas y sentidos de los discursos. Si el dasein de Heidegger
trasciende el tiempo y el espacio, el ser discursivo trasciende
las situaciones, sobre todo las personales, y ancla al individuo
en los símbolos compartidos a los cuales supone
significados diferentes, pero que definitivamente, pertenecen a
un repertorio cultural que ya estaba antes que el individuo
surgiera. Antes que la conciencia práctica, los
símbolos ya habían estructurado a las
sociedades.

La racionalidad comunicativa

La estructuración de la sustentabilidad se ha
analizado desde la propuesta Heideggeriana, Weberiana, Simoniana
y Giddensiana de tiempo y espacio en el que el ser se eterniza en
un presente continuo mediante prácticas innovadoras. Sin
embargo, los símbolos, sus significas y sus sentidos de
discurso, ya han estado antes de cualquier acción, incluso
a decir de Habermans (1987), las determinan, delimitan y
diferencian.

A diferencia de Giddens, Habermans sostiene que el ser
no trasciende, con sus acciones, el tiempo y espacio, sino que
más bien, son los símbolos compartidos los que ya
han superado todo significado y sentido del ser en el tiempo y en
el espacio. Es el acto comunicativo la evidencia de que los
símbolos trascendieron al ser. Son los discursos verbales
los que llevaría a la sociedad a estructurar la
sustentabilidad anhelada.

Sin embargo, la estructuración de la
sustentabilidad supone la trascendencia de la relación
ambiente-humanidad en el pasado y el presente. Se trata de una
trascendencia prospectiva que aunque simbólica, influya en
el balance entre la disponibilidad de recursos y las necesidades
humanas. Se trata de volver a la relación causal entre las
decisiones como determinantes de las acciones. Se trata de tomar
decisiones que maximicen los beneficios y reduzcan los costos,
acciones que reduzcan la incertidumbre y los riesgos.

Sin embargo, kahneman (2003) demostró que las
decisiones humanas no están necesariamente, relacionadas
con las acciones. Incluso, las decisiones que maximizan los
beneficios no derivan en acciones que reducen los
riesgos.

La decisión
prospectiva

La estructuración de la sustentabilidad desde los
planteamientos de Heidegger, Weber, Simon, Giddens y Habermans
parece obedecer a una serie de infinita de decisiones y acciones
en el mismo instante en el que surgen las necesidades sin
considerar la disponibilidad de recursos. En este sentido,
Kahneman (2003) estableció una ley fundamental en la toma
de decisiones que develó los inconvenientes de una
estructuración de la sustentabilidad.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter