- Abstract
- 1.
Las ataduras empresariales - 3. El
diario copia al weblog - 4.
Derechos de autor del periodista en
Internet - 5.
¿Por qué se han de proteger los derechos morales del
periodista? - 6.
Situación actual en la protección de estos derechos.
Nuevos problemas - 7.
Recopilación de informaciones en medios digitales. Los
resúmenes de prensa - 8. Los
confidenciales. Una fórmula de
éxito - 9.
Bibliografía - 10.
Notas
Abstract
Esta comunicación pretende ser un
punto de partida para fomentar la reflexión sobre los temas
más en boga en el mundo del periodismo. En los
últimos años se ha hecho mucho hincapié en las
grandes virtudes que la red proporcionaría a la prensa digital; sin embargo,
hasta la fecha sólo unos pocos se han arriesgado a modificar
sus redacciones, formar a sus periodistas y contratar a
profesionales especializados que permitan alcanzar las
expectativas iniciales. Una mayor implicación de las
empresas mediáticas en
sus redacciones digitales y un diseño claro del perfil
profesional posibilitarían la creación de productos que aprovechasen las
características de la comunicación digital.
Mientras los medios han ralentizado sus
inversiones en el nuevo medio,
en la red ha surgido una nueva herramienta de comunicación
personal o colectiva, el
weblog, cuyo éxito puede llegar a
cambiar las formas de hacer periodismo. Sin embargo, al igual que
los diarios digitales, encuentran problemas de
financiación. Habría que buscar fórmulas que
permitan hacer un periodismo libre, a la vez que riguroso.
Actualmente, la Ley de Propiedad Intelectual de 1996
no parece suficiente para regular determinadas vulneraciones que
se producen en el mundo digital. La tecnología ha traído consigo
enormes ventajas, pero también ha abierto una importante
brecha en temas jurídicos como la protección de los
derechos de autor. Esto
aún es más patente en el caso de la obra informativa
que se introduce en Internet y que puede ser plagiada con gran
facilidad, sin que se le reconozca a su autor (periodista) sus
derechos de propiedad intelectual. De
hecho, se han producido ya varios casos de piratería relacionada con
portales y diarios digitales. A ello hay que unir la falta de
reconocimiento del derecho moral que le corresponde al
periodista como creador de su obra periodística y que forma
parte de su personalidad.
1. Las ataduras
empresariales
Mucho se ha hablado del perfil que debería tener el
periodista que trabaja en las redacciones de las versiones
digitales de los diarios impresos o en los nuevos medios nacidos
al amparo de Internet y poco de las
empresas que deberían contratar a estos expertos. Hasta el
momento algunas de ellas se han adaptado a las necesidades de sus
usuarios empleando a profesionales con creatividad, entusiasmo y con
ganas de innovar en fórmulas periodísticas más
cercanas a las preferencias de los usuarios. Algunas cuentan con
equipos interdisciplinares formados por periodistas,
informáticos y diseñadores, que conjuntamente crean
interesantes productos informativos utilizando diversos recursos (texto, audio, vídeo,
infografía, etc). No obstante, todavía son muchas las
redacciones que cuentan con periodistas que tan sólo tienen
la posibilidad –las más de las veces por
imposición y no por desconocimiento de programas de diseño web– de aplicar una serie de
plantillas para dar forma a sus informaciones y que convierten en
rutina la práctica del periodismo digital. Aunque estas
herramientas informáticas
permiten en algunas ocasiones la realización de productos
informativos atractivos, éstos no dejan de estar
encasillados en un único o similar formato, aún cuando
se trata de noticias de muy distinta
naturaleza. Lo interesante de
Internet para el periodista es la posibilidad que le brinda de
utilizar diferentes recursos para contar una historia de la mejor forma posible y hacer
que el lector se involucre en el asunto noticioso. Entre las
empresas que destacan por desplegar recursos y esfuerzos por
mejorar sus productos en la red de forma considerable se
encuentran algunas empresas españolas y de otros países
como el Reino Unido. En España, concretamente, es
admirable el trabajo realizado por
grandes diarios como El País y El Mundo desde
su nacimiento en versión digital hasta la fecha.
También lo es el de otros muchos medios -pequeños y
grandes-, que han nacido y se han ido desarrollando a la par que
el acceso y las posibilidades de Internet se han ido ampliando.
Sin embargo, todavía existe una importante cantidad de
medios en la red, de cualquier país del mundo, que no
explota las posibilidades de interactuar con el usuario, y de
expresión y profundización en los temas de actualidad
que permite el nuevo medio. La mayoría de estos diarios
digitales se encuentran a la espera de ver quién es el
primero que cambia su conducta e invierte en unas
redacciones que cada vez tienen menos empleados. Hasta la fecha
estos medios no han ganado dinero en Internet y, los
grupos a los que pertenecen no
le prestan suficiente o casi ninguna atención. El periodismo
digital debería ser un periodismo que utilizara todas las
posibilidades que brinda el multimedia y la interactividad
para contar las historias de una forma más próxima a la
realidad y hacer más partícipes a los usuarios de la
información y la
opinión sobre los temas que les interesan. Mientras en los
medios el desarrollo del periodismo
digital se ha ralentizado, emergen fuera del ámbito
periodístico nuevas fórmulas para contar al mundo lo
que sucede en un lugar o en una situación concreta. Internet
ha originado una notable modificación de las formas de
acceder a los datos informativos. El acceso a
éstos es ahora más libre y amplio, sin limitaciones
espaciales ni temporales. Ello ha propiciado la aparición de
distintas opciones tecnológicas que han posibilitado una
mayor democratización de los medios de
comunicación y una mejor posibilidad para ofrecer una
plataforma mediática a las voces marginadas. Entre estas
herramientas, destacamos por su interés periodístico y
su reciente aplicación en las versiones digitales de
distintas empresas periodísticas, el weblog o
cuaderno de bitácora.
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