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A propósito de 5 casos de paraparesia espástica tropical en Puerto Tejada (Cauca) (página 2)



Partes: 1, 2

RESULTADOS

De los 200 donantes
voluntarios, 169 (84.5%) eran mujeres y 31 (15.5%) hombres. La edad osciló
entre 19 y 68 años con 128 (64%) menores de 40 años y 72 (36%) mayores de esta
edad. La composición racial fue: negros, 140 (70%) y mulatos 60 (30%). El
Cuadro 1 muestra la seroprevalencia 3% (6/200) y el número de hombres y mujeres
portadores del HTVL-I. Ninguna de las personas examinadas presentaba signos y
síntomas de PET o de ATL.

Cuadro 1

Relación de Positividad para HTLV-I por Sexo en 200
Habitantes de Puerto Tejada

Total

Positivos

% positivos

Población total

200

6

3.0

Mujeres

169

5

2.9

Hombres

31

1

3.2

DISCUSION

Entre los 15 a 25 millones
de personas infectadas en el mundo con el HTLV-I, 2% a 10% (300,000 a 1'500,000
personas) desarrollarán ATL o PET/HAM durante el transcurso de sus vidas12.

El HTLV-I se considera hoy
en día como un virus emergente: "A través de la historia la mayoría de los
virus emergentes han sido virus antiguos que conquistaron nuevos territorios.
Los roedores han sido importantes reservorios naturales y los insectos vectores
de estos virus. El 'tráfico viral', facilitado por las migraciones humanas y
por el transporte de insectos y de animales, ha sido un factor importante en la
diseminación de las enfermedades emergentes recientes. Las alteraciones en el
clima, la modificación de las técnicas agrícolas, y los cambios ecológicos
bruscos, favorecen la presencia de gérmenes emergentes antiguos y
recientes."13

Al analizar el foco
endémico de la PET en la costa del Pacífico colombiano, se encontró que en la
región comprendida entre Tumaco y Satinga existieron dos de los más importantes
factores que causan un gran desequilibrio ecológico y que favorecen la
aparición de los virus y de las enfermedades emergentes:

  1. A partir de 1960, se cambió el cultivo del arroz
    por el de la caña de azúcar y la tala de bosques para la industria de la
    madera14.
  2. En 1973 un maderero abrió un canal entre los
    ríos Patía viejo y Sanquianga. Por este canal, que luego llevaría el
    triste nombre de quien lo construyó (canal Naranjo), se fue gran parte del
    río Patía lo que aisló una extensa zona y causó un enorme desequilibrio de
    los ecosistemas de la región comprendida entre Tumaco y Satinga; miles de
    manglares desaparecieron15. Precisamente en esta región se
    presentó la más alta incidencia relativa de casos de PET en el mundo10.
    La mayoría de los casos iniciales (90%) de PET en la costa pacífica vivía
    entre Tumaco y Bocas de Satinga16.

Después de varios años
comenzó el tráfico viral con el comercio y con la mejoría del transporte. Los
enfermos con la PET empezaron a migrar a las otras áreas de la costa pacífica
(Guapi y Buenaventura), para después continuar a las ciudades vinculadas a
estas regiones como Pasto, Popayán y Cali. Hoy todas estas poblaciones son
focos endémicos de la PET. De allí se está distribuyendo lentamente la PET al
resto del país. Los casos de PET de Puerto Tejada corroboran este fenómeno.

En el sur de Japón, la otra
zona superendémica de PET/HAM en el mundo, también sucedió otra catástrofe
ecológica esta vez causada por la Segunda Guerra Mundial que trastornó
profundamente los ecosistemas de esta región subtropical.

Los cambios bruscos del
ecosistema de la parte sur de la costa pacífica colombiana y de la parte sur de
Japón modificaron la vegetación y consecuentemente la población de insectos y
de animales. Los insectos son vectores frecuentes de virus y los roedores, en
especial las ratas y los ratones, son reconocidos reservorios de virus. Es bien
conocido que los animales almacenan y transmiten los virus y que los insectos
los portan y los inoculan a los humanos.

Gracias a informaciones de
los neurólogos de Medellín se sabe que existe otro foco endémico de la PET en
el Urabá antioqueño. La violencia ha impedido investigarlo a fondo. Se han
identificado casos de PET en casi todas las ciudades de Colombia, pero llama la
atención que en la región cundiboyacense, en los Llanos Orientales, la
Orinoquia y la Amazonia no se hayan informado casos autóctonos de PET asociada
con el HTLV-I.

En el sur de Japón, después
de la Segunda Guerra Mundial, se presentó la mayoría de los casos de HAM. Estos
casos están concentrados en las islas de Kyushu y Shikoku. La brutal
devastación ecológica también habría favorecido la aparición de virus
emergentes que pudieron haber actuado como cofactores para que el HTLV-I
produjera la enfermedad en el sur de Japón. Corrobora esta aseveración el
curioso hecho epidemiológico que en Okinawa (una isla situada unos mil km al
sur de Kyushu) existen menos casos de HAM aunque en Okinawa hay una mayor
seroprevalencia (18% a 33%) del HTLV-I que la encontrada en el sur de Kagoshima
(12%)17. Okinawa fue menos devastada por la guerra que Kyushu. En
otra isla, al norte de Japón, en Hokkaido, los indígenas Ainus que tienen una
de las más altas seroprevalencias de HTLV-I en el mundo (45%)18 no
han desarrollado la PET. La isla de Hokkaido fue muy poco o nada afectada por
la Segunda Guerra.

Brasil es hoy el país con
el mayor número de casos de PET en el mundo. La PET se ha encontrado
especialmente en la región nororiental (Fortaleza, Salvador y Recife) y en
menor número relativo en Rio de Janeiro, São Paulo y Porto Alegre. En la región
nororiental con seroprevalencias del HTLV-I relativamente bajas y que oscilan
entre 0.4% en Recife, 0.8% en Fortaleza y 1.8% en Salvador19 se
encuentra la mayoría de los casos de PET en Brasil. Salvador (Bahia) fue el
principal puerto de entrada de los esclavos y es la ciudad con mayor población
de raza negra en Brasil.

Es interesante revisar el
caso de los imigrantes del sur de Japón (okinawas) que llegaron a Campo Grande,
una pequeña ciudad en el Estado de Mato Grosso do Sul, en la región sur-central
de Brasil. En estas personas se encontró una alta seroprevalencia al HTLV-I
(13%)20 (4 veces mayor que la de Tumaco, 3.5%). Hasta la fecha
ninguna de ellas ha desarrollado la PET después de 11 años de tener el HTLV-I
en su sangre. Si se consideran los datos epidemiológicos de Okinawa, Kagoshima
y de Campo Grande y que la PET/HAM se ha encontrado en casi todos los grupos
étnicos del mundo (blancos, negros, japoneses, árabes, israelitas, hindúes,
indígenas suramericanos y melanésicos) se puede descartar la susceptibilidad
genética como factor importante en el desarrollo de la HAM/PET. El HTLV-I
posiblemente llegó a Colombia con los mongoloides a través del Estrecho de
Bering hace 10,000 ó 20,000 años para luego diseminarse a los negros traídos
por los españoles21.

CONCLUSIONES

El mecanismo de la
etiopatogénesis de la PET/HAM es todavía hipotético a pesar del gran número de
datos de epidemiología, virología y de biología molecular que se han acumulado
en los últimos años. Mientras este mecanismo no se identifique, están lejanas
las posibilidades de un tratamiento efectivo y, más aún de una prevención
racional o de una vacuna.

El análisis epidemiológico
de la PET/HAM en el mundo permite descartar la predisposición genética como un
factor importante en el origen de la enfermedad. Por el contrario, los cambios
ambientales junto con la infección del HTLV-I, aparecen como las causas más
importantes.

La existencia de una
coinfección del HTLV-I con algún otro virus (cofactor), desconocido hasta el
momento y desencadenado por los cambios ambientales, aparece como una
posibilidad digna de ser investigada. El cofactor podría variar de acuerdo con
la localización geográfica del foco endémico.

Vale la pena recordar que
los primeros casos de PET se presentaron en trabajadores de la caña de azúcar
de Jamaica en 1918. La enfermedad se manifestó en forma epidémica y estuvo
precedida de estomatitis, conjuntivitis y diarrea posiblemente de origen viral22.
Desde entonces la PET se ha informado en casi todo el Caribe.

La mayoría de los pacientes
con PET son personas de clase socioeconómica baja que vivieron en áreas rurales
húmedas de países subdesarrollados23. El sur de Japón también es
húmedo y subtropical y en Okinawa, con el ingreso per capita más bajo del Japón24,
también se cultiva la caña de azúcar.

En vista de que los
factores ambientales aparecen como elementos críticos en la producción de la
PET se hace mandatorio investigar otros virus, vectores y reservorios
naturales. Mientras se encuentra un tratamiento curativo para la PET, se deben
utilizar las 6 estrategias para el control de las enfermedades infecciosas en
poblaciones humanas25:

1. Mantener el tamaño del
reservorio lo más pequeño posible.

2. Impedir la salida al
ambiente del agente infeccioso del reservorio.

3. Interrumpir la
transmisión.

4. Impedir la entrada del
agente en el nuevo huésped.

5. Mejorar el grado de
resistencia a la infección en el nuevo huésped.

6. Modificar el ambiente
global.

AGRADECIMIENTOS

Al doctor Gerardo Espinosa,
Director del Hospital Local de Puerto Tejada; a la enfermera jefe Miriam
Molina; al personal del hospital y en general a la población de Puerto Tejada;
al Laboratorio Fujirebio INC y Organon Teknica por obsequiar los equipos (kits)
para las pruebas y al Banco de Sangre del Hospital Universitario del Valle por
facilitar su equipo humano y técnico para el análisis de las muestras. A la
Fundación MAR de Cali por el soporte económico a la parte logística del
estudio.

SUMMARY

Because 5 adult patients
from Puerto Tejada (a small town near Cali), have been confirmed of having
tropical spastic paraparesis (TSP) associated with the human lymphotropic virus
type I (HTLV-I) a seroprevalence study in this 50,000 inhabitants blacktown was
performed. From 200 sera investigated 6 (3%) had antibodies against HTLV-I.
Epidemiological data suggest environmental cofactors in the etiology of TSP in
Colombia and in a similar syndrome named HAM (HTLV-I associated myelopathy) in
south Japan. We postulate that both, TSP and HAM are due to the coinfection of
HTLV-I with another virus(es) so far unknown. The cofactor could have attacked
the HTLV-I endemic regions after severe environmental changes. The possible
cofactor(s) probably were transmitted by animal reservoirs or by insects acting
as vectors. The viral traffic enhanced by human migrations easily explains the
fact that TSP, originally found in the south Pacific coast of Colombia is
expanding to other regions of south west Colombia. The use of epidemiological
strategies for the control of infectious diseases is recommended.

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Vladimir Zaninovic´, M.D.1, Diego Moreno2,
César Payán3, Adriana Rodríguez, Bact.4
 1. Profesor Emérito, Neurología Clínica, Facultad de Salud,
Universidad del Valle, Cali.
2. Médico Interno, Escuela de Medicina, Facultad de Salud, Universidad del
Valle, Cali.
3. Estudiante de Medicina, Escuela de Medicina, Facultad de Salud, Universidad
del Valle, Cali.
4. Bacterióloga, Banco de Sangre, Hospital Universitario del Valle, Cali.

Partes: 1, 2
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