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Resistencia bacteriana a los antibióticos en la Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital de Caldas, 1992-1994


Partes: 1, 2

    Publicación original:
    Colombia Médica, 1996; 27: 66-78 – ISSN
    1657-9534,
    Reproducción autorizada por:
    Corporación Editora Médica del Valle,
    Universidad del Valle, Cali,
    Colombia

    RESUMEN: Se describe y analiza el
    comportamiento
    de los microorganismos más frecuentes en la Unidad de
    Cuidados Intensivos (UCI), del Hospital de Caldas (HC), y su
    sensibilidad/resistencia a los
    antibióticos, según los antibiogramas hechos por el
    laboratorio
    clínico del HC, entre 1992 y 1994. Enterobacter aerogenes
    fue el germen más común en la UCI. Staphylococcus
    dnasa negativo presentó frecuencia creciente, a
    través de los años del estudio. La UCI
    aportó 39.6% de Pseudomonas del HC. El germen más
    frecuente en líquido peritoneal, secreciones
    traqueobronquiales y orina, fue E. aerogenes; en las puntas de
    los catéteres venosos, Staphylococcus dnasa negativo; y,
    en los tubos de tórax, P. aeruginosa. La resistencia a los
    antibióticos en la UCI fue casi el doble a la de otros
    servicios del
    HC. Las cepas de estafilococos meticilino resistentes, en la UCI,
    superan 60% y empiezan a aparecer cepas resistentes a la
    vancomicina. Pseudomonas aeruginosa fue muy resistente tanto a
    los antibióticos tradicionales como a los modernos
    antipseudomonas. Imipenem fue el antibiótico más
    eficaz contra Gram negativos aerobios, incluida P.
    aeruginosa.

    Palabras claves. Microorganismos. Sensibilidad.
    Resistencia. Antibióticos.

    SUMMARY: Incidence of pathogens associated with
    nosocomial infections at Intensive Care Unite (ICU) of Hospital
    de Caldas (HC), Manizales, Colombia, and its
    antibiotic sensitivity and resistance determined by disk
    diffusion methods between 1992-1994 is described and analysed. E.
    aerogenes was the most prevalent pathogen at ICU. Dnasa-negative
    staphylococci are increasing through the years of the study. ICU
    accounted for 39.6% of the pseudomonas of the HC. The most common
    pathogen isolated from peritoneal fluid, tracheobronchial
    secretions and urine was E. aerogenes; from intravascular
    catheters was dnasa-negative Staphylococcus; and, from chest
    tubes, P. aeruginosa. Antibiotic resistence at UCI was almost
    double than that observed at other services of HC.
    Methicillin-resistant staphylococci were over 60% and some
    vancomicine-resistant staphylococci were observed at UCI of HC.
    P. aeruginosa was resistant to both traditional and modern
    antipseudomonas antibiotics. Imipenem was the most effective
    antibiotic against Gram negative aerobic, P. aeruginosa
    included.

    ****

    La selección
    del antibiótico correcto exige conocer la bacteria
    responsable de la enfermedad del paciente. El diagnóstico bacteriológico requiere
    el aislamiento de la bacteria y el estudio de su sensibilidad o
    resistencia frente a los
    antibióticos1.

    La resistencia bacteriana es un tema muy importante en
    el estudio de los antibióticos, porque su
    comprobación implica el fracaso de la terapéutica.
    El aumento del uso de antibióticos desde la década
    de 1940 se ha acompañado del alza creciente en la
    resistencia, cuya principal causa es la destrucción del
    antibiótico por la bacteria responsable de la
    infección2.

    Aunque constantemente salen al mercado nuevos
    antimicrobianos para combatir la resistencia, las bacterias han
    sido capaces de desarrollar defensas más efectivas contra
    los antibióticos más nuevos y poderosos. La
    producción de ß-lactamasas es el
    medio más importante de resistencia a los
    antibióticos ß-lactámicos y, en la
    actualidad, hay varias clases de esta enzima de origen
    bacteriano2.

    La terapia antibiótica ha conducido a una
    prolongación dramática en la expectativa y calidad de
    vida. Los avances en la medicina
    moderna han reducido la morbimortalidad de numerosos
    padecimientos, en especial de las enfermedades infecciosas. En
    contraste, ha ocurrido una selección de cepas bacterianas
    que fortalecen sus genes de resistencia a la mayoría de
    antibióticos.

    El valor
    terapéutico de los antibióticos ha estado en
    evolución a través de los
    años, de país en país, o incluso de unidad
    en unidad dentro de una institución. Las
    características mismas de los microorganismos hacen que la
    lucha contra ellos se haya convertido en una carrera donde se ha
    tenido la necesidad de emplear todo tipo de estrategias,
    desde las convencionales como la búsqueda de compuestos
    nuevos con mayor actividad biológica, hasta el diseño
    de moléculas nuevas mediante procedimientos de
    biotecnología, pasando por combinaciones de
    antimicrobianos3.

    Quienes trabajan en unidades de cuidados intensivos
    (UCI), saben bien que el uso de antibióticos en muchas
    ocasiones, no sigue los esquemas tradicionales sino que acuden a
    su propia experiencia, basada en distintas variables a
    saber: enfermo, ambiente y
    gérmenes infecciosos que se mueven en la
    unidad4,5.

    Las infecciones intrahospitalarias (IIH) que originan
    los organismos resistentes tienen un gran impacto sobre los
    enfermos, pues resultan en mayor mortalidad o en tratamientos y
    hospitalizaciones más prolongados y, por tanto, en alza de
    los costos6.

    Tarde o temprano las bacterias se hacen resistentes en
    la práctica a todos los compuestos
    antimicrobianos7. Esto tiene muchas consecuencias. Los
    individuos infectados con gérmenes resistentes, tienen
    más probabilidad de
    necesitar hospitalización, hacer estancias hospitalarias
    mayores y presentan más probabilidades de muerte que los
    infectados por organismos sensibles3. La resistencia
    también lleva el uso de drogas
    más tóxicas o más
    caras6.

    El problema se complica cuando una bacteria resistente a
    uno o varios antibióticos es expuesta a otra droga, pues se
    crea la oportunidad de seleccionar un mutante que resiste al
    nuevo antibiótico7.

    Así, los organismos resistentes a los más
    nuevos antibióticos, a menudo también lo son a los
    antiguos compuestos, y se llega a la tan temida
    multirresistencia3.

    En las infecciones bacterianas agudas se debe iniciar a
    menudo la terapéutica con antibióticos antes de
    conocer los resultados de los cultivos y los de las pruebas de
    susceptibilidad. En general, es posible hacer una elección
    estadísticamente efectiva de drogas, que se base en
    frotis, en los probables gérmenes vinculados con el
    proceso
    infeccioso y en el modelo posible
    de susceptibilidad de los patógenos. Se debe recordar que
    los modelos de
    susceptibilidad pueden variar mucho de un hospital a otro y aun
    de una sala a otra dentro del mismo hospital, en particular para
    los bacilos Gram negativos. Por tanto, incumbe al médico
    familiarizarse con los modelos de susceptibilidad de los
    microorganismos comunes en el medio hospitalario o comunitario en
    que actúa8.

    La flora intrahospitalaria difiere de la comunitaria, en
    que consiste sobre todo de gérmenes multirresistentes que
    se han seleccionado por diversos factores ecológicos,
    entre los que se destaca el uso correcto o no de múltiples
    antibióticos con fines terapéuticos o
    profilácticos3. El paciente hospitalizado, y
    sobre todo el recluido en la UCI, tiende a modificar su flora
    endógena debido a la colonización por
    microorganismos propios de la flora nosocomial, de gran
    potencialidad patogénica9,10.

    La transgresión iatrogénica de las
    barreras naturales de defensa, que va desde ejemplos como el uso
    de sondas vesicales, y otros instrumentos urológicos,
    catéteres intravasculares, dispositivos de asistencia
    respiratoria9,10, hasta los menos conocidos como las
    modificaciones del pH
    gástrico con el fin de evitar el sangrado digestivo por
    estrés11 y, sin duda, la hospitalización
    prolongada, son algunos de los factores que se destacan en la
    patogenia de este tipo de infecciones.

    Los gérmenes que se aíslan con más
    frecuencia en estas circunstancias son los bacilos Gram negativos
    y los estafilococos, con variaciones según el tipo de
    infección y la institución donde se
    presenta7,10.

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