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Estudio comparativo entre la neumocistografía, la cistografía de contraste positivo y la cistografía de doble contraste en perros (página 2)



Partes: 1, 2

 

INTRODUCCIÓN

La técnica radiográfica debe emplearse en
tanto sea evidente que su uso puede proporcionar información significativa, la que debe ser
considerada e interpretada en relación a los demás
antecedentes disponibles tales como examen clínico,
pruebas de
laboratorio y
otros exámenes específicos realizados al paciente
(Douglas y Williamson, 1975).

La signología en patologías del tracto
urinario inferior del perro, es decir, vejiga urinaria y uretra,
incluye hematuria, disuria, incontinencia urinaria y
micción frecuente. El examen físico puede revelar
dolor abdominal posterior, una pared vesical engrosada o una masa
palpable. Signos
sistémicos como fiebre o una
leucocitosis usualmente no están presentes en enfermedades del tracto
urinario inferior. Como técnicas
auxiliares de diagnóstico están la
cistografía, análisis de orina y cistoscopía que
pueden ser usados para poder definir
y localizar el proceso
patológico cuando tales signos clínicos
están presentes (O’Brien, 1978; Ettinger,
1989).

Algunos órganos o sistemas no se
reconocen en una radiografía normal de conjunto, porque la
densidad de
sus tejidos no
permite diferenciarlos de los contornos. A pesar de esto, el
diagnóstico radiográfico reviste a menudo una
importancia decisiva en la medicina
interna. Para poner de manifiesto los órganos internos en
una radiografía es preciso aislarlos de sus vecinos;
además con frecuencia es necesario aprovechar la capacidad
que tienen para alojar, almacenar o eliminar ciertas sustancias
químicas, de este modo no sólo se aprecia su
situación, tamaño y forma, sino que en muchos casos
puede determinarse también su capacidad funcional (Ficus,
1978; Thibaut y col., 1989).

Entre los órganos que pueden ser estudiados
radiográficamente se encuentran el riñón y
la vejiga (Windholz, 1976). La vejiga urinaria es un
órgano hueco, distensible y único que colecta la
orina proveniente de los riñones a través de los
uréteres, la que luego será expulsada a
través de la uretra (Miller, 1979). Está ubicada
inmediatamente craneal al pubis en la hembra, y al pubis y
próstata en el macho. Limita ventralmente con la pared
abdominal, dorsalmente con el recto y colon descendente en el
macho y con el útero y ligamento ancho en la hembra. La
vejiga está en una posición extraperitoneal, con la
mayor parte de su superficie cubierta por peritoneo visceral
(O’Brien, 1978). Su posición variará
dependiendo de la cantidad de orina que contenga, siendo
abdominal si la cantidad de orina provoca su distensión, o
bien sobre el piso de la pelvis si está vacía
(Kealy, 1979).

La vejiga es una estructura de
densidad radiográfica intermedia, identificable en las
radiografías por la superposición del omento
adyacente y la grasa peritoneal, apreciándose más
nítidamente si contiene orina. El omento y el intestino
delgado aportan una densidad mayor en la superficie craneal de la
serosa vesical; además las superficies caudal y ventral de
la vejiga son envueltas por tejido adiposo presente en los
ligamentos. Los planos musculares del muslo al sobreponerse al
cuello y cuerpo vesical en la vista lateral dan una imagen de
densidad superior (O’Brien, 1978; Schebitz,
1989).

Signos de patologías vesicales en
radiografías simples del plano abdominal incluyen cambios
en el tamaño, forma, posición o ausencia de sombra
vesical (O’Brien, 1978).

Para un mejor estudio radiográfico de la vejiga
se puede recurrir a la
administración de medios de
contraste, ya sea negativos, positivos o la combinación de
ambos (Kealy, 1979; Raw, 1986). Con ellos se pueden poner de
manifiesto hallazgos vistos en radiografías simples y
definir más claramente procesos
patológicos (O’Brien, 1978; Mendoza,
1987).

