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La pintura de la relación geográfica de Metztitlan, 1579 (página 2)



Partes: 1, 2

1. Descripción de la pintura

En la parte superior de la pintura, por
encima del horizonte, hay una rosa de los vientos marcando el
norte de modo que la fachada principal del gran convento de la
villa de Metztitlán mira correctamente al sur (figura 1).
Señalar la orientación de los pueblos era una de
las instrucciones del cuestionario.
Como se verá más adelante, las dos escalas
yuxtapuestas del mapa presentan ciertos problemas al
respecto. Por lo pronto diremos que, en términos
generales, se conserva una orientación norte-sur que da al
lector una idea aproximada de la distribución de dichos pueblos. En la misma
porción superior del mapa aparecen cuatro personajes
armados de arcos y flechas, signo de que se trata de una
línea de frontera con
los belicosos y móviles pueblos
chichimecas.13

Bajo el horizonte domina el relieve
montañoso que caracteriza a esta zona conocida como la
Sierra Alta. No creemos que cada uno de los más de 30
cerros representados correspondan con fidelidad a la
orografía del señorío. 14 Sin
embargo varios de ellos sí pueden ser constatados en el
terreno: tal es el caso, desde luego, de la loma en donde
está asentada la villa de Metztitlán. Lo mismo
puede decirse de la representación del relieve sobre el
que se asientan cada uno de los pueblos y que parece coincidir
con su entorno inmediato. Así por ejemplo, mientras
Molango está representado correctamente al interior de una
cuenca, Yahualica aparece sobre una cima como en realidad ocurre.
Junto al dibujo de casi
cada pueblo, Gabriel de Chávez escribió el nombre
respectivo con la ortografía más semejante a la
fonética por él percibida. En total hay quince
topónimos que indican poblaciones. Otros seis pueblos
representados gráficamente no están
acompañados de glosa; de ellos hablaremos más
adelante.

Los cuerpos de agua
representados en el mapa son cinco: tres ríos y dos lagos
o "lagunas", como habitualmente se les llama. Por la parte baja
del paisaje corre el río Venados para verter sus aguas en
el gran lago de Metztitlán, dibujado a la izquierda. En el
centro del mapa y de dimensiones más reducidas, aparece el
otro lago: el de Atezca, próximo a Molango. Los otros dos
ríos representados son el Amajac y su afluente, el
Almolón.

Las riberas del río Venados aparecen visiblemente
cultivadas. Se trata de la vega de Metztitlán que
constituyó el suelo más
fértil y atractivo para los españoles que llegaron
a poblar la zona. La vega es una llanura aluvial formada, como el
lago, por un represamiento cuaternario ocurrido tras el derrumbe
de un cerro que cortó el cauce del Venados-Almolón.
15 El resto de la vegetación que da los tonos de verde a la
pintura parece no representar especies definidas ni reparar en el
hecho de que las partes bajas se caracterizan por la presencia de
cactáceas mientras que las altas por bosque de
pino-encino.16 En todo caso hace pensar en el verdor
que tiñe incluso la parte más desértica de
la sierra tras la época de lluvias, en el mes de
septiembre, momento en que Chávez terminó el
documento. En cuanto a los caminos mostrados, se cree que esta es
la red abierta en el
área por los españoles. Este mapa no muestra huellas
de pie o siquiera herraduras como acostumbran las pinturas de
manufactura
indígena del siglo XVI. Retomaremos la descripción
de los cuerpos de agua y de los caminos más
adelante.

En suma, tenemos un mapa que representa el territorio de
lo que fue la provincia de Metztitlán en la segunda mitad
del siglo XVI. La principal preocupación del autor parece
haber sido marcar la jerarquía superior de la cabecera
respecto del resto de los pueblos y reclamar desde ella un
territorio que por el norte iba hasta los actuales límites
del Estado de San
Luis Potosí y al este hasta los de Veracruz.
También reclama territorios que en el posclásico
tardío no pertenecían a Metztitlán sino que
eran controlados por la Triple Alianza. 17

Como indicamos, la pintura presenta dos escalas
yuxtapuestas como si se tratase de una sola. No es un asunto de
perspectiva en el que los objetos cercanos aparecen más
grandes y los lejanos más pequeños; al contrario,
se puede ver que todos los poblados y los cerros representados
tienen una talla similar. Así pues, la primera que
leeremos en el mapa se encuentra en la mitad inferior y
constituye una escala local. Nos
referimos a aquella en la que está representada la Villa
de Metztitlán, la vega y el lago del mismo nombre
así como el cauce casi completo del río Venados. Se
trata de una escala mayor a la del resto de la pintura y por lo
tanto muestra al paisaje con más detalle. La segunda es
una escala menor -escala regional- en la que una porción
mucho más grande del territorio, en comparación con
la primera, queda representada en la mitad superior de la
pintura.

Los elementos de la escala local

La mitad de abajo corresponde a las inmediaciones de la
cabecera de Metztitlán establecida tras la llegada de los
españoles (figura 2). Constituye un paisaje de escala
humana en el sentido en que puede ser recorrido de principio a
fin por un hombre a pie
en menos de una jornada de marcha. Desde el inicio de la vega (un
poco arriba del actual puente Venados) hasta el final del lago
son unos 30 kilómetros. En palabras de Gabriel de
Chávez, "tiene tres leguas" desde donde se entra al valle
y "tres leguas" más hasta el lago (figura 3).
18

El límite que corresponde al principio de la
vega, es decir, la derecha de la pintura, no nos muestra el
nacimiento del río Venados sino su pérdida de
vista. En el mapa se insinúa la continuación del
cauce hacia el norte, cuando en realidad el río proviene
de Tulancingo, área donde nace con este último
nombre ubicado en dirección sureste. Así pues, esta
tenue línea debe ser entendida, en todo caso, como fuera
de esta primera escala. El límite izquierdo, en cambio, nos
enseña con claridad dónde termina vertiendo sus
aguas.

