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Leonardo Padura Fuentes. Breve estudio de la obra Adiós, Hemingwey




Enviado por Yirka Maceo Ferrera




    Leonardo Padura Fuentes. Breve estudio de la obra
    Adiós, Hemingwey – Monografias.com

    Leonardo Padura Fuentes. Breve estudio
    de la obra Adiós, Hemingwey

    "Nunca sé quién es el
    asesino, cada

    novela es un aprendizaje de como se
    escribe".

    Leonardo Padura Fuentes

    Leonardo Padura Fuentes, la pluma del misterio, nombrado
    por Ascen Arriazu, nació y vive en La Habana, Cuba. Es
    licenciado en Filosofía por la Universidad de La Habana y
    ha trabajado como guionista, periodista y crítico. Es
    autor de ensayos, volúmenes de cuentos y
    novelas.

    La obra de Leonardo Padura es un pretexto para hablar de
    la sociedad cubana y hacer un examen de conciencia de su
    generación, porque es lo que muestra en ellas.

    De ahí que sus novelas como Pasado
    perfecto
    y Vientos de Cuaresma, premio de la
    Unión de Escritores, satisfagan los gustos más
    disímiles, desde muchos lectores del policíaco
    hasta los detractores del género.

    La tetralogía denominada Las cuatro
    estaciones,
    incluye las obras Pasado perfecto (1991),
    Vientos de cuaresma (1994), Máscaras (1997)
    y Paisaje de otoño (1998), Los tres primeros
    volúmenes de la serie tiene como protagonista al teniente
    Mario Conde, un investigador policial frustrado que no
    sabe por qué es policía, aunque gusta de serlo, y
    que quiere saber en qué momento de su vida se
    equivocó, se emborracha constantemente y para quien el
    amor y la amistad son lo más importante. El asunto
    desbordan son los límites del género para revelar
    un fresco de ciertas zonas de la sociedad cubana, con virtudes y
    defectos, grandezas y miserias. Sus personajes llenos de vida,
    son portadores de un lenguaje y una psicología
    profundamente cubanos.

    La novela Pasado perfecto, premio de la
    crítica, cuenta la historia de un viceministro que comete
    distintos actos delictivos; presidente de los estudiantes en su
    preuniversitario, asciende socialmente hasta llegar a ese nivel.
    Por supuesto es la historia de un oportunista, de un
    arribista.

    La segunda novela Viento de Cuaresma, premio de
    la Unión de Escritores, es una historia que tiene que ver
    con un fraude académico y con el mundo de los estudiantes
    preuniversitarios, donde comienzan a moverse la droga y los
    favores sexuales.

    La tercera, Máscaras ganó el premio
    "Café Gijón" y el de la editorial española
    Tusquets. Es una novela que se remite a la historia de la
    represión cultural de los años 70 en Cuba,
    especialmente sobre los homosexuales, de alguna manera trata de
    ser un homenaje a Virgilio Piñera, que sufrió
    más duramente que nadie esa represión y que
    luchó con más entereza que nadie, porque a
    diferencia de otros escritores que se dejaron derrotar, él
    siguió escribiendo, como había escrito siempre,
    mejor que nunca y murió en el absoluto ostracismo, pero
    dejó escrito siete u ocho libros.

    En la última de la serie, Paisaje de
    Otoño
    , Mario Conde deja la policía.
    Desde la primera novela se pregunta por qué él es
    policía y nunca sabe exactamente por qué lo es. Se
    empeña en realizar su vieja afición de joven, la de
    ser escritor. Es una novela apocalíptica porque termina
    con un acontecimiento que puede significar la disolución
    de su grupo de amigos y luego entra un huracán en La
    Habana. Un huracán que barre con todo. Es una historia
    sobre la amistad y sobre la verdad y la mentira.

    Los nombres de los personajes de la obra de Padura son
    escogidos intencionalmente, algunos como Conde o Marqués,
    de alusiones aristocráticas en apariencia, son simplemente
    apellidos comunes en lengua castellana, pero el autor juega con
    el doble significado, con los tratamientos plebeyos de los
    protagonistas. Explica cómo originalmente el personaje
    principal se llamaba Mario Lamar, y era protagonista de uno de
    sus primeros relatos. Al plantearse el rescate del personaje para
    otros trabajos observó que el apellido Lamar terminaba
    como los verbos en ar españoles y resultaba
    demasiado discordante, por lo tanto tuvo que decidirse por otro
    nombre. Curiosamente Mario Conde es también el nombre de
    un conocido banquero en España, director del Banesto y
    detenido tras un gran escándalo de desfalco, siendo
    también infamemente popular en el panorama
    periodístico y de cotilleo de las crónicas de
    sociedad españolas.

    Los delincuentes que describe son altos funcionarios del
    gobierno cubano, militantes del partido, personas supuestamente
    intachables y de una cierta superestructura. Se pudiera decir que
    son delincuentes mucho más peligrosos que el negro, le que
    todo lo malo lo culpan, porque aquellos hacen mucho más
    daños y roban cosas que le pertenecen no a una persona,
    sino a todas las personas que viven en Cuba.

    Una característica del trabajo de Padura es la
    intertextualidad, en sus obras se reflejan nombres de escritores
    que lo han impresionado de alguna manera, incluso alusiones y
    citas de otros trabajos de los mismos, una especie de homenaje
    personal a aquellos que han conseguido impactarle de alguna
    manera.

    Es muy crítico en sus obras, crítica el
    quinquenio gris y en cuanto al tema del poder gobernante en Cuba
    dice: "El poder trata de hacer olvidar. La represión
    comenzó en los sesenta, fue brutal en los setenta, pero la
    situación ahora ha cambiado, se tiende a
    olvidar".

    La novela Fiebre de caballos va a revelar el
    dominio narrativo y una mirada aguda para penetrar en lo que hay
    de progreso y letargo en la sociedad cubana. Andrés se
    debate por librarse de los conflictos que lo acorralan y descubre
    el amor en una mujer diez años mayor que él. Esa es
    la anécdota de esta novela que es también un
    descubrimiento de experiencias individuales con las que
    podrán identificarse jóvenes de muchos
    países.

    También ha publicado con singular éxito
    varias obras de ensayo, estudiadas en las mejores universidades
    como complemento de las asignaturas de estudios políticos
    latinoamericanos: Con la espada y con la pluma: Comentarios
    del Inca Garcilaso
    , Un camino de medio siglo: Carpentier y
    la narrativa de lo real maravilloso o La cultura y la
    revolución cubana. Conversaciones en La Habana y
    otros.
    Ha escrito también un libro sobre el policial,
    La cenicienta de la novela.

    Padura realizó entrevistas con algunas de las
    más grandes figuras del béisbol. El viaje
    más largo recrea y revive ambientes, tipos, leyendas,
    costumbres que conforman parte de la pequeña historia de
    Cuba, esa que corre paralela y a veces oculta la historia
    nacional. El reportaje que da título al volumen versa
    sobre la presencia china en Cuba, y de las páginas del
    libro emergen fantasmas como Alberto Yarini, el rey de los
    proxenetas cubanos, y Chano Pozo, el tamborero mayor de todos los
    tiempos, y también otros temas como la Virgen de la
    Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y una historia del ron
    cubano.

    Otro libro, Los rostros de la salsa, recoge las
    entrevistas con los mejores cultivadores de ese
    género.

    En la antología El submarino amarillo
    (1993) ofrece una interesante y personal visión del cuento
    cubano entre 1966 y 1991.

    Ha escrito guiones para documentales
    cinematográficos como Yo soy del son a la salsa,
    que mereció premio Coral en el XVIII Festival
    Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La
    Habana.

    Muchos pensaron que el escritor abandonaría para
    siempre la figura de Mario Conde, el investigador protagonista de
    aquellas novelas policiacas, para entregarse a otro tipo de
    narrativa. Como en la última obra de aquel ciclo Mario
    había dimitido de policía para dedicarse a la venta
    de libros antiguos, todos imaginaban que no podría volver
    a ocuparse de casos criminales.

    Sin embargo en la siguiente novela, Adiós,
    Hemingway
    (2001), el reaparece y vuelve a investigar. Lo hace
    bajo un chantaje moral, ya que la policía quiere acusar al
    difunto Ernest Hemingway del asesinato de un hombre, cuyo
    cadáver es descubierto por casualidad, después de
    casi cuarenta años, en el jardín de Finca
    Vigía, la residencia cubana del escritor norteamericano.
    El ex teniente necesita descubrir qué tuvo que ver
    Hemingway, su ídolo y, al mismo tiempo, su
    obsesión, con ese homicidio, porque no puede permitir que
    se vitupere el nombre de un mito de la literatura.

    Pensamos que es una gran idea de Padura para poder sacar
    a escena al investigador, ya que Mario siente debilidad por los
    grandes escritores, siendo él mismo un policía
    "intelectual", que sueña con poder dedicarse algún
    día a escribir novelas. Sin embargo, en La cola de
    la serpiente
    , un cuento largo que Padura
    publica en el mismo tomo como apéndice a Adiós,
    Hemingway
    , encontramos aún a Mario Conde, que es
    todavía un policía y tiene que descubrir al
    culpable del asesinato que se produjo en la Chinatown de La
    Habana.

    En su última novela, La neblina del ayer,
    el Conde va en la actualidad a trabajar de librero anticuario se
    vuelve a enfrascar en un caso criminal, recuperando sus
    peculiares dotes de detective, porque una implicación
    directa en un asesinato es una buena razón para sacar otra
    vez su talento policiaco y volver a la
    investigación.

    Adiós, Hemingway es la novela de la cual
    realizaremos nuestro trabajo específicamente, es una
    novela policial inscrita en la tradición de la
    novela-enigma con algunos condimentos del hard-boiled. se trata
    de un libro escrito en clave de homenaje, movido por la
    pasión de querer saldar deudas literarias, en este caso
    del narrador cubano.

    Ambientada en el 2001, en plena Habana no suscrita a las
    postales, tenemos a Mario Conde, un teniente investigador
    retirado de la policía que se gana la vida vendiendo
    libros de segunda mano. Confeso lector y escritor relativamente
    frustrado porque una de las razones que lo llevó a
    abandonar las fuerzas del orden fue la de dedicarse a
    escribir.

    La vida de Conde parece estar marcada por la rutina.
    Hasta que un día, en un bar, recibe la visita de un
    policía amigo que le comunica que han descubierto los
    restos de un cadáver en Finca Vigía, propiedad que
    ocupó el escritor norteamericano en su estancia habanera.
    La noticia de un posible asesinato cometido por Hemingway, a
    cuarenta años de su suicidio, lleva al teniente retirado a
    intentar esclarecer el enigma, con el aditivo de que al lado de
    los restos también se ha encontrado una chapa del
    FBI.

    Es esta obra se puede observar la concepción de
    la fisonomía moral de sus personajes. En este caso, las
    palmas se las llevan Conde y los obreros, ahora longevos, de
    Hemingway, el Papa (sin tilde), que obedecen a los nombres de
    Ruperto, Calixto, Tenorio y Raúl, quienes estuvieron con
    el Papa la noche que dieron muerte al agente del FBI, en octubre
    de 1958.

    A través de lo que va recopilando, Conde va
    recreando los últimos años de Hemingway, de sus
    paseos por La Habana, de sus obsesiones, reyertas y amores. Vale
    recalcar la escena del romance de Papa con Ava Gardner y de sus
    ansias por querer completar lo que llevaba escribiendo pero que
    no podía a causa de un bloqueo creativo con tintes de
    modorra y agotamiento cerebral a causa de los tratamientos
    psiquiátricos a los que fue sometido. En este aspecto
    Padura no cae en el juego de pintarnos a un Hemingway en todo su
    esplendor, sino que lo muestra: arrogante, envidioso, bebedor y
    muy fiel a sus obreros.

    Lamentablemente, las pesquisas que Conde va acumulando
    no está entre lo mejor de la novela, pero esto es salvado
    por los diálogos muy bien hilvanados y los giros
    narrativos que llevan al lector de turno a no saltarse las
    páginas.Mario Conde es personaje de toda una saga de
    novelas policiales que gracias a "Adiós, Hemingway" se ha
    convertido desde ya en una búsqueda personal que espero
    completar en el curso de las próximas semanas.

    Padura de Adiós Hemingway
    plantea: "Hemingway fue mi primera gran influencia literaria, me
    engañó dos veces: la primera cuando me hizo creer
    que escribir como él era muy fácil; la segunda
    cuando me hizo creer que la vida de los escritores era así
    de divertida". .."Había una motivación que alguna
    vez me llevaría a escribir sobre él, pero no como
    ensayo, la forma en la que se construye una biografía.
    Quería escribir sobre el Hemingway más real, lejos
    del escenario, cuando se enfrenta con sus dos grandes temores: la
    imposibilidad de escribir y la muerte", explica mencionando
    también la egolatría del gran americano. Pero ambos
    engaños ya se los ha perdonado. No así el
    descubrimiento de que fue un traidor para con algunos de sus
    mejores amigos. Es toda esta desilusión la que lo
    llevó a ir "cocinando", como él dice, la novela. No
    lo critica sino que trata de entender sus sentimientos sobre todo
    en los últimos momentos de su vida.

    Leonardo Padura Fuentes es una personalidad que no se
    debe pasar por alto al estudiar la literatura cubana del siglo
    XX. Ha sabido desarrollar una literatura que invita y motiva a su
    lectura, por escribir mostrando sentimientos de su patria, por su
    sencillez, su seria simpatía y su accesibilidad, donde se
    disfruta de la incertidumbre del misterio, del crimen irresuelto
    que va deshilvanándose mediante las pesquisas del Conde y
    representación de la Cuba vivida por el escritor, la
    sociedad de La Habana, con sus problemas y sus
    prejuicios.

    Anexos

    Anexo # 1

    Bibliografía activa de Leonardo
    Padura Fuentes

    AñO

    Género

    OBRAS

    1984

    ensayo

    Con la espada y con la
    pluma

    1987

    ensayo

    Colón, Carpentier, la mano, el
    arpa y la sombra

    1988

    novela

    Fiebre de caballos

    1989

    cuento

    Según pasan los
    años

    1989

    ensayo

    Lo real maravilloso, creación
    y realidad

    1989

    reportaje

    El alma en el terreno( en
    colaboración con Raúl Arce)

    1991

    novela

    Pasado perfecto

    1994

    novela

    Vientos de cuaresma

    1994

    reportaje

    El viaje más largo

    1995

    ensayo

    Alejo Carpentier y la narrativa de lo
    real maravilloso

    1997

    novela

    Máscaras

    1997

    cuento

    La puerta de Alcalá y otras
    cacerías

    1997

    entrevista

    Los rostros de la salsa

    1998

    novela

    Paisaje de otoño

     

    Autor :

    Yirka Maceo Ferrera.

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