Fundamentos para un Modelo Pedagógico en la Educación a Distancia
- 1. Antecedentes
Conceptuales - 2. Antecedentes
Tecnológicos - 3. Antecedentes
Pedagógicos - 4. Reflexiones
finales - Notas
ABSTRACT
En el presente artículo se describen tres
categorías de antecedentes que tienen que ser previamente
consideradas al momento de tomar la decisión de postular
un modelo pedagógico que sustente la realización de
una oferta
educativa a distancia. La primera de ellas dice relación
con los elementos conceptuales que le otorgan un marco de
referencia que define el modo de ser entendida la
terminología y la propia Educación a
Distancia; de este modo, se radicaliza las directrices
exigidas a los modelos
pedagógicos presenciales. A su vez, se presentan los
descriptores relativos a los avances
tecnológicos que inciden y posibilitan dicha
modalidad. En la última parte, la atención se centra en las categorías
pedagógicas que en definitiva le proporcionarán
sustento al modelo que se a de implementar. En este sentido,
cobran especial relevancia el fenómeno del aprender, la
estructuración de la información, la evaluación, los roles y tareas de los
agentes involucrados en el proceso
educativo, como también la redefinición y puesta en
práctica de la educación
permanente.
Palabras clave:
· e-learning
· educación a
distancia
· entornos virtuales
· sociedad de la
información
· virtual
La educación a distancia, bajo las actuales
condiciones que la determinan, es un campo emergente en constante
evolución y transformación que
dificulta su precisión y conceptualización.
Aún así, muchos autores han intentando definirla.
Sin entrar a polemizar en el asunto (1), concordamos en
este sentido con García Aretio (2), en decir
que:
"La enseñanza a distancia es un sistema
tecnológico de comunicación bidireccional
(multidireccional), que puede ser masivo, basado en la acción sistemática y conjunta de
recursos
didácticos y el apoyo de una dirección o tutoría, que,
separados físicamente de los estudiantes, propician en
éstos un aprendizaje
independiente (cooperativo)".
Correspondería esta modalidad de educación
formal a aquella en la cual la interacción y el diálogo
comunicativo de los usuarios con el docente y entre sí se
hace a través de plataformas virtuales utilizando medios
tecnológicos, siendo el contacto real (físico)
entre estos agentes prácticamente inexistente o
innecesario.
La educación a distancia definida de este modo,
enfatiza el contacto virtual entre usuarios que se hace a
través de una plataforma electrónica. Por su parte "A
distancia", implica la separación física, el no
coincidir necesariamente en tiempo y
espacio, entre los estudiantes, profesores y tutores. A su vez,
los participantes del proceso educativo pueden interaccionar y
aprender autónomamente los contenidos, para cuyos efectos
los materiales,
recursos y plan de trabajo
presentados adecuadamente actúan como medios para que
éste avance y desarrolle las actividades, las evaluaciones
y consolide aprendizajes significativos.
La acepción ‘Sin
Distancia’, obedece principalmente a una perspectiva
que entiende en esta modalidad una oportunidad de acercamiento
entre las necesidades de formación de las personas y las
ofertas académicas institucionales, sin mediar
impedimentos de traslado, geográficos o físicos. La
‘No Distancia’, implica esa
connotación de acercamiento que permite acceder desde
cualquier lugar a la información, posibilitando una mayor
equidad e
igualdad en
este sentido. Por tanto, consideramos que hablar de sin o
a distancia son conceptos complementarios para una misma
visión de esta modalidad.
El desarrollo de
una formación a distancia y la incorporación de
recursos tecnológicos a las actividades educativas, en el
último tiempo, ha conducido un debate sobre
estas cuestiones. Como afirma Salinas
"Una de las principales contribuciones de las
Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC), sobre
todo de las redes telemáticas,
al campo educativo es que abren un abanico de posibilidades en
modalidades formativas que pueden situarse tanto en el
ámbito de la educación a distancia, como en el de
modalidades de enseñanza presencial"
(3).
En tal sentido, las TIC convocan no solamente a
desarrollar la modalidad de enseñanza a distancia, sino
que también a transformar y/o mejorar las prácticas
tradicionales de la enseñanza presencial. Este aserto debe
ser compartido igualmente con la afirmación de que sin una
sólida y eficiente formación presencial es poco
probable la existencia de una educación a distancia de
calidad.
