PSICOLOGÍA Y VALORES Y
ANÁLISIS DE "EN FAMILIA", DE
FLORENCIO SANCHEZ
No es objetivo de
este trabajo
definir específicamente a esa imprecisa y vaga franja
social que denominamos CLASE MEDIA.
Es necesario sí establecer someramente los factores
políticos, sociales y económicos que confluyeron
para darle forma. En principio, una serie de sucesos y factores
acaecidos a lo largo de los años 1880/1930 fueron
delineando el perfil de este sector social en la
Argentina:
*entre 1895 y 1914, según los censos respectivos,
la población del país pasa de cuatro a
ocho millones de habitantes.
*aumento en el número de inmigrantes, que fue en
crecimiento progresivo hasta la primera guerra
mundial (durante su transcurso, la inmigración se cierra).
*proceso de
urbanización en continuo ascenso, no limitado al Litoral
del país, ya que abarca a todo el territorio.
*marcado crecimiento de los grupos dedicados
a actividades secundarias y terciarias: personal afectado
a la industria,
jornaleros, profesionales, comerciantes, funcionarios de la
administración
pública, etc.-
*duplicación de las líneas ferroviarias y
consecuente creación de un mercado
interno.
*expansión cerealera –fundamentalmente en
el Litoral y Córdoba- en contraste con un estancamiento en
el Interior (exceptuando algunos centros
dinámicos).
*durante la guerra, se
acentúa el vuelco operado hacia la ganadería.
A principios de
siglo se producen inversiones
extranjeras -esencialmente norteamericanas- de grupos financieros
en los frigoríficos.
*en el plano político concreto,
algunos de los hechos registrados (fundación del
Radicalismo y su posterior llegada al poder, la
Reforma Universitaria y la formación de los Sindicatos y
las primeras huelgas) van a acelerar y producir el ascenso de las
clases medias. Otros, serán consecuencia directa de su
emergencia social.
Parecería un hecho seguro que la
filiación de esa aleatoria clase social que nos ocupa es
consecuencia de la gran corriente inmigratoria de fines del siglo
XIX en nuestro país. "Conviene además
señalar –expresa Arturo Jauretche- cómo el
radicalismo de Yrigoyen recogió en el mismo cauce que a
las muchedumbres criollas de ascendencia federal, a las nuevas
promociones procedentes de la inmigración cuyos hijos,
constituyentes de una nueva clase media, no tenían cabida
en los cuadros de la política
contemporánea".
En efecto, esa importante masa inmigratoria
constituiría, en un principio, la base y elemento del
pobrerío. La mayor parte de esos primeros inmigrantes eran
obreros no calificados o artesanos, mucho menos frecuentemente
comerciantes o profesionales. Pero hacia fines de siglo, "ya
habrá una poderosa clase media, que le dará un
rostro propio a la Argentina, y cuyos componentes serán
los hijos de la inmigración".
Antes de la crisis del
año 1890 (caída de los precios
internacionales de productos como
el trigo, maíz,
lana, carne y cuero, aumento
de los precios de los productos importados, agudo proceso
inflacionario, deterioro de salarios) y
luego, cerca del Centenario, se dieron circunstancias favorables
para los trabajadores, que fueron creando incipientemente las
condiciones de ascenso de los sectores medios.
Según Adolfo Dorfman, "las condiciones particulares de
escasez de los
obreros calificados en que se desarrolla la primitiva industria
nacional, obligó a los empresarios a hacer, en un
principio, importantes concesiones. Ese estado de
cosas condujo a la formación de un gran número de
artesanos independientes, que más tarde se transformaron
en fabricantes".
Sobre este tipo de inmigrantes y el obrero calificado,
más sus hijos, se fue estructurando la categoría
social que nos ocupa. "Fue muy frecuente –prosigue Scenna-
el caso de abuelo inmigrante-hijo comerciante-nieto
profesional". Es decir que, a partir de la segunda o tercera
generación de inmigrantes de la primera gran oleada, es
que podemos hablar de una clase media en creciente
ascenso.
Hay algunos síntomas, ya en años
próximos al Centenario, que prueban la existencia de una
nueva clase en proceso de formación: entre ellos, la
disminución del índice de analfabetismo,
en un país donde seguían llegando inmigrantes
analfabetos. No sólo aumentaba la población de las
escuelas primarias, sino que también lo hacía la
concurrencia a colegios secundarios. Otro indicio fue la
disminución del número de conventillos: muchos de
sus inquilinos pasaron a ser propietarios adquiriendo un lote en
la periferia de la ciudad. Para el caso, ayudó la
extensión de vías del tranvía
eléctrico, transporte
económico que extendió sus rieles a las afueras de
la gran ciudad.
Aquella imponente masa inmigratoria habrá
generado una sensación de rechazo en el habitante local:
analfabetos y malolientes, muchos de ellos se exhibían por
las calles ante la sorpresa y el desprecio nativo. Como
contrapartida, muchos de esos inmigrantes también se
mostraron indiferentes y hostiles al terruño que los
acogía. En tanto, el país se transformaba
vertiginosamente. "El salto que dará el país desde
la guerra civil de 1880 –dice Ramos- al eufórico 90,
es un salto que da vértigo. Nadie que no hubiera vivido en
la Argentina antes de 1880 podrá entender al país
una década más tarde. Esos inmigrantes legaron a
sus descendientes su incomprensión de una historia que no
habían padecido".
Deberán pasar muchos años "para que se
evidenciaran los factores positivos, sobre todo la
creación de una poderosa clase media que llegó a
vertebrar a la sociedad
americana".
Factores positivos que, para otros autores como
Hernández Arregui, no se evidenciaron, al menos desde el
punto de vista cultural: "La inmigración debe valorarse en
sus diversas etapas históricas. Durante el siglo XIX fue
beneficiosa como hecho demográfico y económico,
pero su asimilación al país y aporte cultural
fueron negativos en tanto resistencia a la
cultura nativa
más antigua".
En los últimos años del siglo se plantean
agudos conflictos
obreros. Tanto el proletario como los patrones son, en su
mayoría, extranjeros. "Según el censo de 1895
–cita Gino Germani- la gestión
de la industria y el comercio se
hallaba en alrededor de un 80 % a manos de extranjeros que la
ejercen como propietarios". Estos artesanos y pequeños
patrones serán luego la base fundamental del Partido
Socialista de la Argentina.
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