Técnicas de subjetivación e interacción virtual en tiempo real. ¿Tienen algo en común Michel Foucault y los chats?
- 1.
Abstract - 2.
Introducción
3. La sustancia interna de la identidad
personal
5. El ritual y la habituación
6. Los (re)anclajes de la identidad
personal
7. El objetivo final de la transformación del
sujeto
8. Bibliografía
1. Abstract
Frente a la utilización del panoptismo y sus
consiguientes efectos de poder, cabe
rescatar la noción foucaultiana del "cuidado de sí"
para considerar la práctica de las interacciones virtuales
en tiempo real
(por ejemplo los chats) como una determinada técnica de
subjetivación en la constitución del sí mismo (self) que
hunde sus raíces en la filosofía griega y
cristiana. Los elementos que se consideran en esta
indagación son cuatro: la sustancia interna de la identidad
personal, el
grado y tipo de comportamiento, el ritual y la habituación
que se adoptan para reformular la propia identidad, los
reanclajes de la identidad personal y el objetivo final
de la transformación personal que se lleva a
cabo.
Palabras
clave: · chats · cibersexo · comunidades
virtuales · filosofía · identidad
2. Introducción
La versión de Umberto Eco en torno a la casi
natural bifurcación entre apocalípticos e
integrados respecto de los medios de
comunicación de masas, puede contemplarse respecto a
las características de la Red: para algunos
ésta ofrece una noción de libertad, de
conocimiento
compartido y de progreso hacia la democracia
universal, mientras que otros insinúan con igual
vehemencia que puede constituir el dispositivo central de la
vigilancia global y de la alienación. Esta última
consideración apocalíptica ha utilizado con
frecuencia el análisis del panoptismo realizado por
Michel Foucault,
transformando la visibilidad de una determinada estructura
arquitectónica y los consiguientes efectos de poder, en un
trasunto de la transparencia, vigilancia y control
electrónicos que cualquier dispositivo de poder, en
especial el Estado,
puede ahora lograr con total impunidad.
Curiosamente también podemos buscar en el último
Foucault un apoyo ambivalente a las tesis
contrarias, o por lo menos, a la posibilidad de otras
bifurcaciones. En este sentido cabe considerar que su concepto del
"cuidado de sí" puede servir de ejemplo para las dos
posiciones antagonistas puesto que los estilos de vida derivados
de dicho "cuidado" pueden bien ser impuestos o bien
ser libremente elegidos.
La última etapa de la obra de Foucault es
deficientemente conocida, por haber quedado truncada, y porque en
ella se había iniciado una metamorfosis conceptual. Hasta
1980 era el sinónimo viviente de una teoría
del poder que cuestionaba en gran medida las tradiciones marxista
y liberal, y se daba por descontado que el coronamiento de su
obra culminaría en una autopsia mayor
de la sociedad
disciplinaria y de la dominación. Pero este autor no era
ajeno a un estilo filosófico que suponía la
capacidad para desplazar y reinventar su pensamiento,
de ahí que no sorprenda que la última
indagación sean las formas de constitución
histórica de ese "sí mismo" (the self, le
soi), entendido como armazón para una cierta estética de la existencia por medio de la
cual nos abrimos a la posibilidad de la acción
moral. Al
interesarse por las prácticas de autoformación que
se difundieron en Roma durante los
siglos I y II o previamente en la Grecia
helenística, Foucault interroga el momento
histórico en que ciertas transformaciones hacen emerger la
obligación subjetiva de relacionarse con la verdad y que a
partir de entonces el cristianismo
trasladará hasta la actualidad. Ante todo hay que insistir
en que nuestro autor no estaba interesado en los conocimientos
"atemporales" de los viejos filósofos sino en los variados ejercicios
de escritura,
mnemotécnicos, ascéticos y físicos que
éstos aconsejaban a fin de poder "regresar a uno mismo".
Se absorbía, casi carnalmente, una verdad, que no era
esencial ni interior, sino consecuencia de actividades continuas
de automodelación ética.
Pues bien, la construcción del self en función de
un ideal redentorista ha recorrido también la modernidad y la
posmodernidad,
de la forja de la voluntad entre los anarquistas pasando por la
flexión de la vida cotidiana promovida por los manuales de
autoayuda hasta el despliegue de identidades on line que
se produce en una interacción virtual en tiempo real en el
seno de la Red, por ejemplo en un chat. Los componentes
que en este último caso pueden abordarse llevarían
a la consideración de (1) la sustancia interna en la cual
se considera que reside la fuente última de la identidad
personal; (2) el grado y tipo de comportamiento que se realiza en
una actividad dada en el ámbito de la Red; (3) el ritual y
la habituación que se adoptan para reformular la propia
identidad; (4) los reanclajes de la identidad personal; y (5) el
objetivo final de la transformación personal que se ha
llevado a cabo.
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