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Voces desde el Aula. La participación política de los estudiantes en la construcción de la escuela secundaria democrática (página 2)



Partes: 1, 2

I. EL PROYECTO DE
RENOVACIÓN PEDAGÓGICA Y LA GESTIÓN ESCOLAR
DEMOCRÁTICA

Renovación Pedagógica ha sido pensada como
un proyecto para la transformación radical de la escuela
secundaria. Sustentada desde una concepción crítica
de la
educación, propone la construcción de un modelo de
gestión
escolar democrático. Con esta perspectiva, fundamenta
la problematización de las estructuras
establecidas para generar un proceso de
cambio
organizativo y una transformación pedagógica. Asume
la crisis de la
escuela secundaria como el agotamiento de un modelo de escuela
que sobrevive en la cultura de la
simulación, el autoritarismo, la
burocratización, el tradicionalismo metodológico y
la desesperanza pedagógica. La escuela secundaria necesita
una reforma pedagógica y curricular, pero, al mismo
tiempo,
requiere un cambio en su estructura
organizativa y funcional. El problema está en cómo
hacerlo y por dónde empezar.

El Proyecto coloca al docente en el centro del cambio.
Nada o muy poco conseguiremos si los proyectos o
reformas se siguen imponiendo y vendiendo como la panacea a los
problemas de
la secundaria, sin hacer un esfuerzo serio por armar a los
docentes con
herramientas
metodológicas útiles y efectivas que los preparen
para ser los motores de la
transformación de sus propios centros
escolares.

El Proyecto ha demostrado que, a partir de generar
ambientes democráticos con una nueva participación
de directivos, docentes, alumnos y padres de familia, se crean
las condiciones para desarrollar una cultura pedagógica de
innovación que impacte en la mejora del
logro académico de los estudiantes.

En las escuelas de renovación pedagógica
los directivos se empiezan a hacer cargo de la gestión
pedagógica, involucrándose en los talleres de
capacitación, e, incluso, impartiendo ellos
mismos los talleres para mostrar sus experiencias de
innovación. Los docentes impulsan proyectos en el aula y
debaten sobre sus diseños didácticos. Los
estudiantes dejan de estar en la escuela para estar con la
escuela; son más críticos y se comprometen con sus
propios proyectos de autogestión. Los padres y madres de
familia se organizan en consejos de apoyo al proyecto, y
participan en la toma de
decisiones a través del grupo
animador.

II. LOS ESTUDIANTES
EN LA ESCUELA SECUNDARIA TRADICIONAL

a. El modelo
burocrático-administrativista

Las últimas evaluaciones internacionales a
jóvenes estudiantes (OCDE) y el diagnóstico que aporta el proceso de la
Reforma Integral a la Escuela Secundaria en México,
evidencian el fracaso de la escuela secundaria y nos muestran,
junto con las pocas investigaciones
sobre este nivel, un modelo de escuela anclado en el burocratismo
administrativo, gobernado por prácticas autoritarias, con
una gestión centrada en lo administrativo y con
prácticas pedagógicas rutinarias y
tradicionalistas. Para decirlo con palabras de Paulo Freire,
sería un modelo de escuela bancaria. Una escuela donde el
poder se
concentra en la autoridad
absoluta del director o de los docentes, y donde los estudiantes
son sólo objetos.

Esta escuela está secuestrada por las políticas
de los administradores de turno, que exigen el cumplimiento de la
norma y mantienen "usos y costumbres" obsoletos como leyes intocables,
haciendo girar las dinámicas de las escuelas alrededor de
concursos académicos, culturales y deportivos, y ocupando
a directivos y docentes en reuniones administrativas y
académicas que nada impactan en el supuesto mejoramiento
de la calidad
educativa de las escuelas. Además, las secundarias
sobreviven en la inercia, el conformismo y la cultura de la
simulación.

Algunas características de esta escuela indican
que es autoritaria, jerárquica, jerarquizadora,
memorística, verbalista, enciclopedista, uniformadora,
pedante, represiva, aburrida, clasista, selectiva, disciplinaria,
rutinaria, pasiva, monótona, trasmisiva, acrítica y
alejada de la realidad y de la vida.

b. Pedagogía de la
simulación

En la escuela secundaria tradicional quizás el
mayor y más grave problema que encontramos sea el de la
simulación. Es una escuela donde todo el mundo se
engaña. Los problemas de fondo no se tocan y las figuras
del director y de los maestros son una especie de semidioses.
Nadie cumple con sus responsabilidades; todos hacen como que
dirigen, como que enseñan, como que aprenden. Existe una
confabulación entre todos para no mirar los problemas,
para mantener los mitos y
fantasías, y para no escuchar "la catástrofe
silenciosa"(3).

Estas escuelas aparentan ser buenas, magnifican sus
logros (cultura del trofeo), los maestros encubren sus
deficiencias con su autoritarismo y los estudiantes se han
adaptado, de manera que aprenden a sobrevivir con falsas buenas
notas en sus estudios, pero en realidad ni los maestros
enseñan ni los alumnos aprenden. Lo más grave es
que las autoridades educativas son complacientes con esta
situación, y en muchos casos la fomentan y
avalan.

Ejemplos de esta pedagogía de la
simulación son, en el caso de los maestros, los
planteamientos didácticos, que se hacen nada más
para cumplir con una exigencia administrativa y no como principio
pedagógico; en el de los directores, que ocupan todo su
tiempo en gestiones administrativas o materiales y
nunca tienen tiempo de atender lo pedagógico. Las
evaluaciones del aprendizaje
constituyen la parte más simuladora, pues una escuela
puede reducir sus índices de reprobación
sólo con pedir a los docentes que la eviten. Se elimina la
reprobación de un plumazo.

Sin dejar de reconocer el esfuerzo de muchas escuelas
por mejorar, nuestras observaciones y nuestra propia experiencia
de 20 años nos lleva a plantear una seria revisión
de este fenómeno, para transitar de una pedagogía
de la simulación a una pedagogía para la
reconstrucción de nuestras escuelas.

c. El estudiante alienado

El estudiante de la escuela secundaria tradicional es un
sujeto negado, domesticado, manipulado, reducido a
objeto-recipiente, al que no se le permite pensar, ni hablar, ni
decir su palabra, ni su verdad. Está formateado y
uniformado en la obediencia, en la disciplina
autoritaria, en las reglas y normas impuestas
por la escuela, sin más; es un sujeto alienado.

Francisco Gutiérrez, en su libro
Educación como praxis
política,
describe las consecuencias de
esta alienación cuando dice:

Un estudiante prisionero por el temor y el miedo
es tremendamente vulnerable e impotente. El proceso
educativo se le torna angustioso y aburrido. Se le
dificulta mucho -con frecuencia se le imposibilita- la
expresión personal. Evita compartir los
sentimientos, deseos y proyectos. Esta prisión
interior, alimentada y mantenida por la represión
externa, genera descontento, intranquilidad, congoja,
ansiedad y relaciones asfixiantes. Sin llegar a lo
patológico, es evidente que el temor al profesor, el amedrentamiento en la
acción y en la expresión
desembocan en una actitud des-educativa, conformista y
derrotista.

En la escuela secundaria tradicional, a los alumnos se
les imponen reglas hasta de cómo deben organizarse. A los
dos meses de iniciar el ciclo escolar, la dirección de la escuela emite la
convocatoria para las elecciones de la "sociedad de
alumnos"(4).
Los estudiantes son "asesorados" por los maestros para que formen
las listas de candidatos y hagan sus campañas. En los
últimos años la novedad en este proceso es que el
Instituto Federal Electoral apoya facilitando los elementos para
simular una elección ciudadana, con urnas, credenciales
para votar y hasta tinta indeleble. Lo cierto es que el proceso
de elección reproduce el esquema clientelista de muchos
partidos
políticos. Los candidatos reparten caramelos y
material escolar, o presentan grupos musicales
y prometen hacer convites y mejorar la escuela. Ya en la
gestión estudiantil, sólo el presidente de la
sociedad de alumnos, asesorado por un maestro, es el que decide
qué hacer, y la mayoría de sus actividades
está centrada en promover convivios y fiestas y recabar
fondos para dejar una obra material a la escuela. Es decir, no se
produce una experiencia de formación ciudadana y de
práctica de los valores
democráticos.

En los grupos académicos se nombran tres
representantes: jefe de grupo, secretario y tesorero, que en
realidad reducen sus funciones a
cuidar de los grupos cuando no está el maestro, a
transmitir las indisciplinas de sus compañeros o a
realizar tareas que les encargan los maestros, que van desde
traer borradores y gises hasta calificar exámenes o llevar
los registros de
asistencia.

Por supuesto, en estas escuelas los alumnos no existen
para la toma de decisiones que les afecten o los involucren. Y
cuando se les llega a tomar en cuenta, la participación es
inducida por los docentes. La voz del alumno no dice más
que la palabra del maestro, cómo la dice y cómo
quiere que la diga. La respuesta de los jóvenes ante estas
condiciones se expresa como resistencia
cuando manifiestan su odio a la escuela, critican a los maestros,
se escapan de las clases, deterioran el edificio y muestran
desinterés por el estudio. Y desde la perspectiva de los
adultos, no son más que adolescentes,
inmaduros, flojos, que no les gusta el estudio, conflictivos, y,
por lo tanto, dados al libertinaje, el relajo y la
irresponsabilidad.

d. El fracaso de la escuela
autoritaria

La escuela secundaria tal como está
diseñada, pero sobre todo con los resultados desastrosos
que está mostrando, a nadie tiene satisfecho. Esta
insatisfacción es la que está propiciando una
revisión a fondo, y planteando una reforma organizativa,
pedagógica y curricular del modelo de escuela secundaria,
porque no responde a las exigencias y tendencias que hoy se
plantean a la educación. En la
actualidad se habla de hacer de las escuelas organizaciones
que aprenden, comunidades de aprendizaje y centros que formen en
habilidades intelectuales,
que los alumnos aprendan a conocer, a hacer, a ser y a convivir
con los diferentes, y que eduquen en competencias.
Además, se insiste en que la escuela debe hacerse cargo de
formar ciudadanos democráticos. La escuela secundaria
tradicional hace todo lo contrario. Moldea a los jóvenes
en la competencia y en
el individualismo, en la subordinación y la
sumisión, y en el logro del éxito
con el mínimo esfuerzo. Cerraría esta parte citando
otra vez a Freire:

Me parece demasiado obvio que la
educación que necesitamos, capaz de formar a
personas críticas, de raciocinio rápido,
con sentido del riesgo, curiosas, indagadoras, no puede
ser la que ejercita la memorización mecánica de los educandos, la que
"entrena", en lugar de formar. No puede ser la que
"deposita" contenidos en la cabeza "vacía" de los
educandos, sino la que, por el contrario, los
desafía a pensar.

III. LOS
ESTUDIANTES EN LA ESCUELA DE RENOVACIÓN
PEDAGÓGICA

a. Estudiantes que piensan y sienten

En renovación pedagógica los estudiantes
tienen un papel protagonista. Dejan de ser objetos para
convertirse en sujetos que piensan y sienten, que aprenden a
decir su palabra, su verdad, que pierden el miedo a hacer
escuchar su voz, que critican, proponen y se comprometen con el
proyecto y con su propia formación
académica.

Esta transformación se produce en el proceso en
el que se abren, se construyen y se respetan los espacios
democráticos, que aseguran su autonomía y su
derecho a participar como sujetos críticos, capaces de
aprehender su realidad para cambiarla y hacerse cargo como pares
responsables del rumbo y del destino de su escuela.

