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Los trabajadores de mayor edad: empleo y desprendimiento laboral


    Descriptores Temáticos:
    Trabajo;
    Población Ocupada; Tasa de
    Participación; Mercado de
    Trabajo; Jubilación; Envejecimiento de la
    Población; Trabajadores; Ciudadanía; Exclusión
    Social; Argentina.

    I. INTRODUCCION

    El proceso de
    envejecimiento que sufre la estructura
    demográfica del país y las consecuencias que ello
    conlleva para la sociedad nos
    permiten vincular la problemática del mercado laboral (en sus
    aspectos macro –como lo son las políticas
    de empleo, de retiro, etc.; en sus niveles intermedios
    políticas organizacionales del trabajo: empresas y
    sindicatos; en
    las situaciones que atraviesan los trabajadores en su historia de vida laboral)
    con los parámetros que sobre tal tema se encuentran
    enunciados por la gerontología social.

    Se trata de ubicar un punto de
    equilibrio entre los requerimientos y necesidades de los
    trabajadores de mayor edad y jubilados, por un lado, con los
    correspondientes al resto de la sociedad por el
    otro.

    Las mejoras en las condiciones de vida y de
    salud en el
    mundo, así como el interjuego de las variables de
    mortalidad, migraciones y fecundidad traen aparejadas un
    incremento sin precedentes de la población
    senescente.

    La evolución de la estructura de edades de
    Argentina nos demuestra tal tendencia. En efecto, en el
    período comprendido entre los censos nacionales realizados
    entre 1869 y 1980 la población total del país
    pasó de 1.736.923 a 28.237.149 personas, es decir
    multiplicó su tamaño 16 veces, la población
    de más de sesenta años pasó de 68.617 a
    3.376.413 personas, multiplicando su tamaño en 44 veces.
    Dentro del grupo de 60
    años y más, el subgrupo de los
    viejos-jóvenes 60-74, creció entre los mismos
    años 48 veces y el correspondiente a los viejos-viejos, 75
    y más, lo hizo en 53 veces, lo que demuestra, al mismo
    tiempo un
    envejecimiento diferencial dentro el grupo de los
    ancianos.

    Según las proyecciones el envejecimiento de
    la población argentina continuará; como producto de la
    disminución de la proporción de los jóvenes
    simultáneamente con el incremento de la proporción
    de población anciana, especialmente los
    "viejos-viejos".

    Entre 1980 y el año 2025 se espera que la
    población total pase de 28,2 a 45,5 millones de personas,
    lo que representa un incremento de 61 por ciento. En ese mismo
    lapso, la población de 60 a 74 años pasará
    de 2,6 a 5,2 millones, un incremento del 95 por ciento y la
    población de 75 años y más, pasará de
    0,7 a 2,1 millones, lo que constituye un aumento del 175 por
    ciento (Muller y Pantelides, 1991).

    Los datos expuestos
    sobre el envejecimiento poblacional nos llevan a meditar sobre el
    peso que para la sociedad tiene este sector en constante aumento
    ya que, significará un incremento en la demanda de
    bienes y
    servicios, se
    traducirá en una mayor saturación del sistema de
    seguridad
    social y en una sobre carga para los demás sectores de
    la población, produciendo una segura modificación
    de los actuales sistemas
    previsionales, laborales, sanitarios, educacionales, etc. Cabe
    preguntarse: Qué parte del PBI ó de la riqueza por
    distribuir le tocará a este sector en
    aumento?.

    Una breve exposición
    de las principales corrientes sobre el tema, expuestas en la
    Conferencia
    Internacional organizada por el CIGS en Canadá, en 1982,
    nos ilustran sobre la complejidad que asume tal cuestión,
    sobre todo para la toma de
    decisiones y la formulación de políticas que
    influyen en la sociedad toda:

    a – Denton, Spencer, Poweel y Martin, y
    Cogwill: Presuponen que la distribución de la riqueza se hará
    en función
    de las relaciones de dependencia, dado que la tendencia
    demográfica indica que si bien se incrementa la
    población mayor de 60 años, se evidencia una
    marcada disminución de los menores de 15 años, de
    esta manera se podrían transferir bienes de uno a otro
    sector sin mayores conflictos.

    b – Pavard, muy por el contrario sostiene,
    que la porción de riqueza que se dedicará a la
    vejez
    dependerá más del peso político y su
    organización como tal, que de su
    representación demográfica.

    c – En el Informe de
    la Secretaría General de la Asamblea Mundial sobre el
    Envejecimiento, se retoma esta concepción de las
    relaciones de dependencia y se propone:…"el análisis de la relación de
    dependencia indica que, en general, la disminución del
    crecimiento demográfico y el concomitante envejecimiento
    de la población eleva la proporción de la
    población económicamente activa y disminuye la
    relación de dependencia. La reducción de la edad
    de jubilación, el mayor costo de los
    ancianos dependientes y el aumento de la proporción de
    personas muy ancianas, compensan sin embargo, el efecto
    beneficioso del envejecimiento de la
    población.

    d – V. Packard, propone reforzar o
    destinar fondos para la "prevención" a fin de que la
    longevidad que resulte de tales esfuerzos signifique
    "sobrevida"de primera calidad. Por lo
    tanto, jamás la longevidad en sí misma debe ser
    un objetivo
    prioritario para nación alguna. Esta propuesta es el
    resultado del peso que tienen los mayores de 75 años en
    el sistema de seguridad
    social y los servicios de salud en especial, las mujeres solas,
    sin pareja, que necesitarán mayor protección
    comunitaria.

    e – B. Neugarten: Sostiene que la edad se
    tornará irrelevante en la medida que el grupo más
    importante de ancianos –los viejos jóvenes–
    se confundirán con los jóvenes y
    sostendrán las mismas demandas que estos. En tanto que,
    los más viejos y enfermos serán un grupo
    minoritario, convirtiéndose en una subcultura, de modo
    tal que los primeros no adhieran a las demandas del grupo
    viejo-viejo. Como contrapartida de esta concepción
    existen en la realidad las agrupaciones de ancianos que nuclean
    a unos y otros (viejos-jóvenes/viejos- viejos) y con
    bastante fuerza en
    sus demandas, como lo son por ejemplo: Las Panteras
    Grises.

    f – La posición al respecto de
    Marshall y Guillemard, sostiene que una sociedad con estructura
    económica monopólica evita la
    participación de los ancianos en las decisiones
    políticas y orienta su accionar en actividades
    "apolíticas, marginales y consumistas",
    asegurándose en este contexto la remoción de mano
    de obra por medio de un sistema de seguridad social, montado en
    principios
    no participativos y de legitimación del status quo. De
    allí, el origen del conflicto.

    Sin haberse encontrado la forma ideal de resolver
    el problema que señalamos, algunos especialistas en el
    tema aconsejan estimular a los trabajadores a permanecer en su
    empleo el mayor tiempo posible. No obstante, los acontecimientos
    propios de la recesión mundial y las elevadas tasas de
    desempleo han
    facilitado la anticipación de las edades jubilatorias, con
    el consiguiente peligro para el sistema de previsión. Por
    otra parte, las motivaciones y sentimientos de los trabajadores
    de mayor edad y de los jubilados pueden entrar en
    contradicción con las políticas sociales que emanan
    a partir de necesidades estructurales. El presente trabajo indaga
    sobre algunas de las cuestiones que surgen de la influencia del
    envejecimiento en el ámbito de la estructura laboral en la
    Argentina. En tal sentido, completa investigaciones
    anteriores, que citaremos a lo largo de nuestra
    exposición, en las cuáles hemos tomado diversos
    aspectos de la problemática mencionada.

    II. ASPECTOS
    METODOLOGICOS

    El presente estudio, integra información sobre el mercado de trabajo en
    relación con las características que presentan los
    trabajadores de mayor edad por un lado, como los aspectos
    motivacionales que estos manifiestan frente al retiro, por
    otro.

    Para acceder integralmente a la
    problemática que presentan en nuestra sociedad los
    trabajadores de mayor edad en el mercado laboral, el proceso del
    retiro del trabajo, la preparación para este retiro,
    así como la situación de los jubilados frente a
    este hecho y la vuelta al trabajo, es que se diseñó
    una aproximación metodológica que integra métodos
    cuantitativos y cualitativos. Dicha aproximación se basa
    en una concepción superadora de las antinomias que
    presentan ambos paradigmas
    metodológicos. En efecto, para llegar a una visión
    integradora del objeto de estudio, es importante realizar una
    triangulación de métodos que coadyuva a neutralizar
    las carencias de cada uno y maximiza sus ventajas (Jick, 1979).
    Los datos cuantitativos provenientes de una encuesta
    aplicada a una muestra
    estadísticamente representativa permiten caracterizar a
    una población mediante variables, entendidas éstas
    como conceptos operacionalizados. Los supuestos de este
    análisis se basan en la representatividad estadística y en la posibilidad de
    generalizar a partir de una muestra sobre las
    características de una población dada. Este
    método
    permite afirmar con un cierto grado de probabilidad, que
    una determinada relación de variables se aleja del azar.
    Su adecuación al problema depende, de que las cuestiones
    puedan ser respondidas en términos cuantitativos, que las
    variables midan los conceptos utilizados, que la muestra sea
    adecuada y el análisis
    estadístico.

    El análisis cualitativo, en cambio, se
    basa en información producida por la observación, la expresión verbal o
    escrita, recogida en forma flexible, poco estructurada, donde la
    definición de la situación por el actor social y el
    significado que este da a su conducta son
    claves para interpretar los hechos. El análisis contempla
    la totalidad de la configuración en que se sitúa el
    actor. Se basa en un método comparativo que va enfrentando
    casos similares entre sí pero variados en sus
    características principales, tratando de formular
    interpretaciones que incluyan conceptos teóricos que
    surgen del mismo análisis (Glaser y Strauss, 1969;
    Strauss, 1987). La elección de la muestra no se basa como
    en los métodos cuantitativos, en una selección
    probabilística, sino en la búsqueda de casos que
    varíen en aquellas características consideradas
    relevantes para la respuesta de la cuestión a
    conocer.

