Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Contaminación atmosférica, cambio climático y salud (página 2)



Partes: 1, 2

 

En los últimos años se han llevado a cabo
diversos proyectos
multicéntricos utilizando técnicas
de análisis de series temporales. En Europa el
proyecto
APHEA3 y en Estados Unidos el
estudio NMMAPS4 se encuentran entre los que han
aportado más al conocimiento
del impacto agudo de la
contaminación en la salud. En
Francia5 e Italia6 se han realizado
estudios multicéntricos nacionales que han valorado el
impacto de la contaminación en las principales ciudades
de cada uno de estos países. En España
dentro del proyecto EMECAS se está llevando a cabo un
estudio que incluye a 16 ciudades sobre el impacto de la
contaminación atmosférica7-10. En
general el contaminante más estudiado ha sido las
partículas, encontrándose que un incremento de 10
µg/m3 en los niveles atmosféricos de PM10
se asocia, según los estudios, con un aumento de un 0,2 a
un 1% en la mortalidad por todas las causas y un 0,5 a un 2 % en
la mortalidad cardiorrespiratoria.

Aunque en menor número que los estudios de series
temporales existen varios estudios de cohortes sobre el impacto
de la contaminación en la salud. El más importante
es el realizado por Pope y colaboradores como parte del II
Estudio para la Prevención del Cáncer
. En total
se recogieron desde 1982 datos sobre
factores de riesgo y contaminación
atmosférica para unos 500.000 adultos de 151
áreas metropolitanas de los Estados Unidos. En marzo de
2002 se publicaron los resultados del seguimiento de dicha
cohorte hasta el año 199811. Las
partículas finas (PM2,5) y los óxidos de azufre
mostraron una asociación con la mortalidad para todas las
causas, para enfermedades del aparato
circulatorio y por cáncer de pulmón. Cada
aumento de 10 µg/m3 en los niveles
atmosféricos de partículas finas se asoció
aproximadamente con un aumento de un 4%, 6%, y 8% respectivamente
del riesgo de morir por todas las causas, por del aparato
circulatorio y por cáncer de pulmón.

Contaminación fotoquímica e incremento
de temperatura

La contaminación fotoquímica (o tipo
«verano») se refiere principalmente a la
contaminación procedente de las reacciones de los hidrocarburos
y los óxidos de nitrógeno, estimuladas por la
luz solar
intensa y el incremento de la temperatura.
El ozono es considerado generalmente como el componente
más tóxico de esta mezcla. Se forma por la acción
de la radiación
ultravioleta del sol sobre los NOx y en presencia de compuestos
orgánicos volátiles y otros
contaminantes.

Estudios recientes han descrito un número
importante de efectos adversos del ozono, los más
importantes relacionados con el sistema
respiratorio, como disminución de la función
pulmonar12,13, agravamiento del asma13,14,
aumento de riesgo de visitas a urgencias15, de
ingresos
hospitalarios16,17 y, probablemente, un aumento de
riesgo de morir18,19. Por otro lado, existen algunas
evidencias de
que los individuos, especialmente los más jóvenes,
con hiperreactividad de vías aereas, como los
asmáticos, constituyen un grupo
más sensible a los efectos del ozono.

Aeroalergenos y salud respiratoria

En un número importante de estudios se ha
descrito que las altas concentraciones de polen y esporas se
asocian con epidemias de asma y de otras
enfermedades alérgicas como la rinitis o la fiebre del heno.
En un estudio reciente realizado en Madrid20 se
determinó una asociación significativa entre los
incrementos del percentil 95 al 99 de polen de Poacea y Plantago
con un incremento en el número de visitas por asma a las
urgencias hospitalarias del 17% y del 16% respectivamente.
También se ha encontrado una asociación con el
polen de urticáceas, con un 8,5% de incremento en el
número de urgencias por asma. Sin embargo no está
claramente definido el papel de los aeroalergenos en el inicio
del asma e incluso en su exacerbación, por lo que se
requieren más investigaciones
antes de poder
establecer posibles impactos del cambio
climático.

Impacto en salud pública

Desde el punto de vista de la salud
pública es importante destacar que aunque la magnitud
del impacto en salud es pequeña la proporción
atribuible a la contaminación atmosférica es
importante, dado que toda la población está expuesta. Un estudio
llevado a cabo en Francia, Suiza
y Austria, indica que el 6% de la mortalidad y un número
muy importante de nuevos casos de enfermedades respiratorias en
estos países puede ser atribuido a la contaminación
atmosférica. La mitad de este impacto es debido a la
contaminación emitida por los vehículos a
motor21. Junto a los anteriores efectos demostrados es
importante considerar el impacto potencial de las exposiciones a
la contaminación atmosférica durante la
gestación y la primera infancia, como
muestran algunos estudios. Una reciente revisión sobre el
tema22 muestra
resultados que indican una asociación entre entre la
exposición a la contaminación
atmosférica con el bajo peso al nacer y el retraso en el
crecimiento intrauterino, así como el efecto de las
exposiciones tempranas sobre la salud infantil, incluyendo
incremento de mortalidad. Coincidiendo con la Cumbre
Interministerial de Budapest de junio de 2004 se presentó
un Informe sobre la
evaluación de la carga en salud infantil de
determinadas exposiciones ambientales en Europa23. Los
resultados del mismo indican que en los niños
europeos de 0 a 4 años entre el 1,8% al 6,4% de todas las
muertes serían atribuibles a la contaminación
atmosférica en exteriores, y el 4,6% a la
exposición a aire contaminado
en el interior de los edificios. La persistencia de situaciones
de mala calidad del aire
o su posible empeoramiento puede representar un compromiso
importante para la salud de los más pequeños y de
las generaciones futuras.

