La ética en la actividad humana: ¿Imitación o responsabilidad?
- Ética y actividad humana:
Los modelos griegos - ¿Quién
realiza la actividad etica?: El sujeto
ético - ¿Cómo
entender la acción humana?: Responsabilidad o
imitación - La
ética social como ética de la
responsabilidad
Inicialmente se examina cuando y cómo
surgió la idea de la ética
relativamente a la acción
humana y se caracteriza el sujeto al que corresponde dicha
actividad. Seguidamente considera que hoy la actividad humana se
ha desarrollado según dos direcciones enfrentadas:como
imitación, en la que el hombre obra
según estrategias de
supervivencia, y como responsabilidad en la que la acción humana
instala un fin en el mundo que exige hoy un sujeto argumentador
solidario de la racionalidad crítica
y de su consecuencia la acción
comunicativa.
1 Ética y
actividad humana: Los modelos
griegos
La ética no estuvo siempre ligada a la actividad
humana. En el mundo griego la idea de physis (naturaleza),
defendida por los pensadores presocráticos se opuso a la
de nomos (costumbres, cultura). Para
los presocráticos la ley divina era
una ley natural a la que tenían que obedecer, si
pretendían ser morales, todos los nomoi (leyes humanas).
Así, se dice que Hesíodo había sostenido que
Zeus instituyó una sola ley para todos los hombres que,
contrariamente a las bestias, podían hacer justicia. De
la misma forma Heráclito sostenía que todas las
leyes se nutren de una sola, la divina (1). La ley
moral era
entonces una ley natural, común a todos los hombres, que
estos podían realizar siguiendo simplemente la naturaleza.
La moral no
dependía de su acción, sino de su naturaleza. Pero,
con base en esta tesis se
desarrolló la idea de los modelos morales, así por
ej. el modelo del
buen navegante, cuya disposición tenía que imitar
aquel que quisiera ser moral (actuar bien). Se pretendía
evidentemente poner la divinidad al servicio del
hombre, del individuo,
pues, el modelo recogía en forma teórica los
dictados de la divinidad de manera que el hombre
pudiera conocerlos e imitarlos. Así, se pretendía
asegurar la bondad de la acción.
Realmente la unión de la ética con la
acción humana entendida como forma distinta de la natural
se debió a los sofistas. En efecto, estos hicieron del
orden cultural, de los nomoi (de las costumbres), el orden
privilegiado, entendiendo que era el único que
permitía constituir un orden social como orden
político y moral. Y, los nomoi eran para los
sofistas algo que las gentes hacen, que depende de su
acción, por tanto, algo de lo que sólo los hombres,
todos y cada uno, son responsables. De ahí surgieron los
primeros problemas;
como los nomoi no forman parte de la naturaleza, en la que
el soplo de la divinidad unifica toda realidad, sino que son
fruto de la convención, resultará que gentes
diferentes poseerán leyes diferentes. Por ello, con la
sofística la unidad moral desaparece, es relativa a los
grupos de
gentes, incluso a los individuos.
La obra de Platón
vino a ser una solución al problema de la unidad moral.
Puso de manifiesto que, junto a la oposición physis /
nomos, hay un tercer tipo de entidades, las ideas, que
son las que constituyen la verdadera realidad de las cosas, y que
la idea suprema, el bien preside la naturaleza toda. El bien es
una realidad cerrada sobre sí misma que se halla
más allá de las mismas ideas y que, todo lo
más, se realiza en forma paradigmática en el estado, en
la polis.
El supuesto platónico es que la idea, realidad
verdadera, constituye la unidad de naturaleza y sociedad, pero
al precio de
sacrificar la individualidad. La acción humana imita
siempre una idea pero esta imitación no puede instalar un
orden verdadero si no se realiza como orden moral y éste
sólo se realiza en la polís, pues, su
condición es que cada hombre cumpla con su
obligación. Así, la polis constituye el
verdadero orden moral, hasta el punto de poder decir
que no hay felicidad individual más que por
participación en la felicidad de la
polis.
Se debió a las apreciaciones sobre la
ética hechas por Aristóteles un cambio radical
en su consideración en el mundo griego. A él se
debió el significado de la palabra ética tal como
hoy la conocemos, y vamos a considerar someramente esta
apreciación para mostrar cómo, precisamente a
partir de éste autor, es necesario entender siempre la
Ética ligada a la actividad humana.
Al comienzo del capítulo 1 del libro 2º
de la Etica a Nicómaco, al dividir Aristóteles
las virtudes en virtudes intelectuales
y morales, entiende que las primeras necesitan de la educación para su
conocimiento y
desarrollo,
mientras que las segundas son hijas de los buenos hábitos,
y continua:
(…) de aquí que, gracias a un leve
cambio, de la palabra costumbre -ethos- viene moral
-ethica(2).
A continuación pasa a explicarnos la
relación de la virtud con la naturaleza. Esta no nos da
más que potencialidades, predisposiciones, de forma que
estamos predispuestos por naturaleza a adquirir virtudes, pero
para ello es necesario el desarrollo y reiteración de
nuestras acciones, por
tanto, realizar acciones con sentido.
Las relaciones entre naturaleza y cultura son pues
complejas en Aristóteles. Tal vez podamos comprenderlas
mediante una comparación con la explicación dada
por Schopenhauer,
quien entendió que por naturaleza poseemos un carácter inteligible inamovible en lo
esencial, al que los griegos llamaron hqos
(carácter, costumbre), que se manifiesta en eqos
(hábitos) dando origen al carácter empírico
o conducta que
depende del conocimiento y, por ser éste variable a lo
largo de la vida, puede variar muy
considerablemente.
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