Consideradas de este modo, las TIC no sólo surgen
como una nueva forma de ofrecer cursos o programas
educativos, sino que también como oportunidad que debe
conducirnos a cuestionar el actual modelo pedagógico
tradicional de la enseñanza presencial, ello en
razón de tres motivos principales:
a. Presencia de herramientas
informáticas.
Los recursos y herramientas informáticas han
llegado a constituirse o al menos a proponerse como un elemento
consustancial al hacer educativo en apoyo a la labor docente de
las actividades de aula. En tal sentido es de todo punto de vista
pertinente enseñar en su adecuado uso, poniendo a la
informática al servicio de
una docencia
innovadora, de calidad y creativa.
b. Modalidades de enseñanza.
La educación presencial debe -existiendo los
recursos tecnológicos disponibles- ser fortalecida y
apoyada por sistemas de
enseñanza que empleando estos medios transiten a espacios
no presenciales o virtualizados. Para que el estudiante logre
trabajar en estos ambientes no tradicionales, se hace necesaria
la adquisición de ciertas habilidades y actitudes a
obtener en la cotidianidad presencial, conduciendo al estudiante
hacia la autonomía, condición indispensable al
desempeño exigible en su formación
permanente. Es en la presencialidad, donde se ha de cambiar la
cultura de las
personas hacia una actitud
positiva hacia el autoestudio, la evaluación para la
mejora, la reflexión critica y el aprendizaje
situado.
c. Procesos de
aprendizaje.
Al constituirse la enseñanza presencial en la
antesala necesaria de la modalidad a distancia se impone la
coexistencia congruente de ambas en cuanto a las capacidades y
estrategias de
formación, todo ello orientado al fomento del aprender a
aprender, a la adquisición de aprendizajes significativos
inscritas en diferentes acciones
didácticas y, fundamentalmente, el encuentro
dialógico que posibilite la interacción
comunicativa entre los agentes implicados en el acto
educativo.
Con la incorporación y las posibilidades de
utilización de las TIC en educación, no sólo
debemos considerarlas como herramientas o medios
tecnológicos para favorecer aprendizaje, pues este surge
como planteamiento meramente instrumental y técnico del
uso de software y
hardware;
más importante resulta el modelo pedagógico que
surge tras la creación de nuevos ambientes para aprender.
Con ello, se generan nuevas maneras de concebir las interacciones
de los agentes educativos y de entender la relación
dialógica en la que se sustenta el proceso
enseñanza y aprendizaje.
Incongruente e inconsistente resulta la
incorporación de las TIC en educación para
"hacer más de lo mismo". En contrario, estos nuevos
recursos han de ser introducidos dentro de una concepción
pedagógica innovadora y diferenciadora de los
clásicos estilos academicistas, frontales y
enciclopédicos, sobre todo cuando éstos privilegian
los procesos de enseñanza en detrimento de los procesos de
aprendizaje.
Es indudable que la aparición de los medios de
masas (radio, TV, etc.)
han afectado a la forma en que los ciudadanos aprendemos. Sin
embargo el desarrollo de estos medios no ha afectado
profundamente a la
organización de los modelos educativos. Los ambientes
instruccionales, si bien, han comenzado a transformarse en la
actualidad para adaptarse a la sociedad de la información,
los procesos de enseñanza-aprendizaje que se desarrollan
en las instituciones
educativas tradicionales parecen presentar cierta rigidez para
una educación futura y requieren para ello adaptaciones
(Cfr. Salinas, 1999. Poole, 1999. Castells, 1996).
La enseñanza a distancia como la formación
presencial utilizando TIC no aseguran eficiencia,
eficacia y
calidad de los programas impartidos. Sin embargo, podemos llegar
o acercarnos a estos estándares, siempre que la
reformulación de programas quede inscrita en modelos
pedagógicos acordes con las nuevas tendencias
epistemológicas y paradigmáticas de concebir la
relación educativa. En esta perspectiva, Internet y los software, no
deberían ser pensados como la panacea de solución a
todas las problemáticas educacionales. No obstante, las
tecnologías vigentes nos obligan a aceptar que los
procesos de interacción, diálogo y aprendizaje
están siendo fuertemente influenciados y trastocados por
estos medios, promoviéndose la necesidad de afrontar la
acción pedagógica con otra mirada.
