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La vida en la maleza de los fantasmas, hacia nuevas formas de resistencia política


     

    ABSTRACT

    El artículo presenta una reflexión sobre
    el sentido político de la red. Centra su mirada en
    aquellos rasgos que unen política y comunicación y abre los ojos a tres
    ámbitos de una posible lectura de la
    red: Desde la red, en la red y la red. Estos tres ámbitos
    permiten diferenciar según de donde se parta el lo que
    podría entenderse como el mundo internetiano. El lector
    encontrara puntos de despegue para algunos conceptos que
    están presentes en la construcción de conocimiento
    sobre la cibersociedad. En los entretelones de la escritura
    permanece la incertidumbre sobre el lenguaje,
    sus formas e influencias del pensamiento
    tecnológico. También aparecen y desaparecen
    fantasmas que hacen pensar en un mundo de ficciones creadas para
    seguir en esa búsqueda incesante de nuevos caminos para la
    vida en la que el ser humano lucha desde siempre. Queda
    finalmente el interrogante de si es la red la tierra
    prometida o el paraíso perdido en donde navegantes
    nómadas ansían el sedentarismo de la real realidad.
    Así somos.

    Palabras clave:
    · alfabetismo/analfabetismo
    digital
    · ciberdemocracia
    · ciberpolítica
    · cibersociedad
    · comunicación

    Presentación

    Internet no solo plantea interrogantes sobre nuevas
    formas de interacción social sino que también
    se constituye en nuevas formas de acción
    política. (1) Desde una perspectiva de la
    comunicación la red se vuelve espacio político
    de la llamada sociedad de la
    comunicación/información. En ella circula con fuerza no solo
    el discurso que
    gobierna sino también la resistencia en sus infinitas
    formas. Desde los movimientos globalofóbicos radicales
    hasta las mas fuertes redes del capital hace
    circular ideas, propuestas, campañas a favor o en contra
    del sistema. Lo
    cierto es que la red es instrumento político que crea o
    transforma la manera de pensar, de divulgar o de construir
    imaginarios socioculturales. Acaso nace una nueva cultura
    política en donde la comunidad
    política puede no llegara a encontrarse nunca.

    En esa tensión que se produce entre los amigos de
    la guerra y los
    que se oponen radicalmente a ella la red es elemento central para
    el cumplimiento de sus objetivos.
    Ella esta siendo ocupada por aliados de lo bélico y sus
    discursos y
    promesas políticas
    pero también se ha constituido en un elemento clave para
    crear y movilizar las resistencias
    en el planeta. La divulgación de información en la
    red sobre, por ejemplo, la invasión a Irak
    abrió a los grupos de
    resistencia las puertas de un nuevo periodismo
    menos formal y más cercano a la población que a los dueños de los
    medios.

    Coincidimos con algunos de los grupos en esta
    perspectiva del papel político de la red pero proponemos
    construir un análisis sobre el uso, trabajo,
    discurso o propuestas de comunicación que desde el
    pacifismo se realizan o se estructuran en Internet. Hemos descubierto
    en nuestro trabajo infinidad de grupos pacifistas en los cinco
    continentes que trabajan en oposición al espíritu
    bélico que irradia el mundo actualmente y que usan la red
    como su medio más potente y económico para ejercer
    esa resistencia. Creemos que el Congreso on line será
    espacio propicio de encuentro y análisis del papel de la
    ciberpolítica en la cibersociedad así como la
    fortaleza que se derivaría de un trabajo cooperado de los
    distintos grupos en el mundo. Es preciso proponer con entusiasmo
    un aplauso para el grupo del
    Observatorio que desde Cataluña inicio y lidera una de la
    buenas ideas sobre Internet. De este tipo de entusiasmo
    debería alimentarse una red
    inteligente.

    Este ensayo se
    pregunta sobre todos estos y algunos temas más pero deja
    en el aire la
    posibilidad de seguir proponiendo los interrogantes que nos
    faciliten avanzar en la investigación sobre la red y la manera de
    no enredarnos en un único sentido. Guarda este ensayo toda
    la prudencia sobre los caminos que tomará la
    tecnologización de la sociedad y del pensamiento y con
    algo de optimismo espera que volver al mensaje en las botellas no
    sea símbolo del desastre sino mas bien aviso luminoso
    sobre nuestro futuro como especie. No en balde presagiaba
    Einstein, si no me equivoco, que la tercera guerra mundial
    seria a piedra.

    La red, una
    escenografía política

    La comunicación, de la mano de la tecnología crea o
    construye nuevos iconos, nuevos enlazamientos, nuevos discursos y
    desde esta perspectiva su influencia en las transformaciones
    culturales y políticas es sobresaliente. Es decir la
    comunicación va mucho más allá de sus
    componentes tecnológicos. En este sentido, se trata de
    comprender la comunicación como una acción humana
    de carácter político y a la
    política como un lenguaje que
    se vierte en los medios, en los salones de clases, en las
    instituciones,
    en las familias, en fin en todo espacio socio
    cultural.

    Quiero dar la vuelta sobre la idea de
    comunicación para cobijarme con una que me seduce
    continuamente y que debe haber nacido hace unos cinco siglos: la
    comprensión de comunicar como unir lo común y esto
    como la búsqueda de una razón que nos una como
    especie y que nos diferencie como individuos. No es la
    construcción de lo unidimensional la misión o
    propósito del intercambio entre seres, es, creo entender o
    desear, la búsqueda incesante del acuerdo para avanzar.
    Pero bueno, esa reflexión es solo la punta del inmenso
    iceberg de incertidumbres que se oculta detrás de una cosa
    en esencia simple pero casi inescrutable: el lenguaje.

    Retomo: no podría subestimarse el papel de la
    comunicación y específicamente las redes, en la
    transformación de lo que los antropólogos han
    acuñado como imaginarios culturales o también en lo
    se conoce como cultura política, por el contrario,
    ciudadanos de un país o localidad tienden a compartir con
    otros no solo los problemas sino
    también los deseos de consumo, los
    ídolos o iconos mediáticos y así también la
    idea de un solo tipo de sociedad con un tipo de valores que se
    orientan de forma general a los ideales de las sociedades
    capitalistas.

    Es decir no solo circula información o noticias,
    también circulan ideas, opiniones, formas de pensar y
    actuar así como prácticas y lenguajes que tienen
    influencia directa entre aquellos que la reciben. No es, por
    supuesto, la idea de una homogeneización general lo que en
    principio debería producir una alarma, sino que
    podría estarse produciendo una lenta pero segura
    transformación de lo individual, personal o
    singular a lo que se podría entender como lo general,
    colectivo y global. Esto ultimo guarda bastante distancia con lo
    comunitario que seria un rasgo a rescatar de lo local.

    Es bueno, entonces, destacar desde el inicio que existe
    una diferencia grande entre la circulación de
    información como bien de consumo y la comunicación
    como acción humana y por lo tanto inseparable del individuo, del
    ciudadano. En este caso la comunicación trasciende el
    hecho informativo y cumple un papel fundamental en la socialización, en la política, en la
    cultura, en la construcción de opinión.
    También en lo económico, aunque habría que
    destacar que el papel fundamental se constituye lo que
    llamaría la economización de la comunicación
    en un tiempo en
    donde el alma epocal
    está permeada por lo que algunos llaman capitalismo
    cognitivo (2).

    Por ahora vale resaltar que antes que consumidores de
    información somos ciudadanos y, podría decirse,
    desde esta perspectiva que si el acceso a la información
    se constituye en un derecho de la ciudadanía que podría ser exigido
    como derecho fundamental, la comunicación se constituye en
    la acción política de la ciudadanía. Otra
    cosa puede ser lo que este sucediendo. El complejo escenario
    mediático deja ver como el derecho a la información
    no es objeto de políticas publicas que lo garanticen y lo
    que tendría que ser un derecho del ciudadano a estar
    informado, queda en manos de los medios privados que por razones
    económicas o de políticas editoriales informan
    desde una perspectiva de lo urgente de la noticia, de lo rentable
    o de la rapidez que exigen las mismas prácticas
    comunicativas de los medios actuales.

    El dilema no es intervenir en los medios, sino
    incentivar a través de políticas de estado formas,
    medios o estrategias que
    solucionen o respondan por este derecho de la ciudadanía a
    la información. Un enunciado que podría ser
    interrogado de forma amplia seria: de que manera la cobertura
    tecnológica y la masificación del computador
    puede llegar a producir todo lo contrario a lo que muchos
    deseamos: una dictadura de
    la velocidad y
    una euforia comunicativa que genera polución y provoca un
    deseo de no querer recibir mas información, es posible que
    con el tiempo muchos queramos ser anacoretas virtuales: seres
    metidos en la red pero aislados.

    El escenario es entonces complejo. Su complejidad radica
    además en la fuerte relación que existe entre los
    medios, entre ellos, por supuesto, INTERNET, y la
    política. Lo es también en el sentido en el que la
    información y los medios cumplen o deberían cumplir
    un papel fundamental en la educación de los
    ciudadanos y la construcción de democracia. Se
    podría afirmar que en los medios se refleja, en buena
    parte, el estado de
    madurez política de una sociedad y son también
    termómetro, no el único, de la
    libertad de
    expresión. Vuelvo a la advertencia como medio para la
    reflexión: hablar no es comunicarse, de la misma manera
    que solo divulgar información tampoco lo es. Esto
    último es lo que produce la polución a la que me
    refería anteriormente.

    INTERNET es un ambiente
    político o si se prefiere un escenario en donde la
    ciudadanía podría adquirir un sentido comunicativo.
    Quiero deslizar en medio de este ensayo la idea de la
    política como acto comunicativo en esencia y de
    cómo la comunicación es política en tanto es
    a través de ella que la sociedad construye acuerdos o
    diferencias.

    Al observar la dinámica que toma la comunicación en
    la red es imposible no preguntarse por el carácter
    político de esa dinámica, pero ¿Cómo
    entender la política en este transito hacia la
    ciberpolítica? ¿Cómo abrir la mente para
    pensar que la ciudadanía activa se potencia en el
    uso de la red? ¿De qué manera la red es el medio
    político de inicios del siglo?. Y en esta cadena de
    preguntas debería destacar aquellas que hacen ver las
    formas de hacer política en la red o lo que podría
    ser la base del concepto de
    ciberpolítica: la acción comunicativa y la
    creación de colectivos o grupos de acción
    política en donde lo mas importante de su vida
    política sucede en la maraña
    internetiana.

    El salto ha sido inmenso y en pocos años hemos
    hecho tránsitos grandes: desde la época en que
    usábamos el esténcil como medio para reproducir la
    propaganda, el
    graffiti para divulgar sentimientos o denuncias o la fotocopia
    como imprenta
    portátil solo habrán transcurrido cincuenta
    años. Sin embargo, la velocidad y la cobertura parecen
    haber desbordado las expectativas y los deseos de muchos. Eso lo
    sabemos todos y por eso acudimos a la red como medio de
    posibilidades infinitas. ¿Qué tanto impacto tiene
    nuestro uso de la comunicación electrónica sobre aquellos que quieren un
    mundo bañado en sangre o un
    escenario planetario para la injusticia?, por lo que sucede hoy
    en día parece que muy poco.

    En el comienzo bélico que ha tenido este siglo y
    en medio de la ciberpolítica, las ideas pacifistas, las
    condenas a la guerra, la movilizaciones en la red, la propaganda
    política, la contrainformación, la convocatoria a
    la resistencia, o la resistencia informativa son claves de
    interpretación de lo que por ahora he
    llamado Pacifismos en la Red. Seria bueno destacar así
    mismo que de la misma manera que el movimiento
    pacifista es activo electrónicamente o
    tecnológicamente los violentos también ocupan un
    lugar duro en la circulación de información que
    deambula por la red. Algunos hablan de atentados en la red, de
    violencias comunicativas, de dispositivos de seguridad
    altamente sofisticados para evitar una invasión del
    espacio o página o cuartel de información. Son
    realidades que casi a semejanza de lo que sucede en el mundo
    ¿como llamarlo? Físico, social, tradicional se
    oponen o contraponen. Es decir, la red es escenario de
    confrontación y de conflicto de
    la misma manera que la vida lo es. No podría ser de otra
    forma.

    Como fenómeno comunicativo Internet ya es una
    realidad. También lo es como fenómeno
    económico y cada vez adquiere mayor importancia el impacto
    de su uso en las esferas de la cultura y la política. La
    brecha que existe entre países y regiones, y entre lo
    urbano y rural tendera a disminuirse. La dinámica parece
    anunciar un escenario cada vez más cercano a la
    masificación, y cada vez más complejo o sencillo,
    depende desde el punto de vista que se le mire. ¿La
    masificación creciente tiene además de un uso mayor
    de la red un significado político?; diría que si en
    dos aspectos esenciales: en el de mostrar la importancia
    creciente de la tecnología en lo que alguien acuño
    de manera precipitada como sociedad del conocimiento y en el uso
    de la tecnología como dispositivo para movilizar,
    comunicar y contrainformar.

    Esto políticamente no es despreciable. Ni para
    los que la utilizan como medio de resistencia o alternativo ni
    tampoco para aquellos que desean establecer el control sobre el
    ultimo rincón del planeta aun siendo este virtual. Para
    muchos la red es otro mas de los mecanismos de exclusión
    al que solo pueden acceder aquellos que han superado la etapa de
    alfabetización tecnológica necesaria. En el sur del
    planeta son millones. También para aquellos que no tienen
    capacidad para comprar la tecnología. En el sur del
    Planeta son muchos mas. Y por último para aquellos que
    entran tarde en la carrera desaforada de la tecnología,
    hombres y mujeres mayores de 65. En el planeta son otra buena
    cantidad de millones.

    Pero miremos otra arista que no es bueno dejar de lado
    en la percepción
    política de la red: Todo desarrollo
    tecnológico tiene su aplicación más
    rápida y amplia en donde, lo que se entiende por desarrollo
    económico ha alcanzado niveles más altos.
    Así ha pasado con Internet y así está
    pasando con los avances más recientes en lo que es la
    convergencia: escritura, imagen, voz. Los
    países del sur irán llegando al escenario
    tecnológico de punta de la mano del rezago
    económico y serán consumidores de la
    tecnología que puedan comprar en el mercado.

    No es esto un fenómeno desvinculado de la
    política, como tampoco lo es de los procesos de
    globalización económica ni de la
    llamada financierización de la economía. Es mas,
    algunos autores afirman cómo la red esta hecha a imagen y
    semejanza de estos procesos de economía capitalista
    conocida como economías casino o capitalismo de casino. Es
    ese espacio económico político lo que hace que la
    red exista de la manera que lo hace. La politización de la
    red es consecuencia de las tensiones que produce la idea de lo
    globalitario frente a la idea de una demo globalización que sea conducida por la
    ciudadanía y no solo por el poder.

    Ese mar abierto que
    navegamos

    Vuelvo al origen de este ensayo: pacifismos en la red.
    Sabía desde el momento que asumí la tarea de
    escribir sobre el tema, que la reflexión me iba a conducir
    a interrogar una vez mas la visión que sobre la
    ciberpolítica tenia. Miremos que entiendo por
    ciberpolítica para saber en que medida el movimiento
    pacifista usa la red para hacer acción política
    directa.

    Parto entonces de la idea de que la acción
    política en la red es comunicación y sus objetivos
    fuertes serian los de informar, intercambiar, movilizar o
    contrainformar. Estos rasgos de la acción política
    resaltan, una vez más, la asimilación de ella a la
    comunicación. Sin embargo la política en el
    más pragmático de los sentidos
    tiene que ver con el poder, su administración, y las maneras o caminos
    para llegar a él. De allí se desprende la pregunta
    del carácter de la acción política
    internetiana: Caminando sobre la capa mas delgada de hielo,
    podría decir, sin pensar en la caída, que percibo
    algunas diferencias: si es desde la red, o es en la
    red
    , o es la red, nada ligera diferencia para saber de
    que se trata este intento de hablar de ciberpolitica y el
    pacifismo.

    Intentare salir de este laberinto diferenciando los tres
    ámbitos: desde la
    red
    es la asimilación de esta como una
    plataforma tecnológica que es usada por los ciudadanos
    como medio y que ha facilitado la circulación de
    información y mejorado la velocidad del
    contacto. Muchos
    avances y beneficios se podrían derivar de este uso.
    También mucha euforia comunicativa que en infinidad de
    casos poluciona el escenario y crea un sentimiento de frivolidad
    para unos u obscenidad para otros. Sigue en la red existiendo
    aquel problema que planteaba Ernesto Sabato para la educación: el mejor
    programa en
    manos de un mal profesor es
    inútil y el peor programa en manos de uno bueno
    podría producir buenos resultados. Eterno dilema que
    existe con los medios y que ha tocado la red. No se trata de
    tener un medio sino de saberlo utilizar.

    Otro ámbito lo que acontece
    En la red y la
    asimilación de esta a un escenario político donde
    se producen nuevas relaciones, conflictos,
    acuerdos, deliberaciones que hacen de esa plataforma un realidad
    nueva, creadora de relaciones: Acaso una tecnopolis habitada por
    fantasmas que asaltan la realidad y transportan o trasladan sus
    angustias desde su lugar de vida a la red. Ella como
    ficción que existe autónoma y libre, pero que
    esclaviza al navegante como sirena y lo deja atrapado en la
    luminosidad de la pantalla. A ella llegan no solo los fantasmas
    sino también imaginarios que se amplían y
    retroalimentan del intercambio. En la red no solo suceden hechos
    sino que también habitan seres ensimismados o
    alienígenas de una nave infinita, cargada con el
    combustible de la información y la ilusión de que
    la acumulación de conocimiento o información
    podría remplazar la escasez del
    capital concentrado en manos de unos pocos. ¿ La red
    está, acaso, habitada por seres desarmados y así,
    es ella una sociedad pacifista.? No. La confrontación
    tiene un carácter distinto pero ha sido traída
    inevitablemente al mundo de INTERNET y allí llegan
    pacifistas de todo el mundo a ocupar el espacio de las
    utopías y los ideales antimilitaristas.

    El ultimo de los ámbitos La Red hace pensar en
    ella como una escena artificial construida por nosotros
    pero que escapa a nuestros designios, deseos o aún a los
    planes. La red existiría como realidad no importa que
    pensemos o digamos de ella. No importa que la pensemos como medio
    o escenario político, ella podría sobrevivir a los
    intentos más audaces para aniquilarla. No importa si hay o
    no fantasmas como tampoco que pueda llegar el momento en que la
    escena se parezca a las de Blade Runner la película de
    Scott habitada por aquellos que lograron sobrevivir a la idea de
    la violencia
    humana como el único rasgo que compartimos
    todos.

    Son los tres ámbitos paisajes de un mismo
    laberinto que se continua construyendo y que multiplica al
    infinito los caminos que nos impiden salir de el. La idea de una
    utopía tecnológica o la manera como una autopista
    de la información es un mutante permanente en
    búsqueda de control total.

    Pacifismos,
    comunicación y utopía

    En algún punto de la reflexión
    perdí el contacto con el pacifismo. Recojo lo dicho para
    crear otro punto de controversia. Los pacifistas de todos los
    orígenes usan la red como medio y su acción
    política se ha visto ampliada por el mundo Internet . No
    podría ser de otra manera. ¿Son acaso fantasmas que
    atraviesan la red con una bandera blanca como pescando adeptos?
    Es una utopía comunicativa el ejercicio del pacifismo en
    la red? ¿ En donde puede llegar a unirse lo real con la
    ficción y la euforia comunicativa de los grupos
    antiglobalizacion o pacifistas?

    Para muchos de los grupos que empujan las ideas
    antiguerra, no violencia o democracia mundial la red puede llegar
    a convertirse en la opción política única.
    Es decir, allí encuentran realizados sus ideales de
    comunicación ¿Pero están allí
    también los ideales políticos de
    transformación? ¿No es esa circulación de
    información, por su velocidad y magnitud, un
    obstáculo para estar informado?.

    ¿Acaso estamos entrenados para leer cincuenta
    correos en donde aparece información de todo el planeta,
    en varios idiomas y sobre distintos problemas? Todos
    responderemos que no pero además podríamos llegar a
    pensar que eso es inevitable y que lo que llega debe ser
    seleccionado. Cosa distinta por supuesto piensa los
    distribuidores de publicidad e
    información. Para ellos, lo que podría ser tema de
    otro ensayo, tu intimidad virtual no existe. Pero si
    está, la red , es la opción política que nos
    queda ¿En dónde está la conexión de
    esta con las transformaciones?

    Es posible que todos terminemos convertidos en lectores
    de información y por lo tanto en buen medida de
    propaganda. Es posible también que empezamos ha habitar
    una selva de lenguajes que provienen de infinidad de puntos del
    planeta y que avanzan silenciosamente en la construcción
    de una nueva mitología, o de una nueva religión, o de una
    nueva maleza habitada por fantasmas. Para empezar comparto con
    algunas diferencias no muy profundas la idea que expone Ignacio
    de Castro de un reencantamiento y que, si logro entender este se
    produce por el poder de la pantalla y su luminosidad. Este autor
    centra en el articulo Mediar la Finitud (3) la reflexión en la
    televisión pero provoca en mi, la ampliación de
    esta al computador y por supuesto a Internet. Lo hago buscando
    sentidos a la ciberpolitica y al papel de nosotros los pacifistas
    frente a la pantalla. Otro punto que dejo en el camino:
    ¿La red, reconstruye el mundo fragmentado que dejaron las
    posguerras permanentes y las desilusiones políticas de la
    segunda mitad del siglo XX? Si, en el sentido que allí se
    reencuentran hippies, sovietistas, castristas, fascistas,
    globalofobicos, paleomarxismos, neoliberales arrepentidos,
    exmilitares de todos los bandos y pacifistas. Acaso fantasmas
    políticos que aparecen en el ultimo escenario que
    creó el poder y la tecnología para integrarlos: la
    pantalla. En palabras de Castro, Ignacio, por supuesto: el
    brillo de las pantallas simboliza la integración de la desintegración, la
    reunión onírica de las esquirlas despedidas por la
    explosión de las viejas formas de comunicar provocada por
    la industrialización
    ese escenario de la
    integración continua lo que parece favorecer la
    Pantalla.

    Integrados en la red nos toca entonces luchar en ella y
    esta lucha no es otra cosa que una comunicación ilimitada
    que como una ficción nos deja alelados y lo que
    podría ser peor, satisfechos. De haber cumplido con el
    deber de estar enterados de lo que pasa. De nuestra locuacidad.
    De haber superado el miedo escénico. De saber que ya no
    nos están engañando sino que estamos creando
    nuestro propio engaño. Nuestra maleza que, como en el
    libro del
    africano genial Tutuola, está llena de fantasmas. De
    aquellos que nos habitan y que venimos cargando hace siglos. De
    los que edifican nuestras utopías y que volverán
    raudos, silenciosos a acomodarse en la red para renovar las
    palabras.

    La red o la pantalla convertida en la utopía
    realizada: en la playa a donde arriba el naufrago y lo encuentra
    todo. La red como expresión máxima de la abundancia
    y bajos costos y sin
    necesidad de reformas o revoluciones. Una utopía cuya
    promesa es la realización de todos tus deseos de
    intercambio. Una utopía que se convierte en el reino de la
    palabra que circula libre y sin censuras. La pantalla que es
    fusión
    de lenguajes. La utopía de integración mas
    ambiciosa jamás pensada o imaginada: el reino de todos. La
    utopía que logra la última de las fusiones, la que
    permanecerá por largo tiempo en un espacio inexistente, un
    topos que no necesita ser ya encontrado. La promesa final de
    sitio sin guerras pero
    con confrontaciones. Con violencia pero sin muertos.

    Bibliografía

    • Propagandas silenciosas, masas, televisión, cine,
      Ignacio Ramonet, Ediciones Valquimia, Venezuela.
    • Mi vida en la maleza de los fantasmas, Amos Tutuola,
      Siruela, Madrid
      1990.
    • La Selva del Lenguaje, José Antonio Marina,
      Anagrama, 1998.
    • Revistas Archipiélago, varios
      números.
    • Prosa Completa, Jorge Luis
      Borges, Bruguera, 1980.

    Notas

    [1] –
    Este trabajo de reflexión se hizo de forma paralela a una
    búsqueda de información sobre grupos pacifistas en
    la red. Lo presentamos al congreso on line por aparte y puede ser
    consultado como una comunicación independiente de
    éste. Su título es La ilusión
    estadística
    y podría dar un primer panorama de
    que como o en que magnitud aparece la reseña de la
    actividad pacifista en Internet.

    [2] –
    Gemma Ubasart i González, La tv que viene entre guerrilla
    comunicativa y autoorganización social, revista
    Archipiélago, N° 60.

    [3] –
    Ignacio de Castro, Mediar la Finitud, Revista
    Archipiélago, N° 60.

    Guillermo Solarte Lindo

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