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El control de los roedores: revisión de los rodenticidas registrados en el ámbito de la sanidad ambiental en España (página 2)



Partes: 1, 2

 

 MATERIAL Y
MÉTODOS

 El estudio se ha realizado a partir de los
datos que
figuran en la base de datos
del Registro Oficial
de Plaguicidas de Uso en Salud
Pública de España
para los rodenticidas (ingredientes activos
técnicos y formulados) con fecha 14 de marzo de
200310.

Para el análisis de los datos recogidos en dicho
Registro se han considerado los siguientes parámetros:
tipo de materias activas, usos autorizados, tipo de
formulación, especies susceptibles, clasificación
toxicológica y tipo de acción
(aguda o crónica).

RESULTADOS

 En el Registro Oficial de Plaguicidas de Uso en
Salud
Pública figura un total de 484 productos
registrados en Sanidad Ambiental como rodenticidas (Grupo
Principal 3; Tipo de Producto 14
según la Directiva 98/8/CE), de los que 67 son
ingredientes activos técnicos (IAT), y en consecuencia de
uso restringido para la preparación de formulados, y 417
son formulados listos para su empleo.

En España están registradas 13 materias
activas (tabla 1) para la formulación de rodenticidas de
las que una, la sulfaquinoxalina, es un bactericida que forma
parte de 2 formulados, en ambos casos con warfarina, y que, en
consecuencia, no puede ser considerado como IAT rodenticida. Otra
de las materias activas que intervienen en la formulación
de rodenticidas es el sulfato cálcico; se trata de un IAT
registrado para la formulación de insecticidas pero que es
el único componente de un formulado registrado para uso
doméstico y ambiental únicamente como rodenticida
(98-10-00251 y 98-10-00251-HA). La inclusión de este
formulado como rodenticida posiblemente sea un error que
debería ser subsanado a fin de evitar el uso indebido de
este compuesto. Por lo antedicho, y si bien en la base de datos
del Registro Oficial de Plaguicidas se indican 13 materias
activas, únicamente 11 son realmente rodenticidas. Del
mismo modo, y puesto que el formulado compuesto únicamente
por sulfato cálcico no puede ser considerado un
rodenticida, el número de formulados pasa de los 417
incluidos en la base de datos, a 416 (tabla 3).

 

 

Como se indica en la tabla 1, de los 11 IAT rodenticidas
registrados, 9 son anticoagulantes (brodifacoum, bromadiolona,
cumatetralilo, difetialona, difenacoum, flocoumafen, warfarina
(rodenticidas cumarínicos), difacinona y clorofacinona
(rodenticidas indandiónicos)), 1 tiene acción
sedativa (alfacloralosa) y 1 produce hipercalcemia y
calcificación de los vasos sanguíneos
(colecalciferol); destacar que de este último
únicamente se encuentra registrado en España el IAT
sin que exista ningún formulado preparado para el uso
compuesto por esta materia
activa. Destacaremos también que para algunos de los IAT
registrados se indica que en su composición interviene
también un desinfectante, el propilenglicol, sin que esta
sustancia figure como IAT en el registro en ninguna de las
categorías o finalidades que en el mismo se
incluyen.

Por lo que se refiere a la clasificación
toxicológica (tabla 2) merece destacarse que todos los
formulados registrados están clasificados como Nocivos
mientras que para los I.A.T. (37% Nocivos, 21,5% Tóxicos y
41,5% Muy Tóxicos) su clasificación depende de la
materia activa y de la concentración.

En relación con los usos autorizados (tabla 1),
la mayoría de las materias activas están permitidas
para la elaboración de rodenticidas de uso ambiental y de
uso en la industria
alimentaria (59) y únicamente 6 lo están
sólo para la elaboración de rodenticidas de uso
ambiental. Es necesario indicar que la legislación
española establece que para que un formulado pueda ser
autorizado para un determinado uso, la/s materia/s activa/s que
lo componen deben haber sido previamente registradas para dicho
uso. En este sentido señalaremos que la alfacloralosa
está registrada como IAT únicamente para la
formulación de rodenticidas de uso en la industria
alimentaria y sin embargo es el componente de varios formulados
registrados también para uso ambiental y
doméstico.

Tal y como se indicaba previamente, en la
composición de los formulados intervienen 10 de las 11
materias activas rodenticidas registradas ya que no existe
ningún formulado con colecalciferol. Como se puede
observar en la tabla 3, de los 416 formulados rodenticidas,
únicamente 4 no son anticoagulantes y todos presentan
alfacloralosa como IAT. Por lo que se refiere al tipo de
anticoagulante, un 87,4% son derivados cumarínicos
(hidroxicumarinas, como brodifacoum, bromadiolona, cumatetralilo,
difenacoum, flocoumafen, warfarina, o tiocumarinas, como la
difetialona), mientras que el 12,6% son derivados
indandiónicos (difacinona y clorofacinona). Las materias
activas más ampliamente utilizadas en los formulados son
bromadiolona (176 formulados), brodifacoum (86 formulados) y
difenacoum (61 formulados) entre los rodenticidas
cumarínicos, y clorofacinona (50 formulados) entre los
indandiónicos (tabla 3).

Señalar también que en la base de datos
del Registro Oficial de Plaguicidas figura un rodenticida
registrado para uso doméstico, ambiental y en la industria
alimentaria (98-10-00639 y 98-10-00639-HA) y formulado como cebo
granulado en cuya composición intervienen un rodenticida
(clorofacinona) y un insecticida (foxim).

Hay que destacar que todos los formulados incluyen en su
composición una sustancia de sabor amargo a fin de reducir
los riesgos de
ingesta por organismos no diana, tales como perros, gatos, o
incluso niños.

En relación con los usos autorizados (34) el
74,5% de los formulados están registrados para uso
doméstico, ambiental y en la industria alimentaria, el
14,7% lo están para uso doméstico y ambiental, el
0,5% únicamente para uso doméstico (uso profesional
y no profesional), el 8,4% lo están para uso ambiental y
en la industria alimentaria y el 1,9% sólo para uso
ambiental (uso profesional).

Otro de los aspectos a estudiar ha sido el tipo de
formulación que en la base de datos del Registro Oficial
de Plaguicidas se indica en el campo Estado
Físico. En las tablas 4, 5 y 6 se presentan los datos
relativos a las formulaciones sólidas, líquidas y
semi-sólidas, así como los valores
totales. Como se puede observar en las mismas, el 94,2% son
formulaciones sólidas, el 3,1% son formulaciones
líquidas y el 2,7% son geles o pastas (formulaciones
semi-sólidas). De las 32 formulaciones sólidas
(tabla 4) que se incluyen en la base de datos, la mayoría
son cebos (248 formulados) si bien se indican con denominaciones
muy diversas (cebo granulado, cebo cereal, cebo en grano, cebo
fresco,…) aspecto que dificulta su análisis y que
comentaremos posteriormente.  

 

Por lo que se refiere a la clasificación
toxicológica, todos los formulados están
clasificados como Nocivos. No se precisan aspectos relevantes
como la eficacia sobre
las distintas especies susceptibles o el tipo de acción
(aguda o crónica), aspecto este de gran interés y
que se encuentra en la base de la actual clasificación de
los compuestos anticoagulantes en rodenticidas de dosis
única (agudos) y rodenticidas de dosis múltiple
(crónicos), clasificación que depende tanto de la
potencia de la
materia activa como de su concentración en el
formulado.

Por último señalaremos que al igual que
con los IAT se ha observado algún error en los datos
incluidos en la base de datos del Registro Oficial de
Plaguicidas. Así, para los rodenticidas con número
de registro 02-10-00628 y 02-10-00628-HA se indica son IAT para
la formulación de rodenticidas cuando se trata de
formulados preparados para su uso como indica su número de
registro.

COMENTARIOS 

Una de las primeras cuestiones que llama poderosamente
la atención es el elevado número de
formulados registrados en España en comparación con
los utilizados en otros países. Así, por ejemplo,
en Alemania y
según los datos de Baumann y colaboradores1
están registrados únicamente 51 formulados que
contienen 9 materias activas de las que las más utilizadas
son la warfarina (cumarínico) y la difacinona
(indandiónico), mientras que en España hay
registrados 416 formulados y 11 IAT, siendo la bromadiolona y el
brodifacoum, entre los rodenticidas cumarínicos, y la
clorofacinona, entre los indandiónicos los más
utilizados. Las mayores exigencias en los requisitos para el
registro de rodenticidas que se derivarán, sin duda, de la
transposición de la Directiva 98/8/EC y la creación
de un registro común a nivel europeo, es de esperar que
tengan como consecuencia una notable reducción en el
número y tipo de compuestos rodenticidas que se
registren.

Entre las consecuencias que cabe esperar destacaremos
también una mayor precisión en relación con
la eficacia de los distintos formulados, puesto que entre las
exigencias para el registro destacan los estudios dirigidos a la
evaluación de la eficacia sobre las
distintas especies, aspecto éste de gran interés si
tenemos en cuenta las grandes diferencias biológicas que
existen entre ratas y ratones, en especial en lo que se refiere a
sus hábitos alimentarios y a sus pautas comportamentales.
En este mismo sentido, el futuro registro debería
contemplar la composición de los formulados no sólo
en lo relativo a las materias activas sino también en
relación con los atrayentes alimentarios que intervienen
en estos rodenticidas, ya que en ellos y en el tipo de
formulación radica en muchos casos gran parte de la
eficacia en el control de los
roedores. Por su biología, estos
comensales pueden desarrollar una habituación al cebo o
incluso un comportamiento
de aversión en muchos casos derivados de un contacto
permanente con un mismo tipo de cebo alimentario o de una misma
formulación. Debemos tener presente que una de las mejores
maneras de evitar la pérdida de eficacia es una correcta
rotación de compuestos en función de
la materia activa (evitar la aparición de resistencias),
el atrayente y la formulación (reducir los comportamientos
de evitación y/o aversión y mantener los niveles de
atracción). En este sentido señalaremos que el
reducido número de formulados indandiónicos
actualmente registrados dificulta en gran medida el
establecimiento de una correcta rotación de productos en
función de su naturaleza
química.

Por lo que se refiere a la clasificación
toxicológica merece destacarse que para algunos IAT con
warfarina se especifica que son Tóxicos para la Reproducción (Categoría 1), mientras
que otros con idéntica composición no merecen esta
consideración; en otros casos, IAT con idéntica
composición son clasificados bien como Nocivos, bien como
Tóxicos, lo que nos lleva a hacer hincapié en la
necesidad de estandarizar los protocolos de
evaluación y de clasificación de acuerdo con lo
establecido en la Directiva de Biocidas.

Como ya indicaban Moreno y colaboradores9
para los aerosoles insecticidas de uso doméstico, hay que
destacar la inclusión en la Directiva 98/8/EC la exigencia
de introducir entre los requisitos para el registro, no
sólo la evaluación de las materias activas, sino
también de los formulados preparados para su empleo,
así como incluir en dicha evaluación los estudios
sobre resistencia. Todo
ello contribuirá sin duda a lograr uno de los objetivos
finales de dicha Directiva: la reducción de los riesgos
asociados al empleo de estos biocidas.

Vistas las especificaciones establecidas en la Directiva
98/8/EC, así como las recomendaciones del Technical
Guidance Document del European Chemical Bureau
11,
del Environment Directorate of the Organisation for Economic
Co-operation and Development
12,13, del European
Chemical Industry Council
14 y del Environmental
Protection Agency of United States
15,16, la nueva
normativa deberá contemplar necesariamente una
evaluación de la eficacia de estos compuestos sobre ratas
y ratones a través de métodos
estandarizados, así como la conveniencia o no de
formularlos junto con bactericidas o insecticidas. En este
sentido, y tal y como se indicaba en los resultados, en la base
de datos del Registro Oficial de Plaguicidas figura un
rodenticida en cuya composición intervienen un rodenticida
y un insecticida. La única justificación posible a
la formulación de este tipo de mezclas radica
en el hecho de que ratas y cucarachas conviven en muchos
ambientes y éstas últimas consumen los cebos
rodenticidas, por lo que la adición de un insecticida
podría tener como objetivo
provocar la muerte de
las cucarachas, si bien este aspecto no ha sido contrastado por
lo que debería ser estudiado con detalle.

Otro de los aspectos que consideramos deberían
ser incluidos entre los datos exigibles a nivel de registro es el
del tipo de acción, no sólo en cuanto a si se trata
de anticoagulantes o no, sino también en lo relativo a si
se trata de rodenticidas de dosis única o dosis
múltiple, dado que su adecuación para el control de
roedores varía en función de la especie y de la
situación concreta. No debemos olvidar que los riesgos
para especies no diana (animales
domésticos, animales silvestres, niños,…)
varían considerablemente de unos a otros, siendo mucho
mayores con los rodenticidas de dosis única (una
única ingesta es suficiente para ocasionar la muerte del
roedor) que con los rodenticidas de dosis múltiple (se
precisan varias ingestas para lograr el mismo efecto). Resulta
pues recomendable instaurar un sistema de
evaluación que combine la estimación del binomio
riesgo/beneficio.

Conviene señalar también que, si bien para
los rodenticidas no se establecen plazos de seguridad dado su
especial modo de empleo (se trata de formulados que deben
permanecer durante periodos de tiempo
prolongados y se aplican generalmente con sistemas de
seguridad adicionales como es el empleo de cajas porta-cebos),
para el formulado que lleva foxim no se establece plazo de
seguridad en su uso doméstico y ambiental, pero sí
en su uso en la industria alimentaria (plazo de seguridad de 24
horas) lo que sin duda limita la eficacia del rodenticida, por lo
que deberíamos plantearnos seriamente la idoneidad de este
tipo de formulados.

Una de las cuestiones que más llama la
atención en relación con los datos ofrecidos en la
base de datos del Registro Oficial de Plaguicidas, es la falta de
un criterio concreto en
relación con las denominaciones de los distintos tipos de
formulación (Estado Físico en la base de datos) que
impide que el posible usuario de estos formulados tenga una idea
real de las características del formulado. Una correcta
elección del tipo de formulado resulta clave en la
eficacia de un programa para el
control de roedores y determina otros aspectos como la forma en
que debe procederse a su aplicación. Una
clasificación como la aportada recientemente por Baumann y
colaboradores1 o una adaptación de la
establecida en el Catálogo de Formulaciones de Plaguicidas
y Sistema Internacional de Codificación de la GIFAP17
(acrónimo en francés del International Group of
National Association of Manufacturers of Agrochemical
Products
) podrían resultar adecuadas.

Del análisis de la situación en
España, y en relación con los usos autorizados,
debería establecerse una clasificación más
específica adaptada a lo establecido en la Directiva
98/8/EC, similar a la establecida recientemente por Baumann y
colaboradores1, con una clara separación entre
los formulados para uso profesional y los de uso no-profesional,
así como en función de la situación en la
que se vaya a proceder a su empleo.

Como ya indicaban Moreno y colaboradores9
para los aerosoles insecticidas registrados para Uso
Doméstico, resulta imprescindible la implantación a
la mayor brevedad posible de la Directiva 98/8/EC, en particular
en lo relativo a la evaluación de la eficacia de los
formulados (diseño
de protocolos de ensayo
estandarizados, evaluación de la eficacia sobre las
distintas especies plaga, estimar el efecto concentración,
establecer usos, condiciones de aplicación,
etiquetado,….), además de los aspectos referentes a la
toxicología, ecotoxicología o
características físico-químicas. El
análisis de la situación actual nos
permitirá en un futuro valorar la mejora que la
implementación de la Directiva 98/8/EC puede conllevar en
la optimización del empleo de rodenticidas en el control
de roedores.

BIBLIOGRAFÍA 

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comercialización y utilización de los plaguicidas.
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9. Moreno Marí J, Meliá Llácer A,
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17. GIFAP. Catalogue of Pesticide Formulation Types and
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2.

Josefa Moreno Marí, Jesús López
Ferrer y Ricardo Jiménez Peydró
Laboratorio
de Entomología y Control de
Plagas. Instituto Cavanilles de Biodiversidad
y Biología Evolutiva. Universidad de
Valencia.
Correspondencia: Josefa Moreno Marí. Laboratorio de
Entomología y Control de Plagas. Instituto Cavanilles de
Biodiversidad y Biología Evolutiva. Universidad de
Valencia. Apartado Oficial 2085. 46071 Valencia.

Partes: 1, 2
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