Es corriente en las escuelas de renovación
pedagógica que haya reuniones en las que participan los
estudiantes junto a los maestros para tratar asuntos que competen
a las tareas del proyecto. Por ejemplo, congregados en una
escuela el grupo animador del proyecto, los directivos, los
docentes, los alumnos y los padres de familia, ante la
presunción de un maestro que en clase ya
utilizaba los mapas
conceptuales, una alumna pide la palabra para señalar
que sus maestros ya los ponían a hacer mapas
conceptuales, pero el problema era que ya no les explicaban nada.
El maestro reconoció y aceptó la crítica. En
otra escuela esa participación casi sería motivo de
expulsión.

Renovación Pedagógica reivindica el
derecho de los adolescentes a participar en la toma de
decisiones, tanto en las que tienen que ver con el funcionamiento
general de la escuela, como en las que afectan a su desarrollo
académico, moral,
político y cultural, razón por la cual están
representados en el grupo animador del proyecto. Como dice
Francisco Gutiérrez, se trata de conjugar de manera
conveniente la autoridad del maestro y la libertad de
acción del estudiante. El PRP facilita y potencia que los
estudiantes tengan poder, que vivan la democracia en
la escuela, y que sean críticos y comprometidos con su
proceso de formación intelectual, ética y
ciudadana.

b. Voces desde el Aula: el diagnóstico
crítico

Voces desde el Aula se inició en un curso de
maestría como una experiencia sobre modelos
pedagógicos contemporáneos. Al cuestionarnos sobre
el modelo pedagógico existente en nuestro país,
decidimos convocar a un grupo de niños y
jóvenes de los niveles de primaria, secundaria y
preparatoria, para que en un ejercicio de reflexión
crítica expresaran sus opiniones sobre la educación
que estaban recibiendo. La actividad resultó muy
interesante: cuestionaron a directivos, a maestros, a sus propios
compañeros, al edificio escolar, las condiciones del aula.
Pero también valoraron lo que, a su juicio, estaba bien en
sus escuelas.

Con este antecedente, al iniciar el proceso del PRP
introdujimos esta dinámica como parte del diagnóstico
crítico participativo. En algunas escuelas se
involucró a todos los estudiantes, en otras sólo a
grupos representativos. Esta tarea se realizó
haciéndoles tres preguntas: ¿Qué no te gusta
de la escuela? ¿Qué es lo que te gusta? y
¿Qué propones para resolver los problemas de la
escuela?

Los alumnos contestaron las preguntas y las escribieron
en cartulinas, para luego pegarlas en la pared externa de las
aulas. Mientras eso sucedía con los jóvenes, los
maestros recibían un taller. Al terminar éste, los
alumnos les presentaron sus conclusiones. El encuentro con las
voces críticas de sus alumnos provocó en muchos
docentes malestar, enojo y sorpresa. Ya cuando salían del
taller, más se sorprendieron al ver las cartulinas con los
escritos de los estudiantes. Las críticas más
comunes que aparecieron en las respuestas a la pregunta de
qué no te gusta de la escuela, fueron contra los maestros.
En ellas les cuestionaron los maltratos, que tenían
alumnos preferidos, que no enseñaban nada, que eran muy
enojones, que no eran justos, que no los dejaban hablar.
También manifestaron su inconformidad con el uniforme, el
cabello corto y la prohibición del maquillaje en las
niñas.

Voces desde el Aula, como ejercicio de
diagnóstico, nos permitió asomarnos a la realidad
de la escuela desde la visión de los estudiantes.
Ahí se dijeron cosas que, de otra manera, jamás se
habrían manifestado ni por los maestros ni por los
alumnos. Pero, al mismo tiempo, percibimos la disposición
de los jóvenes para comprometerse con la solución
de los problemas.

Voces impactó no sólo como
diagnóstico, sino que produjo la primera sacudida a la
escuela. Muchos maestros nos decían cosas como estas:
"ustedes lo que quieren es que los alumnos linchen a los
maestros", "están propiciando la anarquía en la
escuela", "estos muchachos ya no nos van a hacer caso" "y mi
autoridad ¿dónde queda?", "¿qué
democracia? Eso es libertinaje" y expresiones por el
estilo.