    Se trata de un estudio comparativo sobre los
    comportamientos de los actores sociales dentro de un contexto
    determinado –en este caso una organización
    empresarial– y, desde donde se pueden plantear hipótesis y/o tipologías
    útiles para interpretar la diversidad y semejanza de los
    comportamientos observados, con marcos conceptuales que se crean
    y alimentan en un continuo ir y venir de la información
    obtenida a partir de la realidad. Subyace la idea de la acción
    social como respuesta activa a situaciones definidas
    estructuralmente y que a su vez tienen consecuencias en esta
    misma estructura (Guiddens, 1986). Por ello, se considera que el
    análisis de los procesos
    sociales cotidianos, cualitativamente diferenciados, pueden
    contribuir a conocer los fenómenos
    sociales.

    Este tipo de aproximación
    metodológica se fundamenta en una teoría
    de la acción social. En el contexto del presente trabajo,
    esto implica una teoría de la acción dirigida a
    fines, que se observa en actores individuales socialmente
    situados. Esto supone un ir y venir constante entre lo individual
    y lo social, introduce la intencionalidad como clave de la
    comprensión de la conducta humana.
    Intenta también superar los planteos que, a partir del
    diagnóstico macrosocial del problema,
    señalan sus dimensiones a nivel de agregados sociales y
    plantean posibles soluciones sin
    tener en cuenta la articulación de esto con las estrategias que
    desarrollan los actores sociales. El presente estudio intenta a
    través de una articulación de diferentes
    estrategias metodológicas una aproximación sobre el
    interjuego que plantean las características de orden
    macrosocial con las estrategias individuales de los trabajadores
    en una organización específica.

    Teniendo conciencia de la
    distancia entre el tipo ideal de cada metodología y la realidad práctica
    en la investigación de este tema, caracterizada
    por la escasez de
    recursos, podemos
    ejemplificar el presente estudio como un acercamiento triangulado
    al objeto de estudio, articulando las estrategias
    metodológicas descriptas en relación a la
    problemática de los trabajadores de mayor edad. Las
    cuestiones generales del mercado laboral en relación a los
    trabajadores de mayor edad, fueron abordadas a través de
    datos secundarios, provenientes de la Encuesta Permanente de
    Hogares, con los cuales se realizaron "cruces especiales"[1]. Los
    datos de esta encuesta (EPH) que realiza el Instituto Nacional de
    Estadísticas y Censos (INDEC) sobre una
    muestra representativa de la población de Capital y Gran
    Buenos Aires,
    permite presentar el diagnóstico cuantitativo de la
    situación de los trabajadores de mayor edad. En esta parte
    del trabajo, se usó la correspondiente al relevamiento de
    abril de 1985[2].

    Si bien el objetivo de la encuesta, es la descripción de los individuos en la
    estructura económica-social; en cuanto a
    conformación demográfica de la población, su
    inserción en la producción de bienes y servicios, y su
    participación en la distribución de los mismos, en
    esta investigación se usaron algunas variables relativas
    a: las características demográficas, ocupacionales,
    de ingreso y desocupación de la población
    encuestada. Nos interesó indagar sobre la eficacia de los
    métodos de preparación para la jubilación,
    como preventivos de la crisis y
    conducentes a una mejor calidad de
    vida de los jubilados. Para ello utilizamos el método
    de estudio de casos, tomando la empresa que
    por más largo tiempo llevó a cabo estos cursos; nos
    interesaba conocer además la ideología organizacional en relación
    a los trabajadores de mayor edad en función de las
    políticas aplicadas. La empresa
    fué evaluada como una unidad organizacional y, desde este
    lugar realizamos una muestra cualitativa –saturada–
    (Bodgan y Taylor, 1988) con
    personal en
    proceso de retiro y con jubilados.

    Por otra parte, trabajamos sobre las actitudes de
    los trabajadores en relación al desprendimiento laboral,
    tanto de los que se iniciaban en esta etapa de transición,
    como de los ya jubilados. Para esta segunda parte del estudio
    cualitativo, usamos el método de historias de vida
    totales, aunque sólo serán expuestas en forma
    parcial en el capítulo correspondiente, focalizadas sobre
    las cuestiones enunciadas. El abordaje de las historias de vida o
    método sociobiográfico consiste en el uso de
    relatos autobiográficos hechos por los actores (Bertaux,
    1985). Estas historias vitales pueden ser más o menos
    estructuradas, y es conveniente que se focalicen en temas
    específicos. Tienen la característica de que
    permiten integrar la definición de su situación por
    los entrevistados ligada al orden temporal. Para la
    temática en cuestión (centrada en estrategias
    laborales y familiares) presentaban la ventaja de poder seguir
    el ciclo vital, la historia laboral, en particular en su
    relación cotidiana con la empresa, los vínculos
    allí obtenidos, observar la secuencia de los
    comportamientos que dan lugar a una actitud frente
    al momento de la desvinculación con la vida laboral y una
    nueva vinculación con las redes familiares. Como
    veníamos explicitando, este método permite
    entonces, percibir la interrelación entre distintos
    ámbitos de la vida. Facilitan al encuestado la
    memorización de hechos pasados por la interconexión
    entre las distintas esferas de la vida y entre fechas y edades.
    Pero sobre todo, permiten explorar la relación entre
    estructura
    social y conducta individual, entre biografía e
    historia.

    La elección de los casos y la
    focalización de la entrevista
    deben ser adecuados, según ciertas pautas. Las entrevistas se
    centraron, pues, en la interacción entre el ámbito
    familiar, ocupacional y de utlización del tiempo libre en
    los distintos momentos del ciclo vital. El análisis se
    realizó mediante la comparación sistemática
    de las historias de vida que se asemejaban o diferían en
    características relevantes desde el punto de vista de la
    investigación, entre otros: el origen
    socioeconómico, el género, el
    nivel de instrucción, la calificación ocupacional,
    jubilable o jubilado, jubilado con reinserción laboral,
    etc.

    A través de esta comparación se
    buscó obtener información sobre las diferencias o
    similitudes en relación al momento crucial que implicaba
    pasar a la categoría de jubilado y los efectos producidos
    por este hecho en la vida cotidiana de los que ya habían
    transitado dicha etapa. La triangulación, es decir la
    integración de ambas estrategias
    metodológicas utilizadas, permitió enriquecer el
    diagnóstico con interpretaciones que describen condiciones
    estructurales y de conducta.

    III. MERCADO LABORAL, ESTRUCTURA DE EDADES Y
    JUBILACION

    Según los datos correspondientes al Censo
    de 1980, la Población Económicamente Activa (PEA)
    viene disminuyendo. Tal disminución se explica en
    razón de que la población se inserta en el mercado
    laboral a edades más tardías y se retira más
    temprano. La población de más de 65 años ha
    reducido su participación laboral del 21 al 10 por ciento
    entre 1960 y 1980. Al mismo tiempo aumenta la proporción
    de jubilados y pensionados. Esta categoría ha crecido del
    12 al 20 por ciento de los no activos en los
    últimos veinte años.

    Esto se debe en buena medida, al proceso de
    envejecimiento de la población argentina, pero
    también a una mayor incorporación de mujeres a la
    condición de retiradas.

    ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL Y
    AUMENTO DE JUBILADOS
    (Indice 1960 – base 100)

    Años

    Población de 65 y
    más

    Jubilados y
    Pensionados

    1960

    100

    100

    1970

    41

    142

    1980

    197

    235

    FUENTE: INDEC 1980

    Si
    fijamos nuestra atención en la Población
    Económicamente Activa, observamos que a partir de los 60
    años se libera la población anciana del mercado
    laboral, incrementándose sensiblemente en el segundo tramo
    de la edad jubilatoria, es decir, 65 y más
    años.

    POBLACION ECONOMICAMENTE
    ACTIVA
    Categoría ocupacional según grupo de edad en
    %

    RESTO PEA

    TOTAL

    Edad

    14-44

    45-54

    55-64

    65 y más

    (100%)

    Total

    71,8

    17,2

    8,9

    2,1

    218. 437

    Empleados,
    obreros

    75,8

    15,8

    7,1

    1,3

    97.359

    Cuenta propia

    60,2

    21,7

    13,8

    4,3

    85.167

    Patrón o
    socio

    56,7

    24,1

    15,0

    4,2

    14.222

    Familiar sin remuneración
    fija

    78,7

    10,8

    7,0

    3,5

    11.529

    Nuevos
    trabajadores

    97,9

    1,0

    0,8

    0,3

    10.160

    Del
    cuadro anterior se desprende que aquellos trabajadores que
    continúan en el mercado laboral más allá de
    la edad considerada como jubilatoria –2,1 por ciento del
    total de la PEA– lo hacen participando fundamentalmente en
    los sectores de cuenta propistas y patrones. La misma fuente
    indica que, las mujeres se orientan más hacia el rubro
    familiar sin remuneración fija. Teniendo en cuenta los
    datos hasta aquí expuestos, se destacan: la
    disminucuón progresiva de la PEA (Población
    Económicamente Activa) y el aumento permanente de la masa
    de jubilados y pensionados, como relevantes para la toma de
    decisiones sobre los recursos
    humanos de mayor edad.

