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Los movimientos sociales en la Europa del Siglo XIX (página 5)



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Las olas revolucionarias, de 1848, fue el producto de la
crisis de 1830. Casi simultáneamente la revolución
estalló y triunfó (de momento)en Fran- cia, en casi
toda Italia, en los Estados alemanes, en gran parte del Imperio
de los Habsburgo y en Suiza (1847). En forma menos aguda, el
desasosiego afectó también a España,
Dinamarca y Rumania y en forma esporádica a Irlanda,
Grecia e Inglaterra. Nunca se estuvo más cerca de la
revolución mundial soñada por los revolucionarios
de la época que con ocasión de aquella
conflagración espontánea y general. Lo que en 1789
fue el alza-miento de una sola nación, Francia, era
ahora, de todo un continente. (59)

El Gobierno Provisional que se organizó luego de
proclamada la II República, contó con la
participación de un obrero y de un representante de los
intereses de los obreros como Ministro de Trabajo: el socialista
Louis Blanc. Entre febrero y mayo de 1848, este nuevo gobierno
-con el apoyo de los pobres de las ciudades y de burgueses
republicanos moderados- realizó las siguientes
acciones:

  • Estableció el sufragio universal.

  • Abolió la esclavitud colonial

  • Abolió la pena de muerte por delitos
    políticos.

  • Creó los Talleres Nacionales para solucionar
    el problema del desem- pleo en la ciudad de París.
    Efectivamente, el socialista Louis Blanc,
    ministro de Trabajo durante el gobierno provisional
    republicano, creó los "Talleres
    Nacionales" y fijó la jornada máxima
    de trabajo en 10 horas, intentando absorber el enorme
    paro que asolaba el país. El cierre de los Talleres
    Nacionales acaecido tan solo unos meses más tarde de
    su apertura significó el fracaso de quienes
    pretendían dar contenido social a unas
    reivindicaciones que habían ido más allá
    de lo meramente político. (60)

La primera elección que se realizó en
Francia con la vigencia del sufra-gio universal dio por resultado
una Asamblea Constituyente integrada en su mayoría por
partidarios de la monarquía y de reformas
moderadas.

La mayor parte de la población, que era
todavía rural, no había tomado contacto con las
nuevas ideas que impulsaban los burgueses radicales y
republicanos, ni con las ideas socialistas que defendían
los intereses de los obreros. Por esto, en las ciudades del
interior de Francia la población mas-culina votó
por aquellos miembros de la sociedad que conocía:los
médicos, los abogados, e incluso por los nobles que
ocupaban un lugar destacado en su ciudad. (61) Esta Asamblea se
enfrentó con el Gobierno Provisional y, reafirmando los
principios del liberalismo económico, decidió el
cierre de los Talleres Nacionales.Cuando la burguesía
tomó conciencia de la enorme fuerza que tenía el
conjunto de los trabajadores pobres,sintió sus intereses
amenazados: la propiedad privada. Desde entonces,muchos liberales
mode- rados se fueron convirtiendo en conservadores.
(62)

A medida que los burgueses moderados se retiraron de la
alianza, los trabajadores y los burgueses radicales quedaron
solos frente a la unión de las antiguas fuerzas
aristocráticas y la burguesía conservadora. Las
revolu-ciones de 1848 fueron derrotadas porque los partidos del
orden se impusie- ron sobre la Revolución Social.
(63)

Los trabajadores habían luchado no sólo
por el derecho al voto para to- dos los ciudadanos, sino
también por reformas en la organización de la eco-
nomía y la sociedad que mejoraran sus condiciones de vida.
Ante las de- mandas de los obreros, la Baja burguesía
liberal y moderada consideraron que la propiedad privada estaba
en peligro y se aliaron nuevamente con la Alta burguesía.
(64)

Luego de la experiencia vivida, los gobiernos
conservadores, que reto-maron el poder, se propusieron poner en
práctica muchos de los principios del liberalismo
económico, jurídico y cultural. Entre 1848 y 1849,
los conservadores habían comprendido que la
Revolución era peligrosa y que las demandas más
importantes de los radicales y obreros -especialmente las
económicas- podían satisfacerse a través de
reformas. De esta manera, las "reformas económicas"
reemplazaron a la "revolución", y la burguesía
dejó de ser una fuerza revolucionaria. (65)

A pesar de que en 1848, en Francia, la Revolución
había terminado con la derrota de los obreros, la gran
movilización de trabajadores -entre otras razones-
impidió la limitación del sufragio.En noviembre de
1848, la elección del nuevo presidente de la
República Francesa se hizo por sufragio universal.Los
franceses no eligieron a un can- didato moderado, pero tampoco a
un radical. El ganador fue Luis Napoleón Bonaparte. (66)
Para los gobiernos europeos, la elección de Luis
Napoleón hizo evidente que la "Democracia de sufragio
universal"-la institución que se identificaba con la
Revolución- era compatible con el mantenimiento del orden
social.

Después de la represión se mantuvo la
República ante las irreconcilia-bles posturas de las
diferentes facciones monárquicas. Aún así se
optó por crear una presidencia fuerte, que hiciera frente
a posibles nuevas revolu- ciones. En las siguientes elecciones,
con sufragio universal masculino, salió elegido Luis
Napoleón Bonaparte, sobrino del antiguo Emperador
Napo- león Bonaparte, visto como un personaje
independiente y con cierto cariz social. La II República
Francesa estaba gobernada realmente por antirrepu- blicanos, los
reaccionarios vieron en Luis Napoleón un freno a los
socialis- tas, mientras que republicanos y el pueblo llano le
veían como un freno a los reaccionarios monárquicos
y grandes terratenientes. (67)En 1850 se presenta como candidato
a la presidencia de la República y consigue ganar las
elecciones por una aplastante mayoría. Un año
después, el 2 de diciembre de 1851, mediante un golpe de
estado se proclama Emperador de Fran- cia y se considera que
él está por encima de todas las clases sociales.
(68)

Dos días después, tras una
represión militar que sembró París de
cadáve-res, el golpe de estado, calificado por Marx como
"el 18 brumario de Luis Bonaparte", había triunfado.
Detenciones, juicios sumarísimos y masivas deportaciones
siguieron a aquellas jornadas. Sin embargo, el pueblo
francés refrendó aquel golpe por mayoría
aplastante mediante un plebiscito cele- brado a finales de
diciembre. (69)

Con el respaldo de las urnas y libre de toda
oposición política, Luis Napoleón Bonaparte
daba la bienvenida a un nuevo año, 1852,que iniciaba como
presidente de la república y culminaría como
emperador de lo que sería el Segundo imperio
francés.Los primeros años de su reinado fueron de
gran expansión económica, también a nivel
mundial, esto provocó la aparición de grandes
corporaciones, sobre todo de ferrocarriles, en donde se enrique-
cieron muchas personas. (70)La prosperidad económica de la
década de los años cincuenta,facilitó el
apoyo de la burguesía francesa al nuevo
régimen.

A la prosperidad económica del Segundo Imperio
contribuyeron una serie de factores, como pudieron ser, el
progreso de la agricultura, el de- sarrollo industrial apoyado
por el Emperador y la mejora de la red de transportes. Por su
parte, el aumento de la masa monetaria y del crédito,
así como el incremento de los cambios comerciales,
interiores y exteriores,influyó considerablemente en esa
prosperidad. (71)

Con el desarrollo industrial en Francia, a partir de la
década de los trein- ta del siglo XIX, se inicia una etapa
de colonización en ultramar, dirigiendo sus esfuerzos
colonizadores principalmente hacia la costa norteafricana. En
1830, Francia envía una expedición a Argelia
apoderándose de Argel,prelu- dio de la formación de
un gran imperio colonial en Berbería. Vencido el emir
Abd-el-Káder, después de duras campañas, a
finales de 1847, todo el territorio argelino quedaba sometido,
pasando a ser colonia francesa de po- blamiento y
explotación. (72)En 1881,Francia completaba su
dominación en el Norte de África con el
protectorado de la región de Túnez y,más
tarde con el de Marruecos.Así Francia se
convertiría en la segunda potencia colo- nizadora del
mundo después de Inglaterra. Los beneficiarios de esta
expan- sión colonial serían los burgueses,
accionistas de las grandes empresas, ya que recogían los
beneficios económicos de una conquista realizada con el
esfuerzo de toda la nación para sus propios intereses.
(73)

El gobierno imperial apoyó una ambiciosa
política de obras públicas que fue presentada como
uno de los logros del régimen. La transformación
ur-banística llevada a cabo por Haussmann en París
dio a la capital francesa un aire burgués y un gran
esplendor. En la capital se demolieron barrios en- teros,que
fueron sustituidos por grandes avenidas.(74)El centro de la
ciudad de París contenía los edificios más
importantes de la administración y del poder imperial,pero
también las construcciones más antiguas y
más misera- bles donde se asentaban miles de pobres y
malechores en torno a calles es- trechas,mal trazadas y
malolientes.El barón Haussmann hace demoler cien- tos de
edificios antiguos (incluyendo seis viejas iglesias) destruyendo,
entre 1852 y 1869, 117.553 alojamientos y se crean
215.304.(75)Gaillard deno- mina al Segundo Imperio francés
como:"La edad de oro de la propiedad in- mobiliaria" ya que entre
1821y 1850 se construyen unas 260 casas por año en la
ciudad de París,mientras que en la década de los
sesenta se construyen más de 5.000 casas al año.
Durante la prefectura de Haussmann,el valor total de los
inmuebles parisinos pasa de 2,6 millones de francos,a principios
de la década de los cincuenta a 6,1 a finales de la
década siguiente. (76)

