- Definiciones descriptivas
que se viven como prescriptivas
Invenciones "globales" (donde lo muy particular se vuelve muy
general)
Cibercultur@ (CK@) (8): más acá de
máquinas, circuitos, chips y fibras
ópticas
De identidad y otras alteridades
Cibercultur@ y comunidades desplazadas
Cibercultur@ y políticas culturales
Cibercultur@ e identidades complejas
Cibercultur@, conocimiento y cognición
distribuida
Cibercultur@ y sociocibernética
Bibliografía
Notas
Idioma original:
· castellano
Palabras clave:
· cibercultura
· comunicación
· gestión
del conocimiento
· globalización
· información
ABSTRACT: Vivimos una situación de alta
desigualdad en la generación de información y conocimiento
de vastas zonas de la sociedad
mundial. Por efecto de la historia, dichas zonas, han
sido diseñadas, por un lado como provedoras de materias
primas y fuerza de
trabajo barata
(flujos de migración), pero también para
depender de los centros del Sistema –Mundo
por lo que a la generación de información y
conocimiento se refiere. El texto propone
el
conocimiento y el desarrollo de
CIBERCULTUR@, como una estrategia de
comunicación compleja que permita conocer
dicha situación y al mismo tiempo
intervenir en el tejido social para modificar sustantivamente los
términos de esa relación desigual.
Introducción
En este texto sostengo que las sociedades que
han sido históricamente desplazadas de los "beneficios" de
la
globalización, tienen la necesidad estratégica
de conocer las formas concretas en que sus poblaciones se
relacionan con las tecnologías, con la información,
con la
comunicación y con el conocimiento. Mediante este
proceso de
apropiación es posible diseñar y desplegar una
estrategia crítica
y propositiva que les permita no sólo disminuir,
sino reorientar los efectos perniciosos (desplazamiento,
incomunicación, desconocimiento, desinformación)
debidos a la fuerza y dirección del vector tecnológico que
se imponen en la densidad de la
vida cotidiana de dichas sociedades. Para mostrar mi argumento,
revisaré cuatro efectos de sentido cuyo origen es
particular y localizado en los centros dominantes del sistema
mundial, pero que con el tiempo han sido promovidos y
visibilizados como si fueran universales.
A partir de las propias contradicciones del saber
necesario para interaccionar creativamente con el vector
tecnológico, en el texto propongo utilizar estos complejos
dispositivos no sólo como auxiliares, sino como verdaderas
plataformas generativas de gestión de
información y conocimiento local e inteligencia
distribuida.
La inversión para conocer y desarrollar
cibercultur@ puede convertirse en una efectiva forma de
empoderamiento para conquistar grados de autodeterminación
en medio de las desiguales condiciones socio-históricas
que convergen en las muy perceptibles y enormes distancias que
separan las sociedades de su capacidad para movilizar de manera
autodeterminante la energía social. Para tal fin creamos
el Laboratorio de
Investigación y Desarrollo en
Comunicación Compleja (LabCOMplex) cuya propuesta
presentaré en la parte final de este artículo
(1).
Definiciones descriptivas
que se viven como prescriptivas
En muy poco tiempo, digamos, la última
década del siglo XX, la dispersión y el acceso a
una serie de tecnologías diseñadas para manejar
información y coordinar las acciones de
comunicación mediadas por computadoras
han impactado y transformado nuestro mundo, nuestra idea de lo
que es el mundo y desde luego nuestra idea de quienes somos
en el mundo. En todas las zonas periféricas del
sistema—mundo (Wallerstein, 1979) se vive una
distancia en apariencia insalvable, respecto a los países
centrales que generan permanentemente desarrollos
tecnológicos y conocimientos que se ha llamado digital
divide (2) o Brecha Digital (Terceiro y Matías,
2001).
A pesar de su muy amplia difusión y
aceptación, esta manera de caracterizar el fenómeno
es teóricamente insuficiente, no porque no existan
referentes de esa distancia social y física de ciertas
zonas del mundo respecto a las tecnologías más
avanzadas, sino porque la noción de brecha digital
sólo constata de manera descriptiva una situación
de facto, generalmente desligada de otras mucho más
importantes teórica y políticamente, que no son
evidentes y a las que dicho concepto no
facilita su visibilidad. Su pobreza
teórica sería irrelevante de no ser porque orienta
la mayoría de las políticas
públicas que hoy se agrupan en torno a la
discusión de la sociedad de la información
(3). Sin quererlo, esa descripción se volvió
prescripción, por ausencia, por ignorancia o simplemente
por voluntad impuesta y auto aceptada.
Por muy diversas causas, los países
latinoamericanos no han desarrollado (y nunca se les
permitió desarrollar) una tecnología –un
saber cómo y un poder con qué
saber– suficiente como para lidiar de manera creativa y
expansiva con un vector tecnológico que deja
"fuera" de esta fase del desarrollo globalizado del sistema
mundial a miles de millones de personas y con ellas a sus propios
sistemas de
referentes simbólicos. Sin embargo, dichas poblaciones
quedan fuera "solamente" de los beneficios atribuibles a
dichos dispositivos y en especial de la formación
práctica para utilizar las tecnologías con el
objetivo de
re-formatear, re-crear, entender y expresar su propia diferencia
y especificidad dentro del aluvión de flujos de imágenes,
de informaciones, de personas y de capitales que le suelen llamar
"globalización". Esta palabra es
también teóricamente engañosa, porque oculta
que, salvo la dinámica mundial de los flujos mencionada,
sus contenidos y sus direcciones son parciales y ampliamente
discrecionales.
Detrás de "la globalización" que las zonas
periféricas conocen, subyacen al menos cuatro grandes
operaciones
selectivas con las que las poblaciones desplazadas de aquellas
zonas, es decir, las enormes mayorías de pobres y
miserables, tienen que sortear y luchar por re-definirse con
alguna aspiración de autonomía o bien, seguir
siendo procesados, definidos, contados, narrados y
conocidos desde afuera, como la historia y sus maneras de
escribirse nos documentan con profusión (O´Gorman,
1998). De esa historia siempre inventada, destaco cuatro
características inmediatas que me saltan a la vista en
este proceso que conforma (no sin amplias resistencias)
el mundo –como idea y como experiencia procesada por
otros– de este milenio.
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