    III.1. LOS TRABAJADORES DE EDAD EN LA POBLACION
    ECONOMICAMENTE ACTIVA Y EN EL EMPLEO

    Según la
    Organización Internacional del Trabajo, en su
    documento presentado ante la Asamblea Mundial sobre el
    Envejecimiento en Viena 1982, los trabajadores de mayor edad en
    el mundo, representan un porcentaje importante y creciente de la
    mano de obra: más del 27 por ciento. En los países
    desarrollados, aproximadamente un trabajador de cada tres tiene
    más de cuarenta y cinco años de edad, mientras que
    en los países en desarrollo, la
    proporción es de 1 a 4. Del análisis efectuado
    sobre la Encuesta Permanente de Hogares, correspondiente al
    relevamiento de abril de 1985, –para Capital Federal y
    partidos del Conurbano bonaerense– se desprende que el
    tramo comprendido entre los 40 y 59 años de edad,
    constituye el 36 por ciento de la PEA, valor que
    supera ampliamente la media mundial y que nos está
    indicando una población activa
    "envejecida".

    En cuanto a la población considerada
    anciana, es decir 60 años y más, vemos que,
    sólo un 5,6 por ciento permanece en el mercado laboral,
    pero lamentablemente, la categoría censal aglutina al
    grupo de trabajadores que tienen entre 60 y 69 años de
    edad; y teniendo en cuenta que la edad jubilatoria considerada
    como obligatoria es 65 años, no podemos discriminar
    cuántos de ellos han accedido al beneficio. Con referencia
    al grupo de 70 y más años, solo el 0,9 por ciento
    del total de la PEA permanece en el mercado laboral, luego de una
    edad considerada como obligatoria para el
    retiro.

    Otra observación que nos permite realizar
    el Cuadro N° 1 es la representación porcentual de la
    población considerada como no activa para estos grupos de edades:
    el 77 por ciento del grupo 60-69 y el 94,7 del grupo de 70 y
    más años. Las mujeres representan una
    proporción mucho mayor de la población considerada
    no activa. Se observa para todos los grupos de edades y en
    particular, para el grupo de 60 años y más.
    Recordemos que la ley 19037,
    favorece el retiro de las mujeres en cinco años (55-60)
    con respecto a la edad de los hombres.

    Un 7,4 por ciento de la PEA, (Cuadro N° 2)
    recibía a abril de 1985, una jubilación y/o
    pensión. De ellos, el 67,9 por ciento eran varones y el
    32,1 por ciento mujeres.

    La categoría ocupacional de los varones se
    distribuía de la siguiente manera: patrones, el 12,5 por
    ciento; cuentapropistas 44,6 por ciento y el 42,9 por ciento
    restante eran asalariados. La distribución de las mujeres
    nos indica que el 6,3 por ciento, eran patrones; 42,6 por ciento
    cuentapropistas y por último, más de la mitad
    trabajaban como asalariadas.

    III.2. LOS PROBLEMAS DE
    EMPLEO Y PROFESION DE LOS TRABAJADORES DE MAYOR
    EDAD

    La situación de los trabajadores de edad en
    lo que se refiere al empleo es seria en la mayoría de los
    países y tiende desde hace algunos años, a hacerse
    cada vez más difícil. Muchos trabajadores de edad
    tienen dificultad para mantener el empleo, y si lo pierden, para
    volver a encontrar trabajo (Guillemard, 1991). Como se ha
    observado, el número y la proporción de los
    trabajadores de edad van en aumento constante, paralelamente con
    el envejecimiento general de las poblaciones. Sin embargo el
    empleo de los trabajadores de mayor edad, en un contexto que
    indica: un menor ritmo del crecimiento
    económico, desempleo y subempleo, transformaciones
    rápidas del aparato productivo, modificaciones del nivel
    de instrucción y calificación de la
    población activa, encuentran dificultades sobre todo en
    los últimos años de su vida
    profesional.

    Como se sabe, el desempleo afecta a todas las
    categorías de edades, pero por regla general, afecta en
    mayor medida a los más jóvenes, las mujeres y los
    hombres adultos que a los trabajadores de mayor edad. Sin
    embargo, la duración del desempleo de los trabajadores de
    edad es bastante mayor que el caso de los otros grupos de edades.
    Además suele enmascararse con el retiro anticipado del
    mercado de trabajo. Tal como puede apreciarse en el CUADRO N°
    1, un 5 por ciento de trabajadores de mayor edad (40 a 59
    años) se encuentra desocupado. Del grupo de los
    desocupados, este sector de los trabajadores significa el 21,3
    por ciento. Para el grupo de 60-69 años, un 3,0 por ciento
    manifiesta ser desocupado. Este porcentaje es alto, si tenemos en
    cuenta que en este grupo de edad no se ha llegado al tope de la
    edad considerada para la jubilación obligatoria. Un
    indicador de interés en
    la temática que estamos exponiendo, en relación con
    la segregación que sufren los trabajadores de mayor edad
    en las oportunidades de insertarse o reinsertarse en el mercado
    laboral, es el tiempo de desempleo, ya que se estima que son
    estos trabajadores los que permanecen por más tiempo
    desocupados.

    El Cuadro N° 3 nos indica que un tercio de los
    desocupados son trabajadores de mayor edad. Es necesario hacer
    notar que esta cifra asciende a los dos tercios, cuando se
    refiere a una permanencia en la situación de desocupado
    por un lapso mayor a un año. El 50,8 por ciento
    corresponde al grupo de 40-59 y un 10,6 por ciento, al grupo de
    60 y más años.

    Sin lugar a dudas, este grupo de los trabajadores,
    se encuentra en "desventaja" con el resto de la PEA, al momento
    de buscar una nueva ocupación. Según la literatura existente sobre
    el tema, los factores generales que influyen negativamente en la
    situación profesional de los trabajadores de mayor edad
    son identificados como: aquellas dificultades vinculadas al
    cambio de las técnicas y
    de los métodos, la competencia de
    los trabajadores más jóvenes, las ideas falsas y
    los prejuicios en torno a ellos. En
    particular, nos referimos a la ideología del "desarrollo
    de carrera organizacional" (Schein, 1988) que se basa en la
    teoría del descompromiso y, desde la cual un trabajador de
    mayor edad sería incapaz de incorporar la cultura
    organizacional, ya que ingresaría a una
    institución a la edad en la cual debería transmitir
    esta cultura en su
    preparación para el retiro y no incorporarla. De
    allí que actualmente, aún trabajadores con alto
    nivel de capacitación, no les resulte fácil
    reubicarse en el mercado laboral y por lo general, cuando
    encuentran trabajo, este es de un nivel inferior –tanto en
    su categoría ocupacional como en su salario
    que el anterior[3]. La aptitud laboral del trabajador de mayor
    edad, está determinada por el conjunto de sus
    modificaciones morfológicas y sicofisiológicas por
    una parte, y por las características del trabajo
    realizado, por la otra. Se sabe que el denominador común
    de todos los fenómenos del envejecimiento es la
    disminución del límite de tolerancia a las
    agresiones del trabajo y su medio
    ambiente, que puede traducirse por una disminución en
    la capacidad de adaptación. En general a partir de los
    cuarenta años comienzan a dejarse sentir los cambios que
    conlleva el envejecimiento. Si bien el envejecimiento puede
    disminuir el rendimiento de algunos trabajadores, tales efectos
    no pueden ser generalizados, pues la edad no disminuye
    uniformemente la productividad de
    cada trabajador. En última instancia, el grado de
    disminución de la productividad depende menos de la
    situación y comportamiento
    del trabajador que del tipo de trabajo y de las condiciones en
    que se ejecuta la tarea. Si la edad disminuye determinadas
    facultades, pueden desarrollar otras y, en la medida en que los
    trabajos que se confían son adecuados, este sector de los
    trabajadores demuestran una eficacia relativamente superior a la
    de la mayoría de los jóvenes trabajadores (OIT,
    1982).

    Muchos empleadores, son prejuiciosos con
    referencia a los trabajadores de mayor edad. En efecto, suele
    opinarse que estos tienen: disminución en la cantidad y/o
    calidad del rendimiento, de la resistencia
    física y
    en la rapidez en la ejecución, dificultades de
    adaptación y aprendizaje y
    mayor riesgo de
    accidentes y
    enfermedades. Si
    bien esto puede ser tenido en cuenta para trabajos penosos como
    el trabajo en
    cadena, no es generalizable para todos los trabajadores de mayor
    edad, ni para todas las situaciones ocupacionales. Sin embargo,
    este prejuicio
    suele gobernar la toma de decisiones con respecto al ingreso, la
    capacitación o el retiro de este grupo de trabajadores
    (Leicher, 1981; OIT, 1982). Otro indicador de importancia, en
    relación con la discriminación que afecta a los
    trabajadores de mayor edad en el mercado laboral, es la
    subocupación.

    El cuadro N° 4 nos muestra que el 42 por
    ciento de los subocupados corresponde a este sector de los
    trabajadores.

    Una mayor discriminación de estos datos, indica que
    el 37 por ciento corresponde al subgrupo de 40 a 59 años
    de edad. Las características que asume el mercado laboral
    para con los trabajadores de mayor edad, nos inducen a analizar
    el comportamiento de este grupo dentro de la categoría
    ocupacional de los "cuentapropistas".

    El concepto de
    cuentapropista, alude a distintos tipos de trabajadores cuyo
    denominador común es el de desempeñar una actividad
    económica en forma independiente sin tener personal
    permanente en relación de dependencia. En
    comparación con los asalariados, los trabajadores varones
    que trabajan por cuenta propia, muestran una proporción
    superior de jefes de hogar e inferior de hijos y las mujeres,
    evidencian una proporción mayor de cónyuges que de
    hijas. Esto se encuentra muy relacionado con el hecho de que los
    trabajadores por cuenta propia, presentan en promedio, una edad
    superior a la del conjunto de los asalariados. Dicho hallazgo
    concuerda con otras investigaciones que señalan que entre
    los trabajadores informales las personas de edades avanzadas
    tienden a desempeñarse como cuentapropistas, en tanto que
    las más jóvenes son más proclives a
    insertarse en relación de dependencia en establecimientos
    informales. Los datos que se extraen del Cuadro N° 5 nos
    indican que más de la mitad (53,5 por ciento) de los
    trabajadores por cuenta propia son mayores de 40 años de
    edad, en tanto que entre los asalariados, estos son el 38,1 por
    ciento.

    La estructura de edad más envejecida de los
    trabajadores por cuenta propia es observable tanto en el caso de
    varones como de mujeres. A la luz de todo lo
    explicitado a lo largo del presente trabajo, en particular, si
    tenemos en cuenta el tiempo que puede permanecer un trabajador de
    mayor edad desocupado y la gravitación que tiene esta
    población de mayor edad en el "cuentapropismo"
    podríamos inferir que esta actividad es la única
    capaz de autogenerar ingresos, en
    forma independiente, dada la discriminación a que son
    objeto los trabajadores de mayor edad en el mercado laboral
    actual.

    IV. EL RETIRO LABORAL Y
    LA PREPARACION PARA LA JUBILACION

    Los programas de
    preparación para la jubilación suelen ser
    diseñados con el fin de mitigar el trauma que puede
    producir –a los trabajadores de mayor edad–"el pasaje
    de una vida dominada por las exigencias del trabajo a una
    jubilación consagrada principalmente a las actividades
    libres" (OIT, 1982; A. MONK, 1982). Estos programas se proponen
    dar un mayor sentido de satisfacción vital a los
    años postreros, aún en ausencia de tales crisis. Se
    encuentran en estadío experimental y están lejos de
    una sistematización y de una legislación universal
    efectiva que legitime su adopción,
    más allá de propuestas indicativas para su
    implementación (OIT, 1982; MONK, 1982; DEJEAN DE LA BATIE,
    1985). La anatomía de los
    programas es bastante universal. El objetivo principal es proveer
    información y herramientas
    de planeamiento que
    permitan al individuo
    tomar las decisiones adecuadas referentes a su inminente
    jubilación. Invariablemente (los programas) incluyen
    contenidos tales como cambio de roles y de actividades,
    planeamiento financiero, mantenimiento
    de la salud, nutrición, educación permanente,
    voluntariado y actividades del tiempo libre. La similitud
    estructural de todos los programas oscurece las concepciones
    teóricas diferentes que los sustentan. Nos referimos, por
    ejemplo, a la teoría de la crisis, de la continuidad
    ó, a la tipología que surge a partir de la
    concepción del hombre
    enunciada por Schein[4]: racional económico; social;
    autoactualización y complejo (Palmore 1984; Monk 1982).
    Los programas de preparación para la jubilación,
    lejos de haber logrado la aceptación general, se han
    convertido en los últimos tiempos en centro de
    críticas. Estas críticas pueden clasificarse de la
    manera siguiente:

    1) Tienden a prestar demasiada atención al
    "hecho de la jubilación" inminente o, en el mejor de los
    casos, al primer año de la jubilación, pero
    descuidan la fase siguiente de "retroceso" (cuando el
    enamoramiento con la cerámica y la pesca ha
    llegado a su fin). El individuo se enfrenta súbitamente
    con su soledad, su nostalgia por el pasado, pero es incapaz de
    conectarse con su futuro.

    2) Dan excesivo peso a las compensaciones
    necesarias por la pérdida del rol laboral en detrimento a
    otros aspectos, tal vez más importantes en la vida de las
    personas de mayor edad, tales como las relaciones familiares, la
    viudez y la elaboración de una identidad
    adecuada a su edad, entre otras posibles.

    3) Otra, de naturaleza
    ideológica, ataca a la jubilación como una
    solución injusta al problema del desempleo. La visualiza
    como una manera expédita de dar lugar a los jóvenes
    a costa de los viejos sin una compensación
    adecuada.

    Desde esta óptica,
    estos programas son "un lavado de cabeza necesario para azucarar
    la píldora amarga de la jubilación". Son
    aditamentos de una ultrajante violación al derecho de
    trabajar (Monk, 1982; Levet Gautrac, 1985). De lo expuesto, se
    puede observar que la literatura gerontológica
    internacional no brinda una concepción unívoca con
    respecto a los temas referidos al desprendimiento laboral y a los
    programas de preparación para la jubilación. El
    estudio de caso realizado en una empresa
    multinacional del ramo de la energía, en el conurbano
    bonaerense, que emprendió una experiencia de
    preparación para la jubilación con su personal,
    intenta ser indicativo y hacer un aporte a las cuestiones arriba
    desarrolladas en relación con las alternativas al retiro
    laboral. Para ello se realizaron entrevistas en profundidad a
    dirigentes empresariales, empleados y obreros; mujeres y varones;
    jubilables y jubilados y se analizó el contenido de la
    documentación obrante.

    IV.1. LA IDEOLOGIA
    ORGANIZACIONAL Y EL ORIGEN DE LA
    EXPERIENCIA

    El origen de la experiencia fue producto de una
    decisión del comité operativo de la empresa y se
    basó en: "(…) una idea de que en los últimos
    cinco años de vida laboral baja el rendimiento en el
    trabajo". A partir de esta idea y coincidente con una estructura
    poblacional envejecida, se pensó en una alternativa para
    lograr la jubilación del personal en el tramo de edad
    corespondiente a la denominada "jubilación optativa". Como
    puede apreciarse, las políticas institucionales se basan
    en una ideología de desarrollo de carrera[5], tendiente a
    desemplear a los trabajadores de mayor edad a través de la
    jubilación adelantada y no como lo sugiere las
    recomendaciones de la OIT, por medio de una nueva
    capacitación y reestructuración de los puestos de
    trabajo. Se elaboró, entonces, un programa de
    preparación para la jubilación, ya que en ese
    momento, el personal tendía a prorrogar su edad
    jubilatoria y se resistía a anticipar su
    retiro.

    " Este programa nació con el criterio de
    evitar el conflicto que genera la ansiedad personal y grupal de
    la persona que entra
    en un desprendimiento laboral por
    jubilación."

    IV.2. LAS
    CARACTERISTICAS DE LA IMPLEMENTACION DEL
    PROGRAMA

    El programa (estos programas fueron implementados
    por más de quince años) se lanzó a
    través de un promotor que llamaba individualmente a cada
    jubilable a fin de interesarlo por la nueva idea o propuesta. Se
    implementó para todos por igual: hombres, mujeres, obreros
    y empleados, en todos los niveles jerárquicos. El
    beneficio consistía en: charlas motivacionales, una
    gratificación económica, la realización de
    cursos de entrenamiento en
    relación con los propios intereses y la compra de materiales o
    instrumentos.

    "La idea inicial del proyecto es
    llevar a la gente a través de estos cursos a interesarse
    por cosas nuevas, sin inmiscuirse en la vida de estas personas,
    sino que participen en ellos. Como ésta fue y es gente con
    lazos afectivos fuertes, este programa fue visto como una cosa
    buena: un beneficio".

    Sin embargo, hemos observado que aquellos
    trabajadores que decidieron jubilarse en el segundo tramo de la
    edad jubilatoria -jubilación obligatoria en
    términos de la ley 19.037– no recibían
    ninguno de los beneficios de la preparación para la
    jubilación y en algunos casos fueron despedidos por la
    empresa. Esto hizo que la mayoría de los trabajadores de
    mayor edad se acogiesen al desprendimiento laboral anticipado.
    Hasta 1985, las charlas motivacionales y los cursos empezaban
    aproximadamente diez años antes de la edad jubilatoria.
    Después de esta fecha se eliminaron estas charlas y los
    cursos se inician cinco años antes de producirse el
    retiro[6].

    "El programa fue modificado como producto de una
    reestructuración de la empresa que se inició con la
    disminución de la planta de su personal y luego con la
    reducción de los gastos destinados
    al desprendimiento laboral."

    En la actualidad, cuando un miembro del personal
    cumple 54 años, si es mujer, ó
    59, si es varón, comienza a trabajar dos horas menos por
    día. Seis meses antes de la jubilación no trabaja
    los días lunes y al momento de jubilarse, y hasta el cobro
    de la jubilación, deja de trabajar también los
    días viernes. Se otorga una gratificación
    equivalente a un monto que varía entre 10 y 16 sueldos.
    Los cursos son elegidos por los jubilables, y los más
    solicitados son: corte y confección, tejido,
    jardinería, carpintería, música y fotografía. Algunos son compartidos por
    hombres y mujeres, como jardinería, fotografía o
    música. En cambio, carpintería y oficios en general
    son elegidos por hombres y costura o manualidades por
    mujeres.

    IV.3. LOS TRABAJADORES
    DE MAYOR EDAD Y EL DESPRENDIMIENTO
    LABORAL

    El personal de esta empresa ha permanecido en ella
    por más de veinte años y todos han logrado, si bien
    con mucho esfuerzo, comprar su casa y su auto. En este sentido,
    la empresa ha abonado buenas retribuciones y otorgado facilidades
    para satisfacer las necesidades de su personal.

    "Siempre se trabajó mucho, se ganó
    bien, pero se trabajó mucho, así pude comprarme
    la casa y el auto."

    Pero el hecho de haber tenido buenos salarios hace que
    los jubilables, y aún jubilados, tengan el temor, ante el
    hecho del desprendimiento, de la pérdida del poder
    adquisitivo. Este temor es legítimo, ya que al anticiparse
    la edad jubilatoria se percibirá necesariamente un
    porcentaje mucho menor del haber jubilatorio y, por otra parte,
    la situación socioeconómica del país nos
    indica una constante pérdida del poder adquisitivo de los
    ingresos previsionales.