Como medio de contraste negativo se puede utilizar el
aire, el
óxido nitroso y el dióxido de carbono. Los
dos últimos son más solubles en la sangre y, por lo
tanto, es menor la posibilidad de causar una embolia gaseosa.
Estos medios de contraste no provocan irritación de la
mucosa vesical (O’Brien, 1978; Breton, 1986; Herrtage y
Dennis, 1987).

Los medios de contraste positivos incluyen el sulfato de
bario, el yoduro de sodio y agentes orgánicos en base a
yodo. El sulfato de bario estéril ha sido recomendado para
la cistografía debido a su propiedad de
adherirse a la mucosa, pero limitado en su uso debido a que un
reflujo podría causar a nivel renal una fibrosis
intersticial. Además, puede servir como material base para
la formación de cálculos vesicales y en el caso de
existir ruptura vesical podría causar una peritonitis
granulomatosa al caer en la cavidad abdominal (O’Brien,
1978; Ettinger, 1989). El yoduro de sodio tiene por inconveniente
que causa una gran irritación a la mucosa vesical,
pudiendo causar una cistitis química, espasmos de
la vejiga, irregularidades en la mucosa y una severa peritonitis
si hubiera ruptura vesical (O’Brien, 1978). Los agentes
orgánicos en base a yodo son los más recomendados,
los que usados en forma diluida no provocan irritación y
la inflamación es mínima o inexistente
(Osborne, 1972; O’Brien, 1978; Breton, 1986; Ettinger,
1989).

La indicación más frecuente para realizar
una cistografía es la presencia de sangre en la orina,
hematuria que puede ser intermitente o crónica y se
produce generalmente al final de la micción.
También la disuria, la sospecha de cálculos o la
palpación de una masa en el abdomen posterior. La forma
más fácil de localizar la vejiga en casos de
ciertas hernias inguinales y abdominales puede ser otra de las
indicaciones. Se recomienda también la cistografía
luego de un accidente, para descartar la posibilidad de una
ruptura vesical, igualmente en caso de incontinencia y
retención urinaria, y cuando se encuentra aumentado el
tamaño de la próstata (Breton, 1986; Ettinger,
1989; Lane, 1989).

Una cistografía directa o retrógrada puede
ser realizada de tres formas: usando un contraste negativo
(neumocistografía), contraste positivo (cistografía
de contraste positivo) o una combinación de ambos
(cistografía de doble contraste) (De Lahunta y Habel,
1986; Mendoza, 1987; Lane, 1989).

a) La neumocistografía se basa en aplicar aire,
dióxido de carbono u óxido nitroso a la vejiga,
vía uretra, con una sonda flexible y guardando las
medidas de asepsia. La cantidad de aire a introducir
dependerá del tamaño del animal. Permite
visualizar cálculos pequeños que no se observan
en una radiografía común y neoplasias (Osborne,
1972; Lane, 1989).

b) La cistografía de contraste positivo utiliza
material yodado diluido o sulfato de bario estéril, que
es aplicado a la vejiga por medio de un catéter hasta
que esté moderadamente distendida. Permite evidenciar
cálculos radiolúcidos, ulceración de la
mucosa vesical, divertículo vesical y ruptura de vejiga
(Osborne, 1972; O’Brien 1978).

c) La cistografía de doble contraste combina
medios de contraste positivo y negativo. Se inyecta un medio de
contraste yodado por un catéter a la vejiga, previamente
vaciada. Se masajea el abdomen para que el medio de contraste
alcance toda la mucosa vesical, luego se aplica aire hasta que
la vejiga quede tensa, permitiendo una demarcación de la
pared vesical que hace visible cualquier tipo de cálculo
y se consigue detalles de la mucosa vesical (Quick y Rendano,
1978; Kealy, 1979; Lane, 1989).

En el presente trabajo se
estudiaron comparativamente las tres técnicas
cistográficas, con la finalidad de demostrar qué
método
proporciona una mejor calidad
radiográfica, tomando como parámetros las
características de densidad, contorno y
tamaño.

