El "mal de las vacas locas". Un tema de bioética en los nuevos escenarios
Artículo reproducido con |
- Introducción
- Esbozo de
una historia - La
globalización del problema - El
problema en el contexto de los nuevos
escenarios - La
Bioética como escenario propio del
problema - Reflexiones
finales - Bibliografía
Resumen: La encefalopatía
espongiforme bovina ("mal de las vacas locas"), se produce en un
momento y en un contexto que permiten resaltar los éxitos
y fracasos de la biotecnología. En el marco de la
globalización ha quedado de manifiesto la necesidad de
establecer límites
para la tecnociencia
que en materia de
logros aparecía como ilimitada. Se ha puesto en la balanza
la rentabilidad
de la industria
cárnica versus la salud
pública. El mal de las vacas locas constituye un
traspié que no fue previsto, porque no era previsible en
la perfectibilidad del sistema, lo que
ha dejado al descubierto una fisura que, por ahora, es
contextual. El contagio de las vacas a las personas es una
campana de alarma, una advertencia que debe ser escuchada. La
crisis esta
recién en su etapa inicial.
Palabras clave: Síndrome de Creutzfeld-Jacob,
biotecnología, Ética, Bioética,
tecnociencia
Abstract: Bovine Spongiform Encephalopathy ("mad
cow disease") appears in a moment and in a context that
highlights the achievements and failures of biotechnology. The
reality of globalization evidences the need to set limits to a
technoscience viewed as unlimited because of its breakthroughs.
Livestock industry profitability versus public health have been
placed on the balance. Mad cow disease is an unforeseen stumble,
since it was something unexpected in a system considered as
perfect. This fact has disclosed a fissure that is contextual for
the moment. Human contagion is a red alert, a warning sign
that must be taken into account. Crisis is just in its initial
stage.
Keywords: Creutzfeldt-Jakob Syndrome, biotechnology,
ethics, bioethics, technoscience
Resumo: A encefalopatia espongiforme bovina (mal
da vaca louca) ocorre em momento e contexto que permitem
ressaltar êxitos e fracassos da biotecnologia. O marco da
globalização tornou clara a necessidade de
estabelecer limites para a tecnociência que por seus feitos
mostrava-se ilimitada. Colocou-se na balança a
rentabilidade da indústria da carne versus a saúde
pública. O mal das vacas loucas constitui um deslize
imprevisto, já que não era esperado considerando-se
a perfeição do sistema e expos assim uma fissura
que mostra-se contextual. O contágio de seres humanos
é um alerta, uma advertência que deve ser
considerada. A crise está apenas em sua etapa
inicial.
Palavras chaves: Síndrome de Creutzfeld-Jacob,
biotecnologia, Ética, Bioética,
tecnociência
Introducción
El "mal de las vacas locas" es el apelativo
periodístico aplicado a la "encefalopatía
espongiforme bovina", como se termina conociendo en el mundo
entero. Esto debido al dramático aspecto que presentan las
vacas al perder todo control sobre sus
movimientos un poco antes de morir. Las imágenes
de la
televisión, con gran elocuencia audiovisual, mostraron
urbe et orbe esta situación que no habría
tenido mayor importancia si no hubiese estado
vinculada a un problema de salud que afecta a los humanos: el
"Sindrome de Creutzfeldt-Jacob" atípico o
encefalopatía espongiforme humana, enfermedad contagiada a
las personas por las vacas.
Al aparecer esta enfermedad en Europa,
más concretamente en Inglaterra,
rápidamente se convierte en noticia de primera plana en
todo el mundo, gracias a la televisión
que permitió a millones de personas observar escenas donde
estos animales tirados
en el suelo, entre
incontenibles convulsiones, morían lentamente.
Una vez conocido el llamado "mal de las vacas locas",
tuvo repercusiones en tan diversos ámbitos como el
científico, económico, político,
bioético, entre otros. En el científico
corroboró en los hechos, lo que el Dr. Carleton Gajdusek
había demostrado de manera experimental, es decir, el
salto de la barrera interespecífica considerada
infranqueable, que lo condujo en 1976 al Premio Nobel de Fisiología y Medicina. En
efecto, Gajdusek había inyectado tejido de un cerebro humano
infectado con kuru en un chimpancé logrando transmitirle
la enfermedad. Además, apareció en la escena un
nuevo y desconocido agente patológico descubierto y
demostrado por el Dr. Stanley B. Prusiner, también Premio
Nobel por estas investigaciones,
las que condujeron a la proteína del prion bautizada PrP
(proteína resistente a proteasa) responsable de la
destrucción del sistema nervioso
central en el proceso de
desarrollo de
las encefalopatías espongiformes.
En lo económico significó poner en la
balanza la rentabilidad de la industria cárnica
británica, cuya masa ganadera es la más grande e
importante de Europa, versus la salud pública
severamente amenazada por esta nueva enfermedad, susceptible de
expansión por todo el planeta. En lo político
permitió aportar un factor más para la estrepitosa
caída del Primer Ministro John Mayor, situación que
puso fin a la extensa etapa tory heredada de la Sra
Thatcher, dejando a su sucesor, el laborista Tony Blair, un
espinudo problema por resolver. Pero, además, fue una gran
campana de alarma, al advertir sobre las fisuras del sistema
neo-liberal en el dominio
agroalimentario. En el ámbito de la bioética
sirvió para mostrar de manera fehaciente el menoscabo de
premisas tan importantes para la disciplina
como: la bioseguridad y biorresponsabilidad que deben garantizar
la salud pública de la comunidad social.
Si tenemos presente que la seguridad, en el
dominio en que funcione, procura advertir, neutralizar o eliminar
riesgos y
peligros que puedan dañarnos, no debemos ignorar la
necesidad y existencia de ciertos límites a los cuales
atenerse en esta operatividad del conocimiento
tan característica de la tecnociencia. Pero,
además, mostró una señal de cómo en
los nuevos escenarios, producto de la
globalización, aquellos eventos que
trasciendan su esfera propia y escapen al control y la a
manipulación desde los hilos del poder,
serán conocidos en los más diversos rincones del
planeta que, en los nuevos escenarios, se ha convertido, como muy
bien lo rebautizó Marshall McLuhan, en una Aldea
Global.
Página siguiente |