    "Con la jubilación perdí lo
    material, el dinero,
    es lo único que siento, es el dinero, gano
    la tercera parte del salario que tendría si hubiera
    seguido trabajando".

    Por otra parte, no adelantar la edad jubilatoria
    les significa perder la indemnización y los beneficios de
    la reducción del horario y correr el riesgo de ser
    despedidos.

    "Si uno renuncia al sistema anticipado de
    jubilación, se pierde el dinero y el sistema de
    desprendimiento laboral. Es preferible retirarse, a los 55
    años con un poco de salud, porque si te retirás
    achacada no puedo disfrutar. Me oriento a retirarme
    anticipadamente, pienso que hay que darle lugar a la gente
    jóven".

    Muchos de los ya jubilados, han explicado que el
    monto de la indemnización no les permitió obtener
    una renta mensual equivalente al salario perdido. "No me
    molestaba venir al trabajo, estaba cómoda. Me
    gustó la indemnización pero poco
    duró."

    "El dinero que nos dieron con la devaluación no nos quedó
    nada."

    En razón de ello, algunos han tratado de
    encontrar un segundo trabajo o realizado cursos que le
    permitieran una nueva salida laboral. Esto ha sido en particular,
    la preocupación de los hombres. Sin embargo, una vez
    jubilados, los cursos no les permitieron (en todos los casos
    analizados) una salida laboral.

    La causa fue explicada por
    ellos:

    "El oficio debería haberlo aprendido
    siendo más jóven…"

    "…en relación a mis
    capacidades".

    "Se necesita más tiempo de
    práctica para ser un profesional".

    Aquellos que continuaron trabajando, lo hicieron
    en relación con su trabajo reciente o manteniendo un
    segundo trabajo anterior.

    "Hace dos años que me jubilé. No
    hice los cursos de preparación por que seguí
    trabajando como casero. Sí, me acogí al horario
    reducido(…) Yo salí bien de la empresa y ahora me
    llamaron para hacer un trabajo por dos meses…" (Contratado
    para dictar talleres de capacitación acotados. Ya que la
    ideología de la empresa sostiene que la
    capacitación de los operarios deben realizarla los jefes
    y no los pares, aunque éstos no pertenezcan más
    al plantel por estar jubilados).

    "Si no hubiese sido que deseo volver a Europa no
    hubiese vuelto a trabajar. Un día la empresa me
    llamó por teléfono y me ofrecieron un contrato para
    unos cursos que se están dictando y es lo mismo que
    estaba haciendo cuando me jubilé, en la escuela de
    Capacitación para los planes de promoción. Son dos cursos, básico
    para la promoción de planta de producción y
    superior, para la promoción de oficiales
    mecánicos".

    En cuanto al deseo de jubilarse, la mayoría
    –hombres y mujeres– manifestaron que deseaban
    hacerlo, ya que estaban muy cansados, sobre todo de
    madrugar:

    "Me voy a despreocupar del
    horario…"

    "No tener que esperar las vacaciones para salir
    a algún lado".

    "Después de tantos años de
    trabajo, la jubilación es lo mejor. En los
    últimos años yo ya estaba cansada, levantarme
    temprano, salir de la cama calentita, meterse en el agua
    hasta la rodilla y venir al trabajo."

    Estas opiniones corroboraron aquellas vertidas por
    los jubilados de la comunidad en
    general donde, coincidentemente, las distintas investigaciones
    indican que entre el 60 y el 70 por ciento de los encuestados
    manifiestan haber deseado jubilarse, pero ello no implica que
    están satisfechos con el monto del haber previsional
    (Oddone, 1979; 1982; 1985; OPS, 1989; Gallup,
    1991).

    El grupo de los ya jubilados compartieron estas
    opiniones, en particular las mujeres que se sintieron felices de
    dejar de trabajar para poder dedicarse a las tareas propias del
    hogar y la familia,
    que sentían tener descuidadas.

    " La causa para jubilarme es estar con mi nene,
    que no pude disfrutar plenamente".

    "Quiero jubilarme porque estoy cansada de
    madrugar, tengo mucho que hacer, y no tiene mucho sentido
    esperar. Tengo tareas en casa, compras,
    jardinería…"[7]

    Sin embargo, alguno de ellos se sintió mal
    por haber dejado de trabajar. Pareciera que ello esta ligado a
    que fueron despedidos y no pudieron retirarse en el segundo tramo
    de edad jubilatoria, como era su deseo. En este sentido Reichard
    (1962) afirma que: aquellas personas que pasaron voluntariamente
    al retiro manifestaron una mejor adaptación a la
    situación de jubilados en relación a aquellas otras
    que se vieron más o menos forzadas al cese de su actividad
    profesional.

    " Yo pedí autorización para
    trabajar hasta los 65 años, por eso siempre
    trabajé jornada completa. Sólo la
    disminución de la jornada se otorga cuando uno anticipa
    la edad jubilatoria. Me obligaron a jubilarme a los 62
    años con la reestructuración. Cobré una
    indemnización. No tenía ganas de jubilarme pero
    fue obligatorio. Pasé malos momentos, estube mal y tuve
    problemas en la familia. La
    jubilación para mí fue una cosa negativa, porque
    yo estoy en condiciones de trabajar y no debe hacerse, por que
    eso lo disminuye anímicamente para sí y para la
    familia. Es necesario seguir trabajando porque si uno se queda
    se muere. El trabajo es vital para la vida de la persona. Hubo
    problemas familiares, sin jubilación y sin trabajo mi
    tristeza se notaba."

    Un dato brindado por todos fue el de que, si bien
    tuvieron buenos compañeros de trabajo, una vez fuera del
    mismo dejaron de verlos. Los amigos se nuclean fuera del
    ámbito laboral. Las pérdidas de las redes
    laborales, y aunque de compañerismo, no implican
    necesariamente ser fuente de malestar luego del
    retiro.

    "Acá (en la fábrica) se pasaron
    momentos muy lindos y también malos, pero éramos
    como una familia. De los años que entré yo, se
    jubilaron, pero vengo a menudo de visita y me recorro la
    fábrica, siempre vengo y entro. Fuera de la
    fábrica no hay amistad, si
    dentro."

    Por último, podemos afirmar que más
    allá de las entrevistas motivacionales y de la
    realización de los cursos, un análisis de la vida
    cotidiana de los ya jubilados, hombres y mujeres, nos indica que
    no ha habido diferencia en relación al modo de vida de
    cualquier otro "anciano tipo" del área urbana de nuestro
    país. Es decir, escasa ocupación creativa del
    tiempo libre y participación social, centrando sus
    actividades en tareas del hogar y la familia, acogiéndose
    a pautas culturales propias del contexto ecológico y
    social del que forman parte.

    V. A MODO DE SINTESIS Y
    CONCLUSIONES FINALES

    A lo largo del presente trabajo hemos podido
    obtener información que consideramos ilustrativa sobre los
    temas referidos a envejecimiento, empleo y retiro
    laboral:

    * La población activa muestra un
    envejecimiento como consecuencia del correspondiente a la
    estructura demográfica del país.

    * Se puede inferir una regulación del
    mercado laboral, que adelanta las edades del retiro, donde la
    "jubilación aparece como variable de ajuste de la
    desocupación". Son ejemplos de esta situación, el
    Decreto del Poder
    Ejecutivo Nº 435/90 referido a jubilaciones adelantadas
    y vencidas, o el comportamiento de organizaciones
    empresariales gubernamentales o privadas las que, como en el
    estudio de caso analizado prefieren adelantar el retiro de su
    personal, que realizar una inversión en capacitación para
    reconvertir y/o rotar sus recursos humanos de mayor
    edad.

    * Otra observación –coincidente con
    otras investigaciones– que surge de este estudio, es el
    stigma que pesa sobre los trabajadores de mayor edad en cuanto a
    la disminución de sus capacidades y rendimiento. Producto
    de la ideología del desarrollo de la carrera
    organizacional, la padecen en forma indiscriminada todo actor
    social maduro, independientemente de las diferentes capacidades y
    maneras de envejecer. Ello se evidencia en el mayor tiempo de
    desempleo a que es objeto este grupo de los trabajadores y se
    refleja también, en un mayor peso de este grupo
    etáreo en el cuentapropismo.

    * En relación al tema de la
    reconversión laboral, el estudio de caso realizado, es
    indicativo sobre la necesidad de que la capacitación debe
    ser producto de una planificación que integre las posibilidades
    de la oferta y las
    necesidades de la demanda. Hemos visto como aquellos trabajadores
    que realizaron cursos con el fin de obtener una salida laboral,
    fracasaron en su intento, por falta de una planificación y
    orientación adecuada.

    * Frente al desprendimiento laboral, la
    mayoría de los trabajadores de mayor edad deseaban hacerlo
    y los ya jubilados estaban satisfechos de haberse retirado. El
    bajo salario previsional es causa de preocupación para
    todos ellos.

    * El programa de preparación para la
    jubilación analizado no produjo modificaciones en las
    prácticas sociales de la vida cotidiana de los
    jubilados.

    Como se ha indicado en la introducción del presente trabajo, tres
    tendencias cobran importancia en la relación entre las
    variables empleo y edad, en la sociedad actual. Estas tendencias
    son: el envejecimiento demográfico, que incide en la
    población económicamente activa, la crisis
    económica, que conlleva altas tasas de desempleo, y la
    saturación de los sistemas de previsión y seguridad
    social, que influyen en el comportamiento para con y desde los
    trabajadores de mayor edad.

    Pareciera que sólo desde una
    reflexión profunda y flexible sobre el dilema que plantea
    el entrecruzamiento de estas cuestiones a la sociedad y a
    el Estado en
    su conjunto, se podría evitar lo que los
    gerontólogos europeos actuales han dado en llamar "el
    inicio de la guerra de las
    edades" (Guillemard, A. M., 1991).

    VI. BIBLIOGRAFA

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      1990, Paris.
    • GUILLEMARD A,M., Les paradoxes del politiques
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      3 Paris, 1990.
    • GIDDENS, A., The constitution of society,
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    • HARRIS, A., Cross National Appraisal of
      Preretirement Education. Ann Arbor Labour and Industrial
      Relations, 1965.
    • KNOPOFF R. Y ODDONE M.J., Dimensiones de la
      vejez en la Sociedad Argentina, Centro Editor de América
      Latina, Nº 311, Buenos Aires, 1991.
    • LEHR, U., Psicología de la
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    • LEICHER, S., La edad y el trabajo, Revista
      Criterio, 1980.
    • LEVET-GAUTRAT, Los límites
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      Gerontologie et Société, Nº 35,
      París, 1985.
    • MARTINEZ GOMEZ, M., Preocupación y
      preparación a la jubilación, Revista
      Gerontológica, Madrid,
      1982.
    • MONK, A., Modelos de
      Planificación de Programas para la preparación de
      la Jubilación, Revista Sinopsis de Geriatría
      Nº 3, Buenos Aires, 1982.
    • MORAGAS MORAGAS, R., Gerontología
      Social, envejecimiento y calidad de vida, Herder, Barcelona,
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      la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, Viena,
      1982.
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    • ODDONE, M. J., La jubilación del
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      Social Nº 3 Año 2, Buenos Aires,
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    • ODDONE M. J., Envejecimiento, trabajo y
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    • ODDONE, M.J., Ancianidad, contextos regionales
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    • ODDONE, M.J., El envejecimiento poblacional y
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      Geriatría Práctica Vol. 1 Nº 9, Buenos
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    • ODDONE, M.J., Teoría Social y
      Envejecimiento, en Atención Médico Social a la
      Tercera Edad en América Latina, CIESS,
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    • PANTELIDES, A., Servicios Sociales para la
      Tercera Edad, CENEP, 1988.
    • PAILLAT, P., Passage de la vie active a la
      retraite, Presse Universitaire de France,
      1990.
    • RAGOT, M., La cessation anticipée d'
      activité salariée. Rapport au Conseil Economique
      et Social, París, 1985.
    • REICHARD, LIVSON Y PETERSEN, Aging an
      Personality, Londres, 1962.
    • SCHEIN, E., Dinámica de la Carrera Empresarial, Fondo
      Educativo Interamericano, 1982.
    • STRAUSS, A., Qualitative analysis for social
      scientistis, N.York, Cambridge University Press,
      1987.
    • VOLKOFF, S. ESTEV: Un instrument d'étude
      des relations entre age, santé et travail, INSERM,
      París, 1991.

    PUBLICACIONES DEL
    CEIL

    SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO

    1. Empleo rural en la República Argentina:
    1937-1969. 2º edición
    1980. Raúl Bisio y Floreal Forni.

    2. Estructura y dinámica del empleo en
    Argentina desde 1947. 1977. Juan José
    Llach.

    3. Población, mercado de trabajo y
    salarios: Un diagnóstico preliminar y prioridades de
    investigación. 1978. Juan José Llach y Pablo
    Gerchunoff.

    5. Perfiles de la organización
    sociotécnica en la industria
    manufacturera argentina: El ensamble; estudio de un caso. 1978.
    Marcelo Halperín.

    6. Un primer diagnóstico sobre el trabajo
    infantil en la República Argentina. 1978.
    CEIL.

    7. La Actuación de las asociaciones
    profesionales de los trabajadores en la determinación de
    las condiciones de trabajo a través de las convenciones
    colectivas de trabajo: Un enfoque interdisciplinario. 1979. Irene
    Vasilachis de Gialdino; Marta Novick y Floreal
    Forni.

    8. Tecnología y empleo
    en el agro, el caso argentino: Recopilación de ensayos.
    1979/80. CEIL

    9. El mercado de trabajo argentino en el largo
    plazo: Una revisión interpretada de la literatura. 1980.
    Juan José Llach.

    10. Estructura agraria ocupacional y cambio
    tecnológico en la región cerealera maicera: La
    figura del contratista de maquinaria. 1980. Eduardo
    Baumeister.

    11. Los contratistas de maquinaria
    agrícola: Una modalidad de organización
    económica del trabajo agrícola en la pampa
    húmeda. 1983. María Isabel Tort.

    12. Situación y problemática del
    empleo agropecuario en la provincia de Corrientes. 1980.
    CEIL.

    13. Tendencias a largo plazo del empleo en una
    microregión agrícola. 1981. Ricardo
    Salvatore.

    14. Población y Empleo en la provincia de
    Santiago del Estero. 1984. CEIL.

    15. Estrategias Rurales de Reproducción con alta fecundidad: Familia
    troncal y trabajo y migración
    por relevos. La situación demográfica de una
    región subdesarrollada en un país moderno (Santiago
    del Estero, Argentina). 1985. Floreal Forni y Roberto
    Benencia.

    16. Los procesos de transformación de las
    migraciones temporarias en el contexto de un provincia productora
    de mano de obra: Santiago del Estero-Argentina. 1986. Floreal
    Forni y Roberto Benencia.

    17. Los saberes de la informatización en la
    industria argentina. 1987. Jean Ruffier; Julio Testa y Jorge
    Walter.

    18. Relaciones
    Laborales en América Latina. 1987. Juan Carlos
    Blasco.

    19. La incorporación de las maquinarias
    herramientas computarizadas en un contexto de transición
    tecnológica: Procesos de aprendizaje y constitución del saber hacer. 1987. Julio
    Testa.

    20. Nuevas
    tecnologías de gestión: ¿Una alternativa hacia un
    nuevo modelo de
    empresa?. 1988. Marta Novick y Enrique Lavigne.

    21. Las relaciones sociales en empresas del
    vidrio:
    Organización del trabajo, relaciones laborales e identidad
    profesional. 1989. Jean Bunel y Héctor
    Angelico.

    22. Nuevas formas organizacionales entre
    pequeños productores del nordeste de la Argentina. 1989.
    Floreal Forni y Roberto Benencia.

    23. Las experiencias educativas del frente
    político-gremial socialista (1890-1913). 1987. Dora
    Barrancos.

    24. Los niños
    proselitistas de las vanguardias obreras, 1898-1913. 1987. Dora
    Barrancos.

    25. De chacareros a "farmers" contratistas.1991.
    Floreal Forni y María Isabel Tort.

    26. Conductas demográficas diferenciadas
    entre pobladores rurales de Santiago del Estero. 1991. Roberto
    Benencia y Floreal Forni.

    27. Ancianidad, contextos regionales y redes de
    intercambio. 1991. María Julieta Oddone.

    28. El sistema de relaciones industriales
    brasileño: Características básicas y
    evolución en el tiempo. 1992. Russell
    Smith.

    29. Precariedad Laboral: Personificaciones
    sociales en la frontera de la
    estructura del empleo. 1992. Cynthia Pok.

    30. Malestar Laboral en la Argentina, 1930 – 1943.
    1992. Roberto P. Korzeniewicz.

    31. Consecuencias de un proceso de adopción
    tecnológica reciente: cultivos hortícolas bajo
    invernáculo en el cinturón verde de Buenos Aires.
    1992. Roberto Benencia, Carlos Cattáneo y Roberto
    Fernández.

    32. Apuntes sobre la evolución de la
    historia sindical en la Argentina. Una aproximación
    bibliográfica. 1992. Hector Cordone.

    33. Movimiento
    obrero y social en la Argentina hasta 1910. 1992. Héctor
    Cordone.

    34. Las relaciones entre empleo, producción
    y población en el agro argentino entre 1914 y 1969. 1993.
    Floreal H. Forni y Roberto Benencia.

    35. La consideración Jurisprudencial de las
    Condiciones de Trabajo. 1993 Irene Vasilachis.

    36. Nuevas reglas de juego de la
    negociación y nuevas formas de
    organización del trabajo: Estrategias patronales y
    sindicales frente a la reconversión
    siderúrgica.1994 Marcela Jabbaz.

    38. Actividades productivas, organizacion laboral
    y medio ambiente en el
    bajo delta del Paraná. 1994 Guido
    Galafassi.

    SERIE METODOLOGIA

    1. Metodología para un diagnóstico
    del empleo rural: El caso de la provincia de Corrientes. 1982.
    Floreal Forni, Susana Aparicio y Guillermo
    Neiman.

    2. Metodología y Técnica de
    investigación para el estudio de las condiciones de
    trabajo. 1983. Marta Novick.

    SERIE MATERIALES DE
    INVESTIGACION

    1. Bibliografía sobre participación de
    los trabajadores en la gestión y conducción de las
    empresas. 1978. CEIL.

    2. Cambios de límites departamentales en la
    República Argentina entre 1908 y 1970 a través de
    los censos agropecuarios. 1979. Susana
    Aparicio.

    SERIE INFORMES DE
    INVESTIGACION

    1. Un informe descriptivo de las experiencias
    argentinas de participación de los trabajadores en la
    gestión de empresas. 1979. Marta Novick.

    2. La producción agropecuaria y su
    relación con el mercado de trabajo rural: Estudio de caso
    de desequilibrio. 1980. María Isabel Tort y Susana
    Aparicio.

