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Los movimientos sociales en la Europa del Siglo XIX (página 11)



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Los socialistas o socialdemócratas (por aquel
entonces, los dos términos eran sinónimos) eran
miembros de partidos centralizados o de base nacional organizados
de forma precaria bajo el estandarte de la Segunda Internacional
Socialista que defendían una forma de marxismo
popularizada por Engels, August Bebel y Karl Kautsky. De acuerdo
con Marx, los socialistas sostenían que las relaciones
capitalistas irían eliminando a los pequeños
productores hasta que sólo quedasen dos clases
antagónicas enfrentadas, los capitalistas y los obreros.
Con el tiempo, una grave crisis económica dejaría
paso al socialismo y a la propiedad colectiva de los medios de
producción. Mientras tanto, los partidos
socialistas,aliados con los sindicatos, lucharían por
conseguir un programa mínimo de reivindicaciones
laborales. Esto quedó plasmado en el manifiesto de la
Segunda Internacional Socialista y en el programa del más
importante partido socialista de la época, el Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD, fundado en 1875).Dicho
programa, aprobado en Erfurt en 1890 y redactado por Karl Kautsky
y Eduard Berstein, proporcionaba un resumen de las teorías
marxistas de cambio histórico y explotación
económica, y establecía una lista de exigencias
mínimas que podrían aplicarse dentro del sistema
capitalista. (60) Estas exigencias incluían importantes
reformas políticas,como el sufragio universal y la
igualdad de derechos de la mujer, un sistema de protección
social (seguridad social, pensiones y asistencia médica
universal), la regulación del mercado de trabajo con el
fin de introducir la jornada de ocho horas reclamada de forma
tradicional por anarquistas y sindicalistas y la plena
legalización y reconocimiento de las asociaciones y
sindicatos de trabajadores. (61)

Los socialistas creían que todas sus demandas
podían realizarse en los países democráticos
de forma pacífica, que la violencia revolucionaria
podía quizás ser necesaria cuando prevaleciese el
despotismo (caso de Rusia) y descartaban su participación
en los gobiernos burgueses. La mayoría pensaba que su
misión era ir fortaleciendo el movimiento hasta que el
futu- ro derrumbamiento del capitalismo permitiera el
establecimiento del socia lismo. Algunos -como por ejemplo Rosa
Luxemburg- impacientes por esta actitud contemporizadora,
abogaron por el recurso de la huelga general de las masas como
arma revolucionaria si la situación así lo
requería.

Rosa Luxemburg (62)se entregó en cuerpo y alma al
movimiento obrero en Alemania. Era colaboradora regular de
numerosos diarios socialistas -y en algunos casos directora-,
dirigió muchos mítines populares y tomó
parte enérgicamente en todas las tareas que el movimiento
le requería. Desde el principio hasta el fin, sus
disertaciones y artículos eran trabajos creativos
originales, en los que apelaba a la razón más que a
la emoción, y en los que siempre abría a sus
oyentes y lectores un horizonte más amplio.
(63)

El revisionismo añadió una nueva
escisión dentro del llamado socialislismo autoritario, el
socialismo reformista, al que se opuso el socialismo
revolucionario. Bernstein es el principal representante del
socialismo refor mista, Rosa Luxemburgo del revolucionario y Karl
Kautsky un intermedio, es el protagonista del socialismo como
movimiento. (64)

Una gran huelga de mineros del Ruhr tuvo para la
historia laboral de Alemania significación parecida a la
de la huelga del puerto de Londres para la historia
británica (y se produjo, además, en el mismo
año, 1889): fue el detonante de la conflictividad moderna,
esto es,de la movilización de los grandes sectores del
mundo industrial, mineros, siderúrgicos, ferrovia- rios y
metalúrgicos. Un total de 25.468 huelgas se registraron
entre 1891 y 1910. Sólo en 1912,hubo un total de 2.834
huelgas con 1.031.000 huel- guistas (entre ellas, una huelga
general en las minas en la que participaron unos 250.000
mineros). (65)

El desarrollo industrial alemán impulsó un
colonialismo incipiente al llegar tarde al reparo de
África, de ahí que las posesiones adquiridas eran
poco significativas.Durante el gobierno de Bismarck, en la
década de 1880, Alemania tendrá bajo su
control,Namibia,Camerún y Togo,en el continente africano y
las islas Marianas y Palaos, en el Pacífico. Bismarck
dudaba del valor real de un Imperio en ultramar. Sin embargo,
ello no impidió que sur- giera una arrogancia nacionalista
y una"búsqueda del poder mundial",estig- matizando a los
competidores o enemigos.Ésto último fue teorizado
por el historiador Heinrich Von Treitschke,quien formuló
el credo de este anhelo imperialista.Se estereotiparon enemigos
como el interno (judios) o el exter- no (Inglaterra). Lo anterior
fue parte de una tendencia hacia un nacionalis- mo agresivo tanto
en sus reclamos como en la forma como se entendía a
sí mismo. Otra expresión de esta tendencia fue la
Asociación pangermanista (con su exhortación de
abril de 1891). (66)

La liquidación del período
napoleónico por el Congreso de Viena, en 1815,
había dejado a la península italiana sojuzgada y
dividida. (67) El Im- perio austriaco conservaba Lombardía
y Véneto, situadas al norte de Italia. Los ducados de
Parma, Módena y Toscana estaban regidos por archiduques
austriacos; el papa gobernaba los Estados Pontificios y las
provincias del Adriático (las legaciones). Nápoles
y Sicilia, eliminado el peligro de Murat, volvían a ser
gobernadas, de forma absolutista por los Borbones. Italia estaba
dividida, pues, en diversos estados : El Reino de
Piamonte-Cerdeña, el Reino de las Dos Sicilias en el sur,
los Estados Pontificios en el centro, y una serie de
pequeños estados independientes. (68)

Todos estos monarcas eran enemigos de las ideas
democráticas y se sentían autorizados a su
represión por los principios de la Santa Alianza. Sin
embargo, a pesar de la vuelta a las monarquías absolutas,
se empiezan a extender, poco a poco, las ideas revolucionarias.
El progreso material le imponía su correlativo progreso en
las instituciones. En el Piamonte se introdujeron las
máquinas de hilar y tejer de Inglaterra. Los ferrocarriles
facilitaron las comunicaciones y con ellas la necesidad de
unificar los esta- dos italianos. El primer ferrocarril
construido en la península italiana fue el que
comunicó las ciudades de Nápoles y Portici,
inaugurado en 1839. (69)

Con la excusa del Congressi degli Scienziati se
reunían patriotas de todos los estados italianos para
tratar de problemas de economía y ciencias. Pero incluso
los temas más inocentes llevaban a los congresistas a
discutir el régimen político; muchos de estos
congresistas eran carbonarios y maso- nes, y todos liberales. Por
eso el papa y el duque de Módena prohibieron a sus
súbditos reunirse en congresos científicos y
Austria los permitía con reservas. Los primeros congresos
científicos se celebraron en Pisa y Turín los
años 1839 y 1840; al congreso de Nápoles, de 1845,
acudieron unos mil cuatrocientos científicos.
(70)

Las sociedades secretas tuvieron mayor eficacia en la
difusión de ideas revolucionarias,porque muchos italianos
eran analfabetos y no podían en- tender los escritos
patrióticos que circulaban clandestinamente. Estas socie-
dades atraían al público con el misterio de sus
símbolos y la jerarquía de los grados.Los
carbonarios de Nápoles habían empezado por unirse
en cho- zas de carboneros con un tronco de árbol por
sillón presidencial. Las logias se llamaban barracas, y al
lado de la cruz de Cristo se veía una hacha y un martillo.
Cristo, decían, había sido la primera
víctima de los tiranos, y en el juramento del grado
supremo había la cláusula de exterminar a los
reyes. Los carbonarios se extendieron hacia el norte de Italia y
a otros países. (71)

Sus objetivos eran derrocar el absolutismo
monárquico, implantar los principios
del liberalismo y la elaboración de una
constitución. Sus inte-grantes también eran
nacionalistas, es decir, partidarios de la creación de
un Estado italiano unificado en 21 Provincias Federadas bajo
el nombre de Ausonia. Los juramentos de los nuevos miembros de la
secta carbonaria se realizaban con el puño cerrado y
alzado, expresión de la unión fraterna de los
iniciados. Los carbonarios jugaron un importante papel en las
revolu-ciones de 1820 y 1830. Pero tras
el fracaso de éstas últimas (algunos
de sus miembros fueron ejecutados o encarcelados) la
sociedad dejó de existir, siendo impelidos algunos de sus
partidarios,como Mazzini,a crear una nue- va sociedad
secreta de marcado carácter nacionalista, la "Joven
Italia". (72)

La Revolución de 1848, también va a estar
presente en Italia. En no-viembre del 48, se producen una serie
de tumultos que obligaron al Papa a huir de Roma. Surge con
fuerza, en esos momentos, la idea de una Repú-blica
italiana unitaria, acabando de una vez con todos los tronos,
únicos interesados en conservar fronteras dentro de la
península. (73)

Uno de los líderes más destacados de la
revolución fue Mazzini. Al esta-llar las revoluciones de
1848, se trasladó a Milán,donde luchó por la
libera-ción contra los austriacos. Luego colaboró
en el movimiento insurreccio-nal lanzado por sus partidarios de
Roma contra el papa y fue uno de los triunviros que gobernaron la
consiguiente República Romana de 1849.

La Primavera de los pueblos de 1848 fue ya un
intento cercano al éxito, con sublevaciones en
Messina, Milán y Palermo, pero la falta de
apoyo de Saboya permitió a los austríacos
someter la insurrección. Tras la batalla de Custoza,
el arminsticio de Salasco devolvía el status quo
del Congreso de Viena. Solo un año después, se
proclamaba la República Romana lide-rada
por Mazzini, mientras Leopoldo II de
Toscana tenía que abandonar
Florencia y Carlos Alberto de
Cerdeña entraba en guerra con Austria. De nuevo, los
austríacos retomaron la insurrecta Venecia  pese
a la resistencia de Leonardo Andervolti y aplastaron
los deseos de unificación de Saboya en la batalla de
Novara. El ejército francés de Napoleón
III, ferviente cató-lico y defensor del papa, acabó
con la República Romana. (74)

La acción combinada de los ejércitos
austriacos, franceses, napolitanos y españoles puso fin al
experimento romano en aquel mismo año; y, poco a poco, la
represión se fue imponiendo en toda Italia, haciendo que
muchos nacionalistas y liberales quedaran desengañados
sobre las posibilidades de la vía radical mazziniana.
(75)

En los años siguientes, los partidarios de la
unificación italiana bajo un régimen liberal
confiaron más en la oposición moderada que
representaban Víctor Manuel II,rey del Piamonte y su
ministro Camillo Cavour,que serían quienes finalmente
lograrían la unificación del Reino de Italia en
1860.(76)

Mazzini no renunció a sus ideales republicanos y
quedó limitado al lide-razgo de reducidos círculos
de la oposición y a ser un símbolo de rigor moral,
austeridad personal y coherencia ideológica, como
precursor de la de-mocracia en Italia. Los electores de Mesina le
eligieron diputado varias ve-ces, siendo tal resultado anulado
por las autoridades monárquicas. Desde el exilio
impulsó a sus seguidores a participar en múltiples
complots fallidos, así como en la fundación de la
Asociación Internacional deTrabajadores. Giuseppe Mazini
colabora en la fundación de la Sociedad de los amigos,
pide escuelas nocturnas para los obreros, biblotecas circulantes
y fondos de asistencia para las sociedades cooperativas de
producción, e inicia la publi- cación de un diario
La Roma del Popolo. En1869 regersó a Italia de forma
clandestina para morir en su país. (77)

Las difusiones de las ideas liberales fueron impulsadas
por el reino de Piamonte, con su primer ministro,Cavour, a la
cabeza. (78). Tras sucesivas guerras, en las que
destacaría, sin lugar a dudas, Garibaldi que, en mayo de
1860, con poco más de mil voluntarios, la mayor parte
estudiantes, desem-barcan en Sicilia, desencadenando una
revolución apoderándose, en un corto periodo de
tiempo,del reino italiano de Nápones y gran parte de
Italia con su ejército de 18.000 voluntarios.(79) El rey
de Piamonte, Víctor Ma-nuel II fue proclamado rey de toda
Italia, en 1861, excepto de Venecia, que se uniría en
1866. La unificación italiana culminó en 1870
cuando el ejér-cito italiano entró en Roma,
estableciendo allí la capital del reino.
(80)

La unificación italiana dejó planteados
dos graves problemas. El prime-ro de ellos fue la
marginación de los sectores radicales democráticos
enca-bezados por Garibaldi. Su lema era "Dios y el Pueblo" y fue
el cabecilla de una conspiración republicana, en
1870.(81)Los garibaldinos fueron derrota- dos
políticamente por la alta burguesía liberal del
Piamonte, que finalmente instauró una monarquía
constitucional en la región,respaldada por las po- tencias
europeas, de carácter conservador. En cierta medida,se
podría decir que al mismo tiempo que se consumaba la
deseada unidad italiana,se estaba produciendo una lucha social
entre la burguesía conservadora del norte, más
desarrollada e industrializada, contra campesinos y artesanos del
sur más radicales ideológicamente. De hecho Camillo
Cavour, en una carta que escribe escribe al rey Víctor
Manuel, ya el 5 de octubre de 1860 decía de "acabar,
cuanto antes,con el problema de Garibaldi y con su "dictadura",no
ser débiles con los garibaldinos y ningún acuerdo
con los mazzinianos…" (Carteggi del Conte di
Cavour).

El otro problema fue la relación con la Iglesia
Católica. Una vez que sus dominios fueron conquistados y
ocupada Roma en 1870, el papa se consi-deró"prisionero en
el Vaticano",lo que con el tiempo le trajo al nuevo Esta- tado
italiano serios problemas con los sectores católicos
europeos. El rey Víctor Manuel II tomó Roma y todos
los estados pontificios quedaron bajo su soberanía. (82)
Roma se convirtió en la capital del nuevo reino y
Víctor Manuel II instaló su corte en el Palacio del
Quirinal. Pero el Papa Pío IX no aceptó la derrota
y se consideró prisionero dentro de la ciudad
negándose a abandonar la Santa Sede donde se
atrincheró. Era la moda referirse al Papa en aquellos
tiempos como "el prisionero". Pero el hecho es que la Santa Sede
se mantuvo sin ser perturbada por el Gobierno de Italia en una
especie de aislamiento que se prolongó por años,
pero sin estatus ni reconocimiento oficial, por tanto desconocido
por el Reino de Italia y sin reconocimiento internacional.
(83)

El principal problema económico con el que se va
a enfrentar el gobier-no italiano de Camillo Cavour será
la difícil situación del sur de Italia (Me-
zzogiorno). Será éste, uno de los problemas
más graves, permanentes y no resueltos desde la
formación del Estado italiano en 1870.

En Italia, durante la década de 1870, más
del 60% de la población eran campesinos que
vivían en terribles condiciones. El campesinado italiano
empleaba más del 70% de lo que ganaba en cubrir sus
necesidades básicas (alimento, ropa y vivienda). La dieta
básica de su alimentación se compo-nía de
cereales, patatas,verduras, aceite, vino y ocasionalmente
carne.

El sector industrial italiano, en la época de la
unificación, era muy débil. La producción
anual de hierro no superaba las 30.000 tn. La única
indus-dria de cierta importancia era la sedera que empleaba a
unos 274.000 de los 382.000 obreros industriales de Italia, en
1876. Hasta finales del S. XIX la industria italiana
siguió siendo bastante modesta y se limitaba, casi
exclu-sivamente, a las regiones del Norte (Piamonte y
Lombardía). (84)Para proteger la industria italiana se
recurrió al arancel que estimuló a algunos
industriales siderúrgicos a pensar a gran escala e
intentar controlar el mercado interior. Sin embargo, esta
política proteccionista no reactivó la
economía italiana, en un principio, hasta que el Estado
italiano subvencione proyectos específicos a la marina
mercante o la compra de material móvil del ferrocarril a
empresas nacionales. (85)

La pobreza y el atraso en el sur, eminentemente
agrícola, dedicado al cultivo de los cereales, vid y
olivo, se vio agravado por la industrialización del norte
en el siglo XIX, y las reformas introducidas por Giovanni
Giolitti (varias veces primer ministro a finales del siglo XIX y
XX) tuvieron poco éxito (86). La ola masiva de
emigración de italianos hacia Gran Bretaña, Estados
Unidos o Argentina será una constante desde finales del
S.XIX hasta bien entrado el XX y será uno de los
principales indicadores de las malas condiciones de vida de las
regiones del sur de Italia.

La mayor oleada de inmigrantes italianos se produjo
hacia los Estados Unidos entre las décadas de 1880 y
1910.En tan sólo 30 años, 4 millones de italianos
procedentes del ámbito rural del Sur y de Sicilia se
establecieron definitivamente en los Estados Unidos de
América (87). También emigra-ron de forma masiva
hacia Argentina. En 1895, los italianos asentados en Argentina
rondaban el medio millón (492.600) (88).

El norte de Italia, por el contrario será una
región más rica e industria- lizada siendo, desde
un principio, objetivo de la política nacional. En
conjunto, el norte de Italia se vio arrastrado por el remolino de
la industria-lización europea, en la que destacó
como una de las principales avanzadi-llas meridionales. La
industria textil se desarrolla de forma importante, gra-cias a la
mecanización, al mismo tiempo que la siderurgia, para la
cons-trucción del ferrocarril y posteriormente lo
harán la industria química y la del
automóvil. (89)

El 1 de julio de 1899, Italia ingresa en el mundo
automovilístico al crearse la Fábrica Italiana
Automobili Torino (FIAT), a cargo de Giovanni
Agnelli.Se constituyó la sociedad con un capital de
800.000 liras y se fabri- caron, entre 1899 y 1900, 20 unidades
en el patio de la casa de Vinienzo Lancia, en Turín, en
donde trabajaban 150 obreros. La velocidad que alcanzaba este
vehículo era de 40 Km por hora. (90)

Los orígenes del socialismo italiano son muy
tempranos. El padre del socialismo italiano fue Jean Charles
Sismondi (1773-1842). Nació enVenecia y fue un gran
historiador. Sus obras más conocidas fueron las tituladas:
"La histoire des republiques italianes" y la "Histoire des
Français" com-puesta de 21 volúmenes.De joven
vivió en Inglaterra donde recibió el influ- jo de
Adam Smith como lo demostraría una exposición de
sus ideas en "La richese commerciale" escrito en 1803. Luego,con
el paso del tiempo,Sis- mondi tomó una actitud
crítica contra las teorías de la escuela
clásica espe- cialmente contra el economista David
Ricardo,como lo demostrará en sus obras tituladas:"Nou
veaux príncipes d´economie politique" y "Etudes sur
l´economie politique"

Sismondi realiza un análisis de la
evolución económica dividiendo la historia
económica en tres etapas (esclavitud, feudalismo y
capitalismo) dichos conceptos, según opinan muchos
historiadores, fue el germen de la interpretación
económica de la historia propuesta por Carlos Marx.
(91)

También escribió, Sismondi, una
teoría sobre la explotación y sobre sus
consecuencias. Las causas de la explotación en un
régimen de libertad con- tractual en donde los asalariados
podrían aceptar su propia explotación ya que
"libertad de derecho no implica automáticamente la
libertad de hecho", pues al contratarse ambas partes no
están en la misma situación, ya que el empresario
recibe una ganancia y el trabajador un medio de vida, de modo que
sufre una presión mucho más fuerte que
aquél. Además, la consecuen-cia entre los
trabajadores se agrava debido a la introducción del
maquinismo y del régimen de libertad imperante para
contratar a los obreros. Como consecuencia de la
explotación se llegará,en un futuro, a la
separación,cada vez mayor, entre las clases sociales,
siendo los salarios de los obreros cada vez más bajos
mientras que los empresarios se beneficiarían cada vez
más de las plusvalías (los trabajadores no
participan de los beneficios realizados por la colectividad como
consecuencia del progreso técnico) y acu- mularían
capitales cada vez mayores. (92)

El anarquismo en Italia se constituyó
como movimiento a partir de la Alianza de Revolucionarios
Socialistas, una sociedad secreta fundada por Mikhail Bakunin.
Giuseppe Fanelli, y Errico Malatesta fueron las
primeras figuras del movimiento.Cuando la sección italiana
de la Asociación Internacional de losTrabajadores se
formó en 1864, los nuevos y más famosos
anarquistas aparecieron en escena, individualidades notables
como Carlo Cafiero  y Errico Malatesta. Dentro de
la sección italiana de la AIT se formaron las
ideas anarcocomunistas, que darían lugar a un
movimiento fuerte y cohesionado. En la conferencia
de 1876 en Florencia, la sección italiana
de la AIT en su declaración de principios se
adhirió al anarquismo comunista, proclamando:

"La Federación italiana considera la propiedad
colectiva de los productos del trabajo como el necesario
complemento al programa colectivista,la ayuda para la
satisfacción de todas las necesidades de cada ser humano,
solo con la regla que corresponde al principio de la solidaridad
en la producción y el consumo. El Consejo Federal de
Florencia ha demostrado elocuente- mente la opinión de la
Internacional italiana en este punto…" (93)

Fue también
en Italia donde se iniciaron los primeros intentos
revolu-cionarios anarquistas. Bakunin estuvo
involucrado en la insurrección que tuvo lugar en Florencia
en 1869, y en un fallido intento de insurrección
en 1874 en Bolonia (94). En 1877, Errico
Malatesta, Carlo Cafiero y Costa llevaron adelante una intentona
revolucionaria en Italia. Liberaron dos villas
en Campania antes de ser detenidos por las autoridades
militares.

El anarquismo italiano se
materializó primeramente en la sección ita-liana de
la Primera Internacional. La popularidad de la AIT se
disparó con la Comuna de París. Debido al
conocimiento limitado de cómo se desarro- llaron los
acontecimientos realmente, muchos militantes tenían una
visión utópica de la naturaleza de la Comuna, lo
que llevó a las ideas anarquistas y otras tendencias
socialistas a una gran popularidad. No obstante, el republi- cano
radical Giuseppe Mazzini condenó la Comuna porque
representaba todo lo que odiaba: lucha de clases, violencia
de masas, ateísmo y materia– lismo. La condena de Mazzini
a las ideas revolucionarias incrementó el abandono de
muchos republicanos de las filas de la AIT. (95)

Cuando la división entre los
partidarios de Marx y de Bakunin se hizo
más evidente, la sección italiana de la AIT primero
tomó partido por Bakunin contra el comportamiento
autoritario del Consejo General manejado por Marx. La defensa de
la Comuna de París por Bakunin contra los ataques de
Mazzini, y la incapacidad de Marx y Engels para enfrentarlos,
hizo que los bakuninistas se convirtieran en la principal fuerza
ideológica de la AIT ita- liana. En 1872, Bakunin y
Cafiero ayudaron a organizar las secciones de la AIT para
conformar una federación nacional. Todos los delegados en
el congreso fundacional,con excepción de Carlo
Terzaghi (un espía de la poli- cía) y dos
socialistas garibaldinos, eran anarquistas. (96)

   En Italia, al producirse la división
de la Primera Internacional, una parte siguió el
pensamiento político de Carlos Marx, partidario de la
acción múl- tiple y de la intervención
parlamentaria y otra, la posición de Bakunin,par- tidario
de la acción directa y revolucionaria contra el
capitalismo y el Estado, sin admitir la actuación
política y mucho menos parlamentaria,conven- cido de que
los socialistas que intervendrían en ella serían
fatalmente ab- sorbidos por el Estado al servicio de las clases
dirigentes italianas.El movimiento anarquista adquirió
inusitado auge e influencia. Justo es decir que en Italia
surgieron figuras magníficas de pensadores y de
revolucionarios, pertenecientes a todas las clases sociales,
desde el aristocrático duque de Pisacane, protector de
Bakunin,al que tanto ayudó financieramente, hasta el
humilde obrero electricista Errico Malatesta, pasando por grandes
abogados como Pedro Gori y hombres de acción y de
pensamiento como Giovanni Bovio, Cafiero y Merlino.La realidad es
que en Italia ha existido siempre un movimiento anarquista
prestigioso y respetado, hasta por Mussolini, que tuvo a gala
conservar su vida y en libertad vigilada a Malatesta.
(97)

Uno de los dirigentes políticos italianos
más importante, a finales del S. XIX fue, sin duda, el
anarquista Errico Malatesta. Escribió y publicó
varios periódicos radicales y fue también
compañero de Mikhail Bakunin.En parte debido a su
entusiasmo por la Comuna de París y en parte por su
amistad con Carmelo Palladino, se incorporó a la
sección napolitana de la AIT ese mismo año,mientras
estudiaba como mecánico y electricista.En 1872 cono-
ció a Mikhail Bakunin, con quien participó en
el congreso de la Internacio- nal de Saint Imier. Durante los
cuatro años siguientes,Malatesta ayudó a difundir
la propaganda internacionalista en Italia; fue encerrado dos
veces en prisión por estas actividades.

En abril de 1877, Malatesta, Carlo Cafiero, el
ruso Stepniak y cerca de otros 30 compañeros,
iniciaron una insurrección en la provincia de Bene-vento,
tomando las villas de Letino y Gallo
Matese sin violencia. Los revo-lucionarios quemaron los
registros de impuestos y declararon el fin del go- bierno del
rey, siendo seguidos con entusiasmo: incluso un cura de pueblo
les prestó su apoyo.

En Florencia fundó el semanario
anarquista La Questione Sociale en el que se
publicó, por primera vez, su popular panfleto Fra
Contadini (Entre Campesinos).Vivió en Buenos
Aires a partir de 1885,y sigue publicando La Questione
Sociale. Participó en la fundación del
primer sindicato de Pana- deros en Argentina, y
dejó una fuerte impronta anarquista en el movimiento
obrero argentino que influiría en los años
siguientes.

Vuelve a Europa,en 1899,siendo el director del
periódico L´Associazione en Niza hasta que
fue forzado a exiliarse en Londres. Durante esta época
escribió algunos panfletos importantes,entre los que se
incluye L´Anarchia. Malatesta participó en el
Congreso Anarquista Internacional de Amster- dam de 1907, donde
debatió con Pierre Monatte sobre la relación entre
el anarquismo y el sindicalismo.Luego de sufrir durante
años años de una dolencia respiratoria en los
bronquios, desarrolló una neumonía bronquial que lo
llevó rápidamente a la muerte, el 22 de julio de
1932. (98)

En Italia, distintos sindicatos de orientación
socialista,anarquista y sindicalista se fusionaron en 1906 en la
Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL): en
1907,tenía 684.046 afiliados; en 1914, 961.997. En Italia,
donde todavía en los años 1885-95 se registraban en
torno a las 100-200 huelgas por año, se pasó a
cifras como 1.042 huelgas industriales y 629 agrarias en 1901, y
1.881 y 377, respectivamente, en 1907. Hubo, luego,nu- merosas
huelgas generales de alcance local (en Milán en 1907; en
Roma, Turín, Génova en 1908, etc) y varios intentos
de desencadenar la huelga general nacional, en concreto en
septiembre de 1904 -con éxito parcial en Milán,
Génova y Turín-, en septiembre de 1911-contra la
guerra de Libia, que, en general, fue un fracaso-, y en los
días 7-16 de junio de 1914, la lla- mada "Settimana Rossa"
(Semana Roja), especie de revuelta casi insurre- ccional
generalizada, provocada por la muerte de tres manifestantes
antimi- litaristas en Ancona, pero contenida por las fuerzas del
orden con un balan- ce de 16 muertos y 450 heridos.Como en el
resto de Europa, los años 1910-14 fueron en Italia
particularmente conflictivos. Hubo 1.107 huelgas en 1911 (entre
ellas, las de las siderurgias de Piombino y Elba); 914, en 1912;
810,en 1913 (con grandes huelgas campesinas en Ferrara y Parma, y
un largo conflicto metalúrgico en
Milán). También proliferaron los
periódicos anarquistas ,como La Questione Sociale de
Gaetano Bresci (que asesinó en 1900 al rey de Italia
Humberto I de Saboya), o la Cronaca Sovversiva de Luigi
Galleani a partir de 1903. (99)

La conflictividad laboral era, pues, endémica en
toda Europa. Bélgica, Holanda, Suiza, Austria,
Hungría, Rusia, los Países escandinavos, Portugal y
España, conocieron huelgas numerosas y a menudo violentas.
No fue, por tanto, casual que León XIII se
ocupara en 1891 de la cuestión social en su
encíclica Rerum Novarum (ni que el pintor italiano
Giuseppe Pellizza di Volpedo plasmase en 1898 el avance de las
masas campesinas en su formidable cuadro titulado Cuarto estado).
Es un hecho que los gobiernos, los responsables del orden
público, los altos funcionarios de las Cortes europeas y
las clases conservadoras vieron en la agitación laboral el
espectro de una revolución desde abajo. (100)

