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El significado de la formación integral en estudiantes de último semestre de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle, 2002 (página 2)



Partes: 1, 2

 

EL CONCEPTO DE
FORMACIÓN INTEGRAL EN LA UNIVERSIDAD DEL
VALLE

En los documentos
curriculares de la Universidad del Valle en 1986 aparece el
término formación integral como una nueva forma de
preparación del estudiante para su ejercicio como
ciudadano y como profesional3. En 1989 a través
del Acuerdo 003 la Universidad del Valle, se adopta
institucionalmente el concepto de «formación
universitaria integral como principio orientador del proceso de
formación».

Posteriormente en el Acuerdo 001 de 19934, la
Universidad del Valle plantea y adopta la formación
integral como «principio orientador del proceso de
formación y el de flexibilidad curricular, como una
estrategia
global, para lograr la formación de un profesional
integral». Este acuerdo busca en el nuevo currículo una formación
personalizada, por el cual el estudiante aprende a aprender;
sustituye el modelo de
educación
bancaria, memorística y pasiva, donde tanto el profesor como
el estudiante son simples antenas
repetidoras y lo reemplaza por un modelo de educación
personalizado crítico y activo.

Lo anterior está muy relacionado con lo que
dijera el filósofo alemán Martin Heidegger
«Enseñar es más difícil que aprender,
porque enseñar significa dejar aprender».
Universidad del Valle, Acuerdo 001 de 1993.

La Universidad del Valle define el principio de
formación integral como el proceso de
«enseñar a pensar»; «enseñar a
aprender»; «enseñar a ser y estar». Esto
implica el desarrollo de
diversas estrategias, que
incluyen el fomento de la creatividad,
el sentido de responsabilidad, el fomento de la independencia
en la búsqueda del conocimiento,
la incentivación de un acercamiento interdisciplinario
hacia el saber y la posibilidad del desarrollo de las
aspiraciones individuales5. Asimismo con la
flexibilidad curricular se propone disminuir el tiempo de las
clases presenciales, para que el estudiante realice otras
actividades (culturales, deportivas, recreativas, etc.) que le
permitan formarse integralmente, aprendiendo a cumplir un
reglamento, aprendiendo a ganar, a perder, a competir, a ser
tolerante, a trabajar en grupo, a
resolver conflictos.

El Acuerdo 001 de 1993 plantea «garantizar por
encima de cualquier tendencia profesionalizante, una
formación integral que al tiempo que le permita al futuro
profesional un adecuado desempeño, lo convierta en un ciudadano con
conciencia
crítica, comprometido éticamente con
el país y con la región…»

Este acuerdo no motivó en la práctica el
interés
de los académicos por ampliar las experiencias
curriculares y pedagógicas que contribuyeran a la
formación integral de los estudiantes. Factores como la
falta de decisión política, la
fragmentación de las unidades académicas y la
discusión indefinida sobre estos conceptos hicieron
difícil el éxito
de la reforma originada en las políticas
del Acuerdo 001 de 19936.

Actualmente la Universidad del Valle, reafirma su
interés de formar integralmente a sus estudiantes a
través del Acuerdo 009 de junio de 20007, donde
se define la formación integral «como el
estímulo de las diversas potencialidades, intelectuales,
emocionales, estéticas y físicas del estudiante, a
partir del ofrecimiento, en el currículo expreso o formal
y en el clima cultural de
la Universidad, de experiencias formativas que amplíen su
horizonte profesional y su desarrollo como ser humano y
ciudadano».

Los anteriores acuerdos muestran el marco normativo
escrito, que ha tenido la Universidad para formar integralmente a
sus estudiantes. Asimismo, en Colombia el
Decreto 1419, Artículo 3 de 1976 define entre otros
objetivos de
la
educación colombiana el desarrollo equilibrado del
individuo y de
la sociedad; la
promoción de la participación
consciente y responsable de la persona como
miembro de la familia y
el grupo social.

Posteriormente la Ley 80 de
19808 reguló la educación
superior durante esa década y contempló la
formación integral en los artículos 4, 30 y 31, los
cuales se refieren a «la formación universitaria se
caracteriza por un amplio contenido social y humanístico y
por el énfasis en la fundamentación
científica e investigativa». La misma Ley 80 en el
Decreto 3191 menciona la formación general como uno de los
ingredientes de la educación postsecundaria en Colombia
definida como «formar integralmente y abarcar todo el
espectro de las capacidades y posibilidades del ser
humano»9.

En la década siguiente, la Constitución colombiana de 1991 en su
artículo 67 dice: «Corresponde al estado regular
y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la
educación con el fin de velar por su calidad, por el
cumplimiento de sus fines y por la mejor formación
moral,
intelectual y física de los
educandos… La educación formará al colombiano en
el respeto a los
derechos
humanos, a la paz y a la democracia y
en la práctica del trabajo…»10.

La Ley 30 de 199211, por la cual se consagra
entre sus principios la
formación integral al establecer en su Artículo
1º que «la educación superior es un proceso
permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades
del ser humano de una manera integral…»

El Artículo 6 de la misma ley menciona entre los
objetivos de la educación superior el de profundizar en la
formación integral de los colombianos, dentro de las
modalidades y calidades de la educación superior,
capacitándolos para cumplir las funciones
profesionales, investigativas y de servicio
social que requiere el país.

De manera similar otras universidades plantean en sus
misiones, principios y proyectos
educativos, la formación integral como elemento
fundamental de la formación profesional; es así
como desde 1981 la Universidad de los Andes, Bogotá,
creó un proyecto de
currículo básico o «nuclear» cuya
justificación es que en cada curso «más
importante que la transmisión de conocimientos, es la
captación de problemas, el
planteo de interrogantes, el dominio de los
métodos,
la perspectiva del conjunto, el no perder con todos ellos de
vista su finalidad última: la formación integral
del estudiante»12.

La actual misión de
la Universidad de los Andes reza:

«La Universidad de los Andes, por ser una
institución autónoma e independiente, propicia el
pluralismo, la diversidad, el diálogo,
el debate, la
crítica, la tolerancia y el
respeto por las ideas, creencias y valores de sus
miembros. La Universidad busca la excelencia académica e
imparte a sus estudiantes una formación crítica y
ética
que afiance en ellos la conciencia de sus responsabilidades
sociales y cívicas, así como su compromiso con el
análisis y la solución de los
problemas del país. Para lograr tal fin, la Universidad de
los Andes desarrolla y pone en práctica
metodologías de avanzada en la docencia y la
investigación, orientadas a que el
estudiante sea el principal agente de su formación y
resuelva los problemas que se le presenten con creatividad y
responsabilidad. Asimismo, propicia el ambiente
interdisciplinario flexible esencial para la integración de las artes, las ciencias, la
tecnología
y las humanidades, estimulando la formación
integral»13.

La Universidad Javeriana define la formación
integral como «el desarrollo armónico de todas las
dimensiones del individuo»14.

La misión de la Universidad Antonio Nariño
plantea «Contribuir a la formación integral del
hombre y el
desarrollo del conocimiento, mediante programas de
docencia e investigación que lleven a la
preparación de los profesionales, humanistas y
técnicos que requiere el
país»15.

La misión de la Fundación Universitaria de
Popayán reza: «contribuir a la formación
integral de personas que comprometan sus esfuerzos en el desarrollo
sostenible de la región y del país, sobre la
base del respeto mutuo y la defensa de los valores y
la ética»16.

La Universidad de Cartagena tiene como misión
«Es un centro generador y transmisor de conocimientos
científicos, tecnológicos y humanísticos,
formadora de profesionales de alta calidad, tolerancia,
capacitados para promover el desarrollo integral de la
región y del país y de competir exitosamente en el
ámbito internacional». Dentro de sus principios
menciona la formación integral «la cual vela porque
sus estudiantes desarrollen un espíritu reflexivo
orientado al logro de su autorrealización, en un campo de
libertad de
pensamiento,
de expresión, de cátedra, de pluralismo
ideológico y de respeto por todas las manifestaciones
culturales»17.

En sus principios la Universidad Católica de
Manizales18, dice: «Favorecer la
valoración absoluta de la persona, la valoración
del saber cotidiano y del saber científico, el rescate de
la singularidad de la persona como un ser único e
irrepetible, la capacidad de ser original y autónomo, la
toma de conciencia respecto a sí mismo y al mundo en que
se habita».

La idea de la reforma curricular no está aislada
del contexto de América
Latina y el mundo; surgió en un esfuerzo de
modernización como lo menciona Rollin «que busca
implantar en las universidades latinoamericanas la
transformación que tuvo lugar en el siglo XIX en las
universidades de los países
desarrollados»19. En América
Latina, anterior al informe Delors la
educación superior se caracterizó por un sistema orientado
a la enseñanza, en segundo lugar dirigido por
entero hacia la formación profesional, y ausente el ideal
de «bildung (formación), se refiere al concepto
alemán de proporcionar una formación cultural
amplia a través de la
universidad»20.

La formación integral según
Orozco21 debe permitir ligar los contenidos de la
enseñanza, a sus contenidos con su pasado, con su
significación cultural, ética y estética, buscando fortalecer la capacidad
humana de comunicación, de narración, de
lectura y
escritura
frente al ruidoso vacío intelectual, por un lado, y a la
retirada de la literatura hacia las
vitrinas de los museos, por otro.

En 1996 la
Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y
la Cultura
(UNESCO) organizó en Kingston la VII Conferencia de
Ministros de Educación y la VI Reunión del
Comité Intergubernamental del Proyecto Principal de
Educación en América Latina y el Caribe. Esta
conferencia adoptó los principios y presupuestos
del informe de la UNESCO sobre educación para el siglo
XXI, llevando a cabo una reflexión sobre los
desafíos que se deberán enfrentar en función de
las exigencias de «una educación para todos a lo
largo de toda la vida» y la creación de una cultura
de paz basada en la práctica de la tolerancia, la
aceptación de las diferencias y la búsqueda de una
solución pacífica de los conflictos. Las
conclusiones de esta reunión estuvieron en consonancia con
principios fundamentales derivados de otras reuniones
internacionales como la Conferencia Mundial sobre Necesidades
Educativas Especiales: Acceso y Calidad, 1994; Conferencia
Mundial sobre la Mujer
realizada en Beijing en 1995; la Cumbre Mundial Sobre Desarrollo Social
en 199521.

La formación integral en el mundo. Todas
las sociedades,
desde las más primitivas hasta las más organizadas
como la griega y los estados modernos, han reconocido el papel
insoslayable e insustituible de la educación y dentro de
la educación la formación integral, entendida como
aprender a pensar y no sólo la recepción de
información con carácter científico y humano. Pero
no todas han tenido el mismo éxito en el crucial reto que
significa atender una auténtica educación en
función de las necesidades vitales del desarrollo del
hombre y de su entorno.

El ideal educativo griego está enmarcado en la
palabra arete (mérito, fuerza,
calidad sobresaliente a desarrollar o construir en el hombre),
cada arete tenía su método
pedagógico paideia y se buscaba en general una
armonía unitaria definida como un equilibrio en
lo físico y en lo espiritual. Este concepto significaba
aquel proceso a través del cual el hombre desarrollaba
todas sus facultades en función de su propia
espiritualidad y en función del entorno social y natural
con el que estaba conectado22.

Existen dos conceptos más en el concepto de la
paidea: lo personal y lo
social. La esencia del hombre no se alcanza en el ámbito
individual, sino sólo a través de la polis*. Es en
ella donde la persona desarrolla de una manera armónica
sus conocimientos, habilidades y
virtudes23.

* La polis según los griegos era el tipo ideal de
sociedad humana. La cultura griega
encontró en la polis su forma más peculiar y
completa, razón por la cual describir la ciudad griega
equivale a describir la vida de los griegos en su
totalidad.

La paidea tenía dos ámbitos distintos que
debían complementarse; por el lado de la formación
teórica, el hombre debía autoconocerse, aprender a
comprender sus limitaciones y también conocer y adaptarse
a las normas objetivas,
que proceden del cosmos; además debía conocer los
objetivos y medios, que
están a su disposición dentro de ese ordenamiento
universal. Por el lado práctico, la paidea orientaba hacia
la consecución y realización de los objetivos, que
el individuo reconocía como derivados de ese ordenamiento
universal. De ambos enfoques derivaban principios,
hábitos, habilidades, equilibrio, mesura y virtudes. La
paidea en consecuencia formaba las potencialidades del cuerpo y
del alma para la
vida; formaba carácter y creaba actitudes; en
lenguaje
actual realizaba formación integral24. La
formación integral no es un concepto nuevo, fue un modo de
vida en la sociedad griega bien relacionado con el ordenamiento y
el desarrollo social de la época.

La educación humanística. Los
romanos fueron los primeros en reconocer los alcances y ventajas
del ideal educativo de la paidea, al que asignaron el concepto de
«humanitas». Fue la formación mediante la cual
el imperio garantizó a los ciudadanos la libertad, la
dignidad y la
paz para todos. Varios siglos después, con la gran
revolución
cultural y el renacimiento a
la edad moderna,
se produjo un nuevo acercamiento al ideal humanístico. Fue
un regreso a los clásicos griegos y romanos. Este ideal
humanístico fue designado con el término
«studia humaniora», o «studia humanitis»,
o «studia inferiora o gymnasium», que
comprendía tanto el estudio de la poética como el
de la retórica. La educación humanística era
por esencia científica y las universidades clásicas
como Padua, Salamanca, París, Heildelberg y Oxford,
tenían la misión de ofrecer esta formación
humanística integral24.

RESULTADOS

Se describen las concepciones sobre formación
integral que tienen los estudiantes de último semestre de
la Facultad de Salud de la Universidad del
Valle. Los estudiantes de último año de las siete
carreras de la Facultad de Salud, conciben la formación
integral en tres dimensiones: la primera y la más
arraigada en el grupo estudiantil; se refiere a la
formación que reciben no sólo en lo profesional,
sino en lo personal, con un componente humanístico y
social, continuando la formación iniciada en el hogar y en
los dos niveles anteriores: primaria y bachillerato.

El aspecto personal tiene dos componentes en sus
definiciones, uno está ligado a las relaciones con los
pacientes, su trato, la
comunicación, y el proporcionar salud de la mejor
manera posible; tratar al paciente como quisiéramos que
nos trataran a nosotros, no tener en cuenta sólo la parte
biológica, sino también la parte emocional y todos
los aspectos de la vida humana.

El otro aspecto de este primer enfoque está
relacionado con los valores que deben de caracterizar a un buen
ciudadano y a un buen profesional. Valores como la honestidad, la
sinceridad, la puntualidad, la responsabilidad, para aplicar y
vivenciar no sólo en su profesión sino en su vida
diaria.

La segunda dimensión de formación integral
para un estudiante tiene que ver con saber de todo un poco, que
le permita entender un problema desde diversos
ángulos.

La tercera dimensión de formación integral
esta enfocada en la relación de la teoría
con la práctica y cómo estas dos actividades se
pueden interrelacionar entre sí.

Asimismo, en las concepciones sobre formación
integral de los estudiantes de último semestre de la
Facultad de Salud el trascender de lo individual a lo colectivo
lo considera una prioridad en su formación.

A continuación algunas definiciones que dan
soporte a las anteriores afirmaciones:

«Bueno para mí formación integral es
una serie de aportes que el educador brinda al estudiantes no
sólo para capacitarlo profesionalmente, sino para
prepararlo en la vida, para asumir responsabilidades, para
afrontar circunstancias, para relacionarse con otras personas,
para desempeñarse no sólo como profesional,
adecuado y eficiente, sino como un ser humano que pueda responder
a las necesidades del medio, de la comunidad que lo
necesite».

La mayoría de los estudiantes de los siete
programas académicos de la Facultad de Salud que
participaron en el estudio, consideran la formación
integral como el desarrollo de lo profesional y de lo personal,
ligado al compromiso con el desarrollo social.

«Para mí, un ser íntegro es una
persona que es capaz de interactuar con la demás gente,
que esa persona pueda demostrar valores, que es una persona que
está hecha para ayudar a las personas, que es una persona
que puede jugar un papel muy importante en la sociedad,
orientando siempre hacia la mejora de las condiciones sociales de
la gente».

Esta definición da énfasis a los valores y
a la ayuda que debe dar a las demás personas,
además reconoce el papel y el compromiso consigo mismo y
con la sociedad.

«Es como saber de todo un poco, que uno no
sólo sepa lo de uno, sino que pueda saber que hacen los
demás que son profesionales también, entender
cómo son las relaciones que le afectan a uno como algo
grande, por ejemplo el país, coger e interpretar eso para
poder dar
razones a algo que en cualquier momento le pueda afecta a uno;
esto es lo que es formación integral, no casarse con una
sola cosa sino tener varias visiones».

Para este estudiante la formación integral es
saber de todo un poco y conocer que hacen las diversas
profesiones, entender la relación de diversas variables
entre sí, que le permita tener una visión
más amplia del contexto y relacionar no sólo el
contexto local sino nacional.

Si la formación integral es el eje horizontal del
currículo, es un concepto que debe estar muy bien
cimentado e interiorizado en cada uno de los
estudiantes.

«Una formación integral sería una
formación tanto en la parte clínica como en la
parte práctica y la teoría, pero además no
debemos olvidarnos de una relación muy buena con nuestro
paciente, que es en sí la persona que va a estar en
contacto con nosotros cuando ya ejerzamos nuestra
profesión; entonces me parece muy importante las
relaciones personales».

Esta definición de formación integral
relaciona la teoría con la práctica, teniendo como
centro las relaciones personales centradas en el paciente, que
como profesionales de salud deben desarrollar como elemento
central de su quehacer profesional. La siguiente
concepción de formación integral está
concebida desde la relación teoría
práctica:

¿Tienes alguna experiencia específica
donde hayas aplicado el concepto de formación
integral?

«Más que todo la práctica en el
hospital, donde muchas veces se limita a la parte clínica,
entonces hay profesoras que se preocupan mucho por eso, no
sólo que miremos al paciente, su parte física, si
no que indaguemos, y nos han hecho reflexionar mucho sobre eso,
indagar todo el entorno a la persona, su parte emocional con su
familia, su
condición económica, y tratar de aplicar un
poquitíco los conocimientos como de sicología por
decirlo así».

Además cuando se habla de formación
integral algunos estudiantes consideran que se hace un gran
énfasis a lo biológico dejando de lado lo social;
formación integral cuando se trata de lo social, de lo
sicológico eso es extracurricular, eso cuádrelo con
el paciente y la familia.

Seguido de la definición de formación
integral dada por los estudiantes, algunos comentaron la poca
relación que tiene el concepto como hilo conductor en
todas las actividades de los programas académicos, que
permita visualizar la formación integral de una manera
única como eje vital y horizontal del currículo. De
otra parte consideran que el concepto de formación
integral se debe hacer más operativo en todas las acciones que
se realizan en el programa y en
general en la universidad, porque como mencionan los estudiantes,
formación integral es aprender a escuchar, que el
estudiante pueda expresarse libremente sin tener
seña-lamientos, porque formación integral es ser
transparentes y no personalizar las cosas; consideran que existen
profesores que personalizan los aportes que hacen los estudiantes
o después toman represalias contra ellos.

Así como los estudiantes conciben la
formación integral, así la vivencian en el aprendizaje de
su profesión, la mayoría la conciben como el
avanzar en el desarrollo
personal y profesional entendiendo desarrollo personal, la
ma-nera como cada día el ser humano avanza en la construcción de ser persona, y desarrollo
profesional el avance diario en su construcción
profesional.

Los estudiantes que tienen concepciones diferentes sobre
formación integral, posiblemente son reflejo de lo que han
vivenciado en sus programas, reflejo de la organización curricular, las
enseñanzas que han recibido de sus docentes y de
las experiencias académicas que han tenido.

La formación integral como principio fundamental
en un currículo además de ser aprendido, debe ser
desarrollado y procesado en la comunidad académica
dispuesta a pensar, sentir y actuar de una manera coherente con
el concepto.

DISCUSIÓN

La formación integral, es un principio que rige
el currículo de los programas académicos de la
Facultad de Salud de la Universidad del Valle, consignado en el
Acuerdo 001 de 1993 y en el Acuerdo 009 de 2000. Este
último define formación integral como El desarrollo
del talento y de las capacidades creativas y de
autorrealización del estudiante, en cuanto a profesional,
persona y ciudadano, en sus dimensiones cognitivas, afectivas,
éticas, estéticas y políticas, lo que
coincide con la descripción del concepto que hace la
mayoría de los estudiantes de la Facultad de Salud. Pero
más que un concepto, la formación integral debe
convertirse en una vivencia presente en todas las actividades
académicas y puntos de encuentro
docente-discente.

La formación integral tiene una relación
directa profesor alumno. Campo y Restrepo25 mencionan
cómo cuando la organización educativa busca la
formación integral de las personas, la relación
profesor-alumno debe ser ejemplar, «modelo de» y
«modelo para» pensar y entender las demás
relaciones en todos los ámbitos de la cotidianidad, del
trabajo entre colegas, entre los diferentes niveles
jerárquicos, entre la academia y la
administración. Estas son características del
maestro que aportan a la formación integral, según
los estudiantes de la Facultad de Salud.

En un estudio del Convenio Andrés
Bello26 realizado con jóvenes de los segmentos
socioeconómico alto, medio y bajo, del área urbana
y rural, del nivel de escolaridad primaria, bachillerato y
universitaria en cinco países Latinoamericanos, Chile,
Argentina, Colombia, Perú y Venezuela, uno
de los temas tratados fue el
aporte a la formación integral que recibieron los
jóvenes universitarios entre 18 y 23 años. Los
jóvenes colombianos en dicho estudio opinaron que les
gustaría que la educación contribuyese de una
manera más eficiente a su formación integral como
personas, para desarrollar y afianzar sus capacidades
relacionadas con los valores de la convivencia y del crecimiento
personal «aprender a ponerse en los zapatos de los
demás». Los jóvenes colombianos sienten que
la universidad les da conocimientos, destrezas mentales y
aptitudes para el trabajo,
pero que no los está formando como seres humanos integrales.

Ribeiro27 habla del nuevo paradigma de
la educación como una educación holística,
definiendo esta como una relación de conciencia con la
realidad; es un lugar donde se reúnen las cosas que no
tienen lugar para ser reunidas. Es aquella integración
armoniosa cuando se tiene un concepto para una práctica y
una práctica para un concepto, porque la educación
acontece y converge dialécticamente en una totalidad
existencial. Estas afirmaciones están en concordancia con
el nuevo paradigma de la educación, concebida como una
educación holística e integral, donde la
educación no es la sumatoria de una serie de asignaturas,
sino un todo para formar al individuo como un ser racional,
crítico, democrático, tolerante, humano e
intelectual, integrando lo que se aprende con el
contexto.

REFERENCIAS

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1993. Cali: Universidad del Valle; 1993.

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Documento. Cali: Universidad del Valle; 1998.

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11. Congreso de la República de Colombia. Ley 30
de 1992. Bogotá: Congreso de la República de
Colombia; 1992.

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14. Campo R, Restrepo M. Formación integral en la
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Javeriana. Revista
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http://www.uanarino.edu.co

16. Fundación Universitaria de Popayán;
2001. http://www.fup.edu.co

17. Misión Universidad de Cartagena; 2001.
http://www.unicartagena.edu.co

18. Universidad Católica de Manizales.
http://www.ucatolicamz.edu.co

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comparativos. México;
Fondo de Cultura Económica; 1996. p. 12.

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americano. Bol UNESCO 1998; 45: 33-50.

22. Monroy L. La estructura del
ser humano como fundamento de la educación en lo superior
y para lo superior. Colección Edición
Previa. Cali: Universidad del Valle; 1994. p. 103.

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marxismo y
democracia. Madrid:
Editorial Rioduero; 1975. p. 72.

24. Ramírez
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epistemológica para una formación integral. Rev
Innovaciones Educativas 1997; IV: 25-34.

25. Campo R, Restrepo M. Caracterización de
excelentes prácticas docentes universitarias.
www.javeriana.edu.co

26. Convenio Andrés
Bello. Somos jóvenes. Bogotá: Convenio
Andrés Bello; 2000. p. 64, 146, 148, 149.

27. Ribeiro JP. Educação holística.
Visão holística en psicologia e
educação. São Paulo: Cortez Editora; 1991.
p. 136-145.

María Clara Tovar, Enf., M.S.P., Ph.D.
Profesora Titular, Escuela de
Enfermería, Facultad de Salud, Universidad
del Valle, Cali.

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