MATERIAL Y MÉTODOS

MATERIAL BIOLOGICO. Se trabajó con 6 perros machos,
mestizos, clínicamente sanos, de 1 a 7 años de
edad, de 7 a 16 kg. Se prepararon con un ayuno de 24 horas y dos
enemas con agua tibia, 4
y 2 horas previas a la toma de las radiografías. Luego se
anestesiaron con tiopental sódico* en dosis de 20 mg/kg
vía vena cefálica, procediéndose a
cateterizar la vejiga por vía uretral con una sonda
estéril extrayéndose la orina.

Primer grupo.
Neumocistografía:
se aplicó aire a la vejiga
a través de la sonda por medio de una jeringa calibrada
hasta 250 cc. La dosis aplicada fue de 10 ml/kg.

Segundo grupo. Cistografía de
contraste positivo:
se realizó con los mismos perros
siete días después de finalizado el primer
estudio. Se aplicó el medio de contraste en base a yodo
vía catéter vesical, en concentración de
100 mg de yodo por ml y en dosis de 10 ml/kg (Breton, 1986). La
concentración requerida se obtuvo diluyendo la
solución original que aporta 282 mg/ml de yodo, con agua
destilada. Por cada ml de Hypaque M-60%** se agregó 1.82
ml de agua destilada.

Tercer grupo. Cistografía de doble
contraste:
se realizó siete días
después, aplicándose con una jeringa vía
catéter vesical 10 ml de medio de contraste en una
concentración de 150 mg de yodo por ml (se obtuvo
agregando 0.88 ml de agua destilada por cada ml de Hypaque
M-60%). Luego se masajeó el abdomen para lograr el
contacto del medio de contraste con la pared vesical,
seguidamente se administró aire a la vejiga a
través de la misma sonda en dosis de 10
ml/kg.

EXPOSICION RADIOGRAFICA. Una vez finalizada cada
técnica, se procedió a tomar una radiografía
en proyección lateral y una ventrodorsal, al minuto y 10
minutos de aplicados los medios de contraste, con un total de 24
placas en cada serie. Se usó una técnica
radiográfica de 8 a 15 mAs, con una distancia
foco-película de 85 cm, con variaciones de kilovoltaje
según el espesor del tejido a penetrar. Las placas fueron
reveladas en estanque.

ANALISIS RADIOGRAFICO. Las radiografías se
analizaron intra e intergrupos, evaluando su calidad mediante los
parámetros:

Radiodensidad: se determinó de
acuerdo a las distintas tonalidades que presentaron las
estructuras
a nivel vesical y se clasificaron en baja, cuando dio una
tonalidad negra, en intermedia cuando dio una tonalidad gris y
en alta si la tonalidad es blanca, según la menor o
mayor oposición a los rayos
X.

Contorno: se determinó por la
nitidez e integridad de la mucosa vesical,
clasificándose en liso o irregular.

Tamaño: se midió el largo
desde el punto más craneal del vértice vesical
hasta el punto más caudal del cuello vesical. Tanto en
la proyección lateral como en la proyección
ventrodorsal el alto y el ancho fueron medidos en la parte
media del cuerpo vesical. Los resultados fueron expresados en
centímetros.

Para evaluar la calidad radiográfica de los
diferentes métodos se
usó la estadística
descriptiva en base a cuadros, mostrando la distribución que tuvieron las respectivas
variables.

RESULTADOS

Los resultados de estas variables en cada técnica
radiográfica fueron estudiados por separado en ambas
proyecciones al minuto y a los 10 minutos, medida en tres zonas
de la vejiga: cuello, cuerpo y vértice. El número
máximo de observaciones por técnica es 18, lo que
no se alcanza debido a una modificación en el cuello
vesical, considerándose la zona como no diagnóstica
en algunos casos, lo que explica la variación de las
observaciones totales.

I. NEUMOCISTOGRAFIA (figs. 1 y 2)

Radiodensidad. La vejiga presentó, al
minuto de aplicada esta técnica en proyección
lateral, un predominio de radiodensidad baja, observándose
en 12 casos de un total de 15 (80%). En proyección
ventrodorsal sólo se observan 4 de 12 (33%).

A los 10 minutos se aprecia en proyección lateral
una mayoría de radiodensidad baja con 12 observaciones de
un total de 14 (86%), disminuyendo a sólo 4 de 12 posibles
(33%) en proyección ventrodorsal.