Factores modificadores del impacto de las variaciones
del clima y la
contaminación atmosférica

En varios estudios se ha observado un mayor efecto de
algunos de los contaminantes atmosféricos durante los
meses más cálidos. Así se ha descrito para
la asociación del SO224,25 sobre la
mortalidad y la morbilidad cardiovascular (figura 1). En el
estudio APHEA-227 se encontró que tanto la
temperatura media anual como la ubicación de la ciudad en
Europa (Norte, Sur, Este), es decir, componentes relacionados con
el clima, jugaban un papel modificador del efecto de la
contaminación con la mortalidad. El efecto de las
partículas sobre la mortalidad fue mayor en las ciudades
de clima más cálido.

Se han sugerido diversas hipótesis para explicar estos hallazgos.
Por un lado la medida de la contaminación
atmosférica durante los meses cálidos podría
ser un indicador más aproximado de la exposición
total de la población, ya que la gente pasa más
tiempo en la
calle y las ventanas están más tiempo
abiertas28. Por otro lado, en los meses cálidos
podría aumentar la susceptibilidad individual a la
contaminación debido a procesos tales
como el aumento del efecto de las partículas sobre el
sistema de
regulación de la viscosidad
plasmática29.

Diversos estudios han descrito un efecto mayor del ozono
durante los días de temperatura más
altas30 o en los meses más
calurosos31,32. En el estudio EMECAS se ha descrito un
efecto del ozono sobre el número de ingresos por
enfermedades circulatorias, que es estadísticamente
significativo en los meses cálidos pero no en el resto del
año33.

TENDENCIAS EN LOS NIVELES DE
CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS E INFLUENCIA 
DE LAS VARIACIONES CLIMÁTICAS

Evolución de los contaminantes
atmosféricos en España

En el informe SESPAS 2000 se describió la
tendencia descendente de los niveles de SO2 y los humos negros,
especialmente el primero, en los últimos 20
años34. Estos han sido los contaminantes
tradicionalmente incluidos en los programas de
monitorización y control de la
contaminación atmosférica. En la actualidad en
España se dispone de información adecuada para evaluar con
cierta perspectiva la situación actual y la tendencia de
otros contaminantes relevantes para la salud humana (figura
2).

Dado que la mayor parte de la población
española vive en áreas urbanas, los datos
correspondientes a PM10 y NO2 se
presentan para las estaciones de tipo urbano, distinguiendo por
un lado aquellas directamente influenciadas por el tráfico
de una calle cercana (estaciones de tráfico), por otro
lado las influenciadas principalmente por fuentes
industriales (estaciones industriales) y, por último,
aquellas que no están tan influenciadas de manera directa
por el tráfico o la industria
(estaciones de fondo urbano). Para estos dos contaminantes
podemos observar cómo los valores
registrados oscilan alrededor del valor
límite contemplado en la normativa europea y
española, es decir 40 g/m3 como valor medio
anual, fijado para ser alcanzado en 2005 o 2010
respectivamente35. En ambos casos hemos de tener en
cuenta que los valores que se
muestran son los promedios de las medias anuales en cada uno de
las más de 150 estaciones urbanas. Ello quiere decir que
en un número importante de estas ciudades los valores
anuales son superiores al valor límite establecido por la
normativa española y europea. En términos de salud
pública este hecho es importante pues nos da una idea de
que el porcentaje de personas expuestas a concentraciones medias
superiores a los límites
establecidos para PM10 y NO2 puede ser alto. Sin
embargo se ha de considerar que la composición de las
partículas puede variar sustancialmente de un lugar a
otro, y que la toxicidad de las partículas parece estar
relacionada entre otros factores con su composición y su
tamaño.

Para el ozono, al tratarse de un contaminante
secundario que suele alcanzar valores mayores en zonas alejadas
de los focos emisores, se representan los valores medidos en
estaciones de fondo, ubicadas tanto en zonas urbanas como
semiurbanas y rurales. En este caso, los valores medios
más altos se sitúan en las zonas rurales. En las
estaciones semiurbanas, que representan la exposición de
un porcentaje importante de la población, las
concentraciones medias anuales alcanzan los 60 g/m3.
Dada la alta estacionalidad anual (con valores más altos
en los meses cálidos) y el patrón diario del ozono
(con picos importantes durante las horas de irradiación
solar) es seguro que en un
número importante de estaciones se excederá en un
buen número de días al año el valor
límite de 120 g/m3 para valores de la
máxima diaria de 8 horas. En general, se observa una
estabilidad o cierta tendencia a la disminución en las
concentraciones medias. Sin embargo, el periodo considerado es
muy corto para poder identificar un patrón
consistente.

Estacionalidad e influencia de las condiciones
meteorológicas en la emisión, transporte y
formación de los contaminantes
atmosféricos

La estacionalidad puede diferir entre las
distintas localizaciones dependiendo, fundamentalmente, de las
emisiones y de los fenómenos meteorológicos. Sin
embargo existe un patrón homogéneo en la mayor
parte de las ciudades de España. Los contaminantes
primarios procedentes de la combustión de combustibles fósiles
presentan un patrón con valores más altos en
invierno (por más emisiones junto a condiciones de
estabilidad meteorológica) y valores más bajos los
meses de verano. En cambio el ozono presenta el patrón
inverso. Sus valores son más altos en los meses de
temperaturas más altas debido a la interacción de los rayos ultravioleta con
los gases
precursores procedentes del escape de los vehículos y
otras fuentes (NO2 y COV) (figura 3). Este
patrón podría ser diferente para los contaminantes
que son transportados a larga distancia. En España este es
el caso de los episodios de contaminación por
partículas que ocurren en las Islas Canarias y en parte de
la península Ibérica como consecuencia del
transporte de polvo del Sahara36,37. Este hecho debe
ser tenido en cuenta a la hora de valorar los niveles de
partículas en nuestro país, pues en determinadas
circunstancias cerca de la mitad procede del polvo del
Sahara.

Las concentraciones de los contaminantes
atmosféricos dependen de su producción y también, de manera
determinante, de su dispersión. El cambio climático
puede afectar a cualquiera de los dos procesos anteriores. Por un
lado, relacionado con la meteorología, la posible mayor
frecuencia de fenómenos anticiclónicos puede hacer
disminuir la dispersión de los contaminantes. Otro
fenómeno meteorológico que se ha anticipado como
posible consecuencia del cambio climático sería el
aumento en los episodios de tormenta seca con trasporte de polvo
del Sahara y otros lugares. Por otro lado, como se comenta
más adelante, el aumento de temperatura se correlaciona
muy directamente con un incremento en las concentraciones de
ozono. Por último, de manera indirecta, un aumento de la
temperatura puede asociarse con un incremento de las emisiones de
contaminantes por el consumo mayor
de energía debido a los sistemas de
acondicionamiento de aire, refrigeración y conservación de
alimentos y
otros productos.

Aunque sería necesario conocer las previsiones
específicas para España, dada la naturaleza de
contaminante secundario del ozono es previsible que el
cambio climático se asocie con los incrementos de sus
niveles. Es incierto predecir cómo puede afectar el cambio
climático a los niveles de otros contaminantes. Los
contaminantes más relacionados con los sistemas de
calefacción, como el SO2, posiblemente
experimentarán un descenso en su uso y por ello en sus
emisiones. Sin embargo para otros contaminantes como las
partículas finas, (NO2 o el CO) muy
relacionadas con emisiones de los vehículos a motor, no se
puede asegurar cuáles serán sus tendencias. En gran
medida estas vendrán marcadas por el consumo de
combustibles fósiles. A escala local
pueden ocurrir situaciones episódicas de
contaminación atmosférica asociadas a
fenómenos meteorológicos de altas presiones y
ausencia de lluvias prolongadas. Por último, el
calentamiento de la tierra
puede comportar un incremento en el número e intensidad de
incendios
forestales. El humo producido en estos incendios se
ha visto relacionado con el incremento de procesos respiratorios
en la población afectada.

Influencia de las condiciones meteorológicas
en la producción y liberación de polen y
esporas

A pesar de que las concentraciones de polen y esporas
dependen en gran medida de las especies existentes tanto
cultivadas como silvestres, las variaciones en dichas
concentraciones dependen de los factores
meteorológicos38. El cambio climático
podría adelantar o alargar el periodo polínico para
algunas especies con capacidad alergénica. Además
el incremento en los niveles de CO2 podría
afectar a la producción de polen.

VULNERABILIDAD

Diferentes estudios han mostrado que los ancianos, las
personas con la salud comprometida que padecen bronquitis
crónica, asma, enfermedades
cardiovasculares y diabetes39, y los niños
se encuentran entre los grupos más
vulnerables40. En el caso de la contaminación
atmosférica por ozono el grupo de personas con mayor
riesgo son los niños, los jóvenes y los adultos,
por pasar más tiempo en el exterior de los edificios. Si
además estas personas se encuentran realizando un
ejercicio intenso (juego,
deporte, trabajo) la
frecuencia e intensidad respiratoria se incrementan y, por
consiguiente, también el riesgo. Los niños
constituyen un grupo de riesgo especial porque su sistema
respiratorio no se encuentra desarrollado completamente, porque
pasan más tiempo en el exterior y porque respiran
más aire por unidad de peso que los adultos.

Por otro lado se ha relacionado el nivel
socioeconómico con el grado del impacto de la
contaminación atmosférica en la salud. Así
se ha descrito recientemente un mayor número de
defunciones por causas respiratorias entre las personas con
peores condiciones socioeconómicas en Sao Paulo (Brasil)41 y en Hamilton
(Canadá)42. Estas diferencias en el impacto en
salud podrían deberse a diferencias en la
exposición (las personas de clases menos favorecidas viven
en lugares más contaminados), a diferencias en el estado de
salud (la pobreza se
asocia con enfermedad, por ejemplo con bronquitis
crónica), y a diferencias en la susceptibilidad o
vulnerabilidad (peor alimentación, peores
condiciones de la vivienda). Sin embargo los resultados
anteriores se han relacionado más con contaminantes
primarios como el CO y el SO2. En el caso del ozono al
ser un contaminante secundario las zonas más expuestas
pueden estar alejadas de los focos de
emisión43.

