- La visión
antropológico-cristiana de la persona
humana - La
perspectiva del ser humano desde las fuentes de la
revelación - La
terapia de apoyo espiritual - Conclusiones
- Bibliografía
ÉTICA Y TERAPIA
II
0.
Introducción
Basta acudir a cualquier medio de comunicación, ya sea prensa escrita,
radio televisión
o internet para
constatar que la homosexualidad
es un tema de gran actualidad, asunto al que no es ajeno la
Iglesia. Por
ello este estudio va a tomar como hipótesis de trabajo la
preocupación de la Iglesia por la homosexualidad en el
seguimiento pastoral y en el acompañamiento espiritual de
la persona
homosexual.
Como este bombardeo de noticias
relacionadas con la homosexualidad es tan intenso, se ha visto la
necesidad de un pronunciamiento que clarifique la postura que
todo cristiano debe seguir ante este espinoso asunto. Para
llevarlo a cabo es necesario acudir a las Sagradas Escrituras y
al Catecismo de la Iglesia Católica, así como a las
notas y cartas emitidas
al respecto desde la Jerarquía de la Iglesia Universal y
de España.
Se debe impulsar una investigación rigurosa y valiente que
exprese con firmeza que la homosexualidad es un transtorno que se
puede curar. Son miles los casos que lo demuestran: antiguos
homosexuales que hoy viven una heterosexualidad plena y feliz,
muchos de ellos casados y formando familias.
Por ello se puede afirmar, que ante personas con este
problema, la mejor ayuda será sin duda el mostrarle la
posibilidad de que, desde el acompañamiento espiritual, se
siga un camino de curación que pueda devolverle la
felicidad de su autentico género.
Hoy sigue existiendo un gran desconocimiento acerca de
las causas emocionales de la inclinación y conducta
homosexuales, con una mayor laguna en el papel que puede
desempeñar la combinación de las modernas terapias
psicológicas y la espiritualidad católica en la
curación de la homosexualidad donde no existe casi
difusión de escritos que traten sobre el valor de la fe
católica y de los sacramentos para la curación de
la homosexualidad.
En este trabajo se proponen unos medios para
llevar a cabo la ayuda espiritual de las personas homosexuales,
que partirán del estudio de la homosexualidad desde una
visión cristiana, que conducirá a una posibilidad
de atención a estas personas mediante el
acompañamiento espiritual.
A pesar de la constante actualidad del asunto, el tema
se ha visto rodeado de una gran polémica desde la
antigüedad. Igualmente antiguo es el sistema que se
recomienda, la dirección o acompañamiento
espiritual, eso sí, con la peculiaridad de
señalarse que éste sea especifico para las personas
homosexuales.
Para ello se tomará como apoyo una bibliografía basada en
autores conocidos y estudios especializados que ayuden a asentar
la hipótesis de
trabajo.
El presente estudio se dividirá en la presente
introducción, seguida de distintas visiones
de la homosexualidad: una visión
antropológico-cristiana, seguida de una visión
desde fuentes de la
revelación. A continuación se trata el
acompañamiento espiritual de estas personas, finalizando
con unas conclusiones y la bibliografía
empleada.
1.
La visión antropológico-cristiana de la persona
humana
Nadie puede rebatir que el hombre y
la mujer tienen
una constitución complementaria que los hacen
el uno para el otro. Obviamente, esa complementariedad no existe
entre dos hombres o entre dos mujeres.
Lo que llama la atención es que todos los
pronunciamientos en el ámbito público, ya sean a
favor o en contra, son para expresar el acogimiento y profundo
respeto que todo
homosexual tiene como persona. Nada que objetar a lo anterior,
pero habría que ir un poco más allá y
plantear porqué nadie se pronuncia sobre la posibilidad de
que se invite a las personas homosexuales a que intenten
abandonar esa condición, y también a que vivan una
vida plena en la complementariedad del hombre y la
mujer. Hoy se
está tratando de adoctrinar a las masas en el sentido de
intentar que la gente acepte el mito de que la
homosexualidad es un modo de ser natural, normal e innato. Esto
no es cierto. No hay ninguna evidencia científica que
pruebe esta teoría,
sino como citan Fontana, Martínez y Romeo, existen
estudios que indican la mayor tendencia a sufrir afecciones
psicológicas en personas homosexuales.
Aún así se han realizado estudios para
tratar de buscar una base biológica a la homosexualidad,
intentando demostrar que ésta es una orientación
sexual normal, incluso una especie de "tercer sexo". Lo
cierto es que todos estos estudios carecen de consistencia y de
verificación, siendo sus resultados no concluyentes y la
mayoría son especulaciones.
Es lo que ha ocurrido acerca de la visión
cultural hacia la homosexualidad. No hace mucho producía
una injusta incomprensión e incluso persecución.
Pero hoy se ha pasado a considerar la homosexualidad como una
orientación sexual normal y natural.
Habría que partir adentrándose en el
estudio de la homosexualidad desde una visión valiente y
cuestionadora de las tesis dominantes, pudiéndose afirmar
que la homosexualidad es una patología y como afirma el
ex-homosexual Richard Cohen, es un desorden de
atracción hacia las personas del propio sexo. Prueba
de ello son las terapias que se presentan para estos casos en los
manuales de
modificación de la conducta, citando la homosexualidad
entre los problemas de la orientación sexual, como
se diagnostica en el libro de
texto, de uso
común en numerosas facultades de psicología, de los
doctores Olivares y Méndez.
Como se ha dicho, la falta de conocimiento
sobre las causas de la homosexualidad abarca todo el abanico de
la sociedad,
incidiendo notablemente sobre terapeutas y educadores, siendo muy
mayoritarios los psicólogos que apuestan por la
errónea idea de que la doctrina de la Iglesia
Católica sobre la homosexualidad es insensible hacia los
homosexuales, poco científica y errónea.
Éstos suelen aconsejarles que se acepten como personas
creadas homosexuales por Dios. Y es éste el camino hacia
conflictos
emocionales inherentes a la homosexualidad.
Un punto de partida puede establecerse al poner la
confianza en Dios como el pilar sólido del tratamiento,
sin menoscabar la ayuda de la terapia psicológica. Y
establecer una relación de ayuda, en palabras de
Jesús Sastre, centrada en la persona a la que se quiere
orientar y ayudar, no en los problemas que
tenga ni en el saber del orientador.
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