Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Tiempos y espacios en el turismo del siglo XXI? hacia el ciberturismo (página 2)



Partes: 1, 2

 

Luis Lavaur (1974) propone la búsqueda del origen
de la actividad en el origen del vocablo, tour en inglés
tomado del latín tornare, que hacía referencia en
los S XVI y XVII al "Grand Tour" que realizaban los
jóvenes aristócratas ingleses por el continente,
especialmente por Francia e
Italia. Con ello
el viaje turístico tendría que verse como una
actividad con fines de intercambio cultural que se elige
libremente.

En este orden de ideas, el turismo tendría tres
componentes fundamentales que le diferencian de otro tipo de
viajes: la
masificación, la libertad -ocio
como "otium"- y la finalidad de conocimiento
mediante la observación. Esta postura frente al turismo
es la que se ha adoptado, no necesariamente de forma deliberada,
en gran parte de los análisis sociales del turismo, desde la
sociología, la antropología, la economía o la
historia.
Asimismo es la perspectiva privilegiada por la política
internacional para caracterizar al turismo, centrado en las
actividades que realiza el viajero (Hiernaux, 2000) Es claramente
una visión sesgada hacia el centro, es decir desde el
occidente, desde la ciudad, desde los dominantes
económicamente, desde los hombres, por lo tanto es parcial
y evidencia en si misma una tendencia e ideología.

Fue hasta mediados del siglo XX, en que los viajes como
actividad del individuo
dejaron de ser el motivo de principal interés
cuando se hablaba de turismo y se comenzaron a introducir las
preocupaciones por los impactos que ya no necesariamente eran
beneficiosos para la población residente. Ello obligó a
que la visión se ampliara y se incluyeran diversos
elementos y factores explicativos del turismo, no
únicamente centrados en las actividades del visitante.
Así, el turismo se ha analizado desde diversas
perspectivas disciplinarias, Jafari (1981), el turismo involucra
hoy temas diversos, cuestiones de naturaleza
diversa, pero que en conjunto refieren algún elemento de
la relación turista – anfitrión (Smith,
1992), de las actividades (Leiper, 1990; Farell, 2004), de cada
uno de ellos como tales y de sus evidencias en
el tiempo y el
espacio (Dann, Nash y Pearce, 1988).

4. El turismo desde una perspectiva
de sociología fenomenológica (1)

El turismo como hoy lo conocemos es un fenómeno
social, que socialmente se identifica con el desempeño de dos roles fundamentales, el de
anfitrión y el de turista. Ambos roles son construcciones
sociales, en el sentido de que actividades, actitudes,
prácticas, significados, representaciones, códigos
y pautas de conducta que
identifican a cada rol, son idealmente compartidos por muy
diversos individuos a lo largo de diversas comunidades. En este
sentido los roles "existen" independientemente del individuo que
lo desempeñe. Los roles son tipificaciones de lo que son
los individuos, a la vez que una distinción de aquello que
no son. Un turista no es a la vez su anfitrión, del mismo
modo que un anfitrión no es a la vez turista, aunque su
rol depende de la existencia del alterno.

El rol de turista sólo se puede asumir en el
nivel individual a partir de la interacción con algún
anfitrión, sea algún individuo, grupo de
personas, organismo o empresa, incluso
con la simple presencia del turista en un espacio que se reconoce
como propio de Otros. En general, el rol de turista es una
tipificación de las acciones que
lleva a cabo un individuo de frente al
anfitrión.

Por su parte, el rol de turista sólo se puede
asumir individualmente en el momento de la interacción con
el turista, sea éste un individuo, grupo de individuos,
organización, incluso la previsión
de la futura o posible presencia de individuos que provienen de
comunidades distintas a la propia. En general, el rol de
anfitrión es una tipificación de las acciones que
lleva a cabo un individuo frente al turista. En consecuencia, el
turismo no es otra cosa sino la construcción social de la relación
entre ambos roles. Es también, como los roles
individuales, una construcción social, un conjunto de
interacciones tipificadas entre dos actores sociales
también tipificados. (Véase figura 1)

Figura 1 Construcción social del
turismo

Fuente: Elaboración propia.

El turismo surge de las interacciones tipificadas entre
individuos que prefiguran, desempeñan, prevén o
suponen los roles de turista y anfitrión. Desde esta
perspectiva, el turismo es una construcción social, cuyo
carácter histórico está
ligado a la forma en que la sociedad da
sentido a ambos roles y a la interacción entre ellos, por
lo tanto adquiere significados distintos en función
del contexto histórico temporal y espacio territorial en
el que se ubique. Puesto que en esta perspectiva el turismo
depende de la construcción social de los roles de turista
y anfitrión, es entonces un producto de la
sociedad, aunque debería decir con mayor propiedad, que
los "turismos" dependen de las diversas construcciones sociales
de los roles de turista y anfitrión en diversas
comunidades y se reconstruyen, se recrean, se reproducen con cada
momento de interacción.

Esto implica que las actividades del anfitrión
como anfitrión pueden incluir algunas que no suponen que
se encuentre en presencia del turista, pero que son realizadas
con tal previsión, posibilidad o intención. Del
mismo modo, las actividades del turista como turista, incluyen
aquellas que presuponen, presumen, implican o prevén la
presencia del anfitrión, ya sea en tiempo precedente o
simultáneo a la visita turística. En un sentido
amplio, el turismo se da en el momento en que exista alguno de
los dos actores centrales, puesto que cualquiera de ellos existe
únicamente como tal, desde el punto de vista social, en
función del otro. Esto quiere decir que el surgimiento del
turismo va ligado a la elaboración social de los roles de
turista y anfitrión.

Ambos roles tienen la peculiaridad de que se han
construido socialmente en comunidades diversas pero
interconectadas por los viajes que realizan los turistas. Los
conceptos se han construido simultáneamente tanto en las
comunidades de origen como en las de destino de los turistas.
Este peculiar carácter trans-comunitario en la
construcción del concepto se da
sólo en otro caso en la sociedad, el de las
migraciones.

En el rol de anfitrión, se incluye a distintos
actores sociales (González Damián, 2003); en
primera instancia quienes desempeñan el rol de manera
activa, con el
conocimiento de que su rol como anfitrión se
desempeña en la interacción turística: los
empresarios del turismo y de actividades económicas
vinculadas a él, como son los hoteleros, los
restauranteros, los agentes de viajes, los operadores de servicios y
atracciones turísticas, parques temáticos, museos;
los empleados de toda la industria
turística y de sectores vinculados directa o
indirectamente a ella; las dependencias e instancias de gobierno que
fomentan y regulan la actividad; las instituciones
educativas, los organismos de investigación, las organizaciones
ciudadanas y los organismos internacionales que se ocupan de su
análisis y fomento. Todos ellos constituyen su fragmento
de realidad a partir de su rol como anfitrión, en este
sentido son anfitriones activos en la
relación turística.

Por su parte, están también los
anfitriones pasivos, quienes propiamente no desempeñan un
rol que les identifique como tales, sin embargo son quienes se
constituyen como el espejo, el Otro frente al que se identifica
el turista. Se trata de los habitantes del sitio de destino
turístico, quienes en última instancia visitan los
turistas y quienes de manera conciente o tácita permiten
la visita de éstos últimos y comparten sus recursos con
ellos.

En el rol de turista, se incorporan todos los viajeros
que abandonan temporalmente su sitio de residencia habitual y se
trasladan a otro, en el que propiamente desempeñan este
rol. El ser turista, podría parecer un modo menor de ser,
esto es, un rol social con el que apenas es necesario
identificarse, sin embargo Hiernaux (2000) hace un
análisis detallado de lo que aporta el tiempo dedicado al
turismo en la vida cotidiana a la construcción social de
la realidad, en él observa que "en una creciente
valorización del tiempo del ocio, las sociedades
actuales han aprendido que se puede enfrentar la lógica
del trabajo, y
generar espacios de mayor autonomía", con lo que destaca
que la relevancia fundamental, constitutiva del turismo y
particularmente del rol de turista va mucho más
allá de la simple "puesta en escena" de un papel con el
que nadie encuentra identificación alguna.

En un análisis detallado del rol de turista, se
observa que se desempeña en distintas formas
típicas, dependiendo de las actividades ralizadas y la
forma en que se establecen las relaciones con el mundo de vida de
los anfitriones. Una clasificación que presenta la
diversidad de posibilidades en estas relaciones, es la de Smith
(1992) quien habla de turistas integrados y no integrados o
aislados, dependiendo del grado en que se relacionan con los
anfitriones y la cultura local.
En un extremo se encuentran los totalmente integrados
-aventureros, mochileros- y en el otro extremo se encuentran los
turistas que aunque visitan un destino turístico, lo hacen
en una suerte de "burbuja protectora", aislada de las normas,
costumbres y cultura local, en apartados servicios creados
exclusivamente para ellos, que operan de la forma en que
acostumbran en su sitio de residencia.

5. Comunidades de turistas y
comunidades anfitrionas, sus manifestaciones.

En un mundo en el que los viajes están cada vez
más incorporados a la vida cotidiana del hombre, en los
que participan prácticamente todos los pueblos del orbe,
como lo permiten ver los datos del turismo
mundial: 700 millones de turistas internacionales en el
año 2002 y que de acuerdo con análisis de la
organización mundial del turismo (OMT, 2004)
representan apenas el 20% de los viajes reales puesto que el 80%
se realizan sin cruzar fronteras nacionales. Esto es equivalente
a afirmar que durante el año 2002, la mitad de la
población mundial realizó al menos un viaje a
algún destino tipo turístico.

Un destino turístico es en general cualquier
sitio del mundo, sobre todo hoy con la expansión de las
comunicaciones, de las vías y caminos,
prácticamente cualquier sitio es susceptible de ser
visitado por turistas. En términos geoespaciales, un
destino turístico no se constriñe a las
demarcaciones políticas
establecidas por las comunidades, poblaciones, regiones,
entidades, países o provincias sino que obedece a una
lógica geográfico espacial turística que lo
significa como un solo destino; por ejemplo para un turista
europeo, cuando visita México
como destino, los atractivos turísticos incluidos van
desde la ciudad de México hasta Cancún como si
fuesen un mismo sitio, a pesar de que a estas ciudades las
separan más de 1500 kilómetros. En este mismo
sentido, un turista que viaja de Monterrey a la Ciudad de
México, consideraría como parte del mismo destino
una visita a la Zona Arqueológica de Teotihuacan, a pesar
de que se encuentra en otra entidad federativa – provincia

Cualquier sitio que cuente con vías de comunicación hoy en día es un
posible destino para los viajeros turísticos y al parecer
se muestra una
tendencia a seguir viajando, aún a pesar de los problemas
político-económicos que se viven en el mundo de
hoy, el tan señalado terrorismo y
la violencia
hacia el extranjero representada de forma clara en el miedo del
turista occidental a ser víctima de ataques de
fundamentalistas musulmanes.

A pesar de ello, es muy difícil en el mundo
actual que existan personas que nunca en su vida hayan visto a un
turista, y son cada vez menos los que nunca lo han sido, al menos
por instantes durante algún viaje. Es así que el
turismo hoy puede ser considerado como un fenómeno mundial
y a la vez como un fenómeno inmerso en la normalidad, en
lo cotidiano. En este sentido el rol de turista es cada vez
más compartido globalmente y cada vez más asumido
por los individuos en algún momento de su vida. De este
hecho se desprende una realidad inobjetable: el rol de turista es
un concepto compartido por diversas sociedades, sin embargo
sólo se cristaliza en el momento en que los individuos lo
asumen y es reconocido por su otro correspondiente, el
anfitrión. De este modo, la comunidad de
sentido de los turistas tendría una manifestación
territorial tendiente a lo global, al mundo entero, al menos al
mundo occidental. En tanto que la comunidad de vida, en la que se
establecen realmente las relaciones turista-anfitrión es
en la comunidad de vida del anfitrión, en los sitios que
se denominan destinos turísticos. Como ya se ha dicho,
prácticamente cualquier sitio en el planeta entero es
susceptible de convertirse en destino turístico, por lo
que las comunidades de vida de los anfitriones se transforman en
sitios de destino turístico a partir de la presencia de
turistas, de forasteros que asumen el rol de turista.

En el destino turístico se asienta la industria
que atiende a las necesidades y ofrece satisfactores a los
turistas, desde los aspectos básicos como hospedaje y
alimentación especialmente preparados
pensando en los visitantes forasteros hasta aquellos servicios y
bienes que si
bien se elaboran y proveen orientados a la población
local, complementan la oferta
turística. En términos económicos, la oferta
turística se integra por todos los servicios directamente
orientados al turista como hoteles, restaurantes, transporte
turístico, agentes y guías de turismo y aquellos
bienes y servicios que satisfacen necesidades que se les
presentan ya establecidos en el punto de destino: servicios
bancarios, de correos, gasolineras entre otros muchos. La
comunidad que recibe al turismo tiene pues una relevancia
fundamental pues son los propietarios del recurso de destino
turístico, a los cuales el turista únicamente
visita. Los habitantes de los sitios de destino turístico
son pues quienes organizan y promueven el turismo a través
de sus gobiernos e instituciones y organismos supranacionales o
no gubernamentales, son quienes proveen la oferta que satisface
la necesidad del turista y quienes hacen posible que el turismo
exista como tal. Son quienes reciben en su caso los beneficios o
perjuicios de la actividad y son también quienes
voluntaria o involuntariamente le dan forma al estilo de turismo
y de turista que acude a los destinos.

En este sentido los territorios del turismo son aquellos
en los que se manifiesta el turismo, a partir de las
prácticas de anfitriones como anfitriones y de los
turistas como turista. Los anfitriones, quienes residen en una
localidad visitada por los turistas, perciben como territorios
turísticos en su propia ciudad a aquellos sitios en los
que se reúnen los turistas: las playas, los parques
naturales y recreativos, las plazas públicas, los centros
comerciales, los hoteles, los restaurantes de cierta calidad
"turística", los aeropuertos, las terminales de autobuses.
No todos los espacios son compartidos por el anfitrión con
el turismo, existen amplias zonas de la ciudad o pueblo que no
consideran como territorio del turista. Estas percepciones de la
ciudad como propia, de "nuestro" espacio se van formando con la
vida cotidiana, a partir de la experiencia diaria.

Por su parte, para los turistas, el territorio
turístico es percibido como aquel por el que libremente
puede recorrer la ciudad. Incluye a aquellos sitios en los que el
turista desarrolla alguna de las actividades propias de su viaje:
alojamiento, alimentación, descanso, recreación. Se le presenta como un paisaje
ajeno, pero que puede disfrutar durante el tiempo que dure su
estancia, y que se extiende al territorio que recorrió
para llegar al sitio de destino: los caminos y vías
terrestres, aéreas y acuáticas que debió
transitar para llegar. Este conjunto de espacios se transforma en
imágenes y momentos que serán
evocados como parte de la vivencia del turista sobre el sitio
visitado. Son en suma los elementos que forman la imagen con la que
el turista identifica el sitio al que viajó. Estas
imágenes pueden o no corresponder con lo que el
anfitrión supone, o con lo que venden los
mercadólogos del turismo.

Hay desde luego espacios que físicamente
coinciden, sin embargo, la forma en que son comprendidos,
recorridos, así como los significados que les son
atribuidos por parte de los anfitriones o los turistas, los hacen
mucho más disímiles de lo que a simple vista
pudiera parecer, en este sentido existen asimetrías en la
forma en que se caracteriza el territorio turístico, sea
desde la perspectiva de una o de otra de las partes. Es por ello
que muchas veces, el beneficio que puede o no recibir una
comunidad a partir de la presencia del turismo resulta poco
tangible.

6. El tiempo del turismo, el tiempo
del turista, el tiempo del anfitrión

El turismo se construye en la interacción entre
los roles de turista y anfitrión, por lo tanto, en la
perspectiva que se ha venido desarrollando en este documento, el
turismo se efectúa para el turista durante su tiempo de
descanso y para el anfitrión en su tiempo de trabajo. Esta
distinción de los tiempos, tiene origen en el concepto
occidental de que el tiempo de trabajo es el que estructura la
vida cotidiana de los pueblos y sus individuos. En el tiempo de
descanso, relativamente marginal aunque creciente en los
últimos dos siglos, es en el que se origina el rol de
turista. Producto de la interacción de ambos roles aparece
el turismo como el encuentro de tiempos de descanso-trabajo.
Analíticamente, el tiempo del turismo como
construcción social, se puede esquematizar en tres
momentos: el de prefiguración, el de la interacción
cara a cara y un tercer momento que aquí denominaré
de estructuración.

El primero de los momentos, el de la
prefiguración, tiene una orientación hacia la
internalización de la realidad, hacia lo subjetivo. Tiene
que ver con los momentos en los cuales no hay presencia física de la entidad
alterna a cada uno de los roles en cuestión.

Cuando el turista no está presente frente al
anfitrión, éste construye su realidad cotidiana con
la perspectiva de que en el futuro se encontrará con el
turista. Las actividades que realiza el anfitrión, que le
confieren una identidad como
tal, provienen de un acervo social de conocimiento que es
compartido por otros anfitriones y cada individuo las asume desde
su historia personal, pero
también desde la historia de su comunidad de vida. En
el trabajo,
son los compañeros, los colegas, los próximos
significativos quienes muestran e indican las formas "correctas"
de atender a los turistas, los aspectos que "son buenos" para los
turistas y aquello que se debe preparar para atraerlos,
atenderlos y obtener algo de ellos. Es claro que este momento se
da en las comunidades anfitrionas de manera cotidiana, es parte
de la vida de quienes dedican su actividad a la atención, organización y evaluación
del turismo en los sitios de destino. Es un momento que sin
embargo aunque se origina en una dimensión social,
sólo se establece y se formula en la subjetividad
individual.

En el caso del turista, también se da este
momento de prefiguración del turismo, este momento no
exige la presencia física del anfitrión, de hecho
ni siquiera exige la realización de un viaje. El solo
hecho de que el individuo tenga la previsión de realizarlo
y por tanto, de establecer interacciones con anfitriones, es lo
que caracteriza a este momento. Las interacciones previstas, son
más o menos estereotipadas, tipificadas a partir del
acervo social de conocimiento con que cuenta respecto a
determinado sitio de destino turístico. El futuro turista
prevé de manera distinta su rol como turista, cuando
viajará a un destino de playa que cuando viajará a
las montañas, qué actividad pretende realizar y la
satisfacción que busca. Lo común o coincidente en
todo ello, es la naturaleza de la previsión, que se hace
con base en lo que otros significativos, los turistas, le han
compartido directa o indirectamente; en este sentido tiene un
referente social e histórico tanto en el nivel individual
como en el comunitario, sin embargo sólo se formula en la
subjetividad del turista. Es un momento orientado hacia el
futuro, pues es un momento que anticipa, que prevé, que
adelanta.

El segundo momento es el que en la práctica da
origen al turismo, de hecho es el punto de origen de la realidad
socialmente construida, la interacción cara a cara entre
individuos. En el turismo es el momento en que los roles dejan de
ser subjetivos y son asumidos en la acción
individual. Es el momento culminante del turismo, pues aunque
fugaz, es el momento en que se presenta con carácter
objetivo en el
mundo de la vida de cada individuo participante y su evidencia se
da en el tiempo presente. Desde luego, las interacciones son
múltiples y cada una de ellas persigue un fin distinto,
por lo que cada individuo acude a un cúmulo de
tipificaciones que se hacen evidentes en el uso de símbolos, lenguaje,
actitudes y acciones que son tomados desde el acervo con que
cuenta cada uno. En este sentido es un momento pre-estructurado,
sin embargo, es a su vez estructurante, puesto que con cada
interacción, los individuos aportan elementos novedosos,
que no necesariamente provienen ni del acervo social, ni de la
historia individual, probablemente ni siquiera del momento de
prefiguración del turismo y que tienen que ver con el
nivel de la conciencia
individual y con el contexto en el que sucede la
interacción.

La interacción turística se da en el
turismo moderno, post-industrial, en los sitios de destino
turístico, por lo que exige que el turista haya realizado
un viaje fuera de su lugar de residencia. Esto sin embargo no
siempre fue así y probablemente no lo será por
mucho tiempo, sobre esto se hará énfasis en la
siguiente sección de este documento, aquí lo que
interesa es destacar el carácter fugaz de la
interacción misma, consecuencia de un viaje, que ha sido
caracterizado convencionalmente como la condición
necesaria para reconocer al turismo.

El tercer momento del turismo, es el momento de la
estructuración, es un momento que tiende a hacerse
permanente, es el tiempo en que tanto turistas como anfitriones
dejan de tener un significado individual, personal y se
transforman en actores típicos, que con sus actividades
construyen entidades sociales, que se vuelven más o menos
permanentes a través del tiempo, a través de las
constantes interacciones. Las manifestaciones físicas de
este momento son las más evidentes, pues pueden ubicarse
claramente en el territorio, en los sitios de destino
turístico. Son las que en otro campo se han llamado
"huella ecológica" de la actividad humana. Tanto por las
manifestaciones físicas como por la estructuración
de significados e identidades sociales, este momento tiende hacia
la objetivación, hacia lo externo del sujeto. Este es el
momento que queda registrado en la historia, en la identidad de
la colectividad, en el carácter de los pueblos, tanto de
quienes viajan (Hiernaux, 2000) como de quienes reciben a los
viajeros. Es un momento que se acumula hacia el tiempo
pasado.

En esa proyección hacia el pasado, se puede
indagar directamente sobre las manifestaciones del turismo en los
sitios de destino turístico, pues en ellos se pueden
recuperar algunas de las características de la
relación turista – anfitrión en cada
época. Asimismo es factible investigar a través de
la historia oral, la aparición y conformación
institucional –en su concepción sociológica-
del turismo y de los viajes tanto en sitios de destino
turístico como en sitios emisores de viajeros
turísticos.

En toda la historia del turismo, la evidencia de la
actividad se ha concentrado en los sitios de destino
turístico y se ha desarrollado en los tres tiempos
aquí señalados, de manera secuencial y acumulativa;
sin embargo en el siglo XXI esto parecería estarse
transformando, como resultado de las nuevas
tecnologías de información y
comunicación.

7. Ciberturismo:
multiplicación de los espacios y ruptura en la
secuencialidad de los momentos

Durante casi dos siglos, el turismo se ha caracterizado
como una actividad que el hombre
puede realizar en su tiempo libre, esto es en aquel tiempo en el
que no tiene que cumplir con obligaciones
de trabajo o relacionadas con él. El turismo se ha
realizado en el tiempo de descanso, pues requiere de una
separación de la actividad cotidiana para llegar a un
sitio de destino turístico. Hoy sin embargo, las cosas
pueden ser muy distintas, a través de las
tecnologías de información y comunicación,
los sitios distintos al propio son accesibles de forma inmediata
y automática, lo cual tiene una doble implicación
en el caso del turismo: por una parte el turista ya no
está obligado a desplazarse para acudir a su destino y
disfrutar de sus paisajes o por la otra parte, cuando se desplaza
a un sitio turístico ya no necesitaría regresar a
su sitio de trabajo para continuar con él. De hecho,
muchos de los trabajos actuales que sólo requieren una
atención telefónica o virtual, ya no necesitan de
un espacio formal para oficinas, por lo que el turista
podría serlo de forma prácticamente permanente.
Esto transforma radicalmente la concepción del turismo
como consecuencia de la realización de viajes durante el
tiempo libre. En realidad la transformación es más
profunda aún, pues la línea que separa el tiempo
libre del tiempo de trabajo se vuelve cada vez más tenue,
cuando no desaparece por completo.

En la medida en que en los próximos años,
los trabajos accedan a nuevas y mejoradas tecnologías de
información y comunicación, se posibilita que las
personas ya no requieran de un espacio de trabajo en la oficina o la
fábrica, así como tampoco de un horario
rígido o preestablecido. Las horas de trabajo y las horas
libres se combinan en un todo, las semanas de trabajo rompen su
estructura actual y a la larga incluso los períodos
vacacionales, para el turismo todavía temporadas altas,
tenderían a desaparecer. Esto abre la puesta a un futuro
"nuevo nomadismo" (Attali, 1992) en el que los individuos se
desplazarían libremente por diversas comunidades,
combinando trabajo y turismo en todo momento, de una manera
más libre que la que hoy se conoce.

El esquema de los viajes a través del territorio
que hoy caracteriza al turismo:
origen-tránsito-destino-tránsito-origen
difícilmente podría mantenerse, tanto turistas como
anfitriones estarían presentes -presencial o virtualmente-
simultáneamente en sitios alternativamente de origen o de
destino, incluso en diversos sitios a la vez. Esta nueva
realidad, tenderá a romper con las estructuras
vigentes hoy y con los significados que se atribuye a los
diversos sitios, lugares, espacios por los que transcurre la
actividad turística. Supone la supresión de la
dicotomía del espacio -origen/destino- o incluso a la
multiplicación -simultaneidad de lo virtual- de los
mismos. Las consecuencias en la conformación de
comunidades e identidades en esta nueva realidad aún
están por conocerse.

Si la manifestación territorial del turismo se
suprime/multiplica con las tecnologías de la
información; la secuencia de los momentos del turismo se
trastoca, el tiempo presente será el que adquiera una
preeminencia fundamental, esto significa en el marco del presente
análisis, que el tiempo de la interacción ya sea
presencial o mediada, será la forma hacia la que tienda la
acumulación de momentos. Esto supone breves periodos,
cuando no inexistentes de prefiguración, pero
también incide en una menor posibilidad de
estructuración. Esto será un resultado previsible
de la multiplicidad de interacciones con alta indefinición
de sitios de procedencia y destino, lo que incidiría muy
probablemente en un desvanecimiento acumulativo de las
instituciones –nuevamente en su concepto
sociológico- y con ello de la evidencia objetiva de los
viajes y del turismo.

Las tendencias actuales apuntan precisamente hacia la
aparición de este ciberturismo con espacios
múltiples y territorios indistintos para anfitriones y
turistas, así como a la muy probable desaparición
de las estructuras institucionales del turismo como hasta ahora
las conocemos. Esta tendencia como sucede con todo aquello
vinculado al desarrollo
tecnológico, se presentará de manera desigual en
las distintas sociedades, algunas velozmente se acercan al
ciberturismo en tanto que otras van quedando al margen, cada vez
más aisladas de él. Sin embargo, en el caso de la
actividad turística estas desigualdades, estos
desequilibrios llevarán muy probablemente a momentos
críticos en la elaboración de sentido (Berger y
Luckmann, 1967) para las diversas comunidades, de anfitriones y
turistas. Nuevamente las consecuencias son insospechadas
aún, pero es claro desde ahora que el turismo no
permanecerá incólume.

8. Conclusiones

El ciberturismo, que surge de manera incipiente hoy a
partir de las tecnologías de información y
comunicación –TIC– se va
constituyendo como una forma distinta de comprender al turismo.
La diferencia fundamental se encuentra en el análisis
desde tres ejes fundamentales, los que a su vez muestran una
tendencia hacia la desaparición completa del turismo como
hoy se conoce, o al menos con los significados que tiene para la
sociedad post-industrial.

Los tres ejes sobre los que se desliza la
transformación del turismo hacia un posible ciberturismo
son:

  1. La dilución de la línea que divide al
    tiempo de trabajo del tiempo de descanso, la cual
    originó históricamente los roles sociales de
    anfitrión y turista.
  2. La supresión / multiplicación del
    territorio en el que se lleva a cabo el turismo,
    particularmente desde la forma en que se concibe
    estructuralmente para comunidades anfitrionas y emisoras de
    turistas.
  3. La ruptura de la secuencia de momentos del turismo,
    con lo que se difumina la posibilidad estructurante de la
    vivencia turística, fundamental en la
    construcción de identidades.

En el inicio del siglo XXI ya se manifiestan algunas de
estas transformaciones, sin embargo en la medida en que las
tecnologías de información y comunicación se
vuelvan más cotidianas y accesibles, el cambio se
acentuará y se dará en breve tiempo.

La consecuencia de ello está en principio, en una
necesidad de repensar las formas en que hoy se comprende,
promueve, regula y coordina la actividad turística, las
manifestaciones que conlleva y sus impactos sobre el territorio y
en general su entorno social y natural.

Los espacios propios y ajenos compartidos por
anfitriones y turistas, anfitriones-turistas,
turistas-anfitriones y todas las combinaciones o nuevos roles que
surgieran en torno a ellos,
tendrán evidentemente un impacto importante en la
conformación de las comunidades de sentido, de las
identidades entre actores sociales y por consecuencia de la
sociedad misma. Muy probablemente, bajo estas consideraciones el
ciberturismo adquiera una categoría central en la
configuración social de los años por venir. Tal vez
nos encontramos, parafraseando a Lanfant (1978), ante una ciber
– "turistificación de las sociedades
actuales".

9. Bibliografía

ACERENZA, Miguel Angel, 1991, Administracion del
Turismo, conceptualizacion y organizacion, México: Ed.
Trillas.

ADLER, Judith, Origins of seightseeing’ en
Annals of Tourism Research.

ATTALI, Jacques, 1992, Milenio. Barcelona: Seix
Barral.

BERGER y Luckman, 1968, La construcción social
de la realidad. Buenos Aires:
Amorrortu.

BERGER y Luckman, 1997, Modernidad, pluralismo y
crisis de
sentido. La orientación del hombre moderno. Barcelona:
Paidós Studio.

BOULLON, Roberto C.; Molina E., Sergio; Rodríguez
Woog, Manuel, 1984, Un nuevo tiempo libre. México:
Trillas.

COHEN, Eric, 1999, ‘Hacia una sociología
del turismo internacional’, en MCINTOSH, Turismo.
Planeación, administración y perspectivas.. 2ª
edición. Trad. Manuel Salazar Palacios.
México: Editorial Limusa Wiley, Pp 264-274.

COOPER, C. Fletcher, J, Gilbert, D. Wanhill, S., 1997
Turismo. Principios y
práctica. México: Editorial Diana.

DANN, G. Nash y Pearce, 1988, ‘Methodology in
Tourism Research’, en Annals of Tourism Research,
Vol 15.

DANN, Graham and Erik Cohen, ‘Sociology and
Tourism’, en Annals of Tourism Research, Vol. 18,
No. 1.

DE GRAZIA, Sebastián, 1966, Tiempo, trabajo y
ocio. Madrid:
Editorial Tecnos.

DE LA TORRE Padilla, Oscar, 1980, El turismo
fenómeno social. México: Editorial Fondo de
Cultura Económica.

FARELL, Bryan y Louise Twining-Ward, 2004,
‘Reconceptualizing Tourism’, en Annals of Tourism
Research, Vol.31, No 2. Pp. 274-295.

FERNÁNDEZ Fúster, Luis,
1967,Teoría y técnica del turismo. Madrid:
Editorial Nacional.

FERNÁNDEZ Fuster, Luis, 1992, Historia General
del Turismo de Masas, Madrid: Alianza Editorial.

GETINO, Octavio, 1987, Turismo y desarrollo en
América
Latina. México: Editorial Limusa.

GONZÁLEZ DAMIÁN, A., 2003, ‘El
anfitrión como actor social en el turismo Caso: Ixtapan de
la Sal, Estado de
México’ (en prensa)
disponible en
http://www.ver.ucc.mx/espanol/invypla/investigacion/art015.pdf

HARDY, Dennis, ‘Sociocultural Dimensions of
Tourism History’, en Annals of Tourism
Research.

HIERNAUX, Daniel, 2000 ‘La fuerza de lo
efímero. Apuntes sobre la construcción de la vida
cotidiana en el turismo’, en Lindón, Alicia (Coord.)
La vida cotidiana y su espacio-temporalidad. Barcelona:
Anthropos Editorial, CRIM, El Colegio Mexiquense y
UNAM.

JAFARI, Jafar y J.R. Brent Ritchie, 1981, ‘Marco
de referencia para la educación en el
turismo’, en Annals of tourism research, vol. 8,
number 1, pergamon Press, New York.

JAFARI, Jafar, ‘Tourism and social science: A
Bibliography’ en Annals of Tourism Research, Vol. 6.
No. 2.

KING, Brian y Abraham Pizam y Ady Milman, 1999,
‘Efectos sociales del turismo: percepciones del
anfitrión’, en MCINTOSH, Turismo.
Planeación, administración y perspectivas.. 2ª
edición. Trad. Manuel Salazar Palacios. México:
Editorial Limusa Wiley. Pp. 274-286.

KNEBEL, Hans J, 1984, Sociología del turismo.
Cambios estructurales en el turismo moderno. México:
Editia mexicana.

LAFARGUE, Paul, 1977, El derecho a la pereza.
Madrid.

LANFANT, Marie Francoise, 1978, Sociología del
ocio. Barcelona: Ed. Península.

LAVAUR, Luis, 1974, El turismo en su historia.
Barcelona: Ediciones Turísticas.

LEIPER, N, 1990, Tourism Systems, Department of
Management Systems, Ocassional Paper 2, Auckland, Nueva Zelanda:
Massey University.

LEIPER, Neil. ‘The framework of tourism: towards a
definition of tourism, tourist and the tourism industry’,
en Annals of Tourism Research. Vol. 6, No. 4.

MCINTOSH, R., Goeldner, C. y Ritchie, 1999, Turismo.
Planeación, administración y perspectivas..
2ª edición. Trad. Manuel Salazar Palacios.
México: Editorial Limusa Wiley.

MCINTOSH, R.W. y Goeldner, C.R, 1990, Tourism:
Principles, practices, Philosophies, Nueva York:
Wiley.

MOLINA, Sergio, 1991, Conceptualización del
turismo. México: Limusa, Grupo Noriega
Editores..

MUNNÉ, Frederic, 1980, Psicología del
tiempo libre. México: Trillas.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO, 1980,
Declaración de Manila sobre el Turismo Mundial.
Madrid: OMT.

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO, 2004, Facts
& Figures. Disponible en http://www.world-tourism.org/facts/menu.html

ORTUÑO Martínez Manuel, 1966,
Introducción al estudio del turismo. México:
Textos Universitarios, Joaquín Porrúa.

RACIONERO, Luis, 1983, Del paro al
ocio. Barcelona: Anagrama.

RAMÍREZ Blanco, Manuel, 1992, Teoría
General del Turismo. 2ª edición. México:
Editorial Diana.

SMITH, Valene S. comp, 1992, Anfitriones e invitados:
antropología del turismo, Madrid:
Endimión.

SUE, Roger, 1982, El ocio. México: Fondo
de Cultura Económica.

NOTAS

[1] – En el campo de la sociología, las
propuestas teóricas y metodológicas recientes de
Berger y Luckmann (1997), aún pueden ser consideradas de
enfoque fenomenológico, debido a su origen vinculado a las
ideas de Schutz y Husserl.

Alfonso González Damián –

Estos contenidos son Copyleft bajo
una


Pueden ser distribuidos o reproducidos, mencionando su autor,
siempre que no sea para un uso económico o comercial. No
se pueden alterar o transformar, para generar unos
nuevos.

http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter