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Estética en odontología. Parte I . Aspectos psicológicos relacionados a la estética bucal (página 2)



Partes: 1, 2

 

Figura 3.

La comprensión de los principios
estéticos debería permitir una evaluación
lógica
del caso, en relación a los fundamentos de la belleza.
Esto necesita un entrenamiento en
estética para refinar nuestra percepción
y permitir el desarrollo de
sentimientos individuales, en concordancia con un criterio
objetivo6 (figura 4). Sin embargo, el uso de reglas
puede ser parte del plan, pero
nuestra intención es incorporar variaciones de lo ideal
para crear una composición artísticamente
bella4.  

Figura 4.

La belleza esencial puede ser el trasfondo de la belleza
natural físicamente perceptible, que podemos reproducir o
integrar en los humanos. Este enfoque nos permitirá
apuntar hacia el desarrollo de un criterio objetivo de
belleza6.

Rufenacht 6 propone el siguiente cuadro
esquemático de los parámetros de estética
(figura 5), para ser utilizado como una guía de referencia
donde cada cual debe ser libre de introducir elementos
importantes o ignorar otros que no se adapten a la
situación.

Figura 5. Marco de referencia
esquemático de la estética. Tomado de
Rufenacht,1992.

La evaluación de los parámetros
relacionados con la
personalidad humana, elementos claves que traen vida a la
estética humana, no se deben ignorar, porque su integración nos permitirá llenar las
demandas individuales para la autosatisfacción de la
estética. La relación entre los aspectos
físicos y psíquicos que establecen la
armonía facial estética requieren elementos de
percepción y evaluación de los principios
estéticos6.

En la creencia común, como en los grandes
sistemas
tipológicos, algunas características físicas
son consideradas como unos indicadores
visibles de características psíquicas menos
evidentes9. Sabemos que todo individuo es a
la vez emisor de una apariencia física y receptor de
la apariencia de los otros. Es decir, todo encuentro entre
individuos da lugar a una emisión-recepción mutua
de impresiones e informaciones por medio de la
apariencia10 (figura 6).

 

Figura 6.

La belleza es considerada como un verdadero valor social,
es un atributo culturalmente deseado. La evaluación del
atractivo físico de los otros se ha hecho casi siempre
partiendo de fotografías de la cara. Sin embargo, el
rostro no puede reducirse a unas proporciones, es también
sede de expresiones emotivas que transmiten comunicaciones
no verbales. La expresión de la cara afecta
significativamente las percepciones de los otros, en la
dimensión atractivo–no
atractivo9.

Inclusive, la sonrisa puede determinar si una persona nos
agradará o disgustará. La falta de armonía
en esa sonrisa podría ser interpretada como algo
desagradable11. Además se han observado unas
correlaciones elevadas, entre juventud y
belleza, por una parte, y vejez y no
atractivo por otra parte9.

Los sujetos más atractivos de los dos sexos son
juzgados más calurosos, más amables, más
sensibles, más interesantes como compañeros,
más fuertes, más equilibrados, más sociables
y más abiertos. UN SUJETO BELLO SERÁ PERCIBIDO
MUCHO MÁS FAVORABLEMENTE POR SUS PADRES, POR SUS
PROFESORES, POR SUS COMPAÑEROS Y POR SUS PAREJAS DEL
SEXO OPUESTO,
QUE UN SUJETO FEO. LA BELLEZA ES UN VERDADERO VALOR
SOCIAL9.

En conjunto, los sujetos atractivos tienen una
percepción de sí mismo significativamente
más favorable que los sujetos no atractivos. Existe una
relación entre satisfacción corporal y autoestima,
estable y marcada, cualesquiera que sea el tipo de
evaluación de estos conceptos, la edad de los sujetos y la
experiencias corporales. La manera de percibir el propio cuerpo
más o menos favorablemente ocupa el centro de unos
procesos
más amplios que implican la experiencia de sí y su
evaluación9. Los efectos psicológicos
positivos de mejorar la apariencia frecuentemente contribuyen a
mejorar la imagen misma y
aumenta la autoestima12.

La satisfacción corporal contribuye
significativamente a la adaptación personal y
social, a la estimación favorable de las propias
capacidades, al equilibrio
emocional y a la salud, es decir, a unos
aspectos adaptativos de la personalidad
muy diferentes. Estas relaciones ciertamente son atribuibles en
gran parte a la coherencia intraindividual de las percepciones
autoevaluativas9.

Sheets3 afirma que a aquellas personas de
aspecto atractivo, saludable, se les considera a priori mejor
calificadas y, en general, son mejor recibidas y aceptadas que
individuos menos atractivos y no olvidemos que es la conciencia de
cómo nos percibe el otro, factor fundamental en el
éxito o
fracaso de las relaciones
interpersonales y, por tanto, en el equilibrio
psíquico personal.

En una cultura tan
interesada en el aspecto juvenil, se le da una gran importancia a
una sonrisa agradable porque la sonrisa es el marco de unos
dientes bellos y si se encuentra alterada le conferirá una
apariencia infeliz, austera a la persona. La naturaleza
tiende a crear simetría y equilibrio. El odontólogo
como observador entrenado debe ser capaz de identificar cualquier
desequilibrio o desarmonía en la sonrisa de su
paciente11.

La evaluación de los diferentes elementos del
perfil morfopsicológico es tan importante como el resto
del tiempo
dedicado al paciente. Nuestro nivel de conocimiento y
entrenamiento podría ser totalmente inútil si
nuestra atención la orientamos, solamente, hacia
los problemas
técnicos13.

De acuerdo a Hipócrates (el padre de la
tipología), Galeno y Carton, se puede identificar cuatro
tipos fundamentales de personas (figura 7 a,b,c,d)

El linfático, persona pesada con un abdomen
voluminoso, miembros gruesos y cara llena. Este individuo es de
movimientos lentos con un carácter plácido y calmado.
 

Figura 7a.

El sanguíneo, fuerte y grueso, tórax bien
desarrollado, rubicundo, de gestos espontáneos y
espíritu entusiasta.  

Figura 7b.

El nervioso, cabeza elongada en forma de pera, con un
extremo superior ancho y un amplio volumen cerebral
que contrasta con los otros. El cuerpo es delgado con una palidez
grisácea y una apariencia ansiosa y pensativa.
 

Figura 7c.

El biliar, tiene una cara rectangular, cejas rectas,
apariencia dominante y ardiente y una musculatura
prominente4.  

Figura  7d.

Naturalmente, la belleza no está limitada al tipo
sanguíneo o linfático, relegando a los otros a la
fealdad. La percepción de la belleza en los diferentes
tipos depende de factores raciales, étnicos, de
civilización e individuales. Además, la
generación y la moda pueden
contribuir a actualizar y favorecer en cualquier momento la
preferencia estética para una dirección específica determinada.
Pero la belleza dependerá básicamente de la
integración armoniosa de los principios estéticos
descritos anteriormente y de la importancia de los factores
psicológicos que pueden afectar la apariencia
estética14.

Nuestra introducción a la morfopsicología
estará orientada fundamentalmente a la evaluación
de la cara. Los ojos, la nariz y la boca ocupan las diferentes
zonas y determinan su importancia. La división segmental
de la cara en tres zonas llamadas zonas faciales permite
determinar el dominio de una
zona facial sobre la otra, indicando el tipo de actividad
preferencial. Particularmente, el estudio del significado de la
morfopsicología de la composición dentofacial tiene
para nosotros una importancia particular. La boca tiene un gran
significado, permitiendo, no solo la alimentación, con la
apreciación gustativa, sino también la
exteriorización de sonidos, palabras y expresiones. Una
definición del diseño
anatómico nos expresa una indicación valiosa por si
misma. Solo el diseño característico de su
normalidad constituye un ideal estético y una
característica morfopsicológica de equilibrio del
individuo13.

Por tanto, el objetivo de nuestro tratamiento es lograr
armonía facial a través de los procedimientos de
la odontología estética, donde tenemos
restauraciones perfectamente integradas con la biología bucal y el
complejo dentofacial15. Todo esto ilustra,
vívidamente, la importancia de la dimensión
psicológica emocional de la planificación del tratamiento de
odontología estética3.

En esta época de conciencia estética, los
pacientes quieren incrementar su autoimagen, autoestima o
autoconfianza a través del tratamiento
odontológico. Para el odontólogo los labios no
deben ser los límites de
nuestro trabajo.
Nuestro estudio debe incluir la interrelación de la cara
con la sonrisa y el complejo dentogingival. Alcanzar el
éxito, en cuanto a los resultados estéticos, se
basará en la evaluación apropiada que hagamos de la
relación existente entre los complejos facial, dentofacial
y dentogingival con la finalidad de lograr
armonía16.

El mapa de la cara sufre varios y progresivos cambios
durante la vida, indicando una reacción individual a los
eventos de la
vida y al carácter maduro. La práctica
clínica ampliamente ha demostrado que la influencia de
patologías bucales no solo acelera sino que acentúa
profundamente esos cambios morfológicos, causando una
percepción errónea de la morfopsicología y
la estética14.

Esto sugiere a nuestra profesión las
implicaciones de nuestros tratamientos en la restauración
de la apariencia facial, de manera tal que refleje ARMONÍA
ESTÉTICA Y EQUILIBRIO MORFOPSICOLÓGICO en
conformidad con las necesidades y deseos del paciente y con una
apariencia NATURAL14. Por ejemplo, la
composición de los dientes anteriores juega un papel
importante dentro de la estética porque su ajuste,
colocación arreglo y longitud determinan la personalidad
de un individuo. Así tenemos que los centrales superiores
grandes colocados vestibularmente, los laterales lingualizados y
caninos rotados (que muestran su superficie mesiovestibular) le
confieren al sujeto una aspecto masculino fuerte. La apariencia
delicada y femenina requiere de una composición dentaria
más fina11.

Los dientes en personas ancianas muestran ciertos
cambios físicos que afectan tanto su función
como su apariencia. Si la orientación de la sociedad es la
búsqueda de la juventud, sin importar la edad
cronológica, debemos, como odontólogos, desarrollar
la habilidad de crear sonrisas de apariencia
juvenil17.

En general, la única justificación para
ofrecer a las legítimas aspiraciones del individuo LA
BELLEZA es la importancia de lucir jóvenes de manera que
sus empleados, asociados y colegas asuman que ellos son
competentes. Por tanto, debemos orientar la odontología
hacia el logro de UNA APARIENCIA MÁS JUVENIL PARA AYUDAR A
MEJORAR LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA14, 16,
18.

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17. Morley J. The esthetics of anterior tooth aging.
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18.Lichter JA, Solomowitz BH, Sauco M, Sher M. NYSDJ
1999; diciembre 35-39.

Olga González Blanco. Odontólogo
U.C.V., Magíster Scientiarum en Odontología
Restauradora y Oclusión Universidad de
Michigan, Profesor
Asociado Facultad de Odontología U.C.V.
Ana Lorena Solórzano Peláez.
Odontólogo U.C.V., Especialista en Prostodoncia U.C.V.,
Profesor Contratado Facultad de Odontología U.C.V.
Rebeca Balda Zavarce. Odontólogo U.C.V.,
Magíster Scientiarum en Prostodoncia U.C.V., Profesor
Titular Facultad de Odontología U.C.V.

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