A finales del siglo XIX y principios del XX, las
protestas colectivas de las mujeres campesinas (que ya
habían organizado y habían participado en motines,
revueltas y rupturas de cercados desde el siglo XIV) se
transformaron en huelgas. En 1896, en la Toscana, al norte de
Italia, cincuenta mujeres convocaron a las jornaleras a una
huelga de dos semanas en que movilizaron multitudes, detuvieron
trenes, quemaron materiales y hostigaron a todas las personas que
no se unían a ellas. (101)

Apenas dos años después,en mayo de 1898,se
produjo una ola de protestas en Milán, debido a la subida
del precio del trigo, al arresto de numero- sos dirigentes
socialistas y a la guerra colonial en África y sus
nefastas con- secuencias para el país. Fue aplastada de
manera incompetente por el régi- men militar del general
Pelloux,en los Fatti di maggio de 1898, en donde el
ejército empleó incluso la artillería,con el
resultado de 80 muertos,450 heridos y el procesamiento de 828
personas. Estos hechos represivos van a pro- vocar un aumento del
número de huelgas y de huelguistas por toda Italia.
Así, de 400 huelgas, en 1899, se llegará a las
1.649 (de ellas 350 agrarias), en 1907, que movilizarán a
unos 400.000 trabajadores. (102)

Las guerras coloniales en África van a provocar
una importante fisura entre el monarca Humberto I y el pueblo
italiano. Los anarquista ya habían atentado dos veces
contra el monarca y a la tercera, el 29 de julio de
1900,

conseguirán su objetivo. El anarquista
italo-americano Gaetano Bresci asesina al rey de tres disparos a
bocajarro cuando se dirigía hacia su carruaje para
trasladarse desde Monza a su Palacio Real. A Bresci le
encontraron muerto en la cárcel, en extrañas
circunstancias, casi un año después.
(103)

A mediados del siglo XIX, como respuesta a las
injusticias causadas por la Revolución Industrial, surge
el denominado "catolicismo social" que, además, se
había dejado influenciar en algunos de sus ambientes por
las doctrinas y las posturas de matriz socialista. Del deseo, en
si laudable pero demasiado vago y romántico,de ayudar a
los pobres se pasó, en algunos casos, a la
profesión de las ideas igualitarias.De la denuncia, a
menudo justifi- cada, de la explotación de los obreros por
parte de patrones no raramente se pasó al rechazo del
sistema liberal capitalista y a una visión de la sociedad
de tipo marxista. Este desvío a la izquierda dio origen,
hacia fines del siglo XIX, a la corriente conocida como
catolicismo democrático.El propio papa, León
XIII,en su famosa encíclica"Rerum Novarum",publicada el 15
de ma- yo de 1891, denunciaba la inhumana situación de los
obreros y el abuso por parte de los empresarios que tenían
a los obreros como si fueran esclavos:

"…Vemos claramente, cosa en que todos convienen, que
es urgente proveer de la manera oportuna al bien de las gentes de
condición humilde, pues es mayoría la que se debate
indecorosamente en una situación miserable y calamitosa,ya
que,disueltos en el pasado siglo los antiguos gremios de arte
sanos, sin ningún apoyo que viniera a llenar su
vacío,desentendiéndose las instituciones
públicas y las leyes de la religión de nuestros
antepasados, el tiempo fue insensiblemente entregando a los
obreros, aislados e indefensos, a la inhumanidad de los
empresarios y a la desenfrenada codicia de los competidores. Hizo
aumentar el mal la voraz usura,que,reiteradamente condenada por
la autoridad de la Iglesia, es practicada, no obstante, por
hombres codiciosos y avaros bajo una apariencia distinta.
Añádase a esto que no sólo la
contratación del trabajo, sino también las
relaciones comer-ciales de toda índole, se hallan
sometidas al poder de unos pocos, hasta el punto de que un
número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha
impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una
muchedumbre infinita de proletarios." (104)

Desde 1867 existía en Italia la Sociedad de la
Juventud Católica Italiana dirigida por Giovanni
Acquaderni. En junio de 1874 tuvo lugar en Venecia un congreso
católico que terminó creando un movimiento a nivel
nacional. Esto se concretó,un año después,en
el congreso de Florencia,del cual brotó la Obra de los
Congresos y de los Comités Católicos en Italia. La
presidencia fue confiada inicialmente al mismo Acquaderni.
(105)

Algún tiempo después, sin embargo,
comenzaron a manifestarse los pri- meros roces. Los
jóvenes líderes en ascensión dentro de la
Obra representaban una orientación bastante diversa,
afín con las nuevas ideas. Algunos sectores de la Obra
comenzaron a manifestar una fuerte infiltración modernista
y católico-democrática. En 1891,los sectores
más radicales influencia- dos por Romolo Murri fundaron
los "grupos democráticos" ubicados tan a la izquierda como
para querer abandonar la etiqueta "democrática"
sustituyéndola con la de "socialista".La corriente
murriana brotó en el 19°Congreso Nacional de la Obra
realizado en Bolonia, en 1903, donde la vieja guar-dia
salió derrotada. (106)

Las primeras reformas sociales no se producirán
en Italia hasta 1902, con el gobierno de Giovanni Giolitti.Con
estas tímidas reformas el gobierno ita- liano
pretendía debilitar la expansión sindical y
socialista que cada vez te- nía más fuerza en
Italia pero sin conseguirlo, como acabamos de ver. Se aprueban
una serie de leyes sociales entre las que destacarán la
ley que prohibía a los niños menores de 12
años el trabajar; el trabajo de las mujeres se limitaba a
11 horas diarias y, años más tarde en 1912, todos
los varones mayores de 21 años y alfabetizados
tendrían derecho al voto. (107)

Notas bibliográficas:

(1)Antonio Fernández, Historia del
Mundo Contemporáneo.

(2)Paul Belien, Historia de Bélgica.
Un trono en Bruselas.

(3)Wils Lode, Historia de las naciones
belgas.

(4)Jean Dhondt, Histoire de
Belgique.

(5)Jean Dehar Veng, Histoire de la Belgique
contemporaine.

(6)Frans Van Kalken, La Belgique
contemporaine (1780-1949).

(7)L. Pierard, Histoire de la
Belgique.

(8)VV.AA, Enciclopedia
Británica.

(9)L. Dechesne, Histoire economique et
sociales de la belgique.

(10) Pierre Lebrun, La rivoluzione
industriale in belgio.

(11)Pierre Lebrun, La Revolución
Industrial belga.

(12)Henri Pirenne, Histoire de la
Belgique.

(13)George Woodcock, Anarchism: A history
of libertarian ideas and movements.

(14)Wite Els, Craeybeckx Jan, Meynen,
Historia política de Bélgica, a partir de
1830.

(15)Demoulin, Bruno, Historia de la
Valonia.

(16)Maurice, Crouzet, Historia General de
las Civilizaciones.

(17)W.Abendroth, Historia social del
movimiento obrero europeo.

(18)Adam Hochschild, El fantasma del rey
Leopoldo.

(19)Jim Zwick, The Story of the Congo Free
State.

(20) J.W.Mommsen, La época del
Imperialismo. Europa 1885-1918.

(21)Benedicto Cuervo, Alexander von
Humboldt. (mailxmail)

(22)Wolfgang Benz, Alemania
1815-1945.

(23)J. David Randers Pehrson, Los alemanes
en la Revolución de 1848-49.

(24)Jr. Marshall Dill, Alemania: Una
Historia Moderna.

(25)Taillandier Saint-René, Histoire
du Parlament de Francfort, Revue des deux Mondes, 1849.
(BNF).

(26)S.A Brigg y Clavín P, Historia
contemporánea de Europa.

(27)José Ramón Díez y
Martín R, Historia contemporánea de
Alemania.

(28)VV.AA, La revolución de 1848 en
los países germánicos. (Blog publido por profe-
sores de Historia) 5/2/11.

(29)José Luis Comellas, Historia
contemporánea.

(30)Eduard, Crantshaw, Bismarck. New York.
1981.

(31)Mary Fulbrook, Historia de
Alemania.

(32)W.C.Henderson, The
Zollverein.

(33)Tom Kemp, La Revolución
Industrial en la Europa del siglo XIX.

(34)J.A Grenville, La Europa remodelada,
1848-1878.

(35)A.Ramos Oliveira, Historia social y
política de Alemania.

(36)Jacques Droz, Histoire de
l´Allemagne.

(37)Pierre Guillens, Alemania de 1848 a
nuestros días.

(38)Edmond Vermeil, L´Alemagne
contemporaine, sociales, politique, culturelle.

(39)Jacques Droz, Les origenes de la grande
industrie allemande.

(40)W. Henderson, The rise og German
Industrial Power (1834-1914).

(41)Volker Berghahn, Modern Germany:Society, Economy and
Politic in the Twentieth Century.

(42)Eduardo Gutiérrez y Ángel León,
Alemania desde la unificación hasta 1914.

(43)A. Zanardo, La socialdemocracia y la II
Internacional.

(44)Asa Briggs y Patricia Clavín,
Historia Contemporánea de Europa, 1789- 1989.

(45)Francis Wheen, Karl Marx.

(46)Lenin, Breve esbozo biográfico
de Karl Marx.

(47)Henrich Gemkow, Carlos Marx.

(48)Isaiah Berlín, Karl Marx: su
vida y su entorno.

(49)Felipe Martínez Marzoa, La
filosofía del Capital.

(50)Artur Christopher, The new dialectic
and Marx´s Capital.

(51)Michel Husson, Leer hoy "El Capital" de
Marx. Correspondencia de Prensa.Dossier nº 38. Julio de
2007.

(52)Edward Reiss, Una guía para
entender a Marx.

(53)Werner Blumenberg,Karl Marx: An
Illustrated History.

(54)Ramón Tamames,Utopía y
contrautopía.

(55)Revista Prometeo.Artículos sobre
cristianismo y marxismo.

(56)Ramón Tamames,Utopia y
contrautopía.

(57)Michael Novak, El pensamiento
católico e instituciones liberales.

(58)Jesús Álvarez
Gómez, Historia de la Iglesia.

(59)Enrique Neira Fernández,
Marxismo y cristianismo. Teología de la
Liberación.

(60)P. Ángel, Bernstein et
l´evolution du socialismo allemand.

(61)Eduard Bernstein,Las premisas del socialismo y las
tareas de la socialdemocracia.

(62)Clara Obligado, Mujeres a contracorriente. Rosa
Luxemburgo.

(63)Tony Cliff, Rosa Luxemburg: "Esbozo de
una biografía".

(64)I.Sotelo,Socialismo.Ideología y movimientos
políticos contemporáneos

(65)Hagen Schulza, Breve Historia de
Alemania.

(66)Michael Stürmer,The German
Empire:1870-1918.

(67)Harold Nicolson, El Congreso de
Viena.

(68)Ch.S.Delzeli, The Unification of Italy,
(1859-1861).

(69)Cesare Spellanzon y Ennio di Nollo, Storia del
Risorgimento e del´Unitá d´Italia.

(70)A. Barraca, Scienza e
industria.

(71) Giorgio Candeloro, Storia del
l´Italia moderna.

(72)Luigi Salvatorelli, Storia del
l´Italia.

(73)Louis Bergeron y otros, La época
de las revoluciones europeas.

(74)Harry Hearder, Breve Historia de
Italia.

(75)Luis Palacios Bañuelos, Manual
de Historia Contemporánea Universal.

(76)H. Hearder y D. P. Waley, Breve
Historia de Italia.

(77)Biografía de Mazzini. Web,
Biografías y vidas.

(78)Mauricio Paleólogo,
Cavour.

(79)María Luisa Celaa, Garibaldi en
la unificación italiana.

(80)Paolo Alatri, L´Unitá
d´Italia (1859-1861).

(81)Mª Luisa
Celaa,Garibaldi.

(82)Javier Tussell, Historia del mundo
contemporáneo.

(83)David I.Kertzer, Prisioner of the
Vatican.

(84)Chirstopher Duggan, Historia de
Italia.

(85)G.Luzzatto,L´economia italiana
dal 1861 al 1914.

(86)S.B.Clough, The Economic History of
Modem Italy.

(87)S.Nelli Humbert, Encyclopedia of
American Ethnic.

(88)María González,
Inmigrantes italianos en Argentina.

(89)Valerio Castronovo, Economía e
societá in Piamonte dell´Unitá a
1914.

(90)Gustavo Ernesto López, Fiat,
autos para toda la gente.

(91)Carlos Marx, El Capital.

(92)Ivanoe Bonomi,Los orígenes del socialismo
reformista en Italia.Revista de Ciencias

Sociales, nº88. Madrid. 1989.

(93)Nunzio Pericone, Italian Anarchism,
1864-1892.

(94)G.Gandeloro, Storia de l´Italia
moderna.

(95)Bolton King, Life of
Mazzini.

(96)Jacques Duclos, Bakunin y
Marx.

(97)Max Nettlau, La anarquía a
través de los tiempos.

(98)Diego Abad, Errico
Malatesta.

(99)Christopher Seton-Watson,Italy from
Liberalism to Fascism:1870-1925

(100)I.García Guijarro, El
socialismo católico.

(101)Bonnie S.Anderson y Judith P. Zinsser,
Historia de las mujeres.

(102)Norman Stone, La Europa
transformada.

(103)Martín Clark,Moderm
Italy:1871-1982.

(104)León XIII, Carta
encíclica Rerum Novarum.

(105)Luidi Civardi, Compendio di storia
dell´Azzione Católica Italiane.

(106)Giuliano Procacci, Storia degli
italiani.

(107)Esperanza García Méndez,
Italia: De la unificación a 1914.

Monografias.com

Documentos

1º. DOCUMENTO.

EL MANIFIESTO DE LOS
PLEBEYOS

París, 17 Brumario, año 4 de la
República.

Ciudadano:

Lejos de los defensores del pueblo,lejos del pueblo
mismo, esta diplomacia, esta pretendida prudencia
maquiavélica, esta política hipócrita que no
es buena más que para los tiranos, y que en estos
últimos tiempos emplean los patriotas, les ha hecho perder
los frutos más bellos de la victoria del 13 Vendimiario.
Reflexiones, fundadas sobre todos los ejemplos, me han dado la
convicción, de que, en un estado popular, la verdad debe
aparecer siem- pre clara y desnuda. Siempre hay que decirla,
hacerla pública, hacer al pue- blo entero confidente de
cuanto concierne a sus intereses más importantes. Las
circunspecciones, los disimulos,los apartes,entre las camarillas
de hom- bres selectos y pretendidos reguladores, no sirven
más que para matar la energía, falsificar la
opinión, hacerla fluctuante, incierta, y, de
ahí,despreo- cupada y servil, y dar así facilidades
a la tiranía que puede organizarse sin obstáculos.
Eternamente convencido de que nada grande se puede hacer sin
contar con el pueblo, creo que es necesario, para hacerlo,
decirle todo, mos- trarle sin cesar lo que hay que hacer, y temer
menos los inconvenientes de la publicidad de que disfruta la
política, y contar más con las ventajas de la
fuerza colosal que evita las trampas de la política… Hay
que calcular toda la fuerza que se pierde dejando a la
opinión en la apatía, sin alimento y sin objetivo,
y todo lo que se gana activándola, esclareciéndola
y mostrándole un objetivo.

Creo que es mi deber referirte estos argumentos,
ciudadano, (se dirije a Fouché) porque eres tú la
causa de todo este alboroto que se hace contra mí y mi
pobre número 34. Son tus portavoces los que ayer noche
acudieron a los lugares en donde se reúnen los patriotas
para dar la alarma contra esta producción.

Te los refiero, estos argumentos, porque tengo
todavía la vanidad de creer que valen tanto como aquellos
que tú quisieras hacer prevalecer sobre mi gran principio;
que, en estos momentos de terrible extremidad, la
política, para aquel que no piensa más que en el
bien del pueblo, es soberanamente impolítica.

Acaso no te convertiré. No tengo esta
pretensión. Pero tú no deberías tener,
tampoco, la de condenarme, o, lo que es casi lo mismo, de
provocar sobre mí las maldiciones de mis hermanos, cuando
ves que no me puedes someter a tu creencia. Tú no debes
juzgarte infalible, como yo tampoco sostengo serlo. Debes contar
tanto menos con tus medios habituales; es decir, con el artificio
y la astucia que estimas indispensables para hacer triunfar la
justicia sobre la iniquidad.

Debes, digo, tanto menos contar con estos medios cuanto
que, aun aceptan- do aquello de que te vanaglorias, que has
intrigado constantemente desde hace quince meses por la
democracia, la más desgraciada experiencia prue- ba que no
has logrado ningún éxito. Luego es probable que tu
camino no sea el bueno.Luego no debes tomar a mal que yo busque
otro totalmente diferente. No debes pretender imperativamente
dictarme la lección ni tener el derecho de despreciarme
por todas partes si me niego a someterme. De- masiado se ha dicho
durante cierto tiempo que tú eres mi mentor;soy dema-
siado orgulloso para soportar, siquiera, que semejante idea pueda
llegar a la opinión. Si has pensado poder realizar lo que
en otro tiempo no fue más que una falaz suposición
de los enemigos del pueblo, te has equivocado.

Recibiré tantos consejos como quieran darme; pero
no quiero que degeneren en lecciones de catecismo. ¿Sabes
que a eso se parecía nuestra conferencia de dos o tres
horas del 14 Brumario? Tómate la molestia de recordar
cómo desempeñaste el papel de maestro y cómo
me colocaste en el de alumno. ¡Mi amor propio sufrió
de semejante situación!…

"El Manifiesto de los Plebeyos" apareció en el
número 35 de El Tribu-

no del Pueblo, del 9 Frimario, año IV (30 de
noviembre de 1795), páginas 79-107.

2º. DOCUMENTO.

 Informe de la comisión
formada en la cámara de los comunes 1806.(Encargada de
estudiar la expansión de la industria lanera y los
diferentes aspectos de la
Industrialización).

Con gran satisfacción, esta Comisión
nombrada por ustedes, puede iniciar su relación informando
que la industria lanera ha ido poco a poco creciendo en casi
todas las diversas partes de Inglaterra en las que es practicada;
hasta el punto de que, mientras que el consumo interior ha
aumentado con el crecimiento de la población y de la
riqueza de nuestro país, las exportaciones de productos
laneros han alcanzado, en el cómputo oficial, la inmensa
cifra de 6.000.000 de libras esterlinas o, en valor real, de casi
8.000.000 de libras esterlinas.

3º. DOCUMENTO.

ATAQUE Y DESTRUCCIÓN DE
MAQUINARIA POR LOS LUDITAS INGLESES.

"En la tarde del viernes, alrededor de las cuatro, un
numeroso grupo de revoltosos atacó la fábrica de
tejidos pertenecientes a los señores Wroe y Duncroft, en
West Houghton (…), y, encontrándola desprotegida, pronto
se apoderaron de ella. Inmediatamente la incendiaron y todo el
edificio con su valiosa maquinaria, tejidos, etc., fue
completamente destruido. Los daños ocasionados son
inmensos, habiendo costado la fábrica sola 6.000 libras.
La razón aducida para justificar este acto horrible es,
como en Middleton, el "tejido a vapor". A causa de este espantoso
suceso, dos respetables familias han sufrido un daño grave
e irreparable y un gran número de pobres han quedado sin
empleo. Los revoltosos parecen dirigir su venganza contra toda
clase de adelantos en las maquinarias. ¡Cuán errados
están! ¿Qué habría sido de este
país sin tales adelantos?"

Annual Register, 26 de abril de
1812.

4º. DOCUMENTO.

LA PASARELA DE LA
MISERIA.

Me situé en la calle Oxford de Manchester y
observé a los obreros en el momento en que abandonaban las
fábricas, a las 12 en punto. Los niños
tenían casi todos mal aspectos, eran pequeños,
enfermizos; iban descalzos y mal vestidos. Muchos no aparentaban
tener más de 7 años. Los hombres de 16 a 24 en
general, ninguno de ellos de edad avanzada, estaban casi tan
pálidos y delgados como los niños.Las mujeres eran
las que tenían aparien-cia más respetable, pero
entre ellas no vi ninguna que tuviera un aspecto lozano o bello.
Vi, o creí ver, una estirpe degenerada, seres humanos mal
desarrollados y debilitados, hombres y mujeres que no
llegarían a viejos, niños que jamás
serían adultos saludables. Era un triste
espectáculo.

Fuente: Turner Thakrah: Informe del médico,
1831.

5º. DOCUMENTO.

Fragmento del relato de un obrero
hecho ante una comisión de trabajo en las industrias, que
se realizó en Inglaterra en el año
1832.

"Tenía yo 7 años cuando empecé a
hilar lana en una fábrica. La jornada de trabajo duraba
desde las cinco de la mañana hasta las 8 de la noche, con
un único descanso de treinta minutos a mediodía
para comer.

Teníamos que tomar la comida como
pudiéramos, de pie o apoyados de cualquier manera.
Así pues, a los siete años yo realizaba catorce
horas y media de trabajo efectivo.

En aquella fábrica había alrededor de
cincuenta niños, más o menos de mi edad que, con
mucha frecuencia, caían enfermos. Cada día
había al menos media docena de ellos que estaban
indispuestos por culpa del excesivo trabajo".

6º. DOCUMENTO.

EL TRABAJO DE LOS
NIÑOS.

En 1832, Elizabeth Bentley, que por entonces
tenía 23 años, testificó ante un
comité parlamentario inglés sobre su niñez
en una fábrica de lino. Había comenzado a la edad
de 6 años, trabajando desde las seis de la mañana
hasta las siete de la tarde en temporada baja y de cinco de la
mañana a nueve de la noche durante los seis meses de mayor
actividad en la fábrica. Tenía un descanso de 40
minutos a mediodía, y ese era el único de la
jornada.Trabajaba retirando de la máquina las bobinas
llenas y reemplazándolas por otras vacías. Si se
quedaba atrás, "era golpeada con una correa" y
aseguró que siempre le pegaban a la que terminaba en
último lugar. A los diez años la trasladaron al
taller de cardado, donde el encargado usaba correas y cadenas
para pegar a las niñas con el fin de que estuvieran
atentas a su trabajo. Le preguntaron ¿se llegaba a pegar a
las niñas tanto para dejar- les marcas en la piel?,Y ella
contestó "Sí, muchas veces se les hacían
mar- cas negras,pero sus padres no se atrevían a ir al
encargado,por miedo a per- der su trabajo". El trabajo en el
taller de cardado le descoyuntó los huesos de los
brazos.

Fuente: Bonnni Anderson. Historia de las mujeres: una
historia propia, volumen 2, Editorial Crítica. Barcelona.
1991.

7º. DOCUMENTO.

LA PRODUCCIÓN DE UN TEJEDOR
INGLÉS A PRINCIPIOS DEL S. XIX.

Un tejedor manual muy bueno, de 25 a 30 años de
edad, podría tejer por semana dos piezas de 9 octavos de
tela de camisa, de 24 yardas de longitud cada una, y de una trama
de 100 hilos por pulgada.

En 1823 un tejedor de 15 años que atendiera dos
telares mecánicos, podría tejer 7 piezas semejantes
en solo una semana.

En 1826, un tejedor de 15 años, al frente de dos
telares mecánicos podría hilar por semana 12 piezas
semejantes; y algunos podrían hacer hasta 15.

En 1833, un tejedor de 15 a 20 años, ayudado por
una niña de 12 años, al frente de 4 telares
mecánicos, podría hilar en una semana 18 piezas de
este tipo; y algunos increíblemente pueden llegar hasta
20.

Fuente: Baines, Historia de la Manufactura de Gran
Bretaña, 1835. Página 240.

8º. DOCUMENTO.

LA VIDA MÍSERA DE LOS TEJEDORES
INGLESES.

En Mulhouse las hilanderías y fábricas de
tejidos abren por la mañana a las cinco y cierran a las
ocho o nueve de la noche…La jornada dura quince horas, con
media hora para el desayuno y una para la comida. Trabajan, pues,
por lo menos trece horas.

Hay que verles llegar, todavía de noche, en
días lluviosos, ateridos de frío. Vienen con ellos,
grupos de mujeres pálidas, delgadas, descalzas, que se
cubren la cabeza con las faldas, y una caterva de niños
tan sucios del aceite de las máquinas, que sus andrajos
resultan impermeables.

Su miseria es tan profunda que mientras las familias de
la clase media la mitad de los nacidos llega a la edad de
veintinueve años, en las familias de los tejedores e
hiladores la mitad muere antes de cumplir los dos
años.

Fuente: Villeymé. Estado físico y moral de
los obreros. (1840).

9º. DOCUMENTO.

LA PRIMERA HUELGA GENERAL DE
ESPAÑA.

Una huelga general mantuvo paralizada Barcelona y otras
ciudades catalanas del 2 al 11 de julio de 1855. El derecho de
asociación, reducir la jornada a 10 horas y el aumento de
salarios eran las reivindicaciones de los trabajadores. No se
alcanzaron los objetivos de la huelga pero dos meses
después los obreros tejedores pudieron exponer ante una
comisión especial de las Cortes sus razones para
reivindicar el derecho de asociarse. Reproduzco, en primer lugar,
el artículo que analiza esta huelga, que aparece en el
periódico liberal La corona de Aragón y,
posteriormente, la intervención de Pi y Margall en las
Cortes.

La zozobra, la inquietud, el malestar, la discordia y la
desconfianza se han hospedado por fin en Barcelona, en la bella
Barcelona.

En un día y a una hora dada han cesado los
trabajos en todas las fábricas de Cataluña, y cien
mil hombres se han lanzado a la calle pidiendo pan y
trabajo y gritando asociación o
muerte.

Al estado a que han llegado ya las cosas, antes de que
una colisión venga a sembrar el luto y el dolor en las
familias, ya no hay que volver la vista atrás, sino tomar
la cuestión en el punto en que se halla, y con la leal
protesta de los mejores y más sinceros deseos, decir lo
que creemos oportuno para poner en práctica y para
terminar esa situación triste y angustiosa, tanto
más angustiosa y triste cuando los carlistas enarbolan
decididamente su negra bandera y escogen por campo de batalla las
llanuras y montañas del antiguo Principado.

¿Qué es lo que piden esas inmensas masas
de trabajadores que pueblan nuestras calles, sin manifestarse
hostiles sin embargo, sin insultar a nadie, debemos decirlo en su
favor, sin propasarse a nada? El derecho de
asociación.

Piden también que se fijen de un modo estable las
horas de trabajo y que se constituya un gran jurado de amos y
obreros que arreglen buenamente las discordias que entre ellos se
susciten.

Pues bien, que se forme ese jurado, nosotros
también lo pedimos, también lo demandamos en nombre
de la libertad, en nombre del orden, en nombre de las familias,
en nombre de la pública tranquilidad, en nombre de
Barcelona toda.

Que se forme ese jurado, sí, pero no de amos y de
operarios solo, sino de doce o quince personas en que
estén representadas las clases principales, de doce o
quince personas cuyos nombres solos sean una garantía para
todos los buenos, para todos los liberales, para todos los que,
identificados con los principios santos proclamados por la
gloriosa revolución de julio, deseen verdaderamente que la
libertad, el orden y el progreso lleguen a establecerse por fin
de una manera sólida en nuestro infortunado
país.

Que se forme ese jurado, que se busquen para formarlo
hombres de talento, de conocimientos, de acrisolado patriotismo,
de principios reconocidos, de arraigo en el país, de
influjo en el pueblo, de sentimientos puros, leales y nobles, y
que se den a ese jurado amplias facultades por parte de los
trabajadores lo mismo que por la de los amos, y que ese jurado,
en fin, estudie, investigue, indague y obre en vista de los
documentos y de las pruebas que se le sometan, según su
leal saber y entender le dicten, interín las cortes, como
debieran ya haberlo hecho, se ocupan de asunto tan importante y
tan vital.

Este es nuestro parecer que francamente emitimos, que
sinceramente proponemos, sin segundas miras, sin doble
intención, sin más intención ni miras que
las de contribuir a la felicidad y al bienestar de los jornaleros
hermanos nuestros.

Nos atrevemos a pedir al Escmo. señor
capitán general, al Escmo. señor gobernador civil,
a la Diputación, al Ayuntamiento, a los trabajadores todos
que adopten nuestro proyecto, si lo creen oportuno, como un medio
honroso de transacción. Nos atrevemos a pedir a la prensa
barcelonesa, nuestra hermana, que apoye nuestro proyecto, si lo
juzga útil, y le añada lo que su ilustración
sabrá encontrar y nuestra ignorancia no nos ha dejado
ver.

Es preciso que esta situación triste y lamentable
concluya, es preciso que se calme esa crisis industrial, es
preciso que los ánimos se tranquilicen y so-sieguen, a fin
de que juntos, unidos y compactos podamos acudir contra nuestro
enemigo común que es el carlista, que es el absolutista,
que es el reaccionario, que es, en fin, todo el que es enemigo de
la libertad. Nosotros proponemos el medio, cumpliendo con nuestra
misión de honrados y leales periodistas.

Proponga cada cual el suyo y que el pueblo y las
autoridades adopten el mejor, pero que se adopte pronto, antes
que aprovechando esos momentos para ellos propicios, se aventuren
a dar un golpe de mano nuestros enemigos tan incansables como
vigilantes, antes de que un tiro disparado al acaso promueva una
colisión, antes de que venga la guerra intestina, la
guerra civil, y con la guerra civil la miseria, la
desolación, el luto y la desdicha de la un día tan
opulenta y hoy tan desgraciada Barcelona.

Diario liberal barcelonés La Corona de
Aragón en su edición del 4 de julio de
1855.

"Hace años que nuestra clase va caminando hacia
su ruina. Los salarios menguan, los comestibles y las
habitaciones se elevan de precio. Las crisis industriales se
suceden. Hemos de reducir de día en día el
círculo de nuestras necesidades,mandar al taller a
nuestras esposas con perjuicio de la educación de nuestros
hijos, sacrificar a estos mismos hijos a un trabajo
prematuro.

Es ya gravísimo el mal, urge el remedio y lo
esperamos de vosotros. No pretendemos que ataquéis la
libertad del individuo porque es sagrada e inviolable; ni que
matéis la concurrencia porque es la vida de las artes; ni
que carguéis sobre el Estado la obligación de
socorrernos, porque conocemos los apuros del Tesoro. Os pedimos
únicamente el libre ejercicio de un derecho: el derecho de
asociarnos.

Hoy se nos concede sólo para favorecernos en los
casos de enfermedad o de falta de trabajo; concédasenos en
adelante para oponernos a las desmedidas exigencias de los
dueños de los talleres, establecer de acuerdo con ellos
tarifas de salarios, procurarnos los artículos de primera
necesidad a bajo precio, organizar la enseñanza
profesional y fomentar el desarrollo de nuestra inteligencia,
atender a todos nuestros intereses…

Esta intervención de tono
moderado, parece deberse a Pi y Margall. (Septiembre de 1855, en
las Cortes de España).

10º. DOCUMENTO.

HISTORIA DE LA CLASE TRABAJADORA. LA PENOSA
SITUACIÓN DE LOS NIÑOS.

"El estado de los niños trabajadores es más
deplorable todavía en las minas de carbón (…). En
el distrito de Halifax las carpas de carbón en muchas
minas no tienen más que 14 pulgadas de espesor y pocas
veces pasan de 30 y en su consecuencia, no pudiendo trabajar en
ellas los obreros adultos, aunque se inclinen, tienen que hacer
los niños el trabajo casi tendidos en el suelo y con la
cabeza apoyada en una plancha (…).

No olvidaré jamás -agrega uno de los comisarios
del informe- la impresión que experimenté a la
vista de la primera criatura infortunada que encontré de
esta manera. Era un niño como de ocho años que me
miró al pasar con una expresión de idiotismo que me
heló el corazón. Era una especie de espectro que no
podía vivir más que en este lugar de
desolación. Cuando me acercaba a él para hablarle,
se escondió en un rincón, temblando de pies a
cabeza, temiendo quizá que lo maltratase, y ni promesas ni
amenazas bastaron para que saliera del escondite, que sin duda
consideraba seguro."

"En nuestras fábricas de algodón se emplea
niños principalmente, traídos como rebaño de
los establecimientos de caridad. Nadie los conoce ni tienen por
ellos el menor interés.

Encerrados en departamentos reducidos, donde es
pestilente el aire por las emanaciones grasientas de las luces y
las máquinas, los aplican a un trabajo que dura todo el
día y que muchas veces se prolonga hasta muy avanzada la
noche. Estas circunstancias, el desaseo y los cambios frecuentes
de tempe-

ratura que experimentan al entrar y salir, son origen de
una multitud de enfermedades y particularmente de las afecciones
nerviosas tan comunes en estos talleres.

Cuando terminan su aprendizaje, queda, por lo general,
endebles e inútiles para los trabajos fatigosos y
sostenidos; las niñas no saben coser y carecen de los
conocimientos y cualidades a propósito para ser buenas
madres de familia".

F. Garrido. Historia de las clases trabajadoras.
1870.

* Fernando Garrido: Revolucionario español,
destacado militante del socialismo del siglo XIX.

"Los niños entran a las cinco o seis de la
mañana y no salen hasta las siete u ocho de la tarde,
pasan catorce horas encerrados en talleres insalubres en medio de
una atmósfera sofocante, apenas tienen reposo y a veces
mientras trabajan deben comer un bocadillo en medio del polvo.
Los deshechos se infiltran en sus pulmones y pierden el
apetito.

No hay asientos, sentarse es contrario al reglamento
(…) No se logra de los niños un esfuerzo tan
prolongado más que por el terror, los niños deben
llegar por la mañana a la hora precisa o de lo contrario
son cruelmente castigados, se les golpea con una pesada barra de
hierro (el billy-roller), a veces son los propiospadres quienes
pegan a sus hijos para evitarles castigos más brutales
(….).Con el corazón oprimido los padres tienen que
llevar a sus hijos a la fábrica; pero no pueden hacer otra
cosa porque saben que, si no hacen trabajar a sus hijos la
parroquia les dejará morir de hambre: solo tienen derecho
al socorro si sus hijos trabajan".

El trabajo de los niños en las fábricas
inglesas de hilados de algodón, según el relato de
Dolléans.

"No tengo más ropa que la de mi trabajo: algunos
pantalones y una chaqueta rota…Arrastro las vagonetas bajo
tierra a lo largo de media legua, ida y vuelta. Las arrastro
durante once horas diarias con la ayuda de la una cadena atada a
mi cintura. Las heridas que tengo en la cabeza me las he hecho
descargando vagonetas. Los hombres del equipo al que estoy atado
trabajan desnudos, salvo el casco en la cabeza. Algunas veces
cuando no soy rápido, me golpean."

Manifestaciones de un niño
trabajador de doce años.

11º. DOCUMENTO.

PRIMERO DE MAYO: UN DÍA DE
DOLOR Y DE ESPERANZAS.

El Primero de Mayo no es un día más. Por
el contrario, debiera ser un gran momento para reflexionar acerca
de las condiciones laborales que se dan en nuestro país y
en el mundo.

El 11 de noviembre de 1887 fueron ahorcados los
trabajadores Engel, Spies, Parsons y Fisher acusados de haber
sido los autores de la huelga general que paralizó a los
EE.UU, el Primero de Mayo de 1886. Su delito fue haber instigado
a la población a exigir una jornada laboral de 14 a 8
horas.

Han pasado muchos años desde aquel hecho. En la
actualidad, para algunos el Primero de Mayo no es más que
una fecha de descanso, que permite salir y distraerse junto a los
amigos o a la familia. Ante la agitada vida moderna, bienvenido
sea. Sin embargo, eso no nos debiera apartar del real
significacado de esta fecha:Saludar a todos los trabajadores y
trabajadoras del mun do y con ello el recuerdo de los obreros de
Chicago que en 1886 fueron masacrados por reclamar por la
reducción de la jornada laboral, la educa-

ción y el descanso. Esta fecha se ha extendido
hasta nuestros días simbolizando una experiencia
histórica de lucha para el mundo de los
trabajadores.

El Primero de Mayo no es un día más. Por
el contrario, debiera ser un gran momento para reflexionar acerca
de las condiciones laborales que se dan en nuestro país y
en el mundo…

Publicado el miércoles 30 de abril de 2003. Alicia
Sánchez, periodista.

12º. DOCUMENTO.

PRIMERA PROCLAMACIÓN DEL
1º DE MAYO.

La proclama decía:

"Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer,
frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los
obreros. ¡Su sangre pide venganza!.

¿Quién podrá dudar ya que los
chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre
trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de
carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo!
Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal
manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las
armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a
sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los
palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se
bebía a la salud de los bandidos del orden…

¡Secad vuestras lágrimas, los que
sufrís!

¡Tened coraje, esclavos!
¡Levantaos!".

(Chicago, 1886).

El redactor del Arbeiter Zeitung Fischer
corrió a su periódico donde redacta una proclama
(que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria
en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25.000
octavillas.

13º. DOCUMENTO.

REGLAMENTO PARA CÍRCULOS DE
OBREROS CATÓLICOS.

En la Asamblea de Asociaciones Católicas
celebrada en la ciudad catalana de Tortosa el día 10 de
diciembre de 1887 se aprobó este reglamento modelo para la
fundación de Círculos de Obreros Católicos,
que fue ratificado en el Congreso Católico de Zaragoza.
Los Círculos Cató-

licos para obreros nacían, casi siempre, por
iniciativa de algún párroco que sumaba voluntades
entre patronos y burgueses de su feligresía para abrir un
centro que bajo el manto cultural apenas ocultaba su
intención catequizadora y que sólo tenía de
obrero el objetivo de atraer a su seno a los trabajadores de la
industria y del campo que estaban organizándose en torno
al socialismo y al anarquismo.Fueron,además, uno de los
componentes del entramado del catolicismo social, junto con los
"luises"y los Sindicatos Católicos.Ofrecemos un extracto
del reglamento de estos Círculos de Obreros
Católicos.

CAPÍTULO PRIMERO.

Objeto y Medios del Círculo.

Artículo 1º.- Los fines del Círculo
Católico son cuatro:

1º El religioso, que consiste en conservar,
arraigar y propagar las creencias católicas,
apostólicas, romanas, empleando al efecto todos los medios
convenientes para formar obreros honrados y sólidamente
cristianos.

2º El instructivo, que se dirige a difundir entre
los obreros los conocimientos religiosos, morales,
técnicos, de ciencias y artes, literarios y
artísticos.

3º El económico, que se realiza por medio de
la creación de una Caja de Socorros mutuos, del fomento de
toda clase de asociaciones para la compra de semillas,
herramientas, abonos, etc., y para indemnización mutua de
las pérdidas sufridas en las industrias agrícolas
por caso fortuito, para adquisición de primeras materias,
instrumentos y máquinas para los obreros industriales; de
la fundación de una Caja de Ahorros y Monte de Piedad, y
finalmente, por medio de la promoción de toda
asociación y de todo cuanto tienda a la mejora del obrero
pobre bajo su aspecto económico.

4º El recreativo, que se cumple proporcionando a
los socios una prudente expansión y recreo, que
deberá procurarse que sea sin menoscabo de la vida de
familia.

Art. 2º.- El Círculo, como sociedad
católica, depende directamente del Prelado, estando
además subordinado al respectivo Consejo diocesano de los
Círculos de Obreros Católicos.

Art. 3º.- El Círculo se coloca bajo la
protección del Santo que eligiere por Patrono en Junta
general.

Art. 4º.- El Círculo debe permanecer ajeno a
toda lucha política y de localidad, quedando absolutamente
prohibida dentro del mismo toda discusión sobre estos
puntos.

Queda también absolutamente prohibida la
asistencia del Círculo a todo acto, procesión y
manifestación patriótica que revista
carácter político, y aún a las procesiones
meramente religiosas no podrá asistir el Círculo
sin previa invitación de la autoridad eclesiástica,
y, en caso de duda acerca del carácter que reviste el acto
o manifestación, se consultará al Prelado
dioce-

sano, ateniéndose a su
resolución.

CAPITULO SEGUNDO.

De los Socios y su Admisión:

Art. 5º.- Los socios serán numerarios u
obreros, protectores y copartícipes.

Art. 6º.- Serán admitidos como socios
protectores los mayores decatorce años que paguen al menos
una peseta al mes y renuncien a todo derecho al
socorro.

La Junta Directiva declarará protectoras del
Círculo a las señoras que a su juicio merezcan tal
distinción, organizando comisiones de asistencia y vela
para las viudas, esposas y familias de socios numerarios que
tengan la consideración de copartícipes.

Art. 7º.- Podrán ser socios numerarios todos
los considerados como obreros residentes en la localidad,mayores
de catorce años y que no hayan cumplido los setenta, ni
padezcan enfermedad crónica, según
certificación facultativa.

Art. 8º.- Serán socios copartícipes
las esposas y familias de los socios numerarios y las viudas y
huérfanos que adquieran derecho al socorro, mediante el
pago de la cuota correspondiente por persona.

Art. 9º.- Para ser socio de este Círculo se
necesita:

1º Ser católico, apostólico, romano y
de buena conducta.

2º Ser presentado por uno o más
socios.

3º Ser aprobada su admisión por la Junta
Directiva en votación secreta y por la mayoría de
los presentes.

Art. 15.- Los socios de este Círculo toman sobre
sí la obligación especial de no blasfemar, de no
profanar los días de fiesta y de dar buen ejemplo con su
conducta cristiana.

Art. 16.- La Junta Directiva expulsará a
cualquier socio que llevare una vida disoluta, hiciera alarde de
incredulidad o escandalizare con su conducta inmoral, si
después del primer aviso no se advirtiere inmediata y
radical enmienda.

Igualmente expulsará la Junta Directiva a todo
socio que quebrante las disposiciones reglamentarias y acuerdos
de las Juntas general y directiva, y perturbe el buen orden del
Círculo, si después de tres amonestaciones
persistiese en su conducta.

CAPITULO TERCERO.

Medios de conseguir el fin religioso del
Círculo.

Art. 17.- El Círculo celebrará cuatro
comuniones generales al año, una de ellas en la
época del cumplimiento Pascual, otra en el día que
se verifique la fiesta del Santo Patrono del Círculo, y
las otras dos en aquellas festividades que se indiquen por el
señor Consiliario.

Art. 18.- El Círculo solemnizará
anualmente la fiesta de su Santo Patrono en la forma que
determine la Junta Directiva.

Art. 19.- La Junta Directiva procurará que todos
los años se den ejercicios espirituales a los
asociados.

Art. 20.- Para evitar la blasfemia, la
profanación de los días festivos, la
exhibición de láminas y letreros obscenos e
irreligiosos y enseñar el Catecismo, se
establecerá, bajo la dirección de los
Consiliarios,una o varias asociaciones,de las que formarán
parte los socios numerarios y protectores que lo
deseen.

También procurarán dichas asociaciones,
como uno de los fines principales del Círculo, promover la
frecuencia de Sacramentos entre sus socios, la lectura
espiritual, auxilio de los enfermos y la institución del
Apostolado de la Oración.

Se encargará a todos los socios que den el mayor
impulso posible a estas laudabilísimas asociaciones,
favoreciendo en todo a los miembros de ellas en esta propaganda
espiritual y religiosa, dentro y fuera de los Círculos de
Obreros Católicos.

Art. 21.- En la Comunión general del día
en que se celebre la fiesta del Santo Patrono del Círculo,
deberá hacer él mismo, y con la mayor solemnidad
posible, la profesión de la fe católica,
apostólica y romana.

Art. 22.- Para honrar a la Santísima Virgen y
fomentar las prácticas de la vida cristiana, se
rezará públicamente en el local del Círculo
el Avemaría tan luego como se haga el toque de campana que
lo indica, y al de las segundas oraciones se rezará por
las benditas almas del Purgatorio.

Art. 23.- Se aconseja a los socios procuren restablecer
con su ejemplo las venerandas y cristianas costumbres de saludar
con las palabras "Ave María Purísima", de
descubrirse al pasar ante las imágenes y las puertas de
los templos,de saludar también a los sacerdotes y
autoridades,de asistir con de- voción a la Misa conventual
en los días festivos y a las procesiones y actos
religiosos y,en una palabra, hacer todo aquello que desde el
punto de vista de religión y de cristiana educación
y cortesía pueda edificar a los demás.

Art. 24.- El Círculo procurará asociarse a
los actos de piedad que se celebren en la población, en
especial a la práctica del Vía crucis en tiempo de
Cuaresma, al rezo público y procesional del Santo Rosario,
procesiones del Corpus y de los Santos Patronos de la
población y Cuarenta Horas de los días de
Carnaval.

CAPITULO CUARTO.

Medios de conseguir el fin instructivo del
Círculo.

Art.25.-Para cumplir el Círculo su fin
instructivo, se establecerá el Patro- nato de la Juventud
Obrera, cuyo reglamento va adjunto. A dicho Patronato pertenece
abrir clases nocturnas de primera enseñanza, tan luego
como el estado de fondos lo permita,o cuando algún socio
se ofrezca voluntaria- mente a desempeñarlas. De
idéntica manera y sucesivamente se ofrezca el dar la
enseñanza de aquellos conocimientos especiales que tengan
aplicación más general a los socios del
Círculo.

La apertura del curso escolar en sus escuelas se
celebrará con una comunión, a la que, a más
de asistir los socios, concurran los escolares que se hallen con
aptitud para ello, y se cerrará con una solemne
distribución de pre- mios.

Art. 26.- La Junta Directiva dispondrá que bajo
la dirección de los Consiliarios se celebren conferencias
sobre puntos religiosos,científicos,literarios y
técnicos, procurando que estén a cargo de personas
de reconocida compe- tencia.

Art. 27.- En el Círculo existirá una
biblioteca y gabinete de lectura, rigiéndose ambos por un
reglamento especial formado por la Junta Directiva, en el que se
determinarán la forma y condiciones en que en su caso
podrán dejarse a domicilio a los socios los libros de la
biblioteca.

CAPITULO QUINTO.

Medios de realizar el fin económico.

Art. 31.- Para que el Círculo cumpla con su fin
económico deberá establecer, desde luego, una Caja
de Socorros Mutuos para los socios enfermos.

Paulatinamente,y según las circunstancias de la
población y del Círculo, previo acuerdo de la Junta
General, podrá establecer una Caja de Ahorros y Monte de
Piedad, tiendas de abastecimiento,ropas y viviendas en los
mismos, tiendas-asilos o cocinas económicas,cuando
así lo reclamaren las circunstancias,y Cajas de Socorro
para ancianos e inválidos del trabajo. El Círculo
procurará el fomento de asociaciones formadas
exclusivamente de sus socios para la compra de semillas,
herramientas, abonos, etc., y para indemnización mutua de
las pérdidas materiales, instrumentos y máquinas
para los obreros industriales, y finalmente la promoción
de todo cuanto tienda a la mejora del obrero pobre bajo su
aspecto económico.

SECCION PRIMERA

De los Socorros a los Socios.

Art. 32.- El Círculo abonará a los socios
enfermos tantas pesetas o tantos céntimos diarios en los
primeros meses de su enfermedad, y tantos céntimos de
peseta diarios después de este tiempo hasta el plazo que
se juzgue oportuno.

14º. DOCUMENTO.

LA CONDICIÓN DE LOS OBREROS. LA
CUESTIÓN OBRERA.

Por esto, pensando sólo en el bien de la Iglesia
y en el bienestar común, así como otras veces os
hemos escrito sobre el Poder político,la Libertad humana,
la Constitución cristiana de los Estados y otros temas
semejantes, cuanto parecía a propósito para refutar
las opiniones engañosas, así ahora y por las mismas
razones creemos deber escribiros algo sobre la cuestión
obrera.

Materia ésta, que ya otras veces ocasionalmente
hemos tocado; mas en esta Encíclica la conciencia de
Nuestro Apostólico oficio Nos incita a tratar la
cuestión de propósito y por completo, de modo que
aparezcan claros los principios que han de dar a esta contienda
la solución que exigen la verdad y la justicia.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13
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