- Análisis
del pasaje 385a ~ 385e4 del Crátilo en relación a
las posiciones de Wilamowitz y Robinson extraídos de la
Historia de la filosofía griega, Vol. V de
Guthrie - Bibliografía
Variaciones entre Sócrates,
Hermógenes y el Crátilo
Sócrates se presenta mientras Hermógenes y
Crátilo mantienen una discusión acerca de la
adecuación de los nombres. Crátilo, quien adhiere a
una posición naturalista bromea sobre la correspondencia
del nombre de su interlocutor. En este contexto Sócrates
intercede entre ambos para intentar realizar el esfuerzo conjunto
de investigar sobre tan importante cuestión. La antítesis
sofística: nómos y phýsis1. Ley,
convención y naturaleza.
Hermógenes apoya la teoría
convencionalista del lenguaje, pero
al exponer su postura en el comienzo del diálogo lo
hace sin fuertes cimientos. Sócrates lo conduce casi
imperceptiblemente y sin que oponga resistencia
alguna desde una vaga postura convencionalista que nombra por
consenso, costumbre y hábito a una postura
convencionalista extrema, radical, individualista.
Llevándolo a aceptar que el nombre que cada quien pone es
siempre exacto, asociándolo a la epistemología
protagórica.
Una importante concesión, que deja entrever el
problema que lo obsesiona a Platón
y que lo plantea no sólo en este diálogo, sino en
el Eutidemo, Teeteto y Sofista. La
imposibilidad del discurso
falso. De esta manera plantea dos cuestiones apoyadas por quien
sea quizás el destinatario real de las críticas del
diálogo: Antístenes2.
Hermógenes nuevamente se muestra
acrítico ante la cuestión del discurso falso y
admite la posibilidad de hablar falsamente, esta última
concesión lo conduce sin duda, a la
autocontradicción.
En este pasaje en que se discurre sobre la falibilidad
de un enunciado Platón
parece exponer una posición controvertida: el discurso
entendido como la suma de términos verdaderos, en tanto
verdad y como sumatoria de términos falsos, en tanto
falsedad. Esto le daría un sentido de verdad o falsedad al
nombre, cuestión difícil de adjudicar a un
Platón que a estas alturas estaría convencido del
rol protagónico de los enunciados proposicionales en
relación a la verdad. Presumiblemente su carácter de verdad fuera indirecto y
sólo a través de un enunciado. Es interesante a
este respecto las posiciones encontradas sostenidas por Guthrie y
Robinson3.
La tercera crítica
que hará Sócrates a la posición sostenida
por Hermógenes es la ausencia de parámetros
estables, firmes, que garanticen la correspondencia entre el
nombre y las cosas. Aquí se desliza por primera vez la
teoría de las ideas en esbozo, y Hermógenes
nuevamente cede y se muestra conforme con la exposición
de Sócrates, quien afirma que las cosas existentes poseen
un ser propio, una ousía4, son en
sí y conformes a su naturaleza. El nombre será el
instrumento para expresarla y por tanto no puede ser asignado
arbitrariamente por cada quien.
Luego de exponer las críticas antedichas,
Sócrates las articulará para refutar la
posición convencionalista extrema de Hermógenes
apoyándose momentáneamente en la teoría
naturalista del lenguaje. Se valdrá de una polémica
serie de asociaciones entre las cosas y las acciones,
entre las acciones y el hablar, entre el hablar y el nombrar. Y
englobando las praxis5, planteará una
discutible analogía entre el "quemar" y el "nombrar" para
defender su transitoria postura: cuando alguien nombra
(nomothètes6) lo hace de acuerdo a la
naturaleza de las cosas y no por convención.
Así quedaría refutada, según
Platón la teoría convencional del lenguaje, pero
entendida no con un alcance social, producto del
consenso y del acuerdo donde la significación de los
términos es fundamental para establecer la
comunicación, sino con un alcance particular, radical
en extremo.
Esta diferencia de alcance del convencionalismo, bien la
interpreta Aristóteles, quien en el pasaje
señalado en De Interpretatione, pone énfasis
en esta teoría de correspondencia del lenguaje con la
realidad. No existirá, según él,
ningún tipo de relación por naturaleza entre
el lenguaje y
las cosas.
En De Interpretatione, Aristóteles
analizará la relación entre las cosas y el
discurso. Pondrá bajo la lupa la relación entre
pensamiento,
realidad y lenguaje. Y mientras identifica una relación de
identidad
entre realidad y pensamiento7, mostrará un
problema de continuidad entre el lenguaje y el
pensamiento.
El lenguaje
significa al pensamiento,
es una relación de signo donde no siempre podremos
explicitar aquello que está en el plano del pensamiento en
forma fidedigna.
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