    3. La mano de obra transitoria en el cultivo de
    cereales. 1981. Silvia Korinfeld.

    5. El servicio
    doméstico en Buenos Aires: Características de
    empleo y relación laboral. 1981. Mónica
    Gogna.

    6. Estrategias de supervivencia de las
    pequeñas y medianas empresas en Capital Federal y Gran
    Buenos Aires durante el período 1980-84. 1986. Alicia
    Peirano de Barbieri y Alejandro Gazzotti.

    7. La situación obrera en una empresa
    química:
    Estudio comparativo de tres fábricas. 1989. Jean Bunel y
    Héctor Angélico. 8. Identidad obrera y relaciones
    laborales: Estudio de caso. 1989. Jean Bunel y Héctor
    Angélico.

    9. Los molinos arroceros correntinos. Un estudio
    cuasi-etnográfico de ocho establecimientos con especial
    referencia a sus condiciones y medio ambiente de trabajo. 1992.
    Marta Ceballos.

    10. Estudios Socio Antropológicos de la
    Puna Catamarqueña. 1994 F. Forni, M. I. Tort, D.
    Jiménez y L. Pessina.

    SERIE ACUERDO INTA/CEIL-CONICET

    1. Evolución de las formas de
    producción en el área maicera: hipótesis de
    trabajo y planteo operativo del proyecto. 1986.
    INTA/CEIL

    2. Evolución histórica de las formas
    de organización social de la producción en el
    área maicera tradicional (1960-1987). 1987.
    INTA/CEIL

    3. Caracterización de las unidades
    productivas: Operacionalización de la tierra, la
    maquinaria y la fuerza de trabajo. 1988.
    INTA/CEIL

    BOLETIN CEIL

    – Año I, Nº 1: Las condiciones
    de trabajo, agosto de 1978.

    – Año I, Nº 2: La
    capacitación ocupacional, noviembre de
    1978.

    – Año II, Nº 3: La
    tecnología y el empleo en el agro, junio de
    1979.

    – Año II, Nº 4: La estrategia de las
    necesidades básicas y la pobreza,
    octubre de 1979.

    – Año III, Nº 5: El mercado de
    trabajo en la Argentina; temas globales y urbanos, octubre de
    1980.

    – Año III, Nº 6: El mercado de
    trabajo en la Argentina. Temas rurales, población, empleo
    y migraciones, diciembre de 1980.

    – Año IV, Nº 7: Investigación
    social en áreas marginales, octubre de
    1981.

    – Año V, Nº 8: Seminario:
    Estructura económica y familiar, julio de
    1982.

    – Año V, Nº 9: Primeras jornadas
    interdisciplinarias sobre condiciones de trabajo, diciembre de
    1982.

    – Año VI, Nº 10: Primeras
    jornadas nacionales interdisciplinarias sobre condiciones de
    trabajo, octubre de 1983.

    – Año VII, Nº 11: Jornadas de
    sociología rural, julio de
    1984.

    – Año VII, Nº 12:
    Sociología Rural, diciembre de 1984.

    – Año VIII, Nº 13: Seminarios y
    talleres, noviembre de 1985.

    – Año IX, Nº 14: Nuevas
    tecnologías, diciembre de 1986.

    – Año X, Nº 15:
    Presentación a congresos y seminarios, abril de
    1987.

    – Año XI, Nº 16: Historia
    Sindical, diciembre de 1988.

    – Año XI, Nº 17: Temas
    sindicales, diciembre de 1988.

    – Año XIV, Nº 18/19: Proyectos e
    Investigaciones, abril de 1991.

    – Año XIV, Nº 20,
    Investigaciones, octubre de 1991.

    – Año XVI, Nº 21,
    Artículos, Comunicaciones, Reseña de Publicaciones,
    mayo de 1993.

    LIBROS

    Movimiento obrero, sindicatos y poder en
    América Latina. Editorial El Coloquio-CEIL. 1974. Varios
    autores.

    Primeras Jornadas Interdisciplinarias sobre
    Condiciones de Trabajo. CEIL-OIT. 1983. Varios
    autores.

    Calidad de vida y condiciones de trabajo para el
    proyecto Paraná Medio. CEIL. 1983. Marta Novick e Irene
    Vasilachis de Gialdino.

    Empleo, Estrategias de vida y reproducción.
    Hogares rurales en Santiago del Estero. 1991. CEIL-CEAL. Floreal
    Forni; Roberto Benencia y Guillermo Neiman.

    CEIL – Area de Estudio e Investigación en
    Ciencias
    Sociales del Trabajo – SECyT

    1. Repertorio de Organismos de Estudio e
    Investigación en Ciencias
    Sociales del Trabajo. 1987.

    2. Repertorio de Investigaciones en Ciencias
    Sociales del Trabajo. 1988.

    3. Repertorio de Proyectos de
    Investigación en Ciencias Sociales del Trabajo.
    1988.

    4. Análisis de la información
    contenida en los repertorios y encuestas de
    organismos, investigaciones y proyectos en el área de
    ciencias sociales del trabajo. 1988.

    COLECCION CIENCIAS SOCIALES DEL TRABAJO Editorial
    Humanitas

    PRONATTE-CEIL

    Condiciones y medio ambiente de trabajo en la
    Argentina (3 volúmenes, 1986-87). Autores
    varios.

    Proceso de trabajo, nuevas tecnologías
    informatizadas y condiciones y medio ambiente de trabajo en la
    Argentina. 1987. Julio Neffa.

    Tecnología y Trabajo. 1988. Autores
    varios.

    Ergonomía y Condiciones de trabajo. 1988.
    Alain Wisner.

    Qué son las condiciones y medio ambiente de
    trabajo: Propuesta de una perspectiva. 1988. Julio
    Neffa.

    El cuerpo humano
    trabajando: La fisiología humana en el medio ambiente de
    trabajo. 1989. Traducción de una serie de artículos
    de la Asociación Medio Ambiente de Trabajo de
    Suecia.

    La teoría de la regulación: Un
    análisis crítico. 1989. Robert
    Boyer.

    Trabajo y desgaste mental: Ensayo de
    Psicopatología del trabajo. 1990. Christophe
    Dejours.

    El proceso de trabajo y la economía de tiempo:
    Contribución al análisis crítico de
    K.Marx, F.W.
    Taylor y H. Ford. 1990. Julio Neffa.

    Condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT).
    Manual de
    Apoyo didáctico y guía para la capacitación.
    1990. Esther Giraudo; Grupo CyMAT – UTN Gral. Pacheco y Julio
    Neffa.

    El método árbol de causas. 1990.
    Robert Villatte.

    Las estrategias de las empresas frente a los
    recursos humanos. El post-taylorismo. 1991. François
    Stankiewicz (compilador).

    Sindicalismo y sociedad. Problemas actuales del
    sindicalismo
    en el mundo. 1991. Georges Spyropoulos.

    El empleo en el sector informal. Su
    integración a las estructuras
    económicas. 1992. Jacques Charmes.

    Formación profesional: Calificaciones y
    clasificaciones profesionales Su influencia en las relaciones de
    trabajo. La experiencia francesa. 1992. Autores
    Varios.

    Envejecimiento y trabajo. 1993. Antoine Laville.
    (comp.)

    Estadísticas sobre condiciones y medio
    ambiente de trabajo. 1993. Serge Volkoff.

    Notas

    [1]Agradezco a la Dra. M.A. Gallart quien me ha
    brindado generosamente la base de sus datos para poder realizar
    el presente trabajo.

    [2] Esta encuesta tiene como propósito la
    obtención de datos sistemáticos y permanentes sobre
    las características demográficas y
    socioeconómicas fundamentales de la población. Por
    lo tanto, su temática está orientada a la
    caracterización social de los individuos y los hogares,
    teniendo en cuenta las modalidades de su inserción en la
    estructura económico-social.

    La EPH, se aplica a una muestra
    probabilística, cuyo diseño
    permite alcanzar una fracción de muestreo final
    como resultado de una selección bietápica. En la
    Ciudad de Buenos Aires y partidos del Gran Buenos Aires, el
    tamaño de la muestra se determinó de manera tal que
    permitiera detectar un cambio del uno por ciento de la tasa de
    desocupación con un nivel de confianza del 95%. Como
    resultado se obtuvo una muestra cuyo tamaño real
    alcanzó, en esa oportunidad, a 4762 viviendas, en las que
    residían 15.419 personas.

    [3] (Oddone, M.J., 1993)(…) "presentaremos los
    elementos de cada enfoque teórico y trataremos de ver de
    que manera, estas teorías
    cobran importancia en la explicación o influencia en los
    procesos sociales ligados a la vida cotidiana de los
    mayores.

    La teoría del "descompromiso" deriva del
    funcionalismo
    estructural de Parsons. Con amplia repercusión, fue
    elaborada por Cummings y Henry en 1960, postula que en la vejez
    se establece una suspensión del contrato mutuo entre el
    individuo y la sociedad, seguido de una disminución de la
    actividad social en la vejez.

    La separación es una respuesta preventiva
    al trauma que sufre la sociedad con la muerte de
    cada uno de sus miembros, para reducir ese impacto, el individuo
    decide hacer una experiencia menos destructiva, favoreciendo a la
    sociedad comenzando por la muerte social,
    por etapas en un proceso preparatorio no tanto para el individuo
    como para la sociedad de esa separación final (vejez =
    antesala o preparación para la muerte).

    La separación o el descompromiso es una
    etapa anticipatoria no intrínsecamente evolutiva de la
    pérdida de interés que la sociedad tiene en los
    ancianos. Dado que la sociedad no querrá más al
    anciano éste contraerá sus intereses afectivos como
    manera adaptativa antes que se produzca el rechazo. En síntesis:
    la persona rechaza a la sociedad anticipando el rechazo que la
    sociedad hará contra él.