Existen, en el momento actual, algunas señas o
eventos que
nos permiten pensar en una educación sin
distancias; más aún, nos colocan ante una
encrucijada vital donde parece imperioso desarrollar programas de
formación a través de esta
modalidad:
El avance de la tecnología en forma
exponencial posibilita contar con una modalidad diferente de
educación formal, donde los espacios virtuales se
convierten en ambientes propicios para aprender.
Con las TIC, se presenta una nueva forma de concebir el
proceso de formación no presencial. El correo
electrónico, la Web, los
hipertextos, los CD-ROM, que
irrumpen en la sociedad comienzan a ser incorporados en los
programas educativos a distancia.
Según el avance y la incorporación de las
TIC a los ámbitos educativos podríamos establecer
que el sistema de correo electrónico surge como
alternativa o complemento a los tradicionales medios de
comunicación ( teléfono y correo postal). Su alto grado de
inmediatez y bajo costo permite
transferir información de forma más eficiente
dinamizando las interacciones.
Luego, con la Página
Web, se hace posible no solo enviar o colocar contenidos en
la Red Internet,
sino también es más fácil acceder a
información multimedia y
digital para el estudiante. Con esto, aparecen nuevas
posibilidades haciendo más variado, rápido y
factible el acceso a la información de los
cursos.
Esta evolución no habría sido posible sin
los avances tecnológicos. La integración de varios medios (Multimedia),
con el desarrollo de mejor conectividad es posible la
generación de plataformas de aprendizajes más
adecuadas. Pero así como aparecieron oportunidades y
soluciones
surgieron las interrogantes:
- ¿Cómo a través de entornos
virtuales es posible desarrollar actividades de aprendizaje
significativo? - ¿Remplazará esta modalidad a la
presencial tradicional? - ¿Qué ocurre con aquellos que no tienen
acceso a esta tecnología? - ¿Se generarán nuevas desigualdades en
cuanto al acceso a estos medios?. (4)
Es necesario detenernos en una cuestión
fundamental:
"La web es, pues, un medio, un sistema diferente a
través del cual se relacionan los sujetos y los objetos
que intervienen en el proceso educativo, pero no es una
finalidad educativa por si misma. Si vamos más
allá incluso podemos decir que la evolución de
las tecnologías en general, y de la web en concreto,
condiciona, sin duda, los recursos pedagógicos que se
utilizan. Pero no tenemos que supeditar la tecnología a
la educación, sino que la tecnología tiene que
estar, en el caso que nos ocupa, al servicio de la
educación" (Duart y Sangrà, 2000. Pág.
17).
Contar con tecnologías informáticas es hoy
más asequible que hace un lustro. Los altos costos de hace
tres años se han reducido casi a un tercio y
también la alfabetización informática, cada
vez, se masifica más. Sin embargo, debemos reconocer que
aún más del 95% de la población mundial no tiene acceso expedito
y adecuado a esta Red (http://www.grupoam.com/). Con todo,
las proyecciones tecnológicas permiten establecer
diferentes características para el desarrollo de las
modalidades de educación a distancia:
- La holoconectividad, es decir sin
fronteras de tiempo.
A cualquier hora el estudiante puede conectarse con el
curso, desarrollar las actividades y enviar mensajes y tareas. De
esta forma, cada cual aprende a su ritmo y en el ambiente que
le resulte más cómodo o adecuado. Las telecomunicaciones actuales están
desplazando a la Internet tradicional como único medio de
comunicación posible. Los sistemas celulares y la
televisión digital nos permitirán en un corto
plazo contar con otros medios de contacto que
complementarán al computador
actual, posibilitando que el estudiante maneje sus horarios en
forma flexible.
- La ubicuidad, es decir conexión
desde cualquier lugar.
Una característica fundamental para desarrollar
la educación sin distancias es la potencialidad que ofrece
Internet de acceso a información actualizada. Los
computadores y las redes comunicacionales están llegando a
más personas, a través de conexiones más
expeditas en sus lugares de trabajo, de estudio y en alguna
medida en los hogares. Por su parte, sistemas como Wap de
telefonía
celular, permiten recibir y enviar información
extendiendo las posibilidades de comunicación. Así,
en el futuro parece que el lugar físico no será
fundamental para adscribirse a programas de
formación.
- La metadimensionalidad, entendida como la
capacidad de integrar varios medios en uno
sólo.
Las plataformas digitales y tecnológicas se
constituyen en el soporte que reúne y ofrece esta
característica. Así el estudiante no sólo
aprende leyendo o escuchando, sino que complementando una
variedad de medios que se integran en estos circuitos de
información: imágenes,
videos, textos, hipertextos, colaboran conjunta e integradamente
a una enseñanza diversificada que garantiza de mejor
manera aprendizajes significativos.
- La asincronía y la sincronía,
como diferentes y complementarios niveles de
moderación.
La tecnología actual permite planificar
actividades de aprendizaje considerando la reunión de
profesores, tutores y estudiantes al mismo tiempo
(sincronía) a través de sistemas de
comunicación on-line; o bien recoger mensajes,
información, incorporar aportes y consultas estando no
necesariamente on-line, interactuando el estudiante con la
información contenida en la plataforma
(asincronía).
- Las redes concebidas como espacios
virtuales.
Sin las redes informáticas no es posible pensar
en la Educación sin distancia mediada por
tecnología. La Internet no sólo debe ser entendida
como reservorio de información, sino también como
espacio de encuentro, contacto y creación.
Constituyéndose en aspectos altamente relevante al momento
de considerar el desarrollo de programas en esta
modalidad.
- El aula virtual como lugar de
encuentro.
Corresponde al espacio donde los contenidos,
interconexiones, interacciones, aprendizajes, debates y
actividades pedagógicas se ofrecen en un entorno virtual,
transmitidas a través de una plataforma
tecnológica, que permiten el aprendizaje y la
reunión de los agentes educativos, satisfaciendo la
necesidad de interacción y diálogo didáctico
mediado. (5)
El incremento de información y el desarrollo
tecnológico propio de la década han influido en la
renovación de las tendencias educativas actuales y las
epistemologías en que se fundamentan, quedando de esta
forma obsoletas una serie de teorías
y prácticas pedagógicas. Este proceso no ha sido
siempre de modo lineal y sistemático. Lo que caracteriza
esta reflexión es más que nada los desacuerdos y
puntos de vista divergentes sobre una misma materia.
Podríamos aseverar más bien, la eclosión de
una catarsis
desorganizada de discusiones, elucubraciones, propuestas de
inserción y utilización educativa de las TIC, en
sí valiosas, pero sin haber resuelto de manera precisa y
categórica el ámbito teórico práctico
de las tecnologías en educación y sus efectos en el
aprendizaje.
En este contexto, la Informática Educativa,
estaría convocada, desde la interdisciplinariedad, a llenar el vacío
epistemológico existente en el campo de las TIC aplicadas
a la educación. Sus objetivos
podrían materializarse interrelacionando y proponiendo
formas que permitan introducir este avance tecnológico en
las actividades y modalidades educacionales. La apuesta
quedaría focalizada en la elaboración de propuestas
innovadoras y creativas que permitan la utilización de
estos medios en concordancia con postulados teóricos e
ideas conceptuales contemporáneas propias de la epistemología pedagógica.
Emergerían como directrices fundamentales y fundantes
-cualesquiera sea la modalidad de enseñanza-, en el
desarrollo de modelos pedagógicos para las actividades
educativas, elementos como: currículos flexibles,
aprendizaje social, significativo y abierto, centrar el proceso
en quien aprende, aprender a aprender, respeto a ritmos
individuales, igualdad e equidad, evaluación permanente y
auténtica, comunicabilidad de los medios y
mediación didáctica.
La matriz
teórica y el sustento elemental para el diseño
de toda acción educativa programática es el
modelo pedagógico que le da coherencia, pertinencia
y validez. En este sentido, el factor principal de todo programa
educativo, que considere los aspectos anteriormente mencionados,
ha de ser la presencia de un modelo pedagógico que lo
sustente, constituyéndose así, en su principio
generador al que se subordinarán las estrategias de
aprendizaje, la forma de entrega de contenidos, los procesos
cognitivos, las interacciones pedagógicas, la
concepción evaluativa y los perfiles que caracterizan a
los agentes participantes (profesores, tutores y
estudiantes).
El discurso
pedagógico precedente y su transferencia a la
educación a distancia, tal como la hemos entendido hasta
aquí, requiere ser analizado y profundizado teniendo en
consideración los siguientes elementos:
Las teorías de aprendizaje, presentes en el
modelo deben dar cuenta del cómo es entendido el
fenómeno de aprender por la organización que ofrece los
cursos.
Por un lado, estaría el problema de
compatibilizar el hecho que el estudiante a distancia
aprende en "soledad" con las teorías contemporáneas
del constructivismo
social. En consecuencia, facilitar la comunicación y el
diálogo, de tal forma que se permita compartir,
intercambiar y discutir aprendizajes con los demás agentes
educativos. Por otro lado, posibilitar el "metaaprendizaje" capaz
de generar una auténtica reflexión cognitiva. Para
tal efecto, deben privilegiarse actividades donde el aprendizaje
se constituya en conocimiento
aplicado contextualizado a las realidades propias de los
dicentes.
Todo curso, debe ofrecer contenidos e
información metodológicamente
estructurado.
El modelo pedagógico no sólo impone como
exigencia consignar el modo en que se han de entregar dichos
contenidos a los estudiantes, sino también, cuál
será la participación de ellos en la
búsqueda o recepción de la información. A
tal fin, de acuerdo al nivel de los estudiantes, los cursos
deberían tener una marcada tendencia hacia el
descubrimiento e indagación por iniciativa individual y/o
colaborativa. Aún cuando el diseño instruccional
entrega un modo preferente de organización y construcción de conocimientos, es en la
programación didáctica de cada curso donde
quedarían establecidas, mediante la estructuración
de un currículo flexible, las condiciones que
permitan un aprendizaje abierto.
Otro aspecto relevante a considerar es la
evaluación, entendida como proceso inherente e
integral a todo fenómeno de formación.
Permite, sobre la base de datos
cualitativos y cuantitativos, mejorar de forma constante y
sistemática dicho proceso. La aplicación de
instrumentos y estrategias evaluativas posibilita generar una
reflexión y comprensión sistémica, a partir
de los datos obtenidos,
alcanzando una visión más objetiva de la realidad
evaluada. En tal sentido, lo relevante no es solo registrar y
calificar los aprendizajes al modo como tradicionalmente se lleva
a la práctica; si no que, trascendiendo dicha
acción, la evaluación ha de preocuparse de la
calidad, la eficacia y efectividad del programa, emitiendo
juicios razonados sobre los aspectos relevantes y significativos
involucrados en la acción pedagógica.
Los agentes partícipes asumen roles y
tareas acordes con el modelo pedagógico.
Resulta imprescindible definir y apropiarse de nuevos
perfiles y características especificas para los
profesores, tutores y estudiantes en cuanto son éstos
quienes en definitiva construyen el proceso educativo. El
profesor
planifica y diseña las experiencias y actividades
necesarias para la adquisición de los aprendizajes
previstos; define los espacios y recursos adecuados para su
logro; pero, por sobre todo, asume en su calidad de tutor, un rol
facilitador de los aprendizajes, haciendo que el alumno
profundice en sus conocimientos, descubra la relevancia que
éstos tienen y logre los objetivos propuestos. A su vez,
el alumno juega un papel activo, desarrollando el plan de
acción que el profesor le proporciona, ecepcionando las
indicaciones que lo orienten y ayuden a salvar los
obstáculos inherentes a las dificultades propias de todo
proceso de enseñanza – aprendizaje.
Por último, la educación
permanente.
El reciclaje
laboral, la
especialización y la educación de adultos son
exigencias que, desde la sociedad se hacen al sistema
educativo, solicitando respuesta ante una demanda
creciente. Este fenómeno social contemporáneo
favorece el desarrollo de la Educación a Distancia mediada
por TIC. Las exigencias de perfeccionamiento, capacitación y actualización tienen
una mayor y mejor acogida en aquellos programas que ofrecen
posibilidades de realización basados en una flexibilidad
curricular, pertinencia evaluativa, asincronía y libertad de
desplazamiento. En contrario, la oferta presencial actual,
pareciera no estar en condiciones de satisfacer los
requerimientos sociales de la educación permanente acorde
con los tiempos.
"La aceptación del principio de la
educación a lo largo de la vida. Si se acepta que el
período educativo no acaba nunca, la mitificación
de los títulos, el aumento de la tensión sobre
las escuelas, los profesores y los estudiantes, y la competitividad innecesaria en el sistema se
debilitarán. Nacerá un sistema educativo
flexible, con múltiples alternativas, itinerarios y
ajustado a las necesidades del usuario". (Pérez,
2000)
Un primer punto que debemos plantear como
reflexión final es el hecho del cómo las exigencias
para la Educación a Distancia han venido a modificar la
educación presencial.
La emergencia de los espacios educativos en al
educación virtual a vuelto a poner en el tapete de la
discusión teórica viejos problemas no
superados. Los antecedentes conceptuales, tecnológicos y
pedagógicos de la educación presencial han sido
puestos en entredicho al momento de poner en práctica
modelos pedagógicos para la educación a
distancia.
El ejercicio reflexivo y creativo que demandan los
nuevos modelos a de trasladarse de forma imperativa a la
formación tradicional presencial. En tal sentido, los
agentes participantes en el proceso de enseñanza
aprendizaje –profesor, tutor, estudiante- se ven obligados
a asumir nuevos roles; así también, contenidos,
actividades y evaluación son sometidos a cambios
sustantivos en relación al modo de ser trabajados en pro
del logro de los objetivos de aprendizaje.
Por último, la irrupción masiva como
propuesta académica de la Educación a Distancia,
plantea un desafío a las instituciones de nivel superior,
las que deben compatibilizar la emergencia de propuestas docentes que
incluyan estas modalidades innovadoras en comunión con la
obligada calidad que estos programas deben contener.
- Castells, Manuel. (1996) La Era de la
Información, Volumen 1 La
Sociedad Red. Edit. Alianza, Madrid. - Duart, Josep y Sangrà Albert. (2000) Aprender
en la virtualidad. Edit. Gedisa. Barcelona - García Aretio, Lorenzo. (2001) La
Educación a Distancia. "De la teoría a la práctica". Edit.
Ariel. Madrid - Pérez, José M. (2000) La escuela en
la Sociedad de la Información. QuadernsDigitals Nº
20 agosto. http://www.quadernsdigitals.net - Poole, Bernard (1999) Tecnología Educativa. Educar para la
sociocultura de la comunicación y del conocimiento.
McGraw-Hill/Interamericana, Madrid. - Salinas Ibáñez, Jesús. (1999)
Enseñanza Flexible, Aprendizaje Abierto. Las Redes como
Herramientas para la Formación. Revista
Electrónica Edutec Nº 10 http://www.uib.es/depart/gte/revelec.html
[1] – Es de hacer notar el uso indistinto que se
hace de las expresiones "educación a distancia",
"enseñanza a distancia", "formación a distancia",
así como el empleo
sinonímico de la locución "sin distancia" y "a
distancia", que de por sí complica una
definición.
[2] – García Aretio, Lorenzo. La
Educación a Distancia. "De la teoría a la
práctica". Edit. Ariel. Madrid, 2001.p. 39.
[3] – Salinas Ibáñez, Jesús.
Enseñanza Flexible, Aprendizaje Abierto. Las Redes
como Herramientas para la Formación. Universitat de les
Illes Balears. Rev. Electrónica Edutec. 1997.
[4] – En el presente trabajo, como puede resultar
obvio, no responderemos a cabalidad estas interrogantes, tal vez
sólo se entreguen antecedentes para resolver a la primera
pregunta. Las respuestas a la segunda pregunta, parece, en la
actualidad, ser negativa; por otra parte, las dos últimas
interrogantes, nos implica desarrolla el tema del impacto social
y económico de estas tecnologías, no tan solo en
los países y sus sistemas sociales y económicos
sino también sus influencias en la economía
mundial. No es intención de este trabajo ahondar en
este tema, aun cuando es un antecedente fundamental a considerar
cuando se programa una oferta de educación en el presente.
Para profundizar Cfr. Castells, Flecha, Area, Cabero,
otros.
[5] – Debemos reconocer eso sí a quienes
aprenden como entes reales en contextos reales y quienes les
guían igual, por tanto la virtualidad sólo se
vivencia en la plataforma como forma de eliminar las distancias
entre el estudiante y la organización
formadora.
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Marcelo Arancibia Herrera