La intervención de la EEUU y la integración de América Latina como problema y solución
INTRODUCCIÓN
El título de este libro se llama La
intervención de la EEUU y la integración de
América Latina como problema y
solución. El mismo está integrado por textos
políticos que se pueden dividir según
su temática en dos grandes temas.
Que son aquellos dedicados a la patria grande
latinoamericana y a la patria chic a uruguaya. Hay una
relación dialéctica entre una y otra. Dado que la
cuestión que las une y que tiene como objetivo es la
cuestión nacional latinoamericana. Que no está
desligada de la cuestión social, económica,
política, comunicacional, militar, ecológica,
racial, cultural y de género del continente.
Se puede decir parafraseando al título de un
libro fundamental para América Latina de un autor
historiador argentino, rioplatense y latinoamericano como Jorge
Abelardo Ramos que, América Latina, un país. O
mejor aún como lo señalaba hace tiempo el
historiador uruguayo, rioplatense y latinoamericano Alberto
Methol Ferré, América Latina, una nación. El
sur del continente es nuestro norte para los que nos sentimos
orientales y latinoamericanos y analizamos y actuamos en el mundo
desde esa perspectiva como afirmaba otro gran uruguayo,
rioplatense y latinoamericano el historiador Vivían
Trías. Para finalizar esta introducción al libro se
puede decir que en estos tiempos de MERCOSUR, ALBA y UNASUR como
afirmaba el poeta y escritor uruguayo, rioplatense y
latinoamericano Mario Benedetti, El Sur también
existe.
EL "CORAZÓN TERRESTRE" DE
MAKINDER y su aplicación en AMÉRICA DEL
SUR
INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como finalidad identificar aquella
área especial dentro del continente Sudamericano, que ha
sido definida como el Heartland. Para después analizar la
función geopolítica que históricamente, este
ha cumplido y que cumple en el proceso de integración
sudamericano.
Por último, se toma como base principal el
desarrollo de este trabajo, la tesis del geopolítico
inglés Mackinder, respecto al corazón terrestre
(Heartland).-
EL "CORAZÓN TERRESTRE" de
MAKINDER y su APLICACIÓN en
Sud-América.
La tesis del "HEARTLAND" de
MAKINDER.
Primeramente es necesario detallar en una
forma resumida el concepto Tierra Corazón de Makinder ,
para tener una mayor compresión conceptual. Cuando se
aplique a la realidad de nuestro continente
Sudamericano. Para el Geopolítico Ingles, el Heartland se
caracterizaría por ser:
a) Regiones Interiores del Continente. b) Se
caracterizarían por ser Compactas y Aisladas. c) Ocupan
importantes Espacios Centrales que tienen una posición
estratégica. d) Contienen recursos para Industrias y
pueden c onformar poblaciones numerosas. e) Compiten con las
Áreas de la Costa.
El Heartland Sudamericano.
En lo que respecta a nuestro Continente Sudamericano,
mirándolo desde una perspectiva
Geopolítica, se puede diferenciar según Mario
Travassos, Tres Regiones fundamentales. La primera
región la conformarían los países del
Espinazo Andino, la segunda, La Cuenca del Amazonas
y la tercera, La Cuenca del Río de la Plata. Estas dos
últimas están recostadas hacia el
Atlántico.
Entre todos los países que conforman las tres
regiones señaladas, hay un solo país que se
interconecta con los tres. Es país es Bolivia, que es el
Corazón Terrestre de América Latina,
por su posición que ocupa en el Continente.
Desde ese país, se conforma el Hertland que se le
ha dado en llamar el Triángulo de Charcas.
Que lo integran las poblaciones de Sucre, Coch abamba y Santa
Cruz de la Sierra. El Heartland de Charcas se
caracteriza por:a) Tener grandes Recursos Naturales. b) Un Clima
Templado c) Inmune al Ataque Marítimo. d) Un gran
desarrollo de las comunicaciones Aéreas y Terrestres. e)
Un gran desarrollo poblacional en Santa Cruz de la Sierra. La
importancia que tiene esta zona, lleva al profesor Lewis Tambs, a
decir que: 1) Quién rige Santa Cruz domina
Charcas! 2) Quién rige Charcas domina el
Hertland!.3) Quién rige el Heartland domina
Sudamérica!
Función Geopolítica del
Triángulo de Charcas.
El hecho de que Santa Cruz y el Triángulo de
Charcas en sí, estén enmarcados en el territorio
boliviano. No ha hecho que este país, jugara un papel de
liderazgo en el Continente Sudamericano Esto ha sido debido
mirándolo geopolíticamente, a la
superficialidad de la demarcación geográfica
de ese país desde su fundación. Esto ha generado un
dislocamiento interno del territorio, que está sometido a
la mediterraneidad y el aislamiento. Unido a esto, se encuentra
el problema fronterizo, que el geopolítico
Alipio Valencia Vega hace referencia diciendo: La frontera
activa se encuentra mucho más al interior que
la política y por eso precisamente, existe siempre latente
el peligro de que las zonas fronterizas interiores de Bolivia, se
convertían en cualquier momento, en el
Espacio Vital de los países vecinos,
tentándolos hacia la conquista y la
depredación.
En resumen, este no dominio de los bolivianos de su
propio espacio territorial en toda dimensión,
históricamente ha llevado a que el triángulo de
Charcas obrara en contra de sus intereses nacionales y en cambio
sea ambicionado por los argentinos y brasileros, (agrego las
transnacionales).
Que teniendo en cuenta que la geopolítica
enseña que los espacios nacionales vacíos, tarde o
temprano son llenados por sociedades más dinámicas
que terminan por imprimirle su identidad.
Partiendo de ese principio ha guiado fundamentalmente a
los geopolíticos brasileños, como
Mario Travassos a fines de la década del 40, a ver en el
Triángulo de Charcas y en su ángulo
específico, Santa Cruz, como llaves del control
continental y a Bolivia como el Pivote del conflicto
potencial, entre los dos gigantes sudamericanos.
Algunos años más tarde Gülbery Do C
outo e Silva, extendería la dimensión de esa
área pivote, para incluir además de la propia
Bolivia, al Paraguay y al Sud–Oeste de Brasil. Ampliando en
sí el triángulo (Cochabamba, Sucre, Santacruz),
definido por Travassos y trazando en lo que dio en
llamar una zona de soldadura continental, que de por sí
se caracterizaba por la inestabilidad
política y la contienda con otros
países.
Todo esto se reflejó en crear esferas de
influencia brasileñas, utilizando los accesos naturales
que le eran beneficiosos, para ir llenando los espacios
vacíos dejados por los bolivianos en su territorio.
Además como forma de contra- balancear los intereses de la
Argentina en esta zona.
En resumen, tanto la Argentina con su sueño de
dominación virreinal y al Brasil con su
sueño de expansión imperial, al confrontar
por el dominio de la tierra corazón y por el
liderazgo del continente, harían de Bolivia un
continente rehén de esa rivalidad.
Generando grandes conflictos en la zona, que dada la
posición que ocupa en el continente
sudamericano, es una pieza esencial para la paz y el desarrollo
de los pueblos.
EL HEARTLAND
SUD-AMERICANO Y SU PAPEL EN EL MERCOSUR
Recapitulando lo escrito, se ha visto que la rivalidad
argentino-brasileña conduce sólo a la
desintegración de nuestro continente. Para que haya
integración, tiene que haber cosa primera un verdadero
entendimiento entre los dos países grandes. Sin eso la
integración es mera retórica.
Por eso, que el acuerdo firmado entre Argentina y el
Brasil que conducirá en 1991 a la
conformación del MERCOSUR, conjuntamente con
Paraguay y el Uruguay, es un hecho altamente positivo; en el
sentido que revierte una situación de lucha
hegemónica entre los dos grandes del Cono
Sur, que aportaba inestabilidad en el Corazón
Terrestre.
