La etnobotanica de Pteridium aquilinum (L.) Kuhn en Venezuela y sus posibles riesgos asociados de carcinogenesis
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Resumen: En este trabajo se
presenta la etnobotánica de Pteridium aquilinum
(L.) Kuhn en Venezuela. El trabajo de
campo ha puesto de manifiesto la presencia de dos variedades y al
menos una forma ecotípica. Tomando como base la literatura reciente y los
resultados de las investigaciones
realizadas en todas las regiones montañosas del
país, sustentadas en colecciones intensivas y entrevistas,
la etnobotánica del género
Pteridium muestra una amplia gama de usos que sugieren un
alto riesgo de
carcinogénesis en humanos. Se recomiendan investigaciones
epidemiológicas y medidas preventivas en aquellas zonas de
alta incidencia del helecho, tales como los estados de la
región andina.
Palabras Clave: Pteridium aquilinum,
etnobotánica, riesgos de
carcinogénesis.
Abstract: The ethnobotany of Pteridium
aquilinum (L.) Kuhn in Venezuela and possible associated
carcinogenic risks. This paper presents the ethnobotany of
bracken (Pteridium Aquilinum (L.) Kuhn in Venezuela. Based
on recent literature and results of researches made in the
mountain ranges of theist country, the ethnobotany of P
aquilinum suggests that it is widely used in many ways, so
that it could have a high carcinogenic risk in humans. It is
recommended further epidemiologic research and preventive
measures in those areas of high incidence of this fem as for
example in the Venezuelan Andean regions.
Key Words: Pteridium aquilinum, ethnobotany,
carcinogenetic risks.
INTRODUCCIÓN
El género Pteridium es uno de los mejores
ejemplos de la respuesta del reino vegetal al uso inadecuado de
la tierra por
parte del hombre. De ser
una planta recesiva en su ambiente
natural, se ha transformado en la maleza más importante
del mundo, no sólo por su distribución sino también por lo
difícil de su erradicación. Su estrecha
relación con la actividad humana va más allá
de la era Neolítica (aprox. 15.000 años) cuando
comienzan a mostrarse los cambios en la vegetación producidos por los efectos del
fuego antropogénico usado para clarear los bosques
europeos (Sims, 1973). Es difícil sintetizar la historia subsiguiente de
esta larga relación «hombre-helecho »
(véase una extensa cronología en Rymer, 1976), pero
lo cierto es que para los inicios del siglo XVIII, el
género Pteridium se encuentra distribuido por casi
toda Europa y con una
etnobotánica que incluye usos tan diversos, que abarcan
diferentes aspectos de la tecnología (tintes,
fibras, material de construcción), medicina (astringente,
vermífugo), alimentación
(verdura, encurtidos, harina) y rituales mágico-religiosos
(Schery, 1954; Watt and Breyer- Bradwijk, 1962; Wile, 1978; Dos
Santos et al. 1986, 1987; Gómez y Rivera, 1987). En el
año de 1799, Humboldt (1975) en su escala en
Tenerife (Islas Canarias), anota que «la raíz de
Pteris aquilina sirve de alimento a los habitantes de La
Palma y La Gomera; la rayan hasta convertirla en polvo y la
mezclan con un poco de harina de cebada. Esta mezcla tostada, se
llama gofio».
La problemática asociada con la presencia de
Pteridium, va más allá del simple hecho de
ser una maleza en los cultivos. En la actualidad son numerosos
los trabajos que reportan una estrecha relación entre la
presencia de Pteridium en los potreros y la incidencia en
el ganado y otros animales de
granja de enfermedades agudas (Evans,
1986; Vuillaume et al. 1989), destacándose entre ellas la
hematuria enzoótica. Esta enfermedad está
caracterizada por hemorragias en la membrana de la vejiga
urinaria y en casos avanzados, por el desarrollo de
tumores en el mismo órgano. De igual manera, se ha podido
inducir una patología semejante en animales de laboratorio
mediante la inoculación de extractos del helecho (Fenwick,
1988).
Recientemente se han aislado varios de los compuestos
cancerígenos presentes en Pteridium
(Niwa et al.
1983; Hirono, 1986, 1990; Saito et al., 1989) y se ha
demostrado que algunos de dichos compuestos son transferibles a
la leche y otros
productos
secundarios (Evans et al. 1971; Evans 1972; Pamucku et al., 1978;
Istanbullouglo et al. 1981; Villalobos et al. 1990). Así
mismo, se ha sugerido que existe un alto riesgo de contaminación terciaria como resultado del
paso de los factores carcinogénicos a través de la
leche materna (Pamucku and Bryan, 1979).
Estudios realizados en Costa Rica
(Villalobos, 1985; Fenwwick, 1988) han sugerido una alta
correlación entre el consumo de
leche potencialmente contaminada con cancerígenos de
Pteridium y la presencia de los ambientes y los procesos de
desarrollo ganadero, los mismos autores plantean situaciones
iguales posibles para Colombia y
Venezuela.
En otras latitudes, como por ejemplo en Japón y
Nueva Zelanda, en donde las hojas tiernas, los cayados (frondes
circinados) y los rizomas son consumidos por los humanos, se han
encontrado evidencias de
su aplicación en la alta incidencia de cáncer
estomacal y esofágico presente en esas regiones (Hodge,
1973).
Al inocular animales de laboratorio con esporas de
Pteridium suspendidas en solución acuosa, Evans
(1986) logró inducir casos de leucemia y tumores
gástricos, poniendo en evidencia al menos dos compuestos
cancerígenos en esas estructuras
reproductivas.
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