En ambos tiempos el número de observaciones
restantes está dado por radiodensidad
intermedia.

Gráfico 1.
Neumocistografía: número de observaciones con baja
radiodensidad al minuto y 10 minutos, en proyección
lateral y ventrodorsal.
Pneumocystography: observations with low radiodensity 1-10 min.
in lateral and ventrodorsal recumbency.

  

Gráfico 2.

Cistografía de contraste positivo: número de
observaciones con alta radiodensidad al minuto y 10 minutos, en
proyección lateral y ventrodorsal.
Positive contrast cystography: observations with high
radiodensity at 1-10 min. in lateral and ventrodorsal recumbency.
 

 Figuras 1 y 2.
Neumocistografía. Proyección lateral y
ventrodorsal.
Pneumocystography. Lateral and ventrodorsal
recumbency.

 Gráfico 3.
Cistografía de doble contraste: número de
observaciones con radiodensidad baja, intermedia y a lta, al
minuto y 10 minutos,
en proyección lateral y ventrodorsal.
Double contrast cystography: observations with low, medium and
high radiodensity at 1-10 min. in lateral and ventrodorsal
recumbency.

Gráfico 4.
Neumocistografía: número de observaciones con
contorno liso al minuto y 10 minutos, en proyección
lateral y ventrodorsal.
Pneumocystography: observations with regular outline at 1-10 min.
in lateral and ventrodorsal recumbency.

Contorno radiográfico. El contorno
radiográfico se observó predominantemente liso en
ambas proyecciones. Al minuto se apreció en la totalidad
de las 15 observaciones en proyección lateral y en las 12
observaciones realizadas en proyección ventrodorsal
(100%).

A los 10 minutos continuó el predominio de
contorno liso en proyección lateral, apreciándose
en las 13 observaciones, al igual que en las 12 observaciones
realizadas en la proyección ventrosorsal
(100%).

Tamaño radiográfico. En la
proyección lateral se aprecia que al cabo de 10 minutos en
los 6 casos (100%) aumentó el largo vesical, mientras que
en 5 casos (83%) disminuyó el alto. En la
proyección ventrodorsal se observa que en todos los casos
aumentan el largo y el ancho (100%).

II. CISTOGRAFIA DE CONTRASTE POSITIVO (Figs. 3 y
4)

Radiodensidad. Al minuto la vejiga
presentó un predominio de radiodensidad alta en
proyección lateral, con 15 observaciones de un total de 17
(88%), lo que predominó también en
proyección ventrodorsal con 13 observaciones de 16
posibles (81%).

A los 10 minutos continuó el predominio de alta
radiodensidad, tanto en proyección lateral como en
proyección ventrodorsal, con 12 observaciones de un total
de 16 posibles (75%).

Las observaciones restantes están dadas por
radiodensidad intermedia, en ambos tiempos.

  Gráfico 5.
Cistografía de contraste positivo: número de
observaciones con contorno liso al minuto y 10 minutos, en
proyección lateral y ventrodorsal.
Positive contrast cystography: observations with regular outline
at 1-10 min. in lateral and ventrodorsal recumbency.

 

Gráfico 6.
Cistografía de doble contraste: número de
observaciones con contorno liso al minuto y 10 minutos, en
proyección lateral y ventrodorsal.
Double contrast cystography: observations with regular outline at
1-10 min. in lateral and ventrodorsal recumbency.

Contorno radiográfico. Con esta
técnica el contorno radiográfico que
predominó al minuto fue el liso. En proyección
lateral se aprecia en 16 observaciones de un total de 17 (94%) y
en 14 de 16 (88%) en proyección ventrodorsal.

A los 10 minutos se aprecia el contorno liso en las 16
observaciones (100%) realizadas en proyección lateral y en
14 observaciones de un total de 16 (88%) realizadas en
proyección ventrodorsal.

Tamaño radiográfico. La
proyección lateral muestra que en 5
casos (83%) aumenta el largo vesical y en los 6 casos (100%)
disminuye el alto vesical. En tanto, en la proyección
ventrodorsal se aprecia que el largo aumenta en los 6 casos
(100%) y que el ancho aumenta en 5 casos (83%). 

