Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El sujeto en construcción y su lenguaje


Partes: 1, 2

    1. Hermenéutica de los
      paradigmas sociolingüísticos y culturales del
      sujeto en construcción
    2. La
      palabra y su viaje hacia el silencio
    3. El
      hilo de Ariadna es analógico y
      barroco

    Entre el hombre y su
    espejo: la palabra;

    una duda aún más difusa entre el ser y el
    no-ser.
    (1)

    NÓMADAS.9 | REVISTA
    CRITICA DE CIENCIAS
    SOCIALES Y JURÍDICAS | ISSN 1578-6730

    Fuente: http://www.ucm.es/info/nomadas/

    1. Hermenéutica de los paradigmas
    sociolingüísticos y culturales del sujeto en
    construcción

    Todo hombre
    real, (2)
    es lo que es, sólo al través de su
    propio lenguaje. Se
    puede ser y de hecho se es algo (3)
    y alguien (4)
    desde una perspectiva sociolingüística bien
    definida, esto es, no existe el hombre que piense, actúe,
    viva y muera sin su propio lenguaje. No nos referimos a los
    idiomas en sí, pues aunque el hombre fuera un
    políglota, aún así, el lenguaje
    que usaría al razonar sería su lenguaje; es
    decir, sólo a partir de los constructos socioculturales
    con lo que se expresa por medio del lenguaje, el hombre real
    puede ser lo que es.

    Al hablar del sujeto en construcción, hacemos alusión al
    sujeto que, por ser sujeto (no objeto) está inacabado; es
    decir, sigue en una constante construcción tanto
    diacrónica como sincrónicamente, pues es parte de
    un espacio y tiempo
    concretos (5).
    No me interesa, por el momento, el hombre virtual, ideal,
    aquél abstracto que se pierde en el camino de la oscuridad
    de la palabra, de la definición abstracta.

    De igual forma, cuando hablamos del lenguaje, nos
    referimos al de diario, al que usa el hombre concreto,
    entendido éste desde su influencia sociocultural.
    Así pues, no hablamos de "la lengua", como
    una entidad abstracta, sino más bien nos referimos al
    lenguaje como asidero de algo concreto; mismo que nos ayuda a
    des-cubrir desde sí, al hombre que podría
    ser cualquiera de nosotros.

    Empecemos pues el análisis. Cuando este hombre
    pregunta ¿qué es?, espera una respuesta que
    esté dentro de sus esquemas conceptuales. Si la respuesta
    escapa a tales esquemas, entonces el hombre no entiende lo que
    es, desconoce la respuesta de eso por lo que pregunta;
    pero, aún así, él intentará asignarle
    un nombre, una etiqueta que le permita de-finir la
    respuesta que le informe sobre el
    objeto en cuestión. Es decir, buscará implantarle
    una finitud, un coto que le dé la posibilidad de intentar
    tentar al objeto, percibir apenas su textura substancial.
    Surgiendo así, nuevos términos que se
    circunscribirán al universo de cada
    individuo;
    mismos que estarán dentro de su círculo de personas
    con los que él se atreverá a hablar acerca de ese
    objeto que no sabe qué es, pero que él mismo
    le ha puesto un "nombre", momentáneo para poder asir
    algo que casi se le escapa por no estar dentro de sus esquemas
    conceptuales.

    La textura substancial es apenas una forma
    metafórica de hacer alusión a la Substancia del
    hombre concreto, también conocida como "esencia
    necesaria". Es la respuesta que enuncia lo que la cosa no puede
    dejar de ser y es el por qué de la cosa misma; cuando se
    dice que el hombre es un animal racional, se pretende decir que
    el hombre es hombre porque es racional, de igual manera, cuando
    de-finimos a un objeto (con nuestras propias palabras, las
    que usamos como nuestras) estamos asiendo a ese objeto que de
    suyo
    se vuelve nuestro.