El cauce del río Venados nos divide a su vez este
primera escala en dos porciones: la exterior (ribera izquierda),
a lo largo del margen del papel y la interior (ribera derecha),
donde aparece la loma de Metztitlán y las poblaciones. La
porción exterior del mapa representa la ladera oeste de la
vega mientras que la interior nos muestra la ladera este. En la
porción exterior no figura pueblo alguno ni parece tener
más importancia que la de servir de límite de la
provincia. Este límite sería correcto si, como lo
sugiere la rosa de los vientos de la pintura completa, el sur
estuviera abajo del mapa. Sin embargo, como lo anunciamos, este
mapa presenta un problema de orientación pues ni la vega
ni el río corren en realidad de este a oeste sino de
sureste a noroeste. Aquí es donde la representación
adquiere más un carácter paisajístico que
cartográfico. Es más bien una "vista" o "panorama"
según los términos utilizados por quienes han
clasificado este tipo de representaciones.19 El pintor
se sitúa real o imaginariamente frente al paisaje que
desea representar, probablemente en alguna de las laderas justo
al sur de la actual villa de Metztitlán. Desde ahí
divisa o imagina que divisa la vega, sus cuerpos de agua y la
loma donde está dicho pueblo. 20 Caminar por el
suelo plano, bajo la loma de Metztitlán, nos da
efectivamente esta impresión de que el pueblo domina por
completo la vega y el río.

El interés
principal de este primera escala se focaliza sobre la
porción interna. En el centro aparece la villa de
Metztitlán cuya orientación sí es correcta
respecto de la mencionada rosa de los vientos pero no respecto
del cauce del río. Se distingue el Convento de los Santos
Reyes sobre la cima del cerro dando la cara al sur;
también se observa el atrio en donde queda delimitado. De
la misma manera aparecen los otros dos edificios coloniales que
todavía subsisten en el pueblo: el primitivo convento de
La Comunidad y el
edificio de cabildo conocido como La Tercena.21 Vistos
desde la vega por un observador, las tres construcciones citadas
forman un triángulo que el mapa reproduce.22
Además, sobre la ladera aparecen otras construcciones casi
hasta los límites de la vega. Pudiera tratarse de barrios
congregados en la traza de Metztitlán hacia 1560.
23

El cerrito en forma de cuarto menguante cuya cima luce
una gran cruz, es otro barrio de Metztitlán. Su nombre es
Quimixtepec o "cerrito de la Luna" según los habitantes
actuales. 24 El Quimixtepec se halla mal orientado en
el dibujo pues la concavidad de la supuesta luna se abre por el
otro lado; digamos que en el terreno tiene más bien cara
de cuarto creciente. Siguiendo el camino que se aleja del cerro
de Metztitlán por su flanco derecho, se remonta la vega
paralelamente al río hasta llegar a un pequeño
afluente que sale entre dos montañas: se trata del arroyo
San Juan. El cerro cónico que se mira a la izquierda del
afluente está marcado por una diminuta luna y por otros
rasgos pictóricos. Pudiera tratarse de las pinturas
rupestres que efectivamente, todavía hoy, se pueden
observar en dicha peña (figura 4).25 El
pequeño pueblo dibujado al pie de este cerro y sin glosa
que lo acompañe es el barrio de San Juan que da nombre al
arroyo y que depende también de la villa.

Otros dos pueblos aparecen en esta porción
interior desprovistos de nombre. Uno en la ribera derecha del
lago y el otro sobre el primer cerro de la porción
interior, a la derecha del mapa. Se trata de los pueblos
dibujados en el extremo derecho e izquierdo de esta escala. Por
su posición, proponemos que aquel que está a la
izquierda es Amajatlán y el que aparece dibujado en el
lado opuesto es Jihuico. Amajatlán se ubica sobre la
ribera derecha del lago y Jihuico está en la convergencia
de las vegas de Metztitlán y San
Agustín.

La representación de la villa de
Metztitlán y de sus barrios mencionados se hizo con una
proporción espacial relativamente correcta. Sin embargo su
núcleo urbano no guarda esa misma proporción con
los demás elementos de esta primera escala. Los 30
kilómetros de la vega así como el lago y las
cadenas montañosas están representados a menor
tamaño respecto de la villa.

Dentro de la escala local, encontramos que el
único camino que sale del área es el localizado
sobre el extremo derecho de la pintura, junto a la parte alta del
río Venados: es el camino hacia las minas de Pachuca y la
Ciudad de México,
aunque está mal representado. Su rumbo correcto es hacia
el sur y en la pintura se muestra con dirección norte.
Sobre el otro banco del
río, hay dos caminos que al parecer cruzan desde la ribera
derecha hacia la izquierda y que se conectan con el camino que
conduce a la Ciudad de México. Uno proviene de Jihuico y
el otro de la villa de Metztitlán. Al pie de la villa sale
otro camino en dirección opuesta con rumbo hacia
Amajatlán, situado como indicamos, sobre la orilla derecha
del lago.

Para terminar con la parte inferior es preciso referirse
al lago de Metztitlán. El mapa muestra que el
límite del lago llegaba hasta el estrecho formado entre el
cerro de Huatepec y la pared occidental del valle. Sin embargo,
el mismo Gabriel de Chávez afirma que "en tiempo
antiguo, estaba todo este valle hecho una laguna, y, para venir a
este pueblo de Metztitlán, venían en canoas".
26 No obstante, pensamos que aunque el autor no haya
sido testigo del crecimiento del lago, éste llegaba a
alcanzar la cota de los 1260m/snm, es decir, justo enfrente de la
villa, probablemente circundando el cerrito de Quimixtepec. Lo
anterior no obsta para que Chávez considere que el
año de 1579 ha sido un año particularmente
lluvioso.27 Dicho de otro modo, a pesar de la crecida
que está observando, las aguas distan mucho de estar al
nivel máximo de años anteriores -y
posteriores-.28

Los elementos de la escala regional

En la segunda escala, pintada en la parte superior del
papel, el autor pretende dar cuenta de otros pueblos importantes
dependientes de la provincia, de su paisaje montañoso y de
sus límites (figura 5). Constituye una
reivindicación territorial de impresionante
extensión que en contados casos, dentro del conjunto de
las Relaciones Geográficas, alcanzó esta
dimensión. Para representarla fue necesario que el autor
se olvidara de la escala humana a la que dibujó la vega y
la villa de Metztitlán para pasar a una escala regional
que le permitiera captar, en la misma hoja de papel, todos los
dominios de los que la villa era cabeza. Al mismo tiempo que
aceptamos que Gabriel de Chávez quiso recopilar en su
pintura las generalidades del señorío, debemos
considerar que este autor no estuvo en posibilidad de conocer tan
bien los rumbos de esta segunda escala como sí lo estuvo
al tratarse de la villa y la vega. René Acuña nos
señala que hacia 1576, Chávez era alcalde en
Ocuituco y Yecapixtla, y en 1581 ya estaba laborando en
México. 29 Para 1579, la Relación
ya estaba redactada. Esto hace que el lapso en el que ejerce como
funcionario en Metztitlán esté bastante acotado y
le impida conocer con tanto detalle los más de
5000km² que llegó a ocupar la montañosa
provincia por él representada.

Las glosas nos dan una idea de la vastedad de la
provincia (figura 6). En la pintura aparece, como uno de
los parajes limítrofes, el "fuerte de Xalpa"
(Jalpa), en el actual estado de Querétaro, que si bien
nunca fue parte de Metztitlán, el autor lo
representó para marcar precisamente uno de sus
límites septentrionales. Los nombres escritos dentro de
esta escala regional que sí son considerados por
Chávez como parte de la provincia, comprenden
"Xelitla" (Xilitla) en el actual Estado de San Luis
Potosí,30 y "Chicontepec",
"Ilamatlan" (Ilamatlán) y "Hueyacocotlan"
(Huayacocotla), en el actual Estado de Veracruz. El resto de los
asentamientos nombrados se encuentran en el estado de
Hidalgo. De norte a sur: "Guaxutla" (Huejutla),
"Chapulhuacan" (Chapulhuacan), "Tlanchinolticpac"
(Tlanchinol), "Yagualica" (Yahualica), "Molango",
"Suchicoatlan" (Xochicoatlan), "Tzacualtipan"
(Zacualtipan) y "Malila", además del
topónimo referente a la villa de "Meztitlan", misma
que analizamos en el apartado anterior. Sobre el sitio marcado
bajo el nombre de "La ermita", aducimos que se trata del
actual asentamiento de La Misión.
Dicha propuesta se basa no sólo en la fácil
confusión de los usos de una "ermita" y una
"misión" sino, sobre todo, en la posición que ocupa
en el territorio.

Los caminos de la escala regional se articulan con la
escala local a partir de dos puntos: el primero sale de San Juan,
el barrio de la villa de Metztitlán situado a su derecha,
y conduce hacia Molango, Tlanchinol y Huejutla. El segundo sale
de Jihuico y vincula Metztitlán con Zacualtipan y
Huayacocotla. Un tercer camino entre Molango y Zacualtipan une a
Xochicoatlán con el asentamiento sin glosa que definiremos
como Tianguistengo. Yahualica e Ilamatlán también
cuentan con una ruta claramente visible misma que comienza justo
al norte de Molango. Existe un cuarto camino que termina en
Chapulhuacán; antes de este poblado la vía es
visible a través de un valle y una montaña: hacia
esta última parece dirigirse un pequeño camino
proveniente de La Ermita. Este trazo podría ser un esbozo
del camino de la Ciudad de México a Ciudad Valles. El
Fuerte de Jalpa, Xilitla y Chicontepec, a más de 150
kilómetros de la villa, no muestran un solo camino
entrando o saliendo de ellos.

Respecto de los cuerpos de agua que aparecen en la
segunda escala debemos anotar lo siguiente: el lago de Atezca
efectivamente acompaña al pueblo de Molango en el
territorio real y no presenta mayor problema, pero el río
Amajac está mal orientado. En nuestra hipótesis los ríos representados
arriba del lago de Metztitlán, son precisamente el Amajac
y su afluente, el Almolón. Este último nace a
partir de las escorrentías provenientes del lago.
Recordemos que hacia principios del
cuaternario, un derrumbe de enormes dimensiones obstruyó
el cauce del río Venados dando lugar a la formación
del lago. El hecho de que en la pintura el cauce del
Almolón inicie justo detrás de las peñas que
cerraron la cuenca del Venados, da esa misma idea. El autor de la
Relación habla explícitamente de estas
escorrentías. En su descripción nos dice que
el agua del
río Venados que va a dar al Lago de Metztitlán "se
sume por entre las peñas y va a salir a media legua de
allí, pero el lugar por donde se sume no tiene más
capacidad, ni se puede sumir más agua de la que puede
traer la madre del río". 31

Las escorrentías que fluyen por el Almolón
se vierten un poco más adelante en el Amajac como bien lo
indica la pintura. En el apartado siguiente hablaremos de esta
convergencia de cauces fluviales y de otros formas del relieve
que fueron muy relevantes para los habitantes
prehispánicos de la provincia.

2. El altepetl de
Metztitlán

Desde el punto de vista geográfico, el
término altepetl32 hace referencia a una
unidad espacial compuesta de uno o varios asentamientos cuyo
territorio está regido por un gobernante. 33 El
mismo vocablo, cuya traducción literal es "agua
montaña", también hace inevitable referencia al
paisaje, entendido como una unidad funcional que provee los
mantenimientos necesarios a sus pobladores. Se trata de una
entidad que se caracteriza por la abundancia de agua así
como por la posibilidad de acceder a distintos ambientes y, por
consiguiente, a obtener recursos
variados. En el caso de Metztitlán, como era frecuente en
Mesoamérica, el altepetl estaba asociado a otros y
conformaba una federación.

Cuando los españoles llegan al área de
Metztitlán, reconocen esta federación que no
había estado sometida a la Triple Alianza. 34
Hernán Cortés pactó con sus habitantes antes
de 1524, pero tras una revuelta tuvo necesidad de someterlos
militarmente. 35 Probablemente este mismo año
comenzó la historia de las encomiendas
en la Sierra Alta. 36 La llegada de la Orden de San
Agustín para iniciar los programas de
evangelización de la zona no se verificó sino hasta
1536. 37 A partir de entonces, esta unidad política pasó
a ser, en términos de los españoles, una provincia
compuesta de varios pueblos de indios.38 A los ojos de
los europeos, uno de los asentamientos de la antigua
federación gozaba de una jerarquía mayor debido a
que en él residía el gobernante o tlatoani.
39 A este asentamiento lo designaron como "cabecera" y
a los demás los llamaron "pueblos sujetos". En otros
escritos hemos propuesto que la primera cabecera reconocida fue
Tepatetipa, un asentamiento ubicado a unos 5km al norte de la
actual villa de Metztitlán.40 El sitio donde se
ubica Tepatetipa cumple con las características
ambientales que hemos descrito: se encuentra asentado dentro de
un pequeño valle intermontano de suaves pendientes con una
altitud próxima a los 1500msnm, misma que favorece el
acceso a entornos muy diversos (figura 7). Hacia arriba abundan
bosques mixtos en donde destacan pinos, encinos y cedros,
mientras que hacia abajo predominan asociaciones vegetales
propias de climas cálidos y secos, a lo que se agrega la
proximidad de un gran cuerpo lacustre. Esta posición les
permitía encontrar, además de agua en abundancia,
maderas variadas, piedra y otros materiales
para construir, leña, plantas
medicinales y comestibles, suelos
agrícolas y cotos de caza y pesca.

Estas ventajas que para los habitantes
prehispánicos eran evidentes, no lo eran para los
españoles. Según el ideal urbano ibérico,
era preferible una llanura cercana a un río donde pudieran
concentrarse las actividades agrícolas y ganaderas a gran
escala. De este modo, las autoridades coloniales tanto religiosas
como civiles acordaron traspasar la cabecera, desde Tepatetipa, a
lo que llegaría a ser la villa de Metztitlán. En el
caso concreto de
Metztitlán, nos encontramos ante un pueblo que, hacia
1540, posee al menos dos edificios arquitectónicos de
calidad (La
Comunidad y La Tercena) que constituyen el núcleo de un
pueblo en el cual, más adelante, se habrá de
practicar una o varias congregaciones. Dos son las razones
principales para mudar el poder
político de Tepatetipa a la villa de Metztitlán:
ubicar la cabecera en un área próxima a la llanura
lacustre donde se obtienen los productos
agrícolas, y comunicarse de manera más directa con
Atotonilco el Grande y la ciudad de México (figura 8).
Recordemos que la refundación de los pueblos en zonas
más llanas y con una traza geométrica, fue una
constante que los españoles asociaron al acto
civilizatorio al que se habían comprometido tras la
conquista. 41

La pintura de Gabriel de Chávez retrata la
visión europea y contribuye a redefinir la territorialidad
de la provincia. Por un lado avala la nueva jerarquía en
donde la Villa de Metztitlán es el núcleo urbano
más importante y por ello le consagra la mitad del mapa
con detalles de su entorno a escala local. Por el otro lado
también reclama para la entidad, territorios que en tiempo
prehispánico quedaban bajo dominio de la
triple alianza. Para Gabriel de Chávez, Tepatetipa
había perdido importancia política ante sus ojos y
ni siquiera aparece en el mapa. La misma actitud
selectiva –y probablemente involuntaria– de Gabriel
de Chávez al escamotear la existencia de un importante
pueblo de indios, parece revelarse en otros de los rasgos del
mapa de 1579.

3.- Los silencios de la pintura de
1579.

Además de haber omitido toda mención
respecto de Tepatetipa, Gabriel de Chávez produjo otros
silencios en la elaboración de su pintura. Recordemos que
cada pueblo percibe y representa el espacio de acuerdo a su
propia cultura.42 En este último
apartado analizaremos lo que el alcalde mayor no dijo en el mapa
de la relación geográfica de Metztitlán.
Para ello tomaremos en cuenta el texto que
acompañaba a la pintura y que constituía con ella
un mismo documento. Lo haremos de nuevo siguiendo las escalas
local y regional.

Omisiones en la escala local

Chávez avala la importancia concedida a la Villa
de Metztitlán en detrimento del resto de los asentamientos
y en particular, del núcleo poblacional que había
tenido mayor relevancia en el posclásico tardío:
Tepatetipa. En esta escala hay otros tres asentamientos dibujados
pero Chávez no escribió sus nombres sino
exclusivamente el de la nueva cabecera:
Metztitlán.

Nuestra propuesta, como hemos señalado, es que
estos tres asentamientos sin glosa son Jihuico, San Juán y
Amajatlán. Ahora bien, cabe preguntarse por qué
eligió estos poblados para representarlos, así sea
de manera muy tenue y sin glosa, cuando no eran los únicos
existentes. Sobre la misma ribera se encontraba San Pedro
Tlatemalco, una de las primeras construcciones conventuales
edificadas en la zona pero cubierta en pocos años por
material aluvial producto de
las inundaciones. Es posible que el rápido abandono de la
localidad por los agustinos y la mala ubicación –en
zona de riesgo
hayan sido la causa para que el autor omitiera su
representación en la pintura.

La respuesta a la pregunta de por qué
Chávez representó a Jihuico, San Juan y
Amajatlán puede inferirse en parte por la posición
estratégica que estas tres localidades tuvieron. Las dos
primeras se encuentran en la convergencia de la vega con los
cauces de los arroyos San Agustín y San Juan
respectivamente, mientras que Amajatlán goza de una
posición privilegiada dominando el lago. Pudiera tratarse
de puestos de observación para controlar el comercio de la
zona. Si Chávez no escribió sus nombres fue para no
restarle importancia a la villa de Metztitlán,
único asentamiento de esta escala local provisto de
glosa.

Sin embargo, en la ribera de enfrente había otras
localidades. No sabemos por qué motivo el autor las omite
pero pudiera deberse a su intención de representar
sólo lo que sus ojos alcanzaban a observar. Dicho de otro
modo, se trata posiblemente de un recurso pictográfico. Al
momento de ser pintado el mapa y escrita la
Relación, al menos los pueblos de Atzolcintla,
Cualquixque, Jilotla y probablemente Miahuatlán y
Chimalacatla ya existían y tendrían capillas
levantadas por los agustinos a muy poca distancia de la vega en
esta ladera poniente. 43

Además, otras omisiones se descubren en esta
escala: nos referimos a los pueblos que se hallaban en zonas
más elevadas y un tanto más distantes de la vega:
Hualula, Tlaxco y Zoquizoquiapan. Ninguno de los poblados
mencionados aparecen siquiera dibujados.44 La
razón, según lo proponemos, es que estas
localidades por encima de los 1500m/snm dejaron de tener
importancia para las autoridades coloniales que, como
señalamos, se concentraron en las actividades y los
accesos de la vega.