III. CISTOGRAFIA DE DOBLE CONTRASTE (figs. 5 y
6)

Radiodensidad. Con esta técnica la vejiga
al minuto en proyección lateral presentó
radiodensidad alta en 3 casos de un total de 15 (20%),
radiodensidad intermedia en 5 de 15 (33%) y radiodensidad baja en
7 de 15 (47%). En la proyección ventrodorsal la
radiodensidad alta se presentó en 8 casos de un total de
16 (50%), la radiodensidad intermedia en 2 de 16 (12%) y la
radiodensidad baja en 6 de 16 (38%).

A los 10 min. se observó en proyección
lateral en 2 casos de un total de 13 (15%) la radiodensidad alta,
en 5 de 13 (39%) la radiodensidad intermedia y en 6 de 13 (46%)
la radiodensidad baja. La proyección ventrodorsal
presentó radiodensidad alta en 4 casos de un total de 15
(27%), radiodensidad intermedia en 5 de 15 (33%) y radiodensidad
baja en 6 de 15 (40%).

Contorno radiográfico. Al minuto el
contorno liso es predominante, apreciándose en 12
observaciones de un total de 15 (80%) en proyección
lateral y en 13 de 16 (81%) en proyección
ventrodorsal.

A los 10 minutos continuó el predominio de
contorno liso, viéndose en 11 casos de un total de 13
(85%) en proyección lateral y en 13 de 15 (87%) en
proyección ventrodorsal.

La diferencia en el número de observaciones de
los contornos radiográficos en cada técnica
está dada por contornos irregulares.

Cuadro 1.
Tamaño de la
vejiga expresado en cm 1 y 10 min. de iniciadas las
técnicas cistográficas: neumocistografía
(NC), contraste positivo (CP) y doble contraste (DC).
Proyección lateral izquierda medida en largo (l) por alto
(al).
Bladder size in cm at 1-10 min. in pneumocystography (NC),
positive contrast (CP) and double contrast cystography (DC) in
lateral recumbency length (l) by height (al).

    

 Cuadro 2.
Tamaño
de la vejiga expresado en cm. 1 y 10 min. de iniciadas las
técnicas cistográficas: neumocistografía
(NC), contraste positivo (CP) y doble contraste (DC).
Proyección ventrodorsal medida en largo (l) por ancho
(an).
Bladder size in cm at 1-10 min. in pneumocystography (NC),
positive contrast (CP) and double contrast cystography (DC) in
ventrodorsal recumbency length (l) by width (an).
 

  

 Tamaño radiográfico. En la
proyección lateral se aprecia un aumento del largo en 5 de
los casos (83%) y en el mismo número hay una
disminución del alto vesical. En la proyección
ventrodorsal se observa un aumento tanto del largo como del ancho
en los 6 casos estudiados (100%).

DISCUSIÓN

Radiodensidad. La radiodensidad se
manifiesta en las diferencias de tono y de contraste que
presentan las diversas estructuras anatómicas con respecto
a los órganos adyacentes. Una radiografía
diagnóstica ideal es aquella en la cual se detallan
claramente las diferentes estructuras orgánicas, con una
densidad adecuada y donde existe una correcta escala de
contraste (Kodak, 1961; Carlson, 1977; Thibaut y col., 1993). En
las placas radiográficas se pueden observar grados
variables de densidad, dependiendo de la naturaleza del
contenido de los órganos huecos (Kealy, 1979). Un problema
en la interpretación de las radiografías
ocurre cuando la densidad es equivalente a la de los tejidos
blandos (O’Brien, 1978; Thibaut y col., 1992).

Figuras 3 y
4. Cistografía de contraste positivo.
Proyección lateral y ventrodorsal.
Positive contrast cystography. Lateral and ventrodorsal
recumbency.

Figuras 5 y
6
. Cistografía de doble
contraste. Proyección lateral y ventrodorsal.
Double contrast cystography. Lateral and ventrodorsal
recumbency.

 Los gases son de
bajo número atómico y como medio de contraste son
más permeables a los rayos X que los tejidos,
proporcionando así un contraste negativo (Breton, 1986).
Debido a esto en la neumocistografía habrá un
predominio de baja densidad. Analizando la técnica
neumográfica se aprecia que la densidad sufre alteraciones
según el sector vesical observado. En la vista lateral hay
interferencia de la musculatura del muslo, lo que pone de
manifiesto una densidad intermedia en la zona del cuello vesical.
En la proyección ventrodorsal la interferencia es
provocada tanto por las vérbebras sacrales como lumbares,
poniendo de manifiesto la densidad intermedia a nivel del cuerpo
y vértice vesical (O’Brien, 1978).

Al analizar la cistografía con contraste
positivo, donde se utilizó un elemento de alto
número atómico como el yodo que absorbe una alta
proporción de rayos X, se ve el predominio de alta
densidad especialmente a nivel de vértice y cuerpo
vesical. En el cuello vesical la densidad varía entre
intermedia y alta, con predominio intermedio a los 10 minutos
debido a la presencia de una fina capa del producto
yodado que queda en la zona luego del desplazamiento por gravedad
del medio de contraste hacia el cuerpo y vértice de la
vejiga (O’Brien, 1978).

En la cistografía de doble contraste se emplearon
ambos medios de contraste: positivo y negativo, lo que
permitió encontrar las tres densidades posibles en el
estudio radiográfico (Raw, 1986). El medio de contraste en
una concentración de 150 mg de yodo por ml se adhiere a la
mucosa vesical otorgando una línea radioopaca. Luego, al
aplicarse aire a la vejiga, se distiende ésta y predomina
la densidad baja a nivel del vértice. En el cuerpo vesical
se acumula el medio de contraste sobrante, dando una zona
radioopaca circular en la parte más baja, que es rodeada
por una zona de densidad baja producto del aire aplicado
(Mahaffey y col., 1989). A nivel del cuello, en la vista lateral
predomina la densidad intermedia debido a la pequeña
cantidad de medio de contraste que alcanza hasta esta zona. En la
proyección ventrodorsal predomina al minuto, a nivel del
cuello vesical, la densidad alta, pero ya a los 10 minutos ocurre
nuevamente un desplazamiento del medio de contraste hacia el
cuerpo vesical, quedando una fina capa que es la que otorga la
densidad intermedia (Mahaffey y col., 1984).

Contorno radiográfico. Los exámenes
radiográficos específicos proporcionan datos acerca del
grosor, forma y posición de las estructuras
radiografiadas; además sirven para delimitar los
órganos huecos, siendo posible observar irregularidades o
defectos de sus contornos. En las radiografías normales de
abdomen, la vejiga se observa con una pared delgada y contornos
lisos, si bien es difícil diferenciarla de tejidos vecinos
(O’Brien, 1978). Aunque la metodología cistográfica no
está estandarizada, una recomendación normal es la
que la vejiga esté distendida para eliminar los hallazgos
falsamente positivos de irregularidades de mucosa y aumento de
grosor de su pared. La dosis de 10 ml/kg de medio de contraste
produce una distensión total de la vejiga, por lo que se
eliminan las irregularidades normales de la mucosa que
podrían ser confundidas con masas intramurales (Mahaffey y
col., 1989).

La neumocistografía no es una técnica que
detalle muy nítidamente la mucosa vesical ni que demuestre
defectos en el lumen de la vejiga (Rhodes, 1967; Herrtage y
Dennis, 1987). Se pudo apreciar, al igual como la describe
O’Brien (1978), una superficie mucosa lisa y una pared
vesical con aproximadamente 1 mm de grosor. Si bien es una
técnica sin costos mayores y
fácil de realizar, no delimita bien los contornos del
cuello vesical y a nivel del cuerpo en la proyección
ventrodorsal las paredes se confunden con las alas del ilion
(O’Brien, 1978).

La cistografía de contraste positivo es la
técnica que mejor demuestra la localización de la
vejiga, además pone de manifiesto tanto en
proyección ventrodorsal como lateral el cuello vesical y
el primer tercio de la uretra. Con esta técnica hay una
pequeña discriminación hacia las posibles
irregularidades de los contornos que se encuentran principalmente
a nivel del vértice vesical (O’Brien, 1978; Mahaffey
y col., 1984).