    También cuando preguntamos
    ¿quién es?, estamos dando por aludido que
    forzosamente tiene que ser "alguien", una persona,
    algún ser con identidad; y
    aunque no nos interese quizás como persona, de todos modos
    preguntamos por "su identidad", por su ser en sí, dentro
    de un marco sociocultural. Si no pensáramos que es un
    "alguien", no preguntaríamos por ¿quién
    es?.
    Sabemos que es un alguien como nosotros, que fue, o que
    será, pero que durante una parte del tiempo de él
    mismo y del nuestro en el momento en que nos pre-ocupamos
    por su existencia, tendrá una identidad particular.
    Identidad en el sentido de que puede ser establecida o
    re-conocida en base a cualquier criterio convencional.
    Convencional, no natural, pues esto es lo contrario a lo social,
    y la identidad de cada persona concreta se construye (por uno
    mismo y por medio de las instituciones
    en forma ideológica), no se nace con ella.

    Los factores sociolingüísticos son
    determinantes para la aprehensión del sujeto por quien
    pregunta por su identidad, pues sin ellos, la abstracción
    haría un caos del sujeto que pregunta así como por
    quien se pregunta, ya que no se tendría un referente
    común para asir tanto a la pregunta, como a la respuesta
    en un mismo plano. Se estaría en la imposibilidad de
    concretar dos entes o seres humanos concretos en una misma
    situación sociotemporal. Hay, entonces, una dinámica unidireccional que le permite al
    hombre preguntar por ese alguien, mismo que definirá a
    partir de la respuesta que se le dé, pero, siempre y
    cuando esté dentro de su propio esquema de
    aprehensión. Así, preguntas tales como:
    ¿qué es?, ¿cómo es?,
    ¿quién es?, ¿dónde está?,
    ¿cuándo está?…
    no son simples
    construcciones lingüísticas que nos permiten
    acercarnos a la realidad de la que hablamos; antes bien, con
    ellas se pre-supone al objeto por debajo del
    análisis sociocultural del hombre que pregunta,
    debajo porque se antepone la pregunta a la respuesta que
    aún no existe.

    No se pregunta desde el ámbito sociocultural del
    que responderá, sino más bien del que pregunta. De
    allí que las diferencias se ahonden de diferente manera,
    pues no es la misma y única realidad univocista; antes
    bien, hay una que cuestiona a otra, y una segunda que acepta ser
    cuestionada por una primera; pero no desde un enfoque
    simbiótico, recíproco, sino desde una
    concepción unidireccional. No importa que el que responda
    formule posteriormente su propia pregunta, él
    también se convierte en uno que cuestiona desde su
    realidad. Así, las respuestas que esperan ambos,
    tendrán que responder no sólo a la pregunta en un
    sentido lingüístico, sino que deberán ahondar
    o asirse desde el marco social y cultural del otro, del que
    pregunta, aún cuando ya haya respondido antes en forma
    aparente.

    Si tomamos como ejemplo las posibles repuestas que se
    podrían inferir de la pregunta ¿cómo
    es?,
    podríamos advertir que éstas se abren en
    un abanico que está sujeto a cuestiones tanto
    diacrónicas como sincrónicas. Veamos un caso
    concreto: le preguntamos a alguien que nunca ha visto el mar en
    persona ¿cómo es el mar?. Su respuesta
    estará condicionada por lo que ha visto en la
    televisión, o en alguna revista, o fotografía, o por lo que ha escuchado de
    los que sí han ido, etc.; es decir, su respuesta
    será más bien la de los otros, pero que ha asumido
    como suya al expresarla. Incluso las palabras que
    utilizará serán arquetipos
    sociolingüísticos de su propia cultura, por
    ello, considerará que su respuesta es natural, aunque de
    ello no tenga nada más que los sonidos que salen de su
    boca. Dichos sonidos, se convertirán en fonemas y monemas
    como unidades mínimas de significado que le
    permitirán responder verbalmente (6)
    sobre cómo es el mar. Entonces, más que
    natural, su respuesta será social, cultural, quizá
    esté dentro de la normalidad de lo que responderían
    los demás hombres de su misma sociedad, pero
    como cada cultura respondería desde sus patrones sociales
    y culturales, entonces tendríamos una gama bastante amplia
    para saber cómo es el mar. Todas las respuestas
    están sujetas a lo que se entienda por "así es,
    porque así lo hemos visto desde siempre". Ahondando en lo
    anterior, si alguien se le ocurriera decir que el mar es de
    color rosa o
    anaranjado o morado y que en vez de olas saladas tiene espumas
    dulces, se le tomaría por un loco, o un esnobista,
    será considerado así, incluso por aquellas personas
    que nunca hubieran visto el mar. Quizás en otras culturas,
    sería considerado como un poeta, o un místico;
    incluso dentro de una misma sociedad, habría quien lo
    tomara por uno u otro ser que acabo de mencionar. es decir, no
    hay una respuesta única y acabada para contestar de suyo
    cómo es el mar; cada hombre y cada sociedad
    responderán desde su tiempo y espacio concretos, pero
    siempre matizado desde y en su entorno
    sociocultural.

    El hombre pregunta y responde con su lenguaje y espera
    una respuesta también con su propio lenguaje, pues
    aún cuando sea otro idioma, buscará traducirlo no
    sólo en un sentido lingüístico sino
    también cultural y sobre todo le dará su propia
    asimilación. En el caso contrario, es decir, en la
    posibilidad de que sí conociera el mar, su respuesta no
    estaría lejos del que nunca ha ido al mar. ¿Por
    qué?, pues porque los dos pertenecen a la misma cultura,
    sus de-finiciones acerca de cómo es el mar,
    estarán sujetas a la asimilación y
    comprensión de su propio lenguaje sociocultural. Es decir,
    podrán decir que el mar es bello, imponente, inmenso,
    etc., pero esto ya ha sido dicho por todos los que les
    antecedieron, ¿entonces?, simplemente sólo
    reproducen sus propios esquemas conceptuales.

    Siguiendo en la línea anterior, ¿alguien
    ha dicho que el mar es solitario, aburrido, estúpido,
    cansado, traicionero, deforme, etc.?, si es así,
    éstas serán las personas que lograrán
    salirse de lo que la mayoría re-produce como suyo.
    Y es esa precisamente la cuestión que tenemos que
    diferenciar: por un lado, el grueso de la población que sigue las modas, los ritos,
    los términos, etc. y que en ese sentido, no logran salirse
    de su pequeño mundo que les han heredado, impuesto, con el
    que los han acorralado. Por otro lado, están los que
    logran salirse de esos esquemas conceptuales, asignándoles
    nuevos adjetivos al mar, por ejemplo, los que permiten que haya
    fluidez y cambios en la cotidianeidad del tener que repetir
    siempre los mismos esquemas. Pero, aquí nos encontramos
    con otro problema: ¿adjudicarle nuevos adjetivos al mar
    nos libera de la masificación de ser igual que los otros?,
    si es así, entonces ¿por qué usamos los
    adjetivos ya hechos y utilizados por todos?, ¿necesitamos
    de un idioma abierto como el alemán o el griego para
    formar nuestras propias palabras?. Nos parece que no, lo que pasa
    es que no es suficiente con asignarle nuevos adjetivos al mar,
    sino reconceptualizar al mismo mar; es decir, verlo y asimilarlo
    con nuestros propios sentidos, con lo que él nos hace
    sentir, o no sentir, decir lo que vemos en él o lo que
    imaginamos al través de él, lo que soñamos o
    lo que creemos ver, incluso imaginarnos el mismo mar, y a partir
    de eso reconceptualizarnos también a nosotros mismos como
    sujetos capaces de cosificar (7)
    la realidad al hacerla parte de uno mismo; es decir, ser lo
    que somos a partir de nuestro propio lenguaje, ese, el que usamos
    de manera concreta y que nos permite ser nosotros y no
    otros.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter