Hábitos de vida en una población escolar de Mataró (Barcelona) asociados al número de veces diarias que ve televisión y al consumo de azúcares
Publicación original: |
RESUMEN Fundamento: En la infancia Métodos: Se administró a Resultados: El elevado consumo Conclusiones: Los estudiantes encuestados Palabras clave: Estilos de vida saludables. | ABSTRACT Food-Habits and Lifestyle Habits in Background: Most important trends of Methods: 2.898 primary school students Results: High consumption of television is Conclusions: Other non healthy dietary and Key words: Food-Habits. Nutrition-Surveys. |
INTRODUCCION
Los estudios sobre hábitos de vida que pueden
constituir factores de riesgo para determinadas enfermedades se
suelen realizar habitualmente en poblaciones adultas. Sin
embargo, puede ser más importante estudiar los
determinantes de dichos hábitos, y sus posibles
asociaciones con conductas de riesgo coadyuvantes para el
desarrollo de enfermedades concretas, en la población infantil y adolescente, puesto
que es en estas edades donde se conforman los rasgos principales
del aprendizaje y el comportamiento1,2. Parece
lógico, por tanto, que la prevención de posibles
factores de riesgo (hábitos poco saludables) en la
infancia y la adolescencia, pueda tener un mayor impacto en el
desarrollo de futuras enfermedades que la educación de
poblaciones adultas, aunque ambas no sean, obviamente,
excluyentes3.
Por otra parte, el
conocimiento de los hábitos de la población
escolar debiera ser un requisito previo al diseño
e implantación de programas
educativos de salud para niños y adolescentes y
una herramienta imprescindible para la evaluación
y adecuación de los programas ya existentes. El
diseño de estrategias de
prevención primaria requiere el conocimiento
de las interrelaciones y los determinantes que favorecen o
dificultan la implantación de los distintos estilos de
vida. En la literatura se ha postulado
la hipótesis de que algunos hábitos no
se desarrollan de manera independiente, sino que tienden a
agruparse en una misma persona. Es
decir, que la presencia de un hábito concreto en
una persona, favorece la presencia de otros de similares
características, nocivas o saludables, en el mismo
sujeto4. Lo cual puede deberse tanto a la
interrelación entre un grupo de
hábitos que conforman un determinado estilo de vida
como a los condicionantes (culturales, demográficos,
socioeconómicos) del propio individuo.
Otro objetivo
básico de la prevención debe centrarse en el hecho
bien conocido de que una cierta proporción de individuos
que siguen hábitos de vida poco saludables desde edades
tempranas, tiene tendencia a padecer cambios significativos en
los marcadores de riesgo metabólicos y, por consiguiente,
a desarrollar un fenotipo de múltiple riesgo5.
Asimismo, la reconocida dificultad para modificar durante la edad
adulta los hábitos adquiridos6, parece indicar
que es más eficiente priorizar los programas educativos en
las edades infantiles.
El objetivo de este artículo es realizar un
análisis descriptivo de los hábitos alimentarios y
las condiciones de vida asociadas al consumo elevado de
azúcares y de tiempo de
visionado de televisión en los escolares de una ciudad. El
tiempo diario de televisión constituye una
característica primordial que puede condicionar la
adquisición de otros hábitos de vida más
saludables en la edad escolar. Ver la
televisión es la segunda actividad, después de
dormir, más importante cuantitativamente en la vida del
niño occidental, superando ampliamente al tiempo dedicado
a la escuela7. Los datos disponibles en nuestro medio
ponen de manifiesto que menos del 10% de los niños quedan
exentos de ver la televisión cada día, siendo el
promedio de tiempo diario de 168 minutos para las edades
comprendidas entre los 4 y los 12 años8. El uso
indiscrimiado y masivo de la televisión aumenta la
pasividad intelectual del niño, lo aparta del trabajo
escolar, limita su creatividad y
disminuye su tiempo libre para realizar otras actividades
más saludables(7). El consumo de
televisión se considera un marcador del estilo de vida, y
se ha descrito que un número excesivo de horas (más
de 14 horas semanales) viendo la televisión por parte de
niños y adolescentes se asocia con
hipercolesterolemia9,10 y, por tanto, predispone al
padecimiento de enfermedades cardiovasulares en la edad adulta.
Asimismo, la costumbre de ver la televisión en exceso
promueve un consumo elevado de productos
azucarados, lo cual, junto con un menor gasto de las calorías ingeridas, un mayor sedentarismo y
una reducción de las actividades deportivas, facilita el
desarrollo de la obesidad11-13.
Por otra parte, es bien conocida la relación
directa entre el nivel de consumo de azúcar
y la prevalencia de caries en una población, así
como la asociación entre niveles elevados de consumo de
azúcares y la obesidad
infantil y el efecto beneficioso que tienen las medidas
preventivas sobre este problema de
salud14.
Página siguiente |