La cistografía de doble contraste es la
técnica de elección para demostrar
patologías de la pared vesical, cambios en la mucosa y la
presencia del divertículo vesical, debido a la capa de
medio de contraste que se adhiere a la mucosa, con lo que el
contorno del órgano queda fácilmente expuesto en
una radiografía de abdomen (Lane, 1989). El resto de medio
de contraste que se encuentra en el cuerpo vesical pondrá
en evidencia pequeños cálculos radioopacos y
radiolúcidos que no pueden ser detectados por otra
técnica radiográfica. Este método requiere
más tiempo para
ser realizado pero es recomendado para demostrar la
mayoría de las patologías vesicales (O’Brien,
1978; Mahaffey y col., 1989).

Tamaño radiográfico: El
tamaño de la vejiga evidenciado radiográficamente
depende directamente de la cantidad de medio de contraste
administrado, del grado de distensión y vaciamiento del
intestino y de la posición del paciente al momento de la
toma radiográfica (O’Brien, 1978). Las alteraciones
del tamaño o volumen de un
órgano pueden deberse a hipertrofia, hiperplasia,
neoplasia, anomalías congénitas, fijación
inadecuada o desplazamiento pasivo de una víscera
adyacente (Windholz, 1976). Es importante realizar enemas previo
a la toma de radiografías para que no se produzca una
alteración, no sólo del tamaño, sino
también de la densidad y de las posibles anomalías
que pueden presentarse (Lane, 1989). La vejiga adopta una forma
de pera al minuto de realizada la técnica, pero ya a los
10 minutos se altera su forma debido a un acomodamiento en la
cavidad abdominal. En la vista lateral se ve una
disminución de la altura debido a la presión
ejercida por el colon descendente, producto de los movimientos
peristálticos (Miller, 1979).

El tamaño vesical también dependerá
de la cantidad de medio de contraste que se encuentre dentro de
la vejiga y del grado de relajación o contracción
al momento de la toma radiográfica. A medida que se
introduce el medio de contraste se produce una relajación
de la vejiga, formando un reservorio de baja presión donde
el contenido puede acumularse gradualmente. Este fenómeno
de llenado de la vejiga va acompañado de una
relajación del cuello vesical y primer tercio de la
uretra, producido forzadamente por la presencia de la sonda
uretral. Así se pudo encontrar medio de contraste en la
zona, lo que delimitó muy bien el cuello vesical, siendo
esto muy útil para diagnosticar un aumento de
tamaño de la próstata. Es importante señalar
que en algunos casos la relajación del primer tercio de la
uretra se realiza por un corto tiempo, para luego producirse una
fuerte contracción de la musculatura lisa que forma el
esfínter interno, haciendo que esta zona se altere y haya
sido considerada radiográficamente no diagnóstica
para este estudio. Así se explica que la cantidad de
observaciones realizadas en el cuello vesical, tanto en densidad
como en contorno, no coincidió con el máximo de 6
observaciones posibles hechas en cada proyección
(Ettinger, 1989).

Del análisis de las variables estudiadas se puedo
establecer que:

  • La neumocistografía es la técnica
    más simple y que permitiría entregar mejores
    resultados sobre la presencia de cuerpos
    radioopacos.
  • La cistografía de doble contraste es la
    técnica que mejor expone la mucosa vesical.
  • La cistografía de contraste positivo es la
    técnica que mejor demuestra la posición de la
    vejiga.
  • La proyección lateral es la que detalla mejor
    los contornos de la vejiga.
  • Para el diagnóstico radiográfico es
    necesaria la toma de ambas proyecciones.

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J. THIBAUT1, M.V.; E. PARADA1,
M.V.; L. VARGAS2, M.V., Dr. Med. Vet.; R.
DEPPE1, M.V., Dr. Med. Vet.; R. BORN, Med.
Cir.3
1. Instituto de Ciencias Clínicas
Veterinarias.
2. Instituto Anatomía Veterinaria,
Universidad Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
3. Servicio de
Salud
Valdivia.

Partes: 1, 2
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