PRINCIPALES MEDIDAS
ADAPTATIVAS

Como establece la Comisión de Economía de Naciones Unidas
para Europa44, los científicos y los
políticos no deberían seguir tratando la
contaminación atmosférica y el cambio
climático como problemas
distintos, dado que los dos están muy estrechamente
relacionados y son en gran parte debidos al incremento en el uso
de combustibles fósiles. En este sentido se
deberían considerar una serie de medidas para controlar y
minimizar el posible impacto de la contaminación
atmosférica y cambio climático sobre la salud
(tabla 2).

Una de las primeras medidas a llevar a cabo
debería ser el establecimiento de un sistema de monitoreo
de calidad del aire (incluyendo información
meteorológica y de polen y esporas) y de alerta del
público ante situaciones de incremento de los niveles o
situaciones extremas. Al mismo tiempo se deben llevar a cabo las
medidas legislativas que establezcan unos estándares de
calidad el aire y restricciones en las emisiones para proteger la
salud de los ciudadanos. El marco europeo facilita la
implementación de ambas medidas en nuestro país,
pero son precisas políticas
efectivas para conseguir un sistema integral e integrado por los
diferentes sectores implicados (medio
ambiente, salud pública, transporte, industria,
etc.).

La medida más importante es la disminución
de las emisiones de gases contaminantes. Esto comporta la puesta
en marcha de estrategias, en
todos los sectores, con el uso eficiente de la energía y
la utilización progresiva de energías
renovables.

Otra medida sería la puesta en marcha programas
encaminados a reducir los riesgos
producidos por los incendios forestales y la exposición a
polen alergénico45.

Las medidas anteriores deberían se complementadas
con actuaciones encaminadas a la educación de la
salud y a la promoción de hábitos
saludables38, entre los que se incluirían el
uso eficiente y responsable de la energía y los consejos
para aumentar la protección de los ciudadanos (por ejemplo
en los días con altos niveles de ozono).

Un último aspecto a destacar, es la necesidad de
poner más énfasis en la participación ciudadana para la
solución de muchos de estos problemas. Se debería
fomentar el desarrollo de
una conciencia en
salud y medio ambiente entre
la población y asegurar una participación
comunitaria activa en la determinación de los problemas y
necesidades, así como en los procesos de planificación y acción. Los
problemas de salud ambiental están conectados con el
patrón de desarrollo en nuestro país (al igual que
en otros países europeos) como el uso de incontrolado de
energía
eléctrica, de agua potable,
la urbanización de la población, el uso de coches
privados como manera principal de transporte, etc.). En
consecuencia su solución depende de cambios importantes de
estilo de vida
que afectan a grandes sectores de la población.

En definitiva, los cambios futuros deben venir por la
contribución de todos los sectores, es decir las
decisiones de los políticos, los cambios legislativos, la
actuación de los técnicos, la educación e
información, las decisiones de los consumidores, etc. que
deben fomentar las tecnologías limpias, la
reducción del consumo de combustibles fósiles y los
productos que sean menos contaminantes. Las implicaciones para
las políticas de las citadas acciones se
presentan en la tabla 3.

REPERCUSIONES DE LAS MEDIDAS DE
ADAPTACIÓN

Las medidas de adaptación comentadas en el punto
anterior tendrían una repercusión sobre diferentes
sectores.

La reducción de emisiones de gases contaminantes,
al tener un origen común al de los gases con efecto
invernadero, tendría un efecto beneficioso sobre la
emisión de CO2 y otros gases a la atmósfera. Ello
redundaría en una ralentización del calentamiento
global.

El uso más eficiente de la energía y la
introducción progresiva de energías
limpias comportará una reducción en la
utilización de combustibles fósiles y, por
consiguiente, una reducción en la emisión de
SO2, CO y NO2.

La evidencia de riesgos para la salud por la
emisión de partículas y gases por
combustión, debe llevar a incrementar la protección
de los bosques para evitar incendios forestales.

Las intervenciones encaminadas a conseguir un aire
más limpio y un ambiente más sano, junto con
modelos de
buena práctica ambiental, puede ser un atractivo para un
turismo de
calidad y ecológicamente sostenible.

Una cuestión importante es la de los efectos
secundarios beneficiosos de las políticas de
mitigación. Las acciones para reducir las emisiones gases
con efecto invernadero pueden conducir muy probablemente a
mejoras en la salud de la
población38.

En un artículo que apareció en la revista Lancet
durante las discusiones acerca del contenido del tratado de
Kyoto47 se realizó una evaluación del
impacto en salud que tendría la adopción
de políticas de control de las emisiones sobre la salud de
las poblaciones, en el corto plazo, es decir, sin esperar a ver
las consecuencias de la mitigación del cambio
climático. En dicho trabajo se comparaba lo que
ocurriría, por lo que respecta a los efectos relacionados
con la exposición a partículas en
suspensión, si las políticas energéticas
mundiales continuaban como hasta 1997 o cambiaban a un escenario
de políticas de control de las emisiones para evitar el
calentamiento mundial. Desde el año 2000 al 2020, el
impacto relacionado con la diferencia de exposición a
partículas podría ser de una reducción de
700.000 muertes anuales. Únicamente en lo que respecta a
los Estados Unidos, el número de muertes evitables
equivaldría en magnitud a las muertes asociadas al
sida o a todas
las causadas por las enfermedades hepáticas.