Dentro de este nuevo marco, que se ha
creado nuestra región del Plata, surge una pregunta
¿Qué papel ha de jugar Bolivia Contestando a esta
interrogante, el Catedrático Bernardo Quaglioti de Bellis
decía:
Este país, El corazón Terrestre de
América del Sur, si bien es Andino, como
Amazónico, por razones históricas,
geográficas y económicas pertenece al Cono
Sur.
Casi el 70% de su comercio se canaliza por la Cuenca del
Plata.
Lo dicho por el Catedrático de Bellis, lleva a
reafirmar las llamadas constantes geopolíticas; en la cual
en este caso, si para que hubiera MERCOSUR es necesario una
alianza entre Argentina y Brasil, dónde debe existir un
verdadero equilibrio dentro y fuera de este, en relación a
los otros dos grandes espacios socio-económicos: Pacto
Andino y Acuerdo Amazónico.
La participación de Bolivia es fundamental, como
el pivote geopolítico de América del Sur. Dado que
integración y desequilibrio, genera a la larga
desintegración y es lo que nos lleva a replantear la
integración, pero sobre bases nuevas.
Conclusiones
Para finalizar, se puede agregar que en esta etapa de
integraciones, acuerdos y convenios, que empiezan a experimentar
los Países del Cono Sur, el que Heartland Sudamericano,
sea sinónimo de estabilidad y desarrollo en una forma
plena, se tienen que dar tres elementos importantísimos
que son:
a) El dominio del espacio territorial por parte de los
bolivianos! b)Acuerdos, Convenios entre los países
Intermedios (URUPABOL). ! c) Entrada de Bolivia al MERCOSUR.! En
relación al primer elemento, el gobierno indigenista de
Evo Morales perteneciente al grupo político, llamado
Movimiento al Socialismo (MAS) ha llevado adelante una
política de que el estado Boliviano, tenga una
participación importante en todo su espacio
territorial.
Es decir que aquellas áreas estratégicas
del espacio territorial boliviano dónde hay recursos
naturales de ese país, esté presente asegurando la
soberanía territorial.
En lo que se refiere al segundo elemento, es importante
que los tres países intermedios del Cono Sur. Es decir,
Uruguay, Paraguay y Bolivia, refloten el viejo acuerdo integrador
como lo es el URUPABOL.
La existencia de este acuerdo generaría, un
equilibrio de poderes en términos geopolíticos.
Dado que la columna vertebral de la unidad Sud-Americana, es la
alianza argentino brasileña.
Esta alianza es fundamental para la unidad de Sud-
América, sin la presencia del URUPABOL, generaría
grandes desequilibrios de poder en desmedro de los tres
pequeños países, ya mencionados.
La presencia del URUPABOL, es garantía de que el
delicado equilibrio en lo que se refiere a la
relación del poder existente, entre la alianza
argentino-brasileña y la unión de
Uruguay, Paraguay y Bolivia va a evitar hegemonismo en la
zona Sud- Americana.
Por último, en lo que se refiere a la entrada de
Bolivia al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es de una gran
importancia geopolítica para la integración
sudamericana. Dado que si Bolivia, pasa a ser miembro pleno del
MERCOSUR, el mismo ampliará su zona de
influencia.
La República de Bolivia es el corazón de
Sudamérica en términos de ubicación
geopolítica.
Además de contar su territorio con grandes
recursos naturales ambicionados por Empresas
multinacionales.
Una Bolivia, con un gobierno que defienda la
soberanía económica de su territorio y que
practique la justicia social y racial; es un gran aporte al
MERCOSUR en lo que se refiere a la integración de la zona
Sud-Americana.
Después de analizar cada uno de los tres
elementos para que el heartland sudamericano sea
sinónimo de estabilidad y desarrollo.
Se pasara ahora a analizar la entrada de Bolivia a la
Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA). Este marco
de integración que se inicio con la alianza de Venezuela
bolivariana y la Cuba castrista fundada en el año 2004 y
se fueron sumando diversos países
centroamericanos.
Esto marca un salto cualitativo en la integración
latinoamericana. La entrada de Bolivia al ALBA hace que se
instaure una alianza de países cuyos gobiernos y lideres
comparten una misma visión política e
ideológica con respecto a lo que hace al status -rol del
Estado nacional en relación con la esfera económica
(recursos naturales) y su relacionamiento con las empresas
multinacionales. Además, de la cuestión del medio
ambiente, la justicia social como racial. Es decir, no solo
democracia política sino la democracia s ocial, la
democracia económica y la democracia cultural. Lo que se
llama democracia integral.
Este planteo de democracia integral se manifiesta con
más fuerza en gobiernos como el de Venezuela,
Ecuador y Bolivia.
Otro tema fundamental que tratan los países del
ALBA al cual Bolivia está incluida. Es sobre la
cuestión de la integración latinoamericana. Una
integración que es integral (política, social,
cultural y económica) y alternativa a las políticas
de integración dependiente que ha propuesto (como el ALCA)
y propone (el TLC) los Estados Unidos de Norteamérica
(EE.UU.) a los países latinoamericanos.
Esto lleva a que el ALBA como alianza integradora
latinoamericana tenga un componente bolivariano. Es decir,
antiimperialista más particularmente anti-norte-americana.
Esto se manifiesta con más fuerza con la pasada
administración republicana liderada por el presidente
George Bush hijo. Con respecto, a la actual administración
demócrata liderada por el presidente Barack
Obama.
El conflicto con los países integrantes del ALBA
particularmente con los gobiernos de Venezuela,
Ecuador y Bolivia está aumentando. Esto se debe a que el
gobierno de Colombia con el presidente Alvaro Uribe a la cabeza
ha aceptado abiertamente la instalación de siete bases
militares estadounidenses en su territorio nacional.
En otras palabras, los gobiernos de Colombia y de los
Estados Unidos de Norteamérica firmaron un acuerdo para
que tropas del ejército norteamericano se instalen en
territorio colombiano. Con el argumento de luchar
contra el narcotráfico y la guerrillas de las
Fuerzas Armadas de Colombia (FARC).
Pero, este argumento es criticado por los gobernantes
integrantes del ALBA particularmente el presidente de Venezuela
Hugo Chávez y de Bolivia Evo Morales. Es este
último que afirma a la prensa internacional
que:
Las bases militares son contra los gobiernos, los
presidentes y los movimientos sociales
revolucionarios en Latinoamérica.
Es decir, contra los países y sus gobiernos de
izquierda socialista integrantes del ALBA. Por el hecho de que
los gobiernos particularmente de Bolivia, Venezuela y Ecuador
llevan adelante políticas económicas desde los
estados nacionales que aseguran la soberanía nacional de
los recursos naturales (petróleo, gas, agua dulce, etc.)
que antes controlaban empresas multinacionales de origen europeo
y norteamericano mayoritariamente. Que por lo tanto chocan con
los intereses del imperialismo norteamericano en el continente
latinoamericano.
La lucha o la guerra por el control de los recursos
naturales que abundan en la Cuenca del Río de la Plata, la
Cuenca del Pacifico, la Cuenca del Amazónica y la Cuenca
del Orinoco. Por parte fundamentalmente del imperialismo
norteamericano que necesita de los recursos naturales para
alimentar a su economía.
Esta es la base del conflicto que tienen gobiernos de
Bolivia, Venezuela y Ecuador con la política
hacia el continente latinoamericano de las administraciones
demócratas y republicanas después de terminada la
guerra fría.
La lucha de los gobiernos norteamericanos ya no es
contra la intervención comunista en el
continente latinoamericano (el gobierno de Jacobo Arbenz en
Guatemala) o contra la aparición de nuevas cubas
castristas. Como fue el caso del gobierno de la Unidad Popular
liderado por el socialista Salvador Allende en Chile.
Por más que esa era la excusa para intervenir en
los asuntos internos de los países cuyos gobiernos
planteaban políticas nacionalistas en el área
económica y de justicia social. En otros términos,
planteaban la instauración de una democraci a integral
para sus países (Guatemala, Cuba, Chile, Nicaragua,
etc.).
En relación a este tema Noam Chomsky dice lo
siguiente:
Por tanto, los intereses de EE.UU. se comprenden en
términos globales. La principal amenaza a
estos intereses se representa en los documentos de
planificación de alto nivel como los regímenes
radicales nacionalistas que responden ante las presiones
populares para una mejora inmediata del bajo nivel de vida de las
masas y del desarrollo de cara a las necesidades
domésticas. Estas tendencias entran en conflicto con la
exigencia de un clima político y económico que
lleve a la inversión privada , con una
repatriación adecuada de los beneficios (NSC
(Consejo Nacional de Seguridad) 5432/1, 1954) y la
protección de nuestras materias primas.
Lo citado demuestra que los gobiernos acusados de
comunistas por los gobiernos de la EE.UU. Eran aquellos que en el
llamado tercer mundo particularmente Latinoaméric a
practicaban como dije anteriormente una democracia integral. Es
decir, no s olo una democracia política sino una
democracia social una democracia económica y una
democracia cultural.
Esto llevaba a que el continente latinoamericano se
rebelase contra el status -rol que le adjudicaba el imperio
norteamericano de proveedor de materi as primas baratas al coloso
del norte. En relación a este tema otra vez Noam Chomsky
dice lo siguiente:
Al Sur se le asigna una función de servicio:
suministrar recursos, mano de obra barata, mercados,
oportunidades para la inversión y, en estos últimos
tiempos, un lugar adonde exportar la contaminación.
Durante el último medio siglo, EE.UU. ha cargado con
la responsabilidad correspondiente a la
protección de los intereses de las naciones
satisfechas cuyo poder las sitúa por encima del
resto , los ric os que habitan en paz en sus moradas
a quienes se les ha de confiar el gobierno del mundo , como
planteó el asunto W inston Churchill
después de la Segunda Guerra Mundial.
El conflicto entre los gobiernos de izquierda
(nacionalistas, socialistas, etc.) de los países
latinoamericanos de rebelarse como dije contra el status -rol que
le adjudica el imperialismo norteamericano de ser el continente
proveedor de materias primas, mano de obra barata y mercados para
sus empresas multinacionales. Este conflicto sigue aun cuando se
haya caído el muro de Berlín en el año 1989
y la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) y demás países socialistas
de Europa del Este hayan explosionado.
Los conflictos o las guerras actuales son por los
recursos naturales por partes de las potencias mundiales
particularmente la EE.UU. En relación a este tema Michael
T. Klare nos dice lo siguiente:
Estados Unidos no es la única nación que
después de la guerra fría ha pasado a
conceder mayor significación estratégica a
las preocupaciones de tipo económico y de
seguridad de recursos. Casi todos los países
más importantes vienen haciéndolo desde
1990. Aunque los rasgos principales de tal
reconsideración varíen de unos lugares a otros, en
conjunto estos afanes han resultado en lo q ue podríamos
llamar un economicismo en las cuestiones de
seguridad nacional.
Es así que, después de la derrota del
sistema comunista en Europa Oriental. Las grandes potencias
capitalistas, entre ellas la EE.UU. centra sus baterías en
que sus empresas multinacionales controlen los recursos humanos
de los países llamados del tercer mundo, incluidos los
países latinoamericanos.
Esa es la base de las nuevas guerras regionales con
gobiernos que defienden los intereses económicos
populares. En América Latina h a estos gobiernos el
imperialismo norteamericano no los califica en estos
tiempos de post- guerra fría de comunistas sino
de populistas radicales. En el siglo XXI los enemigos
principales de los intereses norteamericanos en el
continente latinoamericano son los llamados populismos
radicales.
Es así que, bajo este rotulo político e
ideológico caen los gobiernos de Hugo Chávez de
Venezuela, Evo Morales de Bolivia y Rafael Correa de Ecuador. Es
decir, son las políticas llevadas adelante por las
empresas multinacionales pertenecientes a la EE.UU. y a la
Unión Europea. Que quieren quedarse con todos los recursos
naturales que hay en los territorios de estos países
latinoamericanos.
