Una aproximación al estudio de las desigualdades en la sociedad del conocimiento
- 1.
Abstract - 2.
Introducción - 3. Marco
conceptual
5. Recursos humanos en actividades de I+D
(PID)
6. Conclusiones
7. Bibliografía
1. Abstract
La creciente importancia de la producción de conocimiento e
información en las sociedades del
conocimiento mantiene a las regiones menos desarrolladas en una
situación de desigualdad en lo que se refiere a la
innovación
tecnológica. A la problemática del acceso a la
sociedad de la
información, se suma la derivada de las diferencias en las
inversiones en
actividades de I+D, añadiendo una nueva dimensión a
las desigualdades existentes. Una aproximación al análisis de estas desigualdades se aborda
desde el estudio de los indicadores
fundamentales de la investigación científica y desarrollo
tecnológico.
Palabras
claves: · dependencia,
desigualdad/exclusión, economía, estudios,
ciencia–tecnología-sociedad,
sociedad del conocimiento.
2. Introducción
(1) (2)En la sociedad del conocimiento
actual, la producción de conocimientos tiene una
importancia fundamental, y de ello es testigo el hecho de que
el
conocimiento, junto con la información en la que se
basa y que lo posibilita, se ha convertido en el centro de las
relaciones económicas y sociales en lo que Castells llama
el informacionalismo (M.Castells, 2001:171), que afecta no
sólo a la economía, sino también a la
organización social y a nuevas formas de
comportamientos y hábitos. Actualmente, la sociedad se
organiza en torno a la
información y los conocimientos, que son los nuevos
elementos claves de las relaciones sociales con los que el hombre
controla su entorno y modifica sus condiciones de
vida.
No se va a tratar en esta comunicación la problemática del
acceso a la información y la brecha digital (que ha sido
abordado recientemente, entre otros, por Welp (Y. Welp en RIS
nº 37, 2004: 77-114). Nos centraremos, por el contrario, en
las desigualdades que surgen en torno a las condiciones de
producción del conocimiento. La sociedad de la
información y del conocimiento crea una economía
del conocimiento desigual; pero no sólo es desigual para
aquellos que no tienen acceso, o tienen un acceso restringido;
sino que también genera desigualdades en la capacidad de
producir conocimientos. Compartiendo la idea de que "la investigación científica es un bien
cuasi-público que los actores privados (empresas) por
sí mismos no producen en un nivel suficiente, y que sin
embargo es imprescindible para la innovación tecnológica y el desarrollo
social" (M. Olazaran, C. Lavía y B. Otero en RES
nº 4, 2004:143), abordaremos en esta comunicación una
aproximación a las desigualdades originadas en los
sistemas de
ciencia, tecnología e innovación regionales. "Las
evidentes diferencias entre las regiones que muestran los
indicadores macroeconómicos – ingreso per
cápita, empleo y
desempleo,
productividad,
etc. – son aún más notorias en el caso del
desarrollo tecnológico, indicado por el gasto en
actividades de I+D (GID) como porcentaje del Producto
Interior Bruto (PIB). Estas
diferencias están relacionadas con la capacidad de cada
región para introducir y/o desarrollar innovaciones,
capacidad que descansa en dos elementos principales: las instituciones
y los recursos
humanos" (González de la Fe, 1995:14). A
continuación, realizamos un análisis del estado de I+D
en los países europeos, y en especial, en España,
para comentar dentro de este contexto europeo y nacional, la
situación de Canarias. Para ello nos hemos centrado en los
indicadores basicos del Gasto Bruto en I+D (GID) y del Personal empleado
en actividades de I+D (PID). Ambos indicadores nos pueden dar una
buena idea acerca de la evolución de las actividades de I+D en una
región o país. En términos generales, se
sabe que tanto el GID como el PID han experimentado un
crecimiento continuado durante la última década en
el contexto de las economías occidentales, salvo contadas
excepciones. Ello es una consecuencia lógica
de la creciente importancia de las innovaciones
tecnológicas en las economías basadas en el
conocimiento dentro del marco global competitivo que caracteriza
nuestras sociedades posindustriales. Ahora bien, las diferencias
– en volumen y ritmo
de crecimiento – son considerables, tanto entre los niveles
de análisis señalados (Europa,
España, Canarias), como al interior de los mismos. Estas
disparidades justifican, en nuestra opinión, una
aproximación al estudio de las nuevas formas de
desigualdades que surgen en la sociedad del conocimiento, nuevas
formas que, como dijimos antes, se basan en las diferencias
reflejadas en los indicadores macroeconómicas de las
regiones.
3. Marco conceptual
La investigación científica y el
desarrollo tecnológico (I+D), se definen como "el conjunto
de trabajos creativos que se emprenden de modo sistemático
a fin de aumentar el volumen de conocimientos, incluido el
conocimiento del hombre, la
cultura y la
sociedad, así como la utilización de esa suma de
conocimientos para concebir nuevas aplicaciones. Además,
la I+D comprende tres tipos de actividades, que son la
investigación básica (para adquirir nuevos
conocimientos sobre fenómenos o hechos observables), la
investigación aplicada (también para adquirir
nuevos conocimientos y aplicarlos a un fin determinado), y el
desarrollo tecnológico que se trata de trabajos
sistemáticos basados en conocimientos existentes para
fabricar con ellos nuevos materiales,
productos o
dispositivos; establecer nuevos procesos,
sistemas o servicios, o
mejorar lo ya existente" (INE, 2001:13-30). Los conocimientos por
sí solos no transforman la economía. Estos
conocimientos necesitan ser aplicados en la producción de
bienes y
servicios. Para medir esta actividad investigadora se usan una
serie de indicadores. Uno de ellos es la medición de gastos en I+D.
Como tales se consideran "todas aquellas cantidades destinadas a
actividades de I+D, realizadas dentro de la unidad o centro
investigador (gastos internos) o fuera de estos (gastos
externos), cualquiera que sea el origen de los fondos" (INE,
2001:21). El análisis del gasto en I+D se puede realizar
en diferentes sectores:
- la enseñanza superior
- empresas
- organismos públicos de
investigación - fundaciones sin ánimo de lucro
El otro indicador fundamental mide el personal empleado
en actividades de I+D. El concepto de
recursos humanos
en ciencia y
tecnología designa básicamente a aquellas
personas que poseen una alta cualificación profesional.
Hace referencia a un colectivo muy amplio, que abarca tanto el
ámbito educacional (universitarios, doctores, masters y
especialistas universitarios, entre otros) como el ámbito
ocupacional (profesionales, técnicos, directivos). Con el
objeto de discutir tan sólo unas pocas indicadores
representativos en esta comunicación, reflejamos
aquí los datos del
personal de I+D, concepto más reducido que el de recursos
humanos. El personal de I+D (PID) constituye a su vez, junto con
el gasto bruto en I+D (GID), el otro indicador básico del
estado de I+D de un país o una región. Aquí
seguimos las recomendaciones del Manual de
Frascati (OCDE, 2002:294-296), reflejando los datos sobre el
personal de I+D en dos dimensiones:
- como % de la población activa (PA)
- en EDP: equivalencia de dedicación plena, ya
que la gran mayoría de los investigadores realizan otra
serie de trabajos no relacionados con la I+D.
El PID incluye todas las personas empleadas directamente
en I+D (investigadores), así como aquellas que prestan
servicios directos a las actividades de I+D, como gerentes,
administradores y personal administrativo de apoyo. La
medición en equivalencia de dedicación plena se
realiza, sobre todo, para el subconjunto de investigadores
(científicos e ingenieros) porque las actividades de I+D
son, a menudo, sólo una parte de su labor, pues los
investigadores combinan las actividades de investigación
con otras, como por ejemplo, la enseñanza. Por ello, para
obtener una unidad adecuada para el análisis
estadístico, se miden las actividades de los
investigadores en unidades de equivalencia de dedicación
plena (EDP).
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