Estos resultados ilustran los beneficios que a escala
local y cercana en el tiempo tendrían las políticas
de reducción de las emisiones de gases que provocan el
calentamiento global. Estas cifras, sin embargo, deben ser
valoradas con precaución y tomadas únicamente como
indicativas, dadas las asunciones y dudas existentes a la hora de
realizar las estimaciones. No obstante, queda demostrado que el
uso de fuentes renovables de energía puede ayudar en el
proceso de
reducción de las emisiones al tiempo que pueden constituir
una fuente asequible de energía para un número
importante de población que ahora no tiene acceso a
energías limpias38.

Las estrategias de transporte, medio ambiente y salud
con la promoción del uso de la bicicleta y caminar como
medio de trasporte comportará un incremento del ejercicio
físico moderado en un gran segmento de la población
con hábitos de vida sedentarios, que tendrá una
repercusión favorable sobre su
salud48.

INCERTIDUMBRES Y
DESCONOCIMIENTOS

Existen una serie de incertidumbres generales a cerca
del proceso de cambio climático y sus predicciones
que son comentadas en el informe español
sobre el cambio climático49. Respecto a los
efectos en salud de la contaminación atmosférica y
su relación con el cambio climático existen una
serie de incertidumbres específicas. Dos elementos
importantes que pueden determinar dicho impacto en el futuro
son:

– los escenarios de emisiones para el futuro.
Estas se podrían basar en las estimaciones del crecimiento
económico o poblacional pero también en el de
las restricciones establecidas por la legislación a los
acuerdos. En ambos casos es muy complejo hacer estimaciones pues
la propia realidad puede superar las previsiones. Como ejemplo
tenemos la evolución de las emisiones de gases con
efecto invernadero en España, en que hasta el momento se
ha sobrepasado, de largo, lo acordado por el gobierno
español con relación al cumplimiento del tratado de
Kyoto.

– la sensibilidad y vulnerabilidad de las
poblaciones
. La tendencia en nuestro país es a un
envejecimiento de la población lo que redundaría en
un mayor impacto por la mayor susceptibilidad de las personas de
edad avanzada y estado de
salud comprometido. Por otro lado, aún existen muchas
lagunas respecto a le estimación cuantitativa del riesgo
relacionado con la mayoría de contaminantes. Para
partículas se ha definido una relación
concentración respuesta de forma lineal, pero se conoce
menos la forma de la relación con otros contaminantes.
Especialmente necesarias serán las evidencias sobre el
impacto del ozono sobre la salud, dado el previsible aumento, al
menos en forma episódica, de este contaminante con el
cambio climático.

DETECCIÓN DEL CAMBIO

La detección y atribución de los efectos
del cambio climático sobre la salud requieren el
establecimiento de un sistema de monitorización para
detectar los efectos tempranos50. En nuestro
país no existe un sistema de vigilancia
epidemiológica de los efectos de la contaminación
atmosférica. En la actualidad se dispone de diversos
programas de monitorización de calidad del aire
gestionados a nivel central y, mayoritariamente, en las
comunidades autónomas por los departamentos encargados del
medio ambiente. Dichos sistemas no están, en general,
integrados con los sistemas de alerta y los servicios de
salud pública. Ésta debería ser una
acción prioritaria para el futuro cercano en nuestro
país, y no solo por la detección de efectos ligados
al cambio climático. Dicho sistema de vigilancia
debería incluir información diaria de los niveles
de contaminación atmosférica, de las variables
meteorológicas y de variables de salud como defunciones
(total y por causa específica), el número de
ingresos hospitalarios por causas cardiovasculares y
respiratorias y si fuera posible información sobre las
urgencias hospitalarias. Caso de no ser posible disponer de esta
última información se podría seleccionar una
serie de servicios de urgencias como centinela. Al mismo tiempo
se debería obtener de la correspondiente
información sobre estructura
demográfica, nivel socioeconómico y calidad del
hábitat
y calidad de la atención sanitaria.

Para cumplir con los objetivos de
un sistema de vigilancia este debería generar un registro
mantenido y, muy especialmente, debería producir
información oportuna y representativa que permitiera su
uso en la planificación, desarrollo y la evaluación
de las acciones de salud pública.

Una alternativa, que puede ser complementaria a la
anterior, consiste en llevar a cabo evaluaciones
periódicas del impacto en salud de la contaminación
atmosférica y su posible relación con el cambio
climático51. En Europa, el programa
APHEIS52,53 ha realizado la evaluación de
impacto en salud de la contaminación atmosférica en
26 ciudades de 12 países. La población total
cubierta por esta evaluación del impacto en salud incluye
cerca de 39 millones de habitantes. Para el conjunto de las 19
ciudades en las que se dispuso de información sobre PM10,
una reducción de 5 µg/m3 de los niveles
de PM10 conllevaría una disminución en la
mortalidad a largo plazo de 5000 muertes anuales, de las cuales
800 serían fallecimientos a corto plazo. Esta
evaluación proporciona una estimación cuantitativa
de los beneficios potenciales de la disminución de los
niveles de los contaminantes.

PRINCIPALES NECESIDADES DE
INVESTIGACIÓN

En el campo concreto de
los posibles efectos de la contaminación
atmosférica relacionados con el campo climático las
necesidades fundamentales en nuestro país son:

– Establecer sistemas de vigilancia y monitoreo que
incluyan información meteorológica, de calidad del
aire, de salud y sociodemográfica adecuadas con el fin de
detectar cambios tempranos y poder obtener datos para otros
estudios.

– Llevar a cabo estudios epidemiológicos para
valorar el impacto del ozono, partículas finas y otros
contaminantes relacionados con la variabilidad climática y
sus tendencias sobre la salud. Dichos estudios deberían
aportar pruebas sobre
los efectos de dichos contaminantes incluyendo la relación
dosis-respuesta y los factores que pueden modificar su efecto
(mayor susceptibilidad en unos grupos de personas-, factores
protectores, como por ejemplo el aumento de la capacidad
antioxidante por medio de la dieta).

– También sería necesario llevar a cabo
estudios epidemiológicos que valoraran los posibles
beneficios de las acciones para mitigar el cambio
climático.

– Desarrollar modelos para la predicción de los
posibles efectos en salud de los cambios previstos en cuanto al
clima y la calidad del aire. Dichos modelos deberían
incluir previsiones en cuanto a las tendencias futuras en
contaminación atmosférica, cambios en las
características de la población y variaciones en
los fenómenos meteorológicos y climáticos.
Estas predicciones deberían ser validadas de manera
continuada, mediante su confrontación con los datos del
sistema de vigilancia.

AGRADECIMIENTOS

A los lectores de versiones anteriores de este
manuscrito por sus comentarios, consejos y aportaciones:
Francisco Vargas, Marina Lacasaña, Eva Alonso, José
Mª Ordóñez, Iñaki Galán, Gonzalo
López-Abente, Millán Millán Muñoz,
Marc Sáez, Sylvia Medina, Betina Menne y Miquel Porta. A
todos los participantes en los proyectos EMECAM, EMECAS, APHEA,
APHEIS y PHEWE. Los proyectos EMECAM y EMECAS han recibido
financiación del Fondo de Investigaciones Sanitarias del
Ministerio de Sanidad y Consumo ((FIS 97/0051 y FIS 00/0010)) y,
para los datos de Valencia, la ayuda FIS 99/0587. Los proyectos
APHEA, APHEIS y PHEWE han recibido financiación de la
Unión
Europea.

Una parte sustancial de los contenidos de este
manuscrito proviene del manuscrito elaborado por el autor para el
capítulo «Impactos sobre la salud humana» de
Julio Díaz, Ferran Ballester y Rogelio
López-Vélez incluido en el Estudio
«Evaluación de los Impactos del Cambio
Climático en España (ECCE)», coordinado por
el profesor
Antonio Moreno de la Universidad de
Castilla la Mancha y financiado por la Oficina
Española de Cambio Climático del Ministerio de
Medio Ambiente. La reproducción de los contenidos comunes
cuenta con el
conocimiento y autorización de los editores del
Estudio ECCE.

Las opiniones expresadas en el texto son del
autor y no significan la posición institucional del
organismo en el que trabaja.

BIBLIOGRAFÍA

1. Organización Mundial de la Salud. Informe
de Estado de la salud en el mundo 2002 [citado 12 de diciembre de
2004]
.

2. Cohen AJ, Anderson HR, Ostro B, Pandey KD,
Kryzanowsky M, Kuenzly N, et al. Mortality impacts of Urban Air
Pollution. En: Ezzati M, Lopez AD, Rodgers A, Murray CJL
(editores). Comparative Quantification of Health Risks: Global
and Regional Burden of Disease Attributable to Selected Major
Risk Factors. Ginebra: Organización Mundial de la Salud;
2003.

3. Katsouyanni K, Schwartz J, Spix C, Touloumi G, Zmirou
D, Zanobetti A et al. Short term effects of air pollution on
health: a European approach using epidemiologic time series data:
the APHEA protocol. J Epidemiol Community Health 1996; 50 (Suppl
1):S12-8.

4. Samet JM, Dominici F, Curriero FC, Coursac I, Zeger
S. Fine Particulate Air Pollution and Mortality in 20 U.S.
Cities, 1987-1994. N Engl J Med 2000;
343(24):1742-1749.

5. Quenel P, Cassadou S, Declerq C, Eilstein D, Filleu
L, Le Goaster C et al. Rapport Surveillance
épidémiologique 'Air & Santé'.
Surveillance des effets sur la santé liés à
la pollution atmosphérique en milieu urbain. Paris,
Institut de Veille Sanitaire; 1999.

6. Biggeri, A, Bellini, P, Terracini, B (editores).
Meta-analysis of the Italian Studies on Short-term Effects of Air
Pollution. Epidemiologia
& Prevenzione 2001; 25[Supl 2].

7. Grupo EMECAM El proyecto EMECAM: Estudio
español sobre la relación entre la
contaminación atmosférica y la mortalidad. Revista
Española de Salud Pública
1999;73:165-314.

8. Saez M, Ballester F, Barceló MA, Perez-Hoyos
S, Tenías JM, Bellido J et al. A combined analysis of the
short-term effects of photochemical air pollutants on mortality
within the EMECAM project. Environ Health Perspect
2002;110:221-228.