Eso ya lo denunciaba el tres veces presidente de la
República Argentina el General Juan
Perón que decía en el año 1972 lo
siguiente:
Finalmente deseo hacer algunas consideraciones para
nuestros países del Tercer Mundo: 1º
debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y
dientes de la voracidad de los monopolios internacionales que los
buscan para alimentar un tipo absurdo de
industrialización y desarrollo en los centros de alta
tecnología donde rige la economía de
mercado.
Lo dicho por Perón en el siglo pasado advirtiendo
a los países del llamado Tercer Mundo incluido por
supuesto el continente latinoamericano que cuiden sus recursos
naturales de la acción rapaz de la empresas
multinacionales pertenecientes a las potencias capitalistas sigue
estando más vigente que nunca hoy en día. En
dónde, las empresas multinacionales pertenecientes a la
EE.UU. y la Unión Europea ya hace tiempo tienen ambiciones
de monopolizar los recursos naturales que proliferan en la
llamada Faja del Orinoco en Venezuela, en la Amazonia
brasileña y en el Acuífero Guaraní en el
Cono Sur del continente latinoamericano.
Ante estas acechanzas imperiales de las potencias
capitalistas los países integrantes del ALBA tienen que
estar más unidos que nunca. Es decir, consolidar el ALBA
como proyecto de integración para la liberación y
superación de la dependencia y el subdesarrollo de los
países latinoamericanos.
Para eso es necesario que los países cuyos
gobiernos integran el ALBA mantengan una política
antiimperialista particularmente con la EE.UU. Esa
política integracionista y antiimperialista se resume en
el ALBA. En cual Bolivia con su gobierno indigenista liderado por
el presidente Evo Morales juega un gran papel como vanguardia
antiimperialista y bolivariana junto al gobierno de Hugo
Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador.
El presidente de Bolivia tiene muy claro que para
consolidar la democracia integral que instauro en su país.
El ALBA tiene que incorporar cada vez en su seno a mayor cantidad
de países latinoamericanos. Es decir, la liberación
de Bolivia del yugo imperialista particularmente el
norteamericano y de la oligarquía nativa esta unido a la
instauración y consolidación de la Patria Grande
latinoamericana. Es como lo quería el socialista argentino
Manuel Ugarte. En otras palabras, una cosa esta muy ligado a la
otra. En relación a este tema, Manuel Ugarte decía
lo siguiente:
Yo he creído siempre que esas veinte
repúblicas tienen, no sólo el derecho sino
la posibilidad de desarrollarse de una manera
autónoma, salvando con su porvenir y su personalidad, las
prolongaciones hispanas y los derechos de nuestra
civilización en América.
Es así, entonces que las veinte repúblicas
latinoamericanas pueden tener un destino de desarrollo
autónomo del imperialismo de la EE.UU. y de la
Unión Europea si solo conforman una civilización
latinoamericana. No hay otra salida ni otro camino que la de
consolidar el ALBA. La idea de que en la integración de
los pueblos y gobiernos del continente latinoamericano se juega
el destino de cada uno de los países que conforman el
continente. Lo manifiesta de una manera muy clara el General Juan
Perón en el año 1970 reflexionando
sobre su experiencia como propulsor de la integración
latinoamericana desde a fines de la década
del 40 del siglo XX. Desde su puesto de presidente de la
República Argentina llevando a la práctica la
doctrina justicialista. Es así que, Perón dic e lo
siguiente:
Ningún país latinoamericano se puede
liberar por completo si, al mismo tiempo, no se
libera el continente, y si luego el continente no se
integra para consolidar su liberación. Liberarse es
fácil. Consolidar esa liberación es lo
difícil. ¿Por qué Porque si todo el
poder sigue quedando en manos de la
sinarquía, lo que se conquista se pierde muy
rápido.
De lo citado, se desprende que si Bolivia
quiere liberarse, lo mismo que Venezuela y Ecuador se tiene que
liberar al mismo tiempo el continente latinoamericano y luego
Latinoamérica. Para consolidar su liberación se
tiene que integrar. Porque, según Perón, Liberarse
es fácil. Consolidar la liberación es lo
difícil. Dado, que si el poder s igue quedando en manos de
los imperialismos de las grandes potencias capitalistas. Lo
conquistado se pierde muy rápido. Por eso, la
integración del continente latinoamericano y la
experiencia del ALBA es fundamental. Para consolidar la
liberación de las ol igarquías nativas y los
imperialismos de la EE.UU. y la Unión Europea. De
países repito como Bolivia, Venezuela y
Ecuador.
No descarto para nada la experiencia integracionista
latinoamericana de lo que es el Mercado Común del Sur
(MERCOSUR) y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).
Son espacios validos que hay que tener en cuenta a la hora de
analizar los avances dados por los países latinoamericanos
en su integración.
Teniendo claro aquella máxima del revolucionario
ruso Lenin de que la política internacional
es la prolongación de la lucha de clases internas. Estos
procesos y experiencias integracionistas en el continente
latinoamericano. Como el ALBA, el MERCOSUR y la UNASUR
manifiestan políticas exteriores de los diferentes
países del continente. Que pautan una correlación
de fuerzas entre los pueblos y la oligarquía dentro de
cada sociedad capitalista dependiente y subdesarrollada de cada
país latinoamericano. Es claro que la existencia de estos
espacios de integración latinoamericano marcan una
correlación de clases a favor de los pueblos y de aquellos
gobiernos que los interpretan. Pero, también hay que tener
muy en claro la existencia de la ley del desarrollo desigual y
combinado.
En el año 1972 el historiador uruguayo
Vivián Trías analiza esta l ey desde la realidad
latinoamericana de entonces. Es así que dice lo
siguiente:
El desarrollo desigual es, sin duda, hoy más
intenso que nunca. Ello apareja otras consecuencias.
Largos años de balkanización han creado indudables
singularidades en las repúblicas latino-americanas, aunque
en el marco de problemáticas comunes. Combinar las leyes
especificas de cada sociedad, con las leyes generales de la
historia, es hoy esencial para elaborar cualquier esquema
estratégico-táctico capaz de conducir a la
victoria. Hay una revolución liberadora continental, pero
no hay una sola estrategia para alcanzarla. Cada sociedad asume
su propio rumbo, sigue las sinuosidades de sus
propias leyes. Hay un camino chileno, hay un camino
peruano, como hubo un camino cubano. Nadie podrá zafar a
la ley del desarrollo desigual, nadie podrá imponer
fórmulas intransigentes, nadie podrá burlar las
exigencias de diversidad y pluralidad que la vida reclama
imperativamente. Lo que naturalmente, no excluye ni la
solidaridad, ni la confluencia en los comunes y
liberadores objetivos.
De lo citado, se deduce que a diferencia de
lo que se daba en América Latina a inicios de la
década de los setenta del siglo XX. En donde había
un modelo cubano producto de una revolución hecha a
través de la lucha armada contra una sangrienta dictadura.
Un modelo peruano producto de un golpe de estado de
orientación izquierdista dado por las fuerzas armadas
peruanas contra un gobierno oligarca y un modelo chileno producto
de que una coalición de grupos de izquierda llamado
Unión Popular adoptaba la vía electoral para tomar
el gobierno nacional. Es decir, diferentes caminos o estrategias
que pautan las propias leyes de cada sociedad latinoamericana
donde se desarrollan la fuerzas políticas. Estas
particularidades son producto de la balkanización que
fueron sometidos los países latinoamericanos por la
geopolítica imperialista inglesa y después
norteamericana. En tanto hoy en día a fines del año
2009 en el siglo XXI. Se puede también hablar de un modelo
venezolano producto de la revolución bolivariana
encabezada por Hugo Chávez, como un modelo
boliviano también producto de un proceso de cambio de
raíz indigenista liderado por Evo Morales y de un modelo
ecuatoriano llevado adelante por fuerzas políticas de
izquierda que lidera Rafael Correa.
Estos modelos tan distintos producto de las
particularidades de los diferentes procesos históricos que
se dan en cada uno de los tres países. Tienen los tres
modelos nombrados algo en común. Ese algo es que llegan al
gobierno por la vía electoral. Es decir, por un camino
pacífico. Es la relación dialéctica de lo
desigual e igual de los procesos históricos en el
continente latinoamericano.
Con los procesos de integración latinoamericano
como el ALBA, MERCOSUR y UNASUR la balkanización que pauto
el continente latinoamericano va quedando en el pasado. Esto
lleva, a que América Latina hay que mirarla y analizarla
desde su totalidad. Es decir, desde una óptica global. No
desde el ojo de la cerradura de la patrias chicas. En
relación a este tema el pensador uruguayo Enrique
Rodó decía lo siguiente en el año
1913:
Yo creí siempre que en la América nuestra
no era posible hablar de muchas patrias, sino de una
patria grande y única; yo creí siempre que si es
alta la idea de la patria, expre sión de todo lo que hay
de más hondo en la sensibilidad del hombre: amor de la
tierra, poesía del recuerdo, arrobamiento de la gloria,
esperanzas de inmortalidad, en América, más que en
ninguna parte, cabe, sin desnaturalizar esa idea, magnificarla,
dilatarla; depurarla de lo que tiene de estrecho y negativo, y
sublimarla por la propia virtud de lo que encierra de
afirmación y de fecundo: cabe levantar, sobre la patria
nacional, la patria americana, y acelerar el día en que
los niños de hoy, los hombres del futuro, preguntados
cuál es el nombre de su patria, no contesten con el nombre
de Brasil, ni con el nombre de Chile, ni con el nombre de
México, porque contesten con el nombre de América.
Toda polític a internacional americana que no se oriente
en dirección a ese porvenir y no se ajuste a la
preparación de esa armonía, será una
política vana o descarriada.
De lo citado, se desprende que lo dicho por Enrique
Rodó a inicios del siglo pasado, tiene una total vigencia.
Más, en estos tiempos de la presencia de ALBA, MERCOSUR y
de UNASUR. Que lleva que toda política internacional
latinoamericana tiene que llevar a la consolidación de
estos espacios integracionistas en el continente latinoamericano.
Lo opuesto a eso sería como dice E. Rodó una
política vana o descarriada.
Teniendo esto último presente las tareas
históricas de los países que conforman
América Latina es pasar de un Estado Nacional a un Estado
Continental. Esa es la tarea histórica que tiene presente
hoy América Latina. En relación a este punto el
historiador uruguayo Alberto Methol Ferré dice lo
siguiente:
Lo que voy a hacer hoy va a ser un retomar algunas ideas
de un argentino que ustedes y yo estimamos mucho, y
que pienso no han sido desarrolladas nunca suficientemente en
la Argentina. Me refiero a las ideas de
Perón, que repitió en varias oportunidades,
respecto a tres etapas históricas fundamentales: los
estados nación, los estados continentales y finalmente el
horizonte último, un estado mundial. Ese era para
Perón el marco básico de los siglos
XX, XXI y quizás del XXII. Él sostenía que
ahora estábamos en el pasaje de los estados-nación
a los estados continentales, y que esos eran la polític a
mundial hoy; luego vendría el pasaje de los Estados
Continentales al Estado Mundial. Entonces, reflexionando sobre
ese acontecer, decía aquello del año 2000 nos va
a encontrar unidos – o sea, con un estado
continental – o dominado, porque en su
pensamiento estaba que aquellas naciones que no lograran
conformar un estado continental iban a desaparecer
como c entros de autonomía. Pienso que la historia hoy nos
muestra que estamos en la batalla fundamental para el gozne entre
la nación, las nacioncitas de América
del Sur, y el estado continental de América del
Sur.
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