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Alianzas transversales, reconfiguración de la política y desarrollo urbano




Enviado por Héctor Poggiese


    Descriptores Temáticos:
    politica urbana; desarrollo urbano; redes sociales

    Presentación

    El trabajo se
    propone analizar las relaciones actuales entre desarrollo urbano
    y política, observando las tendencias dominantes y las
    contratendencias e hipotetizando sobre alternativas de invertir
    esa determinación.

    ¿Habría alternativas de futuro en las
    cuales la política, reconfigurada, pudiese influir en el
    desarrollo urbano, determinarlo de una cierta forma?

    ¿Un modo distinto de hacer la política
    urbana, sostenido en alianzas
    transversales tiene probabilidades en ese futuro?

    ¿Pueden percibirse en la actualidad
    potencialidades, algún atributo, ciertas condiciones para
    esas probables alternativas?

    Contradicciones. El
    desarrollo urbano vs. la
    desurbanización

    Las grandes reurbanizaciones inmobiliarias expresan en
    la actualidad la dinámica económica del desarrollo
    urbano reproduciendo un modelo
    espacial y de consumo
    enceguecedor: la calidad de
    vida urbana estará dada por los monumentales
    emprendimientos que se reinsertan en las antiguas estructuras
    urbanas. Antes las ciudades se organizaron en torno al asiento
    de las industrias y
    tomaban las formas que aseguraban ese funcionamiento. En la
    actualidad hay menos (o no hay) industrias, sino que una industria
    dominante que la de hacer y rehacer la ciudad, reordenando sus
    espacios y sus usos.

    Hay un caso paradigmático en el que se descubre
    el solapamiento entre la fase de desarrollo urbano basada en la
    acción
    del estado como
    actor "promotor" del desarrollo y la nueva etapa donde el estado lo
    que hace es "promover la búsqueda/aparición de los
    promotores del desarrollo". Es el del ex albergue Warnes, en la
    ciudad de Buenos
    Aires.

    Abandonado desde la década de los 50, a principios de los
    90 aparece la posibilidad de resolver el conflicto con
    los propietarios del terreno, cuya posesión tenía
    el estado. Se relocalizaron los habitantes de los predios
    abandonados, las construcciones fueron dinamitadas.

    Sin embargo en los albores del neoliberalismo
    urbano, hubo un viraje de orientación de la dirección política urbana y se
    prefirió esperar que el mercado
    resolviera con alguna propuesta viable la utilización del
    predio. El estado municipal prefirió renunciar a la
    posibilidad que tenía de, asociado a los dueños de
    la tierra (que
    en parte era también municipal) realizar una
    urbanización progresiva que reorganizara lentamente el
    barrio y posibilitara también una adaptación de los
    sectores públicos y residenciales que lo rodeaban en su
    entorno inmediato (un Parque sede de facultades de
    agronomía y veterinaria,
    hospital y asilo de ancianos, ferrocarriles, asilo de menores,
    barrio de residencia-industria).

    El mercado demoró casi una década hasta
    que Carrefour compró a los propietarios y realizó
    un proyecto que en
    menos de dos años y con sólo cumplir una parte del
    mismo (el hipermercado y un túnel en el cruce ferroviario)
    transformó velozmente el área. En paralelo, la
    Universidad de
    Buenos Aires, embretada entre la crisis
    financiera y las perspectivas de aumento de matrícula en
    las facultades nombradas, favorecidas ahora por el acceso del
    túnel y la urbanización iniciada, se lanzó a
    aumentar sus edificios en el Parque, acrecentando también
    la cantidad de vehículos y reduciéndose el acceso
    comunitario al parque, ya restringido en la época
    militar.

    En síntesis,
    el mercado capitalista inmobiliario resuelve financieramente la
    urbanización y de inmediato la respuesta de los otros
    actores públicos es transformar el área verde en
    edificada. En síntesis, donde había un área
    vacía de 19 hectáreas y un parque de medidas
    semejantes disponible, habrá ahora un hipermercado, un
    grupo de
    torres y un parque, que al mismo tiempo se
    reduce, se cierra y transforma su uso en sede de edificios
    universitarios. Durante 40 años el vecindario
    reclamó por la urbanización del área
    vacía y ahora tiene que reclamar por los efectos finales
    de la urbanización (i).

    La globalización reurbanizante, las políticas
    urbanas y la calidad de la
    vida urbana

    En Buenos Aires ya se perciben, sobre áreas
    nobles y tradicionales que han sido representativas de un
    patrón de estructuración urbana bien
    característico: baja densidad de
    edificación, calles arboladas, tejido urbano residencial
    homogéneo, la presión de
    la ciudad global. Esos sectores asumen ya el papel inicial de
    centros gastronómicos y de amenidades en la forma de
    servicios para
    el centro hotelero y de servicios a los negocios,
    modificando la calidad de la vida residencial y acelerando la
    expulsión de unos (los de menores recursos) y la
    retirada gananciosa de otros (de recursos medios o
    altos) que venden sus propiedades a alto precio.

    En el barrio de Palermo Viejo (ii), la reforma del
    Código
    de Planeamiento
    Urbano no es categórica respecto a la altura e intensidad
    de edificación, dejando abierta la posibilidad de que
    propietarios de grandes terrenos (que se pueden conseguir por
    englobamiento de parcelas menores) puedan obtener normas especiales
    para su uso, y por ende puedan ser aceptados los edificios en
    torre. El mismo barrio es localizado por el Plan Urbano
    Ambiental en el llamado Corredor Norte, zona de la mayor densidad
    de población, de edificación y de las
    inversiones
    inmobiliarias más importantes, que es como considerarla la
    reserva para la expansión del mercantilismo
    inmobiliario.

    En Rio de Janeiro fue disuelto el Consejo Municipal de
    Políticas Urbanas (Compur) a quien le cabía la
    responsabilidad de creación de los Proyectos de
    Estructuración Urbana (PEUs) que representa un plan
    director y ley
    orgánica por barrio.

    Esa medida tuvo un efecto generalizado liberando la
    libertad de
    uso de las "operaciones
    interligadas, mecanismo que permite autorizar construcciones
    fuera de las determinaciones urbanísticas del área
    siempre que hubiera compensaciones financieras. Eso ha desatado
    un conjunto de urbanizaciones gigantescas, entre ellas los apart
    hoteles en los barrios y colocado
    a Rio en la estela de la carrera inmobiliaria de la década
    del 70 que produjo urbanizaciones críticas. La
    tensión subsecuente está dada por la lógica
    de una secuencia perversa. Los beneficios de las inversiones
    inmobiliarias "extra patrón barrial" se utilizarían
    para financiar las inversiones en las favelas, por el Proyecto
    Favela-Barrio (hacer de la favela un barrio), pero en los hechos
    eso se consigue cambiando las condiciones de vida del resto de
    los barrios residenciales de clase media,
    dicho con humor carioca, a través del "Proyecto
    Barrio-Favela" (hacer del barrio una favela) (iii).

    En Costa Rica los
    territorios están recibiendo acelerados procesos de
    transformación productiva pero se reclama por la necesidad
    de un plan Urbano Territorial como política de estado, y
    por una institucionalización efectiva de los controles
    sobre las donaciones e inversiones que ingresan al país.
    Es riesgoso el fortalecimiento de estructuras paralelas
    semiprivadas que canalizan los recursos "país" en ausencia
    de un aparato institucional estatal para el control de los
    fondos. El área metropolitana de San José aparece
    como el principal núcleo de impacto ambiental
    y se teme la falta de controles permita nueva zonas de
    urbanización que alcancen los desequilibrios extremos de
    la zona sur de la ciudad (iv).

    El desarrollo urbano y los
    desastres

    Los desastres de origen natural y tecnológico
    están a la orden del día en las grandes ciudades y
    la recurrencia de grandes catástrofes (inundaciones,
    derrames tóxicos y otros) es previsible, como es
    también previsible que la incertidumbre sobre el comportamiento
    de los sistemas ha
    aumentado. El tema, que no es abordable por una o algunas
    disciplinas, excede lo sectorial y está instalado en un
    área de intersección entre el estado y la sociedad.

    El mercado de la acumulación y la rentabilidad
    no encontrará rindes satisfactorios ni retornos
    rápidos invirtiendo en la prevención y
    mitigación de los desastres.

    Resulta insuficiente el abordaje conceptual que nos dice
    "…es la propia naturaleza de
    un evento la que nos lleva a una situación desastrosa…"
    o sea la situación de emergencia donde hay que actuar,
    atender su impacto reconstruyendo o compensando los
    daños.

    Esta concepción proviene de las ciencias duras
    y de un modelo político a partir del cual se interviene
    desde las estructuras de seguridad, a
    través de organizaciones
    definidas por el Estado como especializadas –la Defensa Civil,
    las Fuerzas Armadas– sin habilitar otras formas de
    intervención.

    Nuestro enfoque teórico sustenta que no hay
    desastres
    naturales sino que –aun teniendo origen en
    fenómenos naturales, tecnológicos,
    antrópicos– los desastres son, en esencia, una
    construcción social, el resultado de un
    proceso de
    ocupación y de producción que, como "desarrollo" ha
    vinculado la vida humana con la naturaleza. En verdad se llega al
    desastre por un estado de exposición
    anterior al evento, el desastre no es otra cosa que la
    afirmación de las cuentas negativas
    del desarrollo adoptado. Traducido a las ciudades, los desastres
    representan las cuentas negativas del desarrollo urbano respecto
    a los items social y ambiental.

    Frente a ciertas amenazas no podemos intervenir o no
    tenemos con qué, pero es posible actuar sobre la
    vulnerabilidad. Esto significa actuar sobre el riesgo,
    reduciendo lo que exponemos a un evento que necesariamente se va
    a producir y va a generar algún impacto. Los mapas de riesgo
    con participación comunitaria no sólo traen la
    percepción social de los riesgos sino
    que permiten reflexionar sobre la historia del desarrollo de
    la ciudad. No es lo mismo concebir a los desastres como una carga
    o un obstáculo de la fatalidad al desarrollo de las
    ciudades y a la calidad de vida de sus habitantes, que concebir
    al desarrollo urbano como responsable de los
    desastres.

    Algunos trabajos en esa línea han sido bastante
    aleccionadores y han re creado la conceptualización de la
    relación del medio ambiente
    construido, es decir lo urbano, con el medio ambiente que
    es el soporte natural de la ciudad (v) Tal vez la más
    importante es que vecinos, organizaciones sociales y
    gubernamentales locales coinciden en que toda la micro
    región debe ser declarada zona inundable, con normativa
    para su tratamiento especial, que ayude a superar la
    estigmática desventaja ambiental. Pero la coincidencia
    más detonante es la de impulsar un proceso progresivo de
    reurbanización y desurbanización que revalorice la
    zona, reconquiste la ecología y recupere
    espacio no edificable, combinando espacio verde y usos cotidianos
    y productivos necesarios a la ciudad.

    La percepción comunitaria del riesgo –que
    resulta de la interacción efectuada durante el
    proyecto– es ambientalista, como reconstrucción
    "ayudada" de la relación entre soporte natural y
    urbanización, entre cuenca y ciudad, entre medio ambiente
    natural y medio ambiente construido. El punto de
    equilibrio, en cuanto "progreso", no está
    necesariamente adelante, si consideramos la propuesta de
    desurbanizar.

    Las metrópolis de
    servicios y los servicios a las
    metrópolis

    El desarrollo local aparece como paradigma
    frente a la
    globalización mundial. Sin embargo no se tiene
    suficientemente en cuenta que esa globalización premia y
    castiga: en el ámbito territorial eso es por demás
    evidente. Basta recorrer la observación sobre los territorios para
    descubrir que el modelo de desterritorialización de la
    economía
    opera como un fuerte distractor de energías y un diligente
    redistribuidor de inequidades espaciales y sociales. Así
    como hay regiones ganadoras y perdedoras, hay ciudades, pueblos y
    gentes que ganan y otros que pierden con ese modelo; según
    algunas investigaciones
    periodísticas son unos 430 pueblos argentinos que pueden
    desaparecervi, y ser llevado a remate, como Los Catutos en la
    provincia de Neuquen (vii).

    Para muestra vale
    comentar la tendencia que están experimentando algunos
    municipios de Argentina.

    En un municipio pequeño de la periferia de
    Córdoba se discute la conveniencia ambiental de aceptar en
    su jurisdicción el tratamiento de los residuos
    radioactivos (uranio), prohibido de ser realizado en la capital
    provincial donde se originan. Rosario del Tala, municipio de la
    región agrícola deprimida de Entre Ríos se
    está postulando para recibir residuos nucleares que desde
    hace años el pueblo de Gastre, en Chubut, rechaza
    (viii).

    La tendencia de los municipios de la Provincia de Buenos
    Aires, localizados en la región conocida como Pampa
    Húmeda que un siglo atrás fue la que
    sustentó con su producción de granos y carnes el
    desarrollo nacional, es estrictamente direccionada a obtener se
    localicen en esos pueblos, hoy en decadencia económica,
    los servicios que demanda el
    Área Metropolitana de Buenos Aires.

    En la dicha provincia, varios municipios pujan por
    obtener (algunos ya lo han conseguido) la localización en
    sus territorios de las prisiones que recibirán los presos
    de la cárcel porteña de Caseros (ix), como una
    solución al problema de la falta de actividades
    productivas y empleos. El municipio de Tapalqué x por otro
    lado quiere que la planta de tratamiento de residuos urbanos de
    la Capital Federal y el conurbano se traslade allí; con el
    apoyo firmado por la mitad de sus 7500 habitantes el intendente
    solicita el gigantesco basural para paliar la crisis de empleo. En
    Pinamar, por el contrario, con el fin de dar seguridad a los
    turistas y proteger la oferta
    turística que sustente el desarrollo local, se discute
    alambrar los límites
    municipales (xi).

    Esto muestra que las búsquedas locales de
    soluciones a
    su desarrollo se canalizan a desarrollar los servicios menos
    atractivos aunque voluminosos de la gran ciudad (depósitos
    de residuos, guarda de delincuentes) en la expectativa de obtener
    empleos y actividad económica.

    Tendencias en los
    modelos de
    formulación de la política urbana

    En este punto se hace necesario trazar los grandes
    rasgos caracterizadores de las modalidades para producir
    política urbana que se perciben como tendencias, sean
    dominantes y confirmadoras del modelo ciudad mundial, sean
    confrontativas e innovadoras al referido modelo.

    En estos tiempos es habitual recurrir a un esquema
    interpretativo basado en un triángulo relacional entre
    sectores: se habla de un Tercer Sector (la sociedad civil,
    organizaciones de la comunidad) por lo
    que se acepta la idea de que hay otros dos "sectores" a la
    sazón el Estado y el Mercado, sin que nadie haga
    referencia a cuál de ellos es el Primero y cuál el
    Segundo (xii). El esquema del triángulo constituye una
    tentación en la que caen algunos analistas y ensayistas
    que olvidan u omiten que esas relaciones son dependientes. En
    intensidad, dependen del poder de cada
    sector y en orientación, de los intereses
    (económicos, ideológicos, culturales,
    políticos) de cada sector.

    El tercer sector no está inmune frente a los
    procesos económicos y políticos neoliberales: el
    mercado (las grandes empresas
    nacionales y transnacionales y los grupos
    financieros), sustentando –como ideas fuerza
    algunos valores de
    alcance universal que no son cuestionados (los grandes relatos)
    como la igualdad de
    oportunidades, la sustentabilidad ambiental, la ética de
    la solidaridad,
    está invirtiendo recursos en la conformación de un
    tercer sector acoplado a sus intereses particulares
    (xiii).

    Observando el esquema triangular con estas precauciones
    se hace más fácil describir las alternativas de
    polaridad de los procesos decisorios e identificar por lo menos
    tres modalidades bastante diferenciadas:

    • Modalidad palaciego-corporativa

    En primer lugar hay una tendencia sostenida y
    condicionada por las demandas presentes y potenciales de las
    corporaciones trasnacionales y sus socios locales, que genera un
    mercado de tierras y de inversiones urbanas ajustado al principio
    de reocupar áreas urbanas funcionales a las modalidades
    que la globalización prefigura para las grandes ciudades.
    Los proyectos inmobiliarios en torno a la
    refuncionalización y recalificación de áreas
    antes descalificadas obtienen una mejora en la tasa de
    rentabilidad urbana y múltiples actores económicos
    y políticos se enredan y desenredan a un ritmo vertiginoso
    tras las oportunidades existentes o creadas.

    Estos actores, en su mayoría empresas, pero
    también bancos
    financistas, intermediarios, consultoras técnicas,
    estudios de arquitectura,
    políticos y funcionarios, seleccionan proyectos que
    impulsan en todos los ordenes, febrilmente, a favor de la
    tendencia instalada y de la expectativa localizada en las esferas
    de los estados, que cada vez más débiles,
    están ávidos de inversiones privadas.

    La modalidad es consecuencia de la explotación de
    relaciones y de un marketing
    orientado a interesar los decisores políticos en negocios
    corporativos, sin renunciar a la intriga palaciega si hiciera
    falta. El centro decisorio de las decisiones urbanas se ha
    corrido del estado y está en el mercado al que los
    gobiernos concurren y optan siguiendo sus
    preferencias.

    Esta modalidad es típicamente
    palaciego-corporativa: informal y oculta, solo accesible a los
    interesados en los negocios, no responde a ningún plan y
    sí a una palabra de orden –idea fuerza–
    coyuntural que hace de las antesalas del palacio un sitio del
    mercado, formando un tipo de funcionario flexible con el mercado,
    restrictivo con la comunidad (xiv)..

    Podemos comentar un caso ilustrativo de este modelo. En
    Buenos Aires, antes de la autonomía de la ciudad, muchas
    de las decisiones urbanas correspondían al gobierno
    nacional. El debate sobre
    la localización del Aeroparque local (cabotaje y algunos
    vuelos internacionales a Uruguay y
    Brasil)
    cobró intensidad a favor del aprovechamiento inmobiliario
    de sus valiosos terrenos, próximos al Río de la
    Plata y en medio de una zona urbana de alto nivel de renta.
    Treinta años atrás en un plan director de la ciudad
    se había colocado la idea de construir una isla en el
    río para su traslado. Un asesor especial (xv) del
    presidente comenzó a promover por los medios de prensa un
    proyecto, elaborado por un pool de empresas francesas, para
    concretizar dicho traslado. El anuncio de ese proyecto fue
    después de la sanción de la Constitución Federal y antes de la
    convocatoria a la Asamblea Estatuyente de la Ciudad de Buenos
    Aires, a partir de la cual la injerencia del gobierno nacional
    respecto a la ciudad habría de terminar. Los intereses
    económicos que sustentaban el proyecto no querían
    correr el albur de un gobierno local que tuviese otra
    orientación para las decisiones urbanas.

    La creación de una opinión favorable al
    proyecto buscaba también demoler la resistencia
    formal por parte de la Municipalidad, que en su carácter de propietaria de esas tierras las
    había cedido en uso a la Nación
    para esos fines, debiendo recuperar su domino en caso de
    desafección de su uso como aeropuerto.

    • Modalidad
      tecno-partidocrática

    En segundo lugar una modalidad en la cual es central el
    papel del gobierno en gestión
    del estado, orientada por la delegación representativa:
    bajo el argumento de que el sistema electoral
    crea una democracia
    delegada por el cual otorga a los representantes electos, la
    responsabilidad y la competencia para
    determinados temas, se suele esconder una mayor
    predisposición a asegurar la continuidad personal y
    partidaria en esas posiciones gubernamentales, que a ampliar las
    bases democráticas de las decisiones.

    Esta modalidad es típicamente
    tecno-partidocrática: se organiza en una simbiosis entre
    técnicos y políticos en mérito a su
    vinculación partidaria. La centralidad está dada
    por la acción gubernamental y por el impulso que tienen
    los programas desde
    los lugares estatales pero la lógica ordenadora es la
    lealtad partidaria. El lobby
    empresarial y la presión comunitaria son aceptados como
    inputs imprescindibles pero controlables frente a las
    definiciones políticas de los núcleos partidarios
    en posiciones de gobierno. Aunque el principio es que la
    acción gubernamental es equidistante y neutral respecto a
    los sectores esta modalidad tiende a formar funcionarios
    propensos a negociar con los lobbystas del mercado y a manipular
    al sector social.

    Los mecanismos de la democracia semidirecta son
    tolerados como una forma expresa, aunque no siempre respetada, de
    autocontrol democrático y, a veces, impulsados como
    contrapeso a los peligros de desvíos de
    incomunicación con la sociedad o de corrupción
    ante los negocios.

    Los mecanismos participativos son incómodos y
    disfuncionales al modelo pero necesitan ser "mostrados". A partir
    de allí se generan todos los juegos de
    entretenimiento vanos, sin aproximación a las decisiones,
    de consultas "participativas" y la manipulación,
    –expresada en poner a discusión como alternativas un
    grupo de posibilidades previamente escogidas en escritorios
    cuando se han desechado otras que no se discuten o cuando se
    presentan como alternativas opciones que para el sistema
    técnico–político son indiferentes, porque una
    u otra van al mismo objetivo– se transforma en una constante
    aunque maquillada.

    • Modalidad
      participativo-democratizadora

    Si en las modalidades anteriormente explicadas la
    centralidad está dada desde alguno de los vértices
    del esquema analítico que llamaríamos el
    "triángulo de los grandes sectores" (el vértice del
    mercado en la modalidad palaciego-corporativa y el vértice
    del estado en la modalidad tecno-partidocrática), no
    sucederá lo mismo en la modalidad
    participativo-democratizadora. No será desde el restante
    vértice del triángulo (el tercer sector) desde
    donde la modalidad se imprime sino sobre la conexión mutua
    entre dos vértices: el estado y el tercer
    sector.

    Esta modalidad es innovadora por que se sustenta en los
    siguientes principios rectores:

    a) La iniciativa puede ser de uno u otro pero el
    procedimiento
    metodológico y los escenarios de planificación y de gestión
    serán los mismos.

    b) La identificación de temas del desarrollo
    urbano-socio-ambiental que abandonados por el estado en su
    achicamiento quedan sin asignación de responsabilidades
    pero no son aceptables ni tolerables por el mercado, como, por
    ejemplo: la multietnicidad y el pluralismo cultural; las
    catástrofes y desastres; el desarrollo local en zonas
    sin rentabilidad económica; los valores
    de la calidad ambiental en urbanizaciones "pre ciudad global";
    la socio economía o las economías solidarias como
    formas no capitalistas en el mercado; el desarrollo de la
    capacidad popular en la toma de
    decisiones en la ciudad.

    c) La perspectiva de una influencia mutua en el
    sentido de que la recuperación y recomposición de
    un sector depende de la recuperación del otro, tal como
    se aborda en un trabajo anterior (Poggiese et all,1999: pp174),
    es la manera en que sociedad y estado estarían en
    mejores condiciones para poder coparticipar en el proceso de
    toma de decisiones: "El estado y la sociedad deberían
    entender que se necesitan para fortalecerse y que abriendo el
    juego hacia
    la co-gestión facilitan la transparencia, el control, la
    integración y un trayecto hacia una
    sociedad más democrática y equitativa. Lo que
    significa también que deberían "entenderse" de
    otro modo (…) con un método
    de acción que ponga en igualdad de situación a
    ambos. En lo que respecta a los sectores sociales,
    capacitándolos para negociar con el estado. En lo que
    respecta al estado, capacitando a sus funcionarios para
    entenderse con la sociedad…" La prioridad que los
    reúne es la de explicitar pactos específicos
    sobre cómo tratar esos temas, crear una
    asociación "previa" al debate con el mercado.

    d) Perseguir la democratización ampliada a
    través del aumento de la participación popular en
    las decisiones distribuyendo el
    conocimiento y la capacidad para hacerlo, popularizando el
    planeamiento y la gestión.

    Procedimientos de democracia
    semidirecta

    Entre las innovaciones que se vienen aplicando en la
    región para posibilitar la participación ciudadana, están los
    llamados mecanismos semidirectos de consulta, definidos por las
    constituciones nacionales o, también, por las
    constituciones de las ciudades, en los casos en que las
    legislaciones nacionales así lo permiten o determinan
    (xvi).

    Los instrumentos de democracia semidirecta más
    característicos y tradicionales son de difícil
    aplicación, engorrosos en su tramitación, insumen
    un exagerado esfuerzo colectivo y sus repercusiones
    podrían llegar a ser poco efectivas (xvii).

    La iniciativa legislativa o iniciativa popular, por
    ejemplo, exige una gran movilización pero el efecto
    obtenible es sólo que sea considerada en la legislatura,
    que tenga entrada como proceso legislativo. Ese mismo efecto lo
    obtendría igual cuando presentado por un
    legislador.

    La revocación de mandato, que supone eliminar el
    contrato de
    representación establecido por el voto, resulta
    impracticable por los requisitos para operarlo –en algunas
    constituciones se establece un mínimo de 20% del
    electorado para solicitarlo dentro de un período que es
    poco más de la mitad del mandato cuestionado.

    La audiencia pública es el procedimiento que
    está adquiriendo mucho respaldo y aplicación en
    varios países, son realizadas por lo general en un marco
    legal estricto y simbólico, vale decir, un lugar para
    oír. El sistema de audiencias públicas que interesa
    es el que se realiza formando parte de la formulación de
    leyes o de
    proyectos de gobierno cuando así lo mandan las normas
    básicas. En su formato más extendido y repetido,
    resulta ser apenas un intercambio unidireccional "oído en
    público" entre el proyecto gubernamental y los opinantes .
    Los legisladores y funcionarios, dado su origen electoral y su
    experiencia en los cuerpos colegiados, no logran abstraerse del
    mito del
    número (cuántos "a favor", cuántos "en
    contra"), mezclado con la cantidad y calidad de la
    representación (a cuántos, a quiénes y
    cómo representa el opinante).

    Si se trata de consultas no institucionalizadas por
    leyes, pero siendo importante la decisión a tomar, los
    gobiernos están prefiriendo un actor externo e
    internacional como garantizador de la transparencia de la
    consulta. Aun así el mecanismo es el mismo, unidireccional
    y sin intercambios.

    Se necesita otro tipo de audiencia que permita "dialogar
    en público", con posibilidades abiertas de intercambio y
    negociación, con perspectiva a la
    construcción de nuevos consensos y de definiciones
    precisas para los disensos (xviii).

    Otro aspecto menos discutido a las audiencias
    públicas, aunque no menor, es que pueden ser opcionales
    (los gobiernos pueden si quieren convocarlas) u obligatorias (la
    ley define los casos en los cuales no pueden omitirse). Existe, a
    veces, la posibilidad de eliminar la opcionalidad de los
    organismos de gobierno y transformarse en obligatorias si se la
    solicita cumplimentado un cierto porcentual de firmas del
    electorado, requisito que desmotiva antes que promover su
    utilización.

    Las modalidades tecno-partidocráticas tienden a
    utilizar la audiencia pública en busca de la conformidad
    social tanto a los proyectos gubernamentales originados en su
    sector, sea por iniciativa política o técnica, como
    a los proyectos gubernamentales en los que toman forma las
    iniciativas extragubernamentales (organizaciones vecinales,
    vecino, otros actores). En este caso se la considera en su
    valor de
    control de la población sobre las decisiones estatales.
    Ocurre a veces que se manipula la audiencia pública como
    forma de rechazar, destruir o controlar las prácticas de
    planificación que contienen un modelo superador de los
    anteriores, aunque la audiencia les quede chica porque el debate
    ha sido amplio y participativo y hasta la extenuación los
    decisores se arrogan descalificar tal procedimiento.

    Procedimientos de democracia
    ampliada

    Otros mecanismos de participación popular que se
    experimentan en los procesos de formulación de
    políticas urbanas pueden distinguirse como instrumentos de
    democracia ampliada o democracia participativa.

    El presupuesto
    participativo, como modelo estatal de organización y resolución del
    presupuesto de la ciudad que incluye la participación
    comunitaria de sus barrios y regiones, lleva ya más de una
    década de experimentación en Porto Alegre. En ese
    período no sólo ha adquirido reconocimiento
    nacional, latinoamericano y mundial sino que también es
    tomado como referente inspirador para otros gobiernos
    municipales: a fines del año 2000 eran ciento cuarenta las
    municipalidades del Brasil que estaban realizando programas de
    presupuesto participativo, siendo diversos tanto los modelos
    experimentados como los partidos en función de
    gobierno (xix).

    En 1989, en simultaneidad con el inicio de su
    implementación en Porto Alegre, comenzó en la
    Municipalidad de Buenos Aires una experiencia bastante
    próxima, el Programa de
    Talleres de Planeamiento y Gestión, que durante unos meses
    se aplicó en los barrios de la ciudad, con la finalidad de
    configurar un presupuesto particular para los proyectos barriales
    (xx). Esa iniciativa abortó en medio de su
    implementación por el rápido giro hacia el
    neoliberalismo que tomó el gobierno municipal,
    acoplándose a las políticas del gobierno
    nacional.

    En 1996 la Constitución de la Ciudad
    Autónoma de Buenos Aires dispuso muy claro y contundente,
    en su artículo 52, que "se establece el carácter
    participativo del presupuesto. La ley debe fijar los procedimientos de
    consulta sobre las prioridades de asignación de recursos"
    pero, cinco años después la Legislatura aun no
    preparó el proyecto de ley.

    En 2000 la Intendencia de Montevideo realizó
    asambleas descentralizadas en los Consejos Vecinales de sus
    dieciocho Zonas para establecer sus prioridades y líneas
    de acción poniendo en práctica la "modalidad del
    Presupuesto Participativo".

    El presupuesto participativo cumple el doble rol de
    ampliar participativamente la democracia y establecer
    prácticas co-gestivas en la política municipal,
    como lo resaltan inspiradores e investigadores (Fedozzi, 2000)
    porque:

    "…tratase (…) de um método de
    complemetariedade entre a representação
    tradicional (do Executivo e Legislativo) e formas de
    participação semidireta da
    população (…) representa una forma de
    democracia participativa em que a esfera pública ativa
    de co-gestão do fundo público municipal
    justificase na medida em que empiricamente, a estrutura e o
    processo de funcionamento do OP criou uma arena institucional
    consensualmente construída e permanentemente reavaliada
    na qual ocorre a produção e a
    seleção da opinião e da vontade
    política para a deliberação sobre os
    fundos públicos do Município…" (xxi) (la
    negrita está en el original) Un aspecto a reconsiderar,
    sin embargo, es que la aplicación de mecanismos de
    democracia semidirecta pudiera llegar a influenciar en la
    desconstitución de espacios sociales (Soares,
    Caccia-Bava, 2000).

    La autonomía organizativa del sector social
    podría reducirse por la circunstancia de existir un lugar
    institucionalizado de participación que suple a la
    organización social en tanto es utilizado como
    construcción de intereses populares y en esos casos
    podría llegarse a "… uma constatacao inusitada: a de que
    a criacao de mecanismos institucionalizados pode inibir, ao
    invés de fortalecer, a participacao popular…"
    (xxii).

    La planificación
    participativa

    Otro procedimiento de democracia ampliada es la
    planificación participativa, entendida no ya como un
    proceso instucionalizado desde el poder sino como un pacto
    acuerdo entre diversos actores del estado y la sociedad por el
    cual se preparan decisiones a través de procesos
    metodológicos específicos y reglas acordadas. Como
    el escenario de planificación gestión que se
    prepara es particular para cada proyecto o política y
    contiene una composición variada de personas e instituciones
    del medio gubernamental, comunitario, académico y otros,
    presupone que las relaciones entre ellos se van entretejiendo
    bajo la voluntad de todos. De una cierta forma crean las normas
    de intercambio y trabajo, construyen en la práctica un
    producto que
    los vincula.

    El proceso de relacionamiento es legitimador de las
    predecisiones preparadas, las que han sido así elaboradas
    en el marco de una vivencia democrática no conocida y
    diferenciada de las habituales, pero que permite actualizar y
    corregir –de común acuerdo los mandatos dados en las
    elecciones a los representantes.

    Quienes se consolidan en esta práctica llegan al
    convencimiento de que sus proyectos (los que han sido realizados
    con estos procedimientos) suelen ser tanto o más
    consistentes que los que se preparan por otros procedimientos
    técnicos convencionales, los argumentos que utilizan para
    rebatir las propuestas son muy sólidos, el proyecto es una
    predicción largamente preparada y sólidamente
    sustentada (xxiii).

    Alianzas

    La visión estratégica en los movimientos
    sociales urbanos

    La posibilidad de alianzas creativas y transformadoras
    de la política urbana depende en estas épocas de
    cómo se desarrolle la visión estratégica de
    los movimientos sociales urbanos. En la medida que los
    movimientos sociales se movilicen en términos de
    mecanismos tradicionales de presión los efectos
    serán beneficiosos sólo para algunos y frustrantes
    para los más, en la medida en que no cambie el modelo de
    desarrollo de nuestras ciudades por otro modelo que sin perder
    productividad
    la haga equitativa.

    Mientras tanto dominan la escena los mecanismos de
    presión directa de actores poderosos sobre los
    débiles. El clientelismo y el lobbysmo pueden ser
    consideradas formas de presión equivalentes utilizadas por
    sectores bien diferenciados.

    El lobby es la forma que usan los sectores privilegiados
    y poderosos del sistema para obtener regulaciones favorables de
    la acción estatal o impedir regulaciones que les fuesen
    desfavorables, ya que la presión puede orientarse por la
    acción o la omisión solicitada a los poderes
    gubernamentales.

    Las prácticas clientelares son definidas por el
    receptor y no por el dador. Éste es el estado, que
    privilegia atender unos (clientes) en
    desmedro de otros (no clientes, o clientes de otro dador). Visto
    desde otro lado es la forma que usan los sectores menos
    favorecidos y débiles de la sociedad para obtener del
    estado bienes y
    servicios que necesitan. Para que haya una política
    clientelar tiene que haber políticos clientelistas y
    ciudadanos clientelistas.

    Partimos del supuesto de que para superar el
    clientelismo cortoplacista se necesita que distintas fuerzas
    políticas gobernantes u opositoras, organizaciones
    civiles, ciudadanos individuales y otras fuerzas se relacionen en
    un plano transversal que intersecte las estructuras
    sistémicas, sus encuadres sectoriales y sus defensas
    disciplinarias.

    Un postulado simple puede resumir la relación
    entre transversabilidad y transformación: Si existe una
    alianza intersectorial transversal (o la posibilidad de una
    alianza intersectorial transversal) puede existir como correlato
    una práctica cogestiva o asociada o mixta
    sociogubernamental.

    En el sentido inverso podría afirmarse que Si se
    instalan prácticas cogestivas, asociadas, mixtas
    sociogubernamentales se están sentando bases
    prácticas configuradoras de alianzas
    transversales.

    Un espacio de confluencia de actores diversos no asegura
    siempre el mismo resultado. Es evidente que la sumatoria de
    actores sociales constituirá una mayor capacidad de
    expresión y de presión y puede esa
    agregación dar un actor colectivo reconocible y de
    peso.

    Sin embargo se procurará que la agregación
    de actores supere la suma simple y cree un actor colectivo nuevo,
    integrado, permanente, capaz de influir positivamente en cambios
    en los actores particulares que le dan origen (xxiv) y no lo
    inverso, traducido en la lucha política interna entre los
    actores particulares para que la orientación del colectivo
    sea lo más próxima posible a la propia, una lucha
    por la hegemonía. Denominaré "tensión de la
    transversabilidad" a ese proceso temporal-institucional que se
    instala en cualquiera de los actores propensos a un cambio en sus
    modelos tradicionales/corporativos de gestión.

    Socioeconomía y redes
    de trueque

    La economía popular entendida como la sumatoria
    de actividades realizadas por trabajadores, subordinados en forma
    directa o indirecta a la óptica
    del capital, nos habla de una serie de relaciones
    económicas existentes que puede ser el sustrato de otra
    economía posible, la economía del trabajo
    (Coraggio, 2000) "mediante una reestructuración de la
    economía popular…es posible desarrollar –desde las
    grandes ciudades articuladoras de redes urbano rurales– la
    economía del trabajo, subsistema orgánico capaz de
    adquirir una dinámica parcialmente autosostenida en el
    ámbito local y regional, coexistiendo, compitiendo y
    articulándose –como sustrato de la PyMES, como
    oferente de recursos
    humanos de alta calidad, como comprador y proveedor, como
    contribuyente– con la economía del capital y la
    economía pública" (xxv).

    No caben dudas de la importancia que tal economía
    alcanzaría en las ciudades y el cambio cultural que
    produciría, desde cambiar las expectativas sobre lo
    posible, aumentar los proyectos propositivos sostenidos en la
    revisión de las experiencias sociales, instalar el debate
    democrático de ideales y utopías (o de ideales
    "utopísticos" como se verá más adelante)
    activadores de las movilizaciones sociales.

    Sin embargo la economía del trabajo
    necesitaría de actores de lo más diversos,
    asociados en torno a un paradigma de desarrollo integral y
    solidario, requeriría cambios en los sistemas de educación y de la
    salud,
    políticas de control de los medios de
    comunicación masiva y una acción del Estado
    orientada a regular, proteger y favorecerla.

    Requiere además la asignación inicial de
    recursos importantes en los cuales las políticas sociales
    urbanas pueden colaborar –articuladas con otras
    políticas urbanas– para desarrollar bases
    autónomas en la reproducción de los trabajadores urbanos.
    Constituida en una alternativa relativamente eficiente frente a
    los efectos negativos de la apertura de los mercados y la
    globalización, su sostenibilidad dependerá tanto de
    su eficacia como de
    la valoración cultural de las mayorías urbanas, por
    lo cual la defensa del mercado local o regional debe considerar
    no sólo las acciones
    legales sino también las barreras culturales o, dicho en
    términos económicos, las preferencias racionales de
    los consumidores.

    Una experiencia que ya adquiere extensión
    internacional y que debe ser inscripta en las posibilidades de la
    economía solidaria es la de la llamada Red Global del
    Trueque.

    Iniciada en Argentina en 1995, se extiende hoy a otros
    países, Uruguay, Brasil, Colombia, Chile,
    Canadá, Honduras, Paraguay,
    Perú y otros. En Argentina, para el año 2000 se
    calcula que la integran unos quinientos grupos relacionando
    más de 200.000 personas. Se propone reemplazar la
    competencia estéril, el lucro y la especulación por
    la reciprocidad entre las personas. Respecto a sus
    particularidades se autodefinen como: "…un sistema
    eminentemente convivencial que apunta más a una
    recuperación más lenta y sostenida que a "hacer
    (anónima y esporádicamente) negocios por
    catálogo"; …un sistema respetuoso de las
    diferencias…que se resiste a ser dominado, controlado,
    hegemonizado…está colocado en el corazón
    mismo de las relaciones entre las personas. Por ello sostenemos
    que la red es un movimiento del
    Cuarto Sector, es decir, son personas intercambiando… es
    pre-institucional" (xxvi) Sus miembros son "prosumidores", a la
    vez productores y consumidores, rotan en sus roles y funciones, sus
    relaciones no están necesitando de dinero. Crean
    una moneda de trueque o "moneda social" que les permite
    intercambiar "créditos" para la adquisición de
    productos.

    Esta economía se relaciona con el mercado formal
    porque la mayor parte de sus productos demandan insumos que se
    obtienen allí por lo cual necesitan participar en dos
    mercados con modelos diferentes y hasta contradictorios. Esto
    debe ser visto como un hecho importante porque implica una
    capacitación que sólo se adquiera
    por la creatividad de
    lo que se está impulsando. No existen condiciones para
    mundos aislados, que se resuelvan en su propia economía
    sino ensayos de
    cómo otras economías pueden subsistir y mostrar su
    potencialidad alternativa: "…si se establecen pautas de
    intercambio no monetario, se reemplaza a la moneda como lazo
    social por la pertenencia a un grupo…que suple la
    función de la moneda…hay creación de poder
    alternativo. Aquí aparece otro rasgo interesante: en
    muchas de estas organizaciones lo que se cambia son cantidades de
    trabajo realizado lo que es una manera de volver a la teoría
    del valor trabajo (las cosas valen por su costo en horas de
    trabajo realizadas) cara a Smith, Ricardo y también a
    Marx, en
    contra de la teoría neoclásica del valor
    predominante hoy" (xxvii) En posible reconocer un campo potencial
    de alianzas transversales en el desarrollo de la Red del Trueque
    ya que participan y apoyan la experiencia algunos municipios,
    universidades, inclusive empresas "adhiriendo con sus productos y
    abriendo las puertas del mercado". Una evolución probable sería que
    fortalecida como una alianza intersectorial transversal se
    despliegue hacia prácticas cogestivas o asociadas, que
    tome componentes de una red mixta
    sociogubernamental, pudiendo comenzar a incidir en las
    políticas sociales urbanas.

    En esa línea el gobierno de la Provincia del
    Chaco, en una carta compromiso
    firmada con las asociaciones de indígenas, reconoce la
    existencia de una economía propia de esas comunidades,
    basada en el trueque y la solidaridad, proponiéndose
    estudiar y promover puentes con la economía de mercado que
    no signifiquen la destrucción de la economía
    indígena, por ejemplo la marca
    indígena en los mercados o el compre indígena para
    las obras públicas locales (ladrillería, madera, etc.)
    (xxviii).

    Redes mixtas de
    gestión socio urbana

    En un trabajo reciente hemos denominado "redes mixtas
    socio gubernamentales" a algunas de las nuevas modalidades de
    gestión socio urbana.

    En Argentina, relacionado con el modelo
    metodológico que les da origen (las metodologías de
    PPGA) (xxix) y el marco
    teórico que las sustenta (la cogestión
    estadosociedad) esas prácticas novedosas de gestión
    socio urbana vienen siendo conocidas como de gestión
    asociada o cogestión. Denominamos gestión asociada
    a modos específicos de planificación y de
    gestión realizados en forma compartida entre
    organizaciones estatales y organizaciones de la sociedad civil en
    su sentido más amplio. El sistema de trabajo planificado y
    la relación articulada de los colectivos que se crean para
    elaborar y gestionar esos proyectos cogestivos (que en si mismos
    ya son una red) devienen en una trama social reconfigurada y
    activa, una red de "redes de gestión asociada"
    (cogestiva).

    La denominación de redes mixtas
    sociogubernamentales que también le damos ahora a esas
    redes está inspirada en una clasificación que
    realiza Sherer-Warren,(xxx) quien para este tipo de
    prácticas toma la definición de Susana Moura. El
    ideario democrático encuentra espacios efectivos en la
    creación de una nueva esfera pública local abierta
    a la participación ciudadana. Las experiencias de
    presupuesto participativo, foros y consejos sectoriales
    realizados con participación de movimientos de la sociedad
    civil o con ciudadanos individualmente, son formas de
    interacción caracterizadas por ser, para Moura, "redes
    sociogubernamentales de expresión de la ciudadanía, en las que son explicitados
    conflictos,
    son disputados y articulados intereses y son construídos
    proyectos estratégicos" El Plan Urbano Ambiental es
    elaborado por el gobierno de la ciudad, incluyendo algunos
    mecanismos de consulta a los vecinos y su organización.
    Los mecanismos de consulta y participación que utilizan
    son bilaterales y unidireccionales: el gobierno y sus
    técnicos planificadores conversan y consultan a unos y a
    otros, pero nunca al conjunto.

    En cambio el papel de estas redes de gestión
    asociada está siendo muy singular porque elaboran planes
    urbano ambientales de sus territorios que describen una
    visión particular de los modos de vivir en la ciudad y de
    cómo operar los cambios. La confrontación de
    modelos de ciudad (y por ende de modelos de desarrollo urbano) se
    hace así evidente, creándose posibilidades de
    alternativas diferenciadoras a los emprendimientos
    reurbanizadores y un cuestionamiento basado en proyectos a las
    políticas urbanas que suelen ser excesivamente flexibles a
    los developer.

    Prospectiva, utopismo y
    utopística

    La utopía sea como visión del futuro
    teñida de deseos e ideología o como marco referencial de lo
    idealmente pudiese ser un sistema social ha caído en
    descrédito frente a la prevalencia del pensamiento
    único o la afirmación de que la historia ha llegado
    a su fin. No parece tener sentido pensar en Utopía,
    etimológicamente "ninguna parte" cuando hay un
    único lugar y un único sistema social
    real.

    Así todas las connotaciones que se desprenden de
    la utopía como idealismo
    futurista a veces de movilización religiosa y otras de
    movilización política o su contracara de fracasos
    por las desilusiones derivadas de
    luchas pedidas, pierden vigencia.

    Pensar el futuro parece un desvarío, como no
    fuese para imaginar que sólo será igual a la
    coyuntura, que no puede escaparse de estos caminos que hoy
    transita. Habría un único destino para la sociedad,
    aquel futuro que fatalmente será.

    La prospectiva nos ayuda a pensar que hay futuros
    alternativos. En el rango de posibilidades la existencia de
    voluntades dispares niega la perspectiva de un futuro
    fatal.

    En el rango de las probabilidades esas disparidades se
    reducen en número pero no desaparecen y una de ellas,
    entre varias, será futuro. La prospectiva, así
    entendida, no como una adivinación o predicción,
    sino como un ordenamiento analítico de futuribles, permite
    colocar la deseabilidad como elección entre lo probable.
    El futuro deseable es aquel que entre los futuros probables
    elegiremos o preferiremos, es una opción.

    Apelar al pensamiento prospectivo (y también
    ejercitarlo) puede ser un antídoto al pesimismo extendido de futuros
    alternativos, un motivador oxigenante para los grupos que se
    proponen incidir críticamente en algunos procesos y
    transformar algunos otros y un enriquecimiento de las
    concepciones que se juegan a la hora de tomar decisiones en el
    desarrollo de nuestras ciudades.

    Enric Bas distingue cuatro tipos de predicción
    base: la sobrenatural (ej. profecías) , la hermenéutica (ej. utopismo), la
    técnica (ej. astronomía) y la emancipadora
    (ej.

    prospectiva, sociología prospectiva y planificación
    estratégica). Bernard Cazes distingue todavía
    en un campo equivalente a la predicción emancipadora, la
    posibilidad de una prospectiva froid, con el método del
    policy analysis y una prospectiva chaud de orientación
    participativa involucrando a los actores, aceptando que pudieran
    combinarse o confluir, aun cuando sus técnicas sean
    diferentes.

    Immanuel Wallerstein (1998) inventa la
    "utopística" como un sustituto a la utopía,
    definiéndola como: "…la evaluación
    seria de las alternativas históricas, el ejercicio de
    nuestro juicio en cuanto a la racionalidad material de los
    posibles sistemas históricos alternativos. Es la
    evaluación sobria, racional y realista de los sistemas
    sociales humanos y sus limitaciones, así como de los
    ámbitos abiertos a la creatividad humana. No es el rostro
    de un futuro perfecto (e inevitable), sino el de un futuro
    alternativo, realmente mejor y plausible (pero incierto) desde el
    punto de vista histórico. Es por lo tanto un ejercicio
    simultáneo en los ámbitos de la ciencia, la
    política y la moralidad"

    (xxxi) (Wallerstein 1998) (la negrita no está en el
    original) En estos conceptos puede descubrirse la idea de las
    alianzas transversales colocada en prospectiva, planteando la
    simultaneidad en la agregación de dimensiones que supone
    necesariamente la relación entre los actores de esos
    campos.

    Para este autor el sistema capitalista mundial
    está en etapa de crisis e iniciando su período de
    transición, en el cual los sistemas se bifurcan y se
    transforman. Esta etapa es impredecible pero singularmente
    abierta a los aportes de individuos y de grupos, con un notable
    aumento del libre albedrío. La oportunidad exige
    reconstruir la estructura del
    conocimiento
    de modo de entender esa crisis y abrirnos a las opciones
    históricas La defensa del sistema democrático
    representativo liberal actual contraponiéndose a la
    posibilidad de aumentar la participación
    democrática en las decisiones alega que la
    acumulación incesante de capital es de tal tipo
    prioritaria que promover una sociedad libre y abierta es riesgoso
    y amenazaría las bases materiales que
    la sustentan. Por eso no importaría tanto participar como
    tener bienes (mínimos), lo cual traducido al desarrollo
    urbano, haría preferible la ciudad deshumanizada y no
    participativa pero productiva, que la ciudad humanizada,
    democrática pero menos moderna, desurbanizada.

    Es interesante ver como Wallerstein se sumerge en
    asuntos que probarían que la "relativa eficiencia
    productiva" que se espera del sistema económico y una
    sociedad libre y abierta podrían conseguirse sin que fuese
    prioritaria la acumulación incesante del
    capital.

    Por ejemplo que las remuneraciones
    monetarias fuesen necesariamente un incentivo para la calidad.
    Para los profesores universitarios, por ejemplo, el principal
    estímulo para trabajar bien no es el aumento relativamente
    pequeño en las retribuciones materiales sino la
    combinación de reconocimiento y mayor control sobre su
    propio tiempo de trabajo. Tal vez si esa combinación fuese
    ofrecida de manera explícita y general como incentivo,
    mucha más gente los encontraría satisfactorios por
    sí mismos. Acaso esa satisfacción general
    podría obtenerse con un sistema mejor de elección
    de carreras y de trasformación de funciones dentro de las
    carreras a lo largo del tiempo.

    ¿La eficiencia es realmente mayor en las grandes
    organizaciones que en las pequeñas? No puede afirmarse que
    los hospitales no lucrativos, sistema que se conoce desde hace
    siglos, sean menos eficientes y menos competentes que los
    privados o los estatales y entonces por qué no extender
    ese sistema a otros servicios (xxxii). De allí que un
    elemento estructural como una posible base de un sistema
    alternativo es "… la construcción de unidades
    descentralizadas no lucrativas como modo subyacente de producir
    dentro del sistema". En estas ideas volvemos a encontrar
    similitudes con la socioeconomía que en redes
    transversales se vislumbra en un mercado que no es sólo
    capitalista .

    Esas unidades no lucrativas necesitarían una
    negociación entre los trabajadores y los administradores,
    no serían autoritarias y demandarían una
    participación de los trabajadores en la toma de decisiones
    en altos niveles, ergo, estamos frente a la hipótesis de la cogestión de las
    unidades económicas.

    En la bifurcación-transición de un sistema
    a otro habrá batallas políticas
    globales.

    Los privilegiados ensayarán estrategias
    aún impredecibles frente a los cambios y entre los
    oprimidos los problemas no
    serán menores y aunque librasen una lucha en
    múltiples formas "…una coalición de arco-iris es
    probablemente el único (concepto) viable,
    tremendamente difícil de poner en práctica." En
    síntesis en su ensayo
    utopístico el autor aborda, para definir una alternativa
    viable al sistema actual, otro sistema caracterizado por
    prácticas simultáneas y transversales entre la
    ciencia, la
    política y la ética, incentivos no
    monetarios, unidades de "socioeconomía" no lucrativas,
    descentralizadas y co gestionadas, coaliciones sociales de
    múltiples colores (de arco
    iris), aspectos todos que –como vimos más
    arriba– encuentran algunas manifestaciones teóricas,
    conceptuales y prácticas en nuestra experiencia urbana
    actual.

    Algunos escenarios
    alternativos que podría transitar la experiencia urbana
    en
    América
    Latina

    Bajo el enfoque "prospectivo-utopístico"
    presentado en el ítem anterior pueden alcanzarse tres
    escenarios para el futuro de las políticas urbanas sobre
    la base de alternativas viables y probables sostenidas en modelos
    de gestión relativamente alternativos: la gestión
    estatal, la autogestión social y la cogestión
    socio-estatal.

    El primer escenario," la gestión estatal",
    deviene de un cambio en el papel del estado y los
    políticos:

    –Algunos partidos o sectores de algunos partidos
    que ocupan posiciones de poder publico están
    consustanciados de las demandas sociales y las dificultades
    subyacentes respecto a la calidad de vida e impulsan desde esa
    posición políticas urbanas más amplias,
    con aumento de la consulta y la participación en su
    sistema de decisión estatal.

    –Los inversores de la ciudad y las empresas que
    demandan sitio y servicios se someten a un sistema de
    negociación donde las reglas de juego son variadas y no
    exclusivas del sector económico y el estado consigue
    fajas de recursos que se alojan en el financiamiento de políticas socio
    urbanas.

    –El mercado resuelve con el estado las
    asignaciones urbanas.

    –El estado, reconstruido y reforzado,
    consultativo, intermedia tendiendo a equilibrar, a compensar a
    los más débiles.

    –No hay una explicitación de alianzas
    sino un seguidismo crítico del sector social, con un
    cierto dualismo por el cual, en término de relaciones
    internacionales, tiende a autonomizarse del estado y, en
    término de relaciones locales, tiende a subordinarse al
    estado.

    El segundo escenario, "la autogestión social",
    deviene de un cambio en la sociedad civil y en la acción
    ciudadana.

    –Algunos organismos sociales, redes, resisten al
    avance del mercantilismo del espacio y a la modernidad
    que conlleva pobreza y
    expulsión.

    –Hay una alianza más nítida en el
    ámbito local regional.

    –La economía popular y las redes de
    trueque tienen fuerte predicamento y organizan una parte
    importante de los grupos
    sociales. El dualismo es categórico: sociedad
    popular vs mercado, lo local vs lo central, llegando a un
    límite contundente sociedad popular-local vs
    mercado-gobierno central.

    –Tendencia al autonomismo y al subdesarrollo.

    –Fragmentación e inequidad espacial;
    sólo las áreas rentables de la ciudad son el
    territorio del mercado.

    –Las políticas urbanas no alcanzan
    el universo
    ciudadano, son parciales en el espacio y limitadas en los
    grupos a quienes se dirigen.

    El tercer escenario, "la cogestión
    socio-estatal", deviene de un cambio simultáneo en
    sectores de sociedad civil, del estado y los partidos
    políticos.

    –Las redes sociales tienden a ser
    prácticas socio gubernamentales.

    –Las acciones estatales se sostienen en
    propuestas de gestión mixta o asociada con la
    comunidad.

    –En los partidos hay militancia a favor de
    prácticas cogestivas para la acción estatal (esto
    es hay políticos que se candidatean con programas
    cogestivos).

    –Hay una alianza sinérgica que se asienta
    sobre una división de aguas, una alianza de arcoiris (de
    muchos colores) sostiene políticas urbanas donde lo
    público está integrado en la asociación de
    actores de ámbitos diversos.

    –El mercado es plural y existen puentes
    institucionalizados desde la política pública
    entre sus diferentes modalidades.

    –La política urbana se determina en un
    proceso democrático abierto, cuya calidad se mide por la
    vincularidad resultante de la frecuencia e intensidad de los
    intercambios.

    –Las urbanizaciones (y las reurbanizaciones)
    tienen criterios de retorno al reconocimiento del soporte
    natural y la fragilidad ambiental y son, en un cierto punto,
    desurbanizadoras.

    –Los servicios de infraestructura social son
    provistos por empresas no lucrativas que combinan los avances
    de la socio economía (el trueque y la economía
    del trabajo) con modelos decisionales co-gestivos en las
    organizaciones productivas.

    –Las alianzas transversales, colocadas en el
    palco democrático, se equilibran con las culturas
    políticas del clientelismo y el lobby,
    constituyéndose en una instancia reguladora en la
    economía y el desarrollo urbano.

    En todo caso y retornando a los principios expuestos al
    inicio de este ítem, la expresa deseabilidad respecto a
    alguna de estas tres alternativas –que aparecen como
    viables y cuentan con probabilidades de llegar a ser– se
    transforma en palabras-guía para la acción y
    comprometen acciones del presente. Es como desandar el camino
    hacia adelante y, anticipando el futuro, orientar las
    prácticas de los escenarios del presente.

    Conclusión

    En este trabajo hemos conseguido identificar algunas
    hipótesis
    alternativas de reconfiguración de la política en
    el futuro con posibilidades de influenciar el desarrollo
    urbano.

    Esas alternativas futuras encuentran en el presente
    algunas bases, potencialidades y condiciones que las
    harían posibles y contribuirían a hacerlas
    también probables: los movimientos sociales y las redes de
    planificación, de socio economía y otras; las
    prácticas estatales de presupuesto participativo y las
    cogestivas de planificación participativa; las
    temáticas urbanas que no interesan al mercado y pueden ser
    un punto de contrato social
    entre estado y sociedad; las metodologías
    intersectoriales, los mecanismos semidirectos de
    participación y de ampliación democrática y
    las modalidades decisionales
    participativodemocratizadoras.

    Por lo tanto existen probabilidades de que en el futuro
    surjan nuevas modalidades de formular políticas urbanas,
    que al sostenerse en procesos de alianzas transversales,
    signifiquen alternativas a la actual concepción de la
    ciudad como máquina empresarial de crecimiento.

    BIBLIOGRAFIA

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      participación comunitaria", Bs. As: Red de
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    • Wallerstein Immanuel, 1998 "Utopística o las
      opciones históricas del siglo XXI" México:Siglo XXI Editores.

    NOTAS

    *Como citar este documento: Poggiese, Héctor.
    Alianzas transversales, reconfiguración de la
    política y desarrollo urbano: escenarios del presente y
    del futuro
    . . Héctor Poggiese FLACSO, Facultad
    Latinoamericana de Ciencias
    Sociales, Buenos Aires, Argentina. 2000. Acceso al texto
    completo:
    http://www.flacso.org.ar/areasyproyectos/proyectos/pppyga/pdf/alianzastransversales.pdf

    i. Claro que confunde sus adversarios. La universidad es
    responsable, pero el proceso que llevó a eso fue el cambio
    producido por la nueva modalidad de reurbanización, en
    este caso Carrefour. Los efectos negativos del impacto ambiental
    son descubiertos después, porque antes presidía la
    mirada el empleo y el progreso del sector barrial.

    ii. Según J.L.Borges, el lugar
    de "la fundación mitológica de Buenos
    Aires".

    iii. ver Jan Theofilo "Favela-Barrio &
    Barrio-Favela" septiembre 2000 (.

    iv. Ver Manuel Argüello-Rodríguez "Para un
    Plan de Ordenamiento Territorial" San José, Junio de
    2000.

    v. Ver Balanovski, Redin, Poggiese "Percepción
    social del riesgo. Inundaciones en el Ao. Maldonado: mapa de
    riesgo elaborado con participación comunitaria", Red de
    Gestión Asociada del Oeste/ GAO , Buenos Aires,
    1999

    vi. Ver "La Argentina que puede desaparecer" LA NACION,
    Enfoques Sección 7, 27/08/00 pp. 1-2.

    vii. Ver "Rematan un pueblo por $ 5000", CLARIN 14/08/00
    p. 35. También Página 12 del 15/08/00 p. 16 y
    CLARIN del 19-08-00 pp. 56-57.

    viii. CLARIN, mayo de 2000.

    ix. Es el caso de General Alvear distante 240 Km de la
    Capital Federal. Ver "La cárcel que cambió la vida
    de un pueblo bonaerense", CLARIN 27 de agosto de 2000,
    págs. 42-43. Se postularon 20 municipios para un total de
    10 cárceles. Ya hay otros ocho municipios definidos:
    Benito Juárez, Saavedra, Lamadrid, Bolívar,
    Tandil, Mercedes, Campana y Marcos Paz.

    x. Tapalqué está a 300 km de Buenos Aires
    y 60 de General Alvear. Un sector de la pampa húmeda que
    se apresta a servir al AMBA recibiendo sus basurales y sus
    presos. Ver "El pueblo que quiere la basura de
    Buenos Aires", CLARIN 30/09/00 pp. 54-55.

    xi .CLARIN, agosto de 2000.

    xii. Hay una similitud númerica y de orden con la
    clasificación de los "mundos" en los que podían ser
    colocados los países según su nivel de desarrollo y
    su sistema económico-politico. El "tercer mundo" estaba
    configurado por aquellos países con procesos
    políticos reales o pontenciales de transformación
    revolucionaria, que no pertenecían a los otros dos
    "mundos", el capitalista y el comunista. Una interpretación histórica hecha desde
    el tercermundismo aceptaría como orden que el primer mundo
    sería el capitalismo y
    el segundo mundo sería el comunismo. Tal
    vez esa haya sido una convención tácita que ha
    perdurado, hasta hace poco tiempo en que la desaparición
    del segundo "mundo" borró también al tercero: hoy
    hay un primer mundo por un lado y el resto del mundo por el
    otro.

    xiii. Variados ejemplos pueden darse de esa
    relación intencionada empresas?tercer sector. Los grupos
    empresarios publican frecuentes suplementos en diarios de alcance
    nacional registrando y promocionando la solidaridad social y el
    financiamiento que otorgan a las organizaciones del Tercer
    Sector. Algunos conflictos urbanos reflejan la adhesión de
    vecinos y sus organizaciones a los megaproyectos inmobiliarios de
    los grupos financieros transnacionales, manifestando
    simpatías a la transformación de áreas de
    parque en complejos de cine y otros
    servicios culturales; en década recientes el conflicto era
    entre áreas verdes públicas y vivienda social,
    ahora el conflicto es entre ambiente y consumo
    cultural.

    xiv. En 1994 el organismo para la recolección y
    destino de los residuos domiciliarios en el área
    metropolitana de Buenos Aires –CEAMSE, Cinturón
    ecologico del área metroplitana sociedad del estado–
    rechazaba la recuperación de la basura en base a
    cuanto eran o no rentables los desechos clasificados, pero
    promovía un sistema clasificatorio para depositar los
    residuos en los barrios más ricos de la ciudad. La
    clasificación popular no era rentable, la
    clasificación de las clases altas si lo era.

    xv. El ingeniero Alvaro Alsogaray, ex ministro de
    economía en gobiernos militares anteriores, presidente de
    un partido conservador y padre de la entonces ministra de Medio
    Ambiente y Desarrollo
    Sustentable, María Julia Alsogaray. En aquel momento
    el proyecto no pudo materializarse entre otras cosas porque
    siendo una iniciativa de la modalidad palaciego-corporativa no
    ocultó su origen haciendo demasiado evidente su
    intencionalidad.

    xvi. La ciudad de Buenos Aires es autónoma desde
    1996, en base una constitución propia -ordenada por la
    reforma de la Constitución Nacional de 1994- que le otorga
    un nivel semejante al de los estados provinciales.

    En esa Constitución local fue incorporado un
    conjunto numeroso de mecanismos de democracia semidirecta: la
    iniciativa popular, la revocación de mandato, la audiencia
    pública, la doble lectura
    legislativa, inclusive el presupuesto participativo y otras
    más.

    xvii. En el Uruguay se realizó recientemente un
    plebiscito que, para ser válido su resultado necesitaba
    que concurriesen un mínimo de 25 % del electorado. El FA,
    que votaba por el sí, promovió la concurrencia y
    los partidos Colorado y Blanco, que se oponían,
    promovieron la no concurrencia. Pese a que casi el 100% de los
    votantes lo hizo por el sí, triunfó el no, porque
    el total de electores quedó debajo del 25%: ¡una
    elección en el sistema democrático donde los que
    ganan son los que no votan!.

    xviii. Hay experiencias de aplicación de otros
    modelos de Audiencia Pública en la formulación de
    normativas y proyectos urbanísticos, en los cuales no
    sólo existe intercambio entre los participantes sino que
    éste puede registrarse en acta -al retirarse- su
    opinión final. En algunos estudios que hicimos sobre el
    comportamiento de los participantes, pudimos comprobar cambios en
    un alto procentaje de ellos, como resultado de la audiencia.
    Puede verse Héctor Poggiese "Planeamiento y
    participación" en Cambios Nro. 1. MCBA:Bs. As.
    1990.

    xix. Ana Clara Ribeiro, según datos
    extraídos de una investigación en curso bajo su
    dirección, expuestos en el Municipio de Cotacachi,
    Ecuador,
    diciembre de 2000, en ocasión de una reunión de
    trabajo de las autoridades y consejos comunitarios del plan de
    desarrollo municipal con el GTde Clacso en Desarrollo
    Urbano.

    xx. Ver Héctor Poggiese op cit.

    xxi. Ver Luciano Fedozzi, "O poder da aldeia" (Tomo
    Editorial:POA) 2000, p. 175.

    xxii. Ver José Arlindo Soares y Linda Gondim,
    Novos modos de gestao: licoes que vem do poder local, in
    Soares,Caccia-Bava (orgs.) "Os desafíos da gestao
    municipal democrática", (Cortez:SP) 1998, pág
    88.

    xxiii. En Buenos Aires, durante el gobierno del
    Intendente Domínguez, en 1995, el Secretario de
    Planeamiento Urbano participaba en la Gestión Asociada del
    Parque Avellaneda en torno a la implementación del Plan de
    Manejo, elaborado con planificación participativa entre
    gobierno y comunidad desde varios años antes.

    Sorpresivamente, en un período pre-electoral, el
    funcionario informa sobre un proyecto preparado en las oficinas
    del sector que, con presupuesto asignado se implementaría
    de inmediato. En todos los parques y plazas de la ciudad se
    embaldosarían los caminos y otras "construcciones" a
    través de empresas ya contratadas. Acostumbrada la
    tecno-partidocracia a imponer su clientelismo, su sugerencia era
    ahora "tómalo o déjalo", prejuzgando que una oferta
    concreta, inmediata y "modernizadora" no podía rechazarse,
    aun siendo contraria al marco conceptual, los términos de
    referencia, las estrategias y el sistema participativo del Plan
    de Manejo. La respuesta fue un "déjalo" pues para los
    actores de la Gestión Asociada el procedimiento
    participativo es el valor principal en juego.

    xxiv. Un trabajo prospectivo bien reciente en el curso
    de gestión socio urbana define como escenario probable
    para una región del AMBA en el 2010, constituido en base a
    la afirmación de los gobiernos locales (los futuros
    gobiernos comunales). El ejercicio analiza por
    retrospección los procesos que dieron lugar en el 2010 a
    dicho escenario y en el tramo medio encuentra que a nivel del
    sistema de partidos políticos se crea una tensión.
    Los militantes partidarios que vienen acompañando la
    gestión asociada comienzan a cuestionar el patrón
    partidario de organización y práctica y llevan al
    interior de sus partidos el debate de otras formas de hacer
    política.

    xxv. Ver José.Luis Coraggio "Política
    social y economía del trabajo" (Miño y
    Dávila Editores: BsAs) 2000, página 168.

    xxvi. Ver revista
    Trueque Año 2, número 3, Buenos Aires, diciembre de
    1999, pág- 5.

    xxvii. Ver Eduardo Calcagno (h) economista
    "Situación límite", Clarín ZONA
    20-08-2000.

    xxviii. El Compromiso de Pampa del Indio (octubre de
    2000) se propone "….elaborar un programa de promoción de desarrollo de las comunidades
    indígenas basado en la recuperación de sus propias
    formas de economía -que aseguran el intercambio y la
    solidaridad entre las etnias
    indígenas-complementándolas con la
    evaluación de alternativas para sus productos en el
    mercado. En este punto se hará necesario: a) crear
    "puentes" entre ambas economías (la indígena y la
    de mercado) para que las comunidades indígenas obtengan
    -sostenidas por su cultura comunitaria de asegurar el recupero-
    los insumos y créditos necesarios para reproducir su base
    económica y la ocupación productiva de sus
    miembros: b) tender a la definición de una "marca" para
    los productos originados en la economía de las comunidades
    indígenas que tenga espacios garantidos en la
    economía de mercado así como a la posibilidad que
    en las obras públicas regionales o locales se convenga
    priorizar la compra de insumos en las comunidades
    indígenas localizadas en tal región o localidad."
    Ver CFI/Provincia del Chaco "Reactivación del Sistema
    Provincial de Planificación" Bs.As. 2000

    xxix. La familia de
    metodologías PPGA (planificación participativa y
    gestión asociada) elaborada, experimentada por FLACSO, GAO
    y otras redes, se compone de las siguientes metodologías:
    1.Planificación participativa para escenarios formalizados
    de planificación gestión; 2.Gestión asociada
    para implementación estratégica y/o gestión
    intersectorial de la complejidad y/o gestión de redes;
    3.Planificación gestión (ICC) para políticas
    públicas, programas gubernamentales y proyectos de alcance
    y participación masiva y/o para proyectos
    simultáneos y múltiples; 4.Prospectiva aplicada a
    escenarios de planificación (escenarios futuros en
    escenarios presentes por retrospección); 5.Audiencias
    públicas participativas

    xxx. Ver Ilse Scheren-Warren ·"Cidadanía
    sem fronteiras" página 36. El documento de Susana Moura
    citado en este libro es A
    questao publico-privado:antigos e novos sentidos" ANPUR, Gramado,
    1994.

    xxxi. Ver Immanuel Wallerstein "Utopística o las
    opciones históricas del siglo XXI" Siglo XXI Editores:
    México, 1998, página 3.

    xxxii. Ibíd ídem, página 79 : "no
    hay ninguna razón fundamental por la que no podamos
    superar estas tres grandes consecuencias de la diferencia de
    clases: acceso desigual a la educación, a los
    servicios de salud y a un ingreso honorable garantizado de por
    vida….dejar esta tres necesidades fuera de la
    mercantilización para proporcionarlas mediante
    instituciones no lucrativas y pagadas de manera
    colectiva….así lo hacemos con el suministro de agua y, en
    muchos países con el servicio de
    bibliotecas. Hay
    quienes afirman que entonces los costos mundiales
    se saldrían de control. Podría ser, pero hay muchas
    respuestas para las asignaciones colectivas de costos que no
    pasen por la mercantilización. Se trata de una
    decisión social que no podemos evitar y no debemos querer
    evitar"

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    Héctor Poggiese *

    *Abogado, Universidad de Buenos Aires. Master en
    Administración Pública,
    Fundación Getulio Vargas, Rio de Janeiro, Brasil.
    Consultor de UNESCO, UNICEF, OPS, FAO, IICA y otros organismos de
    América Latina. Investigador-docente en FLACSO Brasil
    (1981-84) y en FLACSO Argentina desde 1985. Es miembro de las
    Redes PPGA (planificación participativa y gestión
    asociada).

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