9. Ballester F, Iñíguez C, Saez M,
Pérez-Hoyos S, Daponte A, Ordóñez JM, et al.
Relación a corto plazo de la contaminación
atmosférica y la mortalidad en trece ciudades
españolas. Med Clin 2003;121:684-9.

10. Ballester F, Sáez M, Daponte A,
Ordoñez JM, Taracido M, Cambora K. Proyecto EMECAS.
Protocolo del
Estudio multicéntrico sobre los efectos de la
contaminación atmosférica sobre la salud: El
proyecto EMECAS. Rev Esp Salud Pública 2005; 79:
229-42.

11. Pope CA, Burnett RT, Thun MJ, Calle EE, Krewski D,
Ito K, et al. Lung cancer,
cardiopulmonary mortality, and long-term exposure to fine
particulate air pollution. JAMA 2002; 287:1132-1141.

12. Galizia A, Kinney PL. Long-term residence in areas
of high ozone: associations with respiratory health in a
nationwide sample of nonsmoking young adults. Environ Health
Perspect 1999;107:675-679.

13. Gauderman WJ, Gilliland GF, Vora H, Avol E, Stram D,
McConnell R et al. Association between air pollution and lung
function growth in southern California children: results from a
second cohort. Am J Respir Crit Care Med
2002;166:76-84.

14. McConnell R, Berhane K, Gilliland F, London SJ, Vora
H, Avol E et al. Air pollution and bronchitic symptoms in
Southern California children with asthma. Environ Health Perspect
1999; 107:757-760.

15. Tenías JM, Ballester F, Perez-Hoyos S, Rivera
ML. Air Pollution and hospital emergency room admissions for
chronic obstructive pulmonary disease in Valencia, Spain. Arch
Environ Health 2002; 57:41-47.

16. Anderson HR, Spix C, Medina S, Schouten JP,
Castellsague J, Rossi G et al. Air pollution and daily admissions
for chronic obstructive pulmonary disease in 6 European cities:
results from the APHEA project. Eur Respir J 1997;
10:1064-1071.

17. Sunyer J, Spix C, Quenel P, Ponce A, Barumandzadeh
T, Touloumi G et al. Urban air pollution and emergency admissions
for asthma in four European cities: the APHEA Project. Thorax
1997; 52:760-765.

18. Burnett RT, Smith-Doiron M, Stieb D, Raizenne ME,
Brook JR, Dales RE et al. Association between ozone and
hospitalization for acute respiratory diseases in children less
than 2 years of age. Am J Epidemiol 2001; 153:444-452.

19. Goldberg MS, Burnett RT, Brook J, Bailar JC, Valois
MF, Vincent R. Associations between daily cause-specific
mortality and concentrations of ground-level ozone in Montreal,
Quebec. Am J Epidemiol 2001; 154:817-826.

20. Tobias A, Galan I, Banegas JR, Aranguez E.
Short-term effects of airborne pollen concentrations on asthma
epidemic. Thorax 2003;58:708-10.

21. Künzli N, Kaiser J, Medina S, Studnicka M,
Chanel O, Filliger P, et al. Public Health impact of outdoor and
traffic-related air pollution: a European assessment. Lancet
2000; 356 795-801.

22. Lacasaña M, Esplugues A, Ballester F.
Exposure to ambient air pollution and prenatal and early
childhood health effects. Eur J Epidemiol 2005; 20:
183-199.

23. Valent F, Little D, Bertollini R, Nemer LE, Barbone
F, Tamburlini G. Burden of disease attributable to selected
environmental factors and injury among children and adolescents
in Europe. Lancet 2004; 363 :2032-9.

24. Ballester F, Corella D, Pérez-Hoyos S,
Hervás A. Air Pollution and Mortality in Valencia, Spain:
a Study using the APHEA Methodology. J Epidemiol Community Health
1996; 50:527-533.

25. Michelozzi P, Forastiere F, Fusco D, Perucci CA,
Ostro B, Ancona C, et al. Air pollution and daily mortality in
Rome, Italy. Occup.Environ Med 1998, 55: 605-610.

26. Ballester F, Tenías JM, Perez-Hoyos S. Air
pollution and emergency hospital admissions for cardiovascular
diseases in Valencia, Spain. J Epidemiol Community Health
2001;55:57-65.

27. Katsouyanni K, Touloumi G, Samoli E, Gryparis A, Le
Tertre A, Monopolis Y, et al. Confounding and Effect Modification
in the Short-Term Effects of Ambient Particles on Total
Mortality: Results from 29 European Cities within the APHEA2
Project, Epidemiology 2001;12:521-531.

28. Katsouyanni K. Health effects of air pollution in
southern Europe: are there interacting factors?, Environ Health
Perspect 1995, vol. 103 Suppl 2, pp. 23-27.

29. Pekkanen J, Brunner EJ, Anderson HR, Tiittanen P,
Atkinson RW. Daily concentrations of air pollution and plasma
fibrinogen in London, Occup Environ Med
2000;57:818-822.

30. Sartor F, Snacken R, Demuth C, Walckiers D.
Temperature, ambient ozone levels, and mortality during summer
1994, in Belgium, Environ Res 1995,70:105-113.

31. Sunyer J, Castellsague J, Sáez M,
Tobías A, Antó JM
(1996). Air pollution and mortality in Barcelona. J Epidemiol
Community Health 1996; 50 (Suppl 1):s76-s80.

32. Touloumi G, Katsouyanni K, Zmirou D, Schwartz J,
Spix C, Ponce A et al. Short-term Effects of Ambient Oxidant
Exposure on Mortality: A Combined Analysis within the APHEA
Project. Am J Epidemiol 1997; 146:177-185.

33. Ballester F, Rodriguez MP, Perez-Hoyos S, Bellido J,
Arribas F, Saurina C et al. Relationship between gaseous air
pollutants and cardiovascular admissions: a study in 14 Spanish
cities XVI Conference of the International Society for
Environmental Epidemiology. Epidemiology 2004;
15:S25-S26.

34. Fernández-Patier, R. Ballester, F. Objetivo 21.
Mejorar la calidad del aire. En: Informe SESPAS 2000. Barcelona:
Doyma; 2000, pp. 279-289.

35. Diario Oficial de las Comunidades Europeas.
Directiva 1999/30/EC relativa a los valores límite para
dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y
óxidos de nitrógeno, partículas y plomo en
aire ambiente. DOCE núm L163, 29/6/1999.

36. Viana M, Querol X, Alastuey A, Cuevas E,
Rodríguez S. Influence of African dust on the levels of
atmospheric particulates in the Canary Islands air quality
network Atmos Environ 2002 36 :5861-5875.

37. Rodriguez S, Querol X, Alastuey A, Kallos
G,Kakaliagou O. Saharan dust contributions to PM10 and TSP levels
in Southern and Eastern Spain. Atmos Environ 2001 35:
2433-2447.

38. McMichael AJ, Githeko AK. Human health. En: McCarthy
JJ et al, eds(2001). Climate change. IPCC, WG II, TAR,
9.7.1

39. Bateson TF, Schwartz J. Who is sensitive to the
Effects of Particulate Air Pollution on Mortality? A
case-crossover analysis of the effect modifiers. Epidemiology
2004;15:143-149.

40. Tamburlini G.von Ehrenstein S, Bertollini R.
Children's health and environment: A review of evidence.
Environmental issue report Nº29 EEA-WHO. Copenhagen, WHO;
2002.

41. Martins MC, Fatigati FL, Vespoli TC, Martins LC,
Pereira LA, Martins MA, et al. Influence of socioeconomic
conditions on air pollution adverse health effects in elderly
people: an analysis of six regions in Sao Paulo, Brazil. J
Epidemiol Community Health 2004;58:41-6.

42. Jerrett M, Burnett RT, Brook J, Kanaroglou P, Giovis
C, Finkelstein N, et al. Do socioeconomic characteristics modify
the short term association between air pollution and mortality?
Evidence from a zonal time series in Hamilton, Canada. Epidemiol
Community Health 2004;58(1):31-40.

43. Lipfert FW. Air pollution and poverty: does the
sword cut both ways? J Epidemiol Community Health
2004;58:2-3.

44. UNECE (Comisión de Economia de Naciones
Unidas para Europa) Air pollution and climate change – tackling
both problems in tandem, Ginebra: nota de prensa, 31 de
enero de 2003.

45. Casimiro E, Calheiros JM. Human health. En: Santos
FD, Forbes K, Moita R, eds. Climate change in Portugal:
scenarios, impacts, and adaptation measures-SIAM project. Lisboa:
Gradiva; 2002; pp.241-300.

46. McMichael AJ et al., eds. Climate change and health:
risks and responses. Geneva: World Health Organization;
2003.

47. Working Group on Public Health and Fossil-Fuel
Combustion (1997). Short-term improvements in public health on
fossil-fuel combustion: an interim report. Lancet
1997;350:1341-49.

48. Haines A, McMichael T, Anderson R, Houghton J.
Fossil fuels, transport, and public health. Policy goals for
physical activity and emission controls point the same way, BMJ
2000;321: 168-1169.

49. Moreno A, coordinador. Evaluación de los
Impactos del Cambio Climático en España (ECCE).
Madrid:
Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio
de Medio Ambiente; 2005. Disponible en: http://mma.es/oecc/impactos.htm

50. Kovats S, Ebi KL, Menne B. Methods of assessing
human health vulnerability and public health adaptation to
climate change. Copenhagen: World Health Organization,
2003.

51. W.H.O. Evaluation and use of epidemiological
evidence for environmental health risk assessment. Bilthoven:
European Centre for Environment and Health; 2000.

52. APHEIS. Air Pollution and Health: a European
Information System (2001) Monitoring the Effects of Air Pollution
on Public Health in Europe. Scientific report 1999-2000. Institut
de Veille Sanitaire, Saint Maurice; [citado 20 de febrero de
2004]. http://www.apheis.net/

53. APHEIS. Air Pollution and Health: a European
Information System (2002) Health Impact Assessment of Air
Pollution in 26 European Cities. Second year report 2000-2001.
Institut de Veille Sanitaire, Saint Maurice [citado 20 de febrero
de 2004]. http://www.apheis.net/

Ferran Ballester
Unidad de Epidemiología y Estadística. Escuela
Valenciana de Estudios para la Salud.

Correspondencia: Ferran Ballester. Escuela Valenciana de
Estudios para la Salud. C/ Juan de Garay 21. 46017
Valencia

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter