- Introducción
- La Solución
espiritual del problema económico - Los problemas de la
humanidad ya no pueden resolverse a base de gobiernos
nacionales. Lo que hace falta es un Gobierno
Mundial - Un Desarrollo Social, La
unidad de la raza humana, Unidad en diversidad - La Ciudadanía
Mundial: Una Ética Global para el Desarrollo
Sostenible; y El Punto Decisivo para Toda Nación.
Comunidades Sostenibles en un Mundo. por Comunidad
Internacional Baha'i - Un nuevo orden Mundial.
Pronto este viejo orden mundial será plegado, y uno
nuevo extendido en su lugar (Baháulláh, La
Gloria de Dios, 1817-1892) - El mensaje de
Bahá'u'lláh es un mensaje de esperanza, de
amor, de justicia, unidad , reconstrucción
práctica - Algunos Principios bahais
revelados por Dios para el bienestar y desarrollo de toda la
humanidad - Sobre
Baháulláh
Introducción
Vemos a la humanidad como una sola. De modo que cualquier
meta que no sea ayudar a todo el mundo no es una buena
meta.La proclamación de la Unidad de la Humanidad
-piedra fundamental del dominio de Bahá'u'lláh-
no debe ser comparada bajo ninguna circunstancia con algunas
expresiones de piadosa esperanza pronunciadas en el pasado.
El suyo no es un nuevo llamamiento proferido por Él,
solo y sin ayuda, frente a la oposición implacable y
combinada de dos de los más poderosos potentados
orientales de su época, siendo Él un exiliado y
prisionero en sus manos. Significa a la vez una advertencia y
una promesa de que en ello reside el único medio de
salvación de un mundo en gran sufrimiento; una promesa
de que su concreción está cercana.El mensaje central que Bahá'u'lláh ofrece en
este Día a la humanidad es el de la unidad y la
justicia. Dos citas a menudo empleadas por los
bahá'ís lo resumen: ¡OH HIJO DEL
ESPÍRITU!Ante mi vista lo más amado de todas las cosas es la
Justicia, no te apartes de ella si me deseas, no la descuides
para que confíe en ti. Con su ayuda verás por
tus propios ojos y no por los ojos de otros, conocerás
con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de
tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo
te corresponde ser. En verdad, la justicia es mi don para ti
y el signo de mi amorosa bondad. Tenla, pues, ante tus
ojos."La Tierra es un solo país, y la humanidad sus
ciudadanos". También afirmó: "El bienestar de
la humanidad, su paz y seguridad, son inalcanzables a menos
que su unidad sea firmemente establecida'. Esta es la
recomendación de Dios, el divino y omnisciente
Médico, para nuestro desfalleciente mundo.-
La
Solución espiritual del problema
económicoErradicación de los extremos de pobreza y
riqueza ."Hasta el mejor plan elaborado, si no esta basado en
lo espiritual, no dará buenos frutos, pues solo lo
espiritual, hace que pensemos antes en los demás
que en nosotros mismos", Ama a tu prójimo
más que a ti mismo" Baháulláh."El equilibrio del mundo ha sido trastornado por la
vibrante influencia de este grandioso, este nuevo Orden
Mundial. La vida ordenada de la humanidad ha sido
revolucionada por obra de este único y maravilloso
Sistema, nada semejante al cual ojos mortales
jamás han presenciado". (Baháulláh,
La Gloria de Dios(1817-1892)Satisfacer las necesidades materiales, asegurar la
educación universal, crear las instituciones
democráticas y los códigos de leyes en
todos los niveles de nuestra sociedad mundial en aras del
progreso económico y de la justicia social; todos
éstos son elementos esenciales de un modelo de
desarrollo universal digno del siglo XXI. Pero no son
suficientes. Hasta que las necesidades tanto materiales
como espirituales y las aspiraciones de las personas no
reciban su debido reconocimiento, los esfuerzos por el
desarrollo continuarán viéndose frustrados
en su mayor parte. La felicidad, la seguridad y
bienestar, la cohesión social y la justicia
económica no son meros subproductos de los logros
materiales.Antes bien, éstos surgen de la
interacción entre las satisfacción de las
necesidades materiales y sociales y la realización
espiritual de la persona.Al vincular el progreso material a las aspiraciones
espirituales fundamentales, y al apelar a los valores
universales que permiten a las personas trascender sus
intereses más inmediatos, los pueblos de la tierra
se verán facultados para traducir los ideales y
principios más elevados en actividades
constructivas y constantes para su propio bienestar y el
de sus comunidades.Así pues, un modelo que aspire a procurar la
prosperidad universal debe tener en cuenta la naturaleza
espiritual y material de la persona y de la sociedad, y
al mismo tiempo atender a la interdependencia creciente
de los pueblos y naciones del planeta. Los Escritos
Bahá'ís prevén el surgimiento de un
nuevo modelo de desarrollo en que las regiones del mundo
se "unan para compartir aquello de lo que las
demás carezcan. Esta unión -se nos asegura-
traerá consigo la verdadera civilización,
aquella en que lo espiritual se expresa y realiza en lo
material".-
Los problemas
de la humanidad ya no pueden resolverse a base de
gobiernos nacionales. Lo que hace falta es un Gobierno
MundialY éste puede conseguirse si se refuerza el
sistema de Naciones Unidas".A través de Sus escritos
Bahá'u'lláh utiliza de manera
congruente los términos "orden", "orden
mundial" y "nuevo orden mundial" para describir los
cambios continuos y trascendentales que están
ocurriendo en la vida política, social y
religiosa del mundo. Hacia finales de los años
sesenta del siglo pasado, escribió: "El
equilibrio del mundo ha sido trastornado por la
vibrante influencia de este grandioso, este nuevo
Orden Mundial. La vida ordenada de la humanidad ha
sido revolucionada por obra de este único y
maravilloso Sistema, nada semejante al cual ojos
mortales jamás han presenciado".Existen numerosas vías por las que una
Comisión semejante, o incluso el propio Poder
Legislativo Mundial, podría acometer la
delimitación de fronteras justas para todas
las naciones. Por abrumadora que parezca la tarea,
ésta reviste gran importancia para el proceso
de construcción de un nuevo orden.
'Abdu'l-Bahá escribe: "La verdadera
civilización desplegará su estandarte
en el mismísimo corazón del mundo
cuando cierto número de sus distinguidos y
magnánimos soberanos -ejemplos brillantes de
devoción y denuedo- se levanten por el bien y
la felicidad de toda la humanidad, con firme
resolución y clara visión, con miras a
establecer la Causa de la Paz Universal.
Deberán hacer de la Causa de la Paz el objeto
de una consulta general, y procurar por todos los
medios a su alcance establecer la Unión de las
naciones del mundo. Deberán concluir un
tratado vinculante y establecer un convenio cuyas
disposiciones sean sólidas, inviolables y
definitivas. Deberán promulgarlo ante todo el
mundo y recabar para él la sanción de
todo el género humano. Esta empresa, noble y
suprema –verdadera fuente de paz y bienestar
para el mundo entero- deberá ser considerada
sagrada por la totalidad de cuantos habitan la
tierra. Todas las fuerzas de la humanidad
habrán de movilizarse para asegurar la
estabilidad y permanencia de este Más Grande
Convenio. En este Pacto universal los límites
y fronteras de cada nación quedarán
fijados claramente, los principios fundamentales de
las relaciones entre los gobiernos serán
definitivamente establecidos, y todos los acuerdos y
obligaciones internacionales quedarán
estipulados. Asimismo, el arsenal de cada gobierno
habrá de ser estrictamente limitado, pues si
se consintiera el aumento de las fuerzas y
preparativos de guerra de cualquier nación,
ello levantaría las sospechas de los
demás. El principio fundamental sobre el que
reposa este Pacto solemne deberá ser fijado de
modo tal que si en lo sucesivo un gobierno violase
cualquiera de sus disposiciones, todos los
demás gobiernos de la tierra deberían
alzarse para reducirlo a completa sumisión;
más aún, el conjunto de toda la
humanidad debería decidir, con todas las
fuerzas a su disposición, aniquilar tal
gobierno. De aplicarse éste el más
grande de los remedios al cuerpo enfermo del mundo, a
buen seguro se repondrá de sus males y
permanecerá eternamente seguro y a salvo".'Abdu'l-Bahá, The Secret of Divine
Civilization.-
Un
Desarrollo Social, La unidad de la raza humana,
Unidad en diversidadLas enseñanzas bahá'ís
valoran y promueven la diversidad cultural, no la
uniformidad. En este momento histórico no
contemplamos la posibilidad de imponer un idioma
mundial. Antes bien, imaginamos que los pueblos y
naciones han de mantener sus idiomas locales y
nacionales, al propio tiempo que son alentados a
adquirir el idioma universal.Ciertamente tal idioma universal
acabará enseñándose como
disciplina obligatoria en todas las escuelas del
mundo. Pero ello no debería en modo alguno
ir en detrimento de las legítimas
expresiones lingüísticas locales y
nacionales, o de la diversidad cultural."Se aproxima el día cuando todos los
pueblos del mundo habrán adoptado un
idioma universal y un sistema común de
escritura", escribió
Bahá'u'lláh a fines del siglo
pasado. "Cuando esto haya sido logrado,
cualquiera que sea la ciudad a la que un hombre
viaje, será como si entrara en su propio
hogar". Bahá'u'lláh.En una "aportación especial" al Informe
de Desarrollo Humano de 1994, James Tobin,
ganador del Premio Nobel de Economía de
1981, apunta que una "moneda única y
permanente" eliminaría gran parte si es
que no todas las turbulencias relacionadas con el
impresionante cúmulo de
especulación que hay en los mercados
mundiales. Tras hacer notar que tal moneda
única mundial está aún muy
lejos de ser realidad, propone como medida
provisional un "impuesto internacional uniforme"
para las transacciones cambiarias puntuales.El principio de la seguridad colectiva fue
planteado por Bahá'u'lláh hace ya
un siglo en sus cartas dirigidas a los reyes y
gobernantes del mundo: "Sed unidos, oh reyes de
la tierra, pues en gracia a ello se
apaciguará la tempestad de discordias que
hay entre vosotros, y vuestros pueblos
hallarán descanso, ojalá que
fueseis de los que entienden. Si alguno de
vosotros tomara las armas contra otro, alzaros
todos contra él, pues ello no es sino
justicia manifiesta".Lo cual no significa que la prohibición
de estos armamentos deba aguardar al desarrollo
completo y despliegue de tal Fuerza. Apoyamos sin
reservas los pasos que actualmente vienen
dándose para renovar el Tratado de No
Proliferación de Armas Nucleares,
así como para establecer una
prohibición firme y exhaustiva de las
pruebas nucleares, y cuantos esfuerzos vayan
encaminados a eliminar las armas nucleares,
químicas o biológicas. Igualmente,
deben realizarse mayores esfuerzos para
restringir el empleo de armas convencionales
tales como minas, responsables de muertes
indiscriminadas. (Comunidad Internacional Baha'i,
Hora Decisiva para todas la Naciones)La Cumbre Mundial para el Desarrollo Social es
en sí misma prueba palpable del fracaso
del actual modelo de desarrollo en cuanto garante
de la seguridad y bienestar de los pueblos y
naciones tanto del Norte como del Sur. La esencia
de este modelo fallido se asienta en una
arraigada visión materialista del
propósito y naturaleza fundamentales de la
persona y de la sociedad.Satisfacer las necesidades materiales,
asegurar la educación universal, crear las
instituciones democráticas y los
códigos de leyes en todos los niveles de
nuestra sociedad mundial en aras del progreso
económico y de la justicia social; todos
éstos son elementos esenciales de un
modelo de desarrollo universal digno del siglo
XXI. Pero no son suficientes.Hasta que las necesidades tanto materiales
como espirituales y las aspiraciones de las
personas no reciban su debido reconocimiento, los
esfuerzos por el desarrollo continuarán
viéndose frustrados en su mayor parte. La
felicidad, la seguridad y bienestar, la
cohesión social y la justicia
económica no son meros subproductos de los
logros materiales. Antes bien, éstos
surgen de la interacción entre las
satisfacción de las necesidades materiales
y sociales y la realización espiritual de
la persona.Al vincular el progreso material a las
aspiraciones espirituales fundamentales, y al
apelar a los valores universales que permiten a
las personas trascender sus intereses más
inmediatos, los pueblos de la tierra se
verán facultados para traducir los ideales
y principios más elevados en actividades
constructivas y constantes para su propio
bienestar y el de sus comunidades.Así pues, un modelo que aspire a
procurar la prosperidad universal debe tener en
cuenta la naturaleza espiritual y material de la
persona y de la sociedad, y al mismo tiempo
atender a la interdependencia creciente de los
pueblos y naciones del planeta. Los Escritos
Bahá'ís prevén el
surgimiento de un nuevo modelo de desarrollo en
que las regiones del mundo se "unan para
compartir aquello de lo que las demás
carezcan. Esta unión -se nos asegura-
traerá consigo la verdadera
civilización, aquella en que lo espiritual
se expresa y realiza en lo material".La Comunidad Internacional
Bahá'í cree que la
Declaración y el Programa de Acción
pueden contribuir significativamente a un
desarrollo social genuino, como demanda el siglo
XXI, a condición de que tanto las
necesidades espirituales como materiales y las
aspiraciones de los pueblos del mundo reciban
cumplido tratamiento.Hoy en día, a las puertas del nuevo
milenio, la marcha hacia la unidad mundial se ha
convertido en una de los rasgos dominantes de la
vida social. Está surgiendo de manera
evidente una conciencia mundial. Crece el
número de personas convencidas de que la
construcción de un planeta pacífico
y justo no sólo es posible, sino que, en
verdad, resulta esencial para la supervivencia
misma de la humanidad.Simultáneamente, coexisten sectores
significativos de la comunidad mundial entre
ellos muchos teóricos sociales,
economistas líderes religiosos y
seculares, que adoptan el punto de vista
según el cual los hombres son seres
incorregiblemente egoístas y agresivos, y
por tanto incapaces de erigir un orden social
pacífico, progresivo y mundial en sus
alcances. Tan cínico punto de vista sobre
la naturaleza humana, con su corolario de
actitudes y comportamientos, ha contribuido
enormemente a los males que azotan a la sociedad
actual: la pobreza, el desempleo, la lucha
social, el consumismo, el nacionalismo
chauvinista, la guerra, y la apatía moral
y espiritual.Si la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social
ha de "sentar las bases del trabajo de las
Naciones Unidas en la esfera del desarrollo
social de las generaciones venideras", tal y como
el Secretario General de las Naciones Unidas ha
sugerido, habrá de examinar las dos
cosmovisiones mencionadas, y reconocer en
consecuencia que mientras que la primera de ellas
proporciona inspiración e impulso a un
progreso social sin precedentes, la segunda
sólo alienta la sospecha y la
división.Debe lograrse que una manera de pensar y un
espíritu integrador nuevos arrojen luz
sobre los puntos centrales de la Cumbre. No debe
permitirse que el proceso de la Cumbre se
desvíe con llamadas a estrechos intereses
materiales y nacionales, no importa de qué
lado vengan ni en qué términos se
expresen. En este punto hará falta
practicar una vigilancia constante.Para superar el particularismo y la mentalidad
provinciana se necesitará contar con
iniciativas audaces y gran valor por parte del
Comité Preparatorio. La responsabilidad
por fomentar el bienestar de todos los miembros
de una sociedad particular -principio elemental
del bienestar social moderno- debe ampliarse
hasta abarcar a todos los pueblos de la tierra.
Sólo al aceptar el principio de la unidad
de la humanidad puede el Comité
Preparatorio garantizar que las deliberaciones
del proceso preparatorio se centren en el
bienestar de la familia humana entera, ampliando
el concepto de bienestar social, que de esta
manera superaría las fronteras nacionales
para aplicarse a la totalidad del mundo. Por lo
tanto, urgimos a que el Comité
Preparatorio convierta el principio de unidad de
la humanidad en el "tema central y vertebrado de
la Cumbre", y a que explore sus consecuencias
para los pueblos y naciones de la tierra, y a que
lo transforme en programas realizables y
compromisos prácticos.La unidad de la humanidad, y su corolario, la
unidad en la diversidad, son de aplicación
tanto para las personas como para las naciones.
Constituye un criterio práctico, y a decir
verdad esencial, para el reordenamiento de la
vida a escala planetaria. La unidad de la
humanidad es tanto una declaración de
principio como meta última de la
existencia humana.Implica, pues, mucho más que una
predisposición a cooperar; trasluce la
añoranza que sienten las personas por un
mundo impregnado de tal espíritu de
comunidad, compañerismo y
compasión, que torna intolerables y en su
día impensables la miseria, la
degradación, la violencia y la
opresión. En un mundo así la paz,
la justicia social y económica, la
prosperidad y la libertad, estarán a la
orden del día. La aceptación
creciente de la unidad de la humanidad es la
fuerza más poderosa que impulsa al mundo
hacia la unidad.En un mundo cuya interdependencia se
intensifica día a día, ya no es
posible que un pueblo o una nación logren
la prosperidad a expensas de la de otros pueblos
y naciones. Por tanto, el avance en los temas
centrales de la Cumbre -logro de una
integración social duradera,
paliación de las causas básicas de
la pobreza, y la expansión del empleo
productivo y constante- sólo puede
conseguirse mediante estrategias y actuaciones
que fomenten la unidad interna y externa de las
naciones de la tierra. Un compromiso firme con el
principio de unidad de la humanidad
servirá en gran medida para que el
Comité Preparatorio elabore una
"estrategia global y un plan de acción
"eficaces que brinden respuesta a estos temas
centrales.Indudablemente, la educación y los
programas de formación contarán con
una presencia significativa en esta estrategia
global y plan de acción. Dichos programas
deben promover el principio de la unidad de la
humanidad y hacer comprender lo inexorable, por
más que turbulento, del avance de la
civilización hacia una integración
global. Sólo en la medida en que los
pueblos del planeta hagan suyo este principio,
discerniendo en los grandes cambios que afectan a
la sociedad los signos de integración,
podrán desarrollar su confianza en el
futuro, mostrarse dispuestos a sacrificarse por
el bien común, y verse facultados para
desempeñar un papel activo y constructivo
a nivel local, nacional y, finalmente, mundial.
La capacidad de pensar globalmente se está
convirtiendo en un requisito del desarrollo
económico y social de toda nación y
pueblo. Pues es en tal reconocimiento en donde
arraiga el conocimiento, las actitudes y las
destrezas necesarias para operar eficazmente en
un mundo que avanza velozmente hacia su
integración.Por consiguiente, la Comunidad Internacional
Bahá'í insta a que el Comité
Preparatorio rechace las justificaciones de
intereses nacionales y materiales de miras
cortas, y a que adopte la unidad de la humanidad
como piedra de toque moral para la estrategia
global y plan de acción para el desarrollo
social. La aceptación de tal principio
integrador ha de facilitar el descubrimiento y
puesta en marcha de soluciones duraderas a los
abrumadores problemas sociales que tiene ante
sí la Cumbre. Pues únicamente a
medida que los pueblos del mundo empiecen a mirar
el planeta como un solo hogar y a sus habitantes
como un solo pueblo, empezarán a tomar
forma la visión, la entereza moral y el
compromiso necesarios para enfrentarse a los
complejos retos del desarrollo social. Entonces,
y sólo entonces, podrá la humanidad
erigir un orden social cuyas fronteras sean los
confines mismos del planeta. Dirigiéndose
a esta época, escribió
Bahá'u'lláh escribió: "No te
gloríes de que amas tu país, sino
de que amas a toda la humanidad". Sobre la
Comunidad Internacional Bahá'í
Oficina de las Naciones Unidas… ©1997-2001
— The Bahá'í International
Community United Nations Office-
La
Ciudadanía Mundial: Una Ética
Global para el Desarrollo Sostenible; y El Punto
Decisivo para Toda Nación. Comunidades
Sostenibles en un Mundo. por Comunidad
Internacional Baha'iCon la llegada del siglo XXI que se
aproxima velozmente, los gobiernos, las
organizaciones y los pueblos están
gastando enormes energías para
desarrollar comunidades que sean socialmente
vibrantes, unidas y prósperas. La
Conferencia sobre Domicilios Humanos
(Albergue II) de las Naciones Unidas, que se
une a las grandes conferencias globales de
estadécada, es un hito en estos
esfuerzos y presagia avances mayores en el
desarrollo comunitario.Sin embargo a largo plazo los esfuerzos
por construir comunidades tendrán
éxito sólo en la medida en que
entrelacen el progreso material con las
aspiraciones espirituales fundamentales,
respondan a la aumentativa entre dependencia
entre los pueblos y naciones del planeta, y
establezca un marco dentro del cual todos los
pueblos puedan ser participantes activos en
el gobierno de sus sociedades.A éstos tres elementos
fundamentales de comunidades sostenibles es
que se dirigen los siguientes
comentarios.El progreso material debe reflejar los
principios y las prioridades espirituales La
naturaleza humana es fundamentalmente
espiritual. Por lo tanto es poco probable que
las comunidades lleguen a ser
prósperas y sostenibles a menos de que
tomen en cuenta la dimensión
espiritual de la realidad humana y busquen
fomentar una cultura en la cual el desarrollo
moral, ético, emocional e intelectual
del individuo sean de preocupación
primaria. Es en tal ambiente donde el
individuo tendrá probabilidad de
llegar a ser un ciudadano realizándose
constructivamente y dirigido al servicio,
trabajando para el bienestar material y
espiritual de la comunidad, y donde pueda
desarrollarse efectivamente una visión
en común y un sentido de
propósito compartido.Por ende los aspectos materiales del
desarrollo comunitario –
políticas ambientales,
económicos y sociales; sistemas de
producción, distribución,
comunicación y transportación;
y procesos políticos, legales y
científicos – tienen que dirigirse por
principios y prioridades espirituales.Actualmente, sin embargo, la sustancia y
la dirección del desarrollo
comunitario se determinan grandemente por las
consideraciones materiales. Por lo tanto,
nuestro desafío es el de
rediseñar y desarrollar nuestras
comunidades en torno a esos principios
universales – incluyendo el amor, la
honestidad, la moderación, la
humildad, la hospitalidad, la justicia y la
unidad – que promueven la cohesión
social, y sin los cuales ninguna comunidad
puede durar mucho tiempo, no importa
cuán próspera sea
económicamente, cuán dotada
intelectualmente ni cuán avanzada
tecnológicamente.Entre las consideraciones y los principios
que deben guiar esta empresa se encuentran
las siguientes:La protección de la familia y la
promoción de su bienestar tienen que
ser punto central de los procesos
comunitarios. La familia es la
institución primaria para de la
sociedad y la incubadora principal de
valores, actitudes, creencias y
comportamientos. Cuando está sana
espiritualmente contribuye significativamente
al desarrollo de ciudadanos felices y
responsables.Los diseños físicos,
sociales, económicos, legales y
políticos de nuestras comunidades
tienen que servir a todos los miembros de la
sociedad, no sólo a los privilegiados.
Una sociedad verdaderamente justa y
equitativa requerirá una
ciudadanía que comprende que los
intereses del individuo y de la comunidad
están inseparablemente entrelazadas;
que el avance de los derechos humanos
requiere pleno compromiso para con las
responsabilidades correspondientes; y que
cuando a las mujeres se les acepte como
plenos iguales a los hombres en toda
área del esfuerzo humano entonces las
familias, las comunidades, y las naciones
prosperarán y progresarán.El trabajo es tanto un medio de ganarse la
vida para el individuo y una forma de
contribuir a la prosperidad de la comunidad
entera. Como tal, ayuda a darle significado a
la vida de uno. Por lo tanto, el
diseño comunitario tiene que asegurar
que las energías creativas del
individuo tienen un paso de empleo productivo
en el que puedan expresarse. Por su parte, el
individuo tiene que asumir la responsabilidad
de realizar su fideicomiso. El progreso en
esta área dará gran empuje a la
eliminación de extremos de riqueza y
pobreza en el mundo."La religión", aseveran los
Escritos bahá'ís, "es el mayor
medio para el establecimiento del orden en el
mundo y para el contento pacífico de
todos los que allí viven." Por lo
tanto, en toda comunidad tiene que asegurarse
la libertad de religión, incluyendo el
derecho de establecer centros de
adoración. Los lugares de
adoración proveen un sitio para la
oración y la meditación, actos
de devoción por medio de los cuales el
individuo puede acercarse al Creador,
fortaleciendo así sus capacidades
espirituales para el sacrificio y el
servicio. Como monumentos físicos
estos edificios también a menudo
sirven para expresar el genio cultural de la
sociedad.La promoción de la belleza, ya sea
natural o hecha por el hombre, debe llegar a
ser un principio dirigente en la
planificación comunitaria, pues la
belleza puede tocar el corazón e
inspirar el alma con nobles sentimientos y
acciones.El desarrollo comunitario tendrá
que incorporar principios de
preservación y rehabilitación
ambientales, no sólo para llevar
nuestra civilización actual a un
patrón sostenible de acción,
sino también para responder a la gran
necesidad del espíritu humano por
contacto cercano con el mundo natural. El
papel primordial del agricultor en la comida
y en la seguridad económica
también tiene que considerarse
cuidadosamente en el diseño de todo
domicilio humano.Las vastas fuerzas de la ciencia y la
tecnología tienen que aprovecharse
para servir las necesidades materiales,
intelectuales, emocionales y espirituales de
la familia humana entera. Esto
requerirá que todos los pueblos se
involucren en generar el conocimiento
científico y en determinar sus
aplicaciones. Mientras aumenta la
participación las tecnologías
que han tendido a desensibilizar y a
enajenar, a hacer que el trabajo de
satisfacción y los oficios sean
redundantes, a destruir el ambiente, y a
causar enfermedad o muerte, sin duda se
reconsiderarán, se
rediseñarán o bien se
abandonarán.La entre dependencia entre los pueblos y
las naciones del mundo sólo
aumentará en los años venideros
Los pueblos y las naciones del planeta
están atrayéndose entre
sí mientras se hacen más y
más dependientes unos de otros. Los
domicilios en todo el mundo – desde las
aldeas y pueblos hasta las ciudades y
megalópolis – están llegando a
ser el hogar de poblaciones más y
más diversas. Esta entre dependencia
aumentativa y la interacción
intensificarte entre diversos pueblos crean
desafíos fundamentales a antiguos
modos de pensar y de actuar. Cómo
respondemos nosotros, como individuos y como
comunidades, a estos desafíos
determinará en gran medida si nuestras
comunidades han de hacerse cuidadoras,
cohesivas y progresivas, o bien
inhospitalarios, divididas e
insostenibles.La unidad en la diversidad es a la vez una
visión para el futuro y un principio
para guiar a la comunidad mundial en su
respuesta a estos desafíos. Este
principio no sólo tiene que llegar a
animar las relaciones entre las naciones del
planeta, sino también tiene que
aplicarse dentro de comunidades tanto locales
como nacionales si han de prosperar y
perdurar.Los efectos unificadores y saludables de
la aplicación de este principio al
rediseño y al desarrollo de las
comunidades en todo el mundo sería
incalculable, mientras que las consecuencias
de fracasar en responder apropiadamente a los
desafíos de un mundo que se encoge
seguramente serían desastrosas.Obviamente la humanidad tiene que estar
preparada para las oportunidades y las
responsabilidades que están emergiendo
como resultado de esta entre dependencia
aumentativa. Las personas tienen que
desarrollar el conocimiento, los valores, las
actitudes y las destrezas necesarias para
participar constructivamente y con confianza
en formar la comunidad mundial a todo nivel,
para que pueda reflejar los principios de la
justicia, la equidad y la unidad. La
educación desempeñará un
papel indispensable en este aspecto.
Tendrá que ayudar el individuo a
desarrollar un sentido de lugar y de
comunidad: un sentido que no se limite al
nivel local ni nacional, sino que se extienda
para incluir al mundo entero. Deberá
cultivar la virtud como la base para el
bienestar personal y colectivo, y
deberá crear en los individuos un
profundo compromiso para con el bienestar de
sus familias, sus comunidades, sus
países, y de hecho, toda la humanidad.
La educación también
deberá alentar el pensar en
términos de proceso histórico,
viendo en la historia un movimiento
inexorable hacia una civilización
mundial, un movimiento cuyos éxitos
son el patrimonio de todos los pueblos y a
cuyos desafíos debemos dirigirnos
actualmente como una sola raza.La humanidad tiene que moverse hacia
procesos de gobierno más participa
torios, asados en el conocimiento y dirigidos
por valores.
Página siguiente |