    Dado que los pares del anciano comienzan a morir,
    el mundo social del anciano se reduce, por lo que éste no
    tiene otra alternativa que aproximarse a los más
    jóvenes, pero como éstos lo desvalorizan en tanto
    factores humanos sin realidad futura lo marginan y el anciano se
    repliega en sí mismo.

    El descompromiso, refleja entonces, un fracaso en
    las relaciones imtergeneracionales, siendo la forma más
    aguda de discontinuidad generacional.

    Se define como inevitable, mutuo (entre la
    sociedad y el individuo), universal (para todas las culturas) y
    es intrínseco (parte del desarrollo evolutivo del
    hombre).

    Significa un incremento en la interioridad
    –la inmersión del anciano en sus vivencias
    internas– lo que produce un cambio en la conducta
    instrumental operativa pasando a una más socio afectiva
    centrada en el yo.

    Serían conductas de tipo contemplativas,
    reflexivas, puede ser un gran período de productividad
    espiritual.

    La teoría presume que este descompromiso
    representa de hecho una etapa de liberación humana, en
    tanto que por primera vez en la vida de la persona puede estar
    consigo misma sin presiones externas. Formula también que
    para el anciano es bueno y sano separarse de la sociedad. Se
    comprueba la normatividad de la teoría
    empíricamente con los conceptos de:

    – satisfacción de vida:
    gratificaciones de las condiciones del entorno,
    orientación pesimista o no, forma de alcanzar objetivos de
    vida, etcétera.

    – felicidad: gratificaciones a partir de
    otros significativos, principalmente miembros de la
    familia.

    moral:
    entereza de espíritu, la capacidad de enfrentar los
    embates de la vida sin sentirse vencido.

    Hay una correlación significativa entre
    salud y satisfacción y felicidad. A mayor educación
    mayor felicidad y satisfacción.

    La presente teoría permanece como andamiaje
    conceptual en razón de que no pudo ser demostrado
    empíricamente que: a mayor descompromiso de la sociedad
    mayor satisfacción de vida.

    Tales teorías –de alcance
    medio– que se insertan en el contexto de los paradigmas de
    otras teorías, en este caso: el funcionalismo estructural
    de Parsons no han podido ser "testeadas" en la práctica,
    vale decir no han podido ser demostradas empíricamente
    (Monk, A.).

    Si bien la teoría del descompromiso no ha
    podido ser demostrada en la práctica en su
    fundamentación más pura; como andamiaje conceptual,
    ha logrado obtener un carácter normativo en marcos conceptuales
    utilizados para la toma de decisiones de política
    social en relación a las personas de mayor
    edad.

    Esta influencia puede ser analizada y comprobada
    en la esfera del ámbito laboral. Schein en el
    capítulo denominado "Las etapas y las tareas del ciclo de vida
    biosocial" en su libro
    Dinámica de Carrera Empresarial, toma para definir dichas
    etapas del ciclo de vida laboral, la concepción de la
    teoría del descompromiso, en particular, en lo referente
    al proceso de envejecimiento de los trabajadores y en
    relación a sus sentimientos, la transmisión de la
    cultura organizacional, el retiro y la
    prejubilación.

    Desde los cuarenta y cinco o cincuenta
    años, hasta el retiro, las definiciones
    son:

    "enfrentarse con la vejez, la dependencia y la
    muerte"…

    "Un período de estabilidad relativa, pero
    lleno de preocupaciones sobre la terminación del tiempo
    y el deterioro corporal", frente a este asunto por conformar,
    la tarea específica es "ajustarse a un declinamiento
    general en la sociabilidad y a un retiro hacia sí mismo
    y los esquemas bien establecidos". "Evitar los temas y los
    asuntos cargados emocionalmente y aprender a ser
    abuelo."

    A partir de los sesenta años y hasta la
    muerte, los asuntos generales a tratar
    serían:

    – enfrentar el retiro
    ocupacional

    – un período de transición e
    incertidumbre debido a los cambios en las funciones
    corporales y mentales, así como en los roles
    sociales

    – enfrentar la salud y las capacidades
    declinantes y la preocupación interna que esto produce,
    ajustarse a la muerte del cónyuge.

    Las tareas específicas para esta
    situación son:

    Ajustarse al status y roles de trabajo
    reducidos, aceptar el hecho de que el retiro y los roles
    reducidos son al fin de y al cabo un reflejo de las capacidades
    y motivaciones propias ahora reducidas.

    Ajustarse a creciente introversión y a
    comunicaciones reducidas con el mundo
    externo.

    Ajustarse a un reducido stándar de vida y
    enfrentarse con nuevos problemas financieros,
    etcétera.

    La incorporación de la teoría del
    descompromiso a la composición del desarrollo de carrera
    empresarial ligada obviamente al proceso de envejecimiento que
    implica el ciclo de vida, implica sin embargo, que un
    trabajador maduro, dentro de la cultura organizacional, no
    esté ya en condiciones de incorporar dicha cultura, sino
    en situación de transmisión de la misma y en
    proceso de desenganche o descompromiso. Esta
    conceptualización en los hechos implica que: los
    trabajadores de mayor edad sufran mayor tiempo de desempleo
    cuando pierden su trabajo y se invierta menor
    capacitación en ellos".

    [4] A. Monk (1982), menciona cinco modelos de
    programas de preparación para la jubilación, de
    acuerdo a otras tantas concepciones del hombre formuladas por
    Schein (1970): racional-económico, social,
    autoactualización y complejo; al que agrega una quinta
    centrada en la teoría de la crisis.

    *Modelo racional-económico: Las personas
    están motivadas básicamente por el propio
    interés económico y su vida después de
    jubilarse se asemeja bastante a la vivida hasta entonces,
    centrándose en valores
    orientados hacia el trabajo y permaneciendo "activo" en un
    sentido productivo. Los programas que responden a esta
    concepción fomentan el ejercicio de roles voluntarios
    comunitarios o cívicos, como una modalidad de equilibrar
    el poder perdido. Hacen incapié en el ajuste del
    individuo, sometiéndolo, en algunos casos a una
    explotación camuflada y no al mejoramiento de los medios con que
    cuenta y de sus condiciones de vida.

    *Modelo social: Sostiene que la necesidad
    fundamental del hombre, que supera incluso la
    motivación económica, es la pertenencia, de ser
    aceptado por los demás. El objetivo que persiguen estos
    programas es el de capacitar a los individuos para asumir nuevos
    roles, intentando modificar actitudes de resistencia al
    cambio.

    *Modelo humanista-existencial: Estos programas
    conciben la jubilación como una gran oportunidad para
    liberar las capacidades creativas de las personas. Están
    centrados en el enfoque de la "andragogía", es decir la teoría y
    método sobre el aprendizaje
    adulto basado en su experiencia individual como fuente de
    aprendizaje. Los programas según este modelo intentan
    desarrollar la autoaceptación, la capacidad para
    comunicarse con los otros y la confianza en contextos sociales
    que ayudarían efectivamente a la solución de los
    problemas.

    *Modelo sistémico: Sostiene que los modelos
    anteriores son simplistas ya que no perciben al hombre como un
    sistema complejo y altamente variable. Ante el hecho jubilatorio
    dos individuos con historias parecidas reaccionarán de
    manera diversa. Los programas estandarizados no servirían,
    por lo que se debería trabajar de manera individualizada.
    Si bien el costo de estos programas es muy alto, tienen un efecto
    preventivo importante a partir de la atención precoz y
    detección de crisis inminentes.

    *Modelo orientado hacia la crisis: Son programas
    que se centran en la crisis como componente inevitable de la
    jubilación. Favorecen por parte de las personas prontas a
    jubilarse la aceptación de las pérdidas que la
    jubilación conlleva y la preparan para la
    elaboración del duelo.

    [5] Mencionada con anterioridad en la Cita 3,
    explicitada por Schein en su obra Dinámica de Carrera
    Empresarial, en el capítulo "Las etapas y las tareas del
    ciclo de vida biosocial" (Oddone, 1993).

    [6] La primera etapa de la reestructuración
    tuvo su origen en un sobredimensionamiento de la planta
    productiva en la década del '70. En los '80 debido a la
    recesión económica del mercado externo la empresa
    sufrió un proceso de involución de su estructura
    productiva. Finalmente, en los años '82, '84 y '85 se
    tomó la decisión de desprenderse de una parte
    considerable de su personal. Es aquí cuando se despide
    personal envejecido y cuando se modifica el sistema de
    desprendimiento laboral.

    [7] Es de hacer notar, que si bien no es un dato
    que se pueda demostrar estadísticamente, las mujeres que
    trabajaron en esta empresa o bien no tuvieron hijos o sólo
    uno. A diferencia de sus compañeros varones que por lo
    general manifestaban tener una familia numerosa. Esto
    podría explicarse por las características de un
    trabajo bien pago pero muy exigente.

    DOCUMENTO DE TRABAJO
    Nº 38. CEIL-PIETTE del CONICET, Centro de Estudios de
    Investigaciones Laborales.. PIETTE, Programa de Investigaciones
    Economicas sobre Tecnologia, Trabajo y Empleo. CONICET, Consejo
    Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas, Buenos Aires,
    Argentina

    Como citar este documento: Oddone, María
    Julieta. Los trabajadores de mayor edad: empleo y
    desprendimiento laboral. María Julieta Oddone
    . En
    publicación: Los trabajadores de mayor edad: empleo y
    desprendimiento laboral
    . María Julieta Oddone
    CEIL-PIETTE del CONICET, Centro de Estudios de Investigaciones
    Laborales. PIETTE, Programa de Investigaciones Economices sobre
    Tecnología, Trabajo y Empleo. CONICET, Consejo Nacional de
    Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos
    Aires, Argentina. 1994.

    Este texto se
    encuentra bajo licencia Creative
    Commons

    María Julieta
    Oddone

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