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Avatares históricos de la retórica


Partes: 1, 2

    Reproducción autorizada
    por APOSTA, Revista de Ciencias
    Sociales,
    .
    nº 19, Junio 2005.

    Nota del editor: Este
    artículo comprende el capítulo 2, de igual
    título, perteneciente a la Tesis Doctoral
    El análisis del nuevo discurso
    político. Acercamiento metodológico al estudio del
    discurso persuasivo audiovisual,
    dirigida por Jordi Pericot
    Canaleta y con fecha de defensa 3 de julio de 2002. La Tesis Doctoral
    se encuentra íntegramente disponible en http://www.tdr.cesca.es
    y, para el presente texto,
    contamos con la autorización expresa de su autora, Arantxa
    Capdevila, además de su atenta supervisión.

    Resumen: La intención de este
    artículo es ofrecer una idea general de la historia de la
    retórica y repasar sus etapas principales, para así
    analizar mejor las tendencias actuales. Esta reseña
    histórica, además, permitirá ver la evolución y los cambios de la
    retórica y, sobre todo, las relaciones entre sus
    características en el pasado y las que tiene en el momento
    presente.

    Palabras clave: Retórica, discurso,
    demostración, argumentación, lógica.

    Abstract: The aim of this article is to offer a
    general idea of the history of the Rhetoric and to revise its
    principal stages, in order to analyze better the current trends.
    This historical review, besides, will allow to see the evolution
    and the changes of the Rhetoric and, especially, the
    relationships between its characteristics in the past and those
    that it has currently.

    Key words: Rhetoric, discourse, demonstration,
    argumentation, logic.

    La historia de la retórica abarca un periodo
    temporal de más de dos mil años y recorrerlo por
    entero escapa a las pretensiones del presente trabajo. La
    intención de éste, no es aportar una mirada
    exhaustiva de todas las etapas de esta modalidad discursiva,
    sino, simplemente, ofrecer una idea general y revisar sus logros
    más importantes. La finalidad básica es comprender
    mejor las diferentes tendencias actuales en el análisis de
    esta materia. Con
    este repaso histórico se pretende demostrar que, a pesar
    de los avatares que ha sufrido la retórica a lo largo de
    los siglos, se mantienen ciertas correlaciones entre pasado y
    presente, así como ciertas ideas que, ya apuntadas en sus
    comienzos, continúan en la actualidad.

    1. Antecedentes
    clásicos

    Como indica Murphy (1988: 9-13), la retórica es
    una manifestación típicamente occidental que nace
    conectada a un fenómeno judicial, y que, en un primer
    momento, consiste en la búsqueda de recursos para
    convencer a un tribunal y a un auditorio.

    Parece totalmente aceptado por los estudiosos del tema
    que la retórica aparece vinculada principalmente con los
    conflictos
    jurídicos, a pesar de que éstos no se puedan
    separar fácilmente del componente político que
    conllevan. En Siracusa, en el siglo V a.C., una revuelta de
    carácter democrático derroca a los
    tiranos Gelón e Hierón, quienes habían
    requisado las tierras de la población para entregarlas a sus
    mercenarios. Su caída comporta el inicio de una serie de
    litigios populares para recuperar las tierras expropiadas. Este
    hecho tiene, pues, una doble faceta jurídica y política. En palabras
    de Laborda (1993: 12), "el derrocamiento de los tiranos da
    paso a la democracia: a
    litigios para recuperar las propiedades expoliadas. Los tiranos
    habían sustraído las tierras y las habían
    dado a mercenarios y secuaces. Cuando se reinstauró la
    libertad, se
    instaló la palabra pública y libre, es decir, la
    retórica
    ".

    De este modo, ya desde los orígenes de esta
    disciplina, se
    apuntan dos de los tres géneros clásicos de la
    retórica: el judicial y el deliberativo. En este sentido,
    Barilli (1989: 3) afirma que: "en un mundo como el griego,
    donde la polis era la
    organización social dominante, no pudo tardar en
    emerger la práctica de la retórica
    deliberativa
    ". El último en aparecer es el género
    epidíctico, "un género menos funcional e
    inmediato que el anterior, bastante superfluo y que
    florecerá sobre todo con los sofistas
    ". Aún con
    todo, será Aristóteles, como se verá más
    adelante, quien partiendo de Empédocles sistematiza y
    construye la tipología que se toma como modelo en
    épocas posteriores. Su clasificación se fundamenta
    en el tipo de público al cual va dirigido el discurso.
    Como se puede observar, ya desde buen principio aparece el
    público, o el auditorio, como una de las figuras
    esenciales y como uno de los actores básicos en el
    juego
    retórico. Esta preeminencia del auditorio en la construcción del discurso es una de las
    conexiones clave con la teoría
    de la argumentación actual, al tiempo que
    constituye una primera pista para relacionar la retórica
    con la pragmática.

    Tras la aparición de la necesidad de litigar
    públicamente para poder
    recuperar las propiedades perdidas, el segundo paso lo dan
    Córax y su discípulo Tisias, que son los primeros
    maestros de retórica para la gente que tuvo que
    enfrentarse a los litigios ya mencionados. Estos autores proponen
    un conjunto de técnicas
    que permiten argumentar de manera más efectiva ante los
    tribunales. Su retórica se fundamenta en preceptos
    prácticos y en ejemplos alejados de la idea
    filosófica de la búsqueda de la verdad, que se
    desarrolla a partir de los sofistas, ya que a los jueces no les
    interesa tanto la verdad abstracta como la verosimilitud, es
    decir, aquellos elementos válidos para cada caso concreto.
    Mortara (1991: 18) afirma en relación con estos dos
    maestros retóricos que:

    "su preceptiva se apoyaba en el principio siguiente:
    lo que parece verdad cuenta mucho más de lo que es verdad;
    de ahí la búsqueda sistemática de las
    pruebas y el
    estudio de las técnicas adecuadas para demostrar la
    verosimilitud de una tesis"
    . Se apunta aquí una de las
    discusiones básicas en toda la historia de la
    retórica, la relación entre verdad y
    opinión, que marca
    consecutivamente fases de auge y de decadencia de esta
    disciplina, sobre todo en el siglo XIX.

    Así, ya en este estadio inicial se apuntan dos de
    las que serán características básicas de la
    argumentación persuasiva, la importancia del auditorio y
    la verosimilitud de los argumentos, que harán que la
    retórica pueda desarrollarse en aquellos ámbitos
    humanos en los que la evidencia empírica es difícil
    o imposible. Es decir, aquellos ámbitos propios de la
    razón práctica. Ello puede suponer también
    otro punto de contacto con la pragmática. En esta
    teoría, se condiciona la validez del argumento, o del
    enunciado, al uso y al momento en el que éste se
    expresa.

    Corax y Tisias no son los únicos autores de estos
    primeros pasos de la retórica, sino que en el siglo V a.C.
    se pueden señalar también otros como
    Pitágoras, Parménides y Empédocles. De
    hecho, Plebe (1996: 17 y ss.) afirma que coetáneamente a
    la retórica "científica" de Corax y Tisias, basada
    en la demostración técnica de lo verosímil,
    se desarrolla otra escuela de
    retórica irracional que practicaba y teorizaba una
    retórica no científica, sino psicagógica,
    fundamentada en la atracción emotiva que la palabra,
    sabiamente manipulada, ejercía sobre el alma de los
    oyentes. Esta corriente estuvo más vinculada al mundo
    pitagórico. Las características fundamentales que
    ha de tener el discurso desde el punto de vista de esta propuesta
    son dos. La primera sería la utilización constante
    de la figura retórica de la antítesis, relacionada con la teoría
    pitagórica de los contrarios. La segunda sería la
    "politropía", consistente en el propósito de usar
    diferentes tipos de discursos para
    los diferentes tipos de auditorio (en contra de la
    "monotropía" o servirse de un solo tipo de discurso). Para
    Mortara (1991: 19) fue Aristóteles quien atribuyó
    al ambiente
    pitagórico la definición del concepto
    retórico de lo "oportuno" (Kairos). La idea de la
    oportunidad de un discurso según las circunstancias y los
    interlocutores fue relacionada con la noción de
    "politropía". [1] También son básicas en
    esta etapa inicial las aportaciones de Antífono, que
    pueden resumirse en tres puntos clave:

    a) Señala una disposición en cinco partes:
    exordio, narración, confirmación, digresión
    y epílogo, aplicable a todos los discursos.

    b) Redacta los lugares y argumentos tipo
    (tópicos), como fórmulas generales, vacías,
    que pueden aplicarse a cualquier discurso, y que también
    son desarrolladas por Cicerón, Quintiliano y
    Aristóteles (aunque este último autor niega que
    sean estructuras
    vacías y afirmará que no pueden aplicarse a
    cualquier discurso).

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