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Esclavitud y esclavismo durante la Nueva España


Partes: 1, 2

    1. Esclavitud, más
      allá de los esclavos
    2. Esclavitud y
      esclavismo, ¿Diorismas sociales?
    3. Conclusiones
    4. Notas
    5. Bibliografía

    PRESENTACIÓN

     La libertad,
    Sancho, es uno de los más preciosos
    dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella
    no pueden igualarse los tesoros que encierra la
    tierra
    ni el mar encubre;  por la libertad, así como por
    la
    honra, se puede y debe aventurar la vida.

    Cervantes.

     

    El presente texto trata
    acerca de los términos esclavo, esclavitud y
    esclavismo
    desde los enfoques etimológico e histórico, mismos
    que servirán de base para acercarnos, en un primer
    momento, al análisis filosófico de dichos
    conceptos como referentes conceptuales, dentro de un sistema
    sociocultural que enmarcó una etapa en la historia de nuestro
    país llamada la Nueva España.
    Para una mejor exposición, éste se compone de dos
    partes 1) Esclavitud, más allá de los
    esclavos
    ; y 2)  Esclavitud y esclavismo
    ¿diorismas sociales?
    , así como de las
    conclusiones respectivas.

          Es importante aclarar que
    no se pretende denostar la importancia que tienen, para la
    historia de México,
    los religiosos defensores de los indígenas durante la
    etapa antes mencionada; antes bien, con base en una
    reconceptualización de sus hechos, más que de sus
    discursos en
    cuanto a la posesión de indios como esclavos, se busca que
    podamos construir una visión más clara y concreta
    en cuanto al tema se refiere. De no hacerlo seguiremos
    idealizándolos, desde un enfoque  maniqueo,  y
    no podremos llegar a verlos como lo que fueron: sujetos
    históricos que respondieron a sus propias circunstancias,
    con cualidades y virtudes que de alguna manera reflejan el
    espíritu de su época, pues como decía
    José Ortega y Gasset: yo soy yo y mis
    circunstancias,
    entonces ¿por qué estos
    religiosos no lo serían?

    1. PARTE 1
    2. Esclavitud,
      más allá de los esclavos

    A diferencia de la palabra esclavo, del
    latín vulgar sclavus y éste del
    alemán slave; el término esclavitud
    es una palabra en castellano que
    proviene del latín culto servitus, que
    sirvió también para definir al siervo que trabajaba
    en el feudo de la Edad Media.
    Esta diferencia es importante si tomamos en cuenta que la primera
    definición hace alusión a varias posibilidades: a)
    persona que
    está bajo el dominio de otra
    persona y carece de libertad, b) persona sometida a un deber, una
    pasión, un vicio, es decir que está privada de su
    libertad de motu propio (esclavo de su trabajo); c)
    obediente, sumiso, sujeto a…; y d) persona aislada en una
    cofradía de esclavitud.

          En cambio,
    esclavismo, es únicamente el estado del
    esclavo dentro de un régimen económico-social en el
    que un hombre llega a
    ser propiedad
    personal de
    otro. En dicho régimen el hombre
    esclavo, no se ve como una persona con sus derechos y deberes, pues es
    parte del sistema, y estar en contra de su situación de
    objeto sería tanto como atentar contra el sistema mismo;
    en cambio, cuando se hace referencia al esclavo, se puede
    disentir de la condición en que esté un hombre en
    concreto, ya
    sea por lástima o por proselitismo político o
    religioso. Así, aún cuando en la Nueva
    España había defensores de los indígenas,
    intentando salvarlos de ser esclavos, estos mismos defensores
    practicaban el esclavismo,[i]
    es decir, llevaban a cabo la doctrina de la esclavitud,
    pero, como sistema socioeconómico.

          Para estos defensores era
    "natural" la postura que mantenían con respecto a la
    esclavitud, natural en un sentido religioso, pues se basaban en
    la Biblia y en algunos filósofos como Aristóteles para justificar su proceder;
    así, no era sólo cuestión económica
    sino incluso de principios el
    aceptar el esclavismo como forma de vida según los
    cánones preestablecidos que les afirmaba la interpretación hermenéutica de la teología,
    cristiana, llevándolos así a un deber ser
    teleológico de hegemonía e intolerancia hacia los
    indígenas que sojuzgaban. Francisco de Vitoria a pesar de
    la defensa que hizo de los indígenas[ii]
    y los derechos de éstos, basándose en el
    estagirita, afirmaba en el siglo XVI: "[…] nadie como
    estos bárbaros, que realmente bien poco parece que 
    disten de los animales brutos,
    totalmente inhábiles para gobernar, y sin duda que
    más les conviene ser regidos que regirse a sí
    mismos. Y pues Aristóteles dice que de derecho
    natural es que  sirvan estos tales, no pueden, por lo
    tanto, ser señores. Y no es obstáculo que antes de
    la llegada de los españoles no tuvieran otros
    señores, que ninguna repugnancia hay en que haya siervo
    sin señor… [así] se halla el caso preciso de
    un siervo que,  abandonado de su dueño y 
    por ninguno  apropiado, se lo puede apropiar cualquiera;
    luego si eran siervos, pudieron los españoles apoderarse
    de ellos". (Vitoria, 1974: 27-28)
          

          Basándose Vitoria
    en la Biblia, y tratando de defender a los indígenas cita
    el pensamiento
    normal y corriente que privaba en los españoles de su
    época[iii]:
    "Es cierto que todo dominio proviene de la autoridad
    divina, pues Dios es el creador de todo, y nadie puede tener
    dominio, sino aquél a quien Él se lo diere. Ahora
    bien, no es decoroso que ese dominio lo dé a los
    desobedientes y transgresores de sus preceptos, como tampoco los
    príncipes terrenos dan sus bienes, como
    villas y castillos, a los rebeldes, y si se los han dado, se los
    quitan. Pero por las cosas humanas debemos juzgar de las divinas,
    conforme dice San Pablo; luego Dios no concede el dominio a los
    desobedientes. Por donde, es señal de esto, Dios a veces
    arroja del trono a esos tales… Además, ese tal
    comete crimen de lesa majestad; luego merece perder el dominio".
    (Vitoria, 1974: 28-29).      

          Nótese cómo
    había un discurso
    acabado acerca de la posesión de los indígenas,
    éstos eran considerados poco menos que animales, incluso
    cuando los vendían o compraban, se preocupaban más
    por sus animales que por ellos. Cuando los españoles
    tenían indios gañanes[iv]
    en sus haciendas, éstos habían sido
    aculturizados de tal forma que incluso llegaban a sentirse
    diferentes a sus compañeros que seguían libres del
    yugo español.
    Excepto los indios naboríos[v]
    que a pesar de su condición de ser hombres libres,
    tenían que servirle al español hasta que
    éste se muriera en un sentido de "siervo" o "servidumbre",
    pero, cuando al parecer quedaba libre totalmente al morir el
    español, otro, podía reclamar sus servicios o
    bien el mismo español antes de morir lo asignaba a otro
    peninsular; de esta forma el indio naborío nunca
    podía ejercer su libertad en concreto, tan sólo la
    afirmaba en abstracto, aunque su condición no era tan dura
    como la del indio esclavo de las
    minas.      

          Las razones que alegaban
    los soldados conquistadores para poder poseer
    como esclavos a los indios eran las mismas que Cortés le
    informó al rey de España, decía que "los
    indios mataron españoles, se rebelaron después de
    haber dado la obediencia, comían carne humana y [que]
    convino atemorizar a los demás indios;
    añadía que se había satisfecho a la corona
    el quinto de los esclavos" (Zavala, 1994). Como podemos observar,
    era el derecho de conquista al que hacían alusión,
    es decir, el derecho del más
    fuerte.     

          Para dar sustento a su
    dicho, los españoles idearon cinco formas en que los
    indios podían llegar a ser esclavos: 1) Ser hijo de madre
    esclava que no sea libre al concebir; 2) Por la guerra hecha
    con autoridad de quien no reconoce superior; 3) Por algún
    delito; 4) Por
    propia voluntad (venta de un mayor
    de 25 años que sabe que es libre y permite ser vendido con
    conocimiento
    del vendedor y del comprador); 5)Por hambre (el padre vende al
    hijo, lo cual no se permite hacer a la madre, pero el esclavizado
    por esta causa puede ser libre en todo tiempo si paga
    lo que por él se dio). El mismo Hernán
    Cortés en una carta[vi]
    que le dirige al emperador Carlos V, dice: "Para que los
    españoles se sustenten y puedan sacar oro para sus
    necesidades, y las rentas de vuestra majestad no se disminuyan,
    antes se multipliquen, hay tal orden que con la merced de vuestra
    majestad fue servido que se hiciese a los pobladores de estas
    partes, de que pudiesen rescatar esclavos de los que los
    naturales tienen por tales, y con otros que sean de guerra, hay
    tanta copia de gente para sacar oro que, si herramientas
    hubiese, como las habrá presto, placiendo a Nuestro
    Señor, se sacaría más cantidad de oro en
    sola esta tierra,
    según las muchas minas que por muchas partes están
    descubiertas, que en todas las islas juntas y en otras tantas"
    (Cortés, 1976: 211-212).   

    Partes: 1, 2

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