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Metodos, técnicas y procedimientos de la Investigación Criminal (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Criminología comparada (entre
países).

 Atendiendo a la variedad de los
estudios:

  • Criminología victimológica.

  • Criminología individual y
    colectiva.

  • Criminología de las
    toxicomanías.

 Atendiendo a la prevalencia otorgada a las
distintas ciencias que conforman el estudio
criminológico:

  • Criminología biológica.

  • Criminología psicológica.

  • Criminología sociológica.

  • Criminología General / Criminología
    Clínica.

 Es la clasificación más importante y
actual

General o Sintética: unifica el saber de las
Criminologías especializadas. Es un conjunto ordenado o
sistematizado de conocimientos relacionados con los
acontecimientos anteriores al delito y con sus consecuencias
sobre el propio delincuente, sobre la víctima y sobre la
realidad.

Clínica: aplicación integrada de todo el
saber criminológico y de las técnicas
médicas de diagnóstico (diagnóstico
delincuencial) a casos concretos con fines
terapéuticos.

 La Criminología clínica y la
clínica médica coinciden en:

  • Emitir una opinión fundada.

  • Elaborar un diagnóstico y un
    pronóstico.

  • Considerar la necesidad de un
    tratamiento. 

La
criminología como
ciencia empírica e
interdisciplinaria

La Criminología es una ciencia que aporta una
información válida, fiable y contrastada sobre el
problema criminal, información obtenida gracias a su
método empírico que descansa en el análisis
y observación de la realidad.

 En consecuencia, la cientificidad de la
Criminología significa que esta disciplina, por el
método que utiliza, está en condiciones de ofrecer
una información viable y fiable sobre el complejo problema
del crimen, insertando los numerosos datos obtenidos del examen
de éste, en un marco teórico definido.

  La Criminología es una ciencia
Causal-Explicativa, Empírica e Interdisciplinaria, cruzada
por ciencias distintas y fundamentalmente por la Biología
Criminal (Antropología y Psicología criminal), y la
Sociología Criminal.

 Esta ciencia utiliza un método
empírico y los problemas que plantea la
Criminología nunca deben ser investigados desde el punto
de vista de una de las ciencias que integra la
Criminología, pues, en caso que así ocurriese, se
arribaría a un resultado parcial.

 La Criminología, entonces, es una ciencia
del "ser", empírica; el Derecho, en cambio, es una ciencia
cultural del "deber ser", normativa. El que la
Criminología pertenezca al ámbito de las ciencias
empíricas significa, en primer lugar, que su objeto
(delito, delincuente, víctima y control social) se inserta
en el mundo de lo real, de lo verificable, de lo mensurable y no
en el de los valores.

 La naturaleza empírica de la
Criminología implica, ante todo, que ésta descansa
más en hechos que en opiniones, más en la
observación que en discursos. Por otra parte, cuando se
dice que la Criminología es una ciencia
interdisciplinaria, se quiere decir que está compuesta por
varias disciplinas y su éxito pasa porque no haya una
supremacía de una ciencia con otras.

Si preponderase una ciencia, estaríamos ante
resultados parciales ya que sólo el problema se
vería desde un enfoque. El principio interdisciplinario,
por tanto, es una exigencia estructural del saber
científico, impuesto por la naturaleza totalizadora de
éste, y no admite monopolios, prioridades ni exclusiones
entre las partes o sectores de un tronco
común. 

Etapa pre
científica de la criminología

Se trata de examinar las tesis criminológicas
mantenidas en la etapa previa al positivismo, esto es, hasta la
consagración de la Criminología como disciplina
científica, hecho que se produce a finales del siglo
XIX.

 Los aportes, en esta etapa, provienen de dos
fuentes: Las de carácter filosófico,
ideológico o político; y las de naturaleza
empírica (perteneciente, relativo o fundado en la
experiencia) y el aporte desde otros campos empíricos,
como la fisonomía. Orientaciones
empíricas.

 Directrices de carácter filosófico,
ideológico o político

Tomás Moro es el representante fundamental de
este pensamiento, desarrollando su labor a finales del siglo XV y
principios del siglo XVI. Tomás Moro, probablemente, fue
el primero en resaltar la conexión del crimen con los
factores socio económicos y con la estructura de la
sociedad.

 Para Moro, el crimen responde a una serie de
factores, tales como, déficit cultural y educativo,
guerras, el ambiente social o la ociosidad, etc., pero, entre
todos ellos, destacan los factores socioeconómicos. Por
ello, Moro sostenía que el Estado, al margen de la
represión penal, debía neutralizar las verdaderas
causas del crimen, como la miseria o la desigualdad.

 Moro aportó a la Criminología la
tesis de la conexión del crimen con la estructura de la
sociedad: el crimen responde a una serie de factores y el factor
que más destaca es el económico, destacando la
pobreza. Moro, criticó abiertamente la dureza y la
desproporción de los castigos, abogando por una labor
preventiva por parte del Estado y pensaba que los poderes
públicos tenían que establecer los medios
necesarios para que el delincuente pudiese satisfacer, con su
trabajo a la víctima a título de
compensación.

 En segundo término, aparece la
filosofía política de la Ilustración,
analizando el problema criminal. Las corrientes fundamentales de
la Ilustración reaccionaron en contra de la sola idea de
la prevención general o intimidación, que tomaba al
delincuente como un ejemplo para los demás.

 En efecto, la Teoría de la
Prevención General, ve "el fin de la pena no en la
retribución ni en actuar sobre el autor, sino en la
influencia sobre la generalidad, a la cual se le debe
enseñar a través de las amenazas penales y de la
ejecución de las penas lo relativo a las prohibiciones
legales." Se la denomina Teoría de la Prevención
General porque no actúa en forma especial sobre el
condenado, sino, en general, es decir, sobre la
generalidad.

 Criminología Clásica

La Escuela Clásica o Criminología
Clásica completa el cuadro de ideas sobre el problema
criminal que tienen su origen las ciencias del espíritu.
Bajo la etiqueta de "clásicos" se han agrupado autores y
tendencias divergentes en muchos puntos de vista, incluso
contradictorias en algunos, pero que presentan una serie de
concepciones comunes sobre postulados fundamentales, que es
precisamente lo que permitió a los positivistas reunirlas
con propósitos dialécticos. Hay algo muy
significativo en la escuela clásica, como es, la defensa
de las garantías individuales y su reacción contra
la arbitrariedad y los abusos de poder.

 Francisco Carrara, es considerado el padre de la
Escuela Clásica del Derecho Penal. Carrara sostiene que el
Derecho es connatural del hombre. La Ciencia del Derecho Criminal
es un orden de razones emanadas de la ley moral, preexistente a
las leyes humanas. El delito es un ente jurídico que
reconoce dos fuerzas esenciales: una voluntad inteligente y libre
y un hecho exterior lesivo del Derecho y peligroso para el
mismo.

 Postulados de la Escuela Clásica

Normalidad del delincuente, nada distingue al hombre
delincuente de aquel no delincuente, pues todos los hombres son
iguales. Irracionalidad del crimen: el crimen es un acto
irracional e incomprensible ya que el hombre con su libertad y
capacidad de decisión no ha sabido elegir el camino que
más le convenía. Establecen una prioridad del hecho
sobre el autor: el delincuente sólo aparecerá como
el sujeto activo del delito y no se le prestará mayor
atención.

 Explicación situacional del hecho
delictivo, no existe una etiología del crimen, sino que,
el crimen es consecuencia de un mal uso de la libertad y todos
los ciudadanos son criminales en potencia porque todos son
libres. Son situaciones específicas las que pueden
explicar, caso a caso, la opción del hombre a favor del
crimen.

 La aportación penológica ha sido su
mayor éxito. Fundamentan la legitimación y
delimitación del castigo y sacan conclusiones sobre el
cuándo, el cómo y por qué se castigan los
delitos. La respuesta al comportamiento delictivo se
efectúa con una pena justa, proporcionada y
útil.

 Aportación en el ámbito de la
política criminal, donde la escuela clásica
sí legitima el uso sistemático del castigo como
instrumento del control del crimen. Las de naturaleza
empírica (perteneciente, relativo o fundado en la
experiencia) y el aporte desde otros campos empíricos,
como la fisonomía. Orientaciones Empíricas.
Aquí, se consigna a un conjunto de contribuciones
heterogéneas que no son meramente filosóficas o
políticas, sino que, cuentan con algún respaldo
empírico.

 Destacan los pioneros de la ciencia penitenciaria,
basados en la observación directa y en el rico
conocimiento de la realidad carcelaria; y la experiencia
empírica y criminológica que los cultivadores de
sus respectivas disciplinas acumulan en torno al delito y al
delincuente, como la fisonomía. En la ciencia
penitenciaria, destaca Howard, que dio prioridad al método
de trabajo del contacto directo con el hombre delincuente.
Destaca, también, Bentham, como pionero de la ciencia
penitenciaria y como teórico de la concepción
utilitaria de la pena.

 Bentham, propone un nuevo diseño para la
arquitectura carcelaria en aras del control y del tratamiento de
los reclusos: el panóptico. El nuevo establecimiento debe
ser circular, con una torre de vigilancia en medio, desde donde
un guardia ejerciera el control total y permanente de los
reclusos. Para su buen régimen y funcionamiento, deben
seguirse tres criterios: (a) ausencia de sufrimiento corporal;
severidad, pues el recluso no puede encontrarse mejor que en
libertad; y (c) economía, es decir, evitando gastos
innecesarios.

En cuanto a la pena, Bentham formuló la
teoría utilitaria del castigo: el delincuente debe
comprobar como de su delito derivan consecuencias más
negativas que positivas para el mismo. En el campo de los aportes
de otros campos empíricos, cabe señalar que antes
de Lombroso ya se habían llevado a cabo las más
diversas investigaciones sobre el delito y el hombre delincuente.
Así, existen campos del saber que, por su método y
algunas hipótesis, deben ser considerados como
antecedentes del positivismo criminológico.

 Uno de ellos, es la Fisonomía que versa
sobre la apariencia externa del individuo y la interdependencia
de lo somático y lo psíquico; el cuerpo y la
personalidad; lo interno y lo externo. Se trata de una vieja
idea: alma y cuerpo se hallan en íntima relación,
de modo que las deformidades somáticas se corresponden con
vicios y defectos anímicos. Se asocia la belleza
física con la bondad y la maldad, con la fealdad
corporal.

 El origen de la palabra "malhechor" puede
significar no sólo a una persona que hace el mal, sino
también, a persona mal hecha. Algunos elaboraron toda una
técnica de la observación,
señalándose algunos caracteres como de
índole criminal: anomalías en la cabeza, frente,
orejas, nariz, dientes, etc.  

La fisonomía permitió en el siglo XVIII
decir: "cuando tengas dudas entre dos presuntos culpables,
condena al más feo"; o decir a un juez napolitano,
"Oídos los testigos de cargo y de descargo, y vista tu
cara y tu cabeza, te condeno a…"

Escuela Cartográfica, Estadística Moral o
Física Social, Los precursores de esta Escuela son Lambert
Adolphe Jacques Quetelet y Andre Michael Guerry. Para esta
escuela, el delito es un fenómeno colectivo y hecho
social, regido por leyes naturales, como cualquier otro suceso y
requerido de un análisis cuantitativo. No es un
acontecimiento individual.

 El delito es una magnitud regular y constante.
Tiene periodicidad producto de leyes sociales que el investigador
debe descubrir y formular. No interesa averiguar las causas del
delito, sino observar su frecuencia.

 El delito es un fenómeno normal,
inevitable, constante, regular y necesario. El único
método adecuado para la investigación del crimen
como fenómeno social y magnitud es el Método
Estadístico. Quetelet dice que los hechos humanos y
sociales se rigen por las leyes que gobiernan los hechos
naturales, por leyes físicas, y propugna una nueva
disciplina; la mecánica social, y un nuevo método,
el método estadístico, para analizar dichos hechos
humanos. Quetelet, aplicando la estadística a los
fenómenos sociales en (1835) originó la
Antropometría y se ocupó de obtener datos acerca
del número de suicidios, delitos, etc.

 Formula, también, las Leyes
Térmicas, que son la interdependencia entre los factores
térmicos y climáticos y las diversas clases de
criminalidad y que son válidas solo para el hemisferio
Norte: En verano hay más delitos contra las personas: ya
que la gente en esta estación suele salir con más
frecuencia, existe un relacionamiento con sus congéneres.
En los países nórdicos el día dura casi 23
horas, las playas y las o piscinas están casi siempre
llenas. En invierno hay más delitos contra la propiedad:
esto se debe a que las noches son más largas,
además existe gran excitación por Navidad, por las
compras, etc. En primavera hay más delitos de tipo sexual:
esta sería la época de apareamiento, quizá
el influjo del tiempo eleve las pasiones.

 La Escuela postula que: El crimen es un
fenómeno social de masas, no es individual. El crimen es
regular y constante. La normalidad del delito, pues, el delito es
normal en la sociedad y sólo se lo debe investigar cuando
sobrepase los índices normales. Esta Escuela ha sido
criticada por su método ya que los datos
estadísticos son solo presupuestos del crimen y no siempre
reflejan la realidad.

 Andre Michael Guerry, es otro precursor de esta
Escuela y fue fundador de la escuela cartográfica
franco-Belga e intentó establecer una geografía de
la criminalidad. Realizó los primeros Mapas de la
Criminalidad en Europa, concediendo importancia al factor
térmico.

Etapa
científica de la criminología

La Criminología ha sufrido, desde sus inicios,
una serie de cambios vinculados a la concepción que se
tenía en cada momento histórico sobre el delito y
la conducta del delincuente. Así, se vivió la etapa
de la Criminología Clásica, la etapa del
Revisionismo Neoclásico y la etapa de la revolución
positivista.

 De la Escuela Clásica, ya mencionamos
algunas características. En cuanto a la segunda, sustenta
la revisión de algunas de las concepciones
clásicas, como por ejemplo, la aplicación de
medidas penales universales sin tomar en consideración las
diferencias individuales entre los delincuentes y la
incorporación al ámbito de la criminología
de especialistas de otras disciplinas ajenas al derecho penal
como el psiquiatra y posteriormente el trabajador
social.

 En cuanto a lo que concierne al paradigma
positivista, el cual actualmente sigue teniendo amplia vigencia
en algunos contextos, éste se fundamenta en la
aplicación a los fenómenos sociales, en general, y
al comportamiento humano, en particular, de los instrumentos y
técnicas que se estipulan como fundamentales y eficaces
para el estudio del mundo físico.

Escuela Positiva

 La Escuela Positiva se presenta como la
superación del liberalismo individualista, en demanda de
una defensa de la sociedad. La Escuela fundamenta el derecho a
castigar en la necesidad de la conservación social y no en
la mera utilidad, anteponiendo los derechos de los hombres
honrados a los derechos de los delincuentes. La Escuela Positiva
nace en el siglo XIX. Su creador fue Cesar Lombroso como una
reacción contra la Escuela Clásica.

La Escuela positiva es un cuerpo orgánico de
concepciones que estudian al delincuente, al delito y su
sanción, primero en su génesis natural, y
después en sus efectos jurídicos, para adaptar
jurídicamente a las varias causas que lo producen los
diversos remedios, que por consiguientes serán eficaces.
(Ferri)

 La escuela criminal positiva no consiste
únicamente, en el estudio antropológico del
criminal, pues constituye una renovación completa, un
cambio radical de método científico en el estudio
de la patología social criminal, y de los que hay de
más eficaz entre los remedios sociales y jurídicos
que nos ofrece.

La Escuela hizo de la ciencia de los delitos y de las
penas una ciencia de observación positiva, que,
fundándose en la antropología, la psicología
y la estadística criminal, y así de como el derecho
penal y los estudios penitenciarios, llega a ser la ciencia
sintética que Ferri llamó sociología
criminal.

 Los postulados de esta Escuela son: Ius puniendi:
el derecho a imponer sanciones pertenece al Estado a
título de defensa social. El método es inductivo –
experimental: la escuela Positiva se caracteriza por su
método científico. El delito es un hecho de la
naturaleza y debe estudiarse como un ente real, actual y
existente.

 El delincuente es aquella persona que comete
delitos por influencias del medio en que vive. La Escuela busca
la readaptación del delincuente y, para estos, establece
los sustitutivos penales. Determinismo. La voluntad del hombre no
juega ningún papel en sus actos. El hombre no tiene libre
albedrío. El ser humano está determinado a cometer
delitos.

 La responsabilidad penal. Sustituye la
responsabilidad moral por la responsabilidad social, puesto que
el hombre vive en sociedad y será responsablemente social
mientras viva en sociedad.

 El concepto de Pena se sustituye por el de
sanción: la sanción va de acuerdo a la peligrosidad
del criminal. Las sanciones deben durar mientras dure la
peligrosidad del delincuente y por eso son de duración
indeterminada. Proporcionalidad de la pena. Busca la
proporcionalidad de la pena, no se debe castigar conforme a lo
que dicen los Códigos, sino que tiene que haber
sustitutivos penales. Por ejemplo, un menor que comete asesinato
no se lo puede sancionar con 30 años de reclusión,
sino que, antes se debe estudiar sus antecedentes, las causas por
las que cometió tal acto, las atenuantes, etc. y se debe
buscar su readaptación.

 Substitutivos penales. Más importante que
las penas son los sustitutivos penales. Tipos de delincuentes.
Acepta "tipos" criminales. Legislación penal debe estar
basada en los estudios antropológicos y
sociológicos. La ley penal no restablece el orden
jurídico, sino que tiene por misión la de combatir
la criminalidad considerada como fenómeno
social. 

Diferencias con la
Escuela Clásica

Para la Escuela Positiva la pena debe ser útil.
La Escuela Clásica no habla de utilidad. La Escuela
Positiva busca la readaptación del criminal. La Escuela
Clásica solo ve el delito y sanciona; no ve al
delincuente. La Escuela Positiva busca e investiga las causas del
delito. La Escuela Clásica no busca las causas del delito,
ya que el delincuente actúa en base a su libre
albedrío. La Escuela Positiva, algunas veces, no sanciona
al delincuente, solo le aplica medidas de seguridad. La Escuela
Clásica siempre sanciona al delincuente ya que no ve las
causas que llevaron al delincuente a cometer actos
delictivos.

 Escuelas Intermedias

 La Escuela Ecléctica, esta escuela tiene su
fundamento teórico basado en el mismo que el de la Escuela
Clásica, que es el contrato social. Esta escuela no es una
escuela en sí, sino la reunión de varias escuelas
reunidas en esta corriente.

 La diferencia entre la Escuela Clásica y
Positiva está en que éstas tenían una serie
de normas con las que si no se estaba de acuerdo con una, se
rompían todas las demás. Era un esquema casi
perfecto. El objetivo de la Escuela Ecléctica, era la de
romper con esas reglas o esquemas monolíticos y crear algo
diferente.

 El presupuesto operante de esta Escuela, es la
igualdad material y como en la Escuela clásica, radica su
responsabilidad en lo individual, pero, le agrega el concepto de
situación, referente al medio físico y
social.

 Escuela Social, está apoyada por el
filósofo Durkheim no tiene su fundamento en el contrato
sino en la dialéctica. Esta escuela tiene antecedentes en
la cartográfica y en la de inter psicología. Las
sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social
es el caldo del cultivo de la criminalidad mientras que el
microbio es el criminal. Para la escuela social, el presupuesto
operante es el de la desigualdad material y la división
del trabajo. Su sistema jurídico busca ante todo una
justicia social y tiene un criterio político que busca la
comprensión y mejoras sociales. Esta escuela permite un
fuerte avance de la criminología y favorece la
maduración de la misma hacia una posterior
integración, todavía inexistente, con el Derecho
Penal.

 El mérito principal de la escuela social
radica en introducir el concepto de "función social del
derecho", en el cual, la ley aparece como el mejor mecanismo para
lograr una justa composición y un equitativo desarrollo de
la sociedad.

 Escuela Anómica, su fundamento
teórico está basado en la anomia, que es una
situación en la cual el desarrollo social desborda al
control institucional. El presupuesto está fundamentado en
la desigualdad material y una mayor división del trabajo.
Sigue la responsabilidad en el campo individual pero aparece la
tendencia a socializarla. El principal aporte fue víctima
de las peores críticas y rechazos: interpretación
de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy
representada en las cifras policiales de criminalidad.

Teorías Ambientales

 Su presupuesto está basado en la
desigualdad material y la muy grande división del trabajo.
La responsabilidad deja de ser individual y se convierte en
social y grupal. El principal aporte de esta Escuela
Ecológica, con sede en Chicago y producto de las
inmigraciones incontroladas de europeos, es la
interpretación de la delincuencia de la mafia.

Criminológica
del delito

El objeto de estudio de la Criminología es el
delito y el delito presenta dos aspectos claramente
identificables: Concepto Penal o Normativo y el
Criminológico o Real. Al primero, pertenecen los valores y
el deber ser y, al segundo, todo lo físico y
psíquico.

 El objeto de la Criminología se
circunscribe al aspecto real o criminológico. Desde el
nacimiento de la Criminología se ha polemizado sobre
cuál es el concepto del delito del que esta ciencia debe
partir: si del mismo que ofrece el ordenamiento
jurídico-penal o si puede darse un concepto distinto,
propio de la Criminología.

Garófalo se propone encontrar un "delito natural"
hasta los ensayos de los criminólogos norteamericanos que
tratan de hallar un concepto sociológico. El
criminólogo estudia la descripción del hecho
criminal (fenomenología criminal), los factores que lo
producen (Etiología Criminal), la personalidad de su autor
(el delincuente) y la víctima del delito, tanto en su
personalidad como en su posible condición de factor o
estímulo del hecho criminal.

CONCEPTO PENAL Y CONCEPTO CRIMINOLÓGICO DE
DELITO

La Criminología se ocupa del delito, pero, el
delito, interesa, también, a otras ciencias, disciplinas y
ramas del saber: la Filosofía, la Sociología, el
Derecho Penal, etc. , por lo que procede delimitar el concepto de
delito que utiliza la Criminología, por dos razones:
porque no existe un concepto único de delito y porque la
autonomía científica de la Criminología debe
permitir a ésta la determinación de su propio
objeto, sin someterse a las definiciones de delito que procedan
de otros ámbitos o instancias.

Existen, en efecto, numerosas nociones de "delito". El
Derecho Penal, por ejemplo, se sirve de un concepto formal y
normativo, impuesto por exigencias ineludibles de legalidad y
seguridad jurídica: delito es toda conducta prevista en la
ley penal y solo aquella que la ley castiga.

La Filosofía y la Ética acuden a otras
pautas e instancias más allá del Derecho Positivo:
el orden moral, el natural, la razón, etc. Pero ninguno de
estos conceptos de delito puede ser asumido completamente por la
Criminología.

 El concepto penal constituye su obligado punto de
partida pero nada más, porque el formalismo y el
normativismo jurídico resultan incompatibles con las
exigencias metodológicas de una disciplina empírica
como la criminología.

 La Criminología Clásica,
dócil y sumisa a las definiciones jurídico formales
de delito, hizo del concepto de delito una cuestión
metodológica prioritaria. No así la moderna
Criminología, consciente de la problematización de
aquél, que se interesa sobre todo por temas de mayor
trascendencia, por ejemplo, las funciones que desempeña el
delito como indicador de la efectividad del control social, su
volumen, estructura y movimiento, el reparto de la criminalidad
entre los distintos estratos sociales, etc.

Hasta tal punto ha pedido interés el debate
academicista sobre el concepto criminológico de delito que
un sector doctrinal sugiere utilizar el que más
corresponda a las características y necesidades de la
concreta investigación criminológica. Para la
Criminología el delito se presenta, ante todo, como
"problema social y comunitario", caracterización que exige
del investigador una determinada actitud para aproximarse al
mismo.

 El delito es un problema de la comunidad, nace en
la comunidad y en ella debe encontrar fórmulas de
solución positivas. El crimen no es un tumor o una
epidemia social, ni un cuerpo extraño ajeno a la
comunidad, ni una anónima magnitud estadística
referida al irreal delincuente medio, sino que, un doloroso
problema humano y comunitario.  

La teoría del
delito natural

Garófalo se propone encontrar un "delito
natural". El concepto de delito natural es un concepto valorativo
que sustituye a las valoraciones legales por valoraciones
socioculturales. La inexistencia de criterios generalizadores
válidos y la imposibilidad de elaborar un catálogo
cerrado, exhaustivo, de "delitos naturales" demuestran que esta
categoría carece de operatividad; que no aporta un marco
conceptual sólido y definido al quehacer
criminológico.

La Teoría del Delito Natural apunta a una serie
de conductas nocivas, para cualquier sociedad y en cualquier
momento, con independencia incluso de las propias valoraciones
legales cambiantes. Su definición, sin embargo,
decepciona, ya que difícilmente puede elaborarse un
catálogo absoluto y universal de
crímenes.

 PROBLEMATIZACIÓN Y RELATIVIZACIÓN
DEL CONCEPTO CRIMINOLÓGICO DE DELITO

 Para la Criminología el delito se presenta,
ante todo, como "problema social y comunitario",
caracterización que exige del investigador una determinada
actitud para aproximarse al mismo.

 Los problemas sociales reclaman una particular
actitud en el investigador, que la Escuela de Chicago
denominó empatía, interés, aprecio,
fascinación por un profundo y doloroso drama humano y
comunitario.

Contraria a la empatía es la actitud indiferente,
tecnocrática, de quienes abordan el fenómeno
criminal como cualquier otro problema, olvidando su trasfondo
aflictivo, su amarga realidad como conflicto interpersonal y
comunitario.

 Concepto de
delito utilizado en otras ciencias, su
interrelación

 Derecho Penal y Criminología

El Derecho Penal es el origen de muchas ciencias y
entiende que la Criminología estudia el delito como parte
de la problemática interna de la sociedad y no tiende a lo
normativo.

La criminología es una ciencia empírica,
interdisciplinaria, que estudia el delito no desde la norma,
sino, como fenómeno colectivo, atendiendo además a
la personalidad del delincuente. Además, estudia la
aplicación práctica y eficaz de la pena.

 El delito es el objeto central de ambos, pero, lo
estudian desde prismas diferentes. La Criminología lo hace
desde el punto de vista del delincuente, y el Derecho Penal para
aplicar la norma. Ambas ciencias son complementarias. Las dos
parten del hecho de que en la sociedad existe la delincuencia o
conductas desviadas.

 El Derecho Penal nace para proteger a la sociedad
con normas imperativas a las que añade una consecuencia
jurídica (la pena) con expectativas de prevención
general y especial.

 Derecho Procesal Penal y
Criminología

El Derecho Procesal Penal, es también una forma
de luchar contra la criminalidad, y la mejor manera de hacerlo es
huyendo del excesivo jurisdiccionalismo incidiendo, en cambio, en
el carácter preventivo. A la Criminología le
interesan los elementos fundamentales del Derecho Procesal Penal.
En éste se analiza el delito, es decir, el acto criminal,
pero, para, luego determinar la responsabilidad penal y,
finalmente imponer una sanción.

 Derecho Penitenciario y
Criminología

El Derecho Penitenciario es el conjunto de normas
jurídicas que regulan la ejecución de las penas y
medidas de seguridad. Es decir, actúa con posterioridad al
delito y a su sanción.

 Criminalística y
Criminología

La Criminalística está constituida por una
serie de conocimientos orientados a la indagación
técnica del delito y a la identificación del
delincuente.

 Biología Criminal y
Criminología

Se centra en la vertiente hereditaria de la delincuencia
pues los factores genéticos empujan al delincuente a
cometer actos antisociales. Además, existen peculiaridades
biológicas (anatómicas, bioquímicas) en la
persona del delincuente. La Criminología, como ciencia
multidisciplinaria, incorpora la Biología Criminal, que le
indica el influjo de la herencia en el comportamiento
desviado.

Psicología Criminal y
Criminología

La Psicología Criminal estudia la inteligencia,
el carácter y las aptitudes sociales y morales del
delincuente, todo ello desde el punto de vista objetivo de la
Psicología Experimental (tests). Con el
Psicoanálisis se estudia la vida profunda del delincuente:
relación entre Motivos Inconscientes e inmediatas.
Actualmente la Psicología Criminal se ha extendido a la
delincuencia de masas.

 Sociología Criminal y
Criminología

Ferri, en los comienzos de la Criminología, hizo
prevalecer su punto de vista sociológico, en el que
señaló el gran número de factores
exógenos al delincuente que generan la conducta antisocial
y que son en ocasiones prevalentes a la propia psicología
del delincuente. La Sociología Criminal es la única
ciencia de la que la Criminología no puede
prescindir.  

La imagen del
delincuente

Tradicionalmente se ha considerado la delincuencia como
fenómeno individual, pero en la actualidad se hace
imprescindible aplicarle un enfoque social. La extensión
de la delincuencia hay que estudiarla en un periodo de tiempo
determinado en una sociedad concreta. Se analiza la intensidad,
es decir, la calidad de la delincuencia desde el punto de vista
criminológico. Es útil sobre todo a efectos de
política criminal. Se distingue entre débil, media,
elevada, menos grave, grave y muy grave. La frecuencia, por su
parte, es un índice de criminalidad en relación con
la variación que sufre durante periodos de
tiempo.

 La frecuencia debe referirse sobre todo a largos
periodos de tiempo. Ferri ya lo hizo en su día,
concluyendo que el incremento de población conllevaba un
incremento de la criminalidad general. Los factores
geográficos, son otros antecedentes que debe abordar la
imagen del delincuente: Desde el medio físico, en
referencia a la frecuencia de determinados delitos. La vida rural
contra la vida urbana, pues la delincuencia urbana es
cuantitativamente mayor, y cualitativamente distinta.

 Los factores económicos, pues, unos dicen
que el desarrollo disminuye la delincuencia, pero otros,
sostienen que es al contrario al aumentar los conflictos y
complejizarse las relaciones de interés. Por
último, influyen en la imagen del delincuente, los
factores culturales. El grado de formación no hace
disminuir la delincuencia, pero sí la hace menos brutal o
primitiva. Produce especialidades delictivas (delitos
informáticos).

Clases básicas de delincuencia

Convencional: en cualquier tipo de sociedad y son las
que infringen las normas jurídicas oficiales de los
distintos Estados contra la propiedad, contra las personas,
contra la salud pública, contra la integridad
física, contra la libertad general, contra la libertad
sexual.

 Características: Modus operandi: Violencia,
mejora de los medios de comisión y el Incremento de
crímenes violentos.

 Los grupos ultras son característicos de
nuestras sociedades, de actividades revolucionarias ligadas a una
ideología política normalmente. También son
características las dudosas maniobras económicas de
grandes empresas, fundamentalmente, la de cuello
blanco.

 No convencional: aquella que lesiona bienes
jurídicos tan importantes o más que los anteriores,
pero no sancionados jurídicamente o bien sancionados desde
hace poco tiempo. Ejemplo: genocidio.

 Características: Se altera el orden
jurídico – penal de los valores. Ej.: el Estado es el
delincuente, el agresor, no el protector. Mantenimiento del poder
a toda costa (movimientos militares) con la creación
ficticia de muchos delitos comunes.

 Figuras delictivas habituales de las sociedades
post industrializadas. Aparecen por contradicción: se
predica el estado de bienestar pero hay grandes bolsas de
pobreza; se predica el pluralismo e igualdad pero hay más
marginación. Delincuencia organizada, incluso
institucionalizada; Tráfico de estupefacientes, de
divisas, comercio humano, fraudes de subvenciones, tráfico
de armas, blanqueo de dinero

  • Corrupción de funcionarios y tráfico
    de influencias.

  • Abuso de información privilegiada.

  • Manipulación empresarial, revelación
    de información.

  • Delitos informáticos.

  • Delitos ecológicos.

  • Fraudes con productos sanitarios.

  • Piratería audiovisual.

  • Estafas masa.

  • Abusos de crédito (fraudes en operaciones
    financieras).

  • Delitos fiscales.

  • Delitos contra la seguridad social.

  • Terrorismo. 

Factores
predisponentes y determinantes del delincuente

Nadie debiera arrogarse la verdad teórica en
materia de criminalidad: el delito es un fenómeno
complejo, variante y policausal. Las variables asociadas con la
evolución de la actividad criminal pueden agruparse en
factores, según su naturaleza y modo de operar sobre el
nivel del delito, como se expone a
continuación:

 Factor socioeconómico: los incentivos. La
literatura ha comprobado que los ciclos económicos, el
desempleo en grupos vulnerables (hombres jóvenes de nivel
socioeconómico bajo y fundamentalmente, la desigualdad
social son variables fuertemente asociadas a aumentos o
disminuciones en el nivel agregado de delito. Estas variables
obran como incentivos o desincentivos de la actividad criminal.
Contrariamente a la creencia difusa, la pobreza no constituye una
causa directa de la delincuencia.

 Factor demográfico y socio cultural: dentro
de este factor se ubican variables que operan como incentivos,
grado de urbanización y cantidad de hombres
jóvenes. Y variables que obran como barreras de ingreso a
la actividad criminal: familia, escuela y comunidad. En efecto,
dado que el crimen es un fenómeno típicamente
urbano, incrementos bruscos de urbanización y migraciones
internas se encuentran fuertemente asociados con incrementos en
las tasas de delitos. Las situaciones de exclusión social
debidas a la cesantía o a la marginalización
prolongada, al abandono escolar o al analfabetismo y a las
modificaciones estructurales de la familia, parecen ser factores
que se encuentran frecuentemente entre las causas sociales de la
delincuencia.

 Distintos estudios sobre el perfil del victimario
han llegado a la misma conclusión: el delito es una
actividad que involucra mayoritariamente  a hombres
jóvenes, quienes constituyen el principal grupo de riesgo
o vulnerable. Es por ello que incrementos en la proporción
de hombres jóvenes sobre el total de la población
coinciden con periodos en donde se observa un incremento en la
tasa de delitos.

 Factor institucional: los riesgos y los costos. El
Estado interviene sobre la sociedad (sistema de seguridad) en
orden a proteger la vida, libertad y propiedad de su
población y garantizar el orden público. Al
intervenir, desde la perspectiva de la economía del
crimen, está imponiendo riesgos y costos al accionar
criminal. En efecto, un individuo incentivado a cometer delitos
(factor socioeconómico y demográfico), y sobre el
que existan frágiles barreras de ingreso a la actividad
criminal (factor socio-cultural) para operar deberá
sortear los riesgos (policía) y costos (justicia y
cárcel) que impone el Estado al proteger los derechos de
los ciudadanos. Es evidente la responsabilidad institucional dada
la inadecuación del sistema de justicia penal
(policía, justicia y cárceles) a la delincuencia
urbana y a su crecimiento.

 Factores que se refieren al entorno urbano y
físico: entre las causas ligadas al entorno,
señalamos la urbanización incontrolada, la carencia
de servicios urbanos, la ausencia del concepto de seguridad en
las políticas urbanas, el surgimiento masivo de espacios
semi-públicos, la promiscuidad y la ilegalidad de barrios
trasformados en zonas bajo el control de pequeñas mafias
locales.

El crecimiento de la delincuencia urbana en muchas de
las grandes ciudades del mundo durante los últimos 20
años ha llegado a constituir un problema serio. En los
países del Norte, en los centros urbanos de más de
100.000 habitantes la criminalidad, en particular la
pequeña delincuencia, ha crecido en entre el 3 y el 5%
anual durante los años 70 a 90. A partir de los
años 90, debido a políticas de prevención y
de refuerzo de aplicación de la ley, la tasa de
criminalidad urbana ha empezado a estabilizarse con
excepción de la criminalidad de los jóvenes (12-25
años) y en particular la de los menores (12-18
años). Esta criminalidad se ha vuelto siempre más
violenta y la edad de ingreso en la actividad delictual ha
disminuido de 15 a 12 años.

 En los países del sur, a partir de los
años 80, la criminalidad común ha crecido y tiende
a aumentar hoy en día, mientras, la violencia de los
jóvenes crece de manera exponencial. Fenómenos como
los niños de la calle, el abandono escolar y el
analfabetismo, la exclusión social masiva, el impacto de
las guerras civiles y el comercio ilegal de armas ligeras han
acentuado este proceso.

 Este aumento de la criminalidad se desarrolla en
un contexto caracterizado por una parte por el crecimiento del
tráfico y del abuso de drogas. Por otra parte coexiste con
la globalización de la criminalidad organizada que
contribuye a estabilizar regímenes políticos, a
incrementar los efectos de crisis económicas, como en Asia
o en México en la década de los 90, y que incorpora
algunos jóvenes delincuentes como mano de obra poco
costosa.

Características de la
víctima

La víctima sólo tuvo protagonismo cuando
la venganza privada se aceptaba. Posteriormente se olvidó
durante siglos. Hasta hoy. Algunos autores piden que la
víctima cobre más protagonismo en el proceso. Una
legislación futura debe estar más orientada a la
víctima, y no ser considerada sólo como sujeto
pasivo del delito, sino como agente provocador, interactivo.
Hasta ahora se tendía a la víctima como objeto de
compensaciones. Ahora habría que considerar su papel como
colaborador en la aparición del delito.

 Para el Derecho Penal, la víctima es el
sujeto pasivo del delito.  Criminológicamente, es un
concepto parcial y también tiene un papel activo.  La
Víctima es la persona lesionada en un bien jurídico
protegido. El Congreso de la O. N. U. sobre prevención del
delito y tratamiento del delincuente (Milán, 1985),
circunscribe el ámbito de la víctima a las
condiciones legalmente penadas. Sin embargo, desde el punto de
vista criminológico existen daños no tipificados
que pueden causar más daño que los
tipificados.

 Tipología de la víctima

El origen de la víctima puede ser múltiple
y se señala la siguiente tipología (Landrove):
Víctimas no participantes: desconectadas previamente del
victimario, son elegidas al azar. Ej.: tirón callejero o
atentados en lugares públicos.

 Víctimas participantes: la
incitación de la víctima opera y desencadena, ya
sea voluntaria o involuntariamente. Ej.; dejar a la vista cosas
de valor. Víctimas ocasionadas por relaciones
próximas: familiares (malos tratos), sentimentales
(asesinato por celos), laborales (explotación).

 Víctimas sin conciencia de víctima:
como, por ejemplo, en los delitos socio – económicos
(estafas masivas de medicamentos, fraudes de seguros,
especulación en bolsa). Afectan a la mayoría de la
población, pero ésta actúa como si no fuera
con ella.

 Víctimas especialmente vulnerables o
víctimas natas: las con gran probabilidad de convertirse
en víctima en función de circunstancias de diversa
naturaleza. Se distingue entre factores personales (edad, estado
físico o psíquico, sexo, orientación sexual)
y factores sociales (posición económica,
ubicación de la vivienda, contacto con grupos
marginales).

 VICTIMOLOGÍA Y
VICTIMIZACIÓN

La victimología se ha definido en el simposio, en
Jerusalén 1973. En este simposio se definió a la
victimología como el estudio científico de la
víctima. Gulotta, 1976, entiende que la
victimología es la disciplina que tiene por objeto el
estudio de la víctima de un delito, de su personalidad,
sus características biológicas,
psicológicas, morales, sociales y culturales, sus
relaciones con el delincuente y e papel que ha desempeñado
en la génesis del delito.

 La víctima siempre ha sido la gran
olvidada, la Criminología siempre se ha centrado en
estudiar al delincuente, la etología del crimen, la
profilaxis del mismo, pero en ningún aso a la
víctima hasta 1973. Incluso el Derecho Penal, todo el
proceso penal gira alrededor del delincuente, pero la
víctima aparece desprotegida cuando ésta necesita
resocialización y reinserción.

 A partir de la II Guerra Mundial, se produce la
autoafirmación de la victimología. Esa
desconsideración hacia la víctima tiene su
razón de ser. La víctima había sido
neutralizada ya que en momentos históricos la justicia
punitiva se realizaba por la víctima, esta
situación se ve superada a partir del siglo XVIII, cuando
aparece el "Ius Puniendi" (derecho de castigar) por parte del
estado. Esto supuso el enjuiciamiento de los delitos desde el
punto de vista de la colectividad, es cuando la víctima
cae en el olvido. El delincuente despierta sentimientos de
curiosidad, "ninguna víctima ha pasado a la historia". Los
orígenes de este movimiento se deben a dos autores, Von
Henting (alemán) y Mendelsohn (Israelita).

 El mérito de Von Henting, es haber
explicado de una manera clara la relación existente entre
la víctima y el agresor, habla de "pareja criminal". Es a
partir de este concepto que se baraja la idea de que el hecho
criminal no es más que una interacción entre el
agresor y la víctima, hizo clasificaciones de las
víctimas, también hizo un estudio
psicológico de éstas.

 Mendelsohn hizo también una
clasificación y acuñó el término
Criminología, divide a las víctimas en 5 grupos.
Víctimas totalmente inocentes: son aquellas
víctimas que no han hecho nada para desencadenar la
acción criminal, son totalmente ajenas a la actividad del
delincuente. Víctima provocadora: es la que con su
conducta incita al hecho criminal. Víctima por ignorancia:
es aquella que da facilidades para su propia victimización
sin saberlo.

 Víctima voluntaria: pone de manifiesto una
colaboración con el delincuente (eutanasia).
Víctima agresora: hay de dos tipos: Simuladora, es aquella
que acusa falsamente. Imaginaria, inventa su propia
condición de víctima cuando no se ha producido
ninguna infracción.

 Ahora bien, el interés por la
victimología viene dado por tres factores: Se perfeccionan
y proliferan las encuestas de victimización (encuestas que
se realizan entre la población general). En el año
70 hay una proliferación de estas encuestas, permiten
obtener datos reales sobre la población victimizada.
Así disminuye la cifra negra de los delitos.

 Las feministas llaman la atención sobre la
violencia que se dirigía hacia la mujer. Se debe a las
aportaciones de la psicología social, que elaborará
un conjunto de teorías que serán utilizadas para
explicar determinados comportamientos y resultados
victimológicos.

 La victimología se preocupará por
las indemnizaciones a las víctimas, elaborar y ejecutar
programas de ayuda a las víctimas, realizará
estudios para dar una mayor comprensión del
fenómeno criminal, centrándose en la
predisposición victimaria de determinadas personas, con el
fin de elaborar programas de prevención. Se habla de
victimización primaria, secundaria y terciaria.

 Victimización primaria

 Es una experiencia individual, directa de la
víctima en el delito. Esta experiencia supondrá
diversas consecuencias en la víctima, de índole
física, psíquica, económica, social, etc.
Tras la comisión del delito, los daños que pueda
sufrir la víctima, no sólo pueden ser daños
físicos, sino que también un severo impacto
psicológico.

 Tras una agresión, la víctima se
siente impotente con miedo a que la agresión se repita
(ansiedad, angustia o abatimiento), e incluso sentimientos de
culpabilidad con relación a los hechos. La respuesta de la
sociedad no siempre es solidaria, en el mejor de los casos
compasión.

 Victimización secundaria

 No es la relación víctima agresor,
sino que, la relación de la víctima con el sistema
jurídico penal. Eso supone una segunda experiencia, puede
ser más cruel que la victimización primaria, porque
el contacto de la víctima con la administración de
justicia, despierta sentimientos de índole variada (perder
el tiempo, malgastar el dinero, ser incomprendida, no se le
escucha, etc.) En muchas ocasiones las víctimas tienen el
sentimiento de convertirse en acusada (delitos de
violación). La victimización secundaria es
más perniciosa que la primaria, es el propio sistema el
que victimiza a quien solicita ayuda, justicia,
protección.

 Todo esto ha dado pie a diversos
programas

Programas de asistencia inmediata: están
dirigidos a paliar las consecuencias primarias del delito, los
destinatarios son colectivos específicos (ancianos,
niños, mujeres violadas). Suelen correr a cargo de la
administración.

 Programas de reparación o
restitución a cargo del propio infractor: es el infractor
quien mediante el pago de una cantidad o la realización de
una determinada actividad tratará de corresponder
reparando el daño que ha causado. Este programa se
introdujo en Gran Bretaña y en EE.UU., en el Código
Penal español de 1995, se introduce este programa pero de
forma difusa.

 Programas de compensación a la
víctima

Interviene la administración pública.
Está basada en la idea de solidaridad social hacia la
víctima inocente. Hay una necesidad de que el estado asuma
unos costos, que tiene su origen en el fracaso del estado en la
prevención del delito.

 Programas de asistencia a la víctima
testigo: dirigidos a la víctima que ha de actuar como
testigo en el proceso penal, se informa y asesora a la
víctima testigo y al mismo tiempo se la protege de la
coacción y del posible impacto negativo de los agentes del
control social formal.

Victimización terciaria

Es una victimización del delincuente. En
ocasiones el delincuente puede convertirse en una víctima
institucional, en determinadas situaciones se le puede considerar
víctima de unas estructuras injustas, circunstancias que
le llevarán a la comisión del delito.

 Esta marginación social es debida al
interés de determinados grupos dominantes, con ello
quieren seguir con esa posición de privilegio. Es con
estos delincuentes con los que el Estado utilizará toda su
fuerza.

 Al hablar de victimización terciaria, se
puede pensar que se produce una primera victimización
debido a esas estructuras injustas, pero una vez que se entra en
la prisión se produce la victimización
penitenciaria, se produce fundamentalmente por el hacinamiento,
sobrepoblación de los centros penitenciarios.

 Al claro factor criminógeno de la
cárcel, habría que añadir que también
es un claro factor victimógeno. Al condenar a un individuo
se le condena no sólo a la privación de libertad,
sino que también se le condena a su propia
victimización.

 La victimización carcelaria, destaca por su
crueldad, tratos vejatorios, dificultad laboral, la consecuencia
es la ociosidad; el recluso tiene demasiado tiempo dedicado a la
inactividad. Pero también hay agresiones sexuales, ley del
terror y ley del silencio, existencia de mafias carcelarias,
circulación de drogas.

 Ante esta situación, no es de
extrañar que el recluso recurra al suicidio o supuestos de
anorexia. Hay una pérdida de interés, de
iniciativa, de cualquier valor. No es de extrañar que los
individuos estén dispuestos a matar, llegados a esta
situación existe una responsabilidad de la
administración.

Instancias formales e
informales del control social

El Control Social es el conjunto de instituciones,
estrategias y sanciones sociales, que pretenden promover y
garantizar el sometimiento del individuo a los modelos y normas
comunitarias.

 El uso originario del término Control
Social se remonta a la segunda mitad del Siglo XIX en los EE.UU,
encontrándose indisolublemente asociado a la impostergable
necesidad de integrar en un mismo marco social las grandes masas
de inmigrantes que como fuerza de trabajo acudieron a la
convocatoria migratoria generada por el proceso de
industrialización de la naciente potencia
norteamericana.

La perentoria demanda organizativa de este cúmulo
poblacional migratorio, caracterizado por su variada
cosmovisión cultural, religiosa, etc., demandó la
necesidad de localizar vías sociológicas de
integración que superaran estas diferencias culturales y
que a partir del desarrollo de normas comportamentales,
garantizaran una convivencia social organizada.

 A raíz de ello aparece el fenómeno
del Control Social. La paternidad científica de la
expresión Control Social pertenece al sociólogo
norteamericano EDWARD ROSS, quién la utilizó por
primera vez como categoría enfocada a los problemas del
orden y la organización de la sociedad, en la
búsqueda de una estabilidad social integrativa resultante
de la aceptación de valores únicos y uniformadores
de un conglomerado humano disímil en sus raíces
étnicas y culturales.

 El sentido otorgado por ROSS a este nuevo concepto
excluía, de cierto modo, los controles estatales, tanto
legales como políticos, los que en la práctica
demostraron su inoperancia para construir la necesaria
armonía social. Desde esta perspectiva, la esencia
controladora sería asumida por la sociedad a través
de la interacción social persuasiva, de la cual se
derivaba el modelamiento de la conciencia individual a las
necesidades de su entorno, produciéndose entonces un
proceso de asimilación e internalización individual
de las normas culturales. El enfoque de este autor, radicó
en una identificación única de las "necesidades
culturales", concepción excluyente basada en la conocida
cultura del W. A. S. P. (white-anglosaxon-protestant),
constitutiva a su vez de los principios del "American way of
life".

 El control social es importante ya que en toda
sociedad hay una lucha entre el individuo y la sociedad. La
sociedad necesita ejercer su dominio sobre el individuo y
despliega una gama de mecanismos que aseguren la conformidad del
individuo a las normas sociales.

 Hay dos tipos de control social. Uno, de ellos
informal que está constituido por la familia, escuela,
trabajo, amigos, etc. Y, a su vez, un control social formal
constituido por policía, la justicia, por la
administración penitenciaria. El control social informal
pretende, a través de sus agentes, condicionar la conducta
del individuo a las normas sociales, pretende que el individuo
interiorice unas pautas de comportamiento que son aprendidas y
transmitidas de generación en generación, es cuando
un individuo no aprende estas normas cuando entra el control
social formal a través de la coacción.

 El control social informal. La familia: desde un
punto de vista cultural, la familia constituye un grupo
mínimo fuertemente organizado y está constituido
por los cónyuges y los descendientes. Se dan aquí
dos tipos de relación, una relación entre
cónyuges y una relación paternofilial, en la cual
la figura del padre simboliza la autoridad y la
dominación. Esta dominación y superioridad, se
traslada al domino de las actividades económicas, junto
con la relación conyugal, está la relación
de los padres con los hijos, la madre es el elemento fundamental
de las relaciones afectivas, el padre define el status familiar
dentro de la sociedad, la madre como centro educativo y
disciplinario. Para que este núcleo funcione uno de los
dos miembros tiene que dedicarse a la
organización.

 El hombre desempeña una gran
función, de esta manera atrae a la mujer y se reafirma su
valor personal y su confianza en sí mismo. La madre es el
modelo de disciplina, quiere que sus hijos se conviertan en
ciudadanos tolerantes que se adapten al mundo adulto. La madre
tiene un gran problema, la niña, aprende directamente sus
ocupaciones futuras, pero el niño no encuentra en el padre
el modelo, el niño se da cuenta de la valoración
interior de la mujer, descubre que se le está criando como
mujer, eso explica que ante el hecho de que el niño
observe los patrones de conducta de la mujer reaccione de manera
violenta contra la disciplina de la madre. El padre ha perdido la
capacidad de figura a imitar, aparecen otras instancias paralelas
a la del padre (colegio, barrio, t.v., amigos…). El padre llega
a ser una figura abstracta de autoridad que para mantener su
status se ha de convertir en un "súper padre", eso
conlleva que el hijo acepte fácilmente toda forma de
autoridad mientras sea presentada con fuerza. La madre pasa de
ser un ente amoroso, a planificar la educación de los
hijos, racionaliza sus actitudes y el cariño que ha de dar
a los hijos. 

No es de extrañar que en el siglo XX el papel
principal de la familia se centre en la función
ideológica, en la transmisión de modelos de
autoridad. La familia en el siglo XX ha formado para la sociedad
una serie de individuos que desde la infancia están
sometidos a la autoridad familiar, que en la época adulta
valorarán la autoridad, la rigidez. Su visión de la
sociedad se regirá con la convencionalidad, se
valorará todo lo masculino, el poder y el poder de la
propiedad.

 Se produce la intolerancia hacia todos aquellos
que no son igualmente fuertes y poderosos, se rechaza todo lo que
es diferente, la mujer, las emociones, la pobreza, s rechaza la
falta de conocimientos. De esta manera la fuerza del padre se
realza.

 La Escuela: es la segunda instancia de control
social informal y reproduce la misma función autoritaria.
El maestro exige una serie de actitudes que han de ser aceptadas
sin que el alumno pueda emitir ningún juicio de
desaprobación y, si lo hace, será rebelde y esto es
peligroso para los demás. Plano laboral: sigue estando
marcado por la autoridad, trascendencia que supone para el
trabajador su empleo (salario, posibles ascensos).

 Se juntan dos puntos, que el trabajador se sienta
útil y la posibilidad de recibir un salario. En el mundo
laboral se dan criterios de autoridad, los intereses de las
instancias productoras y los intereses del estado van paralelos.
Cualquier exigencia laboral, pasa a ser un ataque al orden
social, será en realidad una acción
criminal.

 Las mayores garantías de éxito, no
pasan por un endurecimiento del control social formal, pasan
sobretodo mediante una adecuada conjunción de las dos
instancias del control social, no ha de haber una
supremacía de una sobre la
otra. 

 Funciones de la
criminología

La metodología interdisciplinaria de la
Criminología permite además coordinar los
conocimientos obtenidos sectorialmente en los distintos campos
del saber por los respectivos especialistas, eliminando
contradicciones y colmando las inevitables lagunas.

Psiquiatría

 Se ocupa de lo psíquicamente anormal, de
sus formas de manifestación, causas psíquicas y
corporales y de la posibilidad de tratamiento físico y
mental. La psiquiatría tiene un campo de aplicación
amplio, se ocupa del fenómeno criminal de una forma
marginal, será un aspecto de los muchos que estudia la
psiquiatría. Los criminales representan un pequeño
porcentaje.  La aportación de la psiquiatría
es importante sobre todo en psiquiatría forense, donde la
aportación de estos en un proceso penal determinará
la imputabilidad criminal.

Psicología

No puede hablarse de psicología criminal
independiente, debido a la rivalidad entre psicología y
psiquiatría, estos han dejado la Criminología en un
segundo plano. La psicología trata de la vida
psíquica y llamada normal, también abarca una
multitud de campos siendo el campo criminal uno de los muchos que
trata. La psicología forense tendrá una
aportación importante no sólo en materia penal sino
también en materia civil.

 Sociología

El delito es una vulneración de las normas
sociales. A partir de la II Guerra Mundial las teorías
sociológicas cobran importancia. Se centrará en
todos aquellos aspectos que van a tener repercusión en el
hecho criminal, se mantendrá por algunos sociólogos
(Durkheim) que criminalidad y delincuencia forman parte de toda
sociedad sana.

Etología

Ciencia que estudia comparando el comportamiento animal
y el comportamiento humano. El error en que los etólogos
caen es el tratar de extrapolar, todos los conocimientos
obtenidos de los animales al hombre. No obstante es interesante
cuando explica fenómenos como el miedo o la
agresión, elección de pareja, comportamiento sexual
de las especies. Relación con disciplinas que se ocupan
del crimen

 Derecho Penal

Conjunto de normas jurídico – positivas
reguladoras del poder punitivo del estado que definen como
delitos determinados presupuestos a los que asignan ciertas
consecuencias jurídicas denominadas penas o medidas de
seguridad, consecuencias accesorias.

 El Derecho Penal aparece como una ciencia
normativa (debe ser) mientras que la Criminología aparece
como una ciencia del ser. Así el Derecho Penal va a
utilizar un método deductivo mientras que la
Criminología utilizará un método inductivo y
empírico.

 Estas dos ciencias han mantenido unas posiciones
específicas, lo cierto es que son ciencias inseparables.
El Derecho Penal debe regular la conducta humana externa,
así mismo protegerá unos bienes particularmente
importantes en la vida social, con esto el Derecho Penal
evitará la auto justicia, al mismo tiempo el Derecho Penal
ejercerá una función de garantía y que no
sólo protegiendo determinados bienes relevantes,
también protegerá al individuo de posibles ataques
ilícitos por parte del Estado.

 El Derecho Penal si prescindiera de la
Criminología se convertiría en una ciencia
teórica alejada de la realidad criminal, llevaría a
tener leyes ineficaces.

 A su vez la Criminología necesita del
Derecho Penal, se delimita el objeto de la Criminología,
también el inicio del estudio de la Criminología
delimitará que conducta es o no delictiva, esto
marcará el objeto inicial del estudio de la
Criminología.

 La primera dificultad, es el propio concepto de
delito, decir que la Criminología es aquella parte de la
ciencia que se ocupa del estudio empírico del delito no es
decir mucho, si no se indica lo que se entiende por delito, es el
Derecho Penal quien marca el concepto de delito, también
es cierto que la Criminología no puede limitarse ni
depender de las cambiantes normas penales. En un principio tanto
el criminalista como el penalista están subordinados al
concepto legal de delito, el criminalista si ha de partir de ese
concepto legal, en un momento determinado puede rechazarlo y de
ese modo proponer cambios en las definiciones legales.

 Hoy en día se considera que el objeto de la
Criminología es el estudio de la conducta desviada y
dentro de ella también el delito o la
criminalidad.

 La Criminología también se
ocupará del proceso de definición y de la
sanción de la conducta desviada. A su vez, todos los
conocimientos que la Criminología aporta, han de encontrar
su reflejo en el Derecho Penal, ya que el Derecho Penal es el que
impregna el tejido social, impondrá el cumplimiento de
unas normas, si la Criminología no encontrase este
reflejo, no sería más que una ciencia
teórica, no una ciencia práctica como
es.

 Hay una necesidad de que esos conocimientos se
transformen o pasen a un marco legal, se necesita una
normativización de los conocimientos
criminológicos. Será la política criminal
quien enlace estos conocimientos con el Derecho Penal.

 Política Criminal

 Pretende la exposición
sistemáticamente ordenada de las estrategias,
tácticas y medios de sanción social para conseguir
un control óptimo del delito. Propondrá y
determinará reformas del sistema vigente, criticando
aquellas instituciones que se consideran político
criminalmente inadecuado o intolerable.

 Su razón de ser es la renovación del
Derecho Penal, reforma de la administración de justicia y
reforma del sistema de penas. Política criminal y reforma
del Derecho Penal son sinónimas.

 La Política criminal es el puente necesario
entre el saber empírico y la concreción normativa
que es el Derecho Penal, la política criminal busca y pone
en práctica los medios y las formas más adecuadas
para hacer eficaces los fines del Derecho Penal. Esta eficacia se
va a conseguir cuando la política criminal le indique
cuales son para él; la conducta criminal responde a estos
dos mecanismos: Mecanismos de contención y mecanismos de
presión criminógena.

Teorías del
etiquetamiento o reacción social

Consideran que no se puede comprender el delito
prescindiendo de la propia relación social del proceso
social de selección de ciertas personas y las conductas
etiquetadas como criminales. Desde la teoría del
etiquetamiento se sostiene que el delito no se define por el
acto, sino que es una consecuencia de la norma y sanción
aplicada al sujeto llamado "delincuente"; "el desviado es una
persona a quien el etiquetamiento le ha sido aplicado con
éxito, por lo que el comportamiento desviado es el que se
etiqueta como tal". Otros dos elementos estudiados por Becker son
los mecanismos sociales que tienden a consolidar al sujeto
transgresor en el status de delincuente, así como la
permanencia en ese rol: "carrera criminal".

 Un elemento central de la teoría es el
énfasis de considerar la dependencia y valoración
de la sociedad en la construcción de la norma y el delito,
ya que este no tiene una existencia ontológica, sino que
evoluciona históricamente según coordenadas
espacio-temporales. La criminalidad que existe en lo social es
aquella surgida del establecimiento y aplicación de la
norma. Es ilustrativo el desarrollo práctico de la
teoría del etiquetamiento que realiza Carlos Elbert
diciendo que "un niño con malos antecedentes escolares,
que luego es internado en un reformatorio y finalmente detenido
por un delito, habría caído en esa situación
como consecuencia de un proceso de etiquetamiento que le
predisponía y conducía a alcanzar el rol
delincuencial que le será asignado fatalmente". La
asunción del rol atribuido puede derivar en la
comisión habitual de delito, iniciando la carrera
criminal.

 En lo relativo al estigma que se crea sobre los
adolescentes en conflicto con la ley penal, este es claramente
selectivo ya que "funciona plenamente en los casos donde el
delincuente pertenece a áreas marginadas, es difuso cuando
se trata de los sectores medios pero se torna inexistente cuando
pertenece a los sectores altos." Por tanto, el delito y la
reacción social aparecen como términos
interdependientes, inseparables, recíprocos. La marca de
la persona de conducta desviada no es nueva, y desde los inicios
siempre se ha tratado de buscar en el criminal una marca que lo
distinga.

 El Derecho Penal clásico lo enlazaba con el
hecho punible, y la antropología criminal lo centraba en
la personalidad del autor. Las malformaciones cromosómicas
serían como medio de conocimiento del delincuente. La
estigmatización sólo significa
diferenciación, destacar de forma más o menos clara
a determinadas personas y adscribir la explicación de su
conducta. El problema del control de la conducta se
simplificaría si se pudiera conocer de forma clara el
círculo de personas peligrosas socialmente por
características fácilmente identificables. La
búsqueda de esas marcas ha producido grandes abusos
(judíos, cristianos). Cuando tiene lugar una
estigmatización aparecen consecuencias destructivas para
los afectados y para sus familias. Para los autores más
representativos, las conductas irregulares están
repartidas con una gran igualdad entre todas las clases sociales
de la población, pero posteriormente los mecanismos
sociales conducen a una desigual distribución del riesgo
de ser detenido, condenado posteriormente, y esos mecanismos
sociales son los que etiquetan al individuo.

 Una pequeña aparte de los autores opina que
en la clase inferior no existe una criminalidad propia, pero
ocurre que esta criminalidad es creada por los llamados "procesos
de atribución". Las normas son reglas de comportamiento
elaboradas por los grupos sociales, si una persona viola estas
normas será considerada como desviada desde el punto de
vista del grupo. No interesan las causas de desviación,
son el proceso de criminalización. Una persona se
convierte en desviada cuando otras personas más
significativas la etiquetan como tal. Se les critica que no se
ocupasen de los orígenes de la criminalidad y sólo
centran su estudio partiendo de que es el grupo social dominante
el que etiqueta al individuo.

 El control social es el que crea la criminalidad.
El interés de la investigación se desplaza desde el
desviado y su medio hacia aquellos grupos que lo definen como
desviado. Van a analizar los mecanismos de funcionamiento del
control social y las carencias no las buscan en los individuos
controlados sino en aquellos que ejercen el control. El individuo
pasa a convertirse en víctima de los procesos de
atribución y definición. Una conducta no es
delictiva por sí misma, ni su autor será un
criminal por merecimientos objetivos, son que depende de ciertos
procesos de definición y atribución y
selección al mismo tiempo. Los agentes del control social
formal, no detectan o declaran el carácter delictivo de un
comportamiento, sino que lo generan o producen al etiquetarlo
así.

 El control social es altamente discriminatorio y
selectivo, esa etiqueta de criminal es repartida por los
mecanismos de control con el mismo criterio de
distribución que otros bienes (fama, riqueza…) y ese
criterio es el status y el rol de las personas. Las posibilidades
de que un individuo pueda ser etiquetado como delincuente, no
dependen tanto del delito cometido, son que más bien
dependen de la posición que ocupa el individuo en la
pirámide social. Si en una sociedad alguien posee poder
para establecer normas (que determinen la moralidad media),
también tiene poder para escapar a esas normas. Los
procesos de aplicación de la ley penal constituyen los
mecanismos de distribución de la propiedad negativa
criminal. 

Conductismo

Los orígenes del conductismo se asocian a la
escuela reflexológica rusa y a su más conocido
representante: Iván Pavlov. Según este autor, si
los reflejos no son únicamente congénitos, pues los
hay adquiridos por aprendizaje, cabe concluir que todos los
hábitos adquiridos son respuestas condicionadas.
Así, la conducta anormal es una respuesta inadecuada ante
el medio. Biológico conductual (condicionamiento del
proceso de socialización) Se trata de la Teoría
Conductista la que achaca la etiología del crimen
exclusivamente a factores externos, estímulos y refuerzos
porque entienden que las pautas de la conducta habitualmente
atribuidas a factores internos pueden inducirse, eliminarse y
restablecerse modificando las influencias externas del medio. La
mayor parte de los hechos delictivos constituyen conductas
adquisitivas, que se adquieren, en esa adquisición no se
requiere ningún tipo de técnica especial, lo que va
a interesar es por qué algunos individuos no inhiben
ciertas conductas que son socialmente inhibidas. Aparece como la
consecuencia de fallos o deficiencias en el condicionamiento del
proceso de socialización.

 El comportamiento social se adquiere a
través de un proceso de condicionamiento en el aprendizaje
de las conductas de socialización, el niño aprende
a inhibir las respuestas antinormativas mediante el
establecimiento de una serie de repuestas emocionales
condicionadas ante estímulos asociados a la conducta
antisocial. Como resultado de este aprendizaje, los actos
antisociales se verán asociados con un estado aversivo de
miedo producido por el castigo. Serán los miedos
condicionados los que van a constituir un freno a la conducta
antisocial. El niño no llevará a cabo una conducta
que ha sido previamente castigada. La falta de
socialización ocurre en individuos a los que les alta la
habilidad para adquirir respuestas condicionadas en
general.

 Socio conductual (aprendizaje social)

La Teoría del Aprendizaje Social es una variante
del conductismo, muy próxima a las teorías
sociológicas del aprendizaje por transmisión
cultural. Consideran que la adquisición de las pautas,
modelos criminales se producen mediante el aprendizaje evolutivo
que descarga en la observación e imitación del
comportamiento criminal entre otros.

 Freud en "Psicopatología de la vida
moderna" dice que son meros actos o palabras fallidas, lapsus;
cada acto tiene una explicación, las teorías del
aprendizaje se oponen a las psicoanalistas, que sostienen que
muchos actos obedecen al inconsciente. Puntos de esta
teoría: Casi toda la conducta es aprendida. Las leyes que
gobiernan este aprendizaje pueden conocerse y medirse. Tanto la
conducta normal como la anormal, se adquieren mediante los mismos
mecanismos normales de aprendizaje. El crimen representa un
conjunto de actos aprendidos por el individuo. Se dice que el
sujeto no nace violento, sino que lo aprende a través de
las vivencias diarias, de la interacción con los
demás.

 Un elemento que avala esta teoría es el
acuerdo, por parte de los psicólogos, en la no
conveniencia de que los niños vean programas violentos en
la televisión, ya que contemplan como otros individuos
consiguen alcanzar objetivos mediante la violencia, e incluso son
recompensados. Si un niño asocia violencia con recompensa
es fácil que aprenda a actuar violentamente. Los factores
biológicos y psicológicos pueden predisponer al
individuo, pero el factor definitivo de las tendencias criminales
se debe al entorno socio – ambiental.

 En la conducta antisocial será muy
importante el aprendizaje en base a modelos, no solo se aprende
en base a recompensas y castigos sino también de lo que e
observa en otros miembros de la comunidad, y así las
respuestas punibles pueden aprenderse "viendo lo que les pasa a
los otros", se aprende, se adquiere una experiencia propia a
través de los éxitos y equivocaciones que
observamos. El castigo produce una inhibición de posibles
conductas cuando comprobamos las consecuencias negativas que les
produce a los demás.

 Factorialistas (rasgos y variables de la
personalidad) Estas Teorías pretenden explicar el
contenido de ciertas conductas en base a rasgos de la
personalidad, que se irán recogiendo en test y van a
permitir comparar grupos y subgrupos de delincuentes. Se
señala que los delincuentes suelen presentar alguno de los
siguientes rasgos: 

  • Conciencia débil

  • Escaso sentimiento de culpa

  • Rechazo de la autoridad

  • Tendencia al agrupamiento con otros
    delincuentes

  • Impulsividad

  • Mínimo autocontrol

 De todas las características que se pueden
presentar hay una a la que se le ha prestado gran importancia, la
inteligencia. Al hablar de delincuencia e inteligencia se plantea
la gran interrogante, ¿son los delincuentes menos
inteligentes? No puede afirmarse que los delincuentes sean menos
inteligentes, se constata la presencia de delincuentes
brillantes. Es obvio que hay delitos que requieren para su
comisión un alto grado de inteligencia.

Teorías de la
frustración – agresión

Estas teorías se elaboran sobre la base de la
exploración de la reacción de los negros ante las
frustraciones experimentadas en una comunidad del sur de Estados
Unidos. Las teorías son una combinación entre
conceptos psicoanalíticos y principios conductistas y
apuntan a la estrecha relación existente entre
frustración y su consecuencia necesaria de agresión
directa o indirecta. El postulado básico es: la conducta
agresiva siempre presupone la existencia de frustración y,
por el contrario, la existencia de frustración siempre
conduce a alguna forma de agresión.

 Todo individuo podría actuar criminalmente
pero se ve neutralizado por los vínculos sociales que le
van a solicitar que tenga una actitud conforme a derecho, y
servirán de dique a cualquiera. Cuando fracasan sus
mecanismo de control, se produce un quiebre y ello conduce al
crimen. Se plantea si todo individuo cuenta con el potencial
necesario para violar las leyes y la sociedad ofrece varias
opciones. ¿Por qué se obedecen las leyes?
Según la escuela clásica la respuesta es por el
miedo y por los vínculos existentes entre personas
interrelacionadas íntimamente.

 Aparece la teoría del arraigo social
(representada por HIRSCHI), que pertenece a las llamadas de
vinculación y consideran que ésta es lo que hace
que el sujeto se ajuste a derecho. La consulta viene determinada
por el vínculo emocional que une al individuo con personas
significativas. En este vínculo descansa el compromiso
frente a los demás. Cuando se rompe el vínculo
aparece la criminalidad. Piensan que el delincuente puede
ocasionar más consecuencias dañinas en las
relaciones con otras personas y también con instituciones
y es el miedo el que frena al individuo. El crimen sería
el resultado de un debilitamiento de las relaciones. Hay cuatro
factores que determinan el arraigo en la sociedad Apego y la
consideración hacia personas. La falta de estos hacia
determinadas personas (característica de la personalidad
psicótica) va a conducir hacia una falta de respeto hacia
los demás).

 Identificación y compromiso con los valores
convencionales. La participación en actividades sociales.
El ocio y la desocupación pueden potenciar una actitud
delictiva. La vida social supone un alejamiento del delito. Las
creencias suponen un importante freno al delito, ya que supone un
respeto hacia los derechos de los demás. El Control
Social, por otra parte, puede analizarse desde dos puntos de
vista distintos: Desde el punto de vista del individuo social,
considerando en forma abstracta al hombre en su naturaleza
social, pero alejado en el momento presente de la influencia del
grupo. El hombre vive en grupos, interactúa con los
demás individuos en el grupo e interactúa con los
grupos. Es así, durante su proceso de
socialización, que se configura su naturaleza social. La
sociedad nos "educa" para sus fines: nos dice cuáles son
las metas que debemos buscar (metas sociales), y también
cómo y por qué caminos lograrlas. Sabemos, por lo
tanto, lo que la sociedad no comparte como metas y los caminos o
vías proscriptas para sus fines.

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