El Segundo imperio impulsó servicios
públicos como correos y telégra-fos, e incluso
culturales, al incrementar el número de centros de
enseñanza. Patrocinó grandes exposiciones
internacionales en París, como la de 1867, con un evidente
afán propagandístico, pues era el escaparate de los
logros sociales, tecnológicos y económicos del
régimen. (77)

Napoleón III intentó promocionar su imagen
no solamente ante la aristo- cracia y alta burguesía
francesa sino,también,entre las clases medias,favo-
reciendo el desarrollo económico y la paz interior. Su
activa política exte- rior siempre buscó el
desarrollo comercial y los buenos negocios. También el
Emperador trató de acercarse a las clases obreras y
más desfavorecidas a través de una política
social basada en la expansión de la beneficencia
pública y privada, permitiendo la organización de
un movimiento obrero y republicano. (78)Sin embargo, a partir de
la firma del tratado de libre comercio con Gran Bretaña,
en 1860, la burguesía acusó al gobierno y al
Emperador de abrir una política económica suicida
para la producción nacional. De igual modo, la Iglesia
católica endureció su postura crítica con
motivo del reconocimiento de Francia del reino de Italia, que se
había apropiado de buena parte de los Estados Pontificios.
(79)

Ante esta crisis de apoyos sociales, el régimen
giró algo hacía la izquier-da, en busca de nuevas
bases políticas, sobre todo las formadas por repu-blicanos
y partidos liberales.Se suavizó el régimen
autoritario,ampliándose la libertad de prensa y de
reunión,se concedió el derecho de iniciativa
legis-lativa al Parlamento y el control de los presupuestos del
Estado.En conse-cuencia, la actividad política se
incrementó, al igual que las campañas de
opinión. En 1864 se legalizó el derecho de
asociación y huelga. El año si-guiente se
permitió la creación de la sección francesa
de la Asociación Internacional de Trabajadores.
Así, el Emperador trató de presentarse como el
"padre de los obreros". (80)

El fracaso final del proyecto mexicano de implantar en
México al em-perador Maximiliano I, apoyado desde el
principio por Napoleón III, va a disminuir su popularidad
(81). Ello unido a una crisis económica, facilitó
la apertura de nuevas concesiones políticas: se suavizaron
las leyes de prensa y se otorgó al Cuerpo Legislativo el
derecho de interpelación al gobierno y el de
responsabilidad ministerial. No obstante, ni los republicanos ni
los católicos cesaron en sus críticas, por lo que
Napoleón III intentó ampliar su popularidad en el
arriesgado escenario de la política exterior provocando
una guerra contra Prusia.

Al final lo que acabó con Napoleón III fue
la Guerra contra Prusia. Des- de 1851 hasta 1870 Francia
entró en guerra varias veces (Rusia, Austria, Italia,
Méjico….) por su afán de demostrar el nuevo
poderío de Francia. Sin embargo en 1870 declaró la
guerra a la Prusia de Guillermo
I y Bismarck, ante las intenciones de crear un
Imperio Alemán y por la posible subida al trono de
España del príncipe Leopoldo de Hohenzollern, primo
del rey de Prusia. Francia se opuso a su elección por
entender que significaba un peli- gro para el equilibrio europeo.
(82)

La guerra fue un desastre para los franceses. En la
batalla de Sedán, prácticamente todo el
ejército francés cayó prisionero de los
prusianos, en total unos 82.000 soldados, incluido el Emperador.
Francia estaba ocupada, en parte, por los prusianos que se
quedaron a las puertas de París,declaran-do la
creación del Imperio Alemán en el propio Versalles.
Por la paz de Versalles, ratificada en Francfort, Francia
cedió a Prusia las regiones de Al- sacia y Lorena pagando,
además, una fuerte idemnización de cinco mil mi-
llones de francos. (83)

Si bien es cierto que la derrota de Francia contra
Prusia sería uno de los principales motivos de la
insurrección de París debemos de considerar
también la pésima situación económica
por la que atravesaba Francia en esos momentos previos a la
Comuna parisina. Desde finales de la década de 1860, el
sistema industrial, que hasta entonces había funcionado
bastante bien, reveló sus insuficiencias. El cambio de una
política proteccionista a otra librecambista supuso el
inicio de la crisis al no poder competir con Gran Bretaña.
Las tasas de crecimiento de la renta nacional y de la produ-
cción industrial declinaron y cayeron progresivamente por
debajo del nivel del incremento secular. Esta crisis
surgirá, en un principio, en el sector agrícola
debido en parte al desarrollo de la competencia internacional y a
las plagas y enfermedades como la filoxera que ataca al cultivo
de la vid y la pebrina que acaba con el gusano de seda. En
suma,la producción agrícola resultaba mal adaptada
respecto a una población con un mayor nivel de ur-
banización y de renta.Todo esto desembocó en una
caída general de los precios agrícolas e
industriales que comenzó alrededor de 1870 (1,64%, en el
periodo 1865-1890) y un descenso, todavía mayor,de los
salarios debido al fuerte éxodo rural que congregó
a decenas de miles de personas en las ciudades a la espera de
poder trabajar lo que provocó la tendencia a la baja del
sueldo de los trabajadores. (84)

En octubre de 1870 se empezaron a producir en
París manifestaciones para seguir la guerra contra los
prusianos. Ante el temor de nuevas revuel-tas proletarias, las
clases dirigentes (tanto monárquicas como republicanos
burgueses) formaron un gobierno que pactó un armisticio
con los prusia-nos, trasladándose además a
Versalles para evitar al pueblo parisino. La paz firmada por
Thiers con los prusianos consistía en ceder Alsacia y
Lorena y pagar una indemnización de 5.000 millones de
francos. Este armisticio era inadmisible para los parisinos.
(85)

En el París sitiado esta rendición se vio
como una traición por parte del proletariado,que empieza a
pedir la Comuna,se hace con las armas de los arsenales y organiza
la resistencia. En el resto de Francia, sin embargo, estos
acontecimientos provocados por los proletarios y la
pequeña burgue-sía parisina se vieron como otro
intento de revolución, como en 1848.Esto provocó
que en las elecciones de febrero de 1871los monárquicos y
conservadores fueran mayoría, frente a unos pocos
diputados de izquierda (repu-blicanos radicales y socialistas).
La nueva asamblea no reconoce la nueva República
proclamada en septiembre y elige a Thiers, político
conservador, como jefe de Gobierno para desencadenar la
contrarrevolución ante el apo-yo creciente a la Comuna.
(86)Su primera acción fue intentar desarmar a la
población de París, para lo cual pacta con Bismark
la devolución de prisio- neros de guerra para realizar la
represión. Ante este intento el pueblo de París,
junto a la Guardia Nacional sublevada del gobierno, les hace
frente hasta incluso tener la posibilidad de tomar Versalles.
(87)

Sin embargo,optaron por la moderación,
fuertemente criticada posterior-mente, e incluso se
permitió en la ciudad la movilidad libre de grupos con-
servadores, prensa monárquica y toda la libertad que se
podía pensar, París era una ciudad abierta. La
Francia dominada por Thiers,sin embargo, se ca- racterizaba por
la represión de cualquier simpatizante de la Comuna y, por
supuesto, por un control policial absoluto.

El 26 de marzo de 1871 se realizan elecciones libres en
la ciudad y se proclama oficialmente la Comuna de París,
invitando al resto de ciudades a hacer lo mismo y luchar contra
Thiers, su llamamiento no tuvo respuesta ante la falta de
comunicaciones con el exterior. En estas elecciones fueron
elegidas toda clase de ideas y personas, anarquistas,
blanquistas, proudo-nistas, socialistas de la I Internacional, e
incluso hubo representantes de los barrios burgueses que
más tarde se retirarían y huirían.
(88)

El hecho de ser la "Iª Revolución
Socialista" no es por el predominio de ciertos miembros
socialistas, sino por la iniciativa de creación de una
orga-nización político-administrativa, establecida
casi de forma espontánea, con la unión de todas las
ideologías representadas.Pronto los revolucionarios vieron
que era imposible aprovechar el antiguo entramado administrativo
heredado del Imperio de Napoleón III, a lo que se
unió la presión del sitio a la ciudad y la
destrucción de gran parte de la industria en la guerra
contra los prusianos. (89)

El principal organismo fue el "Consejo General de
la Comuna", coor-dinado por una "Comisión
Ejecutiva", con poderes legislativos y
ejecuti-vos.Así mismo se crearon las "Comisiones"
(Ejército, Salud Pública,Traba- jo,
Justicia…) que aplicaban la política
correspondiente a su actividad, aunque siempre respondía
ante el Consejo. También se reorganiza la Justi- cia, la
cual pasa a ser gratuita, y los magistrados se elegirían
por votación. Este Consejo General, estaba formado por 90
miembros, entre los que figuraban partidarios de Blanqui,
jacobinos e internacionalistas. También dieron su apoyo a
la Comuna algunas personalidades del mundo del arte, como los
pintores Gustabe Courbet, Corot, Manet o Daumier.

El programa del gobierno no se pudo llevar a cabo
totalmente debido a la escasa duración de este
período (unos dos meses) y a las discrepancias entre los
jacobinos que pretendían gobernar toda Francia desde la
Comuna de París, y el grupo denominado Federalista, que
pretendía que la Comuna de París se integrara
dentro de la Federación de Comunas de Francia, en la que
debería de disolverse el Estado. Esta es la tendencia que
predominó, dada la extensión del movimiento
comunalista a diversas provincias, entre las que destacaban Lyon
y Marsella. (90)

La Comuna de París se dotó de
diez comisiones, a modo de ministerios, en los que la
Comisión Ejecutiva hacía el papel de gobierno.Entre
las medi-das adoptadas caben destacar la adopción de la
bandera roja y el calenda-rio revolucionario, la
nacionalización de los bienes del clero, la
disolución del ejército regular (resquicio del
orden aristocrático), sustituyéndolo por la Guardia
Nacional democrática,es decir por todo el pueblo.Otra
decisión, sorprendente, fue el respeto de la propiedad
privada de los que se quedaron, expropiándose sólo
a los que huyeron, los grandes propietaríos. (91)
También el gobierno de la Comuna contaba con un amplio
programa so- cial: anulación de los alquileres de las
viviendas, adopción de la jornada la- boral a diez horas
diarias,proclamación del principio socialista de:" la
tierra al campesino, la herramienta al obrero, el trabajo para
todos". Las mujeres también tomaron un papel destacado en
estos acontecimientos de la his- toria francesa. Se fundó
una organización de mujeres denominada "Unión de
Mujeres", dirigida por Louise Michel,para la defensa de la
ciudad,el su- ministro de provisiones a los combatientes y el
cuidado de los heridos.(92) A pesar del cerco militar, la Comuna
invierte rápidamente en la ejecución de trabajos
públicos, con la creación de correos y de un
sistema sanitario, que garantizara la salud del pueblo y de las
tropas de la Guardia Nacional.

Los pequeños industriales fueron respetados
aunque en un nuevo marco de relaciones laborales, en la que el
trabajador tenía sus derechos. Se prohi-bió el
trabajo nocturno y adoptaron políticas de higiene. Los
alquileres em- pezaron a estar controlados por la municipalidad,
fijándose un tope máxi- mo.Como ejemplo, los
miembros del gobierno se pusieron un sueldo igual al sueldo medio
de los trabajadores, teniendo prohibido la acumulación y
aprovechamiento propio de sus cargos. (93)

La educación pasó a ser laica, gratuita y
obligatoria. Los programas de estudios pasaban a ser realizados
por los propios profesores, los cuales ga-rantizaban el
carácter científico de las
disciplinas.También se creó una For-mación
Profesional en donde los obreros daban gratis las
prácticas a los alumnos. Se crearon guarderías para
cuidar a los hijos de las trabajadoras. También en el
plano educativo destacó la Asociación Republicana
de Es- cuelas con el propósito de crear en las
universidades un estímulo basado en el conocimiento
científico. En el mundo del arte y cultural aparecen gran
cantidad de asociaciones para la promoción del teatro y
las bibliotecas. (94)

Una de las principales característica de la
Comuna fue la Libertad.De és- ta se podían
beneficiar todos, incluso los partidarios del gobierno de
Versa-lles.Había libertad de prensa,de reunión y
asociación.Se decretó que las de- tenciones
deberían ser por orden judicial, y los prisioneros
tenían todos sus derechos garantizados, incluso el castigo
era fuerte para los casos de deten- ciones injustas. La libertad
de asociación hizo aparecer a muchos grupos y clubs de
todas las ideologías, las cuales se podían expresar
libremente. (95)

Esta libertad hizo que los reaccionarios se movieran
libremente por la ciudad, provocando algunos actos de
sabotaje.Solamente al final, cuando la situación se hizo
difícil,se empezó a detener a los saboteadores y
todo aquel que se resistiera por la fuerza,aún así
durante toda la Comuna no murieron más de cien personas
(saboteadores,espías y un obispo), datos totalmente
insignificantes comparados con la represión posterior.
(96)

Ante el temor del propio Bismark a que el
fenómeno de la Comuna se contagiara al resto de Europa, le
devuelve a Thiers todas las tropas que to- davía
mantenía retenidas, para la eliminación de los
comuneros. (97) Así, entre el 10 y el 28 de mayo de 1871,
en el campamento de Satory, las fuer- zas de Thiers, reforzadas
por el ejército de MacMahon que habían sido li-
beradas por los alemanes, inician el asalto de París con
un ejército de unos 180.000 soldados. Se lucha calle por
calle y casa por casa ante la decisión, por parte de los
comunards de no rendirse. La defensa se organizó en
barri-cadas, en las que luchaban tanto hombres como mujeres. La
lucha fue de- sigual ante el poderío militar del
ejército regular, sin embargo los comune-ros lucharon
hasta la muerte. La batalla duró una semana,hasta el 28 de
ma-yo, cuando cae la última barricada defendida por un
solo comunero por la muerte de sus compañeros.

Como era de esperar la represión fue brutal.
Desde los primeros días los fusilamientos eran cotidianos
(incluidos mujeres y niños), una simple denuncia infundada
valía para ser mandado al paredón. No sólo
lo sufrieron los communards, sino que muchos burgueses
huídos aprovecharon para denunciar a sus rivales y
acreedores. (98)

Se estima que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la
Comuna fueron fusilados, a los que habría que sumar unas
40.000 personas enviadas a las colonias, especialmente a la de
Nueva Caledonia, para realizar trabajos forzosos,en donde gran
parte de ellos murieron de enfermedades.Además,unos 10.000
parisienses se exiliaron en el extranjero o se escondieron en
provin- cias. Entre muertos y condenados, París
perdió unos 100.000 habitantes, una séptima parte
de su población masculina adulta. Esta represión
casi consiguió eliminar el movimiento obrero en Francia,
hasta el mismo Thiers, disfrutando de su victoria llegó a
afirmar que: " El socialismo ha sido eliminado por un largo
tiempo". (99)

La explicación que se ha encontrado para tan
descomunal represión es el temor de las clases burguesas a
una revolución social organizada por la Asociación
Internacional de Trabajadores que pusiera en cuestión la
pro-piedad privada. (100)

Aunque los socialistas de la I Internacional no tuvieron
un papel desta-cado, los gobiernos burgueses y autoritarios
europeos no tardaron en res-ponsabilizarlos de todo lo ocurrido.
Con esta excusa el movimiento obrero estuvo perseguido
fuertemente durante bastante tiempo. (101)

Sin embargo, la Comuna no sólo fue criticada por
los conservadores-burgueses, lo cual en cierto modo es
normal,sino que recibió también críti- cas
desde las diferentes visiones revolucionarias de la
época.Marx y Engels ,aunque siempre admiraron la
valentía de los comuneros, pensaban que no se daban
todavía las condiciones históricas y
económicas para desarrollar una revolución
socialista.También criticaron la debilidad
organizativa,debi- do, muchas veces, a la diversidad
ideológica,que hizo que en los momentos decisivos no se
tomaran las decisiones más rápidas y
correctas.(102)El anarquismo por su parte vio en principio con
buenos ojos la Comuna, pues, como
consideraba Bakunin,llegaría antes su modelo de
Revolución,además había representados varios
anarquistas en el movimiento.Sin embargo pronto vieron que no se
ajustaba a su forma de organizarse. La Comuna, según
ellos, se quedó corta pues no se abolió el Estado,
y se organizó de "forma jacobina" al mantener un gobierno
representativo.El pensador anarquista más crítico
fue Piotr Kropotkin: "no rompieron con la tradición
del Estado, de gobierno representativo, y no trataron de lograr
dentro de la Comuna esa organización de lo sencillo a lo
complejo que había inaugura- do al proclamar la
independencia y la libre federación de comunas".
(103)

Ambas ideologías criticaron el exceso de
"Liberalidad" que aprovechó Thiers para derrocar el
movimiento, sin embargo,en mi opinión,esto fue de- bido al
"humanismo" y respeto del ser humano, el cual querían ser
modelo de futuras generaciones, quizás un pensamiento
demasiado pacifista para su época, pero que no deja de ser
encomiable. Posiblemente el error más grave fue el no
controlar el Banco de Francia y todas sus reservas, las cuales no
sólo no utilizaron sino que Thiers consiguió
financiar su ejército a través de los funcionarios
que sacaban el dinero a escondidas del Banco. Además ese
dinero se podría haber utilizado políticamente ya
que la burguesía hubiera obligado a Thiers a pactar con
los comuneros para conseguirlo. (104)

No todo fue un desastre, aunque Thiers y los gobernantes
de la época pensaron que con la derrota de la Comuna
tenían controlado el proletariado para siempre. Bismarck
supo ver las grandes deficiencias sociales por las que la mayor
parte de la población obrera se sublevó. Así
para evitar casos parecidos en el nuevo Imperio Alemán (II
Reich), se crearon unos niveles básicos de asistencia
social, con horas máximas de trabajo y seguros socia- les
en caso de accidente y jubilación.Este fue el principio de
lo que más tar- de sería "el estado del bienestar".
(105) En Francia, la unión de intereses entre
conservadores-aristocráticos y burgueses volcó la
balanza definitiva- mente hacia la III República .Pensaban
que este era el mejor sistema para controlar el Estado,nunca
más habrá reyes ni emperadores en
Francia.(106)

Después de la Commune, se produjo un
período de enorme actividad anarquista. Figuras como la de
Luisa Michel, Sebastián Faure, Carlos Ma-lato, Juan Grave
y tantos otros crearon periódicos, revistas y, unidos a
los obreros sindicalistas revolucionarios como Pataud, Pouget,
Pelloutier,Gri- fuelhes,..,constituyeron en 1905 la C.G.T.De ese
período del anarquismo en Francia, extraordinariamente
rico, en el que florecieron numerosas revistas, como "Le Temps
Nouveauxu", fundada por Kropotkin y continuada por Grave y en que
nació"Le Libertaire",fundado por Luisa Michel y
Sebastián Faure, la historia, en general, apenas hace
referencia.

  Se mencionan  nombres de los que
realizaron actos de terror, movidos por la desesperación y
guiados por las reacciones de sus temperamentos. Se cita a
Vaillant, a Emilio Henry, a Ravachol; pero no se habla de Reclus,
de Kropotkin, de Jean-Marie Guyau, estrechamente emparentados con
el anar-quismo y tantos otros.Se citan los actos de Ravachol,
pero no se dice que en aquellos tiempos aparecieron obras
fundamentales como "El Hombre y la Tierra" y la "Geografía
Universal" de los hermanos Reclus,"La Conquis- ta del Pan","El
Apoyo Mutuo","Campos, fábricas y talleres" de Kropotkin,
"La sociedad moribunda y la anarquía", de Grave, "El dolor
universal" de S. Faure, etc. Siempre se ha procurado desfigurar
al anarquismo y destacar sólo de él los aspectos de
violencia o de ilegalismo. Así también, de los
años que precedieron a la primera guerra mundial, al
tratarse del anarquis- mo, en Francia, no se cita más que
la "banda Bonnot".Para nada se habla de las actividades
culturales, sociológicas y sindicales de los
anarquistas.(107)

En general este movimiento revolucionario, que se inicia
con la Com- mune de París, fue todo un ejemplo para la
clase obrera, demostrando que se podía tomar el poder para
crear una sociedad más justa, igualitaria y fra-ternal,
que hoy llamamos solidaridad. Incluso el "exceso" de libertad,
que tanto se criticó, no deja de ser un ejemplo de que
intentaron hacer un nuevo mundo que no estuviera basado en la
represión que ellos habían sufrido en sus vidas.
Estos movimientos sociales se vieron respaldados con el derecho a
la asociación sindical aprobado por el Parlamento
francés en 1884, diez años más tarde que lo
había sido en Inglaterra. (108)

La Segunda Internacional lleva a cabo su congreso
fundador en París, en 1889, durante los actos
conmemorativos del centenario de la Revolución Francesa .
Posteriormente se realizarían otros congresos: Bruselas,
en 1891, Zurich, en 1893, Londres, en 1896 y París,
nuevamente, en 1900. En total serían cinco congresos y
conferencias de tipo corporativo. La base era un programa basado
en la independencia de la clase obrera, la defensa de las
conquistas sociales y por las auténticas reformas que
mejoren la suerte de los trabajadores. (109)La nueva
Internacional, auspiciada e integrada por los partidos
socialdemócratas, tuvo que enfrentarse, casi desde el
primer momento de su fundación, con una serie de
problemas, inexistentes en el periodo de la AIT. En primer lugar
se hallaba ante la problemática derivada de la nueva fase
de desarrollo capitalista; este desarrollo, impulsó la
expan- sión colonialista europea por los continentes
africano y asiático. (110)

Entre los objetivos esenciales que se plantean
estarían las condiciones de trabajo de los obreros y una
legislación protectora cuyas bases enuncia con
precisión y son las siguientes:

A) Limitación de la jornada de
trabajo al máximo de ocho horas diarias para los
adultos.

B) Prohibición del trabajo de los
niños menores de catorce años.

C) Supresión del trabajo nocturno,
salvo en aquellas ramas de la industria que por su naturaleza
exige un funcionamiento ininterrumpido.

D) Prohibición del trabajo a las
mujeres en todas las ramas de la industria que afecten, muy
particularmente, al organismo femenino.

E) Supresión del trabajo nocturno
para las mujeres y los obreros de menos de dieciocho
años.

F) Reposo ininterrumpido de treinta y seis
horas, por lo menos, para todos los trabajadores.

G) Prohibición de ciertos
géneros de industrias y de ciertos modos de
fabri-cación perjudiciales a la salud de los
trabajadores.

H) Supresión del regateo.

I) Supresión del pago en
especie.

J) Supresión de las oficinas de
colocación.

K)Vigilancia en todos los talleres,
establecimientos industriales y domésti-cos, por
inspectores retribuidos por el Estado y elegidos, al menos la
mitad, por los obreros. (111)

Las resoluciones adoptadas en el Congreso fundacional de
París de 1889, reclamaban, en síntesis, leyes para
la protección de los trabajadores, la jornada laboral de
ocho horas y la abolición del trabajo infantil.Condena-
ron la guerra, a la que consideraban consecuencia del orden
capitalista, y llamaron a los trabajadores a afiliarse en los
partidos socialistas. A partir de aquí, la Internacional
estableció una serie de principios que se
mantendrían a lo largo del siglo: la extensión de
la democracia, la evolución pacífica ha- cia la
toma del poder político, la regulación del mercado
laboral, el fin de la discriminación sexual y de las
demás desigualdades. El 19 de julio de1889, la dirigente
alemana Clara Zetkin,pronuncia su primer discurso sobre los
problemas de la mujer, durante el Congreso fundador de la Segunda
Inter- nacional Socialista celebrada en París. Allí
defendió el derecho de la mujer al trabajo,la
protección de las madres y los niños y
también la participación amplia de la mujer en el
desarrollo de los acontecimientos nacionales e internacionales.
(112)

La II Internacional creó algunos símbolos
del movimiento obrero como el himno y la celebración del
1ºde mayo, Día de los Trabajadores,en recuer- do de
los obreros detenidos y ajusticiados en Chicago en1886
y también porque la Federación Américana del
Trabajo, en su Congreso de diciembre de 1888 celebrado en San
Luis, había decidido dicha fecha para una gran
manifestación.(113)La Internacional Socialista agrupaba a
millones de tra- bajadores y sus debates tuvieron una notable
repercusión. Impulsó una gran diversidad de
organismos, entre los que cabe destacar la Conferencia Inter-
nacional de Mujeres Socialistas (1907), reflejo de su influencia
en el inci- piente movimiento feminista, o la Federación
Internacional de la Juventud Socialista. (114)

Apenas tres años después de ponerse en
marcha la Segunda Internacio-nal, el 15 de mayo de 1892, los
dueños de la Compañía Minera de Carmaux
despidieron a Jean-Baptiste Calvignac. El motivo del despido se
debía a las ausencias repetitivas al trabajo. Algo normal
porque además de minero,Cal- vignac era el alcalde de
Carmaux. Se convocó la huelga general y el Estado
mandó el ejército. Jaurès se alzó en
defensa de los mineros y acusó a la Re- pública de
ser "el títere de los capitalistas". Fue una victoria,
puesto que Calvignac ganó el juicio y Jaurès fue
elegido diputado socialista en 1893; será uno de los
fundadores, 12 años después, de la Sección
Francesa de la Internacional Obrera. (115)

El origen de la unificación de los socialistas
franceses se remonta a los comienzos de la década de
1890,cuando las cuatro principales organizacio-nes socialistas
-guesdistas. blanquistas,posibilistas y allemanistas-llegaron a
la conclusión de que la división de sus fuerzas les
conduciría a la impo- tencia.El significativo éxito
electoral alcanzado por el conjunto de las fuer- zas socialistas,
en 1893,las convenció de seguir un camino de mayor cola-
boración entre sí. Durante gran parte de la
década de 1890 se produjo una estrecha colaboración
a nivel parlamentario entre los cuatro grupos
socia-listas,constituyendo para tal efecto la Unión
Socialista.En gran parte ello fue posible merced a la
acción de dos de los denominados"socialistas
independientes" quienes llegarían a ser actores
políticos principales en los años siguientes:Jean
Jaurès y Alexandre Millerand. De esta forma las
dife-rentes fuerzas socialistas,inmersas cada vez más en
la dinámica electoral, comenzaron a colaborar a
través de diferentes tipos de alianzas.El
socia-lismo político se unificó en Francia en
1905 bajo el mandato de la Interna-cional,en el congreso del
Globe con la fusión de diferentes corrientes socia-listas
(guesdistas, blanquistas, reformistas,…) en la
nueva Sección Francesa de la Internacional Obrera
(SFIO). Poco tiempo después, el diputado del
Tarn, Jean Jaurès se impone como figura
más destacada del socialismo francés, por su
combate por la unidad, por su voluntad de síntesis entre
la república y el socialismo,entre el
patriotismo y el internacionalismo, entre las
ideas marxistas y la tradición de la
Revolución francesa liberal.(116)

En ese periodo, finales del siglo XIX, la conflictividad
social había au-mentado de tal modo, que se había
convertido en una creencia generaliza-da la idea de que se
hallaba muy cerca el inevitable triunfo de la revolución
proletaria. En la Francia de finales del siglo XIX y principios
del siglo XX, el paro alcanzaba 10% y los obreros (cuatro
millones de personas) empe- zaban a
organizarse. Había una media de 1.000 huelgas al
año entre 1899 y 1913. Ante esta perspectiva
inmediata, la Internacional debía preparar al proletariado
para las futuras confrontaciones y,cuando éstas se
produjeran, debía coordinar en cada país las
acciones obreras. (117)

La Internacional fue el gran foro de debate de los
problemas que afecta-ban al movimiento socialista,sobre todo
desde el año 1900(Congreso de Pa- rís).En primer
lugar,el revisionismo fue condenado y la presencia socialista en
gobiernos burgueses sólo se admitió en casos
extremos.Se reafirmó la lucha de clases como base de la
acción política y social.Sin embargo,ello no
acabó con la confrontación entre las posiciones que
defendían las prácti-cas reformistas y las que
priorizaban la consecución del objetivo final.(118) En
1900 se creó un Buró Socialista Internacional, con
sede en Bruselas, para dar continuidad a los trabajos que
debían realizarse en el transcurso de los tres años
entre los congresos, y en los que se fijaban los objetivos y
ac-tuaciones del movimiento socialista internacional tanto a
nivel doctrinal como pragmático. (119)

El colonialismo configuró un segundo gran espacio
de debate.Un sector lo denunciaba como una forma más de la
explotación capitalista y defendía la
obligación de combatirlo y potenciar en las colonias la
revolución socia-lista. Logró imponer sus ideas en
el Congreso de Stuttgart. Pero otro grupo criticó la
barbarie de los colonizadores pero sin cuestionar el sistema,y
has- ta defendía la colonización como factor
positivo de civilización. (120)

Finalmente, ante la espiral belicista se rechazó
la guerra en los congre- sos de Copenhague (1910) y Basilea
(1912). Considerada un producto del enfrentamiento entre los
estados capitalistas, se debía impedir, y si a pesar de
todo estallaba, se debería frenar con la huelga general o
la movilización revolucionaria. Ahora bien, cuando se
inició la I Guerra Mundial (1914) la mayoría de los
partidos socialistas sucumbieron a la oleada nacionalista y
abandonaron los postulados pacifistas y revolucionarios. La
euforia patrió-tica les llevó a votar los
créditos de guerra y a ponerse al lado de los res-pectivos
gobiernos en lo que se llamó "la unión sagrada" de
socialistas y burgueses frente al enemigo de la nación.
(121)

Las divergencias anteriores cristalizaron en dos
concepciones opuestas sobre lo que debía ser el movimiento
socialista: revolucionario o reformista según
expresión de Rosa Luxemburg. Esta dualidad se
agravó con el esta-llido de la I Guerra Mundial. Dentro de
los partidos se forjaron tres grandes grupos, cuyo enfrentamiento
culminaría en escisiones.Por una parte estaban los
patriotas,partidarios de la guerra al asumir los criterios de
defensa na-cional preconizada por los partidos burgueses;por
otra,los pacifistas mo- derados, contrarios a la guerra y que
defendían la neutralidad; y finalmente, los
revolucionarios que,como Rosa Luxemburg,Lenin o el italiano
Grams- ci,pretendían la conversión de la guerra en
revolución proletaria. (122)

El sindicalismo revolucionario nace
en Francia a fines del siglo XIX, a partir de las
crisis internas que sufrían las corrientes
sindicales socialistas y anarquistas. A fines del siglo
XIX los socialistas había comenzado a in-clinarse por
la vía democrática y la promoción
de los cambios sociolabo-rales mediante una presencia creciente
en los parlamentos; eventualmente este camino conducirá a
la creación del Estado del bienestar en
el siglo XX (123). Por su parte, los anarquistas se
habían volcado a la vía terrorista  bajo el
principio de propaganda por el hecho, lo que les llevó a
ser víctimas de una durísima represión y un
gran aislamiento.

A partir de 1895 un grupo de dirigentes
sindicales dirigidos por el anar-quista Fernand Pelleutier y
el socialista blanquista Victor Griffuelhes,preo- cupados
por el aislamiento en que se encontraba el movimiento sindical,
comienzan a sostener la necesidad de que
la organización sindical sea inde- pendiente de
las corrientes ideológicas y políticas,lo que
significaba mante- ner a los sindicatos fuera de los compromisos
políticos de los socialistas y de las acciones violentas
de algunos anarquistas, al mismo tiempo que abrir una
tradición de convivencia pluralista en los sindicatos.
(124)

La Confederación General del
Trabajo (CGT) francesa,creada en1895, evoluciona
gradualmente hacia las posiciones sindicalistas
revolucionarias que finalmente se imponen en el Congreso de
Amiens de 1906, donde se redacta la Carta de
Amiens documento clave del sindicalismo revoluciona-rio
redactado por Víctor Griffuelhes, donde se establece
una estricta distin-ción entre el sindicato y la
ideología política. En su parte final
dice:

"Como consecuencia, en aquello que concierne a los
individuos, el Con-greso afirma la entera libertad para el
asociado, de participar,fuera del gru-po corporativo, en
cualquiera de las formas de lucha que correspondan a su
concepción filosófica o política,
limitándose a exigirle, en reciprocidad, no introducir en
el sindicato las opiniones que profesa fuera del mismo".
(125)

En lo que concierne a las organizaciones, el Congreso
decide que con el objeto de que el sindicalismo alcance su
máximo de efectividad, la acción económica
debe ejercerse directamente contra la patronal, no teniendo las
organizaciones confederadas, como asociaciones económicas,
que preocu-parse de los partidos y de las sectas que, afuera y al
margen, puedan perse-guir, en absoluta libertad, la
transformación social.

El sindicalismo revolucionario, y en esto se acercaba al
anarcosindica-lismo, concede una importancia estratégica a
la huelga, y en especial a la huelga general,
exaltándola como eje central de la acción sindical.
Muchas huelgas tuvieron carácter violento. Por lo menos,
unos 20 trabajadores mu-rieron en Francia en las huelgas de los
años 1906-08. (126)

En Francia, el número de huelgas fue menor, que
en Inglaterra proba-blemente por la misma estructura de las
industrias (de pequeñas dimen-siones, y poco concentradas
geográficamente). Pero también allí, de una
media de unas 100 huelgas anuales en la década de 1880 se
pasó a unas 1.000 huelgas por año entre 1900 y
1910. En 1906, se registraron un total de 1.309 huelgas (entre
ellas, una huelga general nacional en el mes de mayo por la
jornada de 8 horas) que supusieron la pérdida de unos 9
millo-nes de días de trabajo.En 1910, hubo otras 1.502
huelgas y cuando, en octu- bre, los ferroviarios declararon la
huelga general del sector, el Gobierno, presidido por Briand,
militarizó a los trabajadores: 200 dirigentes de
éstos fueron detenidos, y unos 3.300 activistas perdieron
su trabajo. (127)

Curiosamente con el aumento de la producción en
la industria sidero-metalúrgica francesa aumenta el
número de huelgas en este sector, aumen-tando
constantemente desde 1890 a 1914. Entre 1890-94, hubo 224 huelgas
de los obreros metalúrgicos franceses, pasando, en
1900-1904 a 415 y en 1905-1909 a 586 huelgas. Esto supuso el 12%
del total de las huelgas en Francia para ese periodo
histórico; sólo la industria textil y la
construcción mostraron una mayor propensión a la
huelga. (128)

En Francia, la tradición apolítica,
antiestatista y localista, de raíz prou-dhoniana, de
obreros y artesanos, hizo que las "bourses du travail" especie de
cámaras de trabajo locales creadas a partir de 1887, que
servían como agencias de colocación, centros de
recreo y educación y como asociaciones profesionales de
los obreros tuvieran mayor desarrollo que los propios sindicatos,
entre los cuales sólo los sindicatos mineros, los textiles
del Norte -vinculados al P. O. F. de Guesde- y los de algunos
oficios especializados adquirieron verdadera fuerza e influencia
social. Por iniciativa de Fernand Pelloutier(1867-1901),un
antiguo anarquista de origen modesto,sin estudios y gran
organizador, las bourses (157 en 1907) se organizaron en 1892 en
una Federación Nacional, a la que Pelloutier llevó
hacia la fusión con la Confederación General del
Trabajo, una central creada en 1895 que agrupa-ba a distintos
sindicatos, con la idea de hacer de la huelga general
pacífica el instrumento de la revolución
proletaria, y de los sindicatos, el órgano esencial de la
lucha de clases. La fusión se produjo en 1902: la CGT -que
en 1906 adoptó la ideología sindicalista
revolucionaria- se aproximaba, en 1914, al millón de
afiliados. (129)

El principal teórico del sindicalismo
revolucionario en Francia fue Geor-ges Sorel (1847-1922), quien
desarrolló sus ideas fundamentalmente en su conocido libro
titulado "Reflexiones sobre la violencia" (1908). Sorel
había sido un político monárquico y un
tradicionalista antes de volverse  marxista ortodoxo en la
década de 1890, aunque durante su carrera siguió
apoyando valores comúnmente asociados con el
conservadurismo. Trató de llenar los huecos que
veía en la teoría marxista pero al final
creó una variante extre-madamente heterodoxa de la
ideología. Criticó lo que consideraba como el
racionalismo de Marx y sus tendencias
utópicas, creyendo que el centro del pensamiento de Marx
estaba más cerca del cristianismo primitivo que de
la Revolución Francesa.Rechazó las
teorías marxistas del materialismo his-
tórico, el materialismo dialéctico y el
internacionalismo. (130)

El movimiento anarquista en Francia no tenía
tanta fuerza como en Italia o España, sin embargo era
capaz de cometer actos terroristas de em-bergadura como fue el
caso del asesinato del Presidente de la República francesa
Sadi-Carnot. Carnot estaba en el cénit de su popularidad
cuando, el 24 de junio de 1894, tras haber dado un discurso
durante la celebración de un banquete público
en Lyon, en el que insinuó que, pese a su
popula-ridad, no se presentaría a la reelección,
fue acuchillado por un anarquista italiano llamado Sante
Geronimo Caserio. Carnot murió a consecuencia de las
heridas poco después de la medianoche del 25 de junio. Su
asesinato causó una profunda conmoción en Francia;
su prestigio y popularidad hi- cieron que Carnot fuera honrado
con un elaborado funeral público en el Panteón de
París, donde fue enterrado. (131)

También a finales del S.XIX, en Francia, aparece
el movimiento social católico en torno a las figuras de La
Tour du Pin (1834-1924) y de Albert de Mun, diputado desde 1876.
Junto con un grupo de personas defendió e impulsó
el movimiento social católico y la promulgación de
una legislación social en Francia. Ambos crearon la
denominada "Obra de los Círculos", especie de
confraternidad y corporación.Armand de Melun,se
dedicó desde 1839 a promover la cultura entre los obreros,
realizando diversas obras asistenciales. En el Parlamento
francés,Melun se convirtió en el campeón de
la previsión, de la lucha contra el barraquismo ( acabar
con las barracas), de la seguridad mutua, de la
reeducación de los jóvenes delincuentes, de una
política de salud pública y de la limitación
de las horas de trabajo de los menores y de las mujeres.Otra
personalidad importante dentro del movimiento social cristiano
fue A.Chevalier que achacaba al proceso de
industrialización la descristianización de los
obreros y proponía a la Iglesia presentarse en las mismas
condiciones en las que vivían ellos para
recristia-nizarlos. Sólo así, decía, su
mensaje será creíble, sólo así
podrán participar en la formación de una sociedad
verdaderamente cristiana. (132)

Notas bibliográficas:

(1)J.P.Bois, La Revolución Francesa.

(2)Juan Carlos Ocaña, La Revolución Francesa y
los derechos de la mujer. (Pág. Web)

(3)Eberhard Schimit, Introducción a la historia de la
Revolución Francesa.

(4)G.Hanotaux, Histoire de la nation française.

(5)Michel Vovelle, Introducción a la
Revolución Francesa.

(6)Peter Mcphee, La Revolución Francesa,
1789-1799: Una nueva historia.

(7)R.Sternefeld, Historia de Francia.

(8)A.Thiers, Historia de la Revolución
Francesa.

(9)F.J.Vaquero,Genocidio y terrorismo de Estado en La
Vandée.Revista Arbil,nº 120.

(10)Alfonso Aquiló Pastrana, El genocidio de La
Vandée.

(11)P.J.Bois, La Revolución Francesa.

(12)Juan Van den Eynden, Napoleón
Bonaparte.

(13)Martín Gohring,Napoleón.

(14)G.Dreyfus, Le temps des revolutions
(1787-1870).

(15)Gaston Martin, Les jacobins.

(16)G.Pariset, La Révolution, 1792-99.

(17)Julián Elliot, Robespierre, el incorruptible
y el tirano. Historia y vida.

(18)Allan Todd, Las revoluciones, 1789-1917.

(19)Albert Saboul, La Revolución
Francesa.

(20)Marc Bouloiseau, La República
jacobina.

(21)Georges Labica, Robespierre: una política de
la filosofía.

(22)Bernard Vinot, Saint-Just.

(23)Madaleine-Anna Charmelot, Saint-Just ou le chavalier
Organt.

(24)Max Gallo,L´homme Robespierre, histoire
d´une solitude.

(25)Ian H.Birchall, El espectro de Babeuf.

(26)C.Mazauric, Babeuf et la Conspiration pour
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(27)François Nöel Babeuf, Realismo y
utopía en la Revolución Francesa.

(28)R.B.Rose, Graco Babeuf. El primer comunista
revolucionario.

(29)A.Tocqueville, Inéditos sobre la
Revolución.

(30)Alister Horne,El tiempo de
Napoleón.

(31)Jacques Godechot,Europa y América en la
época napoleónica (1800-1815).

(32)G.de Bertier de Sauvigny, La
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(33)Jacques Droz e Ignacio Romero, Europa:
Restauración y revolución.

(34)L.Bergeron y otros,La época de las
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(35)C.Pérez Bustamante, Historia
Universal.

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(40)George Rudé, La multitud en la
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(47)G.de Bertier, Historia de Francia.

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(50)Ch.Fourier, La Armonía pasional del Nuevo
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(51)G.Hanotaux, Histoire de la nation
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(53)L.Salvatorelli, La Rivoluzione europea.

(54)Susana Tavera, Experiencias desiguales: conflictos
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(55)George Rudé, Revuelta popular y conciencia de
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(59)Eric Hobsbawm, La era de las Revoluciones
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(73)Thomas Pakenham, La lucha por
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(74)H.Malet, Le Baron Haussmann et la Rénovation
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(75)M.Cabaud, Paris et les Parisiens sous le
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L´urbanisme parisien á l´heure
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(77)H.Maneglier,Paris imperial: la vie quotidianne sous
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(124)R.Mouriaux, Le syndicalisme en France.

(125)Amaro del Rosal, Los congresos obreros
internacionales en el siglo XIX. De la jo- ven Europa a la
Segunda Internacional.

(126)A.Kriegel, Las internacionales obreras.

(127)M. Nettlau, El sindicalismo revolucionario en
Francia.

(128)Mark Hudson, El rango y la militancia de
trabajadores metalúrgicos de archivos en Francia y Gran
Bretaña, 1890-1918.

(129)G.Hanotaux, Histoire de la nation
française.

(130)Daniel Kersffeld, George Sorel: Apóstol de
la violencia.

(131)M.Nettlau, El sindicalismo revolucionario en
Francia.

(132)Juan María Laboa, Historia de la
Iglesia.

España: escaso
desarrollo económico e inestabilidad
político-social

Los problemas de la economía española y
las tensiones de la sociedad

española salieron a la superficie en forma de
conspiraciones, tumultos y rebeliones.  Entre 1804 y 1808 la
política de Napoleón con respecto a
España pasó de la intervención
al desmembramiento y al derrocamiento de los
Borbones. Napoleón,en marzo de 1808, creía
tener dos opciones para España y, al mismo tiempo que
negociaba con los Borbones la cesión de la orilla
izquierda del río Ebro, preparaba secretamente su
destronamiento.En  España no hacía falta tener
una gran perspicacia para ver que los ejércitos franceses
no estaban allí para vigilar la ruta hacía
Portugal,sino para ocupar toda la península.

Godoy también era consciente de que los franceses
estaban dispersando tropas españolas en Portugal sin hacer
caso de sus órdenes de que se concentraran.  En esas
circunstancias, era razonable iniciar una acción defensiva
contra Napoleón y, por ello, decidió trasladar la
corte a Aranjuez como preludio a su traslado a Andalucía y
luego a América.  El gobierno era presa
de la confusión.  La mayor parte de los ministros no
estaban de acuerdo con los proyectos de Godoy; el
Consejo de Castilla rechazó sus órdenes y la
oposición hizo correr el rumor de que planeaba secuestrar
a la familia real para salvar su propio pellejo. (1)

En la noche del 17-3-1808 hubo un motín en
Aranjuez protagonizado por una muchedumbre de soldados,
campesinos y trabajadores del palacio.  Godoy se
escondió en su casa, para aparecer el 19 de marzo,
hambriento y sediento,siendo detenido y maltratado por la
multitud. Era ahora el príncipe Fernando quien tomaba
las decisiones.  Perdonó a Godoy y le salvó de
los rebeldes, pero fue sometido a un duro encarcelamiento. En
Aranjuez hubo un nuevo motín, solicitando la
abdicación de Carlos IV, quien, abandonado por sus
ministros y cortesanos y en medio de una fuerte
conmoción,abdicó en favor de su hijo y
heredero. Mientras tanto, en Madrid, las casas de Godoy y de
su familia y sus amigos fueron atacadas. La
proclamación del nuevo rey restableció el orden,
pero no antes de que Miguel Cayetano Soler, ministro de Hacienda,
hubiera sido asesinado. El 23 de marzo,el general Murat
entró en Madrid al frente de las tropas francesas. Al
día siguiente, Fernando VII, el "deseado", hizo su entrada
triunfal, creyendo que los fran-

ceses habían llegado para salvarle y apoyarle.
(2)

El motín de Aranjuez no fue una rebelión
"popular". A su frente estuvieron el Príncipe de
Asturias y sus seguidores,fue organizada por los grandes y por
los nobles titulados, protagonizada por el ejército y por
la multitud y activada a nivel popular por el radical conde de
Montijo. Los mo- narcas estaban convencidos de que Fernando
era el autor tanto de la cons- piración de El Escorial
como de la revuelta de Aranjuez, siendo su objetivo apartar a
Godoy y destituir al rey.No se trataba simplemente de un golpe de
Estado para sustituir a un gobernante por otro. El Consejo de
Castilla, que participó en la conspiración propuso
introducir cambios en el sistema de gobierno y que se convocara
una junta extraordinaria de "vasallos instrui- dos".En otras
palabras,la revuelta fue planeada no sólo para liberarse
de Godoy, sino para cambiar la monarquía, instaurando
simultáneamente un nuevo monarca, introduciendo un
gobierno aristocrático frente a un gobier- no de favoritos
y burócratas. (3)

La revuelta no habría triunfado sin el apoyo del
ejército que Godoy había hecho llegar a Aranjuez
desde Madrid. Los militares se oponían a Godoy y a
todo cuanto representaba y no fue difícil conseguir que
las tropas participaran en el golpe.Si en Aranjuez
se produjo un golpe militar, hay que decir que fue un golpe
aristocrático.Su base social era la alta nobleza, decidida
a librarse de Godoy y a manipular un gobierno alternativo bajo
Fernando VII.  Fue también una reacción
clerical, apoyada por elementos de la Iglesia resentidos por las
iniciativas de Godoy sobre las propiedades
eclesiásticas. Finalmente, y superficialmente, la
revuelta fue apoyada por los ilustrados, que desde hacía
mucho tiempo habían perdido la esperanza en Godoy y que
nada tenían que perder. Una de las primeras
decisiones de Fernando VII fue la de amnistiar a todos los
condenados por la conspiración de El Escorial, la de hacer
regresar del exilio a Jovellanos, Cabarrús, Urquijo y
otros y la de revocar una serie de órdenes de Godoy, como
la venta de las propiedades eclesiásticas.  Estas
medidas iban dirigidas a dar una impresión de reforma,
efímera y totalmente inconsecuente con la forma de ser de
Fernando. (4)

No hubo vencedores en Aranjuez. Godoy fue
afortunado de poder esca-par con vida y pasó el resto de
ella en el exilio. Carlos IV y Mª Luisa
abdicaron y fueron enviados a Francia. Los
fernandistas comprendieron que habían cometido un error de
cálculo y que Napoleón había enviado sus
tropas no para liberarles de Godoy sino para quitarles a
Fernando.También él fue enviado a Francia y, en
Bayona, los Borbones españoles, en medio de
recriminaciones mutuas, fueron obligados a abdicar,el 10 de
mayo,en favor del candidato del emperador, su hermano José
Bonaparte. Pero tampoco Napoleón resultó
vencedor. Al principio, el pueblo español acusaba de
todo a Godoy, pero pronto descubrió que las cosas no eran
tan simples y que España tenía muchos problemas,
algunos de ellos propios, otros importados del otro lado de los
Pirineos.El pueblo se levantó contra los franceses, se
unió a los británicos y revitalizó, con
mayor confianza, más fuertes intereses y, finalmente, con
más éxito, la alianza de 1793. (5) 

Estos singulares acontecimientos contenían un
nuevo mensaje:la monarquía no era inviolable,la forma de
gobierno no era inmutable. El futuro reservaba todavía una
dura lucha entre la reacción y la reforma.La revuelta de
Aranjuez, pese a sus limitaciones, dejó una huella
indeleble en la España borbónica, significando el
fin de una era y el comienzo de otra nueva.(6)

Pocos españoles pudieron lamentar que terminara
el S. XVIII y muy pocos salieron de ese siglo sin algún
sufrimiento. Los 15 años transcurridos entre 1793 y 1808
habían sido años de desastre y de
desilusión, durante los cuales el Antiguo Régimen
se internó por un camino de autodestrucción
acelerado por los conflictos externos e internos (una de
las primeras huelgas que se producen en España
es la de la Real Fábrica de Paños de Brihuega, en
Guadalajara, en 1730). La monarquía borbónica,
que Carlos III había situado en el cénit de su
eficacia para restablecer la economía y el poder de
España, se hundió en 1804-1808 en un tumulto de
crisis agrarias e invasiones externas, incapaz de alimentar y de
defender a su pueblo. (7)

En Vizcaya se produce un conflicto social, de
carácter nobiliario en 1804. Este conflicto, conocido como
la Zamacolada, resumió en sí las di-ferencias entre
la villa y la tierra llana. Fue un enfrentamiento entre campo y
ciudad. En la Zamacolada se produjo también un
enfrentamiento entre el campesinado y la nobleza rural.
(8)

El conflicto surge cuando Simón Bernardo de
Zamácola concibió el pro- yecto de crear un puerto
en el Nervión, que acabase con los privilegios que
tenía Bilbao. El puerto se ubicaría en Abando.
Además de esto presentó un proyecto para implantar
en Vizcaya un servicio militar.

Las Juntas de Guernica acordaron que en la anteiglesia
de Abando se construyese un puerto libre, independiente de la
jurisdicción del Consulado de Bilbao, puerto que se
pondría en comunicación con el mar, desviando el
cauce del Nervión, conduciéndolo por las vegas de
Abando y Baracaldo. La Villa de Bilbao y su Consulado se
opusieron a este proyecto tenazmente.(9)

Las Juntas Generales nombraron Comisionado en Cortes,
para defender los intereses del Señorío,a
Simón Bernardo de Zamácola,que consiguió que
el Consejo en pleno aconsejara al Rey resolviera la
construcción del nuevo puerto. Recurrieron el Ayuntamiento
y el Consulado de Bilbao consiguien- do la suspensión,
mandando se examinaran de nuevo los planos y proyecto.

El 16 de agosto estalló la tempestad pues grandes
turbas procedentes de Abando y Begoña a las que se
añadieron Deusto, Baracaldo y Erandio,ocu- paron Bilbao,
apresando al corregidor, diputados, consultores y secretario del
señorío; Zamácola entre tanto se
refugió en Echarri-Aranaz. Todo esto obligó a
mandar a Bilbao un Comisionado Regio para formar el sumario de
los sucesos y castigar a los culpables. Es obvio que el proyecto
quedó en el olvido. (10)

El proyecto del servicio militar se enlazó con el
del Puerto de la Paz de Abando y la desaparición del uno
supuso la desaparición del otro. La zama- colada
resultó – pese a que el bloque rural no formara un grupo
compacto- el primer enfrentamiento directo entre notables de la
Tierra Llana y la Villa de Bilbao. (11)

El periodo de tiempo comprendido entre los años
1808 y 1833 se carac- terizó por una continuada
represión política e ideológica. Primero los
abso- lutistas contra los afrancesados y contra los liberales;
después la represión vino de la mano de los
liberales contra los absolutistas. Por fin, ya en 1823, otra vez
de los absolutistas contra los liberales.Y si en algo se
diferencia esta última represión,iniciada en los
primeros años de la década ominosa,de las otras dos
etapas represivas anteriores, es en que por fin se dejó
que fue- sen los propios tribunales eclesiásticos los que
se encargasen de castigar internamente a los elementos que
formaban parte de la propia Iglesia. (12)

       Por lo que se
refiere en concreto al conjunto de eclesiásticos
represalia- dos en la diócesis de Cuenca a partir de la
victoria absolutista de 1823,cuya documentación, bastante
interesante,se conserva entre los fondos del Archi- vo
Diocesano,los procesos abiertos pueden ser divididos en dos
grupos cla- ramente diferenciados, aunque a la hora de la verdad
los efectos provoca- dos en los sacerdotes expedientados fueran
en esencia similares. Por una parte, los religiosos acusados de
pertenecer a la sociedad secreta de los Comuneros, célula
que debió resultar particularmente activa en una peque-
ña ciudad de provincias como Cuenca,si tenemos en cuenta
por lo menos la documentación conservada en los fondos de
la sección de Audiencia de dicho archivo; por otra parte,
los que fueron acusados sólo de haber partici- pado en
algunas actividades públicas, llevadas a cabo por los
miembros de la ideología liberal, o en defensa de
ésta. Tanto en un caso como en el otro, las primeras
averiguaciones fueron llevadas a cabo por el general Jorge
Bessieres, cuando ocupó militarmente la capital de la
diócesis; éste solicitó y logró del
obispo el permiso necesario para registrar hasta el último
rincón de las iglesias de la ciudad. Como resultado de
este registro pudo encontrar interesante documentación
que, convenientemente requisada por sus tropas, permitió
detener a un grupo relativamente numeroso de
liberales,eclesiásti- cos y laicos. Creó entonces
una junta con el encargo de juzgar a todos los detenidos,
nombrando como notario de la misma a Felipe Ramírez de
Brio- nes, escribano de la ciudad.

      Entre los
eclesiásticos acusados de formar parte de la sociedad
secreta de los Comuneros figuraba Manuel Molina, capellán
de coro de la catedral, natural del pueblo cercano de Poveda de
la Obispalía.(13)A pesar de que en su declaración
niega haber pertenecido a la comunería,las tropas de
Bessie- res le habían incautado sellos y diferentes
papeles comprobatorios del deli- to. En una declaración
posterior, firmada por el acusado en 1824, reconoció por
fin su delito después de que otros eclesiásticos ya
hubieran confesado antes que él; confirmó
también haber formado parte de la sociedad, aunque
también informó de  "haberse separado en
enero de ese año, más o menos, por no acomodarle el
juramento que había prestado, enterado de que se aseguraba
que el Rey Nuestro Señor estaba incómodo con la
Constitu- ción…, e igualmente porque le habían
considerado inútil por la edad y poca asistencia a las
sesiones". En petición realizada ese mismo año
al Provisor eclesiástico, suplicó que se le
declarase comprendido en el decreto de agos- to de 1824 por el
que Fernando VII indultaba a cualquiera que hubiera per- tenecido
a sociedades secretas. El expediente parece estar incompleto,
pues carece de la resolución final que hubiera tomado el
Provisor en este senti- do, decisión que otros expedientes
paralelos sí contienen.

       Los otros dos
expedientes incoados contra sacerdotes comuneros dan alguna
información más completa sobre la actividad de esta
sociedad secreta en la capital de la provincia. Uno de estos
eclesiásticos es Isidro Calonge, religioso mercedario
exclaustrado, natural de Campo de Criptana, en la provincia de
Ciudad Real, al cual se le habían retenido también
algu- nos efectos que el sacerdote tenía en su poder, y
que eran propios de la sociedad, y entre ellos los libros de
ésta y un sello. Consecuencia de ello, se había
visto obligado a pasar algunos meses retenido en las
cárceles públicas de la ciudad, de las que
salió tras el exorto librado por el señor Provisor
el día 27 de abril de 1824. En el testimonio de
confesión que se le tomó al sacerdote, éste
señaló que "a mediados del mes de octubre del
año pasado, impulsado a instancias de algunos otros, y
acaso amenazado contra su seguridad personal, se incorporó
como comunero en la merindad de esta capital, sin haber obtenido
banda ni carta, aunque es verdad ha asistido a sus sesiones,
aunque muy pocas veces y ninguna desde el mes de febrero,
habiendo recibido la primera noche la banda de don Pascual
García López, diputado de provincia, que se la dio
para este efecto." (14)

Así pues, en la denominada "Década
Ominosa" del reinado de Fernando VII, se va a producir una
importante persecución, encarcelamiento y ejecu-
ción de gran número de liberales ya fuesen laicos o
eclesiásticos. (15) El hecho más destacado tal vez
fuese la insurrección y, posterior fusilamiento, del
general Torrijos (Inmortalizado en el famoso cuadro de A.
Gisbert).En 1830 llegó a Gibraltar para promover una
insurrección contra el gobierno absoluto de Fernando
VII.Un antiguo compañero de armas, entonces gober- nador
de Málaga, Vicente González Moreno, le
tendió una trampa invitán- dole a desembarcar en su
ciudad bajo seguro.Una vez visto el engaño,Torri- jos y
sus 52 compañeros se batieron con desesperación
contra las tropas realistas que los cercaban, pero finalmente
hubieron de rendirse y fueron apresados en Alhaurín de la
Torre el 5 de diciembre y encarcelados en Má- laga. El
monarca les acusó de alta traición y envió
su orden:"Que los fusi- len a todos. Yo, el Rey". El 10 de
diciembre, en la dicha playa, fueron fusi- lados al alba, sin
juicio previo, incluyendo un joven de 19 años. La memo-ria
popular les hizo homenaje con esta copla:"Si Torrijos
murió fusilado,/ no murió por canalla o traidor,
/que murió con la espada en la mano,/defen- diendo la
Constitución". (16)

El odio del pueblo español hacia el rey Fernando
VII se constanta en esta versión de Trágala
adaptada al monarca:

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley
preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala
perro! /¡Trágala, trágala, /trágala
perro!.

Tú de la panza /mísero siervo /que la ley
odias /de tus abuelos.

Porque en acíbar y lloro ha vuelto /tus
gollerías y regodeos.

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley
preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala
perro! /¡Trágala, trágala, /trágala
perro!.

Busca otros hombres, /otro hemisferio, /busca cuitado
/déjanos quietos,

donde no sabe /que a voz en cuello /mientras vivieres
/te cantaremos:

Tú que no quieres /lo que queremos /la ley
preciosa /do está el bien nuestro.

¡Trágala, trágala, /trágala
perro! /¡Trágala, trágala, /trágala
perro!.

Dicen que el «¡Trágala!» /es
insultante /pero no insulta /más que al
tunante.

Y mientras dure /esta canalla /no cesaremos /de decir
¡Trágala!.

¡Trágala, trágala, /trágala
perro! /¡Trágala, trágala, /trágala
perro!|Trágala.

Canción popular,
Cádiz.

Las primeras acciones obreras tuvieron lugar en
Barcelona en 1823, cuando -según la prensa de la
época-"grupos de sediciosos saquearon los almacenes de los
hacendados y de los comerciantes". Surgieron así
enfren-tamientos entre obreros y patronos, de nuevo en 1827
y1831,con motivo de los salarios del tiraje de piezas textiles.
El más lejano precedente del sindi- calismo en
España, es el acuerdo de 2 de julio de 1834, entre los
industria- les y jóvenes obreros que fija en 33 canas la
longitud de la pieza. El 6 de agosto de 1835,la fábrica de
telas"Bonaplata y Compañía" y "El vapor" fueron
incendiadas en Barcelona.(17)Al día siguiente fue
ejecutado el obre- ro Pardiñas,como presunto autor del
incendio,y el 11 de agosto tres obreros más.A partir de
1838 los obreros comenzaron a asociarse y acudieron al
Capitán General de Cataluña, barón de
Meer,representante de la Comisión de
Fábricas,pidiéndole autorización para
asociarse. Los patronos estaban asociados desde 1833 en dicha
Comisión de Fábrica, pero los obreros no obtuvieron
la autorización solicitada. (18)

En Barcelona hubo corrida de toros, en la tarde del 25
de julio de 1835, como los toros no satisfaciesen los deseos de
los espectadores, al descon-tento siguió la
gritería, a ésta el destrozo de los bancos, y
finalmente la muerte de un toro que atado por las astas y
arrastrado por las calles sirvió de bandera a la
muchedumbre que tras él se iba congregando. A
continua-ción,la multitud pega fuego a varios conventos,en
varios de ellos son muertos algunos religiosos que no huyen. El
incendio de Barcelona se comuni-ca a diversos puntos convirtiendo
en cenizas grandiosos monumentos,como la estatua de bronce alzada
a Fernando VII por el conde de España.

Ante estos graves incidentes, en la ciudad condal, el
general Bassa acude a Barcelona el día 5 de agosto dejando
alguna tropa a media legua de la capital. Bassa se dirige
sólo al ayuntamiento. El palacio es asaltado, Bassa muerto
a pistoletazos y su cadáver arrojado por un
balcón.

Posteriormente son derribadas, en las puertas de la
ciudad, las casillas de los guardas, recorre las calles la
multitud sin que cosa alguna la contenga y alumbra aquella
espantable noche el horroroso incendio de la primera
fábrica de fundicion y de vapor establecida en
Cataluña. A la mañana si-guiente se preparaba un
asalto a la aduana y el interés propio alarmado con esta
tentativa acude a la fuerza,la cual dispersa a los amotinados.
Las auto- ridades forman una junta que envía un mensaje a
la reina, erigese otra junta con el titulo de
auxiliarel día 11 anuncia ésta
control a todo el principado, y el 19 dirige una solicitud a la
Regenta Cristina pidiendo la convocatoria de Cortes
constituyentes.

La explosión había estallado en otros
puntos, y Valencia, Aragón y An-dalucía
tenían también juntas que, como la de Barcelona,
fueron declaradas ilegales por un decreto de la reina de 2 de
septiembre en que se mandaba su disolución, se
destituiría a los empleados que las desobedecieran, eran
da- dos por nulos todos sus actos, y se imponían
responsabilidades a los indivi- duos de ellas. Este decreto fue
desoido y el día 9 la junta de Barcelona se
transformó en suprema de gobierno de
Cataluña,estando de acuerdo con las de Valencia y Zaragoza
vinieron a constituirse en estados federativos; y no fue poca
suerte para el gobierno que éstas tres provincias hermanas
no reconstituyesen la corona de Aragón como hubo mometos
en que se pensó verificarlo.

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