A lo anterior debemos agregar otro pueblo que no fue
representado: San Juan Amajaque. El alcalde mayor ni siquiera lo
dibujó pero su posición queda plenamente
identificada en la pintura. Se trata de la confluencia de los
ríos Amajac y Almolón.45 Chávez
dibuja este rasgo del paisaje pero no le da el significado que
tendría en la pluma de un tlacuilo. Esta
confluencia fue entendida en tiempo prehispánico como un
amaxac (de ahí el nombre del pueblo), palabra que
se deriva del sustantivo maxactli, que significa
"entrepierna",46 es decir, es un punto femenino de
fertilidad. 47

Respecto del paisaje en esta escala local, Gabriel de
Chávez omitió la relevancia que para las
comunidades indígenas tenían los pequeños
valles intermontanos en los que la construcción y preservación de
terrazas favorecía las actividades agrícolas. El
interés de este alcalde estaba en señalar con suma
claridad en su pintura la fertilidad de la vega, por lo que otras
pequeñas tierras carecían de importancia.
Adicionalmente es probable que muchas de esas tierras hayan
quedado yermas debido a que la población disminuyó a lo largo del
siglo XVI.

Omisiones en la escala regional

En esta escala regional, encontramos que el autor avala
dos situaciones que fueron tomando forma a lo largo del siglo
XVI: la primera es la pérdida de importancia que sufren
poblaciones que en el posclásico tardío gozaron de
gran relevancia y la otra son adjudicaciones territoriales a la
provincia de asentamientos que no pertenecieron a la soberanía prehispánica.

Entre las poblaciones que perdieron importancia destaca
en lo particular Malila, ya que este asentamiento fue
probablemente el segundo en importancia dentro de la
federación metzca. 48 Esto se concluye debido a
la relevancia que le dan las fuentes
coloniales tempranas y a la gran cantidad de sujetos que le
asignan las mismas. 49 El estrecho y empinado valle
donde se localiza no cumplía con el ideal urbano
ibérico, por lo que desde la primera etapa de
evangelización no fue reconocida su importancia. En
consecuencia el primer convento del área representada en
esta escala fue establecido en Molango, menos de 10
kilómetros hacia el norte. Ya en el mapa de 1579 se
muestra muy desdibujado el trazo con que fue representado Malila
y la glosa correspondiente es menor en sus caracteres con
respecto a todas las demás.

En contraposición, algunas poblaciones
localizadas en sitios más afines a las necesidades
económicas y culturales de los españoles
adquirieron mayor categoría, siendo el caso más
relevante el de Lolotla,50 población a la que
se le adjudicó toda la porción norte de lo que
había sido territorio de Malila. Otro poblado que a partir
del dominio español
adquirió importancia fue Zacualtipan. Ninguna fuente
conocida habla de su existencia durante la época
prehispánica y su proximidad a yacimientos de obsidiana en
constante disputa entre la federación metzca y la Triple
Alianza, hacen difícil creer que se tratara de un
asentamiento permanente. En el mapa se muestra con un trazo claro
y con glosa, lo que indica la relevancia que para Chávez
tenía entonces este pueblo serrano.

Respecto de las omisiones en la escala regional, la
pintura muestra tres pueblos dibujados a los que el autor no
acompañó de su respectivo topónimo. Como
acabamos de mencionar, uno de ellos es Lolotla. En cuanto a la
representación de este pueblo, debemos observar la
coincidencia entre los rasgos del dibujo y el momento
político que vive dicho pueblo. Recordemos que a
principios de la década de 1570, Lolotla fue fundada por
los españoles para tomar las responsabilidades
administrativas que hasta entonces había
desempeñado Malila. 51 En el dibujo, la
localidad aparece apenas sugerida mediante trazos poco firmes
cual si estuviera en proceso de
construcción, como tal vez era el caso.52 El
segundo de los pueblos sin glosa en esta escala está
situado entre La Ermita y Chapulhuacan: se trata de
Tepehuacán o quizá Tlahuiltepa; las
características físicas de sus inmediaciones y su
proximidad, no ayudan a esclarecer de cual de los dos se
podría tratar. El tercero, pintado en medio del
triángulo imaginario formado por Suchicoatlan
(Xochicoatlan), Malila y Tzacualtipan (Zacualtipan)
podría ser Tianguistengo, el cual tiene en la pintura una
posición relativamente correcta respecto de sus vecinos en
el terreno y la glosa faltante pudo obedecer al hecho de que
Zacualtipan lo rebasó en importancia comercial a lo largo
del siglo XVI.

Además de las omisiones mencionadas en esta
escala, el autor avala límites que no corresponden a los
que tenía la soberanía metzca antes de la conquista
española. Por un lado incluye dentro del territorio de la
provincia poblaciones que las fuentes no definen como miembros de
la confederación o que los consideran expresamente como
enemigos de Metztitlán. Entre estos se dibujan en la
pintura, de norte a sur, Xilitla, Chapulhuacán, Huejutla,
Chicontepec y Huayacocotla. Por otro lado Gabriel de
Chávez deja fuera áreas que sin duda pertenecieron
a la federación, entre ellas, algunos pueblos que ya
mencionamos en la escala local: Atzolcintla, Chimalacatla,
Miahuatlán, Cualquixque y Jilotla. A ellos se puede
agregar toda la cuenca media del río Amajac (salvo las
inmediaciones de San Juan Amajaque que sí quedan
representadas), lo que comprende al menos las actuales tierras de
los pueblos de Tlamaya, Huisticola, San Juan Tlatepexi, San Pedro
Ayotoxtla, San Pablo Tetlapayac, Chalmita e Iztacapa.

Según nuestra propuesta, el paisaje de
Metztitlán tiene como centro estructural el cerro del
Escorpión. Recordemos que el territorio representado en la
pintura de 1579 abarca superficies pertenecientes a dos grandes
vertientes separadas por la Sierra Madre Oriental: la del Golfo y
la Interior. Si bien es cierto que ninguna eminencia
orográfica fue marcada con glosa por Gabriel de
Chávez, no podemos dejar de mencionar la importancia que
esta montaña tuvo para los pobladores originales en tanto
que constituye la elevación más importante de la
provincia, lo que lo hace rico en agua y otros mantenimientos. Su
altitud (2650m/snm) produce que los vientos húmedos
provenientes del Golfo se estacionen en sus inmediaciones en
forma de densos nublados. En virtud de que los arroyos que
proveen de agua a buena parte de la vertiente interior escurren
desde El Escorpión, este cerro pudo haber sido investido
de sacralidad. En suma, la existencia de este macizo
montañoso favoreció el establecimiento de los dos
altepeme fundamentales (Tepatetipa y Malila) que dieron origen a
la federación de Metztitlán. Además, las
diferencias altitudinales ofrecen mayor variabilidad en cuanto a
vegetación y fauna se refiere,
lo que se traduce en una gama de mantenimientos más
amplia.

4. Conclusiones

Las pinturas que formaron parte de las respuestas al
cuestionario llamado Instrucción y Memoria y que a
su vez dio lugar al cuerpo de descripciones conocido como las
Relaciones Geográficas del siglo XVI, han servido
sobre todo para revelar información sobre la idea que los pueblos
autóctonos tenían de sus propios territorios. Sin
embargo, el mapa de la relación geográfica de
Metztitlán es atípico en su género
porque nos habla más de la visión que los
españoles tuvieron sobre un espacio, al que
reconocían como de tradición indígena, pero
del que habían tomado posesión. Así, la
mirada de su autor, el Alcalde Mayor Gabriel de Chávez,
pasa por el filtro cultural de occidente y por tanto no percibe
algunos de los aspectos del paisaje que eran importantes para los
pueblos originarios. Aquí hemos mencionado algunos de los
rasgos del paisaje que Chávez no pintó y que
todavía ahora son visibles en trabajo de
campo. Sintetizaremos a continuación los puntos más
importantes de nuestro análisis:

1.- El mapa representa dos escalas distintas que se
yuxtaponen en la pintura: la primera (pintada en la parte
inferior del papel) es local y describe con cierto detalle las
inmediaciones de la villa de Metztitlán. La segunda (en la
parte superior) representa con menor precisión un
área mucho más extensa que abarca hasta la
provincia de Pánuco en la Huasteca.

2.-El mapa alterna rasgos del paisaje que son
comprobables sobre el terreno, con otros que parecen más
un recurso estético para unificar precisamente las dos
escalas. Por ejemplo, mientras la loma de Metztitlán o el
cerrito de Quimixtepec están pintados a detalle, los
lomeríos que se extienden más al norte pierden su
orientación y parecen llenar espacios del papel que el
autor nunca había recorrido en el terreno,
excepción hecha de aquellos en donde están las
localidades que en efecto son más fieles a los parajes
donde fueron construidos los pueblos.

3.- La escala local muestra la importancia y
monumentalidad de la villa de Metztitlán, lugar sobre el
que recayó la jerarquía de cabecera después
de la llegada de los españoles en detrimento de otras
localidades que pasaron a ser sujetos.

4.- La escala regional tuvo como principal objetivo
señalar hasta dónde llegaba la jurisdicción
de la cabecera asentada en la villa de Metztitlán. Al
interior de la escala regional el autor guardó cierta
proporción entre localidades, lo que hace de su trabajo
una obra excepcional dentro del cuerpo de la Relaciones
Geográficas
. En los mapas conocidos
no es frecuente observar un territorio tan vasto cuyos poblados
guarden proporción en su distribución y en los que
el relieve existente quede manifiesto en el papel.

5.- En las representaciones de ambas escalas hemos
anotado topónimos y nombres de edificios que proponemos de
manera hipotética para enriquecer la lectura del
mapa. A lo largo del texto hemos argumentado cada una de las
propuestas.

6.- Los silencios producidos por el alcalde mayor
Gabriel de Chávez, nos permiten tener una idea un poco
más clara de lo que fue el altepetl de Metztitlán y
la estructura de
su territorio confederado en tiempo prehispánico y
colonial temprano. Las hipótesis
aquí vertidas podrían reforzarse en etapas
posteriores de investigación mediante nuevos recorridos de
campo.

Agradecimientos

Este artículo es producto de una
investigación más amplia financiada por la
Dirección General de Asuntos del Personal
Académico de la UNAM (Papiit IN-303300). Queremos dar
gracias a Ada Gómez González por el tratamiento de
las imágenes y
los cuadros y a Eva Saavedra Silva por el apoyo técnico en
la investigación y las correcciones al manuscrito.
Asimismo queremos con este texto recordar a Fray Andrés
Lozano O.S.A., que en paz descanse.

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Figuras

1.- Pintura completa de la Relación
geográfica de Metztitlán, 1579. Acuña,
Relación, 1986, p.70.

2.- Escala local: Mapa de la villa y la vega de
Metztitlán; detalle de la pintura de 1579. Acuña,
Relación, 1986, p.70. Edición
de la imagen Ada
Gómez.

3.- Mapa actual del área representada en la
escala local de la pintura. Edición de la imagen Ada
Gómez por medio del programa de
INEGI: Carta
topográfica. México-Sur, imagen digital serie I.
Escala 1:250,000.

4.- Pinturas rupestres de San Juan Metztitlán.
Foto:Federico Fernández.

5.- Escala regional: Mapa de la provincia de
Metztitlán: detalle de la pintura de 1579. Acuña,
Relación, 1986, p.70. Edición de la imagen
Ada Gómez.

6.- Mapa actual del área representada en la
pintura de 1579. Edición de la imagen Celia López y
Ada Gómez por medio del programa de INEGI: Carta
topográfica. México-Sur, imagen digital serie I.
Escala 1:250,000.

7.- Fotografía
de Tepatetipa y de su entorno vista desde el oriente; a la
derecha se distingue la salida a la Vega de Metztitlán.
Foto: Federico Fernández.

8.- Fotografía de la villa y la vega de
Metztitlán vista desde el norte. Foto: Gabriela
Wiener.

6. Notas

  1. Acuña, Relaciones, 1986, v.7,
    pp.15-21.
  2. Mundy, The Mapping, 1996, p.XIX-XX; Robertson,
    Handbook, 1972. No obstante, el mapa del que aquí
    nos ocupamos es excepcional pues no representa dicha óptica indígena. Tras una consulta
    del conjunto de las pinturas, hallamos que muy pocas tienen
    clara factura
    europea. Por ejemplo, de los tres tomos confeccionados por
    René Acuña referentes al Arzobispado de
    México y, descontando las 16 Relaciones cuya pintura se
    desconoce, 15 tienen claros rasgos indígenas y
    sólo 3 son de manufactura europea (Acuña,
    Relaciones, 1985 y 1986).
  3. La ortografía utilizada para la toponimia es
    la actual.
  4. Chávez, Relación, 1986,
    p.57.
  5. El mapa de la University of Texas at Austin,
    está marcado con el número de catálogo
    1285. Alguna vez la pintura obró en poder del
    célebre historiador Don Joaquín García
    Icazbalceta. Una copia del original fue realizada en 1857 y
    está depositada en la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, en
    Tacubaya, D.F. El número de control de
    esta última es el 975.
  6. Kagan, Imágenes, 1998, pp. 18-22;
    Mundy, The Mapping, 1996, p.41.
  7. Acuña, Relaciones, 1986, v.7,
    p.52.
  8. En el segundo apartado de este texto hablaremos de
    las implicaciones de este término náhuatl. Por el
    momento basta decir que se trata de la forma de organización territorial y
    política que dominó en Mesoamérica antes
    de la conquista y todavía después de ella. Desde
    el punto de vista geográfico, muchos de los
    altepeme (plural) adquirieron la forma urbana de
    "pueblos" y la categoría política de
    "repúblicas de indios".
  9. El término Tlacuilo (plural
    Tlacuiloque), significa en lengua náhuatl
    "escribano o pintor"; Molina, Vocabulario, 2000,
    p.120.
  10. Harley ha estudiado la noción de "silencios"
    en los mapas, afirmando que es una noción central para
    cualquier argumento sobre la influencia de mensajes
    políticos escondidos; Andrews, en Laxton, P, ed., The
    new nature
    , 2001, pp.13-14. Harley asevera que los mapas
    –como ejemplos literarios de la palabra hablada- ejercen
    una influencia social a través de sus omisiones, como de
    los elementos que describen y enfatizan; ver Laxton, The new
    nature
    , 2001, pp.66-67. Karen Piper señala que la
    historia de la cartografía ha sido paralelamente una
    historia de codificación del enemigo, haciendo un
    "ellos" y un "nosotros" que pueden ser definidos claramente. Ha
    sido, sobretodo, una historia de "empujarlos" fuera del
    territorio que es considerado nuestro –negando su
    existencia, borrando sus mapas-; ver: Piper,
    Cartographic,2002, p.x.
  11. "Provincia" es un término espacial vago muy
    utilizado en el siglo XVI. En este texto lo emplearemos para
    hablar del territorio que quedó bajo soberanía de
    Metztitlán entre mediados del siglo XVI y principios del
    XVII.
  12. Cantú, La vega, 1953; Vázquez,
    El Señorío, 2001.
  13. Mundy, The Mapping, 1996, p.44. Por otra
    parte, el término "chichimeca" era utilizado por los
    españoles del siglo XVI para definir
    genéricamente a los distintos grupos que
    habitaban por el norte la Mesoamérica marginal; en
    Metztitlán , se sabe concretamente que se trataba de
    gente de origen pame; ver: Soustelle, La familia,
    1993.
  14. El geógrafo Denis Cosgrove apunta que "el
    hacer un mapa es un proceso que involucra tanto una
    ‘compleja arquitectura de signos’ (elementos gráficos con
    formas internas y lógica capaz de desconexión de
    cualquier referente geográfico) como una
    ‘arquitectura visual’ a través de la cual
    los mundos que se construyen son seleccionados, traducidos,
    organizados y configurados…"; ver: Cosgrove,
    Mappings, 1999, p.3. En el caso que nos ocupa, el autor
    del mapa trata de reflejar la realidad que percibe a
    través de convenciones semióticas: por un lado
    los cerros mismos, aunque algunos de ellos no existieran en el
    paisaje y, los núcleos urbanos en cuyo centro destaca
    generalmente una iglesia o casa principal.
  15. Lugo et al., Deslizamiento, 1993, p.153; Lugo
    et al., Landslide, 1996, p.103.
  16. Arias y Montes, La reserva, 2002;
    Jiménez y Reyes, Las cactáceas,
    2003.
  17. Davies, Los señoríos,
    1968.
  18. Chávez, Relación, 1986, pp.
    69-70.
  19. Kagan, Imágenes, 1998, p.18; Mayer,
    Poblaciones, 1988, pp. 14-20.
  20. Cabe detenerse a explicar que esta forma de proceder
    en la construcción de un mapa, en Europa es
    típica de la época y puede ser clasificada como
    corográfica. Lucia Nuti, cita el método
    seguido por Cristoforo Sorte al describir la corografía
    del distrito en los alrededores de Verona: "Orienté la
    corografía hacia los vientos privilegiados. Lo
    tracé en plano, con sus verdaderas medidas y distancias,
    pero los edificios –eso es las ciudades, castillos y
    pueblos con las montañas y las colinas- las tracé
    elevadas, el norte hacia arriba. El sur hacia abajo y el este y
    el oeste hacia los costados laterales; pensé que esto
    era necesario para permitir a la gente conocer los sitios, ya
    que, cuando es puesto así, uno puede ver todos los
    ríos, las ciudades, los castillos y los pueblos a
    través de los valles entre las montañas…";
    ver: Cosgrove, Mappings, 1999, p. 93. Entre los mapas de
    las Relaciones Geográficas del Siglo XVI no hay
    otro que sea tan eminentemente corográfico; ver: Mundy,
    The Mapping, 1996, p.38.
  21. Artigas, Metztitlán, 1996, pp.67-73;
    Escalante, La iglesia, 1994; Cantú, La vega,
    1953, p.183.
  22. "El papel del mapa como forma de proclamación
    social es reforzado por las formas de clasificación y
    modos de representación –los llamados signos
    cartográficos o convencionales- los cuales han sido
    adaptados a los elementos del paisaje. Ha sido por largo tiempo
    una de las reglas de los hacedores de mapas el que los signos
    para las ciudades y pueblos –ya diseñados de
    manera icónica o abstracta- son mostrados en
    proporción a los lugares correspondientes. Aún
    así, la jerarquía visual de los signos en los
    mapas modernos tempranos son con frecuencia una replica de
    estratificaciones legales, feudales y eclesiásticas".
    Laxton, The new nature, 2001, p.69.
  23. Chávez, Relación, 1986, p.59;
    Gerhard, Geografía, 1986, p.191.
  24. Según la raíz quimich del
    topónimo, el cerro está relacionado con ratones o
    murciélagos (Molina, Vocabulario, 2000:90;
    Siméon, Diccionario, 1999, p. 431.
  25. Lorenzo Monterrubio, Arte, 1999,
    pp.60-65.
  26. Chávez, Relación, 1986, p.69;
    Cantú, La vega, 1953, pp.164-174; García
    Calderón, El lago, 2003, p.32.
  27. Chávez, Relación, 1986,
    p.70.
  28. McAndrew, The open-air, 1965; Gerhard,
    Geografía, 1986; Cantú, La vega,
    1953 y García Calderón, El lago,
    2003.
  29. Acuña, Relación, 1986,
    p.53.
  30. A pesar de los señalamientos de algunos
    autores en sentido contrario, hemos identificado a Xilitla como
    aquel que se halla en San Luis Potosí por su
    posición relativa respecto de los demás puntos y
    por su ubicación en la parte septentrional de la
    provincia; otro Xilitla, objeto de confusión, se halla
    sobre la cuenca del Amajac, muy cercano al lago de
    Metztitlán.
  31. Chávez, Relación, 1986,
    p.70.
  32. El vocablo altepetl pertenece a la lengua
    náhuatl, pero el término tiene su equivalente en
    otras lenguas de origen mesoamericano. Como ejemplos tenemos:
    el mixteco (yucunduta, "montaña-agua"), el
    otomí (an dehe nttoehe, "agua-cerro"), el
    totonaco (chuchu tsipi, "agua-cerro"), el huaxteco
    (tsabaal, "suelo, tierra"), el
    mixe-zoque (nass, "tierra o suelo"). Fernández
    Christlieb y García Zambrano, Territorialidad, en
    prensa).
  33. García Castro, Indios, 1999; Lockhart,
    Los nahuas, 1999; Reyes García, El
    altepetl
    , 2000.
  34. Davies, Los señoríos, 1968;
    Osborn, A community, 1970, Lameiras,
    Metztitlán, 1969.
  35. Cortés, Cartas, 1970, p.
    178
  36. Gerhard, Geografía, 1986, p.
    189
  37. Grijalva, Crónica, 1985; Victoria,
    Arte, 1985; Rubial García, El convento,
    1989.
  38. Chávez, Relación, 1986, p.
    57.
  39. Molina, Vocabulario, 2001, p.140;
    Siméon, Diccionario, 1999, p.674.
  40. La discusión sobre la importancia de
    Tepatetipa, la selección del sitio para ser morado y
    otras consideraciones respecto del altepetl de
    Metztitlán, han sido desarrolladas en un trabajo
    paralelo de próxima publicación: Fernández
    Christlieb et al., El altepetl.
  41. Fernández Christlieb y Garza Merodio,
    Civilización, 2005.
  42. Bender, Politics, 1995, p.1.
  43. Osborn, A Community, 1970; Paso y Troncoso,
    Papeles, 1905; Toussaint y Fernández,
    Catálogo, 1940, p.481; Artigas,
    Metztitlán, 1996, pp.132-135.
  44. Artigas, Metztitlán, 1996; McAndrew,
    The open-air, 1965.
  45. Toussaint y Fernández, Catálogo,
    1940.
  46. Siméon, Diccionario, 1999,
    p.266.
  47. García Zambrano, Zahuatlán, en
    prensa.
  48. Fernández Christlieb et al. El
    altepetl
    , en prensa.
  49. Paso y Troncoso, Papeles, tomo III,
    1905.
  50. Ibid., p.123.
  51. Paso y Troncoso, Papeles, 1905, t.III,
    p.123.
  52. Gerhard, Geografía, 1986,
    p.192.

7. Datos
curriculares autores

Federico Fernández Christlieb
nació en la ciudad de México en 1962.
Estudió la licenciatura en Geografía y la
Maestría en Historia de México en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM. Fue becario del Reino de
Bélgica para realizar estudios en el Institut
Supérieur d’Architecture La-Cambre
de Bruselas y
del programa Erasmus de la Unión
Europea para estudiar en el University College de
Londres. Obtuvo la maestría y el doctorado en
Geografía y ordenamiento territorial por la Universidad de
Paris IV-Sorbonne. Actualmente es profesor de
las facultades de Filosofía y Letras y de Arquitectura
así como investigador titular del Instituto de
Geografía de la UNAM y del Sistema Nacional
de Investigadores. Sus líneas de investigación son
la Geografía Cultural y la Geografía
Histórica de México entre los siglos XVI y
XIX.

Gustavo Garza Merodio nació en la ciudad
de México en 1963. Estudió la licenciatura en
Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM. Fue becario de CONACYT para estudiar el doctorado en
Geografía e Historia de la Universitat de
Barcelona
. Actualmente es investigador asociado del Instituto
de Geografía-UNAM y profesor del programa de posgrado en
Geografía de la UNAM. Sus líneas de
investigación son Geografía Histórica,
Historia Ambiental, Climatología Histórica y
Geografía Cultural.

Gustavo Garza Merodio –

Departamento de Geografía Social, Instituto de
Geografía – UNAM. Circuito Exterior, s.n., Ciudad
Universitaria, México 04510, D.F. Teléfonos: 56 22
43 60, 56 22 43 30 Fax: 56 16 21
45.

Partes: 1, 2
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