Nosotros respondíamos que nada de eso
pasaría. Que, ciertamente, los jóvenes
podían tener excesos, pero que se justificaban debido a
que nunca habían tenido la oportunidad de decir palabra,
que salir de un ambiente
represivo a otro democrático y de libertad tenía
ese riesgo. Y también que, como adolescentes en
formación, bien podrían colocarse un cartel con la
siguiente leyenda: "Maestros, adultos, disculpen las molestias,
pero estoy en construcción".

Voces desde el Aula, se fue instalando en el proceso del
PRP como un espacio de expresión, de encuentro, de
diálogo
y de poder de los estudiantes. Hoy es muy común, en las
escuelas de renovación, escuchar a los estudiantes hablar
de Voces desde el Aula para referirse a sus representantes
políticos o para hablar de la red estudiantil de los
estudiantes de renovación pedagógica.

c. Carta a mi
maestro: la interpelación de los alumnos

Carta a mi maestro es también una estrategia para
recuperar la palabra de los jóvenes, con el
propósito de caracterizar la práctica
pedagógica de los docentes y asomarse a los ambientes
áulicos. El procedimiento es
muy sencillo: en las escuelas entramos a las aulas y pedimos a
los alumnos que escriban una carta a su maestro. Les explicamos
que este ejercicio forma parte del diagnóstico del
proyecto de renovación pedagógica, y que se trata
de que le digan al maestro lo que quieran, lo que ellos siempre
le han querido decir sobre sus clases, o su opinión sobre
su materia y
sobre su forma de impartirla. Que pueden ser varias cartas,
según lo deseen, que las pueden firmar o no hacerlo.
Después de tener las de todos los alumnos, las agrupamos
de acuerdo con el maestro a las que van dirigidas. Tras una
reunión con los maestros, les comentamos la existencia de
las cartas y les preguntamos si las querían leer: en todos
los casos los maestros aceptaron hacerlo. Les advertimos que
podían encontrar críticas o reconocimientos, pero
que recomendábamos que no se fastidiara a los chicos al
día siguiente para reprenderlos por lo que habían
escrito. Tomado ese acuerdo, les entregamos las cartas. En ese
momento, observamos las reacciones de los maestros: algunas
sonrisas, otros caras serias, y a los que se les veía
molestos mientras las leían. Terminada la lectura les
preguntamos si alguien quería hacer algún
comentario. Se animaba a los que les hacían
reconocimientos, y uno que otro que intervenía para
reconocer las críticas que le hacían sus alumnos.
Pero no faltó el maestro que se defendió
argumentando que los muchachos eran insoportables,
indisciplinados, y que por eso adoptaba esa actitud con
ellos.

El impacto de las cartas nos sorprendió. Muchos
maestros atendieron las críticas de sus alumnos, otros se
sintieron estimulados, y hubo quien descubrió en ese
momento lo bien que sus alumnos opinaban de su persona y de su
clase.

En las cartas a mi maestro se dibujó mucho la
práctica pedagógica de los docentes. Los
jóvenes denunciaron situaciones de maltrato, injusticias,
clases aburridas, maestros regañones, maestros que en su
clase sólo dictaban, y hasta denuncias de acoso
sexual.

Veamos algunos ejemplos de estas cartas.

Cartas a Directores

  • Considero que esta carta no es para traerle
    pleito, pero sí creo que podría expresar un poco
    lo que yo creo sobre su comportamiento aquí en la escuela. Pienso
    que es usted demasiado autoritario y que al igual que Manuel y
    Efren va por el mismo camino, también pienso que usted
    tomó decisiones por sí mismo, un ejemplo muy
    claro es cuando llevo a Mariana a CD
    Jiménez. Cuando usted en la junta no lo comentó
    creo que si usted lo hubiera comentado se le hubiera dado la
    razón.

    P.D. Trate de cambiar, pida opiniones y no sea
    autoritario.
  • Dirigido al Director: Quisiera que usted
    conviviera más con los alumnos de primero, porque
    nosotros casi con usted no convivimos, quisiera que usted
    pasara más rato o bien que conviviera más con
    nosotros. Es todo.
  • Sr. Director: Con el respeto que
    usted se merece le envío esta sentida protesta
    mandándole las siguientes líneas. Queremos que
    cumpla lo que dice y pague sus deudas a tiempo y haga cumplir
    su palabra, y haga que los prefectos sean parejos con todos y
    que los maestros no sean tan metiches.
  • Que yo se que tal vez esta carta no es de su
    agrado, pero quisiera decirle que tal vez este proyecto de
    renovación usted no lo está adaptando. La forma
    en que usted se dirigió hacia la banda de guerra no se
    me hizo que usted estuviera ejerciendo…el valor de
    respeto ante toda la escuela yo creo que usted debió de
    haber tenido más respeto hacia a ellos ya que para ellos
    fue así una humillación porque yo he hablado con
    uno de ellos. Creo que si usted tuviera algo que decirles lo
    haría en privado como buen director y buen profesor que
    dicen que usted es. Con todo el respeto le mando esta carta.
    Atentamente: Karla
  • Director: Le mando esta carta para felicitarlo por
    el trabajo
    que ha hecho con nosotros y por tener limpia la escuela.
    También porque nos a dado libertad de expresarnos como
    nosotros queremos pero moderadamente, por eso doy las gracias
    por la linda escuela que nos está dando, siga así
    para que los que vienen tengan una linda escuela como nosotros.
    Atte.: Esteban

Cartas a Maestros

  • Yo le quiero decir que me cae muy bien, pero a
    veces da su clase muy aburrida y pienso que debería de
    tratar de hacerlas más divertidas y que no nos ponga
    tantos resúmenes que nos puede poner preguntas y nos
    deje poco más de tarea, y que no escoja tanto a las
    cuatas ni a Erina, Gisel y Bety, que escoja también a
    otros y otras porque nada más a dos
    equipos.
  • Prof. le escribo esta carta para decirle que es
    usted muy juguetón en las clases, se pone a comer
    cacahuates y a nosotros no nos deja comer dentro del
    salón, usted trae cachucha dentro de el salón y a
    nosotros no nos deja traer, juega mucho con las muchachas y no
    explica bien, eso es todo, reflexione; no sea menso. Siempre se
    quiere hacer el gracioso. Atte.: Anónimo
  • Profe no piense que me cae mal ni mucho menos pero
    pienso que usted da las clases como siempre, nunca le cambia ni
    realiza actividades como por ejemplo, siempre resúmenes
    nunca nos pone cuestionarios exposiciones de temas, ni tampoco
    mucho menos nos pone a realizar trabajos en equipo o cualquier
    otra cosa de ese tipo. Como digo no piense que me cae mal
    porque no es así, pero cambie su proyecto de trabajar
    con sus alumnos.
  • Pues yo quiero decirle que no trate de hacerse la
    chistosa haciéndome quedar mal con mis
    compañeros. Nada más trata de hacerme quedar mal
    con mis compañeros me dice muchas cosas que a mi no me
    gustan.
  • Profe quiero que nos de más suave la clase
    de artísticas y que hagamos juegos
    cuando estemos en asesoría, también podemos
    cooperar para muchas cosas del salón para que se vea
    más suave y limpio que otros salones y también
    queremos que no sea tan regañón y que no nos
    reporte tanto la jefa de grupo, y si se portara bien con
    nosotros le haríamos más caso que otros grupos.
    Atte.: Lorenzo
  • Yo le quiero preguntar por que da tan aburrida la
    clase no me gusta su carácter, tampoco me gusta que nos
    asesore 15 o 20 minutos ni me gusta que nos grite ni que nos
    reclame cosas ni nos ordene cosas que no valen la pena. Quiero
    que cambie su modo de dar las clases de artísticas y que
    se apure en todas las clases.
  • Yo le quiero decir a la maestra Eleanor que si he
    aprendido bien pero que ella tiene a sus preferidos y a los
    demás nos trata como se le da la gana, por ejemplo
    conmigo hace lo que quiera y ella avergüenza en medio de
    todo el grupo, a mi me dijo muchas cosas y además cuando
    uno va a revisar las tareas no nos la quiere revisar porque
    dice que las hicimos en el salón y solo se las revisa a
    sus consentidos. Y en los exámenes hay muchos errores y
    uno va a que se las corrijan y ella nos dice que nosotros lo
    corrijamos esos y muchos defectos más tiene
    ella.
  • Maestra, por favor, cambie su forma de ser, sabe
    usted no más se acopla por conveniencia porque no
    más se acopla con los que trabajan o con las que le
    dicen bonita pero le dicen bonita no más para barbiarla
    porque a sus espaldas le hacen muchas cosas que si usted las
    viera le daría un infarto.
  • Maestra quiero decirle que estoy muy agradecida
    con usted porque en usted e encontrado a una gran persona que
    me comprende y me anima no es porque me de mucha libertad es
    porque gracias a usted me la paso muy agusto en su clase y
    además quiero pedirle disculpas porque en su clase nos
    salimos mucho y creo que hemos abusado mucho de su confianza
    aunque usted no se lo merece gracias por aguantarme tanto
    tiempo es la mejor maestra que puede haber en el mundo, la
    admiro y la respeto por lo que es y se que usted vale
    más que cualquier otro maestro porque nos ha tenido
    mucha confianza y paciencia.
  • Si se supone que los maestros ya están
    preparados para impartirnos educación, no se porque ni
    saben cómo empezar a dar la clase. En esta escuela hay
    maestros que no están preparados para dar una sola
    materia y a la mera hora los ponen a dar otra materia que les
    aseguro que en su vida habían dado clase de esta. Tu
    piensas que asustándonos con reportes,
    hablándoles a nuestros papás, etc. nos vas a ser
    cambiar pero estas equivocado, hierva mala nunca muere. Si
    quieres que te pongamos más atención en tus clases primero
    prepáralas bien. En el departamento de trabajo
    social nos hablan de higiene de
    venir bien vestidas, etc. Pero pongan primero el ejemplo usted
    si desea que sus clases sean chicas y que participemos en ellas
    no nos calles. Felicito a todos los maestros que en esta
    escuela creen que no tienen ningún defecto te pido que
    reflexiones y espero que algún día
    cambies.
  • Por primera vez en que nos dan la oportunidad de
    hablar y expresar lo que sentimos quisiera decirles que la
    escuela anda muy mal y no echando la culpa a los alumnos sino a
    los que se sienten lideres frente a nosotros, a ustedes
    maestros, esta bien que venimos a la escuela frente a las
    normas muchas veces no son cumplidas por nosotros pero a la vez
    ni por ustedes, nos piden valores
    entre ellos respeto y no respetan a los alumnos nos tratan como
    sus esclavos, nos piden igualdad,
    pero esta igualdad ustedes la rompen al tener preferencias muy
    grandes en alumnos que ya andan bien en el lugar de preocuparse
    y tomar en cuenta a aquellos que la necesitan ¿Por
    qué? Es sola por ser de menos dinero, por
    problemas, no lo se pero quisiera que los oigan también
    a ellos. O que a caso somos sus niños chiquitos para
    quedarnos callados. Ya basta párenle a su carrito de no
    somos de juguete.
  • Me cae gordo porque no nos deja parpadear los ojos
    para cuando nos dice que somos retrasados mentales y nos pone
    sobrenombres y nos reprueba porque el quiere.
  • Maestra esperando se encuentre bien paso a decirle
    lo siguiente: Primero quiero felicitarla por que es una persona
    muy agradable es muy buena maestra especialmente para dar la
    clase de ingles lo que más me gustaría es que
    usted nos hiciera una pregunta en ingles a cada sobre la clase,
    para saber que tanto sabemos de ingles y lo que hemos entendido
    de la clase. Espero y esto no lo vaya toma a mal sino que yo le
    estoy dando una idea, usted sabrá si la toma o la deja.
    También pasar por parejas y conservar sobre lo que se
    esta hablando en la clase y traducirlo pero en ingles. Bueno es
    todo se despide de usted una persona que aunque usted no lo
    crea yo la aprecio mucho y quisiera darle las gracias por los
    buenos consejos que me da es todo.

En el Departamento de Investigación Educativa hemos acumulado
alrededor de 7.000 cartas a los maestros, que serán
editadas proyecto que esperamos concretar muy
pronto para mostrar esta visión crítica de
los estudiantes.

d. El consejo estudiantil: la
organización política de los
adolescentes

Renovación Pedagógica decidió
proponer a los jóvenes que analizaran la posibilidad de
integrar consejos estudiantiles, al cuestionar la participación política de los
jóvenes, y cómo se concretaba en la escuela la
formación ciudadana de los estudiantes. Esta propuesta se
sometió a la consulta de los jóvenes en cada
escuela, y la gran mayoría decidió formar dichos
consejos.

El consejo, comparado con la organización tradicional de
representación política que tenían los
jóvenes, ha propiciado una nueva participación, una
mayor representatividad, más consenso entre la sociedad de
alumnos, la formación de nuevos liderazgos, y, lo
más importante, les ha dado voz y voto, es decir, el
consejo es el espacio de poder político de los
jóvenes, donde se construye la autonomía y la
autogestión estudiantil. Al mismo tiempo, constituyen una
estrategia para la práctica vivencial de los valores
éticos y ciudadanos.

En las escuelas de renovación pedagógica,
los consejos se definen como órganos de gobierno
estudiantil, como representantes de la sociedad de alumnos, como
defensores de los derechos de los
jóvenes, y como promotores de un nuevo compromiso con su
desarrollo académico, cultural y deportivo.

En una escuela el consejo promueve las redes de asesoría
académica, estrategia que consiste en formar
pequeños grupos de alumnos (redes) que se apoyan y
asesoran en sus tareas académicas. Es normal ver a todos
los alumnos una hora antes de entrar a clase trabajando en sus
redes.

En otra escuela el consejo promueve los colectivos de
autogestión estudiantil, ya sean de danza, de
música, de
ajedrez, o de
lo que los jóvenes planteen.

Todos los consejos elaboran y editan el
periódico estudiantil, redactado y diseñado por
ellos mismos.

En tres escuelas se han instituido programas de
radio,
espacios en que los jóvenes dicen su palabra a la comunidad.

En resumen, los estudiantes en renovación
pedagógica se han convertido en dinamizadores y
aceleradores de la democratización de la escuela.
Participan en la toma de decisiones, cuestionan sus clases,
construyen una práctica política democrática
como lideres estudiantiles, y han demostrado que sienten y
piensan, que saben rebelarse ante la injusticia, y que
están dispuestos a comprometerse en rendimiento
académico en la construcción de la escuela
secundaria democrática y de alto.

Notas

(1) Jefe del Departamento de Investigación Educativa de los Servicios
Educativos del Estado de
Chihuahua, México. Coordinador estatal del Programa de
Renovación Pedagógica.
(vigdum1[arroba]hotmail.com)

(2) Francisco Gutiérrez (1984):
Educación como praxis política, Siglo
XXI.

(3) Título del libro que mostró
el estado de
la educación en México en 1989, estudio coordinado
por Gilberto Guevara Niebla.

(4) Los estudiantes están
representados por una mesa directiva, a la que por lo general se
le llama sociedad de alumnos.

 

Lic. Gabriel Dueñas

Jefe del Departamento de Investigación Educativa
de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua,
México. Coordinador estatal del Programa de
Renovación Pedagógica

Partes: 1, 2
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