Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Los partidos políticos en Córdoba desde la hora del pueblo hasta la caída de Levingston




Enviado por Carlos Mora-Ninci


    Resumen: Descriptores Tematicos: partidos politicos;
    historia;
    ideologias politicas; ucrp; union civica radical del pueblo;
    movimiento
    nacional justicialista; gobierno local;
    argentina; cordoba

    Introducción

    Al asumir Roberto Levingston la presidencia, las fuerzas
    políticas esperaron una apertura política inmediata.
    Sin embargo, el nuevo Presidente se mostró renuente a
    ello, y prefirió establecer un plazo de cuatro a cinco
    años para las nuevas elecciones, período que
    consideraba necesario para reformar los partidos y los cuadros
    políticos, buscando el surgimiento de nuevas formaciones
    políticas, o el reemplazo de viejos dirigentes, por la
    denominada "generación intermedia", políticos
    más jóvenes de segunda línea.

    Esto no fue bien recibido por la mayoría de los
    partidos y de sus principales líderes. Consecuentemente,
    se incrementaron las actividades y los comunicados contrarios al
    gobierno, y también los contactos entre las fuerzas
    políticas. El 20 de junio nacía el Encuentro
    Nacional de los Argentinos, donde tenían
    participación dirigentes radicales, peronistas,
    comunistas, democristianos, socialistas y demoprogresistas, con
    el objeto de acercar posiciones y constituir un frente
    político; y el 11 de noviembre de 1970, en una
    reunión de representantes del Partido Conservador Popular,
    del Partido Demócrata Progresista, del Partido Socialista
    Argentino, de la UCR bloquista, del Movimiento Nacional
    Justicialista, y de la UCR, se emitió un documento
    denominado "La hora del pueblo", en el que se exigía
    elecciones inmediatas, y se asumía un compromiso de
    participación sin exclusiones, y de respeto a las
    minorías.

    Este documento generó repercusiones en el
    gobierno, en las Fuerzas Armadas, en los partidos
    políticos que no participaron, y en el seno de las mismas
    fuerzas políticas firmantes. A medida que crecían
    los debates, también aumentaban las críticas a la
    gestión
    del Presidente, las alusiones al fracaso de la Revolución, y los reclamos para una pronta
    convocatoria electoral.

    A esto se agregaba la crisis
    económica, y diversos problemas en
    las provincias. En Córdoba, luego de la renuncia del
    gobernador Bernardo Bas, había sido designado en el cargo
    José C. Uriburu, amigo del Presidente, quien siendo
    fuertemente resistido por diversos sectores (1),
    presentaría su renuncia luego que los desórdenes,
    la muerte de
    una persona, y los
    más de trescientos detenidos en la jornada de huelga del 15
    de marzo, recordaran al "cordobazo (2)". Esto terminó de
    debilitar a Levingston, quien enfrentado con la Junta,
    renunció el 22 de marzo.

    Así, los sucesos acontecidos en Córdoba,
    primero "el Cordobazo" bajo la gestión de Onganía,
    y el "viborazo" con Levingston, fueron factores importantes en el
    alejamiento de dos Presidentes de la Nación.
    La provincia tuvo sucesivos gobernadores, y hubo una fuerte
    movilización social. Sin embargo, ¿qué
    sucedía con los partidos políticos en
    Córdoba?, ¿eran reflejo de esa intensa actividad
    social?, ¿adoptaban determinadas posturas en
    relación a los gobernantes?, ¿o a las decisiones de
    los dirigentes nacionales de su partidos? Las anteriores
    preguntas serán respondidas, a través del análisis de tres cuestiones básicas
    en las que parecen centrarse los sucesos públicos (3) de
    los partidos políticos cordobeses en el período
    considerado: La cuestión de la persistencia del partido y
    su reorganización; la relación con otras fuerzas
    políticas; y la postura adoptada en relación al
    gobierno nacional y a sus representantes provinciales. Cuestiones
    que, por otra parte, presentaban numerosos contactos entre
    sí, e influirían en acontecimientos
    posteriores.

    La persistencia del
    partido

    Los partidos retomaban lentamente su actividad, y por lo
    tanto trataban de volver a retomar el contacto con las bases y
    con la ciudadanía. En este sentido, las
    conmemoraciones de revoluciones, o fallecimientos,
    cumplían una función
    ideal, en tanto servían para agrupar dirigentes, reafirmar
    determinados valores ante
    la sociedad, y en
    algunos casos, tratar de definir las disputas en relación
    a la conducción del partido.

    La Unión Cívica
    Radical del Pueblo (UCRP) y la "
    guerra de los
    comunicados"

    El radicalismo contaba con dos grupos
    principales; uno de ellos era la juventud,
    conducida por Hormaeche, que perdió fuerza cuando
    jóvenes se pasaron al Movimiento de Resistencia
    Radical, liderado por Ernesto Aracena; y la otra, era la
    generación intermedia, integrada por Conrado Storani,
    Carlos Becerra, Eduardo Angeloz, y Ramón
    Mestre, entre otros, sector que participó activamente para
    lograr una orientación progresista en la UCRP.

    El conflicto se
    originó cuando el Comité Provincial de la Juventud,
    decidió realizar para el 5 de febrero de 1971, un acto con
    el objeto de conmemorar la Revolución del 4 de febrero de
    1905, y de exponer el pensamiento
    sobre la situación social Argentina. Dicho Comité,
    también anunciaba actos relámpagos, en diferentes
    lugares de la ciudad, con sectores y horarios preestablecidos.
    Pero esto generó una fuerte oposición interna, y la
    emisión de diferentes comunicados por parte de los
    diversos agrupamientos u órganos internos, llevó al
    diario Córdoba a nombrar a la situación, como la
    "guerra de los comunicados (4)".

    Así, el Movimiento de Avanzada Revolucionaria y
    Resistencia Radical, en una declaración firmada por Carlos
    Saavedra y Miguel Manietti, expresó que "dicho"
    Comité de la Juventud desacató la decisión
    del partido de oponerse a la dictadura, y
    de unirse a sectores populares con el objeto de la
    liberación nacional; que los integrantes del Comité
    ocupaban cargos en el gobierno provincial; que habían
    hecho un acuerdo con Bas para no criticar al "régimen"
    militar en el acto, lo que era una "flagrante violación de
    la moral
    radical (5)"; que el objetivo del
    mismo era "sembrar la anarquía dentro de las filas de la
    UCR y destruir lo que se está haciendo ya carne en los
    sectores populares, o sea la unidad popular frente a la dictadura
    (6)"; y que por ende, las autoridades partidarias tenían
    que adoptar las medidas correspondientes, y los radicales
    debían seguir la línea adoptada en el Congreso de
    la Cumbre.

    Por último, aclaraba que los documentos como
    "La hora del pueblo", "no significan pacto alguno, sino
    sólo el compromiso de los partidos de respetarse
    mutuamente en el logro de objetivos
    comunes: El reintegro de la Nación
    a su vida política y la adopción
    de medidas que hacen frente a la protección del Patrimonio
    Nacional frente a la penetración imperialista. Denunciamos
    el contubernio que hace la dictadura con dirigentes apresurados
    de todos los partidos en su afán de figuración
    presupuestaria (7)".

    A su vez, la juventud nacional del radicalismo, con las
    rúbricas de Luis Alberto Cáceres por Santa Fe,
    Leopoldo Moreau por Capital
    Federal, y Miguel Molinero por Córdoba, en
    representación de la Mesa Ejecutiva Nacional,
    solicitó desconocer al grupo que
    convocó a la manifestación; que el Comité
    Provincia y la Junta de Acción
    Política no se adhirieran a dicho acto; y criticaron a los
    organizadores, pues "los auténticos jóvenes
    radicales son los que junto a otros sectores populares
    confluyeron en las calles de Córdoba denunciando la
    represión, el hambre y la entrega que sufre nuestro pueblo
    […] Esas manifestaciones no contaron con la
    participación de los que hoy convocaron a este acto, que
    después de casi cinco años de mutismo y quietud,
    programan y quizás negocian un acto, que no garantiza su
    coherencia ni fuerza en el desarrollo de
    las provisiones programáticas y de la lucha de la Juventud
    Radical Nacional, ni del partido en cuanto al cumplimiento de las
    formulaciones del último plenario del Comité
    Nacional y del documento "La hora del pueblo (8)".

    Ante estas acusaciones, el Comité de la Juventud
    de la ex UCRP, respondió con la firma de D. Hormaeche,
    Victoriano Prieto, Juan Carlos Hermelo, Carlos Ledesma,
    María Luca y Mercedes Cerini, poniendo de manifiesto que
    el acto a realizarse, iba a hacer el primer acto público
    de la UCRP en la Ciudad de Córdoba, luego del golpe de
    1966. Además, sostuvieron que todos conocían su
    intransigencia radical, y que nunca habían aceptado
    acuerdos con el gobierno, o con otras fuerzas, como los que los
    criticaban.

    Por su parte, la Junta de Acción Política,
    a través de su presidente y secretario, Juan Masjoan y
    Ramón Mestre, respectivamente, y el Comité
    Provincial, por medio de su secretario, hicieron público
    que no participaban en el acto, que desautorizaban que un sector
    partidario usara del "prestigio y responsabilidad" del partido, porque "el
    radicalismo jamás se ha humillado para pedir a los
    dictadores o a sus personeros, el uso de derechos constitucionalmente
    autorizados y conculcados por la arbitrariedad y la violencia
    (9)". Sin embargo, abría las puertas al debate, y no
    impugnaba la "calidad personal y
    política de los patrocinantes […], ni de quienes eran
    anunciados como oradores (10)".

    Ante este comunicado, el Comité de la juventud
    respondió que tenía una personería moral y
    política que nadie podía negar, que había
    invitado a las autoridades del Comité Capital y del
    Comité Provincial, pero no a las de la Junta de
    Acción política, pues ésta lo único
    que hacía, a su consideración, era emitir
    comunicados sin contenido radical, y "fue incapaz de colocar al
    partido en posición de lucha activa (11)".

    No obstante, esto no marcó el fin de las
    declaraciones. El Comando Revolucionario "Adelante",
    desautorizó la realización del acto, y el
    Movimiento de Avanzada Radical, volvió a emitir un
    comunicado donde acusó a los organizadores de
    "traición a la UCR y sus principios
    revolucionarios (12)", a la vez que demostró el verdadero
    cariz interno, y de disputa de poder dentro
    de la UCR, al decir que "Este denominado Comité Provincial
    de la Juventud, fue impuesto
    arbitraria e ilegalmente por el cuerpo de secretarios del
    anterior Comité Central de la Provincia, que violando
    obsecuentemente al oficialismo de aquel entonces, no
    vaciló en incurrir en la violación de la ley partidaria
    […]" (13).

    Finalmente, el acto se realizó en la
    intersección de las calles San Martín y Humberto
    Primo, estructurándose los discursos en
    torno a los
    problemas internos del radicalismo, y la crítica
    al gobierno. Algunos comités, y organismos (Ateneo Siglo
    XX) expresaron públicamente su adhesión, aunque
    sólo fuera porque "un grupo de radicales está en la
    calle (14)".

    Pero no fue el único homenaje a la
    revolución, pues organizado por los comités de las
    seccionales 3,5,6, se realizó un acto el 7 de febrero en
    el Cementerio San Jerónimo. Al mismo se adhirieron los
    comités de las seccionales 1,4,7,8,10,11,12 y 13, e
    integrantes del Comité Provincial, es decir, la mayor
    parte del aparato partidario.

    En conclusión, un simple acto, se
    convirtió en una discusión sobre qué sector
    interno había sido más respetuoso de los principios
    radicales, es decir, no acordar con el gobierno de la
    "dictadura", estar cerca del pueblo, y de la ideología revolucionaria del radicalismo.
    Las referencias al pueblo y la revolución son
    fundamentales, pues muestran la identificación que el
    radicalismo hacía de su origen popular, y el intento de
    recobrar su apoyo, a través de planteamientos que
    reflejaran la conexión con el mismo. De allí las
    palabras hambre, entrega, etc.

    Pero ese debate también pone de manifiesto, como
    los diferentes órganos carecían de una verdadera
    legalidad y
    legitimidad, por lo cual variados grupos, reclamaban la apertura
    de los mecanismos necesarios para que el partido volviera a la
    normalidad institucional. Esto hacia que en sí, las
    disputas se volvieran algo estériles, y que en realidad
    sirvieran para cuantificar con qué fuerza, contaba cada
    uno de los contendientes.

    La UCRP y el homenaje a
    Amadeo Sabattini

    El homenaje a Sabattini se realizó al frente de
    la Casa Radical (en ese momento expropiada por el gobierno), el 5
    de marzo de 1971. Si bien su organización evidenció algunos
    problemas, los mismos no adquirieron la magnitud del anterior, y
    se refirieron más a la relación entre la UCRP y el
    gobierno, por lo que se mencionaran más
    adelante.

    Recordar a Sabattini en ese momento, significaba hacer
    presente a quien fuera el principal exponente del radicalismo
    cordobés, en un momento que el partido necesitaba un
    referente, tanto a nivel interno como con el pueblo, del cual, no
    podía verse separado. Seguirlo, implicaba en el ideario
    radical, unir la democracia con
    la justicia
    social, y rechazar otros caminos, como los de la izquierda
    revolucionaria.

    De esta manera, se pueden entender los discursos en el
    acto de Ricardo Bordenave (dirigente juvenil), quien
    descalificó a los sectores más izquierdistas de la
    juventud radical, tildándolos de "provocadores" o
    "infiltrados"; Ernesto Aracena, quien criticó el gobierno
    del gobernador Uriburu, el comunismo y el
    capitalismo;
    Antonio Scipione (presidente del Movimiento de Trabajadores
    Radicales), que formuló un llamamiento a la unidad radical
    y del pueblo para derrotar a la dictadura, y exigió una
    normalización institucional inmediata;
    Felipe Celli (presidente del Comité Provincia), quien
    expresó que la doctrina fundamental del ex gobernante
    consistía en que la democracia debía ser el medio
    efectivo para combatir la miseria, la injusticia social, y el
    analfabetismo,
    y sostuvo que el radicalismo no colaboraría con el
    gobierno; y Mario Roberto, quien dijo que la ceremonia, era en
    realidad, una expresión de la creencia radical.

    Luego, los radicales forzaron y entraron a la Casa
    Radical, y marcharon por la Avenida Vélez Sarsfield, donde
    al encontrarse con dirigentes sindicales, recibieron aplausos, a
    los que los radicales respondieron con consignas a favor de la
    acción contra la "dictadura", y en apoyo de la
    "revolución". Esto muestra como
    sectores tradicionalmente enfrentados, habían dejado de
    lado sus diferencias.

    EL Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y el
    homenaje a Angel Viqueira El acto de conmemoración del ex
    intendente de Bell Ville, a quien se calificó de
    "distinguido correligionario", sirvió como punto de
    encuentro de dirigentes provinciales y nacionales del MID, y les
    permitió salvar determinadas diferencias internas. La
    figura destacada fue la del ex presidente Frondizi, que luego se
    dirigió con los otros integrantes del partido a Marcos
    Juárez, donde se anunció la constitución de una especie de Junta
    Nacional, formada por ex gobernadores, y miembros del staff
    "frigerista", dos sectores con posturas diferentes en torno a la
    posición a adoptar en relación al gobierno
    nacional, pues mientras los primeros no querían romper
    totalmente con el mismo, sí lo deseaban hacer los
    seguidores de Rogelio Frigerio.

    El Movimiento Nacional
    Justicialista: La reacción por Eva, y el homenaje a
    Teodoro Funes

    Antes del período considerado en este trabajo, el
    peronismo ya
    dividido entre sectores ortodoxos e izquierdistas, había
    conmemorado el 17 de octubre, en un acto al que asistieron 8.000
    personas. Esto llevó al Presidente Levingston a decir que
    los concurrentes fueron pocos, lo que reflejaba el quiebre de los
    partidos tradicionales.

    Sin embargo, la existencia del peronismo y del partido
    peronista en Córdoba, se vio reflejada en otros hechos. El
    primero, la respuesta de la comisión "Pro
    restauración del cadáver de Eva
    Perón", delegación Córdoba, a la manera
    en que la revista
    Panorama se refirió en un artículo a Eva, diciendo
    que esta publicación, "siempre estuvo contra todo lo que
    significaba autenticidad y calor del
    pueblo (15)".Así, la identificación de Eva, con el
    pueblo, y de éste con el peronismo, era de nuevo
    reiterada.

    En segundo lugar, el aniversario del fallecimiento del
    Dr. Teodoro Funes, sirvió para que el Consejo Provincial
    del Justicialismo, resolviera visitar su tumba, y convocara a
    todos los justicialistas a asistir al cementerio. Este comunicado
    contaba con la adhesión, entre otros dirigentes
    expectables del peronismo nacional y cordobés, de Juan
    Domingo Perón y
    Julio Antún.
    Otro homenaje, pasaba a tener un fuerte contenido
    político.

    La relación con otras
    fuerzas políticas

    La relación entre los partidos en este
    período tenía diversas alternativas: Se
    podía respetar la existencia de todos los movimientos
    políticos y actuar independientemente; se podía
    criticar los intentos de acercamiento entre las diferentes
    fuerzas; se podían adoptar determinadas pautas comunes de
    convivencia para la vuelta a la democracia, que se reclamaba
    conjuntamente; o finalmente, se podía tratar de constituir
    alianzas o frentes.

    Mientras que el primer camino fue seguido por algunas
    fuerzas políticas (por ejemplo la Democracia Cristiana);
    el segundo correspondió a grupos internos de los partidos
    mayoritarios, que rechazaban una "reconciliación" entre
    ambos, y a algunas fuerzas minoritarias; el tercero puede ser
    ejemplificado en "La Hora del Pueblo"; y el último, en el
    "Encuentro Nacional de los Argentinos".

    En la UCRP

    La participación del radicalismo en el Encuentro
    Nacional de los Argentinos no tenía mucho respaldo, y era
    más bien criticada, si bien algunos dirigentes, como
    Conrado Storani, participaban del mismo.

    En relación a "La hora del pueblo", el sector
    mayoritario del partido, incluido el Comité Provincia y la
    Junta de Acción Política, se pronunció a
    favor del documento y las declaraciones que luego siguieron, pues
    consideraban que el mismo se enmarcaba dentro de lo que se
    venía proponiendo desde el Congreso de la Cumbre de 1969:
    la unidad popular para suplantar al régimen, y para lograr
    la justicia económica y la dignidad
    social.

    Sin embargo, igual que a nivel nacional, hubo reacciones
    opuestas, ya que se criticaba la firma de un documento con el
    justicialismo, al que muchos seguían considerando
    totalitario, a la vez que iba en contra de las tradiciones
    radicales. En este sector, también crítico del
    "Encuentro Nacional de los Argentinos", se encontraban Hormaeche
    y su grupo, quienes habían organizado el acto del 5 de
    febrero ya mencionado, y el Movimiento Orientador Radical, cuyo
    secretario era Aldo Villarreal.

    En el Movimiento Nacional
    Justicialista

    Aunque contaba con participación de peronistas,
    como Argentino Auchter, el Movimiento Nacional Justicialista no
    auspiciaba ni participaba institucionalmente, en el Encuentro
    Nacional de los Argentinos.

    Con respecto a "La hora del pueblo", la mayoría
    del peronismo la apoyó, ya que había sido firmado
    por el delegado de Perón, aunque también
    hacían aclaraciones de que dicho documento no era un
    pacto, ni acuerdo electoral.

    En el MID

    El MID no había participado en "La hora del
    pueblo", documento que fue criticado por Frondizi, porque
    sostenía que el retorno a la Constitución Nacional,
    podía ser una forma de evitar la revolución que era
    necesaria hacer.

    Consecuentemente, si bien no se manifestaron problemas
    internos sobre el mismo, ni sobre el "Encuentro Nacional de los
    Argentinos", sí se manifestaron divergencias de criterios,
    en torno a la unión con el peronismo. Esto se
    evidenció en la reunión de Villa Carlos Paz en
    octubre de 1970, donde quedó conformada una nueva "Junta
    Grande". En esa ocasión, los dirigentes Esteban Gorriti y
    Héctor Panzeri se mostraban renuentes a la alianza, en
    cambio, Luis
    Tecco, López Ballesteros, y los dirigentes de la
    denominada generación intermedia, sí la
    querían.

    Mientras tanto, y con integrantes del partido en la
    dirección comunal, en ese ámbito se
    fueron estableciendo contactos con los peronistas del Ateneo 68
    (del cual formaba parte Obregón Cano), y con los
    conservadores populares.

    En la Democracia
    Cristiana

    Como ya se ha anticipado, el partido, dirigido en ese
    momento por el cordobés Horacio Sueldo, optó por
    una postura independiente. Si bien algunos dirigentes
    participaban en el "Encuentro de los Argentinos", y el partido
    valoraba en "La hora del pueblo", el rescate de la soberanía popular, el juicio sobre el
    régimen imperante desde 1966, la visión social del
    documento, y la coincidencia de los más diversos sectores
    en concordar en aspectos fundamentales, discrepaba en que el
    objetivo inmediato fueran las elecciones, porque consideraba que
    "el país debe ser convocado a plebiscitar un programa de
    auténtica revolución que daría, a la segunda
    mayoría triunfante, el derecho de constituir una nueva
    conducción del estado para
    realizar las transformaciones de bases indispensables previas al
    ordenamiento institucional (16)".

    Esta postura independiente, fue repetida en un documento
    posterior (que si bien es difundido a nivel nacional, en
    Córdoba lo remitió la Junta Provincial), en el que
    expresaba su rechazo a la autoasignación de
    mayorías, tanto por parte del gobierno, como de los
    partidos firmantes de "La hora del pueblo".

    La relación con el
    gobierno

    En la misma, los partidos y sus principales exponentes
    podían adoptar dos posturas: colaborar con el gobierno, o
    negar su apoyo y criticarlo. A veces, las fuerzas minoritarias
    podían sostener una posición ambivalente, pero
    finalmente tenían que inclinarse a alguna de las dos
    opciones, o eran catalogados directamente por las restantes
    fuerzas políticas.

    También hay que aclarar que miembros del partido
    podían no seguir las decisiones partidarias, aunque en
    estos casos, generalmente eran sancionados con la
    expulsión.

    La UCRP

    Como todos los integrantes de "La hora del pueblo", era
    contraria a la continuación del gobierno militar.
    Así, la junta de acción política
    sostenía que "El gobierno carece de autoridad y de
    idoneidad para solucionar los problemas de los argentinos" (17),
    y que el pueblo quería democracia.

    En el mensaje a la población por el fin de año, incluso
    fue más allá, proponiendo el fin del gobierno
    militar en el plazo inferior a un año, al decir que
    "…compromete al pueblo en general a que todos en gran
    coincidencia nacional, den fin a la cruzada de la
    liberación nacional, para evitar que 1971 constituya una
    nueva frustración. 1971 debe ser un año de paz y
    libertad, sin
    dictadura (18)".

    Esta actitud no
    colaboracionista, se había puesto de manifiesto desde el
    comienzo de la gestión de Bas. Éste, intentó
    atraer a dirigentes radicales, algunos de los cuales, como
    Leandro Fernández, aceptaron el ofrecimiento. Esto
    llevó a que el partido expulsara al dirigente de sus
    filas.

    Sin embargo, no sólo el ingreso al gobierno era
    visto como negativo. La sola conversación con las
    autoridades provinciales no era aprobada. Ya se ha visto que se
    le imputaba a los jóvenes organizadores del acto de la
    Revolución de 1905, de haber acordado con el gobierno. En
    el caso del Homenaje a Amadeo Sabattini, ocurrió un
    acontecimiento similar a lo anterior, aunque fue solucionado
    rápidamente.

    En esa oportunidad apareció la noticia que la
    Comisión de Homenaje, había visitado al gobernador
    José C. Uriburu, quien expresó la necesidad de que
    los radicales participaran en el gobierno, y que si se lo
    hubieran pedido, hubiera dispuesto la adhesión al homenaje
    a Sabattini. Cuando salió a la luz esta información, la junta de acción
    política retiró su adhesión al acto, pues
    "la entrevista
    constituye un acto de blasfemia y de falta de respeto y
    consideración a la persona del homenajeado (19)". Sin
    embargo, esta posición fue modificada cuando los
    organizadores expresaron que el jefe de policía, a quien
    habían tenido que entregar la información de la
    realización del acto, los citó en la Casa de
    Gobierno, y que al concurrir allí, fueron recibidos por el
    gobernador Uriburu, a quien tuvieron que escuchar por motivos
    protocolares.

    Luego de los acontecimientos del 15 de marzo, el
    Comité Central, fustigó al gobierno de la
    Revolución Argentina por el envío de interventores
    carentes de representatividad, y se adhirió a la lucha del
    movimiento obrero.

    El Movimiento Nacional
    Justicialista

    La actitud del peronismo, en general, era similar a la
    del radicalismo. A nivel nacional, ya en diciembre de 1970 se
    había realizado una expulsión por
    "traición". Ese mismo mes, en el ámbito provincial,
    Julio Antún agregaba la importancia "que en el partido
    tiene la renovación y purificación de los cuadros,
    con la expulsión de los militantes participacionistas
    (20)".

    La posición de Antún fue coherente con sus
    actos posteriores, pues el 28 de febrero de 1971, negó que
    le hubieran ofrecido la gobernación, y dijo que si se la
    llegaran a ofrecer, la rechazaría terminantemente. Al
    día siguiente, la mesa redonda
    peronista (dirigida por él), resolvió invitar a la
    acción en todos los sectores, y solicitó al Sr.
    Washington González, secretario general del Comando
    Provincial Justicialista, que sancionara a colaboracionistas con
    el gobierno de turno.

    El 14 de marzo, el Consejo Provincial del partido,
    estableció que quienes colaboraban con el gobierno se
    colocaban automáticamente fuera del partido, por lo cual
    expulsó a un conjunto de miembros que habían
    aceptado cargos, y emplazó por el término de cinco
    días, a ex legisladores que visitaron al gobernador
    Uriburu, para que rectificaran las versiones periodísticas
    que sostenían que le habían brindado su
    colaboración, lo que llevó a los mismos, a realizar
    aclaraciones públicas.

    El día anterior, la agrupación juvenil
    justicialista "Marcha", había adoptado una clara
    política en contra del gobierno de Uriburu, al decir que
    "cerrarle el paso a la serpiente fascista, es la consigna de todo
    el pueblo argentino sin distinción alguna
    (21)".

    La Unión Cívica
    Radical Intransigente (UCRI)

    Alende, presidente de la fuerza, fue uno de los pocos
    políticos que apoyo a Levingston. Esta postura
    también influyó en la UCRI de Córdoba, donde
    integrantes también manifestaron su respaldo al gobierno,
    y algunos se incorporaron a determinados cargos
    públicos.

    Sin embargo, esto no era compartido por todos, muchos
    criticaban el fracaso de la revolución, y marcaban
    expresamente su distanciamiento del régimen militar. En
    esta posición se enrolaban Fernando Filippi (presidente de
    la junta interventora de la capital), Alberto Danguy (ex senador
    provincial) y Héctor Romero Díaz (secretario de la
    junta capital), entre otros.

    Estas diferentes posturas originaron un conflicto bajo
    la gobernación de Bas, al criticar Alvaro Monte,
    presidente del Comité Provincia de la ex UCRI, Alberto
    Danguy, y otros dirigentes, la constitución de la junta de
    enlace "pro formación de un movimiento nacional", al verla
    como un intento de ligar al partido con el gobernador. En
    ésta, estaban presentes los presidentes de comités
    de circuito, y los ex presidentes del Comité de la
    juventud, Daniel González y Pedro Ortiz.

    El Partido
    Demócrata

    Esta fuerza política, con miembros en los
    diferentes niveles de gobierno, sufrió un conflicto
    interno al designarse a Uriburu como gobernador, pues éste
    otorgó cargos a algunos miembros, pero desplazó a
    otros. Esto llevó a que dirigentes le retiraran su apoyo,
    y negaran que él perteneciera a la agrupación, pues
    si bien había sido electo senador por el partido en 1946,
    explicaban que se había pasado al peronismo.

    Asimismo, manifestaron que los integrantes del gobierno
    que decían que eran de dicha fuerza política,
    integraban una asociación que intentó fracturarlo,
    para concluir con "que ningún dirigente que merezca el
    título de tal aceptaría cargos en esta administración, caracterizada por la
    ineptitud, la intrepidez y las delirantes premoniciones
    apocalípticas (22)".

    Conclusiones

    En este período, Los actos de
    conmemoración tenían un fin relevante para los
    partidos políticos: permitían manifestar su
    presencia; posibilitaban la reunión de los seguidores;
    identificaban y redefinían valores a seguir; y eran el
    medio por el cual los diversos grupos internos canalizaban sus
    disputas, tratando de demostrar que cada uno era el que actuaba
    más correspondientemente, con una ideología
    partidaria que se estaba redefiniendo.

    Estas disputas, y el contenido ideológico,
    tampoco estaban ausentes a la hora de establecer relaciones con
    otros partidos o con el gobierno. En referencia al primer
    aspecto, la opción aliancista del "Encuentro Nacional de
    los Argentinos" era rechazada por los partidos mayoritarios,
    aunque algunos dirigentes adherían al mismo.

    Distinta era la concepción sobre el
    establecimiento de pautas generales a través de "La hora
    del Pueblo", que contaba con el apoyo de los sectores
    mayoritarios del radicalismo y el justicialismo, aunque
    había algunas resistencias
    de determinados grupos, que consideraban inconcebible un acuerdo
    en el que estuvieran las dos fuerzas tradicionalmente
    enfrentadas, por su excluyente identificación con la
    nación.

    Otros partidos, que no habían suscripto el
    documento, trataban de definir la estrategia a
    seguir. El MID criticó el acuerdo entre los partidos, pero
    a su vez, tendía a aproximarse al justicialismo, mientras
    que la Democracia Cristiana, en el marco de un respeto al
    acercamiento entre los diferentes partidos políticos,
    optaba por no participar en el acuerdo, ya que prefería
    solicitar un plebiscito.

    En referencia a la relación con el gobierno,
    cualquier intento de acercamiento, incluso el conversar con el
    gobernador, era visto como un acto de traición y
    oportunismo político, y llevaba a la denegación de
    apoyos, pedido de aclaración de los hechos, y en
    ocasiones, a la expulsión partidaria. Estas
    políticas, ya iniciadas por las fuerzas políticas
    en la gobernación de Bas, se potenciaron en el interregno
    de Uriburu.

    Con este cuadro de situación, los partidos
    políticos de Córdoba se aprestaban a iniciar una
    nueva etapa, la cual comenzaría con la asunción
    como Presidente, de Alejandro Lanusse.

    Notas

    (*) Como citar este documento: Am, Alexis. Los
    partidos políticos en Córdoba desde la hora del
    pueblo hasta la caída de Levingston.
    En
    publicacion: Astrolabio, no. 1
    . CEA, Centro de Estudios
    Avanzados, Universidad
    Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina: Argentina.
    Octubre. 2004 1668-7515 Acceso al texto
    completo: http://www.astrolabio.unc.edu.ar/articulos/partidospoliticos/articulos/am.php

    1. Los sectores políticos y sociales de
    Córdoba lo consideraban como ignorante de la realidad
    provinciana, fascista, oligárquico, y reaccionario.
    Incluso a las fuerzas armadas no les gustó el
    nombramiento, y el Arq. Hugo Taboada, un dirigente
    cordobés que desempeñaba funciones dentro
    del Ministerio del Interior, renunció a su cargo por
    esto.

    2. A esta jornada se la suele recordar como "el
    viborazo", porque Uriburu, en un discurso
    pronunciado unos días antes, había dicho en un
    discurso que en Córdoba había una serpiente, cuya
    cabeza quería cortar.

    3. Debido a centrarse en el aspecto público, las
    fuentes de
    observación consideradas son los diarios
    cordobeses "La Voz del Interior", "Córdoba", "Los
    Principios", y la revista "Jerónimo".

    4. Córdoba, 4 de febrero de 1971.

    5. La Voz del Interior, 1 de febrero de 1971,
    pág. 11.

    6. Op. cit.

    7. Op. cit.

    8. Los Principios, 2 de febrero de 1971, pág.
    11.

    9. La Voz del Interior, 3 de febrero de 1971,
    pág. 12.

    10. Op. cit.

    11. Córdoba, 4 de febrero, pág.
    3.

    12. La Voz del Interior, 4 de febrero de 1971,
    pág. 13.

    13. Op. cit.

    14. Declaración del Ateneo Siglo XX. En La Voz
    del Interior, 5 de febrero, pág. 12 15. Córdoba, 30
    de enero de 1971, pág. 3.

    16. La Voz del Interior, 15 de noviembre, pág.
    27.

    17. La Voz del Interior, 22 de noviembre de 1970,
    pág. 28.

    18. La Voz del Interior, 31 de diciembre de 1970,
    pág. 14.

    19. Los Principios, 6 de marzo, pág.
    11.

    20. Córdoba, 20 de diciembre de 1970, pág.
    9.

    21. La Voz del Interior, 14 de marzo, pág.
    24.

    22. La voz del interior, 13 de marzo, pág.
    8.

    Bibliografía y fuentes
    consultadas

    • Diario Córdoba, desde noviembre de 1970 a
      marzo de 1971.
    • Diario La Voz del Interior, desde noviembre de 1970 a
      marzo de 1971 Diario Los Principios, desde noviembre de 1970 a
      marzo de 1971.
    • FERRERO, Roberto, (1995) El navarrazo y el gobierno
      de Obregón Cano. Córdoba,
      Alción.
    • RAPOPORT, Mario, (2000) Historia económica,
      política y social de la Argentina, 1880-2000. Buenos Aires,
      Ed. Macchi.
    • Revista Jerónimo, Córdoba, Año
      II Nº28, segunda quincena de septiembre de
      1970.
    • ______________, Córdoba, Año II,
      Nº30, segunda quincena de octubre de 1970.
    • ______________, Córdoba, Año II
      Nº33, primera quincena de diciembre de 1970.
    • ROMERO, José Luis, (1992) Las ideas
      políticas en Argentina. Buenos Aires, Fondo de Cultura
      Económica.
    • SERVETTO, Alicia, "Recambio Dirigencial y
      renovación discursiva en el radicalismo de
      Córdoba, 1971-1973",en Gordillo Mónica (ed.),
      (2001) Actores, prácticas, discursos en la
      Córdoba combativa, Córdoba, Ferreira
      Editor.

    Este texto se encuentra bajo licencia Creative
    Commons

    Alexis Am

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter