Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Un Panorama Actual de las Teorías de Organizaciones (página 2)




Enviado por Jorge D�vila



Partes: 1, 2

Esa aceptación supone que el desarrollo
desde inicios de siglo (momento en que suele ubicarse la
preocupación inquisitiva por el fenómeno
organizacional: la
organización productiva del trabajo fabril
como tema de interés
para las nacientes "ciencias
administrativas" y para la ingeniería
industrial) vino a converger en una manera única de
concebir el estudio de organizaciones
que reunía la ‘decantación’ de los
aportes del "taylorismo", de la "escuela de
relaciones humanas" y del "análisis de toma de
decisiones" propio desarrollado desde los años
cincuenta. Esa única manera de concebir el estudio de
organizaciones encontró en el lenguaje
sistémico, propio de la sociología estructuro-funcionalista y de la
"teoría
general de sistemas", su
nicho perfecto. M. Reed denomina a esta concepción como el
"marco analítico" de las "organizaciones como sistemas
sociales". En ese marco se definen las organizaciones como
"unidades sociales dirigidas a la prosecución de metas
colectivas o al cumplimiento de necesidades institucionales para
la sociedad o el
ambiente del
que ellas son parte constitutiva" (Reed, 1992: 75-76).

Es frente a esta concepción única y, por
ende, dominante, que van a surgir, a partir de la década
de los años sesenta, otras concepciones como por
negación, o más bien oposición, al modelo
estructuro-funcionalista-sistémico. Así se define
claramente el piso común del debate, aun
cuando este no se presenta, inicialmente, más que como
pura oposición, bien que el afán intelectual sea
meramente empírico o cargado de cierta reflexión
teórica. Así se verán surgir otros "marcos
analíticos" que Reed denomina: "organizaciones como orden
negociado", "organizaciones como estructuras de
poder y
dominación" u "organizaciones como construcciones
simbólicas" (Reed, 1992: 75-112).

Esa proliferación e irrupción de otros
marcos de análisis (es decir, su variedad) exige
más precisión a la caracterización del piso
común del debate.

Reed cree identificar en algunas contribuciones
particulares, que navegan en las turbulentas aguas de la
dispersión del campo académico, una especie de
"actitud
histórica" que supone el arraigo de ese campo en una
tradición académica que no se limita al supuesto
origen en los comienzos del siglo XX. El apego a esa
tradición permite desvanecer la acendrada imagen del
fantasma de la discontinuidad con una concepción dominante
en el debate epistemológico. "En lugar de presumir
rupturas irreparables con el pasado y discontinuidades
fundamentales en orientación y enfoques, la teoría
organizacional contemporánea parece estar redescubriendo y
renovando sus conexiones con formas de análisis que tienen
sus raíces en una narrativa intelectual coherentemente
articulada y en programas que
continúan expresándose en temas y
problemáticas recurrentes." (Reed 1993: 179).

¿En qué consiste la tradición y
narrativa intelectual a la que hace referencia el
autor?

Reed reinterpreta la historia del pensamiento
sobre organizaciones tomando como punto de partida y como hilo
conductor la reflexión –generalmente de corte
sociológico– referida al papel que juega el
fenómeno organizacional en la construcción del proceso de
modernización de la sociedad. Como si siempre hubiese
estado de
fondo la hipótesis siguiente: "Las organizaciones
burocráticas parecen proveer la exacta combinación
de instrumentalidad cognoscitiva, anonimia moral y
efectividad técnica que asegura los prerequisitos
necesarios para la exitosa transición de un orden social
basado en la costumbre y la tradición a uno fundado en el
cálculo
y el control
racional". (Reed 1992: 2).

¿Cómo procede operativamente?

En la investigación sobre el fenómeno
organización han habido continuidades
temáticas desde el propio origen de las reflexiones
propias de la sociología, la economía y la
filosofía política (los temas
esenciales son: racionalidad, alienación, anomia,
poder).

De manera que puede interpretarse la
concentración exclusiva en un tema o la aparente
dispersión temática de subtemas en el desarrollo de
los "enfoques" organizacionales como el otro lado de la moneda de
la dispersión epistemológica. Esa dispersión
temática lleva la responsabilidad de hacer aparecer como nuevos
enfoques lo que no es más que un inconsciente, y hasta
ingenuo, renacer de la indagación por un tema de vieja
data.

De ese modo, los temas del presente, es decir de las
temáticas últimas que ocupan la avanzada del
desarrollo actual del análisis organizacional (vigilancia
y control, poder profesional, políticas
del diseño
organizacional, racionalidad organizacional, organización
postmoderna) se pueden entender como redescubrimientos de la
continuidad temática (Reed 1993: 179).

La narrativa, entonces, se presenta reconstruida en base
a la continuidad temática. Esta manera de contar la
constitución del campo académico del
análisis organizacional pugna, claro está, con las
"tradicionales ‘historias’ del pensamiento
organizativo", v. gr. las que ubican el origen de éste en
el desarrollo de la investigación empiricista propia de
comienzos de siglo en USA en relación con el rendimiento
productivo del trabajo fabril.

Y, ¿qué hacer con esa nueva historia, esa
nueva narrativa?

Ella engrana como pieza esencial en la
proposición de Reed de reconstruir el campo
académico del análisis organizacional como una
"práctica intelectual". Esta es una proposición
basada en la idea de práctica formulada por el
filósofo Alasdair MacIntyre: una práctica es "una
forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa,
socialmente establecida, mediante la cual se realizan bienes
internos a esa forma de actividad, en la medida en que se
intentan alcanzar los patrones de excelencia que son apropiados
para, y que definen parcialmente esa forma de actividad; ello
conlleva al resultado de que los poderes humanos para alcanzar la
excelencia, las concepciones de los fines y los bienes envueltos
en la práctica mejoran sistemáticamente."
(MacIntyre, 1981: 187), (Reed 1993: 176). La "práctica
intelectual" que define al estudio de organizaciones tiene su
propia historia oculta, por así decirlo, en la aparente
dispersión de lo que, según el relato de Reed, ha
sido la permanente y continua preocupación por generar el
bien definido por la comprensión del proceso de
constitución de la sociedad moderna a partir de la
observación rigurosa del fenómeno
organización.

¡Esto constituye la proposición de un nuevo
piso común para el debate
epistemológico!

¿Cómo se plantea, entonces, el debate
epistemológico?

En primer lugar, Reed sugiere la idea de proponer una
noción de Organización, como constitutiva de una
Teoría –entendida como "práctica intelectual"–
que la define como una "práctica social": Prácticas
sociales que se engranan para ensamblar e integrar otras
prácticas sociales (las que transforman las condiciones
materiales e
ideales que hacen posible la acción
colectiva) (Reed, 1992: 112-115).

En segundo lugar, esa práctica social –la
Organización– es identificada, conceptualmente,
según el esquema de Anthony Giddens sobre el surgimiento y
sostenimiento de la modernidad
(Giddens, 1991). La noción de Organización que se
propone entonces como elemento nucleico para el desarrollo del
campo académico entendido como una "práctica
intelectual" no se refiere tanto a la distinción que hace
específica a una cierta organización particular;
mucho menos, a la pretensión de descubrir los mecanismos
de transformación que convierten la funcionalidad o papel
de las organizaciones. Más bien se trata de observar, por
intermedio de las organizaciones –o mejor, la
Organización (como proceso societal)–, el devenir propio
de la modernidad.

De este modo el piso común comienza a exigir
mayor precisión. La mera contraposición a la
concepción estructuro-funcionalista-sistémica da
paso a una múltiple confrontación de concepciones.
¿Cuáles? Agotado el fantasma de la
concepción dominante se abre paso la discusión
epistemológica en un nuevo encajonamiento: lo que
Silverman entrevió como contraposición
"paradigmática" va a encontrar eco en el debate que se
plantea la dualidad de la convivencia o no de la multiplicidad
paradigmática. El libro de
Burrell y Morgan (publicado en 1979, y el texto
más citado en el campo académico en la
década de los ochenta) dará pié a la triple
posibilidad que encajona la discusión
epistemológica de inicios de la década de los
noventa; triple posibilidad a la que nos referimos al inicio de
esta sección.

Pero, esta misma década de los noventa se
abrió con una muy interesante particularidad: el
"descubrimiento" por parte del campo del estudio de
organizaciones del "debate" ‘modernismo-postmodernismo’.

Me parece que es la falacia de este tal debate lo que
interesa más profundamente a M. Reed. Tal supuesto
"debate" es el último (?) ropaje para el encajonamiento.
En consecuencia, encierra un inmenso peligro; el de mantener la
posposición del debate epistemológico de fondo. Tal
"debate" pasa a ser el responsable de la más profunda
dicotomía que se presenta en la triple posibilidad:
profundizar en el desorden del campo académico dejando
paso franco a la visión acomodaticia y utilitarista (un
modo del no-debate; "exceso de relativismo
epistemológico") u optar, ora por la inconmensurabilidad
paradigmática, ora por el predominio de la
tradición académica ortodoxa (otro modo del
no-debate: "exceso de polarización teórica") (Reed,
1993: 174). El mal entendido debate modernismo- postmodernismo
permite optar por la primera posibilidad del no-debate. Y ello
porque tal "debate", en el contexto de quienes a él se
refieren desde el campo del estudio organizacional, no es
más que el reciente disfraz del "eterno retorno" a la
oposición a otra supuesta concepción dominante…
ahora identificada como "modernismo" o "modernidad". En resumen,
el inmenso peligro que encierra el "debate"
‘modernismo-postmodernismo’ es el de servir de
asiento a una falsa escogencia que siempre conduce al no-debate
y, simultáneamente, permite investir de enemigo a una
‘modernidad’ que no cuenta como tal
enemigo.

REPLANTEANDO EL
DEBATE EPISTEMOLÓGICO DE LAS TEORÍAS DE
ORGANIZACIONES

¿Es posible salir de este encajonamiento? La
respuesta de Michael Reed es sí.

Bajo las siguientes condiciones: 1) reinterpretar la
consagrada historia del pensamiento organizativo; 2) postular un
sentido para el campo académico del estudio del
fenómeno organizacional que no se agote en el mero
fenómeno y que de significado al devenir de las diversas
preocupaciones intelectuales
"serias" que de él se han ocupado.

Reed cree identificar en algunas contribuciones
particulares, que navegan en las turbulentas aguas de la
dispersión del campo académico, una especie de
"actitud histórica" que supone el arraigo de ese campo en
una tradición académica que no se limita al
supuesto origen en los comienzos del siglo XX. El apego a esa
tradición permite desvanecer la acendrada imagen del
fantasma de la discontinuidad con una concepción dominante
en el debate epistemológico. "En lugar de presumir
rupturas irreparables con el pasado y discontinuidades
fundamentales en orientación y enfoques, la teoría
organizacional contemporánea parece estar redescubriendo y
renovando sus conexiones con formas de análisis que tienen
sus raíces en una narrativa intelectual coherentemente
articulada y en programas que continúan
expresándose en temas y problemáticas recurrentes."
(Reed 1993: 179).

¿En qué consiste la tradición y
narrativa intelectual a la que hace referencia el
autor?

Reed reinterpreta la historia del pensamiento sobre
organizaciones tomando como punto de partida y como hilo
conductor la reflexión –generalmente de corte
sociológico– referida al papel que juega el
fenómeno organizacional en la construcción del
proceso de modernización de la sociedad. Como si siempre
hubiese estado de fondo la hipótesis
siguiente: "Las organizaciones burocráticas parecen
proveer la exacta combinación de instrumentalidad
cognoscitiva, anonimia moral y efectividad técnica que
asegura los prerequisitos necesarios para la exitosa
transición de un orden social basado en la costumbre y la
tradición a uno fundado en el cálculo y el control
racional". (Reed 1992: 2).

¿Cómo procede operativamente?

En la investigación sobre el fenómeno
organización han habido continuidades temáticas
desde el propio origen de las reflexiones propias de la
sociología, la economía y la filosofía
política (los temas esenciales son: racionalidad,
alienación, anomia, poder).

De manera que puede interpretarse la
concentración exclusiva en un tema o la aparente
dispersión temática de subtemas en el desarrollo de
los "enfoques" organizacionales como el otro lado de la moneda de
la dispersión epistemológica. Esa dispersión
temática lleva la responsabilidad de hacer aparecer como
nuevos enfoques lo que no es más que un inconsciente, y
hasta ingenuo, renacer de la indagación por un tema de
vieja data.

De ese modo, los temas del presente, es decir de las
temáticas últimas que ocupan la avanzada del
desarrollo actual del análisis organizacional (vigilancia
y control, poder profesional, políticas del diseño
organizacional, racionalidad organizacional, organización
postmoderna) se pueden entender como redescubrimientos de la
continuidad temática (Reed 1993: 179).

La narrativa, entonces, se presenta reconstruida en base
a la continuidad temática. Esta manera de contar la
constitución del campo académico del
análisis organizacional pugna, claro está, con las
"tradicionales ‘historias’ del pensamiento
organizativo", v. gr. las que ubican el origen de éste en
el desarrollo de la investigación empiricista propia de
comienzos de siglo en USA en relación con el rendimiento
productivo del trabajo fabril.

Y, ¿qué hacer con esa nueva historia, esa
nueva narrativa?

Ella engrana como pieza esencial en la
proposición de Reed de reconstruir el campo
académico del análisis organizacional como una
"práctica intelectual". Esta es una proposición
basada en la idea de práctica formulada por el
filósofo Alasdair MacIntyre: una práctica es "una
forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa,
socialmente establecida, mediante la cual se realizan bienes
internos a esa forma de actividad, en la medida en que se
intentan alcanzar los patrones de excelencia que son apropiados
para, y que definen parcialmente esa forma de actividad; ello
conlleva al resultado de que los poderes humanos para alcanzar la
excelencia, las concepciones de los fines y los bienes envueltos
en la práctica mejoran sistemáticamente."
(MacIntyre, 1981: 187), (Reed 1993: 176). La "práctica
intelectual" que define al estudio de organizaciones tiene su
propia historia oculta, por así decirlo, en la aparente
dispersión de lo que, según el relato de Reed, ha
sido la permanente y continua preocupación por generar el
bien definido por la comprensión del proceso de
constitución de la sociedad moderna a partir de la
observación rigurosa del fenómeno
organización.

¡Esto constituye la proposición de un nuevo
piso común para el debate
epistemológico!

¿Cómo se plantea, entonces, el debate
epistemológico?

En primer lugar, Reed sugiere la idea de proponer una
noción de Organización, como constitutiva de una
Teoría –entendida como "práctica intelectual"–
que la define como una "práctica social": Prácticas
sociales que se engranan para ensamblar e integrar otras
prácticas sociales (las que transforman las condiciones
materiales e ideales que hacen posible la acción
colectiva) (Reed, 1992: 112-115).

En segundo lugar, esa práctica social –la
Organización– es identificada, conceptualmente,
según el esquema de Anthony Giddens sobre el surgimiento y
sostenimiento de la modernidad (Giddens, 1991). La noción
de Organización que se propone entonces como elemento
nucleico para el desarrollo del campo académico entendido
como una "práctica intelectual" no se refiere tanto a la
distinción que hace específica a una cierta
organización particular; mucho menos, a la
pretensión de descubrir los mecanismos de
transformación que convierten la funcionalidad o papel de
las organizaciones. Más bien se trata de observar, por
intermedio de las organizaciones –o mejor, la
Organización (como proceso societal)–, el devenir propio
de la modernidad.

La noción de Organización que se propone
está ligada indisolublemente a un rasgo general de la
modernidad: la profusión de la organización. Como
bien dice Giddens: "Lo que distingue a las organizaciones
modernas no es tanto su tamaño o su carácter burocrático, como el
monitoreo reflexivo y concentrado que dicho tamaño y
carácter burocrático llevan consigo. Quien dice
modernidad no dice justamente organizaciones sino
organización; es decir, el control regularizado de las
relaciones sociales a través de indefinidas
‘distancias’ espacio-temporales" (Giddens, 1991:
16).

CONCLUSIÓN

Habíamos señalado al inicio que esta
manera de entender y practicar el debate sobre el status de las
teorías
de organizaciones en términos de su fundamentación,
tendría, al menos para el campo académico,
implicaciones insoslayables. Se entiende, ahora que el debate
contemporáneo más general lo hace manifiesto, que
resulta una insensatez seguir paseando de torre en torre (de
enfoque en enfoque) desentendiéndonos del problema de
saber si lo que nos puede causar el vértigo es la
lejanía del piso o, más bien, la permanente
posposición de un debate que la academia, al menos, no
puede eludir.

En consecuencia, esta proposición de
estructuración del campo académico del estudio de
organizaciones que hemos presentado en este trabajo
intentaría diferenciarse, radicalmente, de todo cuanto se
sugiere desde el campo productivo- comercial de las
"tecnologías gerenciales" (Dávila, 1994). Sin
embargo, este último campo representará para la
"práctica intelectual" un riquísimo espacio
discursivo que alimentará el sustancial análisis
organizacional que, con profunda mirada
crítico-histórica, produce el alerta imprescindible
de esta época de transformación refinada de los
tiempos modernos. Así parece impostergable la tarea de una
crítica

de lo que pudiera denominarse el "pensamiento"
gerencial.

BIBLIOGRAFÍA

Burrell, Gibson and Morgan, Gareth (1979), Sociological
Paradigms and Organisational Analysis, Heinemann,
London.

Dávila, Jorge (1994), Crítica
parcial de la "Calidad Total",
Revista FACES
Universidad de
Carabobo, Año 4, Nº 10, pp. 20-37.

Donaldson, Lex (1985), In Defence of Organization
Theory: A reply to the critics, Cambridge University Press,
Cambridge.

Flood, Robert and Jackson, Michael (1992), Critical
Systems Thinking. Directed Readings, Wiley, New York.

Giddens, Anthony (1991), Modernity and Self-Identity.
Self and Society in the Late

Modern Age, Polity Press, London.

Jackson, Michael (1992), Systems Methology for the
Management Sciences, Plenum Press, London.

MacIntyre, Alasdair (1981), After Virtue: A Study in
Moral Theory, Duckworth, London. Morgan, Gareth (1986), Images of
Organizations, Sage, Beverly Hills.

Morgan, Gareth (1989), Creative Organization Theory. A
Resourcebook, Sage, Beverly Hills.

Reed, Michael (1992), The Sociology of Organizations.
Themes, Perspectives and Prospects, Harvester, New
York.

Reed, Michael (1993), Organizations and Modernity:
Continuity and Discontinuity in Organization Theory en Hassard,
John and Parker, Martin (Eds.), Postmodernism and Organizations,
Sage, London.

Silverman, David (1970), The Theory of Organizations,
Heinemann, London.

 

Jorge Dávila

Centro de Investigaciones
en Sistemología Interpretativa, Universidad de los Andes,
Mérida, Venezuela.

Revista Venezolana de Gerencia,
Año 2, No. 4, 1997

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter