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Alternativas para la comunicación de un autista (página 2)



Partes: 1, 2

-Respuestas Sensoriales

Los niños
autistas pueden ser insensibles a algunos estímulos
auditivos como puede ser la voz humana, hasta el punto de parecer
sordos, y al mismo tiempo ser
hipersensibles a otros sonidos como el roce de un
papel.

Presentan respuestas atípicas a los olores y al
gusto: huelen la comida, pero también los objetos y las
personas, chupan objetos no comestibles, etc.

Por lo general, emplean mejor la modalidad visual que la
aditiva. Les fascinan las luces, los objetos brillantes, los
ventiladores o cosas que giran, etc.

Todas estas respuestas atípicas a
estímulos sensoriales parecen indicar un déficit
perceptivo más que un trastorno sensorial
primario.

-Estereotipias y habilidades motoras

A excepción de las estereotipias, los
déficit motores no son
síntomas centrales del autismo; por lo
general no existen alteraciones motoras severas a no ser que
presenten una afección neurológica
demostrable.

Funciones
Cognitivas

La mayoría de los niños autistas, el 75%
según el DSM-IV, presentan retraso mental con un cociente
intelectual (CI) global inferior a 70. La asociación de
enfermedad neurológica y autismo aumenta la probabilidad de
retraso mental.

El patrón cognitivo más frecuente muestra
capacidades verbales disminuidas en relación con mejores
capacidades visuoespaciales. También es significativo el
déficit en funciones ejecutivas, esta flexibilidad
cognitiva, en el juicio y en el sentido común, lo que
avala la hipótesis de la existencia de una
disfunción del lóbulo frontal.

-Memoria

Muchos niños con autismo poseen una memoria verbal o
visuoespacial altamente desarrollada. Algunos recuerdan caminos o
lugares que han visitado una sola vez. En otros, la
repetición de anuncios de radio y televisión, la habilidad para recitar el
alfabeto, dan testimonio de una excelente capacidad de memoria
verbal, aunque habitualmente no comprenden lo que
dicen.

-Atención

Numerosos niños con autismo son inatentos e
hipercinéticos. Pasan constantemente de un objeto a otro
sin apenas mirarlo ni jugar con el, van de un lado a otro sin
detenerse, nada los entretiene. Resulta curioso que a veces esos
mismos niños tienen alguna actividad favorita que mantiene
su atención por horas.

También son comunes los trastornos del
sueño. Tienen dificultades para dormirse, se levantan
varias veces de noche y en algunos casos, los periodos de
insomnio se alteran con otros de hipersomnia.

Lenguaje y
Comunicación

Las alteraciones del lenguaje se consideran
síntomas comunes a todos los niños autistas y son
necesarios para diagnosticar este síndrome. Suele ser este
el principal motivo de alarma para los padres y el que conduce a
solicitar ayuda profesional. El problema del lenguaje como motivo
de la primera consulta aparece en más del 70% de los
casos. La sospecha de sordera también es común y se
produce en alrededor de un 40% de los niños
autistas.

En el caso de que el autismo se asocie con el retraso
mental, el mutismo puede explicarse como un efecto de una edad
mental tan baja que no se corresponde con la normal a la que
comienza a desarrollarse el lenguaje.
Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de sujetos
autistas con edad mental no verbal superior a 3-4 años que
también presentan mutismo completo.

Más allá del grado de retraso mental y de
las dificultades en la interacción social, todos los niños
autistas tienen trastornos del lenguaje, todos son de
algún modo disfásicos. Algunos niños son
hiperverbales pero detrás de esa fluidez se ocultan
problemas de
recepción, a veces muy sutiles y difíciles de
detectar. Frente a construcciones lingüísticas
abstractas incluso los autistas con un CI alto no comprenden de
la misma forma que sus pares normales.

Los autistas sin lenguaje funcional también
pueden presentar patrones muy diversos en sus capacidades de
comprensión lingüística y gestual, así como
en sus competencias
comunicativas. Algunos son capaces de desarrollar,
después de un tratamiento, pautas de lenguaje por signos que les
sirven para un control funcional
limitado de su medio social. Todos presentan serias deficiencias
de comprensión no solo del lenguaje sino también de
las formas simbólicas en general y de las situaciones
sociales.

En los autistas que desarrollan un lenguaje y que tienen
un nivel intelectual alto, se observa que aquél es
morfosintácticamente bien estructurado, aunque
lacónico y muy poco fluido.

Mantener una conversación efectiva les resulta
muy difícil. No parecen comprender que las conversaciones
implican un intercambio de información.

Se producen carencias notorias, como la falta de
narraciones espontáneas, las limitaciones en el dialogo y el
escaso desarrollo de
todas las formas discursivas de matriz
declarativo. Las palabras de contenido abstracto y los verbos
mentales suelen estar ausentes de su lenguaje, pueden emitir
frases completas de carácter ecolalico y con variable grado de
funcionalidad; también es común la inversión de pronombres personales o
personas verbales, que indica una especial dificultad para tratar
términos deicticos del lenguaje. Tampoco comprenden los
enunciados con doble sentido, la ironía o el sarcasmo y ,
en general, todos los enunciados con sentido metafórico,
no literal.

Finalmente, las alteraciones prosódicas con una
producción de aspecto monótono o
automático, no matizada en cuanto a la entonación o
con perturbaciones obvias de volumen y ritmo,
constituyen otro de los rasgos destacables.

La Afectación pragmática resulta
particularmente notable, incluso en los autistas que han
desarrollado un lenguaje bastante elaborado desde el punto de
vista estructural.

Si bien no existe ningún síntoma
lingüístico especifico que sea patognomónica y
exclusivo del autismo, algunas características como: la
ecolalia, la jerga, la disprosodia, el mutismo, el
hiperverbalismo, la hipoespontaneida, y los déficit
receptivos son extremadamente frecuentes.

En resumen, los datos demuestran
que los componentes relacionados con la pragmática, la
semántica y la prosodia se encuentran mas
afectados que los referidos a la fonología de segmentación, la morfología
y la sintaxis.

– El Autismo y su impacto en la
familia

Los padres y familiares del paciente autista influyen
decisivamente en su desarrollo social
e intelectual, J. Kauffman (1977) comenta que: "La socialización inicial de un bebé
implica una relación con su madre y éste tipo de
interrelación social es más tarde extendida a otros
miembros del núcleo familiar". Dentro de esta
relación, es sumamente lógico que los niños
influencien a sus respectivas familias y podemos notar como
ésta influencia adquiere un carácter mucho
más significativo cuando el niño tiene
discapacidades y aunque el nivel de dicha influencia se relacione
con factores tales como la severidad y la naturaleza del
problema, cualquier discapacidad de
un miembro de una familia afecta
inmediatamente a la misma. La mayoría de padres de
niños con autismo, declaran que aunque la situación
les causa
mucha angustia, dolor, confusión, llanto, risa, trauma
emocional, requieren de una dosis inmensa de paciencia,
así como una gran inversión de tiempo y dinero, y que
al mismo tiempo les proporciona recompensas indescriptibles de
carácter profundo y espiritual.

Convivir con una persona con
autismo significa reconocer y aceptar de por vida una responsabilidad desafiante; significa trabajar sin
hacer pausa alguna durante las 24 horas al día, no
poder dormir
con tranquilidad porque hay que vigilar todas las interrupciones
nocturnas; resolver diariamente los berrinches imprevisibles y,
en casos de autismo sumamente severo, alimentarlos, vestirlos y
cambiarlos hasta que ellos/ellas aprendan a hacerse cargo de sus
propias necesidades. Pero sobretodo, significa tener mucha
paciencia, dedicación, amor y
persistencia para enseñarles poco a poco las cosas
más sencillas de una manera sistemática.

El tiempo y energía necesaria que requiere
convivir con una persona con autismo causa mucha tensión
dentro del núcleo familiar. Los hermanos, al principio, no
comprenden el por qué sus padres de repente prestan tanta
atención a su hermano; Evitan a toda costa invitar a sus
amigos visitarles en casa porque debido a que pueda enfadarse,
romper los juguetes y
agredirles.

Sin embargo, todas las cosas tienen su lado positivo y
es provechoso para los niños aprender que las necesidades
de otras personas pueden ser más urgentes que las suyas y
que pueden ayudar a su hermano o hermana a crecer
a su mayor potencial. Es un hecho que las familias a menudo son
creativas y se adaptan de manera inesperada cuando se unen para
satisfacer las necesidades de un familiar con autismo.

2. Características del
lenguaje

El problema de la
comunicación en el autismo no es un problema
sólo de retraso en las capacidades
lingüísticas. En el autismo nos hallamos frente a un
trastorno global de la comunicación que va desde el lenguaje
mímico y gestual hasta el habla.

Los niños autistas presentan problemas en toda
una serie de habilidades prelingüísticas
(imitación, juego
simbólico, etc.). Por ello el tratamiento, del lenguaje no
puede tener un abordaje de carácter logopédico,
sino que debe afrontarse de una manera global y con unas estrategias de
aprendizaje
completamente diferentes, como puede ser el desarrollo de
sistemas
alternativos de comunicación.

Alteraciones del lenguaje:

Los niños autistas tienen dificultades en la
adquisición del sistema
lingüístico y de su uso, y también para
adquirir las reglas fonológicas, morfológicas,
sintácticas y semánticas.

Hay niños que nunca adquieren un lenguaje hablado
ni usan la mímica o gestos para comunicarse. Y los que
sí lo consiguen tienen alteraciones: deficiencias en el
tono, énfasis, ritmo o entonación; fracaso para
iniciar o sostener intercambios conversacionales; formalismo en
el lenguaje; carencia de imaginación y fantasía;
uso de imperativos y no uso de declarativos; confusión en
el uso de los pronombres personales "yo" y "tú"; emisiones
ecolálicas inmediatas o retardadas; etc.

Los niños autistas no comprenden bien lo que
significa para las personas compartir y coordinar sus
experiencias. Sólo captan de manera parcial las
múltiples formas en que las personas emplean y ajustan su
lenguaje para referirse a las cosas, comunicar sus propias
actitudes e
influir en las de otros.

No comprenden cómo funciona comunicativamente el
lenguaje. Lo más común es que el fallo sea parcial,
que afecte a algunas de las diversas formas y funciones del
lenguaje, pero no a todas. Los niños autistas son
insensibles a la infinita diversidad de formas de expresar
lingüísticamente la orientación
psicológica con respecto al oyente y al tema de
conversación. No saben lo que significa para una persona
poseer múltiples actitudes psicológicas con
respecto a personas, cosas y hechos; y están limitados en
lo que implica tener motivos para comunicarse.

El desarrollo lingüístico de los
niños correlaciona con su capacidad de implicarse en actos
que implican atención conjunta y con la frecuencia de
actividades de juego simbólico. Las capacidades
comunicativas podrían ser necesarias para el desarrollo y
la expresión espontánea de formas creativas y
simbólicas. Algunos niños autistas son capaces de
participar en algunas formas de juego simbólico, pero
éstas se producen sobre todo en situaciones estructuradas
y raramente en el juego espontáneo.

El proceso de
asignar a los objetos una significación personal, a veces
de forma inconsciente, es algo motivador; pero los niños
autistas no parecen estar motivados por ello. Puede haber algo en
el propio ejercicio de la función
simbólica, apoyado en las experiencias interpersonales,
que provoque un cierto sentido de intercambio social.

La ecolalia es un rasgo bastante frecuente en los
niños autistas, que consiste en la repetición como
un eco de palabras o frases oídas a otros, ya sea en el
pasado inmediato o más lejano. También son comunes
las emisiones idiosincrásicas que sólo se pueden
comprender por referencia a los contextos en que se adquieren las
palabras. O incluso el habla literal, como reflejo de una
captación limitada de los significados
connotativos.

En cuanto al uso de los pronombres personales de la
primera y segunda persona, se ha demostrado que los ni los
autistas suelen confundirlos, pero esto no sólo nos indica
una deficiencia en el lenguaje, sino también en el
desarrollo de la dimensión interpersonal. Hay una estrecha
relación entre la conciencia del
sí mismo y de los otros, y los desarrollos más
tempranos de la conceptualización de los estados
mentales.

Los niños normales comprenden y usan los
pronombres personales poco después de empezar a producir
emisiones de más de una palabra (final del segundo
año o principios del
tercero), por tanto, los pronombres aparecen aproximadamente a la
vez que las referencias a los estados mentales, como pueden ser
los sentimientos. Hay una conexión lógica
entre la concepción del sí mismo y del otro, y la
actitud
psicológica. La plena comprensión del sí
mismo implica la comprensión de todo un conjunto de
actitudes que los sí mismos pueden
experimentar.

Los autistas repiten los pronombres personales tal como
los oyen, sin ningún cambio para
adaptarse a los cambios de situación. De esta forma, el
niño usa mal los pronombres y sufijos personales (Ejemplo:
¿Quieres tomarte un baño?", para expresar su deseo
de bañarse). Tienden a adoptar formas de habla que se
corresponden con su experiencia de las circunstancias en que se
emiten, y por eso repiten emisiones tal como las oyen, en vez de
relacionar las emisiones de las otras personas con las actitudes
de éstas e identificarse con la perspectiva del
otro.

Alteraciones y déficit sociales de
comunicación

El niño autista es incapaz de establecer
relaciones sociales y tiene falta de respuesta y motivación
hacia las personas. Esto se ve cuando se aprecian los siguientes
rasgos: falta de respuesta a las emociones de
otros, falta de modulación
de la conducta en un
contexto, uso pobre de señales
sociales, carencia de reciprocidad emocional…

Los bebés autistas no responden casi a la voz
humana, no usan la expresión facial, corporal y gestual.
La sonrisa aparece sólo como respuesta a estímulos
físicos, no sociales.
No exploran su entorno ni reclaman la atención de los
padres, incapaces de hacer juegos
interactivos e imaginativos. A veces este déficit social
disminuye cuando el niño aprende a entender y usar el
lenguaje.
Las interacciones autistas de los niños pueden mejorar con
el tiempo y sus deficiencias se suelen marcar más cuando
lo hacen con adultos. Esto se debe a que: el niño "normal"
tiene dificultades para aproximarse y responder adecuadamente a
un niño autista aparentemente incomunicativo o
extraño; la propia limitación de la
motivación para implicarse en intercambios
recíprocos verbales o no verbales; y a la carencia de
juego imaginativo. Además, los adolescentes
autistas son menos propensos a iniciar una situación de
implicación interpersonal de una forma natural.
Hay ciertas clases de deficiencias sociales que son relativamente
específicas en los autistas; son deficiencias que no
pueden atribuirse a niveles bajos de capacidad cognitiva o
lingüística, ni tienen un carácter general, ya
que no afectan a todas las clases de intercambio.
Los niños autistas pueden responder de forma vivaz a
juegos de contacto físico (cosquillas) y son capaces de
establecer contacto ocular y a veces de combinarlo con gestos
cuando piden algo. También muestran interés
por realizar y mantener rutinas sociales que impliquen seguir
turnos. Por tanto, existe un cierto tipo de implicación
psicológica interpersonal, que los autistas sólo
experimentan de una forma parcial.

3. Reeducación
Logopédica

Métodos Tradicionales

Ninguna terapia funciona para todos los individuos con
Trastorno Autista. Muchos profesionales y familias utilizan, de
manera simultánea, todo un rango de tratamientos, que
incluyen la modificación de la conducta, enfoques de
educación
estructurada, medicación, terapia del lenguaje, terapia
ocupacional, y asesoramiento. Todos estos tratamientos promueven
un comportamiento
social y comunicativo más normal, y minimizan los
comportamientos negativos (p.Ej.: hiperactividad, comportamiento
repetitivo, con falta de sentido, auto-lesivo, agresividad) que
interfieren con el funcionamiento y el aprendizaje
del niño. Está aumentando el interés en
tratamientos a los niños preescolares trabajando muy de
cerca con la familia,
para ayudar al niño a resolver los problemas que se pueda
encontrar en casa, antes de que asistan a la escuela. Muchas
veces, cuanto antes se empieza el tratamiento, mejor es el
resultado.

Atajar los problemas de conducta

Como los niños con autismo se esfuerzan
enormemente para sacar algún sentido de las muchas cosas
que los confunden, ellos se comportan mejor en un entorno
organizado, donde las reglas y las expectativas son muy claras y
consistentes. El entorno del niño debe ser muy
estructurado y predecible.
Muchas veces, un problema de conducta indica que el niño
está tratando de comunicar algo –confusión,
frustración, o miedo. Piense en la conducta del
niño como un mensaje que tiene que ser descodificado.
Trate de determinar las posibles causas del comportamiento.
¿Ha cambiado recientemente la rutina o los horarios del
niño? ¿Se ha introducido algún elemento
nuevo que pueda estar angustiando o confundiendo al niño?
En cuanto mejoran las habilidades de comunicación de un
niño, los problemas de conducta a menudo disminuyen, pues
el niño ya dispone de un medio para expresar lo que le
molesta, sin tener que recurrir al comportamiento negativo.
Se ha demostrado que el uso de estrategias de refuerzo al
comportamiento positivo de estos niños es efectivo. Es
importante recordar que:

  1. Los programas deben
    establecerse de manera individual, porque los niños
    varían mucho en sus habilidades e inhabilidades.
    Enfoques de tratamiento que funcionan en unos casos pueden no
    funcionar en otros.
  2. Los niños con autismo tienen dificultades para
    generalizar de una situación a otra. Las habilidades que
    pueden aprender en la escuela tienden a no extenderse al hogar
    o a otros entornos. Es muy importante ser consistentes en el
    tratamiento de un problema a lo largo de todas las áreas
    de la vida de un niño -escuela, comunidad y
    hogar-. Esto refuerza la generalización de los cambios
    en la conducta.
  3. Un enfoque basado en el hogar-comunidad, que
    enseñe a familiares y profesores de educación
    especial a llevar a cabo estrategias de reforzamiento de
    conductas positivas, puede ser fundamental para alcanzar
    resultados óptimos.

Programa Educativo Apropiado

La educación es la principal herramienta en el
tratamiento de este tipo de niños. Muchos niños con
autismo experimentan sus mayores dificultades en la escuela,
donde las exigencias de atención y de control de los
impulsos son requerimientos virtuales para el éxito.
Las dificultades de la conducta pueden evitar que muchos
niños se adapten al aula, sin embargo, con la ayuda
educativa adecuada, es más facil que estos niños se
adapten a la escuela.
El ingrediente más esencial de un programa
educativo de calidad es un
maestro con conocimientos. Otros elementos de un programa
educativo de calidad incluyen:

  • clases estructuradas, consistentes y predecibles, con
    horarios y tareas bien visibles y explicados con
    claridad;
  • presentación de la información tanto
    visual como oralmente;
  • oportunidades para interactuar con compañeros
    no discapacitados, que sirvan como modelo de
    unas habilidades de lenguaje, sociales, y de comportamiento
    adecuadas;
  • centrarse en mejorar las habilidades de
    comunicación de los niños, por medio del uso de
    herramientas
    como los dispositivos de comunicación;
  • número de estudiantes reducido, y distribución adecuada de las sillas, para
    ayudar al niño con autismo a evitar las
    distracciones;
  • curriculum modificado, basado en las los puntos
    fuertes y débiles de cada niño;
  • uso de una combinación de reforzamiento de
    comportamientos positivos, y otras intervenciones educativas;
    y
  • comunicación frecuente y adecuada entre
    profesores, padres y terapeutas.

Tratamiento Medico

El principal objetivo del
tratamiento médico en niños con autismo es el de
asegurar la salud física y
psicológica, un buen programa preventivo de salud debe
incluir chequeos físicos regulares para monitorizar el
crecimiento, la visión, la audición, y la presión
sanguínea; vacunaciones de acuerdo al calendario; visitas
regulares al dentista; y atención a la dieta y a la
higiene. Un
tratamiento médico efectivo empieza por una evaluación
médica completa. La evaluación previa al
tratamiento es esencial para detectar posibles condiciones
médicas, tales como un trastorno de convulsiones. No
existe ninguna medicación específica que ayude a
todos los niños con autismo. Algunas medicaciones pueden
ser útiles, pero para muchos niños con autismo ,
hay que experimentar con los niveles de medicación hasta
encontrar la combinación y las dosis óptimas. Dado
que esto difiere con cada niño, no existe ningún
tratamiento médico definido, sino un régimen de
medicación individual para cada uno de ellos. Debido a
esta complejidad, se ve el tratamiento médico como un
tratamiento que sólo se debe utilizar cuando otros tipos
de tratamientos han fallado. Es importante resaltar que la
medicación puede ser importante y necesaria para tratar
condiciones que pueden coexistir en niños con autismo,
tales como el trastorno de déficit de atención, o
el trastorno compulsivo obsesivo.
La decisión final de los padres sobre la
utilización de medicación, como parte de la terapia
del menor, es muy personal, y debe ser respetada y apoyada. La
medicación debe utilizarse siempre en conjunción
con otras terapias, y sus efectos deben ser monitorizados por
medio de información que debe retroalimentar el propio
niño, los padres, y los maestros.

Tratamiento Psicológico

El consejo psicológico puede ser muy útil
a las familias, para ayudarlas a adaptarse al hecho de tener que
criar a un niño con discapacidad. Si el pequeño ya
asiste a un programa de la escuela, tanto los padres como los
profesores deben ser informados de los síntomas del
trastorno, y de como estos síntomas pueden afectar a la
habilidad del niño para funcionar en el hogar, en el
barrio, en la escuela, y en situaciones sociales. Los
psicólogos pueden ofrecer una evaluación continua,
consulta escolar, gestión
y manejo de situaciones, y entrenamiento de
la conducta. Algunos niños también se pueden
beneficiar de los consejos de un psicólogo experimentado
que entienda sobre los trastornos del desarrollo. El trabajo en equipo
de la familia puede aliviar la carga de la persona que cuida del
niño, y que también necesita de un sistema de
apoyos.

Otras Terapias y Tratamientos

Mientras exploran las opciones de tratamiento
disponibles para ayudar a los niños con autismo, los
padres y otras personas pueden encontrarse con varias terapias
que se pueden aplicar junto con las terapias tradicionales.
Cuando se esté considerando el aplicar una de estas
terapias a un niño, haga preguntas y evalúe
cuidadosamente el programa. Es importante pedir una descripción del programa por escrito, que
incluya su duración, frecuencia de las sesiones, coste, y
la razón, o la filosofía, o el propósito
básico del programa. Es importante investigar las
credenciales del director y de los miembros del personal del
programa, y si existe evidencia que demuestre la efectividad del
programa, así como sus posibles efectos colaterales
negativos. A continuación de describen algunos de los
programas alternativos disponibles:

Comunicación Facilitada

Este método
consiste en animar a las personas con disminución de la
comunicación a que se expresen por si mismas. Por medio de
asistencia física, una persona, llamada facilitador
ayuda al individuo a
deletrear las palabras utilizando un teclado de
máquina de escribir, o de computador, o
cualquier otro tablero con letras. La facilitación puede
consistir en apoyo mano-sobre-mano, o en un simple toque del
hombro. El individuo con discapacidad empieza el movimiento,
mientras que el facilitador le ofrece apoyo físico.
En los últimos años se ha informado de
anécdotas exitosas de la terapia de Comunicación
Facilitada. También han provocado una considerable
controversia, porque generalmente, no están respaldadas
por investigación empírica.
Aparentemente, la Comunicación Facilitada tiene potencial
para convertirse en una técnica útil en algunos
niños con autismo, particularmente aquellos que son
lectores precoces, y son buenos en otras formas de
comunicación, como los computadores y los signos, pero que
tienen seriamente disminuidas sus habilidades de
comunicación verbal.

Terapia de Integración Auditiva

La AIT utiliza un dispositivo que selecciona, de manera
aleatoria, frecuencias altas y bajas de una fuente musical (una
reproductor de cinta o de CD), y se las
envía al niño a través de auriculares.
Existen anécdotas sobre los efectos positivos de la AIT.
Algunos de los resultados de los que se ha informado incluyen
disminución de la sensibilidad a los sonidos, lenguaje
más espontáneo, desarrollo de lenguaje más
complejo, responder las preguntas en contexto, mayor
interacción con iguales, y comportamiento social
más adecuado. Sin embargo, todavía no están
disponibles resultados significativos de un estudio bien
diseñado sobre el programa. Todavía no está
claro como funciona la AIT, y si la gente se puede beneficiar de
esta terapia.

Terapia de Integración Social

La integración Sensorial es el proceso que tiene
el sistema nervioso
central para organizar la información sensorial por
áreas de uso funcional. Se refiere, por lo general, a
procesos que
se llevan a cabo en el cerebro, y que
permiten a las personas conectar las imágenes,
sonidos, tactos, sabores, olores y movimientos, para interactuar
con el mundo que las rodea (Mailloux & Lacroix, 1992).
Basado en resultados de la evaluación, un terapeuta
ocupacional que haya sido entrenado en Integración
Sensorial guía a un individuo a través de
actividades que plantean retos a su habilidad para responder de
manera adecuada a la estimulación sensorial. Este tipo de
terapia está dirigida a mejorar el como los sentidos de
un individuo procesan la estimulación y trabajan juntos
para responder apropiadamente. Al igual que otras terapias, no
existen investigaciones
concluyentes que demuestren que se obtenga un progreso claro por
medio de la Terapia de Integración Sensorial.

El método Lovaas 

Este método (que es un tipo de Análisis de Comportamiento Aplicado [ABA]),
desarrollado por el psiquiatra Ivar Lovaas, en UCLA, es un
programa intenso de intervención, diseñado
originalmente para niños en edad pre-escolar con autismo.
Utiliza técnicas
conductuales, (moldear o recompensar conductas deseadas, e
ignorar o desaconsejar las conductas no deseadas), para alcanzar
sus metas. Generalmente, este método consiste en 30 a 40
horas semanales de habilidades básicas de entrenamiento
académico, de lenguaje, y de comportamiento. La terapia
consiste en 4 a 6 horas diarias de entrenamiento bis-a-bis, entre
5 y 7 días a la semana. Algunas investigaciones han
demostrado mejoras dramáticas en 50% de los niños
que reciben este tipo de terapia. El método Lovaas
está obteniendo una gran atención, pero, al igual
que otras terapias, todavía necesita más
estudio.

Terapia de Vitaminas

Alguna evidencia anecdótica ha demostrado que la
vitamina B6 y el magnesio ayudan a los niños con autismo.
La razón detrás de esto es que la vitamina B6 ayuda
a la formación de neurotransmisores, de los cuales se
sospecha que no funcionan correctamente en dichos niños.
(Dalldorf, 1995).

Intervención Dietaria

Se ha encontrado que algunos individuos con autismo
tienen sensibilidad o alergias a comidas. Algunos padres optan
por que médicos alergólogos evalúen a sus
hijos y, basados en los resultados de dichas pruebas, poder
eliminar o restringir de su dieta aquellos alimentos a los
que los niños muestran una mayor sensibilidad. Por
ejemplo, algunos alimentos parecen aumentar la hiperactividad y
el comportamiento tipo-autista. Se ha demostrado que el eliminar
dichos alimentos de la dieta del niño, ayudan a disminuir
dichos comportamientos negativos.

Terapia Anti-Levadura 

A menudo la progresión del autismo incluye
conductas no usuales y problemas de comunicación que
aparecen en los primeros años de vida, época en la
que se trata a muchos niños con antibióticos, por
problemas tales como infecciones del oído
medio. Los antibióticos pueden dañar la flora
intestinal y, posiblemente, causar un "sobre-crecimiento de la
levadura". Sin embargo, la existencia de niveles altos de
levadura en niños con autismo podrían deberse a una
coincidencia (Dalldorf, 1995). Algunos padres han notado que el
proporcionar a sus hijos medicación Anti-Levadura
disminuye algunos comportamientos negativos. Resultados
preliminares de algunas investigaciones apoyan este tipo de
tratamiento; sin embargo, los resultados no son
concluyentes.

Teacch

Está basado en la comunicación visual por
medio de imágenes y símbolos que representan conceptos o
palabras y ha sido utilizado principalmente por el sistema
escolar para educación especial de varios estados de la
unión americana. Es una excelente opción para
trabajar en los niños una vez que están bajo
control instruccional y fijan su atención.

PECS (Picture Exchange Comunication
System):

Es un método de comunicación visual y de
lecto-escritura que
ha sido aplicado con bastante éxito en algunos estados de
la unión americana.

Métodos Tomatis y Berard

Estos métodos se
basan en adiestrar auditivamente al niño y con ello abrir
canales en su cerebro. Sus resultados son muy discutidos. Los
padres podrían considerar este tipo de terapias cuando el
niño muestre demasiada sensibilidad a los
ruidos.

Musicoterapia

Se busca el vínculo con el niño a
través de la música y el ritmo.
Hay terapeutas de esta rama que afirman dar nociones matemáticas a través de este
método, pero no ha sido comprobado. En algunos
niños ha dado buenos resultados.

Delfinoterapia, equinoterapia, y terapia asistida con
animales
domésticos

Terapia con delfines,
caballos, etc. Si tiene acceso a alguno de este tipo, sin
discutir sus ventajas o desventajas, el niño tendrá
una experiencia única.

  1. Tratamiento
    elegido

Como ya sabemos, el autismo es una enfermedad de origen
incierto.

Existen numerosas terapias pero ninguna centrada en el
aprendizaje del lenguaje, ya que esta es la principal
disfunción de estas personas. A pesar de ello, se trabaja
este aspecto mediante terapias centradas en la
comunicación.

Esta patología se caracteriza por un fuerte
déficit en la adquisición y desarrollo del lenguaje
tanto verbal como no verbal. Por ello las terapias dirigidas a
este colectivo tienen como principal objetivo potenciar aquellos
aspectos de la comunicación que pueden beneficiar, aunque
sea de forma indirecta, a que los niños autistas mejoren
la calidad de las relaciones con su entorno.

Son numerosas las terapias dirigidas a mejorar la
calidad de
vida de los autistas. Entre ellas destacan las que se basan
en el trabajo
terapéutico con animales. Éstas consiguen
establecer un vínculo con el autista a través de
diferentes animales como caballo, delfines, perros,
etc…

Terapia Asistida con Animales

Durante las relaciones con los animales entramos en un
estado
alterado de consciencia en la que la humildad y la nobleza de
espíritu forman parte de esta interacción y por
tanto "desaprendemos" las pautas de conducta de enfrentamiento
con el mundo y empezamos a tener consciencia de formar parte del
mundo natural.
Porque el contacto con la Naturaleza nos hace revivirlos
sentimientos más nobles y de interacción con el
mundo, que nos hace comprender que somos parte integral de
él. Aprendemos que tenemos un sitio y aprendemos a
disfrutar de los sentimientos que nos integran directamente a
formar parte de la Creación.
Porque los animales nos ayudan a través de mensajes,
algunas veces subliminales, que entran directamente a nuestro
"inconsciente" y que nos enseñan a valorarnos, a
relajarnos y a descubrir quienes somos y porqué estamos en
el aquí y en el ahora. Nos conducen hacia nuestro
presente.
El caballo tiene el más puro instinto de fuerza y
nobleza en su contacto con los seres humanos; y ésto,
añadido a su gran tamaño, hace que la
relación del ser humano con él produzca un mejor
contacto con el instinto más puro y, por tanto nos ayuda a
mejorar nuestras relaciones interpersonales y la autoimagen de
uno mismo.
Los delfines como maestros terapeutas, no solo por su
conducta hacia nosotros en medios
saludables para ellos, sino porque emiten sonidos que equilibran
la homeostasis de
nuestro ser. De los delfines aprendemos su sentido lúdico
de la vida y a compartir juegos y a relajarnos
relajándoles a su vez a ellos, ya que son animales
nerviosos y juguetones, y según investigaciones, ya
extendidas mundialmente, son muy buenos terapeutas, tanto para
niños con disfuncionalidades, como para ancianos y, para
todas las personas que aprecien el jugar e interaccionar un rato
con ellos, por supuesto en su medio. Emiten sonidos curativos y
son sanadores holísticos.
Con los perros aprendemos la fidelidad, la honestidad y la
defensa del territorio, así como del amor incondicional
que profesan hacia nosotros, de los gatos a relajarnos,
así como la independencia
y el estar alerta en los momentos de relajación, de los
caballos la salida más noble a nuestros impulsos y de los
animales de granja a resolver los temores y bloqueos. Y de
todos aprendemos sobre temas que tienen que ver con la
territorialidad y el uso del espacio.
La terapia asistida con animales (en la que interactúan
personas, terapeutas y animales) completa el proceso de
introspección que en terapias tradicionales se llevan a
cabo solamente mediante la comunicación entre seres
humanos.

Beneficios indirectos

La existencia de programas terapéuticos con
animales genera una serie de beneficios no cuantificables que son
de igual manera muy importantes:

  • No solo las personas enfermas o discapacitadas son
    beneficiadas, sino que también las familias de las
    mismas y el personal médico de las instituciones que las atienden.
  • Mediante las actividades se puede educar y crear
    conciencia en la gente de las necesidades y responsabilidades
    que significan el cuidado y buen trato de los animales. Con los
    niños este punto es vital, puesto que ellos interiorizan
    rápidamente su experiencia y generan conductas afectivas
    con los animales, que se perpetuarán durante sus
    vidas.
  • Los animales que participan son tratados y
    mantenidos en las mejores condiciones, además de recibir
    el cariño de todos quienes los rodean.
  • Las personas encargadas de la zooterapia, en
    cualquiera de sus modalidades, sienten la gratificación
    de desarrollar una actividad de ayuda social que es
    emocionalmente muy bien recompensada por quienes la
    reciben.

Aspectos científicos

La explicación al fenómeno de la
zooterapia pasa por el sistema nervioso central (SNC), y
específicamente por el sistema límbico del cerebro,
encargado de regular el componente emocional de nuestra
conducta
.  Al respecto, la visualización y el
contacto con la naturaleza induce la liberación de
endorfinas
a este nivel del SNC, generando sensaciones de
tranquilidad
que distensionan y gratifican nuestros procesos
mentales. En general, cualquier constituyente de la naturaleza es
capaz de inducir este efecto, pero son aquellos elementos que
interaccionan directamente con el hombre los
que entregan mejores resultados. Es el caso de los animales.
Con los niños, estos resultados son aparentemente mayores
y más notorios, debido a la preponderancia del pensamiento
afectivo que los caracteriza, por sobre la racionalización
y el control de los impulsos instintivos primarios que son
representativos más bien de los adultos.  Sin
embargo, niños, jóvenes, adultos y ancianos, tanto
sanos como enfermos, son capaces de experimentar estas
sensaciones y beneficiarse de ellas.
Por otra parte, se ha determinado claramente que existen
estrechos vínculos entre las funciones corporales y
el estado
psíquico, al grado que muchas enfermedades
orgánicas y la resolución de las mismas son
consecuencia de diversos procesos mentales.  Es el sistema
inmune que, en la gran mayoría de estas patologías,
participa modulando su accionar según el estado mental del
individuo.  Por lo tanto, situaciones de alegría,
tranquilidad y optimismo facilitan la recuperación
orgánica de cualquier injuria o enfermedad que la afecten,
constituyéndose sin duda, en la principal causa del
beneficio que significa el acercamiento entre las personas y los
animales. Existen otros mecanismos terapéuticos comunes a
las distintas modalidades de zooterapias que refuerzan los
aspectos psicológicos mencionados. Entre estos
destacan:

  • Se estimula la producción de células
    T, endorfinas y hormonas.
  • Mediante la entretención generada, los
    pacientes se distraen de dolores y estados
    depresivos.
  • Se facilita la interacción entre desconocidos,
    disminuyendo la sensación de soledad.
  • Mediante el ejercicio, la actividad, la
    alegría y el optimismo se favorece enormemente la
    autoestima
    de quienes acceden a las terapias con
    animales. 

Delfinoterapia

En términos generales, esta modalidad es un
procedimiento
terapéutico basado en un trabajo
dirigido al paciente tanto dentro como fuera del agua,
quien se relaciona a las extraordinarias características
de tolerancia y
apertura de los delfines. 
Está claro que el delfín goza de algunas "ventajas"
con respecto a otros animales, la principal es el medio en el que
habita, "el agua". Todos
sabemos que este medio de por sí, ya es
terapéutico. El siguiente aspecto es el carácter
social que muestran casi todos los delfines, siempre queriendo
interactuar con su sonrisa eterna, y por último, su
mitificación. Todo el mundo, por mucho que se les informe, siempre
creen que es un ser especial, y lo es, pero no como ellos se
piensan.

Niños y adultos logran incrementar su nivel de
atención como resultado del deseo de interactuar con los
delfines.  El propósito general de una delfinoterapia
es motivacional, aunque se pueden lograr otros objetivos
relacionados al lenguaje, motricidad y pensamiento
conceptual.  Se han citado otros logros de este
procedimiento, entre los que destacan:

  • El sistema de localización sonora de los
    delfines puede explicar los cambios celulares y tisulares y la
    influencia en las neuronas vía resonancia,
    cavitación o sonoforesis.
  • Después del contacto con los delfines se ha
    observado una mayor sincronicidad entre los hemisferios
    cerebrales, además de un mayor grado de ondas
    cerebrales lentas en el espectro de alfa y theta.  Esta
    situación activa el sistema inmune y auto regula los
    procesos corporales.

Las primeras investigaciones utilizando delfines con
niños discapacitados se realizaron en EE.UU. hacia 1978,
período desde el cual se han venido descubriendo las
importantes bondades terapéuticas del contacto con estos
animales.

En el caso específico del Autismo, en el cual una
de las teorías
más fuertes es la ausencia parcial o total de
neurotransmisores, estimula directamente al hipotálamo a
producir endorfinas que son las células neurotransmisoras
y estimula la producción de la hormona ACTH, la cual
produce en los pacientes, sensación de estabilidad
(sensación de estar en equilibrio
emocional)

Por esto se habla de que produce cambios
neuroquímicos y neuroeléctricos. Ya que con las
terapias tradicionales, se trabaja en un miembro determinado del
cuerpo para producir un cambio en el cerebro. Mientras que con la
delfinoterapia, se trabaja a nivel cerebral, para producir un
cambio físico y mental

Esto no quiere decir que la delfinoterapia, venga a
sustituir las demás terapias tradicionales, sino que viene
a reforzarlas, ya que después de un tratamiento de
delfinoterapia, se van a aprovechar más las demás
terapias.

Los pasos a seguir para el tratamiento de un niño
autista son los siguientes.

1. Recopilación de toda la información del
paciente, antecedentes familiares, diagnóstico médico, tratamientos
aplicados, medicación recetada.

2. Se evalúa al paciente, y de acuerdo a los
resultados de los puntos 1 y 2, se traza el tratamiento a seguir,
y los objetivos específicos a lograr.

3. Al introducirlo al agua, se realiza un periodo de
adaptación basados en las propiedades físicas del
agua, dicha adaptación es la siguiente :

Adaptación Mental. Introducirlo al agua
siempre en brazos del terapeuta, mojándole la cara para
que tenga la certeza de que el agua no le
va a hacer daño.

Separación: Acercándolo y
separándolo del terapeuta para generar una autoconfianza
en el niño, evitando que el terapeuta se convierta en un
chaleco salvavidas físico o mental

Rotación: Colocando al paciente en las
posiciones que utilizaremos en el agua para realizar la
terapia.

Equilibrio: Enseñándole al
paciente a mantener la armonía y tranquilidad.

Desplazamiento por encima del agua:
Mostrándole que puede desplazarse por encima del agua sin
ninguna dificultad.

Desplazamiento por debajo del agua:
Mostrándole al paciente, que al hundirse, ni al terapeuta
ni a él, les va a pasar nada malo.

Técnicas de Relajación:
Realizando una serie de ejercicios, para lograr una
relajación total antes de iniciar la terapia.

Desplazamiento individual: Ayudado por un
flotador adicional, que no es el terapeuta.

4. Después de lo anteriormente realizado,
continua una adaptación al delfín, en la cual el
paciente ve acercarse el delfín para ser tocado, besado, y
de esta manera iniciar la estimulación e
integración de los 3 elementos básicos de la
terapia (Paciente, Terapeuta y Delfín).

Al iniciar el periodo de adaptación al
delfín, el paciente usa 2 flotadores, los cuales se van
suprimiendo al transcurrir las sesiones, de acuerdo a las
reacciones y necesidades de cada paciente.

Equinoterapia

Las personas autistas parecen no entender las simples
formas de comunicación verbal y no verbal, se alejan de
las personas y del mundo que los rodea. Se entretienen con
algunas actividades y objetos que interfieren en el aprendizaje,
no se interesan en compartir sus cosas con otros niños y
generalmente no aprenden por medio de los métodos
tradicionales de enseñanza, observación e imitación.

El funcionamiento defectuoso de la proteína
llamada metalotioneina (MT) es una característica
distintiva del autismo. Esta anormalidad (que se cree que es
genética)
resulta en un trastorno del desarrollo cerebral y extrema
sensibilidad a los metales pesados y
a otras sustancias ambientales. La experiencia nos ha demostrado
que aplicando distintas estrategias, la Monta Terapéutica
es un complemento extraordinario para el manejo de problemas de
comportamiento y aprendizaje en niños y jóvenes con
autismo.

En las formas de trabajo mediante la Hipoterapia para el
abordaje de estos alumnos, los especialistas se basan en el
principio de la modificación de la conducta, utilizando
muchos y diferentes refuerzos extrínsecos
(biológicos o primarios y sociales) que son los premios y
reconocimiento que transmite el profesional.

Cada alumno presenta una idiosincrasia muy particular en
lo que respecta a la calidad de los refuerzos, los que para
algunos pueden ser positivos, para otros les resulta totalmente
lo contrario; por eso es indispensable conocer bien al alumno
para determinar los refuerzos a utilizar para cada uno en
particular, lo que sí se ha podido comprobar, es que todos
los niños encuentran el movimiento del caballo
agradable.

Los refuerzos intrínsecos (los que surgen de la
propia actividad o conducta que el niño disfruta) son los
más difíciles de promover y la Monta
Terapéutica brinda esta posibilidad, ya que el
niño, si está bien dirigido, desde el principio, o
en pocas clases, comienza a disfrutar de algunos de los
beneficios que nos brinda el caballo. La constante pérdida
del equilibrio que se produce en un cambio de aire y su pronta
recuperación para continuar montado, provoca una obligada
concentración.

La relación jinete-caballo que generalmente es
espontánea y auténtica en otros niños, en
estos casos se da al principio como respuesta más a la
curiosidad que a lo afectivo; el éxito de una buena
relación se va a dar en forma paulatina y va a depender
entre otras cosas de la capacitación, y perseverancia del
profesional. La temperatura y
el pelo tan suave del caballo invitan a un contacto táctil
que al principio puede ser automático pero tal vez pueda
transformarse en una manifestación afectiva, fundamental
para este tipo de aprendizaje.

El mundo ecuestre le brinda al alumno con autismo, una
manera diferente de aprender. Los objetivos operacionales se
concretan con éxito, gracias a las específicas
estrategias de aprendizaje y a las características propias
de la actividad.

Las vivencias en la Monta Terapéutica toman mayor
relevancia en las áreas pedagógicas,
psicológicas y sociales, incentivando:

– la comunicación funcional.
– favoreciendo la comunicación no verbal.
– promoviendo habilidades para satisfacer la necesidades de los
alumnos sin comunicación.
– suplantando las conductas negativas causadas por la
frustración en la falta de comunicación.
– conductas apropiadas.
– promoviendo la concentración.
– la atención visual.
– la capacidad de respuestas a consignas concretas, mejorando el
nivel cognitivo del alumno.
– aumentando el deseo de la comunicación, etc.

De esta manera estamos estructurando las bases para
desarrollar el lenguaje verbal. Hay que ayudar a estas personas
con principios básicos de Equinoterapia en un plan de acción
terapeutico-educativo, entendiendo a la persona como una unidad
de mente – cuerpo y espíritu, abordando
transdisciplinariamente las áreas del lenguaje y
comunicación, cognitiva, motor grueso,
motor fino, sociabilidad y autocuidado, aprovechando los
refuerzos intrínsecos que la actividad genera, influyendo
en la razón a través de la emoción y en las
trayectorias motoras y expresivas por medio de las trayectorias
sensoriales de entrada.

En lo que respecta a los alumnos con autismo, son
fundamentales los refuerzos extrínsecos que irán
variando en intensidad y calidad, de acuerdo a cada uno en
particular y a la respuesta y necesidad según el momento
del aprendizaje.

Los caballos han demostrado ser excelentes 'terapeutas'
para ayudar a niños con problemas como autismo y
parálisis cerebral, entre otros.

La rehabilitación de niños con deficiencia
mental, autismo, parálisis cerebral y trastornos de
personalidad,
ha trascendido ya las paredes de consultorios y hospitales para
complementarse con otras alternativas.

Una de ellas es la hipoterapia, disciplina en
la que los pacientes interactúan con caballos
especialmente entrenados para recobrar la fuerza, libertad y
armonía que la disfunción les
robó.

Al compás del trote de los caballos, los centros
nerviosos de los enfermos son estimulados, e incluso se ha
comprobado que ciertas hormonas producen  sustancias
neurotransmisoras en el organismo que dan una sensación de
bienestar, relajación y euforia a los niños que los
montan, los caballos simulan las funciones de varios aparatos
ortopédicos, ya que sus movimientos oscilatorios van
directamente hacia los centros nerviosos, produciendo así
una relajación de los músculos y la
elevación del tono muscular, lo cual beneficia a pacientes
con contracturas en su cuerpo.

Los cuadrúpedos logran captar la atención
en niños con problemas neurológicos. Enseñar
a los pacientes con síndrome de
Down y niños autistas a dar órdenes a los
caballos, se estimulan sus procesos de aprendizaje y percepción.

"El caballo les enseña porque hay una orden
verbal, una estimulación somática y una
incitación física, esto es, el niño siente
la instrucción".
Dibujos,
rompecabezas, cuadernos para iluminar con la figura del caballo,
son los primeros acercamientos que los niños tienen con el
animal. 

Después recorren las caballerizas a fin de que
observen la forma de vida del equino, cómo lo bañan
y cómo lo alimentan.

La terapia consta de tres fases:

Hipoterapia pasiva. Consiste en montar al infante en el
caballo para lograr la interacción, confianza y
atención del niño. En pacientes con autismo, el
simple hecho de montar al caballo genera un decremento de
conductas autorepetitivas y funciones alteradas.

La etapa dos o hipoterapia activa. En ella se
enseñan órdenes sencillas para controlar al equino,
lo que favorece el aprendizaje del paciente.

La última etapa o ecuestre. El niño ya
aprendió a controlar sus movimientos corporales y a dar
instrucciones más elaboradas a los equinos.
No obstante la gran ayuda que proporciona el caballo al
niño, los padres deben estar conscientes de que los
niños tienen problemas irreversibles, y que aún no
hay una cura definitiva para los trastornos
cerebrales.

"La hipoterapia es un complemento que ayuda a los
niños a llevar de mejor manera otros tratamientos, pues el
caballo hace las funciones de un aparato fisioterapéutico,
incluso con una mayor cantidad de movimientos".
La terapia con caballos se inicia a partir de los 3 años
de edad; sin embargo, niños mayores también pueden
integrarse al equipo.

Se trabaja 2 veces a la semana en sesiones de 30 minutos
y el tiempo total de duración dependerá del avance
que presente el paciente.

Objetivos de la hipoterapia en
autistas

– Mejorar la atención visual,
– incentivar la concentración,
– aumentar la capacidad de respuesta a consignas concretas,
– estimular el deseo de la comunicación,
– disminuir los comportamientos alterados, suplantándolos
por conductas apropiadas,
– favorecer la obediencia,
– promover la capacidad de comprensión,
– facilitar la forma de interacción,
– influir positivamente en el A.V.D. (actividad de la vida
diaria)
– maximizar sus capacidades frente a su familia,
– proporcionar conocimientos apropiados para su edad,
– promover las bases para el lenguaje verbal,
– enfatizar el acceso a la comunidad,
– mejorar su calidad de vida.

Desventajas de la zooterapia

Actualmente, no están claras las posibles
desventajas de una zooterapia.
Indudablemente, el peligro de una zoonosis se
vislumbra como aquella de mayor importancia, y fundamentalmente
cuando se trata de visitas a personas enfermas o
inmunodeprimidas.
Un gran número de patógenos son candidatos de
infectar seres humanos que comparten o cohabitan con animales, y
es un riesgo inherente
que se puede controlar pero difícilmente eliminar. 
Por este motivo, es imprescindible contar con ejemplares tratados
por veterinarios, y mantenidos con todas las condiciones
adecuadas de manejo que requieren, incluyendo vacunas,
desparasitaciones, limpieza y buena alimentación.
Las probabilidades de una zoonosis debida al desarrollo de estas
actividades son difíciles de calcular, y dependen
directamente de las condiciones en que se llevan a cabo las
terapias. Sin embargo, con las medidas básicas de higiene
y de protección con las personas inmunodeprimidas
(mascarillas y guantes) el riesgo prácticamente se
anula.  Es de considerar, que las principales fuentes de
infección para quienes se encuentran en establecimientos
médicos de rehabilitación son las mismas personas
que circulan en ellas, incluyendo a los familiares; la
especificidad de especie que caracteriza a muchos
patógenos, provoca necesariamente una frecuencia mucho
mayor de enfermedades transmitidas entre seres humanos respecto
de las zoonosis.

Anexo

UNA AYUDA PARA NIÑOS CON LIMITACIONES
Terapeutas de cuatro patas

DEYANIRA TIBANA MUÑOZ

Subeditora de Bogotá

La pequeña Camila tiene la mirada perdida y un
rostro indescifrable. Está sentada en el pasto, al lado de
una joven que le hace musarañas y la llama
insistentemente. No reacciona.

Así permanece la mayor parte del tiempo. Su
autismo la mantiene alejada de familia, médicos,
terapeutas, todo, menos de ‘Victoria’, una perra
Golden Retriever diez centímetros más grande que
ella.

Desde que se conocieron se hicieron amigas. Fue una
cuestión de química.
‘Victoria’ aparece inquieta y brincona por el prado y
Camila la distingue a lo lejos. Sus ojos dejan de mirar a la nada
y se concentran en el animal. Cuando están cerca, la
niña agita la respiración a la misma velocidad con
que la perra mueve su cola.

Ella sonríe. Le juega con las manos. La abraza.
De vez en cuando le jala el pelo. La perra simplemente deja que
la niña haga lo que quiera. No importa si le duele. No
asoma ni un milímetro de sus colmillos.

La terapia comienza. Anita, la psicóloga, las
dirige. El objetivo es mejorarle los niveles de atención.
Si Camila recae en su mundo silencioso, ‘Victoria’ se
encarga de buscarla. La atrae solo con posar su nariz
húmeda en la mejilla de la niña.

"Camila lleva un mes con ‘Victoria’ y su
progreso es enorme. Su familia se ha podido acercar a ella", dice
Anita.

Desde el vientre

Para que ‘Victoria’ se volviera coterapeuta
de Camila en el Programa de Terapia Asistida que hoy desarrollan
la Fundación Ralston Purina y el Centro Colombiano de
Hipoterapia, más que pasar por clases de psicología
clínica, fue necesario ponerla a prueba desde antes de
nacer.

"Este programa tiene más de 10 años de
vida en España y
aquí apenas estamos comenzando",, dice Dayra Leyva,
directora de la Fundación. Se tocaron puertas sin mayores
resultados, entre otras cosas, porque muchos médicos no
creen que los animales superen lo que ellos hacen con la medicina
tradicional.

Al principio se utilizaron perros de exposición. "El experimento no
funcionó, porque son criados para que los miren. Ven una
cámara y se vuelven el centro de atención",
añade Gustavo Palomino, director del Centro de
Hipoterapia.

Por eso se optó por manejar el tema desde antes
del nacimiento. Cuando la perra está embarazada, se le
hacen masajes en el vientre para que sus crías se
acostumbren a sentir a la gente. Los futuros coterapeutas no
pueden ser agresivos, ni aislados o pasivos. No se pueden salir
de casillas en ningún momento. Y es obvio. Deben estar
preparados para un mordisco en una oreja o un jalón en la
cola, porque su trabajo se centra en ayudar a niños con
algún tipo de problema.

A los dos meses, los cachorros preseleccionados reciben
estimulación sensorial y auditiva, y a los cuatro,
empiezan a demostrar lo que pueden hacer.

Los resultados

Al lado de ‘Victoria’ también
están ‘Ramona’, ‘Antonella’,
‘’Ada’ y ‘Xiomi’. Todas perras
Golden Retriever, con excepción de ‘Xiomi’, la
labradora. Y son perras, no porque sean más maternales,
sino porque son menos pesadas para los niños.

Cada una tiene a su cargo un niño. Bryan tiene
problemas por deficiencias en su atención. Ahora trabaja
con ‘Ramona’. Antes de empezar su terapia, la
consiente, le lleva agua y la peina un rato.

"Bryan asiste a terapias para mejorar su capacidad de
atención. No se concentra", cuenta su terapeuta. Por eso
su trabajo con ‘Ramona’, que acaba de parir diez
perritos, consiste en jugar de manera ordenada.

Por ejemplo, a Bryan le dicen: lanza la pelota hacia
arriba, recógela, luego se la lanzas a
‘Ramona’ y cuando ella la traiga tú la
recibes. Esas instrucciones, aparentemente fáciles, son
complicadas para el niño. Después de uno, dos
intentos, el juego se completa. Bryan se siente satisfecho y
‘Ramona’ recibe una tocineta.

En otro extremo del Centro de Hipoterapia, Germán
David intenta gatear para alcanzar a ‘Antonella’ que
lo espera recostada en el pasto a escasos 30
centímetros.

Germán es un niño con parálisis
cerebral. A pesar de su limitación, conoce a su perra y
cuando por fin logra alcanzarla la abraza y dibuja una sonrisa en
su rostro.

La psicóloga comienza la sesión: "Repite
Germán: An-to-ne… Mira mi boca y muévela igual.
El ejercicio se hace una y otra vez. El pequeño se cansa y
recuesta su cabeza sobre el lomo de la perra. Ella ni se inmuta.
Luego le busca la barriga para rascarla. Uno de los placeres
caninos. Germán se ríe. ‘Antonella’
bate la cola. La terapia da resultados.

Tres horas más tarde Camila, Bryan y
Germán han terminado, pero no quieren que sus amigas se
vayan. La separación es difícil. Unos dependen
afectivamente de otros, y sin que nadie se los haya dicho,
aprendieron a fortalecer un lazo que ni el silencio ni la falta
de atención puede romper

"PROGRAMA DE AYUDA A PERSONAS CON AUTISMO".
(P.A.P.A).

La Terapias Asistida por Animales de
Compañía, (TAAC), no son la panacea a todos los
problemas, no son un "ábrete sésamo", hacía
el mundo interior del niño, especialmente cuando se trata
de niños muy trastornados, ya que en el mejor de los
casos, el progreso, es muy lento. Sin embargo, la experiencia de
los trabajos realizados por psicólogos como Levinson,
Condoret o Redefer, indican que tener un animal como apoyo a la
terapia, consigue acelerarla y la relación se establece
con mayor facilidad, sobre todo en el caso de Personas con
Autismo, en donde su utilización es mucho más
segura y efectiva.

Un claro ejemplo, es el de Betsabe, una Persona con
Autismo de tres años y medio, que solamente se interesaba
por objetos, como papeles, cajas o cubos, desinteresándose
por los animales que se estaban utilizando como coterapeutas.
Rechazaba cualquier tipo de contacto físico, como ser
cogida de la mano, y por supuesto, ser besada o abrazada. Durante
año y medio, no expresó ningún tipo de
atracción hacía ningún perro o gato, hasta
que casualmente un día, una paloma entró por la
ventana de la habitación en donde se encontraba. Su
reacción fue impresionante, por primera vez sonrió,
imitando con dificultad el vuelo del pájaro con sus manos.
Por primera vez, pronunció sonidos distintos a los
habituales "que, que", dijo en un intento de comunicarse con la
paloma. Posteriormente Condoret, introdujo palomas en la
rehabilitación de Betsabe, y poco a poco, comenzó a
desear contactar con la paloma, llegándolo a hacer.
Aprovechando esa actitud, se le introdujo de nuevo al perro, para
observar la reacción. El resultado fue que Betsabe, deseo
acariciarlo, llegando incluso a besarlo. Esta actitud se
generalizó, y Betsabe comenzó a relacionarse con su
profesora, y tras meses de terapia, se relacionó
positivamente con sus compañeros, dejando incluso que la
besaran.

Bibliografía

 

Gabriela Prepelitchi

Partes: 1, 2
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