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Estudios socio–antropológicos de la puna catamarqueña




Enviado por Maria Isabel Tort,


Partes: 1, 2

    Prefacio

    PREFACIO

    Este informe de
    investigación presenta los resultados de
    varios años (1980–1992) de trabajo en un
    área de la Puna catamarqueña (Laguna Blanca –
    departamento Belén) donde se ha producido una importante
    intervención por parte de las autoridades de la provincia:
    la creación de una reserva de vida silvestre.

    Desde entonces, la intención de nuestro trabajo
    fue seguir el proceso de
    estas y otras intervenciones para evaluar su impacto en la
    población residente, la que hasta entonces
    había vivido en gran aislamiento y en condiciones de
    marginalidad.

    La reserva natural de vida silvestre de Laguna Blanca
    fue creada en el año 1979 mediante el decreto
    495–D–15688/78. Comprendía una superficie de
    770.000 ha. que, posteriormente, se amplió a 952.625
    ha.

    El 12 de agosto de 1982 fue declarada reserva de la
    biósfera, pasando a formar parte de la red internacional del
    programa MAB
    (Hombre y
    Biósfera) de la UNESCO.

    La reserva se encuentra ubicada en el departamento de
    Belén encontrándose su centro geográfico,
    aproximadamente, entre los 26º40'5 y
    67º30'0.

    Limita al Norte con la provincia de Salta, al Este con
    las Sierras de Chango Real y Hombre Muerto, al Oeste con el
    Nevado de Laguna Blanca y al Sur con una línea imaginaria
    que une Chango Real con Culampajá (hoja 2766 del
    IGM).

    En Laguna Blanca habitan 90 familias.

    El presente informe de investigación está
    compuesto de los siguientes trabajos:

    – "Laguna Blanca, una comunidad de
    pastores de llamas en la Puna Catamarqueña".
    Floreal Forni

    – "El establecimiento de una Reserva de Vida
    Silvestre en una comuunidad de pastores de altura (Laguna Blanca
    – Departamento Belén – Catamarca)".
    Floreal Forni, María Isabel Tort y Leonor
    Pessina.

    Ambos surgen de informes de
    trabajos de campo.

    – Una monografía, elaborada por las Licenciadas
    Dora Jiménez y Leonor Pessina, que sintetiza cuatro
    años de investigación intensiva sobre el terreno,
    con visitas repetidas, combinando entrevistas y
    una encuesta
    efectuada en noviembre de 1988.

    Esta monografía
    está centrada en un intento de evaluación
    del impacto que ha producido la creación de esta reserva
    –en la medida en que se puede, en un "experimento mental",
    aislar tal impacto de los producidos por la apertura de la ruta,
    comunicación, etcétera– en la
    población, especialmente en los residentes de La Lomita
    que son los principales afectados.

    El trabajo se ubica en una doble tradición, por
    un lado la de evaluación de procesos de
    cambio en
    comunidades aisladas y por otro en la lógica
    de supervivencia de poblaciones ubicadas en situaciones
    límite sobre ecosistemas
    frágiles.

    Sobre este último punto el estudio representa un
    intento, exploratorio pero muy sugerente, sobre categorías
    de análisis centradas en la noción de
    escasez (la idea
    de trueque, por ejemplo).

    Un último aspecto que está presente en
    esta monografía, que representa, también, una
    apertura a futuras investigaciones,
    es la relación de esta población con los recursos
    naturales renovables, punto central para considerar el tema
    de las reservas de vida silvestre que abarcan población
    humana, incluídas sus actividades
    económicas

    Floreal Forni, Buenos Aires,
    agosto de 1993.

    I. LAGUNA BLANCA, UNA
    COMUNIDAD DE PASTORES DE LLAMAS EN LA PUNA
    CATAMARQUEÑA*

    Floreal H. Forni

    1.
    Introducción

    La reserva ubicada en la Puna Catamarqueña (Dto.
    Belén) se extiende por una pampa de alrededor de 600.000
    ha en una zona de gran aislamiento recién interrumpido por
    la apertura (en 1979) de una ruta entre Belén y
    Antofagasta de la Sierra que pasa por su margen. De todos modos
    el tráfico por esa nueva ruta es escaso, y no hay
    abastecimiento de combustibles ni negocios a
    partir de Villa Vil hasta Antofagasta.

    La pampa ubicada a 3.500 metros de altura sobre el nivel
    del mar, rodeada de altas cumbres, presenta una marcada aridez
    (200 mm anuales), apenas atenuada por la presencia de aguas
    subterráneas originadas en los deshielos y que emerge en
    vertientes, por la propia Laguna Blanca y por los terrenos de
    base húmeda (vegas) (1) donde crecen pastos duros pero
    abundantes. La combinación de estas áreas
    más húmedas y fértiles, con la
    utilización de pastos de los cerros fundamenta un antiguo
    (acreditado por ruinas de construcciones indígenas)
    asentamiento humano de base ganadera en el lugar. La ganadería
    comprende llamas, ovejas, burros salvajes y escasos equinos y
    vacunos.

    No he podido indagar aún la historia más
    inmediata de este asentamiento aunque existen sin dudas fuentes
    disponibles en el archivo
    provincial, registros
    parroquiales (Belén), etc. La presencia de un antiguo
    templo (mediados siglo XIX) señala la importancia del
    lugar, posible punto intermedio para arreo de ganado y producción de mulas para Chile y Bolivia.

    2. El
    aislamiento

    Existe una amplia literatura sobre comunidades
    rurales aisladas (2) y las consecuencias de ese factor sobre el
    desarrollo
    económico, la integración social y la vida cotidiana de
    sus habitantes.

    Creemos que ese es el caso de Laguna Blanca. Obviamente
    el aislamiento no es sólo un dato físico y
    corresponde al estadio de desarrollo, a
    la tecnología de transportes dominante y al
    tipo de relaciones de la población del área con la
    región circundante y el resto del país.

    El aislamiento de esta área, y su pérdida
    de importancia relativa, ha sido inversamente paralelo al proceso
    de desarrollo del país (incluyendo su vuelco hacia la
    región pampeana y la interrupción de corrientes
    comerciales con Chile y Bolivia a través de puna y
    cordillera) y a la estructuración de una red de transportes que
    la excluyó.

    A partir de esa situación se fue estructurando un
    sistema de
    relaciones desiguales con el exterior, basada en a) la comercialización de la producción de
    rebaños y los tejidos de lana
    de oveja o llama (sea como arrendatarios o herbajeros, o a
    través del trueque por un limitado conjunto de
    mercancías) siendo el lomo de burro la forma de transporte
    predominante, y b) en la emigración (temporaria y
    gradualmente cada vez más definitiva) de sus
    habitantes.

    Sobre la base de un desequilibrio entre posibilidad de
    producir (capacidad de pastaje y producción animal con la
    tecnología disponible) y una población de alta
    fecundidad, la migración
    de los jóvenes es un proceso ya antiguo de varias
    décadas.

    El valor
    declinante de la propia producción (siempre mediada por
    mecanismos de comercialización muy imperfectos) y el
    aumento de las necesidades que introduce la sociedad
    global sobre una economía en buena
    medida de autoconsumo (visible en objetos eléctricos y
    competitiva en el terreno de telas) son también factores
    crecientes de desequilibrio.

    La apertura de la ruta Belén–Antofagasta de
    la Sierra si bien rompe relativamente el aislamiento
    físico (se trata de una población que no dispone de
    medios de
    movilidad) va a acentuar sin dudas las dos tendencias
    señaladas. Sin abrir juicios todavía sobre el
    óptimo poblacional y productivo del área es
    manifiesto que el equilibrio
    alcanzado hasta ahora es uno que se refleja en una
    población de muy bajo nivel de vida, exportadora de ganado
    de baja calidad, lana,
    tejidos rústicos y, sobre todo, de mano de obra poco
    calificada. Pero, a su vez, la nueva ruta abre perspectivas de
    mejoras productivas. La ganadería que se ha ido refinando
    en otras áreas marginales del país, de mejorarse en
    pasturas, genética y
    técnicas de manejo (y aun de esquila para
    los ovinos) permitiría aumentar considerablemente
    el valor del producto.

    Obviamente, esto abre el interrogante sobre la capacidad
    y posibilidades de esta población –dada su
    situación de tenencia y capitalización– para
    aprovechar esas oportunidades. Si la respuesta fuese negativa la
    consecuencia sería el marginamiento o expulsión
    definitiva de la misma.

    Un análisis del aislamiento debe completarse con
    el de las formas de articulación de estas comunidades con
    la sociedad circundante; históricamente ellas han sido las
    relacionadas con la tenencia de la tierra y
    las formas de comercialización. Nos hemos referido al
    "trueque", en realidad los procesos de comercialización
    del área de la Puna (y los procesos de itinerancia entre
    zonas más agrícolas, salares, zonas de pastoreo,
    etc.) merecen una investigación detallada. Especialmente
    cuando la introducción de nuevas técnicas de
    transporte van a alterar este elemento esencial de la vida
    económica y tejido social. (3)

    3.
    Población

    Actualmente la población reside dispersa (dada la
    naturaleza
    pastoril de su actividad) pero organizada en tres áreas
    sobre el extenso territorio (Laguna Blanca, Corral Blanco, Aguas
    Calientes). Totalizan en cantidades equivalentes unos 90 hogares
    y entre 450 y 500 personas. (4)

    Un primer análisis de la distribución por edades de esa
    población revela un marcado índice de dependencia
    (47,2% de menores de 15 años y 13,6% de mayores de 50) lo
    que se explica por la migración de jóvenes (en
    apariencia ligeramente superior por parte de los varones, pero
    marcada para ambos sexos) y la alta natalidad para la
    población residente (son comunes familias con 6 y
    más hijos). El tema de la familia no
    ha sido aún profundizado, pero el examen de los datos de registro y la
    opinión de informantes revelan la existencia de formas de
    organización en que los abuelos
    crían (a veces coexistiendo con la crianza de los propios
    hijos menores) nietos –especialmente de sus hijas–;
    hijas residiendo con sus hijos en la casa paterna y hogares cuyos
    jefe es una mujer. El gran
    número de casos de madres "solteras" nos hizo pensar en un
    acentudado desequilibrio de sexos, pero el examen de la
    pirámide de edades y de tasas específicas de
    masculinidad en las edades más propensas a la reproducción no confirmó la hipótesis (TN general= 94; entre 15 y 40
    años = 84). Si bien existe el desequilibrio, la elevada
    "ilegitimidad" no encuentra su única explicación en
    el mismo. Hay sin duda una valoración de la
    reproducción (y normas referidas
    a la actividad sexual de las jóvenes) que legitiman esa
    forma de organización de la comunidad doméstica. La
    conformación de parejas estables debe relacionarse,
    pensamos, con la posibilidad de cierta independencia
    económica en el complejo sistema de rebaños
    familiares. Este es otro punto que requiere una
    investigación detallada. Dado lo aislado del área
    las redes de
    parentesco son pocas y extensas.

    4. La
    economía

    Como hemos dicho, la producción del área
    es básicamente pastoril y extensiva. Se organiza en
    algunas estancias mayores (una ocupa más de la mitad del
    territorio) y pocas propiedades de menor dimensión. En
    estos establecimientos mayores la producción de parte de
    la superficie se organiza a través de puesteros, y otra
    (esto involucra a la mayor parte de la población) se
    arrienda en contratos de
    herbaje (pago por cabeza). (5) Obviamente, las superficies en
    sí son de poca importancia en este extenso territorio
    cuasi desértico. Importan aquellos espacios privilegiados
    por agua y
    pasturas, y la medida de la riqueza es otorgada por la magnitud
    del rebaño. Las estaciones imponen un ritmo al pastoreo y
    desplazamiento de los animales. Las
    tareas mayores (ej. marcada) están pautadas culturalmente
    y comprenden trabajos comunitarios o de ayuda recíproca en
    el marco de una clara explotación individual.

    La consideración de la actividad económica
    de esta población está estechamente ligada a su
    organización familiar y concepción cultural, temas
    que deben ser profundizados en esta investigación. De
    todos modos cabe señalar que a través de
    informantes aparece que en cada familia hay a su
    vez rebaños menores pertenecientes a diferentes miembros
    (ej. hijos) y que esto afecta sin duda la lógica de la
    explotación.

    Las horas muertas del invierno, y aun los
    períodos de cuidado del ganado, son tradicionalmente
    dedicadas al tejido de hilado, el que está también
    sujeto a las formas de explotación ya señaladas.
    (Se practica una mínima agricultura en
    "chacritas" cercadas de piedra y regadas o irrigadas).

    Los déficit alimentarios son complementados con
    trueques con las zonas "bajas" (ej.: las áreas a
    más o menos 2000 a 2500 mts. de altura entre la quebrada
    de Belén y la de Randolfo).

    5. Cultura

    Como se ha dicho, se trata de una típica
    población puneña cuya cultura (de
    raíces probablemente muy antiguas) se articula en torno a la
    actividad pastoril. Viven sometidos a un clima riguroso y
    en el contexto de una gran escasez de bienes con un
    estilo de vida
    muy austero. El esfuerzo físico, incluso de los niños,
    es considerable. Esta austeridad se rompe sólo en
    ocasión de fiestas y acontecimientos. En los hombres estas
    ocasiones se acompañan de ingestiones exageradas de
    alcohol, y hay
    presunciones de que el alcoholismo y
    la procreación entre familiares cercanos afectan el caudal
    genético de esta población. De todos modos queremos
    rescatar este rasgo de escasez para definir luego su
    actitud frente
    a la naturaleza.

    Toda su vida social y cultural está articulada
    por la actividad de pastoreo y sería necesario realizar
    detallados estudios de casos (monografías sobre el trabajo y
    vida cotidiana de familias) para disponer de un conocimiento
    adecuado del conjunto de normas, valores y
    actitudes que
    organizan este "estilo de vida" en que los ciclos vitales del
    rebaño y de las comunidades domésticas se
    entrelazan estrechamente (6) .

    Una primera hipótesis a partir
    de este bosquejo somero es que en el precario equilibrio que
    sostienen con el medio tan hostil tienden ancestralmente a
    apreciar la fauna circundante
    como una oportunidad de aumentar su dieta proteínica o
    aumentar sus ingresos, y que
    por lo tanto tendrían, a partir de nuetra actitud
    conservacionista del medio natural, conductas predatorias
    difíciles de erradicar. A partir de su inserción
    precaria en la sociedad más vasta, la caza de
    vicuñas, zorros colorados, etc., ha representado un
    recurso que permite superar la mera economía de
    subsistencia. Este recurso es requerido por agentes externos, por
    otro lado, estrechamente vinculados a la red de intercambios de
    la puna. Retirar estos recursos implica
    pues una privación para una parte de la población
    que no tiene elementos para aceptar la legitimidad de una
    acción
    conservacionista. Otra hipótesis es la referida a su
    relación con el ganado. Pensamos que estos pastores
    evalúan positivamente más la cantidad que la
    calidad (al estar la cantidad –en economía de
    trueque tradicional– asociada con poder) y
    serían renuentes a la tecnificación. Ambas
    hipótesis deben ser exploradas en el contexto del complejo
    cultural del que hablamos. Un cambio planificado que quiera
    contar con la adhesión de esta población
    deberá tener en cuenta el difícil equilibrio, con
    la naturaleza y la sociedad externa, en que ha subsistido y lo
    poco flexible de la cultura emergente.

    II. EL ESTABLECIMIENTO DE
    UNA RESERVA DE VIDA SILVESTRE EN UNA COMUNIDAD DE PASTORES DE
    ALTURA (LAGUNA BLANCA
    DEPARTAMENTO BELEN
    CATAMARCA)**

    Floreal H. Forni, Leonor Pessina y María
    Isabel Tort.

    1.
    Introducción

    Esta comunicación da cuenta de una experiencia en
    curso. Se trata del establecimiento de una reserva de vida
    silvestre localizada sobre una extensa propiedad
    privada donde residen pastores de altura en hábitat
    disperso (Flores Ochoa, Jorge A., 1977, Castro Lucic, Milka,
    1982). Esa población aparece hasta fines de los
    años '60 reducida a un extremo aislamiento, (7) lo que se
    manifestaba en la autosuficiencia con respecto al consumo
    (alimentos y
    vestidos de acuerdo al uso local), y en la no recepción de
    prácticamente ningún tipo de servicio
    exterior ni de los medios de
    comunicación masivos. Desde entonces se puede
    señalar un debilitamiento de la base económica
    ganadera de muchos hogares y una fuerte dependencia de la
    actividad del hilado por parte de los más pobres, y
    especialmente de aquellos a cargo de mujeres. Pero los impactos
    de cambio más significativos se producen a comienzos de la
    década del '80. La apertura de un camino que conecta el
    área con el resto de la provincia (8) , la
    declaración de reserva (que hace efectiva la
    prohibición de caza de una especie muy valiosa, la
    vicuña), la instalación de una estación (en
    el sector accesible del área) periódicamente
    visitada por técnicos, que, en una decisión poco
    común, emplea a unos 20 miembros varones de la misma parte
    del área como guardafaunas y auxiliares.

    Igualmente se iniciaron acciones de
    extensión respecto a la actividad ganadera.

    Estas decisiones partieron de criterios técnicos
    y políticos, y no contaron con ninguna
    participación de la población afectada. Ellas
    causaron, sin duda, en el grupo
    más involucrado, y probablemente en el resto de las
    familias, efectos importantes.

    En esta comunicación se pretende, en primer
    lugar, efectuar una primera evaluación de ese impacto, y
    luego presentar la experiencia comenzada hace tres años,
    (9) con apoyo externo, de convertir esta acción
    –iniciada con fines conservacionistas– en un proyecto
    participativo de organización de la comunidad para
    controlar y optimizar sus recursos.

    Finalmente se discutirán algunos puntos
    relevantes para el desarrollo futuro de la experiencia y estrategias de
    investigación que pueden contribuir a sus fines
    principales, con respecto a una utilización racional del
    medio
    ambiente, la calidad de
    vida y participación de la población en las
    decisiones sobre su propio desarrollo.

    2. La reserva de Laguna
    Blanca: medio ambiente y
    población; su historia y situación

    (10)

    Laguna Blanca es una reserva provincial de vida
    silvestre (11) ubicada en la parte sur de la Puna
    catamarqueña (Dto. Belén), que se extiende en una
    pampa de alrededor de 973.000 ha (12) . De las especies
    allí protegidas, la vicuña es la más
    significativa. (13)

    La pampa ubicada a 3.500 m. de altura sobre el nivel del
    mar, rodeada de altas cumbres, presenta una marcada aridez (200
    mm anuales) apenas atenuada por la presencia de aguas
    subterráneas originadas en los deshielos y que emergen en
    vertientes por la propia Laguna Blanca y por los terrenos de base
    húmeda (vegas), donde crecen pastos duros pero abundantes.
    La combinación de estas áreas más
    húmedas y fértiles con la utilización de
    pastos de los cerros ha permitido el asentamiento humano. Esto
    está atestiguado por antiguas ruinas de construcciones
    indígenas y por la existencia actual de una
    población básicamente ganadera (con transhumancia),
    que acredita varias generaciones de residencia. La presencia en
    Laguna Blanca de un viejo templo (mediados del siglo XIX)
    señala la antigua importancia del lugar, posible punto
    intermedio para arreos de ganado y producción de mulas
    para Chile y Bolivia.

    Actualmente la población, de unos 90 hogares de
    entre 400 y 500 personas (14) , tiene patrón de
    asentamiento disperso organizado en tres áreas sobre el
    extenso territorio. Laguna Blanca, Corral Blanco y Aguas
    Calientes. Ese patrón responde a razones ecológicas
    (la distribución de vegas y pasturas), a la actividad
    pastoril predominante (llamas, ovejas y en menor medida cabras),
    acompañada de "chacras" con agricultura de subsistencia
    (papas, habas, maíz,
    cebolla de verdeo) y a la
    organización en estancias, que impone la figura de
    puesteros, actuales pastajeros.

    Un rasgo característico de esta reserva es que
    está asentada sobre propiedad privada. Una parte menor, en
    Laguna Blanca, corresponde a una familia que ha fraccionado su
    propiedad por herencia. Pero la
    mayor parte integra una antigua estancia que en 1970 fue
    adquirida por un ex trabajador, convertido con los años en
    importante comerciante, quien no reside en el lugar, aunque lo
    visita frecuentemente en su condición de comerciante y que
    ha mantenido las relaciones existentes con los pastajeros. El
    efectuó años después una donación de
    tierras en Laguna Blanca (1.500 ha, aproximadamente), sobre la
    que se instaló la Estación Experimental de
    Altura.

    La declaración de reserva y el establecimiento de
    la estación experimental coinciden en el tiempo
    (alrededor de 1980) con la construcción de la ruta
    Belén–Antofagasta de la Sierra, que rompe el extremo
    aislamiento de esta área. La veda de caza de una especie
    tan valiosa como la vicuña afectó sin duda la
    economía de algunos de los pobladores; otro rasgo
    característico de esta reserva es el haber incorporado
    como guardafaunas asalariados –de hecho los únicos
    responsables de la conservación de la fauna
    silvestre– a unos 20 pobladores (todos hombres) de Laguna
    Blanca. En el sector cercano a la estación esto
    operó como una compensación por la pérdida,
    si bien la medida no alcanzó a los pobladores más
    alejados.

    Estos hechos, como veremos posteriormente, han
    determinado algunas de las contradicciones del proyecto, que
    deben ser tenidas en cuenta para la mejor continuación del
    mismo.

    3. Características
    sociales y culturales: los cambios en las condiciones objetivas
    de vida

    A principios de
    siglo estos valles y pampas cordilleranos cumplían una
    función
    importante en el traslado de ganado. Por entonces la mayor parte
    de la actual Puna recién había sido transferida a
    la Argentina. El área de Laguna Blanca parece haber sido
    un centro de intercambio y actividad. (15) Había
    abundantes alfalfares y una agricultura diversificada,
    incluía quinoa, trigo y maíz. Las vicuñas
    constituían otro importante recurso.

    Existe una amplia literatura sobre comunidades rurales
    aisladas (16) y las consecuencias de ese factor sobre el
    desarrollo económico, la integración social y la
    vida cotidiana de sus habitantes. Creemos que ése es el
    caso de Laguna Blanca. Obviamente el aislamiento no es
    sólo un dato físico y corresponde al estadio de
    desarrollo, a la tecnología de transportes dominantes y al
    tipo de relaciones de la población del área con la
    región circundante y el resto del país. El
    aislamiento de esta área y su pérdida de
    importancia relativa ha sido inversamente paralela al proceso de
    desarrollo del país (incluyendo su vuelco hacia la
    región pampeana y la interrupción de corrientes
    comerciales con Chile y Bolivia, a través de puna y
    cordillera) y a la estructuración de una red de
    transportes que la excluyó.

    A partir de esa situación se fue estructurando un
    sistema de relaciones desiguales con el exterior basada en: a) la
    comercialización de la producción de sus
    rebaños y los tejidos de lana de oveja o llama (sea como
    arrendatarios o herbajeros, o a través del trueque por un
    limitado conjunto de mercancías), siendo el lomo del burro
    la forma de transporte predominante; y b) en la emigración
    (temporaria y gradualmente cada vez más definitiva) de sus
    habitantes. Sobre la base de un desequilibrio entre posibilidad
    de producir (capacidad de pastaje y producción animal con
    la tecnología disponible) y una población de alta
    fecundidad, la migración de los jóvenes es un
    "proceso ya antiguo de varias décadas".

    Una "expedición científica" realizada en
    1955 (17) acredita lo difícil del acceso desde
    Belén y la práctica autosuficiencia de la
    población para su consumo, tanto en alimentos como en
    vestidos. En ese momento señalan la importancia del lugar
    como centro del tráfico de cueros de vicuña, tanto
    los obtenidos localmente, como los de mejor calidad
    traídos desde Chile. Esta función de mercado
    articuló tempranamente, sin quebrar el aislamiento, al
    área con Belén–Catamarca centro del tejido
    artesanal.

    Esta articulación hacia el sur se refuerza con la
    transferencia de la propiedad de la gran estancia que adquiere el
    mencionado comerciante (residente en una localidad intermedia),
    la disminuación de la vicuña y la
    prohibición de su caza (más o menos implementada
    hasta el establecimiento de la reserva); la presión
    del número sobre los rebaños de ganado
    doméstico y como consecuencia un gran proceso de vuelco
    hacia el hilado. De hecho la organización laboral
    corresponde a una relación de tipo "cottage industry" (18)
    con el propietario y más recientemente también con
    otros comerciantes, que operan a través del trueque, pero
    adjudicando un calor
    económico a lo intercambiado en función del valor
    del producto del hilado. Aun los muy pequeños pastores
    entran en relación con vecinos de mayor rebaño
    hilándoles la lana "al partir". En muchos hogares, dado el
    tamaño reducido del rebaño, el hilado (y en menor
    medida el tejido) es la principal fuente de recursos. Esta
    actividad tiene la particularidad de ser compatible con las
    tareas pastoriles, de no establecer diferencias por sexo y casi
    por edad, y una primera observación de la población revela
    que a partir de la primera infancia "todo
    lo que se mueve hila". Esta mercantilización de las
    actividades tampoco quebró por sí misma el
    aislamiento, pero hizo abandonar tareas incompatibles con la
    dedicación al hilado, como algunos cultivos, especialmente
    trigo, maíz y quinoa (19) , y muchas de elaboración
    de autosubsistencia (por ejemplo el tejido de picote,
    prácticamente abandonado).

    Al producirse, en los alrededores de 1980, la
    construcción del camino, por el cual los vehículos
    pueden acceder a Laguna Blanca, y la instalación de la
    estación, aparecen, al menos en la parte del área
    más abierta a contactos, las condiciones que posibilitan
    la ruptura del aislamiento. (20) De todos modos, el
    tráfico por la nueva ruta es escaso, y no hay
    abastecimiento de combustibles ni negocios a partir de Villavil
    hasta Antofagasta.

    Desde 1982 la reserva provincial inició una
    experiencia inédita al emplear como guardafaunas y
    auxiliares a veinte hombres del paraje Laguna Blanca (una parte
    considerable de la población masculina del lugar y buena
    parte de los miembros de la red de parentesco de pequeños
    propietarios independientes). Esto implicó para este grupo
    la introducción a una economía monetaria del
    ingreso fijo, a una diversificación en el consumo (de
    alimentos, de vestimentas, la introducción de objetos), y
    a una alteración de los ritmos y horarios de
    trabajo.

    El acceso a este empleo y
    sueldo en este lugar significa un real privilegio desde el punto
    de vista de los ingresos. La estratificación, medida hasta
    entonces básicamente por el tamaño del
    rebaño, presentaba unos pocos casos de propietarios de
    rebaños realmente importantes (varios cientos de llamas y
    más de mil ovejas), pocas decenas de "unidades
    económicas" (alrededor de 100 llamas y más de mil
    ovejas) y el resto poseedores de muy pocos animales. A estos
    niveles de rebaño corresponden diferentes estrategias (en
    término de dedicación a diferentes actividades), de
    acuerdo también con la composición por edad y sexo
    de los hogares (Forni, Floreal y Benencia, Roberto,
    1985).

    Queremos relacionar así esta
    estratificación con la observación que
    habíamos hecho con respecto a la dependencia de muchos
    hogares de la actividad del hilado. El examen de los datos de
    registro y la opinión de informantes revelan la existencia
    de formas de organización en que los abuelos crían
    nietos –especialmente de sus hijas–, a veces
    coexistiendo con la crianza de los propios hijos menores; hijas
    residiendo con sus hijos en la casa paterna y hogares cuyo jefe
    es una mujer. (21) Justamente es en estas situaciones donde el
    hilado tiene el mayor peso con respecto a los otros elementos del
    presupuesto
    familiar.

    ¿Cuales serían, pues, los principales
    cambios que el establecimiento de la reserva y la estación
    implicaron para esta población?

    En general hay una mejora evidente en accesibilidad y
    servicios.
    Pero desde el punto de vista económico para el conjunto
    que no ha accedido a los nuevos salarios, sin
    duda, las prohibiciones respecto a la fauna (y uso de armas) son
    vividas como pérdidas. Como se ha dicho, se trata de una
    típica población puneña cuya cultura (de
    raíces probablemente muy antiguas) se articula en torno a
    la actividad pastoril. Viven sometidos a un clima riguroso y en
    el contexto de una gran escasez de bienes con un estilo de vida
    muy austero. El esfuerzo físico, incluso de los
    niños, es considerable. Esta austeridad se rompe
    sólo en ocasión de fiestas y acontecimientos. En
    esas ocasiones se realizan comidas especiales, que en los hombres
    se acompañan de ingestiones abundantes de alcohol. De
    todos modos, queremos rescatar este rasgo de escasez para definir
    luego su actitud frente a la naturaleza. Una primera
    hipótesis a partir de este bosquejo somero es que en el
    precario equilibrio que sostienen con el medio tan hostil tienden
    ancestralmente a apreciar la fauna circundante como una
    oportunidad de aumentar su dieta proteínica o de aumentar
    sus ingresos, y por lo tanto tendrían, respecto de la
    actitud conservacionista en que está basada la reserva,
    conductas predatorias difíciles de erradicar.

    A partir de su inserción precaria en la sociedad
    más vasta, la caza de vicuñas, zorros colorados,
    etc., ha representado un recurso que permitía superar la
    mera economía de subsistencia. Este recurso era requerido
    por agentes externos estrechamente vinculados a la red de
    intercambios de la Puna. Retirar estos recursos implicó
    una privación para una parte de la población que no
    tiene elementos para aceptar la legitimidad de una acción
    conservacionista, (22) ni información suficiente sobre las
    posibilidades de un futuro uso racional de cuyos beneficios
    podría participar.

    Para los que han ingresado como agentes en la
    estación ha habido una compensación efectiva, que
    ellos retribuyen con una eficaz vigilancia. Percibir regularmente
    un ingreso monetario (que ha atraído vendedores al
    área) les ha permitido una diversificación del
    consumo (fácilmente detectable en la ropa y otros objetos,
    y también en la alimentación).
    Tomando algunos casos típicos se elaboraron presupuestos
    familiares, lo que permitió obtener "perfiles
    alimentarios" y comentarios muy significativos sobre los cambios
    de este rubro. Hay que señalar que el acceso más
    fácil desde el exterior y acciones estatales, como los
    comedores escolares y las cajas de PAN (recibidas
    prácticamente por todos los pobladores), han introducido
    en general cambios en los hábitos alimenticios.
    (23)

    4. Algunas contradicciones
    planteadas por el proyecto

    Una evaluación del impacto causado por estas
    acciones pone de manifiesto que las mismas afectan en distinto
    grado y con distinto sentido a los miembros de la
    población, beneficiándolos en algunos casos,
    causándoles perjuicios que son sólo algunas veces
    claramente percibidos, en otros. Por otra parte, la experiencia
    ha avanzado en función de intereses conservacionistas,
    científicos y decisiones políticas,
    sin resolver algunos problemas
    fundamentales, desde el punto de vista de la población
    residente.

    – Un problema básico es que la reserva
    está ubicada sobre tierras privadas, que son a su vez
    puestas en valor por pastajeros, a los que las prohibiciones
    respecto de la fauna silvestre limitan. Si bien ésta es
    una contradicción importante, no es insoluble en
    términos de la explotación adecuada del recurso
    –futura utilización racional de la
    vicuña–, en la medida que posibilite que la
    población pueda negociar en igualdad de
    condiciones con el Estado y
    el propietario. Por otra parte, es evidente que toda
    acción que mejore el medio, si bien es aprovechada por
    los pobladores, beneficia y valoriza más directamente al
    propietario.

    – Si bien es un hecho positivo la
    contratación de personal local
    eficiente para las funciones
    requeridas, lo cierto es que en un medio tan pobre un
    número limitado de personas con ingresos fijos (y
    estatus de "empleado público") acentúa la
    desigualdad. Por otro lado, esas formas de ingresos, horarios,
    etc., los divorcian de su estilo de trabajo y vida
    campesina.

    – Otro problema surge de la concentración
    de acciones y salarios en el área restrigida de Laguna
    Blanca, debida en buena medida a la contradicción
    generada por la gran propiedad que cubre buena parte de la
    reserva y por la dificultosa accesibilidad al interior de la
    misma, para difundir las acciones en el resto de la
    población.

    – La selección exclusiva de personal masculino
    para el trabajo en la reserva desequilibra un sistema de
    relaciones en una población donde las mujeres cumplen un
    rol económico muy importante.

    5. Estrategias de desarrollo
    social

    De los puntos anteriores se hace evidente que hay en
    esta experiencia problemas básicos de no fácil
    resolución porque involucran intereses contradictorios.
    Pero que hay también hechos positivos que pueden imputarse
    al proyecto y que benefician, dentro de la desigualdad
    señalada, al conjunto de la población: mejoramiento
    del ganado a través de reproductores, sanidad animal. (24)
    Estas acciones significaron empezar a cambiar el antiguo valor de
    la cantidad de cabezas de ganado, propio de una población
    pastoril, por la unión de calidad más cantidad. En
    una economía caracterizada por la escasez –como ya
    se señaló– casi el único valor
    económico de atesoramiento es el ganado, que brinda carne,
    leche, grasa,
    lana. Con el desarrollo del proyecto, y al estar
    configurándose como un elemento más importante el
    hilado (por la prohibición de la caza), los aumentos de
    rendimiento por animal en la esquila, junto con la calidad de la
    lana, aparecen como nuevos valores para la
    población.

    Pero el hecho positivo fundamental es la posibilidad de
    organización y contacto que ha tenido la comunidad
    más cercana a la Estación Experimental. A partir de
    esta posibilidad se inició con la misma, hace tres
    años, la promoción de un proyecto en el marco del
    Programa Regional de Tecnología Apropiada para la Mujer
    Campesina, promovido por la Comisión Interamericana de
    Mujeres de la Organización de Estados Americanos. Con una
    metodología participativa, (25) se
    determinaron las necesidades sentidas por la población y,
    consecuentemente, las acciones a emprender en los límites
    del proyecto.

    Los problemas y soluciones
    planteados por la población fueron: sanidad animal de los
    rebaños de ovejas y llamas; mejoramiento y
    ampliación de pasturas para lograr incrementar y mejorar
    dichos rebaños; manejo del agua para asegurar su
    disponibilidad; mejora de la nutrición humana a
    través de huertas comunales; incremento de los ingresos
    familiares por medio del mejoramiento de la producción y
    comercialización de los hilados y las artesanías
    que producen; aumento de la interacción entre la población,
    facilitándola a partir de la construcción de un
    centro de reuniones y depósito de productos
    artesanales, semillas y vacuna; mejoramiento sanitario de la
    alimentación mediante la instalación de un
    salón para faenamiento de los animales de
    consumo.

    Para implementar este programa se contó con un
    presupuesto, una promotora de la provincia que visitó
    repetidamente el área y una promotora local. Se formaron
    comisiones con las mujeres de la población para
    implementar estas acciones. Más allá de los logros
    objetivos, los
    resultados de mayor valor han sido:

    – participación asociativa;
    (26)

    – verbalización colectiva de las
    necesidades y medidas para solucionarlas;

    – autovaloración como
    personas.

    A partir de esta experiencia, la comisión (y de
    hecho toda la población involucrada) ha participado en la
    elaboración de un nuevo proyecto, (27) que incluye la
    construcción de una pequeña represa, la
    utilización de fuentes no convencionales de energía
    y la producción y conservación de
    alimentos.

    Estos objetivos, aunque limitados, son logros valiosos
    dada la situación de partida. Aún se está
    lejos de alcanzar con la acción al conjunto de la
    población, desarrollar formas organizativas adecuadas y
    estar en condiciones de negociar con las partes intervinientes el
    futuro del área y la disposición de sus recursos.
    Pero de todas maneras el proceso que ha tenido esta experiencia
    ha permitido hasta ahora incluir a esta población como un
    actor significativo en la mejora de sus condiciones de vida y
    tenerla en cuenta en la toma de
    decisiones.

    III. EL IMPACTO DE LA RUPTURA
    DEL AISLAMIENTO EN UNA POBLACION DE PASTORES DE
    ALTURA

    Dora Jimenéz y Leonor Pessina *
    * Dirección de Flora y Fauna Silvestres
    – Subsecretaría de Recursos Naturales
    Renovables.

    1.
    Introducción

    En este trabajo vamos a analizar el proceso de cambio
    provocado por un conjunto de acciones de instituciones
    estatales sobre una comunidad con un importante grado de
    aislamiento físico y que, además, sufre un alto
    nivel de marginación con respecto a la sociedad
    nacional.

    La más relevante de esas acciones ha sido la
    creación de una reserva de vida silvestre que ha cambiado
    la estrategia,
    laboral y de subsistencia, de una parte de los habitantes de
    estas pequeñas comunidades de "pastores de
    altura".

    La literatura antropológica se ha ocupado siempre
    de las comunidades aisladas, pero algunos de estos trabajos no
    han tenido en cuenta las articulaciones
    que las vinculaban con la sociedad mayor en la que estaban
    contenidas (por ejemplo, las primeras investigaciones de
    Redfield). De esta forma se simplificaba el análisis, ya
    que su objeto de estudio quedaba bien delimitado y se le
    podía adjudicar, sin dificultad, una lógica interna
    que permitía dar respuesta a todos los
    interrogantes.

    Con el correr del tiempo, y con la profundización
    de las investigaciones, variaron los enfoques de los
    científicos que comenzaron a tener en cuenta los factores
    externos que afectaban la vida de la comunidad. Por otra parte,
    fueron desapareciendo los grupos aislados y
    autosuficientes que hacían las delicias de los
    antropólogos de la primera mitad del siglo.

    Se comienza, entonces, a ver a estas comunidades como
    segmentos de sociedades
    complejas.

    Es prácticamente imposible ocuparse de un grupo,
    por más pequeño que sea y aislado que parezca, sin
    ubicarlo dentro de un contexto más amplio en
    relación con el cual se pueden observar corrientes
    fluídas de elementos que se intercambian. Steward equipara
    a las instituciones nacionales con "el esqueleto y el sistema nervioso
    que recorre la totalidad de la sociedad manteniéndola
    unida y afectándola en todos los puntos" (Steward, J.,
    1955, pág. 58).

    Si bien esta corriente es más fuerte en un
    sentido que en el otro ya que hay "una aceleración e
    intensificación de los impulsos que van del centro a la
    periferia" (Pearse, A., 1979, pág. 61) no se puede negar
    que los pobladores de estas regiones aisladas cumplen
    determinados roles en la economía de los sistemas
    nacionales, ya sea como mano de obra ocasional o como proveedores de
    materia prima
    barata.

    En el caso del que nos ocupamos, el aislamiento
    físico es importante, ya que los caminos abiertos
    recientemente son malos; la población local no tiene
    automotores, no hay líneas telefónicas y el
    único equipo de radiocomunicación funciona en forma
    deficiente.

    A pesar de eso y de que, como veremos más
    adelante, no era común que la gente del lugar saliera para
    ir a trabajar a la zafra o a otras cosechas, no podemos, en
    relación con la historia de este lugar, hablar de
    incomunicación total en ningún momento.

    Partimos así de un aislamiento relativo, que se
    fue modificando en distintos períodos de su historia para
    llegar al momento actual en que la Nación
    interviene en la región para recomponer las poblaciones de
    vicuñas que habían sido diezmadas.

    Paradójicamente, esta acción que trata de
    volver –en lo que hace a la fauna silvestre– a un
    estado de
    cosas anterior trae aparejada una serie de cambios que afectan la
    vida de los habitantes de la zona.

    Intentaremos ver cuáles han sido los puntos de
    articulación de la comunidad con la sociedad nacional, a
    través de los cuales se ha producido el intercambio de
    elementos culturales, haciendo hincapié en el proceso de
    transformación que se está desarrollando en la
    actualidad.

    Este trabajo es parte de una continuidad de estudios
    realizada en el área (Ver Prefacio, supra).

    Se basa en seis visitas realizadas al terreno, por
    períodos de quince días cada una, en un lapso de
    tres años.

    Durante estas visitas recorrimos el territorio de la
    comunidad y efectuamos entrevistas a informantes calificados y a
    pobladores.

    En el año 1988 realizamos una encuesta a treinta
    familias de la localidad La Lomita sobre aspectos:
    demográficos y de su vida familiar, laboral y
    productiva.

    2. Medio
    ambiente

    2.1. Rigurosidad del
    medio

    El medio ambiente en el que se encuentra la
    población de Laguna Blanca presenta elementos que
    conforman un patrón difícil para la vida
    humana.

    Su altura –superior a los 3000 m.– y su
    ubicación dentro del altiplano puneño argentino
    establecen una serie de características comunes a otras
    áreas.

    Las precipitaciones son escasas y estacionales,
    produciéndose casi todas durante el verano, en los meses
    de diciembre a marzo. El promedio anual está comprendido
    entre los 100 a 250 mm. (Cajal, J.L., l988).

    A la limitada oferta
    biológica natural se suma un balance hídrico
    negativo para todos los cultivos, los que se pueden realizar
    exclusivamente con riego suplementario aun en el
    estío.

    Los cursos de agua, en su mayor parte, recorren
    sólo cortas distancias y son de carácter temporario, no obstante lo cual
    han desempeñado y desempeñan un papel importante en
    la localización de las poblaciones. Todos estos
    ríos y arroyos deben su caudal a las lluvias y granizadas
    que en verano condensan en la cima de los cerros, pues en el
    fondo de las cuencas las precipitaciones son siempre
    escasas.

    La temperatura
    tiene oscilaciones diurnas que se acentúan en el invierno.
    Durante esta última estación se registran marcas por debajo
    de los –15 grados centígrados. Las heladas son
    frecuentes en siete meses del año y casi diarias entre
    abril y agosto. Con respecto a los vientos, los más
    comunes soplan desde el Oeste y el Sur. Estos últimos son
    más frecuentes durante el invierno, ocurren diariamente y
    prácticamente sin interrupción. Los del Oeste, por
    lo general, comienzan a soplar después del
    mediodía. (Cajal, J. L., 1988).

    Estos factores ambientales limitan las posibilidades
    agrícola– ganaderas de la región y, por ende,
    afectan la calidad de vida de sus habitantes.

    "Acá, en invierno, hace mucho frío, cada
    vez está nevando" (Informante Nº 31). "En agosto y
    septiembre todavía hace mucho frío" (Informante
    Nº 40).

    Aun en el verano los fuertes vientos limitan las
    actividades que se desarrollan al aire libre,
    como el tejido. "Cuando el zonda está muy fuerte no
    podemos tejer" (Informante Nº 31)

    La hostilidad del clima no impide la existencia de
    numerosas especies animales, particularmente aves y
    mamíferos. Entre los mamíferos
    autóctonos descuellan los camélidos americanos:
    llama (Lama lama) doméstica y vicuña (Vicugna
    vicugna) silvestre. Otros mamíferos son los
    carnívoros como los zorros, colorado (Dusicyon culpaeus) y
    gris (Dusicyon griseus), y el puma (Felis concolor) que en esta
    área es el mayor depredador de animales domésticos
    y silvestres. Se encuentran, además, aves y
    roedores.

    "La vegetación es de tipo estepa y la tasa de
    cobertura fluctúa entre 15% y 70%. Predomina una
    vegetación leñosa baja: tola (Lepidophyllum
    quadrangulare). En los sectores más secos, que anuncian
    la puna árida, las asociaciones de "yareta" (Aizotella
    yareta), plantas en
    cojines muy duros y crecimiento muy lento, constituyen un
    combustible muy apreciado. En sectores con más agua
    predomina la champa, asociación de gramíneas
    (festucae, poas, bromeliaceae, etcétera). Parte de este
    tapiz de gramíneas crece en la estación de
    lluvias y desaparece al comenzar la estación seca,
    valorizando por tal razón a la vegetación de las
    depresiones húmedas, higro–morfas, los apreciados
    'bofedales' del ganado vacuno y camélido" (Dollfus, O.,
    1981, pág 42).

    Según un informe del licenciado Alfredo Reca, las
    áreas de aptitud muy alta para el pastaje representan
    sólo un 20% de la superficie total de la reserva y se
    notan en muchos sectores indicios de sobrepastoreo y de que se
    está llegando al límite del soporte
    ecológico en relación con la carga
    animal.

    3. El
    Aislamiento

    3.1. Primeras
    ocupaciones

    Pese al cuadro adverso descripto en el punto anterior,
    se tiene conocimiento de antiguos asentamientos en el
    área. Una expedición científica realizada en
    1955 encontró una casa semisubterránea con la
    "conchana" o fogón redondo en el centro y aberturas a los
    costados para la salida del humo, características de
    antiguas construcciones (1).

    Los antecedentes históricos más antiguos
    señalan la propiedad de parte de la actual reserva, como
    producto de antiguas mercedes reales. Mencionan una Hacienda de
    Calchaquí o Encomienda de Pulares o Tonocotés,
    otorgados en encomienda en el año 1698 al maestre de campo
    Diego Diez Gómez, heredada por su hija María
    Magdalena, casada en segundas nupcias con Domingo de Isasi
    Isasmendi. La hacienda se extendía desde las propiedades
    de la Marquesa del Toxo por el Norte (Ciénaga Redonda o
    Carachi Pampa) hasta los altos de Belén y Santa
    María, con 80 leguas de largo por 32 de ancho (2). En su
    jurisdicción posteriormente se creó Antofagasta de
    la Sierra (3).

    No se tienen otros antecedentes de ocupación
    humana hasta el siglo XIX, de la que queda como recuerdo, un
    antiguo templo. La tardía incorporación de la llama
    en el lugar (4) –unos cincuenta años atrás
    aproximadamente– y el hecho de ser éste un
    camélido doméstico propio de las poblaciones
    puneñas, podría aseverar la hipótesis de un
    último poblamiento proveniente de valles inferiores. Un
    anciano de setenta años señaló que sus
    abuelos "han sido de la provincia de Salta, San Carlos" (5),"un
    lugar lindo para criar hacienda; lo que no se daba eran papas y
    habas. Tenían vacas, ovejas y cabras" (Informante
    39).

    3.2. La ruptura del
    aislamiento

    En tanto aquí se ha considerado el aislamiento no
    solamente como un dato físico, sino como el tipo de
    relaciones que establece una comunidad con su entorno y con el
    resto del país, pueden determinarse dos períodos en
    el proceso de ruptura del aislamiento de Laguna Blanca. El
    primero comienza con las primeras décadas del siglo y
    finaliza en el año 1979. El segundo, que llega hasta el
    presente, está signado por los efectos que ocasiona la
    creación de la reserva de vida silvestre.

    3.2.1. Primer período. Comercio,
    escuela y
    servicio militar.

    En esta etapa uno de los factores que produce un quiebre
    del aislamiento es el tráfico comercial que establece dos
    vertientes, una hacia Bolivia –y probablemente
    Perú– y otra hacia Chile. En Bolivia, donde se
    abastecía a la zona minera que demandaba animales de
    carga, el intercambio económico para los habitantes de
    Laguna Blanca era la cría y venta de burros
    y, en menor medida, de mulas. "Para Bolivia se llevaban burros y
    mulas. Yo fuí hasta mitad de camino, hasta San Antonio de
    los Cobres (6).Le poníamos ocho días de camino;
    íbamos por caminos de herradura nomás, por
    serranías. En San Antonio de los Cobres vendíamos y
    seguían otros, los que compraban allá, para
    Bolivia" (Informante 39).

    Si bien hay referencia de que los animales se
    vendían por dinero
    boliviano de plata que representaba muchas veces importantes
    sumas (7), no se ha registrado, hasta el momento, esta forma de
    pago para Laguna Blanca, sino el trueque por coca, que
    consumían y cuyo excedente cambiaban en Belén por
    bienes de consumo. Quizás el pago en especies y no en
    dinero se debía a que la venta no se hacía
    directamente sino a intermediarios que eran los que llevaban los
    arreos a Bolivia.

    Las ventas a Chile
    probablemente eran para las compañías mineras
    inglesas que se establecen al finalizar la Guerra del
    Pacífico, adquiriendo fundamentalmente ganado en pie.
    "Venían de Chile a comprar 300, 500 corderos, así,
    chilenos. Compraban vacunos y los 'ojoteaban' en las patas para
    el arreo, para que no se despeñen" (Informante 39). El
    comercio con Chile era realizado desde allí a Laguna
    Blanca y el pago por la hacienda se hacía en dinero y
    también en especies, "algunos traían cueros de
    vicuña, de chinchilla" (Informante 39).

    Las necesidades de animales –mulas y burros–
    de los centros mineros del altiplano boliviano y el
    tráfico ganadero hacia Chile contribuyeron a activar la
    economía de esta área de la Puna y, en cierta
    medida, disminuyeron el aislamiento al aumentar los contactos
    (8).

    Este comercio con el exterior brindaba insumos para el
    aprovisionamiento, que se hacía desde Belén. El
    trayecto llevaba cuatro días a lomo de mula de ida y otro
    tanto de vuelta (9). Estos contactos –pautados en el
    tiempo– eran un rito de pasaje en los jóvenes,
    cuando sucedían antes del enrolamiento para el servicio
    militar. "Salí de la laguna por primera vez a los catorce
    años, ayudando a llevar cargas para traer la
    manutención, trigo, maíz, arroz, de Belén.
    Arreábamos burros y nosotros a mula" (Informante 39).
    "Bajábamos con tropas de burros mansos para traer cosas,
    para traer la proveeduría" (Informante 31). Para pagar los
    alimentos que compraban, especialmente maíz, arroz, yerba,
    azúcar
    y telas para confeccionar la ropa interior, llevaban coca, cueros
    de chinchilla (10), de vicuña y lana. Los cueros de
    vicuña provenían del lugar y también de
    Chile. La vicuña chilena era preferida por la calidad de
    la lana, "la lanita de la vicuña de aquí era
    ordinaria, bajita, la chilena era muy linda, altita así"
    (Informante 18).

    El valor que la vicuña tenía –dentro
    de los animales silvestres– en la economía del lugar
    era notorio y resaltado por los informantes, que indicaron que no
    solamente llevaban a Belén y Villavil los cueros de
    vicuña, sino que desde distintos parajes subían
    compradores (11).

    La coca aparece como otro elemento importante, dado que
    se recibe como pago. Por ser Laguna Blanca una zona carente de
    ella, actuaba como distribuidora de la misma hacia localidades de
    más abajo.

    El comercio ejercido por los habitantes de Laguna Blanca
    reitera las formas de trueque tradicionales en las relaciones
    interétnicas prehispánicas, aunque seguramente ya
    subsumidas dentro de las relaciones asimétricas de
    intercambio establecidas actualmente.

    El intercambio comercial, especialmente con Chile,
    continuó hasta avanzado este siglo, teniéndose
    referencias de la continuidad del mismo hasta 1955
    (12).

    Probablemente, de los contactos con otros lugares y
    también de las necesidades que planteaban las transaciones
    comerciales, se establece otro elemento que contribuye a
    resquebrajar el aislamiento: la escuela. Parecería que el
    primer maestro que estuvo en el lugar era boliviano y fue llevado
    por los padres de familia, quienes le pagaban. Esto
    ocurría alrededor del año 1924 y rotaba,
    enseñando tres meses en Corral Blanco y tres en La Lomita.
    Habría sido este maestro quien gestionó y obtuvo la
    creación –en 1950– de la escuela Nº 450
    de La Lomita. En 1968 se inaugura la escuela de Corral
    Blanco.

    La escuela supone una relación que pone en
    contacto a alumnos, padres y maestros, no sólo como medio
    educativo, sino a través de su función social y de
    cooperación comunitaria. Desde estos aspectos, la escuela
    actúa como un elemento que interviene en la ruptura del
    aislamiento. Es a partir de ella, y de las fiestas que
    tradicionalmente allí se realizan así como del
    trabajo comunitario de refacción de los edificios, que los
    habitantes de los distintos parajes pueden reunirse.

    El tercer elemento que aparece como interruptor del
    aislamiento es el enrolamiento y el servicio militar, en el caso
    de los varones (…) "pudimos observar las caras de
    alegría de varios muchachos próximos a los 18
    años de edad cuando nos contaban que debían bajar
    pronto a Belén para el "enrole". Esa alegría
    mezclaba la oportunidad de salir del pago cuanto a
    exteriorización de un nuevo status" (13). El recuerdo del
    año pasado fuera de Laguna Blanca permanece en la
    mayoría de los más ancianos "el servicio militar lo
    hice en Catamarca, estuve un año; fue un año lindo"
    (informante Nº 39). El servicio militar, además, era
    muchas veces el paso previo a una partida temporaria o
    definitiva: la emigración en busca de fuentes de
    trabajo.

    Hasta la creación de la reserva –año
    1979– y la desaparición del último
    obstáculo al concluirse la ruta que atraviesa la cuesta de
    Randolfo, la mayoría de la población que
    tenía contactos con el exterior –saliendo de Laguna
    Blanca– eran varones; en cambio, las mujeres
    recibían los contactos a través de comerciantes,
    viajeros y maestros que pasaban por Laguna Blanca. En los varones
    la actitud hacia el contacto era activa, decisional, como en el
    caso del comercio o pasiva –impuesta desde afuera– en
    el servicio militar, pero siempre implicaba una salida del
    espacio físico y familiar. Las mujeres salían poco
    del lugar y la ruptura del aislamiento estaba dada por contactos
    con los que llegaban desde afuera; su papel era, por lo tanto, el
    de un receptor pasivo.

    Desde el punto de vista de la comunidad, las fuentes de
    ingreso de dinero o bienes obtenidos por trueque provenían
    de lugares fuera, no sólo del área sino de la
    República Argentina (14). Los contactos con el país
    adonde estaba asentada la población se limitaban a los
    viajes para
    aprovisionamiento y trueque con Belén, el servicio militar
    o la acción de la escuela.

    AQUI VA EL MAPA

    3.2.2. Segundo
    Período. La creación de la
    Reserva

    La interrupción de las corrientes comerciales con
    Chile y Bolivia sucedió en diversos momentos del
    período anterior. Esta situación produjo una
    pérdida económica en la comunidad, especialmente en
    la venta de burros y mulas, lo que derivó en el incremento
    numérico de los primeros, por lo que la comunidad,
    actualmente, considera excesivo su número.

    A esto le siguió la creación de la Reserva
    de Vida Silvestre en el año 1979. Con ella se producen
    más rápidamente los cambios. Con la apertura de la
    ruta comienzan a llegar los vehículos, con maestros,
    personal técnico y vendedores ambulantes. En el año
    1987 esto culmina con el establecimiento de un servicio de
    ómnibus semanal que, ingresando en Laguna Blanca
    –sector La Lomita–, une Antofagasta de la Sierra con
    Belén y permite el transporte desde allí a
    Catamarca y otros lugares del país.

    Este servicio fue interrumpido durante unos años,
    pero actualmente ha sido repuesto.

    "Cuando yo llegué a Laguna Blanca, en 1978, los
    chicos no entendían lo que hablaba, había muchos
    que no conocían lo que era un auto" (Informante Nº
    40).

    A su vez, esta vía de comunicación
    facilita o posibilita formas de emigración más
    rápidas y el contacto con otros lugares.

    El establecimiento de un número bastante
    importante de puestos rentados –dieciocho dependientes de
    la Dirección de Ganadería, uno de la Policía
    Provincial y otro de Salud
    Pública– conforma un núcleo privilegiado
    de familias que perciben un ingreso monetario permanente y cuyas
    posibilidades de acceso al exterior son mayores.

    En esta etapa la mayoría de los contactos
    económicos y sociales se establecen con Barranca Larga,
    Villavil y Belén, y llegan los lagunistas en sus
    emigraciones hasta el Sur de la provincia de Buenos
    Aires.

    La presencia de vendedores ambulantes modificó
    pautas de consumo, con introducción de nuevos alimentos y
    bienes duraderos (radios a transistores,
    relojes pulsera, cocinas a garrafa de gas). A su vez,
    la pérdida de ingreso económico que le significaba
    la vicuña, aun cuando su número disminuyera sin
    cesar por la presión de la caza, determinó la
    estructuración de relaciones cada vez más
    asimétricas con el exterior.

    En el año 1984, con la creación de la
    escuela de Aguas Calientes, se completa el establecimiento de
    centros educativos en los tres núcleos poblacionales. Sin
    embargo, es significativo el número de familias
    –especialmente en La Lomita– que envían a sus
    hijos a estudiar fuera de Laguna Blanca, lo que ahora se ve
    facilitado por el mejoramiento de las vías de
    transporte.

    Al igual que en el período anterior, el
    conocimiento de lugares más alejados se encuentra en
    mayor grado entre los varones, por influencia de la
    emigración y el servicio militar. Las mujeres más
    jóvenes superan a las mayores en la realización de
    viajes fuera de Laguna Blanca. Belén y Antofagasta son los
    centros urbanos más conocidos por las comunidades ubicadas
    desde La Puerta de Laguna Blanca hasta Corral Blanco. La
    población de Aguas Calientes y su área de
    influencia, aunque se encuentra más aislada, tiene
    contactos con el Departamento de Santa María
    (16).

    La ruptura del aislamiento con el exterior es
    visualizada como positiva por la población. "Antes de
    abrirse la ruta estábamos peor que ahora, porque no
    venía la proveeduría, había que ir a comprar
    comida" (Informante Nº 16).

    El quiebre del aislamiento de la comunidad global con el
    exterior no es acompañado por un comportamiento
    similar en lo interno. Las características de los
    asentamientos, por su alto grado de dispersión, dificultan
    las comunicaciones
    más allá de los vecinos o parientes ubicados en las
    cercanías. Las largas jornadas de trabajo son otros
    factores que contribuyen al aislamiento interno. Son poco
    frecuentes las "visitas sociales"; cuando éstas se hacen
    tienen un fin preciso, generalmente la adquisición o el
    trueque de bienes. Esto hace que las relaciones intrafamiliares
    se fortifiquen más, convirtiéndose así las
    familias nucleares o extensas en unidades de producción,
    consumo y distribución de bienes.

    Las fiestas vinculadas con el ganado, como la
    "señalada" o la de San Juan Bautista, patrono de Laguna
    Blanca y "abogado de las ovejas" (17), son las oportunidades,
    pautadas en el tiempo, en que se reúnen segmentos
    importantes de la población (18).

    AQUI VAN LOS CUADROS Nº 2 Y 3.

    Partes: 1, 2

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