La relación entre gobernantes y medios de
comunicación no siempre es fácil porque, en
muchos momentos, los dignatarios de Estado no
entienden que en toda democracia los
medios tienen
como una de sus misiones fundamentales apoyar, a través de
la información y la opinión, a los
ciudadanos para que estén al tanto de las actuaciones
gubernamentales.
La prensa tiene que
ocuparse de la cobertura informativa sin mirar los hechos desde
un solo punto de vista, de manera parcializada, sino, más
bien, consultando diferentes fuentes y
aceptando que las posiciones políticas,
económicas y culturales pueden ser divergentes.
En el caso boliviano, un buen número de medios de
comunicación y el Presidente Evo Morales se
encuentran enfrascados en una controversia sobre la forma que
tienen los primeros de informar y comentar las actividades y las
acciones del
gobernante.
Esta situación comenzó el mismo día
en que el primer mandatario asumió el gobierno, ya que
en su discurso
inaugural lanzó un ataque verbal contra algunos medios de
comunicación, criticándolos por lo que él
consideraba un mal trato a su persona y una
cobertura encaminada a proteger los intereses de empresarios
mediáticos, ligados a los partidos
tradicionales bolivianos, como el Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR), el Movimiento de la Izquierda
Revolucionaria (MIR) y Acción
Democrática Nacionalista (ADN).
Además, el reclamo desde esferas gubernamentales
es que los medios de
comunicación tienen que comprometerse con el
país y no con sus intereses económicos o
políticos, porque el país busca salir de una
crisis y ahora
cuenta con un proyecto
denominado "revolución
democrática y cultural".
La situación de cambio que
está viviendo Bolivia, desde
que el Movimiento al Socialismo (MAS)
tomó el control
gubernamental en enero de 2006, plantea a los medios de
comunicación un trabajo
más apegado a los sectores sociales, hasta ahora olvidados
y que constituyen la mayoría de los nueve millones de
bolivianos.
Los medios, desde el punto de vista del gobierno,
tendrían que reflejar mejor los objetivos que
coincidan con los intereses de una población involucrada, en su gran
mayoría, en la búsqueda de un proyecto nacional
alternativo, que en las últimas elecciones votó por
un cambio al haber elegido con el 54 por ciento de los votos a
Evo Morales.
Por eso, la política y los medios
de comunicación tienen la posibilidad de influir y
transformar una sociedad como
la boliviana. De este poder son
conscientes tanto los políticos, en este caso del MAS,
como los que manejan los medios de comunicación
social.
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